Sociedad

Antes de que empezaran las vacaciones de semana santa presentaron en el programa Fórmula Financiera una lista de las cinco playas turísticas más sucias del país, así como de las cinco más limpias.

De las más sucias una está en Acapulco, otra una en Campeche y tres en Cancún. De las cinco más limpias, las cinco están en Cozumel.



Playa Caletita.

Playa Chankanaab.



Playa Dzul Ha.



Playa Río Chen.

Playa de San Martín.

Esa alargada isla con su línea oriente casi desierta mirando al mar abierto y su costa poniente que ve caer el sol, suplieron en mi vida lo que en un tiempo ocuparon el aire, la luz y el mar de Acapulco, cuando aún se podía ver gran parte de la bahía desde el malecón, antes de que fuera secuestrada de manera cafre por los grandes hoteles que privatizaron el paisaje. Hay lugares que es mejor recordar con la magia y belleza indestructible que les otorga la memoria. No debe uno asomarse al abismo del desencanto que provoca la realidad a menos que sea inevitable.

Me encantó oír que las cinco playas más limpias de México estén en Cozumel. Es un síntoma de que la pequeña isla se defiende de los destrozos que están acabando con el paraíso que debiera ser Cancún y que paso a paso han ido derrotando a Acapulco.

Playa Caletilla, en Acapulco.

Playa Tlapanacocha, en Acapulco.

En 1803 Alexander Von Humboldt llegó a México y entró a nuestro país precisamente por el puerto de Acapulco. Apenas tenía 33 años y ya era entonces uno de los científicos más reconocidos del mundo. Tenía además la inteligencia emocional y las habilidades que nos permiten relacionarnos bien con los demás. Llegó a México acompañado por el médico y biólogo francés Aimé Bonpland y por el joven peruano Carlos de Montúfar, con quien mantenía entonces una relación íntima. Entraron por puerto Marqués, al que Humboldt nunca había visto pero conocía por las cartas geográficas de la época. A lo lejos ubicó visualmente a la Isla del Grifo o la Roqueta. El grupo se quedó callado de emoción al contemplar lo que el mismo Humboldt mencionó en sus crónicas como una de las bahías más hermosas del mundo, la célebre bahía del mar del sur, uno de los fondeaderos más admirables de la Tierra.

Acapulco en los tiempos de la Nao de China.

Puerto Marqués, en Acapulco.

De ella escribió Humboldt:

"El cataclismo geológico que dio lugar a esa ensenada dejó a flor de agua enormes rocas que simulan construcciones humanas. Las piedras que forman islotes se ven claramente y su peligro disminuye por su visibilidad. Un galeón de 50 cañones como lo es la Nao de China, no tiene problema para circular por la gigantesca bahía."

El que en sus crónicas ya mencione a Roqueta, a Caleta y Caletilla y a la playa de Hornos, llamada así porque ahí se fabricaba la cal con roca de madrépora sacada del fondo del mar, el reconocer esos nombres en sus textos, nos hace sentir todo el peso de la brevedad de nuestro paso por el mundo, pero también la capacidad destructiva del ser humano. Humboldt estaba en el verdadero paraíso, cuando entraron de lleno al centro de la bahía en el barco Orué. En el mismo paraíso y en el mismo cielo se volvería a morir si viera el desastre ya no digamos ambiental, sino visual en que se convirtió el entonces pequeño y espectacular puerto de Acapulco. El patrimonio visual del país está verdaderamente amenazado. Ni qué decir, si desde la hoy ciudad de México ya casi nadie puede ver los volcanes que fueron el símbolo de belleza de ese valle perdido.

Todo esto me vino a la cabeza mientras escuchaba el dato de que las cinco playas turísticas más limpias de México están en Cozumel. Y es que podemos tocar el paraíso sin destruirlo. Aunque en la parte poniente, la de la zona hotelera, interrumpieron la vista hacia el mar con un muelle horroroso, en general los habitantes de la isla están librando con energía la batalla por su conservación. En Cozumel han ido dándose cuenta de que puede ser un error cambiar el turismo de calidad por el turismo masivo, que puede ser bastante destructor. La experiencia les está ayudando a repensar la forma en que ofertan sus servicios turísticos. Algunas de las cosas que se han propuesto ya las lograron. Una muy sencilla me encanta: se propusieron acabar con los perros y gatos callejeros a base de una campaña de esterilización cuidadosa y sin crueldad. Los perros de Cozumel tienen dueños, están cuidados y sus dueños no permiten que se reproduzcan de manera irresponsable.

Campaña de limpia de playas en Cozumel.

Otra cosa que se han propuesto es tener limpia la isla. Saben que una isla limpia y cuidada es su mejor oferta y todo eso los mueve a trabajar por su entorno de manera comunitaria. En la medida de lo posible el gobierno y los ciudadanos dialogan, discuten, se llevan y se aguantan, y aunque a veces es difícil, esa relación es la que le puede seguir dando viabilidad turística y ambiental a Cozumel.

Hace muy poco pendía sobre la isla la amenaza de que se abriera a la urbanización la parte oriente, la que da a mar abierto, donde no hay agua potable. En ese lugar las tortugas de varias especies se están llegando a reproducir con éxito, así que biólogos, científicos y la comunidad trabajan y dan seguimiento a la acción de las autoridades locales y federales para hacer cumplir las leyes ambientales y los planes de ordenamiento que han ido construyendo para la isla.

La laguna de Colombia, otra maravilla de Cozumel, es un brazo de mar que entra en la isla y que acoge a una enorme cantidad de aves diversas además de ser un reservorio de lagartos; la laguna está perfectamente cuidada y protegida. Toda esa parte de la isla es una joya. Quizás les faltaría, como a casi todo México, normar los materiales y los estilos de las construcciones, de manera que exista variedad dentro de la unidad. El aluminio dorado y los vidrios polarizados son el enemigo a vencer en casi todos los rincones del país.

Una tarde soleada estaba en el mar con un visor y un snorkel viendo peces maravilloso cuando una de mis amigas me gritó: ¡Salte, tiburones! No eran tiburones, eran ocho delfines pasando tan cerca de la orilla que pude ver sus lomos brillantes casi al alcance de la mano.

Todo eso es lo que Cozumel puede seguir vendiendo a los mexicanos y a los extranjeros. Un turismo ecológico, pequeño, limpio, cálido. Eso y el orgullo de tener las cinco playas turísticas más limpias del país. Se dice fácil, pero no lo es.

El viernes 11 de marzo, el equipo de seguridad de Donald Trump decidió cancelar el evento en que el charlatán, intolerante y lépero candidato de moda se presentaría en la Universidad de Illinois, en el recinto Pavillion, con cupo para diez mil personas. Y digo lépero porque en uno de los últimos debates con sus contrincantes internos, Trump incluso llegó a hacer mención del gran tamaño de su sexo, como si ese fuera un atributo importante a la hora de gobernar. No por nada cada vez son más evidentes las fracturas al interior del partido republicano, preocupados por el mal bicho que dejaron crecer.

Volviendo a Chicago, es bueno recordar que es una de las ciudades americanas con más población de inmigrantes, además de ser una comunidad que se caracteriza por tener muchos grupos étnicos latinos, blancos, negros, bien organizados de diferentes maneras para defender la pluralidad y la tolerancia. Sin los votos de personas con ese perfil, es difícil que un candidato gane la presidencia de Estados Unidos.



El evento de Chicago pudo haberse cancelado por muchas razones, pero entre otras estuvo el inquietante ambiente que se empezó a formar alrededor del Pavillion antes del mitin. Hay quienes creen que muchos de los descontentos provienen de las mismas filas republicanas, preocupados por el clima hostil que Trump está generando con su intolerante discurso, el cual está dañando gravemente al partido por el que busca contender. Como el primitivo irredento que es, Trump no analizó mucho las causas de la suspensión del evento, simplemente hizo lo esperado, culpar al contrario, y nombró como responsables a "los simpatizantes de nuestro amigo comunista", refiriéndose a Bernie Sanders, que ese fin de semana también visitaría Chicago. Como remate a la suspensión del evento, Trump dijo que los manifestantes a los que no les parezca su persona, "que se vayan a su casa con mami, porque no son capaces de conseguirse ni un empleo ni aportan nada a la economía."

En otros países, jefes de gobierno tan conservadores como el Primer Ministro Inglés , o nuestros muy prudentes gobernantes mexicanos, ya empiezan a hacer abiertas críticas acerca del peligroso discurso de odio y locuras que Trump va rebuznando a diestra y siniestra. Son muchas las voces de líderes mundiales que abiertamente ya cuestionan el discurso de Trump.

De lo que he visto, me gustó mucho un corto y sereno discurso de Barack Obama. Del contenido y el tono de su voz emana una profunda creencia y confianza en que el pueblo americano en su conjunto tendrá la inteligencia de no engatusarse con los planteamientos de Trump.



Dice Obama:

"Sigo creyendo que Donald Trump no será presidente. La razón por la que creo esto es que tengo fe en la sensatez del pueblo americano y en que sabrán diferenciar a la hora de la verdad. Confío en que saben y reconocen que ser presidente es un trabajo serio, no un show de invitados a un programa de entrevistas ligeras, no es la diversión de un reality show, no es mercadotecnia, es algo duro y muy difícil y la gente lo sabe; mucha gente cuenta con el presidente para hacerlo bien; no es cuestión de hacer o decir lo que te hace parecer simpático, audaz y popular en las cabeceras de los periódicos o en los noticieros; tengo confianza en que la gente sabe que muchas veces tienes que hacer cosas que no son populares , pero si las correctas. Significa defender a personas que son vulnerables y que no tienen a quien los represente porque no tienen poder político alguno. Ser presidente significa tomar muchas decisiones impopulares, que a muchos no les gustarán, pero que son las que darán mejores resultados para la mayoría.

Ser presidente requiere estar preparado para trabajar con líderes de todo el mundo, de modo que se refleje la importancia y seriedad del cargo; requiere que conozcas a esos líderes y sus distintas realidades, los hechos que los preocupan, sus historias; esperan que conozcas sus nombres como ellos conocen el tuyo y que sepas dónde están sus países en el mapa . No esperan que te regodees y centres en tu propio país, ellos tienen sus propios problemas, igual que nosotros, y como líderes debemos tener el nivel de conocimientos que se requiere para resolver problemas juntos.



Al principio la gente participa y sigue a las elecciones primarias, y trata las noticias sobre ellas como si fueran entretenimiento superficial; pero conforme va avanzando la carrera, la realidad debe imponerse en las personas; y es en esas personas en las que también tengo fe, porque alguno de ellos estará donde yo estoy ahora, en una posición en la que tendrás los códigos de las armas nucleares, una posición en que tu decisión puede mandar a la guerra a muchachos de solo 20 años. Una posición que requiere tomar las medidas adecuadas para que el sistema financiero no se colapse. Una posición en que debes saber que a veces no solo somos responsables de nuestro país sino de otros países en problemas serios, que están a punto de desmoronarse y nos miran para que hagamos algo. Creo que el pueblo americano es inteligente, y que por eso, tomarán una decisión inteligente al final."

En las filas republicanas empiezan a aparecer algunas señales de la sensatez a la que Obama hace mención. Trump no tiene ninguna de las habilidades que se requieren para gobernar atinadamente un país tan complejo y con tanto peso en la política mundial. Ojalá que la percepción de Obama sea la correcta y que la sensatez e inteligencia que él percibe en su pueblo, al final prevalezcan.

(Foto de portadilla tomada de La Vanguardia.com)