Sociedad

Vida y milagros

¡Cómo hemos discutido y disentido entre amigos acerca de todo el conflicto que rodea la implementación de la reforma educativa! Si tú lees esto, te quiero preguntar algo que yo no me he sabido contestar satisfactoriamente: ¿Si en tus manos hubiera estado el poder mejorar el sistema educativo mexicano a partir de 2012, qué hubieras hecho con tan complicado reto? ¿Qué cambios, qué modificaciones a la ley, qué forma de evaluar a los maestros? ¿El IEEPO (Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca) lo hubieras seguido dejando bajo el control del sindicato oaxaqueño, de la CNTE? ¿Hubieras preferido dejar el sistema prendido con alfileres tal cual estaba a cambio de una relativa comodidad política? ¿Hubieras consentido que las resistencias a todo cambio se basaran en bloqueos continuos en carreteras, en especial las que conducen a Oaxaca o Acapulco? ¿Las marchas permanentes que toman de rehén a la ciudad de México? ¿Mejor nadar de muertito, mirar para otro lado y dejar que nuestro sistema educativo siguiera congelado, usado por gobiernos y sindicatos para sus fines políticos más que para mejorar la educación, sin evaluaciones ni movilidad por méritos? ¿Aceptar fatalmente que nuestros indicadores de desempeño en materia educativa siguieran por los suelos?

Yo no he escuchado a nadie de los que opinan y juzgan mal a la reforma educativa que me sepa decir con claridad qué hubiera hecho, qué hubiera cambiado y cómo, para que el sistema educativo se mejorara y se pudiera medir con eficacia. Solo escucho dos versiones en blanco y negro de cada uno de los lados. Buenos o malos, ángeles y demonios, según quien cuente las cosas, aunque en estos temas siempre hay matices y múltiples formas para resolver el mismo problema. Las versiones simplistas y maniqueas, del lado que sea, me parecen inútiles.



¿Qué hubiera hecho la más sabia de las personas para llevar a cabo una cirugía mayor a nuestro deficiente sistema educativo? Las pruebas de su deficiencia estaban sobre la mesa: los niños mexicanos no salían bien evaluados en la prueba Enlace. Reprobaban la mayoría. Si el resultado final era ese, era necesaria la completa revisión de todo el sistema, no solo la evaluación de los maestros, sino de las conductas de los mandos superiores, de líderes y autoridades, de las políticas públicas y presupuestales, de las condiciones de las escuelas en que dan clases los maestros, tan distintas en las ciudades y comunidades rurales, tanto, que derivaban en escuelas públicas de primera y de quinta debido a los abismos materiales y rezagos sociales entre unas y otras. Era y sigue siendo necesario revisar el corporativismo sindical muy bien aprovechado y cooptado por los gobiernos locales y federales en turno para sus fines personales o partidistas. Es innegable que todo necesitaba una revisión. La herramienta que encontraron y en la que coincidieron las fuerzas políticas mayoritarias en el Congreso a partir de 2012 fue el construir y cabildear la reforma educativa. Esa medida era indispensable y lograron construirla. Lo que sigue, que es implementarla, ha sido, es y será, muy complicado y requiere de buena voluntad e inteligencia de parte de todos los actores involucrados. Mover a México resulta más difícil que mover a mano a un elefante desmayado atravesado en una carretera. ¿Cómo lograr mejorar la educación pública, cómo evitar el caciquismo magisterial, cómo erradicar la corrupción gubernamental, cómo devolver autoridad moral a las autoridades? ¿Por qué, si la ley lo limita, existe un partido político dependiente de un sindicato, el SNTE, el voluble Panal inventado mañosamente por Elba Esther? Otra vez te pregunto, porque yo estoy a obscuras ¿Qué propondrías tú? ¿Qué hubieras hecho tú si hubieras tenido el poder de hacerlo?

Cada bando dice que lo resolvería de un plumazo. Hay unos que dicen que despertando al pueblo, suave manera de decir "que se arme la bola". Con los años me he convencido de que los problemas sociales solo se resuelven de fondo con la bendita pero menospreciada gradualidad. A la gradualidad se oponen los que creen en la velocidad. Y ahora a la velocidad se han apostado ambos bandos, los que quieren implementar la reforma y los que se oponen a ella.



Marx escribió un día que-"las revoluciones son las locomotoras de la historia, porque avanzan más rápido que los movimientos políticos y que el pensamiento de los partidos revolucionarios. El problema principal es que la locomotora descarrila a menudo". Habría que añadir a su frase que las revoluciones terminan devorando a sus hijos. Robespierre, Dantón, Marat, todos muertos en la revolución francesa, y junto con ellos, millones de franceses, los más jóvenes, los que más tenían derecho a vivir. La revolución mexicana se tragó a Madero, Villa, Zapata, Carranza, Obregón. Todos muertos. Y con ellos se fueron a una tumba temprana miles de sus seguidores. En pocos años lo que surgió fue la presidencia imperial. Ni que decir de Trotsky y la factura que acabó pagando en México con un piolet clavado en la cabeza, además de los millones de rusos muertos en aras de la revolución. Hoy tienen a Putin gobernándolos, una figura de enorme poder, con una policía secreta temible y un sistema de cortes y poderosos muy parecida a la corte del zar. Sí, ya sé que dirán que soy una conservadora recalcitrante, pero lo que Marx llama con elegancia el "descarrilamiento de la locomotora" suele dejar miles de muertos y aplastados a su paso. Y después del descarrilamiento suele regresarse al lugar a donde se estaba para empezar de nuevo, aunque primero hay que recoger el tiradero. Por eso me gusta la gradualidad. Según yo para allá íbamos. Las facturas del descarrilamiento de la locomotora ya vimos quiénes las pagan: jóvenes anónimos, policías anónimos, reporteros de periódicos locales cuyos nombres se olvidan en un día. Al final la explicación será la misma: "Sepa la bola".



Oigo muchas críticas extremas de ambos lados, pero no he oído una propuesta de cómo cambiar la educación para cambiar al mundo sin que el país estalle en pedazos. De todo esto sí sé unas cosas: las plazas no deben venderse sino concursarse. Si los malos gobiernos a eso indujeron, qué bueno que eso se extirpe. Y sí creo que debe evaluarse a todos los maestros de manera periódica, justa, sencilla, y con opciones para mejorar su desempeño. También creo en el avance por méritos académicos en el servicio magisterial, y en que deben construirse garantías para que sus voces sean cuidadosamente escuchadas. También que la reforma educativa requiere de gradualidad y criterio para implementarla, porque el mosaico de las escuelas, las comunidades y los maestros de México no es homogéneo, ni tampoco las condiciones en que los maestros trabajan. Tampoco lo son las condiciones de los niños, muchos de ellos con enormes carencias de salud, alimentación y mínimo bienestar. Creo que las autoridades educativas de México tienen que entender esa diversidad al ir implementando la reforma. El que va de prisa va despacio, no sea que tratando de implementar la reforma construyan sin saberlo una locomotora de esas que descarrilan y dejan un reguero de muertos.

Las ilustraciones para este texto fueron tomadas de la revista Nexos

Mundo Nuestro. Este texto del investigador del CIDE Jorge Iván Puma Crespo, publicado en la revista Nexos esta semana, nos ofrece elementos para comprender la compleja realidad social y política de Oaxaca, y el papel que en ella tienen los maestros organizados en la Sección 22 del sindicato magisterial.

Otros textos en revista Nexos que ayudan a comprender el conflicto en Oaxaca:



Oaxaca: toda la fuerza del Estado

El IEEPO: una historia de poder y políticas

Una nueva ley de educación en el escenario conflictivo de Oaxaca

Elementos para comprender a la Sección 22 de la CNTE

A pesar de que en el imaginario político la Sección 22, a nivel local, y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a nivel nacional, aparecen como actores unitarios en constante confrontación con el gobierno, la realidad política es más compleja. Desde su nacimiento dentro del movimiento de protesta magisterial de finales de los setentas, la CNTE es una confederación de tendencias, grupos y organismos sindicales oficiales con fuerza principalmente en los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca. La Coordinadora no nació en Oaxaca, sino que surgió a partir de la lucha de varias tendencias de izquierda en Chiapas por controlar la sección siete del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y una posterior coalición de fuerzas opositoras al PRI que perseguían democratizar el SNTE. La naturaleza plural del proyecto político inicial fijó como norma de acción la no participación en elecciones y un rechazo a la injerencia de los partidos en la vida sindical de la Coordinadora.1 Ahora bien, la lucha de la CNTE no ha estado exenta de intercambios de violencia entre profesores y agentes del Estado. Sin embargo, a pesar de su radicalidad, la disidencia magisterial también tiene una larga tradición de negociación con el Estado.



1

Tres momentos marcan la evolución del movimiento magisterial en Oaxaca. El primero es la captura de la estructura sindical del SNTE a nivel estatal a principios de los años ochenta.2 Un segundo momento es la descentralización educativa durante el sexenio de Carlos Salinas que trasladó recursos y facultades al gobierno de Oaxaca, lo cual preparó el terreno para que el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO) firmara la “Minuta de 1992” con el gobernador Heladio Ramírez, estableciendo un cogobierno sindicato-gobierno del estado. Finalmente, el conflicto social de 2006 íntimamente ligado con la lucha entre los grupos de José Murat, Diódoro Carrasco y Ulises Ruíz por el control del gobierno estatal y que, a pesar de la represión, acabó en un nuevo equilibrio favorable a la sección 22 y con la derrota electoral del PRI en 2010. Son tres circunstancias distintas que explican cómo el magisterio fue constituyéndose como factor real de poder en la política local.



Para entender a la Sección 22

En Oaxaca, la disidencia magisterial tiene una naturaleza dual: es una sección estatal del SNTE y es un componente del organismo disidente la CNTE. Por esto, el MDTEO tiene que cumplir con los estatutos y normas del SNTE para funcionar como órgano representativo de los trabajadores de la educación oaxaqueños.3 Sin ello no podría ser un interlocutor jurídicamente válido ante el gobierno estatal en el ámbito educativo. Sin embargo, las decisiones políticas reales son objeto de asambleas estatales previas donde las corrientes políticas internas discuten y votan, por lo que las instancias oficiales se convierten en mero trámite. Eso también relativiza la fuerza real de la dirigencia, pues el poder real está en las corrientes internas y se ejerce en las asambleas.

A esto hay que sumar instancias de democracia directa asamblearia en forma piramidal –de la escuela-centro de trabajo a la estatal– que constituyen el escenario político donde se dirimen diferencias dentro del movimiento. Si en un principio diferencias ideológicas y de táctica tuvieron un papel importante en los conflictos internos, a partir de 1992 con la captura de espacios administrativos dentro del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) se introdujo una nueva tensión: los recursos económicos y el control de plazas. Desde entonces, la participación de las bases y el nivel de interferencia de los grupos locales varía de acuerdo a la fortaleza o debilidad de la organización, pero también se experimenta un paulatino divorcio del maestro con las comunidades y una mayor dependencia a los recursos públicos para incentivar la participación política.

Un elemento que muchas veces se obvia en las explicaciones sobre la fortaleza y resiliencia del movimiento magisterial son sus principios normativos internos, los llamados principios rectores del MDTEO. Estos principios rectores son normas aprobadas en el primer congreso extraordinario democrático de la sección XXII en 1982 y están enfocados a mantener los elementos de democracia sindical y unidad de acción. Son un elemento normativo que da consistencia normativa al actuar político del sindicato.

Ahora bien, los recursos económicos de los maestros en Oaxaca, derivados de su estabilidad salarial y laboral, que les da su plaza, así como su experiencia política obtenida en negociaciones y movilizaciones explican porque en diversos momentos fueron capaces de crear organizaciones de comerciantes, campesinos y colonos. Esto multiplica su fuerza numérica y política, más allá del propio sindicato y explica por qué en varios enfrentamientos recientes participan organizaciones afines al magisterio como la Unión de Artesanos Comerciantes Oaxaqueños en Lucha (UACOL) y el Frente Popular Revolucionario (FPR). A esto hay que sumar su paulatino crecimiento numérico que en los últimos años –sin contar con una cifra precisa– los acerca a los 80 mil, a los que hay que sumar familias y allegados.

La reforma educativa como catalizadora del conflicto actual

La “recuperación” a mediados de 2015 del control de una parte del sindicato respecto de la burocracia central en Oaxaca no provocó una reacción tan fuerte. En parte, por la animadversión general entre la base del magisterio hacia los burócratas de las oficinas centrales y en parte por la presencia de abundantes fuerzas de seguridad federales. El congelamiento de cuentas de la dirigencia y las ordenes de detención tampoco provocaron una reacción. En esa calma extraña, sólo los estallidos en Chiapas parecían romper con la tensa paz. Y sin embargo, las evaluaciones fallidas del servicio profesional docente provocaron atisbos de reacción. La amenaza, por fin ejecutada, de los despidos y el discurso de “mano firme” del Secretario de Educación generaron este entorno de confrontación.

Es lamentable, pero una narrativa como la de los dos demonios, acuñada para explicar las guerrillas de los setenta y ochenta en Centro-Sudamérica, podría ayudar para entender este embrollo. Nos encontramos ante dos fuerzas políticas que luchan por la legitimidad y el control del sistema educativo y en el camino se ha llegado a afectar a la población civil. En esa lucha, el Estado debe cumplir con el respeto de los derechos humanos y la ley, algo que sistemáticamente ha probado ser incapaz de hacer y que debilita su pretensión de implementar la reforma, acaso porque su interés se ha reducido a mostrar la fuerza de sus iniciativas.

Acaso ha llegado el momento de aceptar que el debate sobre la educación pública en México se encuentra en un momento álgido y que la solución a sus problemas viene de la mano del diálogo. Un diálogo que tiene que trascender las verdades a medias y que pasa por reconocer a la sección 22 como un actor político legítimo, con los mismos problemas que cualquier otro actor dentro de la política nacional, y al que no debe reducirse a una caricatura. Esperemos que los contendientes lo comprendan.

Jorge Iván Puma Crespo es maestro en Historia Internacional por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).


1 Para un estudio sobre el origen de la CNTE véase Joe Foweraker, Popular Mobilization in Mexico. The Teachers’ Movement 1977-1987 (Canada: Cambridge University Press, 1993).
2 Para una historia del origen de la sección 22 véase María Lorena Cook, Organizing Dissent. Unions, the State, and the Democratic Teachers’ Movement in Mexico (San Bernardino, CA: The Pennsylvania State University Press, 1996).
3 El siguiente análisis se deriva del trabajo de Marco Estrada Saavedra, “Disidencias y Connivencias. La Colonización del sistema educativo oaxaqueño por parte de la sección XXII del SNTE,” en Formas reales de dominación del Estado: perspectivas interdisciplinarias del poder y la política (México, D.F. : Colegio de México, 2014). y conversaciones del autor con profesores de la sección 22 y funcionarios del IEEPO.

Vida y Milagros. Si tú lees esto, te quiero preguntar algo que yo no me he sabido contestar: Si tú fueras secretario de educación pública ¿Qué hubieras hecho a partir de 2012 con el reto y el problemón de mejorar el sistema educativo mexicano? ¿Qué cambios, que modificaciones a la ley, qué forma de evaluar a los maestros? ¿El IEPO lo hubieras seguido dejando bajo el control de la CNTE? ¿Conservar el sistema prendido con alfileres tal cual estaba? ¿Dejar que los bloqueos sigan tomando de rehén a la ciudad de México? ¿Hacerte de la vista gorda y dejar que nuestra evaluación educativa como país siguiera por los suelos?

Yo no he escuchado a nadie de los que opinan desde la barrera que me diga qué hubiera hecho, qué hubiera cambiado y cómo, para que las cosas estuvieran fluyendo mejor. Solo escucho dos versiones en blanco y negro de cada uno de los lados. Buenos o malos, según quién explique su versión. Ángeles y demonios, según quien cuente las cosas. Y las cosas no son así, siempre hay matices, muchos claro obscuros, múltiples y complicados ángulos desde los cuáles ver el mismo problema. Las versiones simplistas y maniqueas, del lado que sea, me parecen inútiles. ¿Qué hubiera hecho la más sabia de las personas si la hubieran nombrado Secretario o Secretaria de Educación Pública en 2012 para mejorar nuestro desempeño como país en materia educativa? Y el mejorar la educación es impostergable, como país estamos muy mal evaluados. ¿Cómo lograr mejorar la educación pública, cómo evitar el caciquismo magisterial, cómo erradicar la corrupción gubernamental, cómo devolver autoridad moral a las autoridades? Otra vez te pregunto, porque yo estoy a obscuras ¿Qué propondrías tú? ¿Qué hubieras hecho tú si hubieras tenido el poder de hacerlo?



Y hoy, ¿Qué harías tú hoy si te dieran el poder de resolver el problema tal cual está ahorita en la mesa, una mesa patas arriba y con dos de las cuatro patas envueltas en llamas? ¿Me lo puedes explicar con bolitas y cuadritos? ¿Paso por paso? Porque oigo que todos, de cada uno de los bandos, lo resolverían de un plumazo, y es obvio que este tipo de cosas solo se resuelven con gradualidad. ¿Pero cuál es el camino y los pasos a seguir para construir esa gradualidad? Que alguien muy justo, muy inteligente, muy preparado y muy humilde me explique. Gradualidad. Según yo para allá íbamos. Pero ahora leo cosas en la red que me dejan con la boca abierta, leo posturas fundamentalistas en ambos lados de la mesa en disputa. Me sorprende que pretendan que la policía no vaya armada. Me sorprende que en partes de la red se aflijan por los maestros muertos y que los policías heridos y el periodista al que le dieron un tiro en la cabeza por tomar fotos, tan mexicanos como el resto, les parezcan mexicanos de cuarta. No creo que en ningún país del mundo se le pida a un policía andar nada más con su tolete, y menos ganando 8 mil pesos al mes, si bien les va. Un policía que muere en la trinchera no es un ser privilegiado, ni rico, ni desalmado. Es ante todo, una persona que se gana la vida haciendo un trabajo que es el más ingrato del mundo, pero no ilegal ni trabajo para malvados. Esos de la trinchera son mexicanos tan humildes y del pueblo como lo son los que se inconforman por muchas razones, ya no sé no que tan buenas ni qué tan malas, a la reforma educativa. Es más, provienen mayoritariamente de ahí. ¿Tienen que ir a desalojar un plantón con las manos vacías? Oigo muchas críticas extremas de ambos lados, pero no he oído una propuesta de cómo cambiar la educación para cambiar al mundo sin que el país estalle en pedazos. De todo esto sí sé una cosa: las plazas no deben venderse sino concursarse. Si los malos gobiernos a eso indujeron, qué bueno que eso se extirpe. Y sí creo que debe evaluarse a todos los maestros de manera periódica, justa, sencilla, y con opciones para mejorar su desempeño. Eso es lo único que sí sé qué está muy bien que suceda. Cómo y porqué inquieta a tantos, no lo sé ¿Por qué levanta tantas suspicacias? ¿Porque el gobierno en general está desprestigiado, no de ahora, de hace mucho, mucho tiempo? De nuevo ¿Qué harías tú, hoy, en este día, en este momento, con ese problemón? Quiero saber qué harías tú. Quiero saber, por favor.

Mundo Nuestro. A un año de los sucesos trágicos de Nochixtlán reproducimos este texto con la interrogante sobre la incapacidad mexicana para resolver sin violencia sus conflictos.

Seis muertos el domingo 19 de junio en Nochixtlán, en la carretera que cruza la Mixteca hacia la capital de Oaxaca.

Seis muertos. Es el resultado al que llegó la reforma educativa que no aceptan los maestros del sur.

Leo lo que escribí en agosto del 2013, cuando inició esta guerra entre el gobierno federal y los maestros organizados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, entonces tomaron las calles del centro de la ciudad de México:



"Dé dónde vienen los maestros. Son maestros del sur. En México todas las montañas son el Sur. Ese es uno de sus principales reclamos, apenas asomado en las entrevistas que hacen los reporteros a sus líderes. “Tienen que ver en qué condiciones vive la gente para la que trabajamos.” Y más: “Vayan a conocer las condiciones de las escuelas en las comunidades de las montañas.”

"Las montañas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Puebla.

"Y desde allá han llegado para tomar las calles y voltear de cabeza la ciudad de México. En estira y afloja, todos se irritan. Por principio los capitalinos: por el tráfico y contra el tráfico, contra las autoridades que no reprimen y contra las autoridades porque quieren reprimir. Y primero que todos, los funcionarios federales: por su orgullo herido, por sus planes modernizadores fallidos, por el ridículo público. Y los maestros: porque vienen desde lejos y nadie entiende sus razones para abandonar a los niños, porque están jodidos y todos creen que son unos pendejos huevones, porque ya llevan una semana en el jaleo.

"Y ni para cuándo.

“'No hay vuelta atrás en la reforma', dijo el secretario de Gobernación Osorio Chong.



“'Esto apenas empieza', amenazó el líder oaxaqueño de la Sección 22."

Hoy, en este lunes 20 de junio de 2016 miro a los dos bandos hacer el recuento de sangre. Y me veo a mí mismo ciudadano, impotente ante un país que día a día no deja de desgarrarse.



"Estira y afloja --escribí hace tres años, y vuelvo a decirme que no hay otro camino que el de entender esa pregunta simple, ¿de dónde vienen los maestros?--. Desde dónde mirar todo esto. Algo ayudará si lo hacemos desde los pueblos originarios de México. Mundo Nuestro presenta dos narraciones tomadas de las crónicas escritas por Sergio Mastretta en el pueblo totonaco de Ixtepec (La Sierra viva, 2005) y en la región amuzgo-mixteca de la montaña de Guerrero (Viaje a Tlacoachistlahuaca, 2007).

Y con ellas una idea del reclamo profundo de los pueblos del sur.

De dónde vienen los maestros

Una vivienda totonaca en la Sierra de Puebla.

Ixtepec, Puebla. 2005

El Jardín de Niños bilingüe Nicolás Bravo es un ejemplo fiel de los alcances y limitaciones del Estado mexicano en asuntos educativos. Está ahí, con sus dos salones amarillos pintarrajeados por los niños. Sus maestras, dos mujeres serranas, hacen milagros en el intento de que los pequeños encuentren el rumbo y el gusto del estudio. Sus rivales son terribles. La infraestructura: no hay luz, no hay agua, no hay baños, no hay cercado. La economía familiar: un día sí y otro también los padres retienen a sus hijos por el trabajo, porque a los cinco o seis años aquí ya se trabaja. Los programas de estudio: da la impresión de que la propia SEP no se cree el propósito de la enseñanza bilingüe y muchos de los profesores no dominan las lenguas; el español predomina por el simple motivo de que no hay textos ni materiales en totonaco.

Como sea, eso no les preocupa a dos madres de familia que esta mañana han ido a dejar a clase a sus pequeños. Insisten en permanecer en el salón, a pesar de la indicación de la maestra, y cuando no les queda más remedio se asoman por la ventana, muy atentas a los movimientos de sus pequeñines. Para ellas, como dirán en la entrevista, la posibilidad de que sus hijas encuentren un destino distinto al que ellas vivieron está en la escuela.

Observo la escena y valoro ese lindero absurdo que no alcanza a cruzar nuestro país: ahí está el quínder, pero son tales sus carencias que los resultados académicos siempre serán destrozos. Sin embargo, el hecho contundente es que ahí está el Jardín de Niños, y en él está la esperanza de estas mujeres totonacas.

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A Ixtepec se llega primero por la memoria que la Sierra tiene de sí misma: el sábado 9 de octubre de 1999, tres días después de que escampara en la Sierra y la magnitud del colapso de los montes pesara en la conciencia, por un instante, como desgracia nacional, el pueblo de Ixtepec responde a la tragedia de la tormenta con la organización. Con las carreteras destruidas, una hilera larga de hombres y mujeres avanza por las rutas antiguas hacia Zacapoaxtla; por las veredas de siempre saltan las dos barrancas inmensas del Zempoala y el Apulco para conseguir los bastimentos mínimos de sobrevivencia: maíz, frijol, pasta, y lo que ya las tiendas de la comunidad no alcanzan a surtir. Tardarán dos semanas las máquinas en abrir la Interserrana, así que los pueblos, en un atajo de la memoria, han vuelto sobre sus pasos. Ida y vuelta por la vereda antigua, una fila larga, reconocida por la paciencia del que camina eternamente. Es una columna inteligente, que mide sus pasos y sus fuerzas, que cuenta los kilos y las tortillas que se repartirán el peso en las espaldas de cada familia. Y que no deja de mirar de dónde viene. Es la acción orientada por la sobrevivencia.

Y si se han organizado contra la catástrofe, en su irritación lo han hecho también para ajustar cuentas a la autoridad inepta que ha abandonado a la gente en su infortunio. Repudiado por desaparecer del pueblo en los días de la calamidad del cielo y la inconciencia ambiental, el alcalde será fulminantemente destituido por la comunidad por la vía de la toma de la presidencia municipal, un edificio en ruinas que refleja en su desolación la ineptitud de quienes han gobernado en la Sierra en las últimas décadas. Pero eso será unos días después a este sábado de la caminata organizada en esa hilera blanca y silenciosa por la que en el dolor humano la Sierra se vuelve sobre sí misma y señala las rutas que nunca dejarán de existir.

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Dos mujeres caminan por la calle encementada en el centro del pueblo. Una es bajita y viste la falda blanca, corta, entallada por la faja en la cintura; la blusa bordada le descubre los brazos recios casi desde los hombros; dos trenzas largas, entretejidas con listones tan negros como su pelo, pero adornadas con cintas azules no dejan de provocar un toque infantil; sus piernas fuertes destacan contra el piso claro que sus pies descalzos raspan en pasos cortos y precisos; la carga de agua con el mecapal la inclina hacia delante pero sus ojos no dejan de mirar al frente. Simplemente camina con el objetivo de llegar pronto a casa con los veinte litros que el tambo de plástico guarda. La esperan sus actividades de todas las mañanas, que ella repetirá con la simpleza de las aves en sus desplazamientos de rama en rama. Ella es consciente de lo que le ha tocado vivir y sólo pide que su historia no se reproduzca en su hija.

Le acompaña una mujer joven, en pantalones de mezclilla y camiseta con símbolos que se encuentran en cualquier videojuego de batallas fragorosas entre orientales triangulados. Es el mismo rostro, igualmente requemado por el sol, apretado por una cabellera corta azabache, sujeta por una mariposa de plástico. También carga un tambo, pero sin mecapal; el brazo estirado revela el esfuerzo de subir desde el manantial, descansando a ratos, en una rutina de una hora que la familia hace todos los días cuando la lluvia se ausenta de más en esta tierra. La joven estudia el bachillerato y sabe que por ese motivo, y por muchos más que no se comprenden, cada día que pasa es más distinta de su madre, pero que el destino --a menos que en el azar de la existencia, la lleve por otros rumbos--, le regresará el parecido poco a poco, con el matrimonio, por ejemplo. Está segura de que ella no continuará la tradición de la vestimenta totonaca; sabe también que su madre no habla castilla y que responde con monosílabos a los extraños que hasta Ixtepec llegan. Las mujeres mayores nunca han necesitado escribir, y sin la lectura también se sobrevive; los escolares ayudan a sus padres en trámites como el de los miércoles cada dos meses en que el Gobierno paga el programa Oportunidades. Ella va ya por el último año de la preparatoria, y todos los días se pregunta si de algo servirá tanto sacrificio y tanto gasto para participar, al final, del baile de graduación que todo el pueblo espera.

Las dos mujeres caminan por la plaza y su paso es una ilusión breve en la vista cotidiana del pueblo. Las dos llevan enlazadas por la carga del agua sus historias.


Tlacoachistlahuaca, Guerrero. 2007

5 de Mayo

La escuela 5 de Mayo ha crecido en trazos desiguales a lo largo del tiempo. El último tranco es del año pasado, casi al cruzar el portón destruido, con tres salones a la usanza moderna de la SEP. Del otro lado del patio encementado están unos galerones más consecuentes con el calor de Guerrero, sin ventanales que los encierren, pero sí con una celosía que filtra el aire e impide que la atención escolar se extravíe. Al fondo, dos salones más, uno de ellos con el gol de los televisos por la educación, que ha donado en el 2006 un conjunto muy animado de computadoras, dieciséis, de las cuales cuatro han tronado por la baja tensión de la corriente eléctrica. También ha volado la impresora. Es imposible la operación por el problema eléctrico. Ni pensar en una conexión a internet que funcione...

El salón de primer año no llega a celosías ni mucho menos a ventanas o paredes. Cuatro postes sostienen un tejabán que da sombra a veinte niños en pequeños pupitres, frente a un pizarrón sostenido contra un costado de los salones de tercero. El piso es de tierra, y el olor a excremento gana contra las cuentas que la maestra directora de la escuela intenta con los pequeños. Ella me tiene paciencia y realiza con los niños un ejercicio del libro de matemáticas en español: identificar el número de artículos varios (manzanas, dulces, etc.) que se pueden comprar con diferentes cantidades; lo explica en castellano y en amuzgo, y luego va con las niñas, que están más atentas; sólo una de cuatro logra la cuenta, y de los niños consultados ninguno da con la respuesta. No es cualquier asunto: los niños no hablan español, la lengua en la que está escrito su libro; el amuzgo, cristalino en sus vocecitas, es su lengua madre, la que dominan a la perfección desde sus tres años, pero no ha logrado el milagro de un traductor matemático; a los siete años, el sistema y el progreso les imponen el terrible reto de aprender a leer y escribir en una lengua que no es la suya, y además las sumas y las restas. Y para rematar un desconocido, con el pretexto de que es periodista, interrumpe la clase para valorar el grado de alcance en el aprendizaje de los pequeñines.

La maestra termina la clase y me despide pues está por arrancar una pequeña asamblea con seis de sus profesores. Mañana es viernes, y muchos de ellos se irán desde temprano por el fin de semana a sus casas. Los observo un momento y pienso en los conflictos magisteriales añejos en Guerrero, con decenas de comunidades con escuelas duplicadas, con dos o tres salones, con muy pocos alumnos, con profesores bilingües que no lo son, o con maestros zapotecas en pueblos mixtecos, en un enredo de lenguas, sierras, caminos, matrículas, desgarres burocráticos y enconos políticos del sindicato de maestros y el sistema educativo. Al final, los niños indígenas al fondo del abismo del más complejo problema de México.

Guerrero, por los caminos del sur

Dos maestras

En Huehuetónoc, Isabel Polanco Añorve tiene a su cargo el segundo de primaria en la escuela 5 de Mayo; en la cabecera, en el quínder Independencia Alicia Hernández Aparicio es la directora. Las observo como quien busca un milagro, el que ellas buscan con sus niños, contra todos los vientos en estas sierras bilingües.

Dice Isabel: “La mera verdad es muy pobre la reacción de los niños, porque ellos su lengua indígena no les permite entender bien, comprender bien el español. Los libros de texto todos vienen en español y a los niños se les dificulta. El trabajo de nosotros es traducirlo del español, leerlo en su lengua para que ellos entiendan. Y en caso de que ellos no logren captar la lección, uno vuelve, regresa otra vez a lo mismo. Tenemos un libro en amuzgo. Ese libro sí lo leen, lento, lento, pero si lo leen, es más rápido con ese libro. El problema es que vienen los exámenes a nivel nacional y, pues, ahí es donde nosotros nos rezagamos un poco, porque los niños no comprenden rápidamente esos libros.”

Y piensa Alicia de las posibilidades del aprendizaje en dos idiomas: “Para nosotras como maestras es de trascendencia hacer énfasis en las lenguas que se hablan en este lugar. Y eso debe ser de importancia para los niños, conservar sus orígenes, aunque quizá llegue a impactarles el hecho de que en algunas partes de la cabecera hablan español. Realmente es un orgullo decir que somos bilingües, sobre todo porque muchas otras personas lo toman al contrario, es decir, a los indígenas nos hacen de lado por cómo somos. Y eso debe hacernos sentir más orgullosos.

“En el preescolar es posible impartir una clase completa, al 100 por ciento, con los niños en dos lenguas. Quien no logra entendernos en español, por lo menos capta el amuzgo, su lengua materna, que es la de Tlacoachistlahuaca. Esa doble posibilidad todavía incrementa más el aprendizaje. La enseñanza es más riquísima para ellos, porque el que no entiende una lengua, entiende en otra.”

Alicia no duda al explicar el problema de fondo, el hambre: “La alimentación es muy raquítica. A veces están comiendo una tortilla recalentada de otro día con sal, un poco de aguacate y cafecito para darle sabor. Los niños están preguntando casi siempre, ¿qué desayunamos? Un gran banquete es precisamente tomar café con pan o un taco con sal. Nosotras, como maestras, cuando hacemos visitas domiciliarias nos da mucha tristeza porque encontramos ese tipo de condiciones. Esto ocurre principalmente en las inscripciones del ciclo escolar. Observamos que es demasiada pobreza. En primer año, los estudiantes tienen tres años cumplidos, en segundo año, alcanzan los cuatro y, en tercero, tienen de cinco a seis años. Las condiciones de pobreza mencionadas explican muchos de los comportamientos de los niños, es decir, lógicamente, no aprenden bien, son rebeldes y retraídos. Esto es muy constante, porque el niño que siempre trae dos o tres pesitos se siente halagado de poder comprar, y el que no carga ni siquiera cincuenta centavos en la mano, sólo se queda sentadito a contemplar al que está a su lado comiendo. Para eso sirve la maestra de guardia, para vigilarlos y distraer a estos últimos con el juego, mediante una dinámica de entretenimiento en grupo durante la media hora de recreo.



Una vivienda en Huehuetónoc.

Tecnología

La educación desde dos mundos: dos culturas, dos lenguas, dos estómagos, dos salarios. No tiene mucho caso interrogar sobre el futuro. ¿Y el que promete las nuevas tecnologías? ¿Qué piensa Isabel, de oficio secretaria, que retomó la plaza de profesor de su hermano muerto? ¿La tecnología puede transformar la realidad de estas escuelas de la miseria? Así ve las cosas desde una de las aulas del muy gritado “gol por la educación” de Televisa, ahí, en Huehuetónoc, en la primaria 5 de Mayo.

El cuaderno de Jesús.

--Estamos en el aula de medios, como le llaman a este salón con computadoras. Es el segundo grado de primaria, y vemos a los niños usar las computadoras. ¿Qué es lo que hacen, maestra?

--Únicamente venimos a escribir palabras entrando al Microsoft Word, utilizando el disco, les dicto y escriben palabras en el teclado, porque no se puede más, la luz no aguanta para prender todas las computadoras. La luz está muy baja y ya se nos dañó la impresora, no funciona. Son los cambios de corriente, además de que hubo mucha lluvia y afectó al sistema.

--¿Qué discos utiliza?

--En Enciclomedia tenemos un abecedario mágico, ese es el que yo meto con los niños de segundo año, también uno de matemáticas, de los animales increíbles. En segundo año sólo vengo yo una vez a la semana, porque no nos da abasto de trabajar, yo entro sólo dos horas los martes.

--¿Cuántos alumnos son en este grupo y cuántas computadoras?

--Son diecinueve alumnos con quince máquinas, algunos trabajan en equipos de dos o de tres, porque no todas prenden, ya se dañaron como cinco. Eso lo hace más difícil, pero, digamos que una vez a la semana los niños tienen el contacto con la computadora. Es una vez a la semana, porque son dos primeros, dos segundos, un tercero, dos cuartos, en sesiones de dos horas, así que no alcanzamos todos.

--¿Qué evaluación hace usted del uso de estas herramientas?

--Solamente ver si el niño logra captar la idea, escribir, usar el teclado más que nada. Porque ellos no conocen cómo utilizarlo, por eso les enseño primero el manejo del teclado, que puedan escribir, de ahí les evaluó la escritura, la visualización, como dicen, los dibujos, los animales, que ellos no conocen cuando los vemos, ahora ya saben cuáles son los animales salvajes y ahí los conocen.

Es muy necesario, nomás que a veces no somos capaces de lograr completarlo, a mí me gustaría que, al insertar un disco, se viera en varias computadoras, pero no se ha podido desde que vinieron e instalaron el Internet, no se ha podido hacer eso.

--¿Estas computadoras tienen Internet?

--Sí, sí tienen, pero no lo sabemos utilizar, nomás vienen, lo meten y no nos dicen cómo, necesitamos un taller capacitación para que nosotros lo hagamos, hemos pagado para que una persona nos venga a enseñar por las tardes. Nosotros, como maestros, por nuestra cuenta pagamos una persona que sepa y que nos venga a enseñar, porque nosotros no tenemos ese conocimiento de las computadoras. Por interés propio hemos pagado a una persona que nos venga a enseñar el manejo.

--¿Cómo le va a usted como maestra? ¿Cuál sería una apreciación general sobre su trabajo?

--Ahorita yo veo que es muy bonito, desde que instalaron esto me emocioné más, hay más creatividad por parte de los niños por las computadoras, porque llama más la atención de los niños, ellos dicen “vamos a ver la tele”, sienten que es una televisión, pues hace más emocionante la clase, se interesan más los niños. A veces pienso que ha sido más provechosa la clase ahorita, desde que están instalados estos aparatos.

--¿Tiene algún reclamo?

--Yo le voy a repetir lo que les he dicho a las personas que nos vienen a visitar siempre. Cuando instalaron esto se los dije: “espero que no sea la última vez que vengan y nos den capacitación”, pero jamás han regresado. Hace un año volvió a venir uno de México y por igual, no volvió a venir. No sé si no dan aviso de nuestros problemas o nomás vienen, nos engañan, nos dicen: “pues sí, uno tiene problemas”, vienen a ver los problemas y a la mera hora nos quedamos igual. El problema aquí es la luz.

Sería la última en argumentar en contra de un transporte público, menos contaminante, que reduce el tráfico vehicular que contribuye a la contaminación atmosférica. Para los que dudan de que somos la última generación de humanos que tiene la responsabilidad de afrontar el cambio climático que fue de nuestra hechura desde principios de la era industrial (la fecha en que coinciden todos los estudiosos del tema es 1945) recomiendo seguir los argumentos de algunos como Melanie Klein o la lectura del libro de un antropólogo, Brian Fagan, traducido al español con el título: La Pequeña Edad de Hielo. Porque si en algo tenemos que ponernos de acuerdo es en la escala y la proximidad de una crisis climática en puerta que, por decirlo suavemente, será un cataclismo.

Pero sí puedo argumentar que la construcción de este tren, entre Puebla y las Cholulas, no fue una contribución de Rafael Moreno Valle para aliviar el tráfico vehicular contaminante; ni una alternativa para la preservación del medio ambiente; ni lo construyó para cuidar y enaltecer el patrimonio cultural de las Cholulas, sino que fue solo una inversión de negocios, con dinero público, para beneficio de unos pocos.



Así como el Parque Intermunicipal nació con el Proyecto Esquerra del año 2000, el tren turístico se le ocurrió cuando alguien de su entorno leyó una tesis de mayo 2007: “Usos Turísticos del patrimonio industrial en la ciudad de Puebla” presentado por Diana Angélica García García y N. Rivas Badillo, de la Escuela de Negocios y Economía de la UDLAP (ver Samantha Páez- e-consulta. Agosto 17, 2015). Las tesistas habían elaborado una propuesta para un tren orientado al turismo, en operación solo en periodos de alta afluencia de visitantes, rehabilitando las antiguas vías ferroviarias y concluyendo en la antigua estación en San Pedro Cholula. La justificación, como sucede siempre con propuestas de negocios, encontró su utilidad pública (además de los ingresos asegurados al fomentar el turismo desde Puebla a las Cholulas) en la rehabilitación del patrimonio industrial y del patrimonio cultural de las Cholulas.

Al no ser proyectado y re-interpretada la tesis como un tren interurbano por parte del gobierno de Rafael Moreno Valle, sin embargo, solo podía resultar en un negocio redondo para unos pocos; especialmente para un importante político Pannista de San Pedro Cholula, el Lic. Gómez Carranco, dueño del predio de la antigua estación ferroviaria que se apresuró a donar parte de su terreno para una nueva estación y a construir y ampliar comercios en el entorno, preservando el edificio original de la estación como una tienda OXO. Sin proyección como un transporte público interurbano; es decir, como una respuesta así sea parcial al deficiente transporte público y para disminuir el intenso y contaminante tráfico vehicular; sin una propuesta para rehabilitar como áreas verdes con usos y costumbres las zonas aledañas, la expulsión de centenares de familias que se ganan el sustento en las inmediaciones de las antiguas vías y la afectación negativa a las viviendas aledañas era lo primero que se podía esperar. Y así fue: solo que los tianguistas, artesanos y lugareños que protestaron (y siguen protestando) son precisamente los que esta visión de negocios de un tren para turistas buscaba eliminar del entorno.



El gobernador Rafael Moreno Valle ignoró o no le importó además que el tren turístico y su actual estación se encuentra no en terrenos perimetrales de la gran pirámide sino sobre el edificio de adobe la gran pirámide. Específicamente sobre la esquina de la pirámide que se encuentra en la calle 6 Sur entre la Ave. Morelos y la 2 Oriente en San Pedro Cholula. Los arqueólogos han detectado allí (y solo en su proyección arquitectónica) una esquina de una pared con orientación este-oeste que debió ser parte de una de las plataformas del gran edificio. Sabemos hoy que el gran edificio no fue una sola construcción sino un largo y complejo proyecto constructivo que abarcó muchos siglos y que cuando se decidía construir un nuevo edificio éste se incorporaba al previo así también las estructuras y plataformas adosadas. Y sabemos que esa esquina en particular tiene un contexto de rellenos que cubren parcialmente la estructura piramidal.



Rafael Moreno Valle a sabiendas de las condiciones de deterioro grave que sigue sufriendo el edificio piramidal (siempre sin financiamiento para restauración, rescate e investigación) cuando se propuso el negocio del tren lo último que consideró, sin embargo, es una inversión en el edificio piramidal y su historia cultural; y apresuró la construcción del tren turístico hasta obtener del INAH los permisos. Amigos de Cholula obtuvieron a través del INAI la documentación: el 16 de febrero de 2016 en un oficio dirigido a Diego Corona Cremean el INAH otorgó el permiso “para la construcción de la estación del tren turístico en Cholula…cuyo costo aproximado es de 25 millones de pesos” (Oficio no. 401.B(22) 137 2016/521). El 20 de Enero de 2016 en una reunión con cholultecas en la Ciudad de México funcionarios del INAH ya nos habían adelantado que el permiso sería otorgado. El permiso finalmente incluyó algunas precauciones ( la vía debía permanecer sobre el relleno y elevado) y se otorgó en base al informe técnico y arqueológico firmado por Teresa Meléndez Franco entregado en diciembre 2015: después de dos pozos de sondeos por indicaciones de anomalías del geo radar; con premura y pico y pala; y apoyo material y de trabajadores de la propia constructora; retirando cerámica, lítica, huesos y otros materiales de “cultura contemporánea hasta prehispánica” lo más rápido posible, la arqueóloga concluía su trabajo en poco menos de un mes porque las construcciones para el tren y su estación ya se iniciaban. Todo esto parece una burla. El tren, proyectado como un transporte interurbano se pudo haber detenido dos cuadras abajo y sin introducir más y mayores afectaciones a una esquina del gran edificio piramidal. Y se pudo haber proyectado menos agresivo con el medio ambiente, respetuoso del patrimonio cultural y arqueológico e incluyente con todos los que allí se ganan el sustento de vida.

Pero esta es la modernidad y el progreso que Rafael Moreno Valle nos prometió y con abundante dinero público cumplió. Los cholultecas y su cultura milenaria nunca estuvieron invitados a subir al tren.

¿Justicia? ¿Aquí en la tierra? Sólo esperamos justicia divina, porque aquí en la tierra… Yo creo que unos ocho días más y lo metemos al archivo del olvido, este país lo que no tiene es memoria histórica, entre más rápido se olvide, mejor. Anastasio Hidalgo (Padre Tacho)

Hay historias nuestras que no pueden ir a dar al archivo del olvido.



49 personas murieron en la masacre la comunidad gay en Orlando. La mayor infamia homofóbica en la historia de Estados Unidos. Omar Siddiqui Mateen nació en ese país, ahí vivió su vida hasta que le quitó la vida a 49 personas con un rifle de asalto que compró legalmente en una armería de su vecindario. En ese abismo está sumido nuestro vecino del norte.

31 asesinatos en los primeros 13 días del mes de junio en el Estado de Puebla, una tierra en la que, por lo demás, la vida de las mujeres no vale nada. La prueba del vacío institucional, la realidad de una sociedad en la que priva la impunidad y la ausencia de ley. En ese abismo de violencia estamos sumidos nosotros.

En el fondo el horror es el mismo, sólo cambian los escenarios: un club gay de la Florida, los llanos de Tepeaca-Tecamachalco, un caserío misérrimo en la Sierra Negra. En los tres escucho el tableteo seco del fusil de combate y me asomo triste e impotente al abismo insondable de la barbarie. Y al dolor más antiguo, la explicación última de la condición humana.



Un llanto así, de dolor total, el de las mujeres de San José El Mirador, identifica la derrota de la sociedad poblana. (Fotografía de la Agencia Enfoque para e-consulta).



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El abismo del poder frente al espejo: el terror lo lleva dentro.

Un hombre llega a las dos de la mañana a una discoteca en Orlando. No es cualquier centro nocturno, es un reconocido club gay, el Pulse, que da idea de la profunda diversidad que se vive en la sociedad norteamericana. Pronto sabremos que el atacante acaba con la vida de cuarenta y nueve personas, y que pone en predicamento al mundo entero. En las siguientes horas una investigación frenética arrojará a Estados Unidos a su abismo, porque no le alcanzará para descubrir lo que Omar Mateen tiene en la cabeza cuando jala sin descanso el gatillo del R-15: que si alega fidelidad al ISIS en una llamada al 911, pero en las redes expresa su soporte a grupos terroristas opositores al Estado Islámico, y que al final el FBI no logra descubrir vínculos con organización terrorista alguna; y que por principio su exmujer lo declara enfermo mental; y que para nublar más el perfil del asesino, los investigadores confirman sus visitas a los clubs gays y a las dating apps en un intento por desentrañar sus odios de género; y mientras Obama declara sobre el “terrorismo doméstico” y la necesidad imperiosa de prohibir la venta de fusiles de asalto, los medios republicanos afilan la guerra de civilizaciones que impulsa el racismo de Trump. Y todos miramos a la tormenta por venir en la elección de noviembre en ese país.

Imagen del reportaje publicado en Vox.com: ¿Por qué un norteamericano común y corriente decide convertirse en terrorista? (Oleg Zabielin/Shutterstock)

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Nuestro propio abismo: la pobreza, la violencia estructural, el crimen organizado que va de la mano, los gobiernos cómplices y la degradación social.

Es el domingo en la tarde en un recién estrenado campo de béisbol en Acatzingo, en el centro del estado de Puebla. Un grupo armado baja de unas camionetas cuando juegan los equipos de los poblados de la Candelaria, de Felipe Ángeles, y Santiago Acozac, de los Reyes de Juárez. Se meten al campo y acribillan a mansalva aquienes están en la tribuna observando el partido. Pero buscan a una persona en particular, José Luis Vélez Robles, reconocido después como un “huachicolero”, uno de tantos chupaductos de PEMEX que se disputan a balazos el territorio, y quien ya había estado preso por ese delito en el 2011, cuando lo aprendieron en posesión de 22 mil litros de gasolina dentro de una cisterna en su casa. Ahora él perdió. Lo vemos muerto junto al home. Pronto sabremos que dos personas más murieron con él, y que efectivamente el boletín de la fiscalía local guarda el hecho en el casillero de “crimen asociado al robo de combustible”. Claro que cualquiera sabe que las bandas de chupaductos han penetrado en estos pueblos campesinos, que sus líderes se pasean en las plazas, que patrocinan equipos de beis y fut y que cuentan con la mirada cómplice de mandos altos de la fuerza pública. Hace más de una año que la policía federal detuvo a los jefes de la policía estatal vinculados a este delito. Y que sea quien sea el que los mande, los delincuentes están en guerra.

Imagen de municipiospuebla (e-consulta).

Alcanzo a contar cerca de 50 vasitos de plástico utilizados por los forenses en el área acordonada. Al fondo las unidades de Seguridad Pública. La tarde nublada. Veo el cuerpo tirado en el círculo de espera del bateador. La chamarra con la que han cubierto su cabeza. El pantalón vaquero. Las botas mineras. La vida cegada por fusiles de asalto con los que han rafagueado la tribuna.

El Archivo del Olvido, lo denomina el padre Tacho, párroco en Coxcatlán.

Veo la línea larga de ese abismo oculto bajo tierra, asomado en válvulas y respiraderos aquí y más adelante y a lo largo de los cien kilómetros que cruzan de oriente a poniente el territorio de pueblos entre Esperanza y Santa Rita Tlahuapan. Un abismo de acero y gasolina, una serpiente a la espera de la precariedad de la vida humana, los ductos de Pemex y su cuenta de balas: tan sólo en los últimos diez días, con los crímenes de Acatzingo y Palmar de Bravo –municipio este último en el que murieron rafagueados el día 1 de junio cuatro personas en la comunidad de La Purísima de Bravo--, son siete los muertos y once los heridos relacionadas con la ordeña de los ductos petroleros. Personas con nombre y apellido, como José Luis Vélez Robles, preso un tiempo por huachicolero, liberado en algún momento por un juez, y sepultado en un panteón de su pueblo en una historia de la que mañana ya no se acordará nadie hasta la próxima reseña de esa pequeña guerra civil que recorre por la superficie de ese trazo de sangre que sigue la línea serpiente de los ductos de Pemex.

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Pero hay más abismos insondables.

El horror de la pobreza campesina, la marginación histórica de los pueblos originarios ocultos en la montaña. Y por encima de todo, la violencia descarnada contra las mujeres.

La Sierra Negra. A la izquierda, hacia el valle de Tehuacán, la cabecera municipal de Coxcatlán; en un desfiladero lejano, la comunidad de Potrero.

El caserío de Potrero.

Amanece el viernes 10 de junio en la comunidad de Potrero, en el municipio de Coxcatlán, en la Sierra Negra muy cerca de la frontera con Oaxaca. Según una versión de la prensa, las dos niñas llegan caminando y dan la noticia; no es posible saber cómo han escapado con vida, pero las dos han sobrevivido al horror. Muy cerca, por una vereda colgada en el filo del barranco, está el caserío disperso de San José el Mirador en la que vive desde hace unos años una familia de religión protestante, y hasta donde ha llegado un hombre para cumplir su promesa de venganza contra la mujer que se atrevió a denunciar su violación. Lo acompaña un grupo de sicarios encapuchados. La fiscalía confirma el uso de rifles R-15 que les quitan la vida a cinco mujeres, cuatro hombres y dos niñas.

La nota de Yomara Pacheco y Enrique Hernández en municpiospuebla.mx registra sus nombres: Alejandra, Ángel, Jonhy, Isabel y Belén –embarazada con ocho meses de gestación--, todos de apellido Hernández, y Plácida, Baltazar y Silvia de apellido Sánchez. Las niñas se llamaban Montserrat y Carolina.

Con la tierra de la misma montaña los adobes de la casa de la familia Hernández Sánchez. Fotografía de Enrique Hernández, para Municipios Puebla, de e-consulta.

La fuerza pública en San José el Mirador. (Fotografía de Agencia Enfoque para e-consulta)

Los pobladores de El Potrero bajaron los cadáveres. Fotografía de Agencia Enfoque en e-consulta.

Sus cuerpos, envueltos en sarapes, fueron cargados en tablones improvisados hasta la comunidad de El Potrero.

La información no sigue el curso científico del FBI, y sí la tradicional composición de la prensa y la procuración de justicia mexicana cuyos procesos y seguimientos terminan en el “archivo del olvido” referido por el padre Tacho: primero las suposiciones –que si se trata de un conflicto religioso, que si está involucrado el crimen organizado--, y muy pronto la versión más llana que llega en declaraciones del presidente municipal de Coxcatlán, quien afirma se trata de una venganza personal. En ninguna de esas reseñas se menciona el nombre del presunto agresor, pero la historia refiere que hace unos años, Silvia Sánchez, una de las mujeres asesinadas, fue violada por el hombre que encabezó a los matones, a quien hoy los testigos sobrevivientes identifican; a la denuncia entonces siguió la detención y encarcelamiento del violador –la relación destaca que la violación produjo el embarazo de la mujer y el nacimiento de un niño--, quien desde entonces juró venganza. No se dice si el hombre purgó su condena, pero el hecho es que ya liberado regresó el viernes a cumplir su promesa. Israel, el hombre con quien Silvia vivía está entre los muertos, y sus asesinos se ensañaron con él, pues su cuerpo fue apuñalado innumerables veces. El hijo que la mujer tuvo producto de la violación, inexplicablemente, salvó la vida.

El lunes 13, después de la pesadumbre burocrática que sigue a todo crimen, la conciencia del absurdo extremo: el funeral en Coxcatlán registrado por la Agencia Enfoque:

Los féretros están alineados en una especie de fosa común que han abierto en el panteón municipal de Coxcatlán. Cuento nueve e incluyo el pequeño para la nunca nacida. Con block han delimitado en una parrilla el espacio para cada uno, y en un extremo han dispuesto un pequeño rectángulo para albergar el de la niña que llevaba en el vientre Belem, una de las mujeres asesinadas a sangre fría.

El padre Tacho en la misa

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Al final del abismo, el eco de las palabras del padre Tacho en el funeral de las víctimas en Coxcatlán, y la conciencia de la violencia estructural. La pregunta apunta al futuro inmediato de México: ¿De quién esperar justicia?

“Ellos son hermanos nuestros de la Sierra Negra. ¿Cuándo han sido tomados en cuenta los hermanos de la sierra? ¿Cuándo se les ha dado los servicios que merecen? Ellos vivían casi una hora a pie… siempre han sido marginados, siempre han vivido en la extrema pobreza. Por eso cuando yo digo: exigir justicia ¿pero a quién le exigimos justicia? Decía uno de los familiares al llegar: ¿Justicia? ¿Aquí en la tierra? Sólo esperamos justicia divina, porque aquí en la tierra… Yo creo que unos ocho días más y lo metemos al archivo del olvido, este país lo que no tiene es memoria histórica, entre más rápido se olvide, mejor. ¿Tienen que ser 11, tienen que ser 12? ¿Alguien que ni siquiera conoció la luz de la vida? ¿Tienen que ser 43 en Ayotzinapa, tiene que ser Tlatlaya, tiene que ser Apatzingán, tiene que ser Tetelcingo? En este país, repito ¿quién va a hacer justicia? Aun así tenemos que seguir, como Juan Bautista, como una voz en el desierto, exigiendo justicia.”

Mundo Nuestro. Este texto se ilustra con el reportaje gráfico de la agencia Enfoque publicado en el portal Municipios de e-consulta.com.

Renunciar a la doble nacionalidad por un trabajo.

…Aquella fresca mañana de marzo de 1987 había un dilema interior que se tenía que dilucidar ante los emblemáticos signos mezclados de su doble raza. Mirando el sol de oriente y recargando los brazos sobre el barandal que resguarda las ruinas del Templo Mayor, renunciar a una doble nacionalidad se resolvió como un eclipse: Si quieres tener trabajo; si quieres “ser millonario” y sobrevivir en tiempos de “una renovación moral” contra la corrupción, tienes que renunciar a la herencia que por sanguineidad te legó el progenitor en esta tierra donde naciste. Así que sin más, a dar media vuelta e ingresar al Palacio del Marqués del Apartado, sede del Programa Cultural de las Fronteras donde el escalafón de sindicalizado se perdía en el horizonte burocrático para transformarse en jefe de departamento. Si quería proseguir, había que recibir instrucciones para formar parte de la administración del sexenio de las oportunidades perdidas.

La Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado en su Artículo 5º, establece que son trabajadores de confianza:



Los que integran la planta de la Presidencia de la República y aquellos cuyo nombramiento o ejercicio requiera la aprobación expresa del Presidente de la República; en el Poder Ejecutivo, los de las dependencias y los de las entidades que desempeñan funciones de Dirección, como consecuencia del ejercicio de sus atribuciones legales, que de manera permanente y general le confieren la representatividad e implican poder de decisión en el ejercicio del mando a nivel directores generales, directores de área, adjuntos, subdirectores y jefes de departamento.

La Constitución agrega a quienes tienen una función de inspección, vigilancia y fiscalización; así como el personal técnico que en forma exclusiva y permanente esté desempeñando tales funciones ocupando puestos que son de confianza.

Comprende también a quienes manejan fondos o valores, cuando se implique la facultad legal de disponer de éstos, para determinar su aplicación o destino.

Implica a quienes trabajan en las contralorías o en las áreas de auditoría y que tienen manejo de cualquier información con algún Secretario, Sub-secretario, Oficial Mayor, Coordinador General y Director General en las dependencias del Gobierno Federal o sus equivalentes en las Entidades.

Por eso, si se trata de candidatos a esos puestos que son mexicanos hijos de padres extranjeros, se les obligaba a renunciar a su otra nacionalidad, la de "Ius sanguinis".



Y a aquel simple aspirante a iniciar el ascenso escalafonario, como jefe de departamento, le alcanzó la alta confiabilidad del gobierno para ocuparlo.

Si te aprueban para trabajar en el Gobierno Federal, en ese lento quehacer oficinesco te afilian para otorgarte una plaza.

Y los requisitos: acta de nacimiento, comprobante de estudios, doce fotografías de óvalo tamaño filiación, seis de frente y seis de perfil; cartilla del Servicio Militar Nacional liberada, exámenes médicos y el Certificado de Nacionalidad o, renuncia de la binacionalidad tramitada ante la Secretaría de Relaciones Exteriores.



…Y ahí lo tienen, acudiendo al séptimo piso de la Torre de Tlatelolco en la Secretaría de Relaciones Exteriores para realizar el trámite. Si no, no te dan la plaza. No tienes chamba.

En la fila, temprano como todos los días, había varios con doble nacionalidad producto de la herencia de sangre esparcida en el orbe; del Oriente, de Europa, de otras latitudes americanas, de Oceanía y África.

La carta de renuncia.

Para las 9 de la mañana y a media fila, detrás estaba Rocío Banquells la antagónica actriz de Los Ricos también lloran y cantante del éxito del momento Luna Mágica, hija del actor de origen español, Rafael Banquells quien con cara de fastidio en su interior refunfuñaba del motivo por el cual se encontraba durante un par de horas en un mar de tedio. Las pláticas, entre algunos de la fila giraban en torno a esa imposición que del asombro y la incredulidad pasaban al estupor. Se miraban atónitos y pronto surgió la confidencia. ¿Por qué para trabajar nos someten a esto? Algo aberrante, indigno, humillante por lo cual había que apechugar. Sin preguntar y quedándose en el aire los motivos de su forzado desapego a España dos empleados, por separado, proporcionaron formularios y dieron instrucciones para su correcto llenado de la solicitud de un certificado de nacionalidad mexicana por nacimiento.

Con la documentación requerida, la solicitud iba dirigida al Departamento de Nacionalidad dependiente de la Dirección General de Asuntos Jurídicos, de la SRE y, al calce:

“En consecuencia, renuncio expresamente a la nacionalidad japonesa, así como a toda sumisión, obediencia y fidelidad a cualquier gobierno extranjero, especialmente al de Japón del que pudiera haber sido súbdito, a toda protección extraña a las leyes y autoridades de México y a todo derecho que los tratados o la Ley Internacional concede a los extranjeros. Protesto adhesión, obediencia y sumisión a las leyes y autoridades de la República Mexicana.

“Manifiesto, bajo protesta de decir verdad, que no tengo título de nobleza a que renunciar, pero suponiendo que sin mi conocimiento tuviera derecho a alguno, desde ahora hago formal renuncia al mismo sea cual fuere su origen”.

Esas filas también se ven engrosadas por compatriotas que de forma natural tienen doble nacionalidad y van a ingresar a la Marina Mercante o a las Fuerzas Armadas.

De acuerdo al Artículo 32 Constitucional (que ha sufrido tres modificaciones en 1934, 1944 y 1998) la Ley regulará el ejercicio de los derechos que la legislación mexicana otorga a los mexicanos que posean otra nacionalidad y establecerá normas para evitar conflictos por doble nacionalidad.

“El ejercicio de los cargos y funciones para los cuales, por disposición de la presente Constitución, se requiera ser mexicano por nacimiento, se reserva a quienes tengan esa calidad y no adquieran otra nacionalidad. Esta misma calidad será indispensable en capitanes, pilotos, patrones, maquinistas, mecánicos y, de una manera general, para todo el personal que tripule cualquier embarcación o aeronave que se ampare con la bandera o insignia mercante mexicana. Será también necesaria para desempeñar los cargos de capitán de puerto y todos los servicios de practicaje y comandante de aeródromo”.

…Luego del pago por ese fastidioso trámite las cosas se facilitaron para el otorgamiento de una plaza como jefe de departamento en el Programa Cultural de las Fronteras de la Subsecretaría de Cultura de la SEP con un sueldo exorbitante de ceros y más ceros durante la galopante inflación del gris sexenio de De la Madrid: un millón 349 mil pesos quincenales con un pero: llegaban al bolsillo etiquetados con una mordida tricolor del 12 por ciento que se iban para las cuotas [sin ser, ni querer ser miembro] del PRI a chaleco.

La labor burocrática llegó a su fin y el certificado de nacionalidad pasó a formar parte de la documentación personal (aseguraron que ese documento que provocó un conflicto sentimental y pérdida de la opción de que alguna vez se pudiera ser ciudadano del Imperio del Sol Naciente, tenía la validez de un acta de nacimiento) y ahí se quedó guardado dentro de un maletín sin uso ni beneficio.

Esta traumática experiencia fue escuchada por el abogado Sergio García Soto, quien impartía clases de Derecho Internacional en la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, campus Ciudad Juárez, de la Universidad Autónoma de Chihuahua, y extendió una invitación personal para ejemplificar ante sus alumnos la -de moda- doble nacionalidad aprobada en 1998 para beneficiar a los mexicanos radicados en Estados Unidos.

Entre ratos de amenidad y jocosos comentarios de hilaridad (que Toyota y Nissan impongan un bloqueo a México o, por qué príncipe Akihito no defiende a sus hijos ojos de rayita) luego de exponer el relato, García Soto reflexionaba: “Si lo hicieron renunciar a su Ius sanguinis, con esta nueva reforma esta persona recuperó la nacionalidad que heredó de su padre y puede, si quiere, hacer valer sus derechos para sus propios intereses.”

Lo cierto es que sí hay opciones latentes para hacerse ciudadano del Japón si uno de los padres o ambos son japoneses y por ser descendientes de padres o abuelos cuyos países aceptan la doble ciudadanía hasta los 20 años cumplidos, que es cuando deben decidir por una u otra nacionalidad. Sin embrago, Japón tiene el criterio de sangre y de nacionalidad única (las personas deben tener una sola nacionalidad y solamente una), y no acepta por principio la existencia de ciudadanos con doble nacionalidad. O eres japonés o eres mexicano. He ahí, el continuo dilema.

Viviendo en Ciudad Juárez en el 2008 había que renovar la visa de Estados Unidos para cruzar la frontera. Se requería tramitar el pasaporte y, de momento, no había una copia certificada del acta de nacimiento. Vino a la memoria “el valioso” certificado de nacionalidad y con absoluta confianza de obtener el pasaporte se llevó a la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores. La certeza creció cuando en los vistosos anuncios de la pared claramente se leía la validez de un certificado de nacionalidad para esa diligencia.

Cuando el empleado observó el certificado, cuestionó: ¿qué es esto? La seguridad hizo hablar con firmeza por tratarse de un documento expedido por ellos y que tiene la validez de un acta de nacimiento.

Nunca en su vida laboral, dijo, haber visto un documento tal para el trámite y se fue a enseñarle los papeles al delegado quien salió de su oficina para encarar.

¿Quién le dijo que este documento es un acta de nacimiento?

“Ustedes mismos, cuando lo hacen renunciar a uno a la nacionalidad japonesa”, y la réplica se reforzó señalando el listado en la pared con documentos equivalentes al acta de nacimiento.

Más incrédulo el delegado respondió que iba a enviar una copia del certificado de nacionalidad a la Secretaría de Relaciones Exteriores para verificar su autenticidad y validez equivalente. La respuesta burocrática tardaría siete días.

Con esos antecedentes a la semana la respuesta ya esperada fue “no, no vale”. Por eso, hubo providencia y con un pensamiento de mandarlos a la chingada, se mostró el acta de nacimiento que familiares tramitaron y enviaron a tiempo.

Si para ellos no vale el certificado de nacionalidad firmado en vida de Miguel de la Madrid; entonces, ya muerto, también para uno vale madres la dichosa renuncia de nacionalidad nipona y, si se quiere, se puede acoger al asilo de la madre patria de los japoneses nikkei (primera generación) nacidos en otros países como cuando Alberto Fujimori esquivó la justicia peruana.

Si eres mexicano por nacimiento de padres extranjeros y quieres ingresar en la burocracia, México no te exime de tramitar el certificado de nacionalidad; o sea, tu país no te tiene confianza plena –como a un mexicano hijo de padres mexicanos- para trabajar dentro del gobierno federal. Tienes que pasar, a cuchillo, por la Secretaría de Relaciones Exteriores… a tramitar un certificado de nacionalidad.

Secretaría de Relaciones Exteriores

Departamento de Nacionalidad

  1. Plaza Juárez #20 Colonia Centro

Ciudad de México

(55) 3686 5100 Extensión 6128

Requisitos: Copia certificada del acta de nacimiento; identificación oficial; carta redactada con la renuncia de la otra nacionalidad y que no se tiene documento o instrumento jurídico del país en objeción, dos fotos pasaporte y el pago de $ 260.00.

Fuentes consultadas:

*La doble nacionalidad en el Derecho Mexicano.- Laura Trigueros Gaisman

**Ley de Nacionalidad de Japón. La nacionalidad japonesa a través de la naturalización.- Juan Alberto Matsumoto

Vida y milagros

Aunque no lo parezca, es una buena noticia saber que la crisis del agua es más un problema de gobernanza que de disponibilidad. No es un problema irremediable y eso me parece esperanzador. Sin embargo el saber que no estamos dando los pasos necesarios para resolver el problema si es para asustar.



La gobernanza no es solo un buen gobierno, sino un gobierno articulado y con buenos vínculos hacia el sector privado y social.Solo eso produce la buena toma de decisiones, en este caso para una adecuada gestión del agua. El problema es que la gobernanza del agua en nuestro país es casi inexistente. Eso sí, de manera muy enfática tenemos escrito en nuestra constitución y leyes que el acceso al agua es un derecho humano. ¿De qué sirve si no lo respaldamos con los recursos financieros y las obligaciones cívicas ligadas a ese derecho?

El derecho humano al agua tiene poco sustento en la realidad financiera mundial y poco o ínfimo en la realidad financiera de México y los estados que lo forman. La federación destina el 3% de su presupuesto a la gestión del agua (134 mil millones de pesos), pero un estado como el de Puebla destina menos del 0.5 % anual. En general los estados destinan muy poco presupuesto a algo que los dirigentes consideran que no se verá durante sus mandatos. El agua no rinde dividendos políticos inmediatos y por lo tanto, los que no son estadistas sino solo políticos posponen una inversión necesaria dándole el trato de un gasto innecesario.



Por cada litro de agua que se usa en México, se desperdicia otro. Por cada seis litros que usan, 5.3 litros son devueltos a los ecosistemas contaminados y sin tratamiento alguno. Doce millones de personas en México no tienen agua en sus viviendas.



Según CONAGUA los responsables de la contaminación son la industria, la agricultura y las aguas residuales municipales, de las cuales se trata menos del 15%.

El 83% del agua potable en México los gasta la agricultura, 61 km3; el resto un equivalente a 17,600 m3 de agua diarios, se destinan 9% a la industria y 8% al uso doméstico. En promedio cada persona requiere cada día de 1,200 lts de agua para cubrir sus necesidades de comida, vestido y su consumo diario: 132 mil millones de litros.

La agricultura gasta el 83% del agua y en esta actividad desperdicia el 50% por operación ineficiente y solo produce el 3.5% del PIB. De todos modos, si se mejoraran los sistemas de riego, el agua ahorrada no debiera aplicarse a extender la frontera agropecuaria, cuyo crecimiento desmedido es el mayor responsable de la pérdida de nuestras fábricas de agua, formadas por los bosques y selvas de nuestro país. Para eso precisamente se requiere de la gobernanza en este tema. Podríamos producir alimentos de manera mucho más eficiente y con un porcentaje muchísimo menor de gasto de agua.También podríamos reconvertir enormes extensiones a su uso original de suelo. En los países desarrollados la agricultura usa el 30% del agua, la industria el 59% y el consumo doméstico el 11%.

Los recursos naturales son la fuente permanente de todos los negocios. Menguar a la naturaleza es matar a la industria, a los negocios, a la humanidad y a toda la biodiversidad indispensable para nuestra sobrevivencia. Biodiversidad con derecho a existir e inocente de nuestro mal uso.

La inversión en infraestructura hídrica y en una adecuada gestión del agua es la clave entre un desarrollo sostenible y la diferencia entre el que no lo es. Nuestra gestión hídrica es muy mala y la priorización del tema está relegada en nuestro gasto público y privado.Hay un dato clave del Consejo Mundial del Agua: por cada dólar invertido en infraestructura hídrica y en una buena gestión del agua, nos ahorraríamos a mediano plazo como país entre 7 y 20 dólares en otros rubros. Por ejemplo, los estados de Puebla y Tlaxcala están gastando miles de millones de pesos en remediar los problemas de salud que se generan por la contaminación de la cuenca interestatal Atoyac Xochiac . Ninguno de los dos gobiernos estatales ha puesto a lo largo del tiempo el peso necesario que a la larga nos estaría ahorrando miles de millones de pesos en salud.

El mundo requeriría invertir 53 mil millones de dólares adicionales durante cinco años consecutivos para revertir la contaminación del agua y su escasez a nivel mundial, así como para redirigir las políticas de agua y tener los 3,800 m3 por segundo que los humanos consumimos diariamente; México necesitaría más o menos 700 millones de dólares anuales más para tener una gestión hídrica sostenible en 5 años .No sé si Agustín Cartens o Videgaray saben si eso es posible, pero sí sé que como país cada dólar a mediano y largo plazo nos ahorraría entre siete y veinte dólares, y esos, o salen, o nos moriremos de sed, de enfermedades o de hambre.

La lógica me dice que es hora de sacar nuestro dólar y ponerlo por delante en el presupuesto en materia de agua y en las agendas políticas de todos los partidos, tanto a nivel país, como a nivel estado, como a nivel personal.Todo el dinero que se da anualmente a los partidos debiera suspenderse y destinarse a la gestión del agua. Solo este año se dio directamente a los partidos 4,031 millones de pesos, 212 millones de dólares para partidos que debieran mantenerse solos.

Es hora de replantear el derecho al agua y abordarlo como un derecho que va necesariamente acompañado de obligaciones duras e impostergables. Posponer el tema sería tan miope como lo fue posponer el tema de la calidad del aire en la Ciudad de México. Tratemos de hacer cuentas mientras dejamos de respirar tres minutos o de tomar agua tres días.