Dale la cara al Atoyac

Dale la cara al Atoyac

Somos un grupo, capaz, incluyente y diverso, comprometido y apasionado por la regeneración de nuestra cuenca, la Cuenca del Alto Atoyac.

Propósito: Impulsar la regeneración de la cuenca del alto Atoyac haciéndola relevante, vertebrando voluntades, detonando acciones colectivas de impacto, y vigilando la actuación de sus responsables, para generar una actitud y participación comunitaria permanente, convirtiéndonos en inspiración para otras cuencas. http://www.dalelacara.org/

Vida y milagros

En marzo de 2017, Dale la Cara al Atoyac A.C. y la Alianza para la Defensa Ambiental A.C. iniciamos juntos un juicio estratégico mediante la figura del amparo indirecto, recurso interpuesto en contra de diversas autoridades de los tres órdenes de gobierno —federal, estatal y municipal—, por las omisiones en que han venido incurriendo en relación a la contaminación de los ríos y cuerpos de agua que conforman la Cuenca Hidrológica del Alto Atoyac. El objetivo del litigio es que mediante un fallo judicial los diferentes niveles de gobierno presenten compromisos acompañados de un presupuesto adecuado para la remediación integral de los cuerpos de agua y la flora y fauna que forman parte de su ecosistema. El fondo del asunto es la conservación de la cuenca Atoyac Xochiac, ya que del agua de esa cuenca dependemos más de cinco millones de personas. La cuenca mide 410 mil hectáreas, 210 mil pertenecen a Puebla.



Durante el juicio solicitamos a los 22 ayuntamientos de la cuenca ubicados en el estado de Puebla, toda la información pertinente acerca de la administración y la prestación de los servicios de agua y saneamiento que por mandato del artículo 115 Constitucional les corresponde ejecutar. Fue sorprendente conocer la debilidad extrema de los municipios con respecto a esta responsabilidad y el enterarnos de que no cuentan con la capacidad de prestar el servicio, que carecen de padrones de usuarios, de herramientas jurídicas y reglamentos adecuados, que casi nadie paga el agua, que no pueden controlar las descargas tóxicas de las industrias y grandes desarrollos urbanos y que carecen de infraestructura moderna y funcional para el saneamiento. También que ha habido una enorme ausencia del gobierno estatal para apoyar y fortalecer a los municipios en este tema.

El 65% por ciento de la contaminación del río Atoyac proviene del municipio de Puebla y sus juntas auxiliares. El 70 % del territorio ha estado bajo el control del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) organismo público descentralizado que desde 1987, por modificación de su decreto de creación, pasó a depender del gobierno del estado de Puebla y no del ayuntamiento, aunque de origen el decreto nació para prestar el servicio de la ciudad de Puebla. Hay varias reformas a dicho decreto, en 1991, 1994 y 1997, las cuales le han permitido firmar convenios de coordinación con municipios colindantes para prestarles el servicio mediante un pago, aunque el titular central es el municipio de Puebla. Hoy, más de 8 mil empresas descargan sus aguas residuales al Atoyac, pero solo 500 cumplen con los parámetros de la declaratoria específica Atoyac Xochiac publicada en junio de 2011. El 30% restante de la ciudad de Puebla depende de la nueva Dirección del Agua de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del municipio de Puebla.

En 2013, durante la administración de Rafael Moreno Valle se tomó la decisión de concesionar el servicio que daba el SOAPAP a un consorcio formado por los señores Gutiérrez Cortina y Grupo Hermes de Carlos Hank González, quienes operan la concesión con el nombre de Agua de Puebla. Las concesiones pueden ser buenas para ejecutar acciones e inversiones que requieren del largo plazo que los gobiernos no tienen. Tan es así que hay muchas concesiones: de alumbrado, de recolección de residuos sólidos urbanos, de rellenos sanitarios, incluso en la ciudad de México una gran parte del cobro del predial la hace un concesionario. Los problemas surgen cuando las concesiones no son transparentes, cuando el estado tiene una débil o nula rectoría sobre ellas y cuando la contraloría social es inexistente. Con respecto al contrato entre el SOAPAP y Agua de Puebla, el convenio concesión incluyó unas irregulares cláusulas de confidencialidad.



El Décimo Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito en la ciudad de México solicitó en mayo de 2017 como parte de la evidencia para delimitar las responsabilidades correspondientes a cada ente gubernamental, el Título de Concesión entre Agua de Puebla y SOAPAP. Pasaron 18 meses desde el inicio de la solicitud y finalmente SOAPAP entregó al juzgado un primer contrato concesión firmado en diciembre de 2013 y al que tuvimos acceso en septiembre de 2018. El Título Concesión incluye la prestación del servicio público de agua potable, alcantarillado, saneamiento y disposición final de aguas residuales en el municipio de Puebla, así como en las circunscripciones territoriales de los municipios que ahí se indican. Supimos que la empresa pagó 1,450 millones de pesos por la concesión y se comprometió a invertir 3,844 millones de pesos en cinco años, que vencieron en diciembre de 2018. Se harían inversiones en conducción, control de fugas, servicio medido y saneamiento y también a cumplir con todas las normas ambientales vigentes.



Para entender el por qué el río Atoyac sigue tan extremadamente contaminado fue que pedimos el convenio. Sin esa información nos faltaba una pieza clave de conocimiento. Durante casi año y medio el SOAPAP argumentó que por las cláusulas de confidencialidad no se nos podía entregar el convenio. Lo mismo se le dijo al municipio de Puebla, al Congreso y a todo el que solicitó la información vía transparencia. Dichas cláusulas de confidencialidad se pueden justificar entre privados, pero no en una concesión que emana de la prestación de un servicio que corresponde a entes públicos como lo son los municipios y los estados. Sin esa información era imposible entender por qué el río seguía cada vez peor y dónde empezaban y terminaban las responsabilidades de cada ayuntamiento. El convenio de 2013 nos permitió conocer la complejidad de una concesión cuyo polígono fue ampliado por Manuel Bartlett en 1997, con la modificación del decreto de creación que permitía que el SOAPAP prestara el servicio en otros municipios, como el de San Andrés, en la estratégica zona de Angelópolis y en Lomas de Angelópolis, en el desarrollo inmobiliario Posada/Aspe que ya tiene más de 50 mil casas. Pudimos ver los incumplimientos de pagos a lo largo del tiempo de municipios que tenían convenios de coordinación como San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Tlaltenango, Juan C. Bonilla, Santa Clara Ocoyucan, Xoxtla, Coronango y Amozoc.

Con esa información estábamos, cuando por casualidades del destino supimos que el contrato que el SOAPAP le había entregado al juez no era el vigente, que había un convenio modificatorio de mayo de 2014, convenio del que casi nadie sabía nada, pero que daba cómodas prórrogas de cumplimiento del contrato a la empresa. Tuvimos acceso a una copia simple, útil sí, pero sin valor probatorio de nada. Otra vez a regresar al juzgado y a argumentar que era necesario conocer la información vigente de manera oficial. Fue difícil porque el juez había dado por terminado el periodo de entrega de pruebas.

Finalmente, el día 25 de abril de 2019, el juez ordenó al SOAPAP que sea entregado en el juzgado el título de concesión vigente con sus respectivas modificaciones y anexos. Tener esta última versión del contrato de manera oficial era fundamental también para el juzgador, que tendrá que obligar a todos los actores involucrados a actuar con responsabilidad con respecto las condiciones por las que se concesionó el servicio del agua y su saneamiento en Puebla. Con la información correcta y completa es posible lograr acuerdos positivos para evitar el desplome y la ineficacia en un servicio que es de vital importancia para todos. Es también la única manera de revertir la muerte del río Atoyac y sus ríos tributarios, contaminados salvajemente desde todos los rincones de la metrópoli.

Mundo Nuestro. La vía legal es larga en México. En un mundo de abogados las leyes son el pantanoso campo en el que el tiempo discurre de la mano de las artimañas y vicios en los procesos, de los recursos a la mano de abogados litigantes, de amodorrados jueces que miran con sorna los papeles atiborrados en su escritorio.

Más de dos años ha llevado el juicio de amparo indirecto llevado por la asociación civil poblana Dale la Cara al Atoyac por la vía de un grupo de ciudadanos que interpuso la demanda contra las autoridades de los tres niveles de gobierno responsables de la catástrofe ambiental en la cuenca alta del río Atoyac. Finalmente el juez federal a cargo del proceso obligó al organismo gubernamental SOAPAP en Puebla a entregar completo el paquete de documentos que forman, con todo y modificaciones, el título de concesión con el que Rafael Moreno Valle, entonces gobernador, privatizó el servicio del agua en Puebla a favor del empresario Hank González en los años 2013 y 2014. El contenido de dicho contrato, oculto desde entonces a los ojos del público, tendrá que conocerse en tu totalidad esta semana.

¿Por qué es fundamental conocer a fondo este título de concesión? Así lo explica Dale la Cara al Atoyac:

"Con los amparos ganados se pudo confirmar que aún existe un adeudo de mil 500 millones de pesos que el gobierno del estado no pagó en 2013 a Banobras cuando entregó la concesión a Agua de Puebla (...) El Soapap se limitó a renegociar la deuda a largo plazo, dejando como aval al gobierno del estado. Al hacerlo así no se cumplió con uno de los objetivos que justificaron la concesión que fue el enorme endeudamiento y falta de capacidad de inversión del Soapap para mejorar el servicio."



Y describe las ventajosas condiciones que favorecen al concesionario y dejan inerme al ayuntamiento de la ciudad: los nuevos plazos concedidos a la empresa en el 2014 para cumplir con las inversiones comprometidas en el contrato original, en tanto que la empresa puede demandar al Soapap una enorme indemnización en caso de “incumplimientos”.

“Conocer el título de concesión vigente --afirma Dale la Cara al Atoyac--, con modificaciones y anexos, es fundamental para obligar a todos los actores involucrados a actuar con responsabilidad con respecto a las condiciones por las que se concesionó el servicio del agua y su saneamiento en Puebla."

Presentamos el boletín de prensa dado a conocer el viernes 26 por la organización civil:



Mundo Nuestro. Arranca esta semana el último mes de campaña electoral en Puebla. Vale entonces el ánimo cívico para recordar el esfuerzo desarrollado por la organización civil Dale la Cara al Atoyac, quien desde hace ya cuatro años no sólo ha insistido en recordar el problema estratégico que la sociedad poblana enfrenta con el acceso al agua, su abasto, administración y tratamiento, sino que ha desarrollado lo que hasta la fecha es la perspectiva más completa de esta realidad: una agenda para investigar, discutir y proponer soluciones con la participación de todos los actores involucrados.

La recordamos aquí con el ánimo de que este proceso electoral vaya más allá y los ciudadanos obliguemos a los partidos a debatir verdaderamente el futuro de nuestra sociedad.



Mundo Nuestro. Apenas la semana pasada arrojaron a su cauce a unas personas descuartizadas. Tal es la barbarie de nuestra sociedad, y tal el uso de cloaca que le damos a los arroyos en la zona metropolitana de la ciudad de Puebla. Este testimonio lo presenta la organización civil Dale la Cara al Atoyac. Es una relación fotográfica de lo que encontraron el martes por la mañana en un recorrido por el arroyo Zapatero, en su triste derrotero desde el Periférico, al otro lado de la UDLA, hacia su desembocadura con el río Atoyac, a la altura del fraccionamiento La Vista, Una prueba más de que los ojos nuestros no están posados sobre lo que nos da la vida. Una prueba contundente del desastre de la cuenca en los territorios municipales de San Andrés Cholula (el Zapatero, por ejemplo), San Pedro (el arroyo Ametlapanapa) y Cuautlancingo.

Ayer martes 23 de abril, un recorrido atrás de la Universidad Madero. El arroyo zapatero pasa, de un lado, por una colonia marginada, con pésismos servicios, y por otro, detrás de la Universidad Madero, un fraccionamiento de lujo. Tiran de todo... Hay muchas descargas ilegales, y todo está muy cerca de Angelópolis y el corazón de San Andrés. Pero toda la la metrópoli está igual. Es un horror.

Finalmente el zapatero pasa por debajo de la Atlixcayotl y desemboca en el Atoyac, pero antes cruza por un costado del Tec de Monterrey y del Parque Metropolitano. Así está toda la metropoli de los municipios conurbados. El 60 por ciento del problema está en Puebla, el resto en los demás municipios.

El largo estiaje de este año Provoca que las descargas de materias fecales y residuos de empresas se concentren al máximo... Es de riesgo para la salud.



Los ayuntamientos no cuentan ni con la infraestructura ni las herramientas jurídicas necesarias para enfrentar el problema de acuerdo a las atribuciones que les da el artículo 115 constitucional. Desde la federación tampoco están pudiendo enfrentar el problema , entre otras cosas por los recortes presupuestarios tan grandes que han ido sufriendo a lo largo de los años. El papel del estado debe ser el de integrador de los esfuerzos conjuntos de federación y municipios.





Mundo Nuestro. La campaña de donación de recursos económicos para solventar los gastos que supone la demanda colectiva ante la justicia federal contra las autoridades de los tres niveles de gobierno tiene objetivos muy concretos: sólo los análisis certificados del análisis del agua en los cuatro puntos solicitados por el juez cuestan 80 mil pesos porque la Norma Oficial Mexicana para el Atoyac tiene muchos parámetros que medir. A ello hay que sumar los honorarios del últiimo año del despacho legal que ha llevado el caso.

La resolución de los jueces está próxima. 20, 50, 100, 200, 500 pesos, y más, lo que a cada uno de nosotros le sea posible, será muy bueno.

Cooperemos.



VIDEO