Poder y Política

Vida y milagros

Pasé el fin de semana pasado en la ciudad de México. En la autopista y en distintos puntos de la ciudad vi muchos anuncios de Rafael Moreno Valle promoviendo su libro "La fuerza del cambio", y digo "anuncios de Moreno Valle" porque no acabo de creer que una editorial gaste tantísimo dinero en promover el primer libro de un escritor desconocido. Sé que así no lo hacen las editoriales. No es creíble la explicación que él mismo dio en la entrevista que le hizo Carlos Loret, de que Porrúa pagaba tantos espectaculares y anuncios radiofónicos a cuenta de los derechos de los dos siguientes libros que va a escribir. ¿Miguel Ángel Porrúa es pitoniso? ¿Sabe de antemano que el supuesto éxito de los siguientes libros pagará el gasto de espectaculares que igual se ven en Cancún, en Jalisco o en Nuevo León? ¿Cuánto vale eso? Ni García Márquez hubiera logrado un arreglo tan exitoso. En fin, no hay un solo presidenciable que no le esté dando vueltas a la ley y haciendo actos anticipados de campaña. Ya que quiten esa estúpida prohibición a la que todos burlan y el INE consiente. Eso y no otra cosa son esos anuncios del libro de Moreno Valle. Podría ser un libro magnífico, pero es realmente un truco para la enorme publicidad anticipada de una campaña política que la ley prohíbe y que se presta a disfrazar una casa editorial.



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Ahora, como dice el dicho, del plato a la boca se cae la sopa y papelito habla. En la síntesis que la editorial presenta del libro dice, textual "que Rafal Moreno Valle comparte su origen familiar, su preparación académica y profesional y los resultados de gobierno respaldados por evidencias....." "... los avances logrados en los DISTINTOS INDICADORES muestran cómo Puebla inició el cambio que México necesita". Así dice la página www.porrua.com.mx. Sin embargo el libro en que el ex-gobernador y neófito escritor exalta su propia trayectoria cayó desojado con todo y los sueños del señor Porrúa de recuperar su supuesta inversión ante los últimos hechos de violencia que a partir del martes dos de mayo han puesto a Puebla en todos los encabezados de periódicos y portales del país. El asalto a una familia que venía de México hacia Puebla a la altura de San Martín conmovió hasta los periódicos extranjeros. El saldo de un bebé muerto de un balazo y la violación de la mamá y su hija de 14 años nos han dejado helados a todos. Hoy se achaca el crimen a una banda delincuencial ligada a la ordeña de ductos que abarca un territorio que va desde San Martín hasta Libres, Quecholac, Acatzingo y las colindancias con Orizaba, y pone a Puebla como el estado con más tomas clandestinas del país.



El miércoles y jueves de la misma semana, Palmarito Tochapan, junta auxiliar de Quecholac, ardió en un enfrentamiento entre militares y las comunidades a las que el tráfico de gasolina y la ordeña de los ductos de Pemex les han cambiado la existencia radicalmente. El saldo es de 10 muertos, muchos heridos, varios detenidos y toda una comunidad en pie de guerra. Cuatro soldados murieron en el enfrentamiento, y el jueves la supercarretera Puebla-Veracruz fue bloqueada de ida y vuelta con montones de llantas encendidas en el tramo de Quecholac. Al mediodía del jueves escuché parte de la entrevista que López Dóriga le hizo al gobernador de Puebla José Antonio Gali a raíz de estos sucesos. Oyéndolo me pregunté: ¿Cómo y a qué hora se hundió Puebla? ¿Qué decían los indicadores que el libro menciona? Gali hizo énfasis en que su mandato empezó hace cien días y aunque le es difícil deslindarse del todo del desastre de la violencia derivada del descuido de la administración anterior, dio datos que empiezan a marcar una diferencia en cuanto a la prioridad que se está dando obligados por los graves hechos de las últimas semanas.

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El 9 de marzo de 2017 fueron secuestrados y asesinados tres policías de la fiscalía de secuestros y delitos de alto impacto precisamente en esa zona. Sus investigaciones se habían acercado demasiado a una banda delincuencial ligada al secuestro y a la ordeña de ductos. En el crimen estuvieron involucrados el presidente municipal de Atzizintla y varios policías municipales, quienes detuvieron y entregaron a las víctimas a la banda del Buchanans, mismos que fueron detenidos en el operativo Encrucijada, en el cual participaron fuerzas federales y estatales. Ante la debilidad de las instituciones de seguridad pública poblanas el gobernador Gali convocó a una mesa de trabajo interinstitucional y pidió el apoyo de la federación y el ejército. Tantos años de abandono tenían al gobierno estatal contra las cuerdas. Por eso durante la entrevista Gali fue contundente en reconocer lo indispensable de la colaboración con la federación en este momento y lo agradeció repetidas veces. Simplemente el estado por sí solo no tiene con qué enfrentar el colapso de la seguridad publica en el llamado "triángulo rojo", aunque sí dio un dato que deja mucho que pensar: en dos meses el gobierno del estado de Puebla y la PGR han decomisado un millón de litros de combustible robado. En todo el año pasado solo se decomisaron doscientos mil litros. Y es ahí en dónde obligadamente se vuelve al tema del libro de Moreno Valle y su tesis e indicadores de un gobierno, el suyo, que sí supo cómo gobernar.

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En diciembre de 2010, en los últimos días de Mario Marín y a unos días de que iniciara la administración de Moreno Valle, la fuga en un ducto de Pemex que estaba siendo ordeñado explotó y dejó un saldo de 39 civiles muertos. El problema de la ordeña estuvo en focos rojos desde el inicio de la nueva administración, y no sólo no fue priorizado y atendido con toda la fuerza del estado, sino que hace ya dos años que el Director de la Policía Estatal Antonio Estrada López fue detenido justo en esa zona por miembros de la PGR y la Marina en una madrugada en que Estrada acompañaba y protegía la ordeña de un ducto desde una patrulla. Ahí, con las manos en la masa le cayeron y se lo llevaron detenido a México. El operativo de la Marina y la PGR se mantuvo en absoluta secrecía y fue el fruto de una larga investigación. El hecho le costó el cargo un mes después a Facundo Rosas, el Secretario de Seguridad Pública durante los primeros cuatro años de la administración de Moreno Valle. El procurador del estado era Víctor Carrancá, quien hasta la fecha permanece en el cargo pues fue ratificado en 2016 por el congreso actual hasta el año 2022.

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Moreno Valle logró como gobernador muchas de las cosas que se propuso, en particular la modernización de la infraestructura en la capital del estado y zona metropolitana, privilegiando obras de alta visibilidad que detonaron para bien el potencial turístico pero también su imagen. Para desgracia de todos descuidó enormemente el tema que más preocupa a los mexicanos: la seguridad pública y la impartición de justicia, temas hacia los cuales demostró un profundo desinterés y a los que él y el congreso les redujeron el presupuesto de manera alarmante. Nada deja más claras las prioridades de un gobierno que el revisar presupuestos que se destinan a cada tema. Los ministerios públicos del estado trabajan con poquísimo personal y en condiciones lamentables. El poder judicial está disminuido, Las policías estatales y municipales son como casi todas las del país, débiles, mal pagadas y poco confiables.

Moreno Valle mantuvo una permanente campaña mediática durante su gobierno, siempre centrada en que él si sabía cómo gobernar; la promoción de su libro recalca la imagen de que él si puede con el país y sí sabe hacer las cosas; como ejemplo pone su trabajo en Puebla, haciendo énfasis en su legado de una Puebla segura, moderna y con menos desigualdades. Dos cosas están desdibujando el retrato de este moderno Dorian Grey: la primera es el mensaje de que en la forma de promocionar su libro le está dando la vuelta a la ley acerca de los actos anticipados de campaña y promoción de imagen, o sea, el mensaje de que las leyes no están para cumplirse sino para darles la vuelta. Pasarse de listo es una de las leyes del poder que tarde o temprano pasan factura. La otra es la realidad de la galopante inseguridad pública que se logró maquillar y mantener prendida con alfileres mientras crecía a velocidades vertiginosas pero oculta por permanentes campañas publicitarias a favor de la imagen de un buen gobierno. Ahí están los números. Puebla es el primer estado en la ordeña de gasolina en el país y este récord no se logró en un año sino en un largo sexenio. Como dice Alejandro Hope, analista de seguridad pública- "Varios venimos diciendo lo mismo desde hace meses: con la crisis del huachicol Puebla se está jodiendo...y sorprende que la respuesta solo llegue en la forma de más personal militar." El gobierno del estado de Puebla fracasó rotundamente en este rubro.

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¿Para qué gastan los gobernantes en tanta publicidad y tanta promoción personal? Al final no hay nada más contundente que los hechos. No importa que un gobernante nos simpatice o no, tampoco a qué partido pertenezcan porque las mudanzas de partido están a la orden del día y ya da casi igual el partido mientras de verdad quienes quieren gobernar crean en el imperio de la ley y prueben con sus actos su verdadera convicción de que las leyes deben respetarse. Lo segundo, pero igual de importante, es que deben probar que están convencidos y preparados para garantizar la seguridad pública y la tranquilidad de las personas. Poco puede construirse sin esas dos premisas. Lo que sí se puede es escribir muchos libros. Todos los aspirantes a presidentes de la república están dedicados a eso con devoción. Ahora todos son escritores. Nada tan fácil como prometer en un libro jardines de rosas.

La matanza va

Día con día

Endemoniada tarea la de tratar de entender algo de lo que pasa leyendo boletines de las autoridades sobre la captura de grandes narcos. Añaden poco las notas de prensa que se dedican poco más o menos a glosar y repetir los boletines.



He leído en cuatro diarios las notas de la captura del ahora famoso Licenciado, Dámaso López Núñez, quien, según las notas, ayudó a escapar al Chapo Guzmán en su primera fuga del penal de Puente Grande, en el año 2001, donde Dámaso era subdirector.

Se hizo luego miembro de la banda del Chapo, luego compadre del Chapo, que le bautizó a su hijo, luego lugarteniente de confianza, luego nuevamente auxiliar de la segunda fuga del Chapo en su fuga del penal de Almoloya en 2017, luego jefe sustituto y hasta “sucesor” designado del mismo Chapo cuando este cayó de nuevo.



Aquí empieza, si entendí algo, la historia inversa. El Licenciado empieza a tener diferencias con los otros sucesores del Chapo, los hijos de este, Iván y José Alfredo, y con el capo invicto del llamado Cártel de Sinaloa. Ismael El Mayo Zambada, que no ha ido nunca a prisión.

Por razones que ninguna de las notas explica el pleito deriva en una escisión, pues el Licenciado Dámaso decide aliarse con el rival de los sinaloenses, el llamado Cártel Jalisco Nueva Generación, que tiene pretensiones de expansión hacia el norte.



Quedan todas las dudas sobre lo que realmente sucedió y sucede ahí, y no hay el menor indicio sólido de cómo fue la investigación que condujo a la captura.

De lo que no quedan dudas, pues esa la historia repetida de los últimos quince años, es de que este nuevo descabezamiento de un capo mayor, dará pie o meterá el pie en el acelerador, de una nueva epidemia de violencia en busca del reacomodo de las bandas.

La estrategia de descabezar a los cárteles ha tenido un éxito kafkiano: no ha reducido el tráfico de drogas, pero ha multiplicado la violencia y ha convertido lo que a principios del siglo eran 5 grandes bandas en las 280 que contó en su último reporte Eduardo Guerrero al empezar 2017.

No sé, la verdad, qué haya que celebrar en la noticia implícita de todo esto. A saber: que la matanza, va.

A 14 meses de la elección presidencial del 2018, Morena y el PAN están en claro empate técnico en la intención del voto. El PRI se rezaga y tiene la mitad de la preferencia de los dos primeros, según una encuesta de El Universal / Buendía&Laredo publicada el pasado sábado 15 de abril.

Morena obtiene 24% de la intención del voto, el PAN 23%, el PRI 13%, el PRD 6%, el PVEM, el MC y el Panal 4% cada uno, el PT 3% y el PES 2 por ciento. La suma de la preferencia de los seis últimos equivale a los mismos votos que solos tendrían Morena y el PAN.

Ahora lo que se ve es que para el 2018 sólo Morena y el PAN son competitivos. Los demás partidos, incluyendo el PRI, están fuera de la competencia. En su momento habrá que ver cómo se organizan las alianzas partidarias y cuál es la decisión del PRI de seguir abajo en las encuestas.

La mitad de los electores nunca votaría por el PRI, 9% por el PAN y Morena, 7% por el PRD, 3% por PVEM, PT y Panal. Por su parte, 2% nunca lo haría por el PT y el PES. El PRI es el que provoca el mayor rechazo. Eso explica, entre otras cosas, que tenga una muy baja intención de voto.

El partido que tiene el mayor nivel de opiniones negativas es el PRI con 64%, seguido por el PRD con 35%, el PAN con 37% y Morena con 21 por ciento. El que tiene un menor espacio de maniobra con el electorado es el PRI. Sólo no lo rechaza 36 por ciento. Los otros partidos están en mejor posición.

Morena, con 37%, tiene el mayor nivel de aceptación, le sigue el PAN con 29%, el PRD con 23% y el PRI con 19 por ciento. Una vez más, el PRI es el que está en peor situación con relación con los otros partidos y Morena en la mejor, seguido del PAN.

En el balance de opinión, que se obtiene de restar a la buena opinión la mala, el PRI tiene -45, el PRD -14, el PAN -10, el PVEM -11, el Panal -6, el PES -5, el PT -4, el MC +4 y Morena +16. Una vez más, el partido peor evaluado es el PRI y el mejor Morena.

La constante es que la marca PRI está mal valorada por los electores de todos los niveles sociales y grupos de edad con sólo ligeras variantes. Cualquiera que sea el candidato del PRI tendrá que remar contra la corriente. El candidato de Morena tiene en su partido una buena marca y también lo es para el PAN aunque en menor medida.

Es cierto que a la hora de votar cuenta más el candidato que el partido, pero no puede minimizarse la importancia de la valoración positiva o negativa de la marca partidaria. Ésta favorece o perjudica al candidato de la misma. Ahora quien está en mejor situación son quienes sean los candidatos de Morena y el PAN, y en peor, el del PRI.

Día con día

Javier Duarte, el ex gobernador priista de Veracruz aprehendido el Viernes Santo, es un escándalo esférico: como gobernador en funciones, como gobernador prófugo, como gobernador preso.



La opinión pública mexicana aborrece su caso al revés y al derecho. Mientras estuvo prófugo, por la complicidad política que lo había dejado escapar. Ahora que ha sido detenido, porque su captura le viene como anillo al dedo al reto electoral del gobierno, urgido de bonos en su batalla por el Estado de México.

Muchos lamentan el daño que Duarte y otros gobernadores le hacen a la imagen del país. Sin duda es un gran daño, pero, puestos a pagar por el desarreglo de los gobiernos locales mexicanos, es preferible el escándalo de gobernadores presos que el de gobernadores prófugos.



Los gobernadores presos son una raya de contención de la impunidad. Los prófugos, son la impunidad buscando refugio. Los gobernadores presos son también una advertencia para gobernadores en funciones.

El escándalo es lamentable pero no su mensaje. Dice a todos los javieres duarte del país, que la tolerancia pública para sus prácticas va en picada, y ellos con ella.



Javier Duarte es un caso extremo de excesos rutinarios en un paisaje de gobiernos locales cuyos usos y costumbres no se distinguen mayor cosa de los que Duarte llevó al delirio.

La fuente común de esos excesos, muchos de ellos legales, es la autonomía y la discrecionalidad con que los gobiernos de los estados ejercen sus finanzas públicas, es decir, por su mayor parte: los fondos que por distintos conceptos reciben de la federación.

Estos gobernantes necesitan sólo la aprobación de sus congresos locales para desviar fondos federales, sobreendeudarse, financiar ilícitamente campañas electorales, enriquecer a sus clientelas y a sí mismos con todo tipo de contratos, concesiones, obras fantasmas, burdas sobrefacturaciones o refinadas ingenierías financieras.

Duarte es sólo la punta del iceberg de una institucionalidad torcida que produce duartes. Es un monstruo estándar que estaba antes y seguirá después: una anomalía que se sale de su molde sólo porque su torpeza inaudita atrae sobre él los reflectores de la justicia.

La baja gobernabilidad que caracteriza el momento mexicano puede describirse bien con un criterio del muy conservador y muy inteligente politólogo Samuel Huntington, para el cual, el rasgo definitorio de un orden político no es el tipo de gobierno, sino el grado de gobierno.

No importa tanto si el régimen es una democracia o una dictadura, un régimen parlamentario o uno presidencial. Lo importante, dice Huntington es el grado en que ese régimen gobierna efectivamente, consigue sus objetivos, aplica sus políticas, mantiene el orden, suscita la adhesión o al menos la obediencia de sus ciudadanos.



A mayor grado de gobierno, mayor gobernabilidad. A menor grado de gobierno menor gobernabilidad. Cero grado de gobierno es la anarquía pura. Cien grados de gobierno es la dictadura total. Las realidad no produce nunca estos extremos.

Lo que se encogió en México con la transición a la democracia fue el grado de gobierno. El poder se descentralizó, se fragmentó se hizo menos hegemónico, más democrático, más compartido y también más ineficaz.



Los espacios de la vida pública que han sufrido más, en la realidad y en la percepción, son familiares para todos los mexicanos.

Ha sufrido la calidad de los gobiernos, cada vez más ineficaces y menos controlables, paradoja propiamente mexicana en donde la democracia no viene acompañada de la competencia entre poderes sino de la complicidad y los pactos entre ellos.



Ha sufrido el orden de la inseguridad y de la violencia, que eran ostensiblemente menores en el viejo régimen.

Ha sufrido un alza inverosímil la vieja enfermedad mexicana de la corrupción, extendiéndose como una telaraña por todos los espacios democratizados del poder.

Ha crecido proporcionalmente la cultura de la ilegalidad y de la trampa, al punto de la conducta de los actores públicos centrales se

Ha crecido, junto con todo esto, la falta de claridad sobre el lugar a donde México se dirige o debe dirigirse. Tenemos una crisis de futuro o al menos una disputa sorda, poco transparente, sobre él.

Ha crecido, por último, la desconfianza mayoritaria en que alguien brotado de nuestra democracia ,pueda corregir el rumbo, mejor dicho: aclararlo, trazarlo y hacerlo realidad.

Vida y milagros

Después de 3 años, dos meses y siete días, el Congreso de Puebla decidió inhabilitar y multar al ex alcalde panista Eduardo Rivera Pérez por observaciones a la cuenta pública de 2013 cercanas a los 400 millones de pesos. No quiere decir que falten 400 millones, sino que el monto "observado" originalmente fue de esa cifra. Podrían haber observado mil, dos mil o las estrellas. Observaron justo el monto necesario para sacarlo de la vida política 12 años.

No está mal que un congreso local decida revisar con lupa las cuentas de una administración municipal. Deberían hacerlo con todas. No está mal que exista la rendición de cuentas en otras instancias que no sean las internas de cada gobierno municipal o estatal, desde congresos neutrales y al servicio de la verdad contable y de la comunidad a la que sirven. No está mal que se sancionen los desvíos. Lo que está fatal es que dichas revisiones se utilicen desde hace muchos años como moneda de cambio y de presión para actores políticos incómodos para los poderes en turno y que se hagan sin respetar los tiempos que la razón y la ley indican.



¿Por qué el Congreso aprobó el último año de Rafael Moreno Valle en menos de una hora y cuentas del municipio de Puebla de 2015 y 2016 de manera rápida y no pudieron aprobar o reprobar hasta ahora la cuenta del 2013 de Eduardo Rivera? ¿Era una cuenta tan particularmente complicada y enredada que por eso se tardaron 3 años, dos meses y siete días? Eduardo Rivera dice que directamente le dijeron que se desapareciera del mapa político o se atuviera a las consecuencias con respecto a sus cuentas. Muy edificante. Para nadie en nuestro estado es un secreto que Eduardo y Rafael Moreno Valle chocaron muy temprano desde que ambos llegaron a sus cargos. Por eso aquí el punto importante es si lo observado tiene fundamentos matemáticos y contables duros y no solo motivos políticos. Desde lejanos tiempos los científicos saben que las matemáticas son idénticas aquí y en China. Los chinos y los rusos, los gringos y los mexicanos aprendemos que dos y dos son cuatro. No hay ideologías que cambien esa suma. Pitágoras y los mayas, los egipcios y los romanos, todos trabajaron con reglas idénticas. En la guerra fría, los rusos y los gringos tenían ideologías opuestas, pero usaron las mismas reglas matemáticas para tratar de llegar a la luna.

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Una sanción del tamaño de lo acordado el viernes pasado sólo debe basarse en reglas y argumentos matemáticos y contables. Y aquí lo que sorprende son las formas y el discurso de quienes reprobaron la cuenta. Suponiendo sin conceder que las observaciones ameritaran la inhabilitación de Eduardo Rivera por 12 años para ejercer un cargo público y una multa de 25.5 millones de pesos, las actuaciones de dos diputados claves en el caso apuntan para otro lado. Cualquier lector imparcial con un mínimo de lógica en la cabeza se da cuenta de que las matemáticas no fueron el factor decisivo de la sanción .Basta leer las declaraciones de Silvia Tanús Osorio, coordinadora de los priístas en el congreso poblano o las del Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso, el panista Jorge Aguilar para darse cuenta de esto.



A la hora de hacer cuentas uno no puede decir que por ser priísta va a tener que aceptar que dos y dos son 19, o si se es panista, que dos y dos son 300, más doce de la inhabilitación nos dan 25.5 millones excepto si se rigen por las reglas matemáticas partidistas.

"No quedamos en rículo", dijo la priista Silvia Tanús.

El jueves, Jorge Estefan Chidiac del PRI dijo que irían en contra de la inhabilitación de Rivera porque era una persecución política que no iban a avalar. Para el viernes los diputados cambiaron de opinión y votaron unánimemente a favor; la diputada Tanús declaró lo siguiente en entrevista para e-consulta: "que su partido cambió de postura respecto al caso de Rivera Pérez pues los diputados locales de esta fracción llegaron a la conclusión de que no debían respaldar a un ex edil de extracción panista. No podemos defender como priístas a un panista. El señor no está manco y ya impugnó". ¡Dios mío de mi vida! ¿No se trataba de verificar números y cuentas y en caso de no estar bien y en orden, proceder a sancionar? ¿ De jueves a viernes hubo cambios sustanciales en una cuenta que llevaba en revisión tres años, dos meses y siete días? Las matemáticas se fueron al demonio y privó la lógica partidista.

Aguilar Chedraui, el hacedor de cuentas...

En las declaraciones que encuentro de Aguilar Chedrahui con respecto a las cuentas en diferentes notas periodísticas, él señala que al final se hicieron observaciones sobre 300 millones de pesos, de los cuales encontraron un daño patrimonial de seis millones por unas obras que no reunieron el espesor suficiente en carpetas asfálticas, o sea, por enflaquecer el pavimento, y otros seis de los que no he encontrado explicación. La multa impuesta es por lo que se encontró de daño patrimonial y otro tanto de castigo. Por la forma en que se manejaron las notas en los últimos meses, todo parecía indicar que el desvío era de 400 millones, pero no, esa cifra era únicamente la que revisaban ; de esa se bajó a 300 millones y de esa sacaron la conclusión de un desvío de 12 millones 898 mil 508 pesos. La exactitud de los ocho pesos nos demuestra el celo con el que se documentó hasta el último peso del desfalco. Los ocho pesos me dejan un montón de dudas. ¿Cómo llegaron hasta los ocho pesos? ¿Hay algún funcionario implicado en el desvío de los 12 millones o son directa y únicamente imputables al alcalde? ¿Él directamente cargó con los bultos de cemento y arena que enflacaron el pavimento o tienen algún otro sospechoso que quedará impune? Y no es que doce millones no sean muchos, ¿pero por qué arrancaron en 400 para morir en doce? Todo es muy raro, que diría Gil Gamés.

La diputada del PRD, Socorro Quezada Tiempo, identificada con el grupo de Miguel Barbosa y una de los tres diputados que votaron en contra, declaró que era lamentable que el legislativo poblano actuara por consigna para allanar el camino al proyecto político morenovallista hacia el 2018, en referencia a que Eduardo Rivera es un obstáculo para dicho proyecto pues tiene una buena imagen en Puebla. Las razones políticas que esgrime suenan a verdad, pero sería muy interesante que nos explicara los números hasta llegar a la exactitud de los ocho pesos y el porqué de los argumentos contables para haber votado en contra. Seguramente los tiene y sería de gran utilidad que los mencionara. Las razones políticas son múltiples, las reglas matemáticas son solo unas. Las matemáticas no fallan, y aquí las matemáticas son lo último que nos explican para entender si la votación del viernes fue justa o no. Al final es lo único que debiera importarnos.

La explicación contable de Pablo Montiel, único panista que votó en contra y la del diputado Julián Peña, diputado independiente, también debieran comunicarse puntualmente. Pablo Montiel sí señaló algo interesante: revisaron recursos que no le correspondía al congreso revisar pues una parte es de origen federal, estaban ya revisados y por lo tanto fuera de las competencias de la Auditoría Superior del Estado. Las diputadas del Verde Ecologista y del PT se abstuvieron. Ojalá explicaran sus motivos contables o dijeran si de plano no tuvieron tiempo para estudiar las cuentas.

Solo como dato raro o curiosos cuento lo siguiente: El primer alcalde de alternancia en el municipio de Puebla, Gabriel Hinojosa Rivero, invitado por el PAN a competir contra las huestes de Manuel Bartlett cuando era gobernador poblano por el PRI y y el PAN daba por perdido una vez más el municipio, no solo ganó inesperadamente y por sus méritos la presidencia municipal, sino que acabó distanciado de los panistas, entre otras cosas porque solían jalar más con Bartlett que con Hinojosa Rivero a la hora de gobernar. Luis Paredes, segundo alcalde de auténtica cepa panista fue expulsado al terminar su gobierno por el PAN que entonces presidía Eduardo Rivera. Recuperó mediante un juicio sus derechos partidistas y echó abajo la inhabilitación que le propinara un congreso mayoritariamente priísta en la administración de Melquiades Morales. Eduardo Rivera, militante del PAN desde los 18 años, ha sido inhabilitado por sus compañeros de partido con una abrumadora mayoría en el Congreso. Los enemigos más peligrosos sí suelen ser los correligionarios.

Hace siete años en Puebla los votantes elegimos una alternancia que no iba centrada en el proyecto de una persona, sino en el valor y el valer de los contrapesos al poder ejecutivo. Lejos estamos aún de lograr esos contrapesos tan sanos. Eduardo Rivera ha elegido el camino judicial y el juicio de amparo para dirimir el controvertido fallo del viernes 7 de Abril de 2017. La única manera de fortalecer a las instituciones es usándolas. Esperamos que el ábaco de los jueces del poder judicial federal sea universal.

La miseria de la política de Puebla en algunas frases.

La última me estremece. Es la de un padre que ve que se le muere un hijo a sus nueve añitos de leucemia. Y se siente traicionado por un político.

“Moreno Valle es una basura”, me dijo.



Hay frases, entonces, que se pegan a la pluma.

Las recuerdo luego de la noticia que da cuenta de que la mayoría de diputados de Moreno Valle en el congreso estatal inhabilitará este viernes al ex presidente municipal Eduardo Rivera. Siete años llevan estos diputados de turno, esta mezcla nada extraña de prianismo con el que el ex gobernador sometió a los partidos políticos locales para, como no lo habíamos visto nunca –casi diría que ni con Maximino— ponerlos a su servicio.

La primera, la encuentro en un mensaje en el teléfono, y expresa la desazón que deja la vileza del Congreso que trabaja para las furias de MV: “Los morenovallistas a Mario Marín lo dejaron ir sin tocarle un pelo, sin quitarle un peso y sin una sola sanción.”

Y sí, por ahí andará muy campante el último de los gobernadores priistas, muy metido en la construcción de rascacielos y mirando muy entretenido el desastre de lo que queda de su partido en Puebla.

La segunda me la dice un campesino de Jolalpan justo en la fachada del Congreso en la 5 Poniente, y tras más de treinta días de plantón para exigir la destitución del presidente municipal al que acusan de corrupción: “Lo que más enoja es el desprecio, la indiferencia, para estos diputados no existimos…”



Y ahí siguen, día y noche, con la calle cerrada, pero ahora con la amenaza de que se crucificarán ahí mismo la semana próxima para estar a tono con la temporada.

La tercera es la que se pega a la pluma, y forma parte de una conversación que este mediodía de jueves sostengo con un campesino de las faldas del Citlaltépetl, convertido a sus 62 años en viene viene del Mega en Angelópolis. Me ha llamado la atención la desolación de un edificio abandonado en un extremo del estacionamiento que hace muy poco albergaba un restaurante italiano.

"Uh, ese quebró hace semanas", me dice el hombre. ¿Y eso?, se veía bien ubicado. Su respuesta es el arranque de la plática entre un periodista curioso de las desgracias mercantiles y un hombre que todavía mantiene su cultivo de maíz en la región de Serdán, a pesar de sus más de cuarenta años de vivir en la ciudad de Puebla, y que ve pasar la mañana entre silbatazos y monedas escurridas de las manos de los marchantes que salen de la plaza.



"Les cobraban cien mil pesos mensuales de renta."

Cien mil pesos. Hace sus cuentas, no son más de cuatrocientos metros cuadrados, y mire qué inversión hicieron, imposible pagar eso, ni que llenaran el restaurante todo el tiempo. Cien mil pesos la renta de la tierra que alguna vez fue campesina, la que expropió el gobierno a 4 pesos, a 7, a no más de 21. "Fue ese Piña Olaya, pero luego el Bartlett, y el otro, Melquiades... ¿A dónde quedó el campesino en esta tierra?"

"¿Pero usté cree que a nosotros también nos cobran?"

Veinte pesos al día tienen que pagar a un tipo que regentea la operación viene viene y que se entiende con "el dueño del edificio", me dice, porque la Mega también paga renta a quien los cuida coches identifican como "un gringo".

“Millones, señor”, me dice.

Lo escucho y confirmo que es un viene viene muy enterado. Me cuenta de él: “Venimos a estudiar a la UAP mis hermanos y yo, ellos sí se hicieron licenciados, yo no, no estuve firme, no terminé Derecho. Me casé ya grande, así que todavía veo por la escuela de mis hijos, ai están en la uap, y ai la llevan. Tuve otro hijo en medio, pero ese, señor, se me murió. De leucemia. Cuatro años peleó la vida, al quinto se fue, aunque lo intentamos todo, ahí en el hospital La Paz. Mis hermanos profesionistas dijeron 'por el niño veremos todos', pero no se pudo. Y vendimos todo. Por eso me da coraje, señor, fui con los diputados, del pri, del prd, me mandaban de una oficina a otra. Hasta que caí con ese Moreno Valle, era senador, me dijeron, y fui a pedirle ayuda. Dijo, 'no puedo ayudarte'. Está bien, le dije, no puede, pero al menos ayúdeme con un poco de dinero, no más pa llevarles hoy de comer a mis hijos, mire que ya perdimos todo con la enfermedad del niño."

Cuánto debe costar para un hombre pedir ayuda para dar de comer a sus hijos.

Entonces vino la frase:

"Me enojé, señor, mi niño se estaba muriendo, y ese Moreno valle ahí, diciendo, no puedo ayudarte. Me enojé señor, y le dije, 'eres una basura, todos ustedes del gobierno son una basura'.”

Lo dejé ahí, con los rayones al aire de su silbato. Con la memoria de su niño muerto. Y tan lejos de la miseria de la política.

La instalación no se llevó muchos minutos. Sobre la banqueta de la 16 de Septiembre, contra el enrejado de Catedral. El retrato de Miroslava, los carteles con el nombre y la fotografía de algunos de los periodistas asesinados en los últimos tiempos en México, las veladoras y el tapete en blanco con la lista larga de los 81 reporteros muertos desde el año 2012. Lo hizo Rosa Borrás, la mujer de los bordados hermosos y solidarios. "No fui más lejos en el tiempo, pero mira esa lista larga..."

La miro. Contiene el horror de México.

Contemplo a las jóvenes reporteras que han promovido este homenaje. Velada, le han llamado. Y sí, ahí están las veladoras y el ánimo de alumbrar la catedral. Y ahi están ellas, han cantado el himno nacional. Sonríen, a pesar de todo.



Creo que en el evento soy el reportero más viejo. Por ai veo a Francisco Sánchez Nolasco, de mi época, pero más joven.

A golpe de pluma, luchar por rescatar la patria nuestra.

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