Poder y Política
Mundo Nuestro. La Unidad de Investigación Aplicada de MCCI publica en su portal y en la revista Nexos este análisis sobre los alcances de las acciones contra la corrupción que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha llevado a cabo desde el 1 de diciembre en que el presidente de México tomó posesión. El cuestionamiento es contundente: no hay una estrategia integral que permita traducida en hechos concretos que vayan más allá de las declaraciones.
A más de 100 días del inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno de México ha lanzado mensajes de compromiso con la austeridad presupuestal y el combate a la corrupción, pero no ha presentado una estrategia integral ni una política que vaya más allá de declaraciones generales.
AMLO ganó la presidencia con una amplía mayoría, misma que le garantiza gran legitimidad; a poco más de tres meses en el gobierno, su aprobación sigue manteniendo cifras históricas. Este gran capital, sin embargo, no es un cheque en blanco. Las promesas de campaña sobre acabar con la corrupción no parecen tener una estrategia clara. Los recortes presupuestales arbitrarios; las acusaciones mediáticas de corrupción hacia funcionarios de alto nivel y a titulares de órganos autónomos; el cese arbitrario de servidores públicos de niveles medios sin mediar investigaciones; el pacto de impunidad por el cual AMLO declaró que no perseguiría actos de corrupción de gobiernos anteriores, y la ampliación del catálogo de delitos “graves” en el texto constitucional que castigará a los más pobres y no a quienes realmente son responsables de los grandes desvíos de recursos, distan mucho de ser una estrategia robusta contra la corrupción.
En el discurso de sus 100 primeros días, AMLO hizo referencia a la corrupción en 18 ocasiones. Pero desde su toma de protesta lo ha hecho en 790 veces, casi siempre como un recurso narrativo sin propuestas concretas de cómo acabar con ésta. Para poner a prueba algunas de sus declaraciones, en la Unidad de Investigación Aplicada de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) hemos analizado algunos de los dichos del presidente sobre corrupción para saber si se sostienen en los hechos.
Cosas que quisiera para mi estado: catorce cosas que sí puede hacer quien sea que gobierne en Puebla
Vida y milagros
En Agosto Puebla tendrá su quinto gobernador en menos de tres años. Gobernará cinco años y cuatro meses.
Apunté algunas cosas que sí pueden hacer los gobiernos estatales y que el próximo gobernante debería garantizar en este nuevo ciclo político:
- Respetar el derecho a pensar distinto y en voz alta sin miedo a represalias.
- Respetar el derecho a que la sociedad se organice, proponga y participe, sin que por eso tenga que militar o alinearse a un partido político.
- El derecho de réplica hacia las acusaciones sin prueba del gobernante.
- El respeto a la presunción de inocencia y a que las acusaciones desde el poder estén sustentadas en pruebas.
- Fortalecimiento de todas las estructuras públicas y privadas que combatan la violencia intrafamiliar, en especial para proteger a los niños, a las mujeres y a los adultos mayores
- Fortalecer el trabajo conjunto entre gobierno y sociedad, estrechar los lazos comunes de organizaciones privadas e instituciones públicas para potenciar y no disminuir la participación civil . Nos necesitamos mutuamente para sacar adelante a los sectores más vulnerables de la sociedad. Debilitar esos lazos no solo es un error, sino en muchos casos una injusticia.
- Priorizar el cuidado del medio ambiente del que todos dependemos para vivir. Es indispensable un presupuesto fuerte para fondear las políticas públicas que nos garanticen el derecho a un medio ambiente sano, con una Secretaría de Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial con herramientas jurídicas poderosas para ordenar el suelo, conservar los recursos naturales y garantizar el agua y su cuidado, no solo para el consumo humano, sino para la conservación de la flora y la fauna de nuestros ecosistemas.
- Que jamás se usen o condicionen los programas sociales para fines partidistas, construcción de clientelas o sometimiento hacia la autoridad.
- Mejorar radicalmente la impartición de justicia con una fiscalía estatal autónoma, con presupuesto suficiente para ampliar el número de agencias del ministerio público y el personal suficiente para atender a dichos ministerios de manera eficaz. Abolir para siempre los turnos de 24 horas de trabajo por 24 horas de descanso. Nadie puede trabajar de manera eficaz sin recursos materiales y sin descanso durante periodos tan largos. Más agentes del ministerio público, más peritos, más agentes judiciales. El tiempo promedio para presentar una denuncia hoy en Puebla es entre 8 y 18 horas, siempre y cuando exista un ministerio público en tu localidad.
- Aumentar el presupuesto ejercido por el Tribunal Superior de Justicia, el consejo de la judicatura y los juzgados. Privilegiar el aumento del número de magistrados y jueces. La justicia, para serlo, debe de impartirse de manera pronta y eficaz. Hoy eso es un sueño.
- Fomentar la contraloría social en las acciones estratégicas del gobierno. Tanta sociedad como sea necesaria.
- Orientar el gasto en comunicación social del gobierno de manera que se use para dar información útil y necesaria para que la comunidad funcione mejor, de manera más responsable y empática hacia el conjunto de la sociedad y las autoridades. Abolir el uso de la comunicación social para rendir culto a la personalidad de quien nos gobierne. Ya tuvimos suficiente de eso. Hasta hartarnos.
-Construcción de consensos con los otros poderes del estado por medio de la inteligencia y la razón y no por medio de presiones, amenazas o sobres con dinero por debajo de la mesa.
- Abonar en todo lo posible para preservar los lujos del siglo XXI: el agua, el silencio, el aire limpio y el derecho a la privacidad.
¿Todo esto parecería obvio y obligado, ¿verdad? Desgraciadamente no lo es.
No es una decisión sencilla la suya en estos tiempos de la cargada morenista en Puebla, en lo que sin duda ha significado una especie de restauración priista tras la caída del helicóptero el 24 de diciembre y el colapso de lo que de manera implacable construyó por veinte años Rafael Moreno Valle. Y más lo siento cuando contemplo a esos rescoldos de la política mexicana que un vendaval con rumbo en julio del 2018 se llevó: tres partidos, PAN, PRD y MC en Puebla sometidos hasta la abyección por el autoritarismo morenovallista, y que han decidido, para sobrevivir, jugar la carta ciudadana que la realidad impredecible ha puesto como salvación en sus desordenadas mesas de apostadores profesinales..
Entiendo que Enrique Cárdenas y Gabriel Hinojosa, y muchos amigos mutuos en la organización civil Sumamos, apuestan por el hecho de que los partidos son organismos de interés público y que están para servir a los ciudadanos. Así me explican ambos su búsqueda como tales de un registro como candidato sin partido. Ahí contemplo la frágil línea que separa la ingenuidad política de la generosidad patriota. Y no puedo más que respetar y admirar su valor cívico, justo cuando el análisis pragmático lleva a decir que la realidad los dejará en el camino, que su actuación no hará más que validar un proceso que, con la marca de una elección democrática, está dispuesto para la reconstrucción de un sistema de gobierno que ha probado ser anti ciudadano.
La realidad política nos trae a tirones. Morena intenta sobrevivir como organización fundada desde la base de un movimiento social antisistema priista-panista llamado Andrés Manuel López Obrador. Y sin embargo, en los avatares para ganar la presidencia de la república, ese movimiento ha visto cómo los políticos sobrevivientes del complejo aparato de poder priista en Puebla pronto arrebataron los espacios de control del aparato del joven partido. Así entiendo a los Barbosa, Armentas, Jose Juanes y Manzanillas, muy avezados y sin complejos para cambiar caretas, amigos e ideologías. Y apenas comprendo las tribulaciones de personas de calidad probada, como Carlos Figueroa Ibarra, que no dejan de observar los predicamentos de la organización que ayudaron a construir en los momentos más aciagos de la ola morenovallista. No estaban ahí entonces quienes hoy encabezan las propuestas de Morena para el 2 de junio próximo. ¿Quién hubiera imaginado hace unos meses el retorno de los dinosaurios viejos, como Pacheco Pulido, y revividos, como Estefan y Manzanilla? Y con ellos la sobrevivencia de la maquinaria política para el control del gobierno y del dinero, pulida a golpe de mano por Bartlett, Melquiades, Marín y Moreno Valle.
En ello pienso para tratar de comprender la iniciativa de Enrique Cárdenas, quien sin duda se juega su incuestionable calidad moral con la que se avienta al revuelto mar de la militancia político-electoral.
Y más cavilo entonces sobre mi propia perspectiva de periodista y mi vida entera sin militancia partidaria. Hago política a mi manera, y cuestiono desde siempre la práctica interesada de los políticos profesionales, expertos en jugar para sí. ¿Pero qué papel entonces, es el que juega un periodista? ¿Sirve de algo abogar por la neutralidad de la narración objetiva?
En el último tercio de 2017, a poco más de un año de haber elegido gobernador , empezaron de nuevo las pre campañas para la nueva elección de 2018. La elección larga, la buena. Todo el menú propagandístico para todos los cargos: espectaculares, spots en radio y tele, entrevistas, mítines, bardas pintarrajeadas,el transporte público con caras de los pre candidatos, bolsas, sombrillas, playeras, cachuchas,tinacos, despensas. Ya desde entonces, ante la fuerza emergente de las banderas guindas y el poco espacio que dejaba Moreno Valle a los que no fueran de su equipo, empezaron a florecer las alianzas, las traiciones, las deserciones, la cargada. Una vez definidas las candidaturas partidistas y eliminadas las independientes por la asfixiante ley electoral local, otra vez cinco candidatos a gobernador compitieron por Puebla. El escenario fue completamente distinto a la elección de 2016. En solo dos años, una mirada a las bardas y a los anuncios en el transporte público fueron el indicador de que Puebla estaba siendo peleada casa por casa, calle por calle, taxi por taxi, y peleado también en el nuevo terreno de guerra, el de las redes sociales, que permanecieron incendiadas durante toda la elección. Las encuestas eran claras con respecto a quien ganaría la presidencia, y de nariz con nariz con respecto a la gubernatura poblana, aunque en voz baja, los propios panistas afirmaban que en las encuestas que tenían, perderían la elección.Los priistas de cepa la supieron perdida desde antes de escoger candidatos. Algunos aceptaron competir por pura lealtad a su partido. A Ricardo Anaya lo desparecieron de la campaña panista local. Para el PAN de Puebla no hubo candidato presidencial. La estrategia final de Moreno Valle fue salvar a la reina. Si de algo sabía era de operación política y aunque supo que perdería el control del congreso local, no imaginó por cuánto. Él ya tenía su plurinominal al senado en la bolsa. Desde ahí se preparaba para librar una nueva batalla hacia el 2024. Jamás fue una persona que pensara a corto plazo.
En Puebla ganó la presidencia Andrés Manuel, como en 2006 y 2012.Pero a diferencia de esos años, ya con su nuevo partido ganó también casi todas las diputaciones locales y federales, el senado, las ciudades más importantes del estado y en especial la capital y los ocho municipios conurbados. Por eso fue atípico el resultado de la gubernatura . La legalidad y la certeza de la elección quedaron gravemente vulneradas por la violencia de la jornada electoral en Puebla, violencia de la cuál jamás se presentaron culpables .Tan atípico que acabó en los tribunales. Cinco largos meses de dimes , diretes, visitas a los jueces de parte de los contendientes y un controvertido y manoseado fallo emitido en vísperas del tiempo límite. Por supuesto,todo aderezado por la polarización política y social y una larga incertidumbre.
Luego vendrían los 10 días de gobierno de Martha Erika, la breve certeza de que el capítulo había quedado cerrado, y luego la trágica e inesperada caída del Augusta.
Después de Moreno Valle llegó el diluvio para el panismo poblano.La zona de incómodo confort en la que él controlaba todo, terminó. Finalmente fue nombrado como interino para cinco meses un priísta que nunca negó la cruz de su parroquia, Guillermo Pacheco Pulido, propuesto por un sagaz diputado de Morena y electo en el congreso local por 40 votos, incluidos los de todo el bloque panista. A todos los actores los conocía Pacheco como la palma de su mano.
Se convocó a elecciones para el 2 de Junio de 2019.
En el panismo pondrán a un candidato de "unidad", aunque no se sabe qué es lo que unirán y con qué pegamento, porque el del dinero se acabó. Los partidos que Moreno Valle tuvo en su mano no son nada sin él. Los perfiles panistas que hubieran podido ser un poco más competitivos, han declinado con rapidez. Han leído bien el momento de tocar retirada. Uno de los tres candidatos con los que el PAN buscará competir ha dicho que "el PAN dará la batalla para impedir que el PRI disfrazado de Morena llegue al gobierno". Me permito recordarle que eso fue exactamente lo que sucedió en 2010, cuando Moreno Valle fue de candidato por el PAN. Creímos, y me incluyo, que habría alternancia. No señor mío. No la hubo. Solo hubo cambio de escudos y colores.
Por otro lado, el PRI está pensando si manda candidato y no dudaría que al final se unieran al candidato de Morena. Sus aliados del verde volaron con sus alitas de tucán a Morena y a los del Panal los mató la elección del 2018, aunque varios se mudaron a la casa triunfante antes de que los arrollara el tren
¿Tiene algún caso verlos competir? Contemplaremos aburridos el simulacro de una contienda inexistente. Moriremos de hastío.O crearemos un mundo. Kierkeegard y Nietzsche sostenían que Dios creo el mundo para abatir su hastío. ¿Qué haremos con el nuestro?
#Eurekazo
“Él usa las estadísticas como un borracho utiliza las farolas: para el apoyo en lugar de para la iluminación.” Andrew Lang
#DeUnoenUno
Las consultas ciudadanas se inducen previamente y buscan ser el gran instrumento legitimador a los designios del presidente.
Los precandidatos de Morena se han hecho encuestadictos, se alivianan con unos jalones de puntos porcentuales.
Con sondeos, los medios y detractores acomodan verdaderas madrinas medíaticas a los alcaldes incómodos de Morena.
En las encuestas de redes sociales se vale de todo, menos ahorrarse los bots, los troles y los acarreados digitales.
***
Preparar una clase es siempre el pretexto perfecto para desempolvar conceptos y aterrizarlos con ejemplos actuales. Con mis alumnos de Opinión Pública revisamos las encuestas, los sondeos y las consultas como elementos fundamentales en la construcción de, precisamente, la opinión pública. Así, salieron a flote tres temas de la última semana: La consulta ciudadana para la operación de la planta hidroeléctrica de Huexca en Morelos, las encuestas de preferencia electoral de cara a las alecciones extraordinarias de gobernador en Puebla, y la percepción ciudadana sobre el desempeño de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco en la capital poblana.
En los tres casos, aunque existe un interés honesto por conocer el parecer de un determinado sector de la población sobre un tema relevante, se perciben grandes vicios normalizados por parte de los actores involucrados.
Consultas ciudadanas, la democracia participativa vuelta bisutería
Mis alumnos, en constante y unánime repudio a las políticas del presidente López Obrador vociferan su rechazo total a las consultas ciudadanas.
--Para eso una mayoría votó por él, para que no nos esté preguntando --dice uno.
–Le preguntan a la gente cosas que no entiende, que no le interesan --dice otro.
--Esas consultas están manipuladas por los ciegos seguidores de AMLO --sentencia aquel.
Y así cada uno de sus argumentos. Trato entonces de equilibrar la balanza, no puedo.
Si bien estoy totalmente convencido de que a medida que los ciudadanos sean más participativos en su realidad social, será más difícil para los gobiernos imponer su voluntad, creo que hasta ahora las consultas ciudadanas han sido simples adornos que emulan una democracia participativa inexistente.
Me explico. No existen mecanismos que permitan garantizar que dichas consultas se realizan con total imparcialidad, con protocolos y métodos que den certeza a la elección de una determinada mayoría. Los temas propuestos en las consultas ciudadanas que van desde la construcción del nuevo aeropuerto hasta la operación de una termoeléctrica han estado llenos de polémica por los pocos recursos técnicos o empatía de los ciudadanos con dichos temas.
En repetidas ocasiones el presidente busca influir en dichas consultas, se vuelve juez y parte; usa todos los medios posibles para convencer a la población por ejemplo de que el nuevo aeropuerto es un gasto innecesario, que la Guardia Civil es fundamental para recuperar la seguridad en el país o que la operación del Tren Maya o la hidroeléctrica de Huexca, lejos de atentar contra los recursos naturales, benefician directamente a los mexicanos.
Las consultas ciudadanas entonces se reducen a dos polos: apoyar o no al presidente; es una decisión con él o contra él, una decisión con los mexicanos, o contra ellos. Una decisión que sólo responde SI o NO a preguntas generales. Es entonces la legitimación de los designios del presidente escudadas en una muy manoseada decisión popular.
La adicción a las encuestas de preferencias electorales no distingue colores
No pocos amigos y conocidos coincidimos en reconocer en la 4T la voluntad de hacer las cosas de manera diferente. Conozco a muchos que ahora desde el ejercicio del poder están buscando el cambio de paradigmas y les admiro. Desde el brigadeo, desde el activismo, desde el saloneo, hablamos siempre de hacer las cosas mejor, de pensar diferente. Morena fue el resultado de repensar otra realidad para México. Al menos así se vendió, así lo vendimos, y así lo compramos.
Algo entonces no anda bien cuando vemos a los tres precandidatos en el proceso interno aventarse los unos a los otros datos y estadísticas que los ubican en primer lugar de las preferencias. Cuando se siente en peligro, cada uno acude a sus propias encuestas, les da una fumada a los puntos porcentuales y se relaja; se inyectan fotos de multitudes, se beben likes y retuits.
El famoso “mostrar músculo” sigue siendo la práctica común junto al acarreo, el pase de lista, el espaldarazo, el apoyo. Algunas, encuestas de reconocidas firmas de prestigio, son magnificadas, publicitadas, replicadas por todos los canales posibles, se invaden los noticieros con ellas, se les envían a líderes de opinión, se comparten entre militantes una y otra vez. Otras encuestas, las poco confiables, las de dudosa metodología, pasan igual por el mismo tratamiento, no importa la metodología o la confiabilidad, importa el resultado, en el caso de algunos, mandado a hacer a la medida.
Y si a un medio de comunicación, se le ocurre asomar la cabeza con una pregunta, con un sondeo en redes sociales que alimente esa adicción, de inmediato son convocados los seguidores, los militantes, los acarreados, los bots, los troles, o lo que sea para dar la batalla. Y entonces, los ciudadanos desinteresados e incluso los equipos de los mismos interesados, pierden la oportunidad de medir la preferencia real sobre alguno u otro, es una guerra de destreza, de ver quien convoca más y mejor en sus grupos de WhatsApp, de ver quien coopera con unos cuantos votos automatizados, de quien pone a trabajar más operadores.
Los alcaldes apaleados con sondeos
Los medios de comunicación no se escapan ni se resisten a la seductora manipulación de la opinión pública. En medio de un linchamiento mediático casi unánime contra la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, tras su viaje a Viena, los periódicos y sus directores (principalmente aquellos acostumbrados al convenio publicitario de miles de pesos, negado por la actual administración) han usado los sondeos ciudadanos como macanas sistemáticas para apalear una y otra vez a Rivera Vivanco (o a cualquier alcalde ajeno a sus proveedores o aliados).
El mecanismo es sencillo. Según el tema del momento, un reportero acude cámara en mano a un determinado lugar para realizar preguntas inducidas como:
“Luego de ocho asaltos a transporte público este día (cuenta de asaltos de todo el estado, no de la ciudad), ¿Usted cree que la inseguridad ha aumentado?”
“La alcaldesa está de viaje en Viena ¿Usted piensa que debería quedarse a trabajar en vez de andar viajando?”
El arranque de la alcaldesa ha ido con varios tropiezos y sinsabores --muchos ajenos a la actual administración--, pero se han utilizado los sondeos a modo para amplificar percepciones de inseguridad en la capital y fustigar como única responsable a la titular municipal, para achacarle problemas heredados de viejas problemáticas como los ambulantes o las elecciones municipales.
Si bien la administración municipal habría podido actuar con mejor talante ante no pocas circunstancias, el linchamiento mediático se ha convertido en un gran factor.
Las encuestas, los sondeos y las consultas son herramientas fundamentales para conocer las exigencias y pensar de una sociedad, sin embargo, estas se han convertido en ejercicios anecdóticos dentro de una dinámica de comunicación política basada en la simulación, que se resiste a una transformación, incluso entre los que se autonombran transformadores.
***
#DerechalaFlecha
Las encuestas, sondeos, y consultas ciudadanas se han convertido en el instrumento favorito, incluso de los morenistas para manipular a la opinión pública y así legitimar todos los designios divinos de la 4T.
Hubo un tiempo...
Vida y milagros
Para los que nacieron después de 1997 y hoy tienen poco más de 20 años, será extraño pensar que hubo un tiempo en que el Congreso de la Unión y los congresos locales de cada estado solo obedecían a lo que dijera el señor presidente de la república y que la mayoría calificada en esos congresos era solo del PRI y el resto sus comparsas. Para esos jóvenes será difícil entender que en la segunda mitad del siglo XX el poder presidencial mexicano casi no tenía contrapesos y que hubo un largo recorrido para construirlos. El tiempo de los grandes desplegados en los periódicos firmados por los representantes oficiales de los sindicatos, los gremios agrarios, los empresariales, los sectores populares, felicitando por lo que fuera al presidente o al gobernador en turno. Desplegados de páginas y páginas después de un informe, cuajados de firmas que había que leer con lupa de tantas que eran. Hasta el periódico pesaba más de tanta tinta cuando había que felicitar o dar un pésame a esos presidentes insoportables.
Hubo un tiempo en el que los Jueces de la Suprema Corte, los presidentes de los tribunales estatales y cualquier juez de importancia, era puesto en su cargo solo con la anuencia del Señor Presidente de la República o por el Señor Gobernador de cada estado, así, escrito todo con mayúsculas y pronunciado con reverencia. Hubo un tiempo no muy lejano, antes de 1997, en que era rarísimo que hubiera presidentes municipales de las capitales de los estados que no fueran priístas.
Hubo un tiempo, tan cercano o lejano como 1989, en que no había en México gobernadores de otro partido que no fuera el PRI. El primero fue el panista Ernesto Ruffo Apple, electo en Baja California en 1989, cuando el PAN era un PAN sin subsidios, con recias convicciones y militancia gratuita.
Hubo un tiempo, hasta casi el final del siglo XX, en que, en la capital más politizada y poblada del país, el D.F., los ciudadanos no elegían a sus gobernantes ni tenían cámara de representantes. El presidente nombraba al regente. Sería hasta 1997 cuando la ciudad de México elegiría por primera vez a su jefe de gobierno, apoyado en una poderosa y unida coalición de izquierda, también con recias convicciones y militancias gratuitas.
Hubo un tiempo, tan cercano como 1993, en que el presidente de la república podía poner y quitar gobernadores cuando le estorbaban a él o a sus grupos afines. Carlos Salinas quitó a catorce gobernadores entre 1988 y 1994.
En Puebla, hubo una racha en que los gobernadores duraban cuando mucho dos años. Los quitaban y ponían desde el centro. El gobernador poblano Alfredo Toxqui (1975-1981) fue el primero en terminar completo su mandato después de más de 10 años de interinatos y gobiernos provisionales, provocados por los enfrentamientos entre universitarios y autoridades y del endurecimiento de las políticas del gobierno mexicano contra los grupos contrarios al PRI, ya fueran de izquierda o de derecha.
Hubo un tiempo en que se sabía quién sería el próximo presidente de la república o gobernador de un estado, desde mucho antes de que se celebraran las elecciones. El presidente elegía a su sucesor y a todos los gobernadores. Una vez dicho el nombre, las elecciones eran solo un trámite, un ritual. Hubo un tiempo, 1976, en que el candidato del PRI José López Portillo compitió solo contra sí mismo. Se volvió de tal tamaño la aplanadora electoral, que ya ni los paleros más paleros quisieron desgastarse en una larga campaña presidencial en la que todo mundo bostezaba de aburrición. Las campañas presidenciales duraban meses. Como durante el mandato de un presidente solo podía brillar su persona, había que dar a conocer al respetable público quién era el ilustre desconocido que los gobernaría después del ocaso del dios que se iba, mismo que al terminar su mandato pasaría al retiro y a la absoluta discreción y mudez, a riesgo de ser puesto en una embajada tan lejana como Australia.
Hubo un tiempo en que era imposible imaginar que los expresidentes se trenzarían en pleitos a tuitazos con un presidente en funciones. Imposible imaginar que existirían las benditas y malditas redes sociales.
Hubo un tiempo no muy lejano en que los medios de comunicación se auto censuraban por completo. Un solo error y podían acabar en el bote de la basura o en una zanja con todo y su periódico. La única cadena de televisión hasta finales de los años 80, Telesistema Mexicano, derivado en Televisa, jamás criticó al presidente. TV Azteca, privatizada durante la administración de Salinas de Gortari, tampoco osó tocar al presidente. Sí se atrevió a criticar a Cuauhtémoc Cárdenas, primer jefe de gobierno electo en el Distrito Federal porque lo consideró peligrosamente de izquierda.
Hubo un tiempo en que oficialmente el estado era laico, aunque sus ciudadanos fueran mayoritariamente católicos; no tenía relaciones ni con el Estado Vaticano ni tampoco con otras iglesias. Los sacerdotes y las monjas no podían salir a la calle con alzacuellos o hábitos, ni hacer procesiones en las calles. Todos los ritos se celebraban dentro de las iglesias. Aunque hipócritamente, pero el estado era laico. Hubo un tiempo en que los presidentes de la república no iban a las bodas por la iglesia de sus hijas o hijos.
Hubo un tiempo, 1979, en que eso se rompió, cuando que el presidente López Portillo trajo a México al Papa, lo pasearon como a un césar en el papa móvil y luego lo llevó a su casa a darle una misa privada a su mamá. En 1990 se formalizó la relación oficialmente.
En 1997 fue el año en que todo cambió o, mejor dicho, se hizo evidente que todo había cambiado. En 1997 el PRI perdió la mayoría en el Congreso. En 1997 llegó el tiempo en que el "señor presidente" empezó a escribirse con minúsculas; el tiempo en que desde la tribuna del congreso lo increparon los opositores porque había dejado de ser infalible, omnipresente, omnipotente, y sobre todo, absolutamente temible. Llegó el tiempo en que un presidente no pudo tirar a un gobernador, en que el presidente empezó a dar explicaciones y en que disentir empezó a estar no solo permitido, sino obligado.
Llegó el tiempo en que las organizaciones no gubernamentales empezaron a ocupar un amplio espacio, construyendo agendas a largo plazo, pensadas para durar, proponer y dar seguimiento a los asuntos de su interés más allá de una presidencia. Si, llegó el tiempo en que la diversidad tuvo voz y peso. Y llegó el tiempo de la gestación de los organismos autónomos.
Llegó el tiempo en el que empezaron a existir dudas sobre quién ganaría la presidencia de la república, el tiempo en que el secretario de gobernación dejó de ser el árbitro en las elecciones y se creó un órgano independiente para organizar los procesos federales, el Instituto Federal Electoral, el árbitro de la elección en que el PRI perdió la presidencia en el año 2000.
En los estados hubo islas de resistencia, y en muchos, hubo aún un largo tiempo en que los institutos electorales locales esquivaron a los aires de independencia. Un tiempo tan cercano como 2018. Esa fue por lo menos nuestra experiencia en Puebla. Hasta Mario Marín y Moreno Valle, el órgano electoral local no fue independiente. Siguió tomado por la mano férrea de los gobernadores, porque tampoco era independiente el congreso local, desde donde se elegían hasta hace unos meses a los jueces y a los consejeros de los órganos autónomos. Mientras el país cambiaba, en Puebla nos encandilamos con el falso cambio de 2010. Para evitar el dedazo de Marín para imponer un sucesor, hizo falta un ex priiísta, aunque Moreno Valle fue más papista que el papa. Y no hubo hilo que dejara suelto. El poder ejecutivo, el legislativo y el judicial siguieron bajo su mando.
En 2018 ganó López Obrador en México y en Puebla. Morena ganó la mayoría en el congreso y 49 municipios que incluyen las 8 ciudades más grandes del estado, incluyendo la capital. El atípico resultado de la elección a gobernador de Puebla fue producto de lo que arriba describo: un duelo de ex priístas-panistas contra ex priistas morenistas. Unas elecciones revolcadas entre dos cuñas del mismo palo. Un fallo del Tribunal Electoral controvertido. Un accidente mortal que el Secretario de SCT ha calificado de "atípico" y cuya investigación está aún en proceso; una gobernadora que duró 10 días, un conciliador gobernador interino priísta elegido por unanimidad de todos los partidos excepto, oh paradoja, por la abstención de un priísta.
Hubo un tiempo, entonces. La cargada no se ha ido.
Mundo Nuestro. En un pronunciamiento frente al proceso electoral 2019 en el estado 24 organizaciones de la sociedad civil en Puebla demandan esclarecer los crímenes ocurridos el 1 de julio del 2018 en Puebla. Fin a la impunidad criminal como condición de una nueva elección libre y auténtica el próximo 1 de junio.
Aquí el texto del pronunciamiento y los grupos firmantes.
Puebla, Pue. A 13 de febrero de 2019.
Las instituciones, organizaciones, colectivos y personas abajo firmantes, nos pronunciamos:
- El 1 de julio de 2018, en México se llevó a cabo una jornada electoral que marcó un parteaguas en la vida político-social de nuestra República. Para garantizar su legalidad, el Estado mexicano, a través de los organismos electorales, destinó capital humano y recursos materiales, para que las y los ciudadanos acudiéramos a las urnas a emitir nuestro sufragio y que la jornada se desarrollara con apego a derecho.
- Sin embargo, mientras que en la mayor parte del país la ciudadanía ejerció su derecho a votar de manera libre y pacífica, en el estado de Puebla, particularmente en su capital, se llevaron a cabo actos de violencia extrema: grupos de delincuentes irrumpieron violentamente en distintas casillas y detonaron armas de fuego poniendo en riesgo la vida de las y los ciudadanos que ahí se encontraban en ese momento. No sólo se trató de delitos electorales como el robo de urnas o la destrucción de paquetería electoral, sino que también se cometieron delitos del fuero común tales como homicidio en grado de tentativa, lesiones, robo y daño en propiedad ajena.
- A pesar de la gravedad de los acontecimientos acaecidos desde entonces, no hemos escuchado, en materia electoral, un pronunciamiento oficial por parte del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) condenando estos actos de barbarie y pedir que se castigue a los responsables, ni siquiera por el hecho de que la vida de varios funcionarios de ese instituto estuvo en peligro y que su Junta Local documentó y les informó en su momento. Por su parte, la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales, tanto federal como del Estado de Puebla, siguen sin informarnos acerca de los avances en las investigaciones a pesar de que hubo al menos 26 denuncias ciudadanas, según indica el informe que la Junta Local del INE entregó a su Consejo General.
- En cuanto a los delitos del fuero común, seguimos en espera de que el gobierno del estado asuma su responsabilidad e investigue y capture a quienes cometieron estos atentados contra la integridad física de las y los ciudadanos que tuvieron el infortunio de encontrarse en ese momento en las casillas violentadas.
- Además, hay una pregunta cuya respuesta puede ser el eslabón que una los delitos anteriormente mencionados con el problema de la corrupción, y que las autoridades encargadas de la seguridad siguen sin contestar satisfactoriamente ¿Por qué la policía no respondió a los llamados de auxilio de las personas afectadas por dichos actos de violencia, cuando se supone que deberían ser garantes de la paz y la seguridad pública durante la jornada electoral?
- Estos acontecimientos en los que se sospecha de manera fundada que hubo actos de corrupción, no deben quedar en la impunidad.
- La confianza que debe existir en las instituciones, para llevar a buen puerto las elecciones extraordinarias que se avecinan, pasa por la acción u omisión de las autoridades electorales y gubernamentales sobre los acontecimientos violentos ocurridos el 1 de julio del año pasado.
- Para las elecciones que se llevarán a cabo el 2 de junio del presente, exigimos que se garantice el Estado de Derecho y que el sufragio que se emita refleje sin lugar a dudas la voluntad mayoritaria de las y los ciudadanos poblanos.
- Es así que hacemos un llamado a las instituciones políticas, electorales y gubernamentales a conducirse de acuerdo con la ley y a salvaguardar en todo momento la seguridad y la integridad física de la ciudadanía.
- Estamos convencidas y convencidos que, ante este panorama atípico, los poblanos estamos preparados para demostrarle a nuestro país y al mundo, que podemos privilegiar la legalidad, combatir a la corrupción y a la impunidad en un proceso electoral ciudadanamente ejemplar.
INSTITUCIONES, ORGANIZACIONES Y COLECTIVOS FIRMANTES:
- Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Puebla
- México Contra la Corrupción y la Impunidad
- Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad
- Red Social Contraloría Ciudadana Puebla
- Puebla Vigila
- Universidad Iberoamericana
- Fundación Madai
- Comisión Ciudadana por la Democracia y los Derechos Humanos
- Mujer Cerezo en Libertad
- 33 Mujeres
- Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia
- Unión de Asociaciones Civiles del Estado de Puebla
- AMEDI Capítulo Puebla.
- Nodo de transparencia
- Congreso Nacional Ciudadano Célula Puebla
- Opción Ciudadana
- IPC Puebla
- México Franchise Network
- Puebla Verde A.C.
- Cihuautla Voluntad Equidad Bienestar A.C.
- Barra Mexicana de Abogados Capítulo Puebla
- Colegio de Contadores Públicos del Estado de Puebla
- Dale la Cara al Atoyac A.C.
- Ahora Atlixco