Mirar un debate desde los ciudadanos

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Los ciudadanos tenemos nombre y apellido. Pero la hora de una elección nos miramos unos a otros simplemente iguales, sin mirar a las historias personales que explican la decisión que cada uno.

Los candidatos igual se refieren a los votantes como parte de una masa de la que no se distinguen cabezas ni historias. Tal vez en los mítines establezcan términos como “jóvenes”, “campesinos”, “obreros”, “amas de casa”. La política tradicional de los partidos ha dejado a los llamados operadores identificar con mayor precisión a los votantes. Y si tienen a la mano un programa de gobierno como los que manejan Sagarpa, Sedesol, Sedatu y etcéteras, entonces ya se piensan en brigadas y comités vecinales para perseguir el voto contra beneficiario.

En eso pienso cuando miro por la carretera los indicios que me revelan conglomerados de personas que sí se identifican a sí mismas con una actividad que da sentido a sus vidas. Un cambio de turno en Volkswagen. Unos hortelanos agachados en el corte de brócoli en Tlalancaleca. La parada del camión frente al CIS en Angelópolis a la hora de salida de los oficinistas del gobierno estatal. Miro entonces jornadas y atenciones aplicadas en oficios y habilidades, máquinas que producen ruidos y ensamblajes, charolas que llevan viandas y recogen trastes, manos que teclean incansables, sellos que cierran destinos en oficios incontables. Cuento números en salarios apenas advertidos en las carteras. Contemplo el trabajo que nos hace humanos con historias propias a la espera de una narración que las vuelva públicas.

Destinos. Conglomerados. Personas. Trato de figurar en el papel estos territorios que conforman ciudadanías particulares, intereses comunes, simpatías colectivas



Los conglomerados votantes:

Los obreros del clúster automotriz en Puebla, Cuatlancingo, Huejotsingo, Papalotla, Etla. ¿Cuántos son? Algunas cifras apuntan arriba de 80 mil trabajadores en los cascarones de autopartes, más unos quince miles en el encierro blanco de Volskwagen y Audi. El clúster es uno de los tres o cuatro que en el país producen en conjunto más de cuatro millones de automóviles. Volkswagen de México vendió en Estados Unidos 354 mil 064 vehículos en el 2018, que no son pocos si se atiende al escándalo por el fraude cometido por la empresa alemana en ese mercado, descubierto en el 2016. Audi, la armadora alemana plantada con todo el regocijo modernizador no paga más de 12 mil pesos mensuales en promedio a sus empleados, un salario insuficiente todavía para cotizar para la compra de una casa en las todavía relucientes viviendas construidas en Ciudad Modelo.

Los trabajadores de la confección invisibles en centenares de talleres familiares y empresas sin rostro en Texmelucan, Teziutlán y Tehuacán. Pienso en ellos al cruzar un puente de una carretera vecinal en Tlalancaleca, con un arroyo de aguas azules por los tintes que corren por un arroyo abastecido por las descargas de decenas de talleres caseros que hacen florituras con las mezclillas.

Los pequeños productores rurales vinculados al mercado capitalista por la vía de Wall Mart y Chedraoui, o por las agroindustrias Bachoco, Granjas Carrol y Romeros. Campos extensos o minifundios en Texmelucan, Tepeaca, Tecamachalco, Tehuacán, y por las centrales de abasto de Huixcolotla, Puebla y México.

Los trabajadores rurales sin tierra a todo lo largo del territorio: igual en los cafetales de Xicotepec que en los campos de legumbres en Texmelucan, Tepeaca, Acatzingo, Tecamachalco, Palmar de Bravo.



Los empleados del comercio establecido en las decenas de plazas comerciales. Pienso en las chicas y chicos de Sears, en sus horarios de trabajo, en los ingresos que logran en la empresa del hombre que presumimos como estrella principal entre los magnates del mundo.

Los empleados del sistema educativo. Maestros y maestras de escuelas públicas y privadas. Los profesores de asignatura en las universidades, para no ir más allá del enredo en el que hemos convertido en nuestro país una profesión fundamental para imaginar cualquier futuro.



Las trabajadoras domésticas. Apenas reconocidas por la ley. No han sido tema de las campañas. No hay familia que no se sostenga por su trabajo en Puebla.

Los trabajadores del sistema de salud. Las imagino en cualquier hospital, las enfermeras cumplen labores de doctor, de camillero, de sacerdote. La trinchera de mayor mal pago laboral al final de la senda.

Las familias de trabajadores migrantes en Estados Unidos. No es posible entender el funcionamiento de la sociedad rural al sur de la ciudad de Puebla. 1560 millones de dólares en el 2017 y 1698.6 en el 2018. No muy lejos de los seis mil millones de dólares que llega a ingresas la Volkswagen al año.

Los comerciantes de mercados y ambulantes. Los vemos todos los días en cualquier calle y plaza, sometidos por sus líderes, que ni por equivocación perdonan una cuota semanal. Ahí están los 28 de Octubre, y sus rivales antorchistas y demás siempre aliados con los gobiernos municipales para disputarle los puntos de venta a los insumisos independientes de Simitrio.

Por ahí puedo seguir para pensar en votantes con nombre y apellido, con un lugar en la economía, con una seguridad en el ingreso que les permita los mínimos para un vida digna. ¿En qué funda cada quien su decisión de voto? ¿Pesa la ideología? ¿Vale todavía el “yo siempre he sido priista”? ¿La fuerza arrolladora de López Obrador se sostendrá en algo más que el hartazgo que dejaron los años de corrupción de presidentes panistas y priistas? Esas preguntas simples las hago frente a esos conglomerados de trabajadores que le dan cuerpo concreto a una sociedad, a un territorio, a una ciudad.

¿Puede un candidato, del partido que sea, ofrecer futuro para estos mundos tan variados?

Barbosa me recuerda a Moreno Valle en lo obcecado por el poder, pero está trepado en el tren morenista, en sus discursos afloran frases que rematan el la 4ta Transformación. ¿Lo hará valer más allá de esta perspectiva que me ofrece de confirmar un sistema de operación de un aparato de gobierno con los rasgos de un muy conocido priismo?

Y Cárdenas, el candidato que rompe el cartabón del político profesional y establece su calidad de ciudadano sin partido como el principal de sus valores. La transparencia y la lucha contra la corrupción lo desmarcan absolutamente de la trayectoria morenovallista reciente de los tres partidos que lo cobijaron, pero esos conservan su agenda y sus cuadros y sus modos, ¿hará valer entonces la agenda ciudadana que le da sentido a su candidatura?

Qué preguntas se me ocurren para los candidatos.

Ni modo de no empezar por la violencia. ¿Cómo llegamos a estos extremos en Puebla:

+ Las muertes de mujeres esta semana. La mujer apuñalada en la ciclopista, la estudiante de la BUAP asesinada por su novio, la muchacha de quince años ahorcada por un joven de 17 quien, además, ayudado por sus familiares, arroja su cadáver en una cueva en la Sierra Negra.

+ El Toñín y la toma de la alcaldía en Tecamachalco, con civiles que protestan por la inseguridad de las carreteras en la región. Un ejemplo del poder del crimen organizado que, operativos van y vienen, y siguen ahí campantes.

+ Dos agentes ministeriales arman un zafarrancho en el C5 cuando los quieren detener acusados de corrupción. Esa es tan sólo una hebra de la corrupción que existe en la Procuraduría, donde son igualmente extorsionados los hampones que se detienen que las víctimas que los denuncian.

+ El MP de Texmelucan, uno para nueve municipios. Moreno Valle quitó a 7 de cada diez MP.

Puedo seguir con la descripción de esta catástrofe. ¿Qué en concreto van a hacer para revolucionar el sistema de procuración de justicia en Puebla? ¿De dónde van a sacar los recursos? ¿De dónde los cuadros para cubrir los nuevos puestos en la Fiscalía que van a tener que purgar si quieren cambiar de fondo las cosas? ¿Qué harán para apoyar a los presidentes municipales y sus policías aterrorizadas por los cárteles?

El empleo y la visión de progreso que tenemos:

+ El caño podrido escurre desde Lara Grajales su podredumbre a todo lo largo del lado sur de Ciudad Modelo, y pasa a unos metros de la planta de tratamiento del “nuevo núcleo urbano”, capaz de limpiar 28 litros por segundo y que actualmente sólo trata cinco, dado que las descargas residuales de los 310 habitantes y los dos mil alumnos y profesores por ahora no dan para más. Audi y todo lo que trae de cargo, es la inversión pública más importante en la historia reciente, preñada de opacidad y despotismo en su implantación, más de 25 mil millones de pesos que no han tenido la más mínima fiscalización.La planta Audi y el interrogante sobre el progreso que queremos. El enclave Audi y el clúster automotriz funcionan sin mayor preocupación por lo que ocurra en el territorio en el que plantaron a la armadora. ¿Qué van a hacer? ¿Olvidar que ahí el gobierno del estado comprometió más de 25 mil millones de pesos para la implantación de los empleos que dan los alemanes? ¿Por qué no se ocupan las casas en Ciudad Modelo? Sólo 93 de 560 casas se han ocupado. Los obreros de Audi ganan en promedio 12 mil pesos, no los 18 mil que la industria de la vivienda necesita para asegurar que las casas se paguen. Así de simple, ¿qué van a hacer con Ciudad Modelo?

Para un proyecto de Estado

Planto aquí otros asuntos estratégicos para el Estado, y que deberían formar parte de una discusión entre candidatos. La que no hemos visto a lo largo de estos dos meses de campaña. Todas ellas involucran a organizaciones de la sociedad civil que las han logrado imponer como temas prioritarios, y que sin embargo no forman parte todavía de políticas públicas convertidas en acciones de gobierno:

+ Las montañas, las Sierras, su vocación natural como fábricas de agua. Agua para Siempre.

+ La recuperación de la Cuenca Alta del Atoyac. La realidad de las cuencas de los ríos en Tehuacán, Teziutlán, Atlixco e Izúcar de Matamoros. La responsabilidad de los actores principales, gobiernos y empresarios. Dale la Cara al Atoyac.

+ Agroindustria y pequeños productores. La reconfiguración de la anómala relación entre el capital (Wall Mart, Bachoco, los Romero, Granjas Carroll, Centrales de Abasto) y los productores del campo.

+ El clúster automotriz, el capital extranjero y la visión de largo plazo.

+ Industria y tecnología. La inversión estratégica en la educación superior. El Consorcio Universitario.

+ La reconfiguración del territorio huachicol. No basta la Marina.

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Sobre el autor

Sergio Mastretta

Periodista con 39 años de experiencia en prensa escrita y radio, director de Mundo Nuestro...