La soledad de Jolalpan en la 5 Poniente

Compartir

Jolalpan, Puebla. Foto de Panoramio.



Diputados locales ignoran plantón de pobladores de Jolalpan para destituir al edil

Pobladores de Jolalpan en la 5 Poniente. Foto tomada del diario Cambio.

Lunes



Los baños arrojan un olor penetrante y las moscas bailan alrededor de las personas sentadas en la banqueta. El zumbido se incrusta en sus sentidos como algo inherente, como la sombra que acompaña sus vidas.

El Astro Rey refleja cansancio en los rostros campesinos. Su mirada está llena de sudor y contaminación. Sus pies negros, terrosos, descalzos, cansados, arrojados al pavimento, no se mueven, por un instante se han olvidado de andar.

A lo lejos una mujer mayor barre la banqueta con una escoba hecha de vara de árbol: la veo recoger las cobijas de los manifestantes y sus almohadas. Golpea el olor de la calle. Es un paisaje triste.



Las personas no hablan, se ven entre ellos y miran a todos a su alrededor: a la señora de la tienda, al turista que pasa, al policía de la esquina, a la periodista que entrevista acerca del suceso a alguno de ellos. Y muchas veces, no ven nada, solo escuchan, atentos, inmóviles.

Llevan aquí ya casi una semana. Vienen de un pequeño pueblo en el sur mixteco. Están en mi barrio. He tenido tiempo de averiguar qué los ha traído aquí.

Desde hace cinco días y cinco noches, habitantes del municipio de Jolalpan se han plantado ante el Congreso en la 5 Poniente en el centro de la ciudad de Puebla para exigir la destitución del alcalde Antonio Javana García, quien tras haber ganado el puesto en la elección del 2013, ha presumido de lujos frente a la carencia de su pueblo. Así que están enojados.

“Ningún diputado, ningún senador, ningún titular ni nadie, nos ha venido a dar la cara, estamos aquí mis hermanos y yo, y todos los del pueblo, para hablar y pedir firmemente la destitución de éste hombre, porque no nos ha querido dar la rendición de cuentas y lo único que vemos son lujos”, me dice Ramiro León Flores, que hace de vocero de estos manifestantes.

Cinco días llevan aquí. Tiempo suficiente para llamar la atención.

Tal vez por eso reciben alimentos de personas de la ciudad que han decidido ayudarlos después de verlos frente al Congreso del Estado de Puebla, y de algunos grupos como el Frente de Salvación Nacional en Defensa de los Campesinos de México y la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de octubre.

Pero el estado actual de los ciudadanos de Jolalpan es denigrante, lastimero. Y así lo explican ellos: “Nos traen frijoles y arroz, pero no tenemos donde cocinarlos –dice Sagrario, una joven que ayuda en la organización de la cocina-, las cucarachas rondan nuestra comida y por las noches los baños no tienen luz. El suelo es frio, y muchas veces se escucha pasar a las ratas a un costado de nuestras cabezas, el agua es limitada y la comida se nos acaba pronto, tenemos que esperar a que lleguen con más o que nuestros hermanos del pueblo nos traigan desde allá.”

El grupo descontento con la situación en Jolalpan tuvo un encuentro con el Subsecretario de Gobierno, Roberto Pedro Martínez, en Casa Aguayo, el pasado viernes 3 de marzo en el que acordaron una nueva reunión este martes 7 para una respuesta respecto a su petición.

Mientras, el lunes en la mañana, esperan en la calle. Y llaman a los poblanos a respaldarlos en su lucha en contra del alcalde.

Foto tomada de e-consulta.com

Martes

Pasan la noche bajo los vientos fríos y el amenazador olor a lluvia, pensando en su próximo encuentro con el Subsecretario de Gobierno, Roberto Pedro Martínez, en Casa Aguayo, tal como lo tienen prometido. A las 5:30 am aproximadamente, del día martes 7 marzo del año en curso, unos granaderos cierran la calle sobre la 16 de Septiembre y 5 Poniente, amenazan a los pobladores con retirarlos a la fuerza.

Vivo a media cuadra. Escucho el ruido policiaco, el vocerío, los zapatones en las baldosas, las rejas para cerrar el paso a quien quiera ir hacia la calle del Congreso.

‘’Estamos asustados, es obvio, no son los primeros en amenazarnos, varias personas han llegado y nos envían mensajes diciendo que por la noche vendrán a quitarnos a la fuerza y que, si no nos vamos por las buenas, tendremos consecuencias, la gente está asustada, las señoras tienen miedo de que les vayan a hacer algo o nos vayan a quitar la comida’’. Me dirá más tarde Ramiro León Flores.

Pero no hay desalojo.

A las 2 de la tarde se reúnen con el subsecretario. Y será inútil. El funcionario les comenta que todavía no hay las pruebas suficientes para la destitución del edil, por lo que tendrán que esperan una semana más.

Así que a esperar una semana más.

¿Qué será lo que realmente ocurre en Jolalpan? ¿Dónde queda Jolalpan? Cuánto ignoramos de la vida de nuestro estado.

‘’Estaremos aquí hasta entonces, esperando –me dice Ramiro--, no importa el tiempo que sea necesario, no nos vamos a mover, nos dijeron que nos esperáramos otra semana y otra semana nos quedamos.’’

Los ciudadanos del sur están cansados, pero sus rostros no reflejan derrota. Ahí están, cubriéndose de los rayos del sol y ahora de la lluvia, refrescando sus memorias, sus manos y pies. Acurrucándose debajo de las lonas y las pocas cobijas que cargan, protegiendo la comida.

Una semana se ve larga, pero ellos saben esperar.

Compartir

Sobre el autor

Luisa Rentería

Luisa Rentería es estudiante de Comunicación en la ciudad de Puebla.