Cuba: kaleidoscopio en la Habana/Primera Parte Destacado

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kaleidoscopio en la Habana

Mundo Nuestro. Dick Keis escribe desde hace un tiempo sus crónicas de viaje En movimiento. Así lo presentamos la primera vez en Mundo Nuestro:

La vida de una pareja no termina con la muerte de la mujer amada, con la ausencia del hombre que se ha ido. El dolor lo enfrentamos con la memoria. Así, poco a poco, construimos un territorio nuevo en el que la figura ausente resplandece.

Dick Keis, académico estadounidense, ha iniciado esta crónica de viaje (Moving on, diario de mi tiempo y mis viajes en Francia y México http://dick-keis.blogspot.mx/) en homenaje a Marie su esposa, quien muriera a principios del 2011.



Ese primer relato (Oaxaca, un ráfaga de viento) lo publicamos en febrero de 2013. Y de él hemos publicado varios textos más. Continuamos En movimiento, ahora desde La Habana.

Cienfuegos: Revolution forever.



Justo antes de partir para Cuba recibí un correo de mi amiga Alma Flor, que es cubana. Ella escribió: "Tu viaje estará lleno de sorpresas de toda clase. Estoy segura de que serás capaz de ver las muchas formas y colores de este caleidoscopio, y, ah, sus contradicciones.". ¡Cuánta razón tenía! ¡Un caleidoscopio de verdad! Confieso de antemano que todo lo que aquí escriba sobre Cuba siempre será una perspectiva muy limitad. Los colores, las formas, las contradicciones no alcanzan a valorarse ni en tres semanas ni con tres años de estancia. Así que tengan eso en mente cuando lean estas líneas.



Mis días en Cuba los pasé con Lena y Lenita, dos amigas a las que conozco desde hace cerca de cuarenta años. Recorrimos La Habana, Cienfuegos, Trinidad y Viñales, y en ese viaje disfrutamos de los mojitos, las langostas, el cerdo asado y de la mutua compañía. ¡Qué pena que Marie no haya estado físicamente con nosotros, cómo hubiera gozado de la langosta y de la compañía¡ Pero estuvo con nosotros en todo lo que hicimos.

En la Habana fuimos al Museo de la Revolución, y me sorprendió saber que tres presidentes de Estados Unidos sonhonrados oficialmente: Ronald Reagan, George Bush padre, y el bueno de "W". Junto a la imagen de cada dignatario hay una placa conmemorativa de su contribución única a la Revolución. Salí de ahí orgulloso de ser un "americano". ¡Espero sinceramente que Donald Trump no tenga la oportunidad de ser añadido a la pared!

Como era el cumpleaños de Lena, ella quiso que Lenita y yo la acompañáramos en un largo tour de ¡una hora de duración en taxi por La Habana! Durante el recorrido, nuestro conductor, Hansel, nos explicó por qué hay tantos viejos coches americanos increíblemente conservados por los cubanos. Después de la revolución en 1959, por decreto se estableció que no habría en adelante ningún coche nuevo más disponible para su compra en la isla. Esa ley no se levantó hasta 2011. Por lo tanto, vejestorios de cincuenta y cinco años de edad parecían haber salido ayer de la línea de montaje gracias al ingenio cubano.

Street Parade – Cienfuegos

Además de La Habana, fue Cienfuegos la ciudad que más me gustó de la isla. Mucho menos turística que Trinidad y Viñales. Me sentí más “invisible” en ella, conocí a los cubanos en su vida diaria, normal, fuera de la “turismanía” de las otras ciudades. Es una ciudad plena de historia y cultura, con una gran influencia francesa. Es un lugar al que seguramente regresaría.

Marisol and her son

A pesar de la belleza colonial de Trinidad, no logré conectar con ella, había demasiado turismo. Y puesto que la gente necesita dinero para seguir adelante en la vida, todo el mundo trata de sacar raja del dólar o el euro. Me gustó mucho más caminar por la periferia de la ciudad, en los barrios más alejados. Fue por ahí que Lena y yo nos encontramos con Marisol y sus hijos. Ella estaba limpiando el arroz en el portal de su casa cuando pasamos. "¿Tienen algo de jabón?", nos preguntó. Yo le dije que sí, que podría traerlo de nuestra habitación al día siguiente, y así lo hice. Marisol es una madre soltera de 38 años con dos hijos. Su hijo de trece años tiene leucemia. Sus ojos se llenaron de de lágrimas cuando nos narró los episodios de dolor intenso que el niño ha sufrido. Ella nos dijo que los médicos ven su condición como terminal. La casa de Marisol es de una habitación, pero es de su propiedad. Ella trabaja en el aseo de las casas que rentan los turistas, y gana cuarenta dólares mensuales. Pero en todo el tiempo de la enfermedad de su hijo no ha tenido que gastar un peso en doctores o medicinas. Así que está increíblemente agradecida por ello. ¿Podemos los americanos aprender algo aquí respecto del cuidado de nuestra gente? ¿Acerca del acceso a los cuidados de salud sin que importe tu situación socioeconómica? ¿O eso es “socialismo”? ¡Hmmmm!

Con los anteojos de Lena.

Nuestra estancia en Viñales fue tranquila, sin incidente alguno. Yo estaba listo para volver al Vedado, la zona de la Habana donde estábamos alojados. Yo estaba listo para escapar de la marca fluorescente de "turista". Tenía ya buenos contactos en la Habana para la fotografía y estaba preparado para comenzar. Así que me relajé, tomé un par de mojitos y di las gracias al universo por permitirme estar allí.

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Sobre el autor

Dick Keis

Profesor y fotógrafo norteamericano. Desde hace años viajero por América latina, se ha especializado en el testimonio y el retrato.