Elecciones en Estados Unidos
Un día para recordar en la ciudad de Nueva York / Crónica gráfica
Mariana Peláez
Alrededor de las 11:30 am se empiezan a escuchar los primeros cacerolazos, gritos y aplausos en las ventanas de Manhatta. Esta vez, a comparación de los aplausos de la Primavera, la emoción es otra completamente diferente: total euforia y alegría, esperanza.
Incluso antes de que la app del New York Times mande la notificación, la ciudad ya festeja la noticia:
Joe Biden defeated President Trump and has been elected next president of the United Estates…
Joe Biden derrota al Presidente Trump y ha sido electo como presidente de Estados Unidos.
Todo ahora se concentra en esa frase.
A la ciudad le urge salir de lo que parecieron 4 años de una nube gris y que remató con meses durísimos de ser el epicentro de una pandemia. Después de meses de contar nuevos récords de muertos hasta llegar a los casi 800 en un solo día.
Pero este sábado de Noviembre, extrañamente caluroso (21ºC), la ciudad está lista para festejar, en la esquina de Colombus Avenue y la calle 72, en el Upper West Side en Manhattan, los vecinos salimos a la calle como nos encontró la noticia, en pijama o en ropa deportiva, en lo que sea. Algunos lloran de emoción, otros se abrazan, personas de todas las edades, gente mayor en sillas de ruedas o bastón pero con cacerola y cuchara en la mano, padres jóvenes con bebés en brazos, niños, adolescentes con banderas de su país al vuelo.
En la Avenida pasan autos con las ventanas abiertas y sus pasajeros gritando; autos particulares, taxis amarillos, camiones de carga, autobuses de transporte público, manejados por personas de todas las razas tocando el claxon en señal de apoyo, gesto que despiertan nuevas y cada vez más fuertes oleadas de alegría, gritos y silbidos.
Para medio día, el Colombus Circle, ya está lleno de gente y como era de esperarse, el Trump International Hotel and Tower ya está resguardado por vallas policías, quienes incluso discretamente responden con empatía a los festejos de la gente que les lanza alguna arenga.
La emoción es de fiesta, de respeto y solidaridad. La gente de las casas cercanas regala agua y aliento. Muchos cargan consignas en carteles, camisetas, pines, etcétera, consignas que en resumen buscan paz, justicia e igualdad.
Ya se sabe que NY no es una ciudad cualquiera, es una ciudad de extremos, puede ser helada y puede hervir en verano, puede ser feroz pero mágica, puede ser el epicentro de algunas desgracias mundiales, pero también es ejemplo de cómo levantarse ante la catástrofe. Esta vez la ciudad es una sola gran fiesta; la gente de todos los colores vuelve a sentir que la ciudad los respalda, que somos uno, y que ese sentimiento, al final de cuentas es el que ha ganado en estas elecciones.
El 7 de Noviembre es un día para recordar.