Día con día
Los migrantes centroamericanos se agrupan en pequeños contingentes para echarse al camino. Lo hacen en defensa propia. El número y andar juntos los hace menos vulnerables a los enormes riesgos de la marcha: robos, raptos, violaciones, extorsiones, abusos de todo tipo, entre ellos, bochornosamente, de la autoridad.
El gobierno mexicano trata a los migrantes centroamericanos peor que Estados Unidos a los mexicanos. Abundan las confesiones de estos migrantes diciendo temer más a las autoridades de México que a la violencia de los polleros o los piratas del camino. Y más que a la migra.
La caravana que está en marcha ha roto todos los umbrales, tanto por su tamaño como por su enorme visibilidad pública.
Su éxito augura nuevas oleadas. Quizá estemos frente a la nueva modalidad de la migración centroamericana, la menos manejable para las autoridades y, contra todas las apariencias, quizá la más segura para los migrantes mismos.
La gran paradoja internacional de este episodio extraordinario es que solo conviene a quien lo ha denunciado como inaceptable: el presidente Trump.
La caravana, tumultuosa, para muchos ojos amenazante, viene como anillo al dedo para la retórica nativista, antimigratoria, xenófoba y antidemócrata de Trump.
La caravana le permite matar en el discurso varios pájaros de un tiro y, si tiene éxito, reducir las posibilidades del triunfo demócrata en la Casa de Representantes, es decir, dejar el Congreso en manos republicanas.
La caravana es impresionante, pero representa, solo una gota en el flujo de la migración centroamericana.
Durante el último año, según Los Angeles Times, han sido detenidos en promedio 42 mil migrantes centroamericanos cada mes, lo que indica un flujo varias veces superior. Muy superior, desde luego, a los 7 mil de la caravana.
Detrás de la caravana que avanza por México hay un avisillo sobre el posible triunfo republicano en las elecciones de noviembre.
No me gusta en general la metáfora de que el movimiento de una mariposa en el oriente puede provocar una hecatombe en el otro lado del mundo. Pero la caravana tiene algo de eso respecto del futuro político de Estados Unidos, y del nuestro.
(Ilustración de portadilla: Víctor Ruiz. Tomada de la revista Nexos.)