Todos mienten... ¿Pero por qué? Destacado

Compartir

Vida y milagros

Todos mienten. Esa es la premisa filosófica del detective Sherlock Holmes, el personaje creado por el escritor inglés Sir Arthur Conan Doyle para su serie de novelas de asesinato, en las cuales el protagonista central es un genial y excéntrico investigador privado adicto a la morfina y consultor de Scottland Yard para casos aparentemente imposibles de resolver.



En el siglo XXI, la serie de televisión Dr. House presentó a un antihéroe desafiante y complejo en la figura de Gregory House, inspirado en parte en el personaje del investigador Holmes, quien como él, también tiene un amigo y contraparte entrañable de apellido Watson. Mientras que Holmes busca asesinos humanos, en la serie de Dr. House el asesino es una enfermedad que hay que descubrir antes de que mate al paciente. La premisa de la que parten House y Holmes es la misma: todos mienten.

Mienten los enfermos, mienten los parientes y amigos de los enfermos, mienten las aparentemente amorosas parejas de los enfermos, mienten los médicos, mienten las personas catalogadas como normales e inofensivas. Y mientras todos mienten, la enfermedad y la verdad permanecen ocultas. House es, filosóficamente, un cínico; él no juzga, solo sabe y acepta que todos mienten, incluso él, quien utiliza la mentira como herramienta para extraer información que le lleve a descubrir la verdad necesaria para atacar y matar a los virus o causas de la enfermedad. Con su técnica, House ataca y enfrenta también a las enfermedades del espíritu de sus pacientes, que a veces son las raíces ocultas y sombrías de sus males.

El genial Dr. House, adicto también a la morfina, es un personaje compuesto con retazos de Holmes pero también con fundamentos filosóficos que van desde Aristóteles hasta Nietzsche y las filosofías taoísta o zen. Detrás de los guionistas de la serie no solo hubo un brillante equipo de científicos y médicos, sino un equipo de filósofos muy interesante. Ninguna frase es casualidad y tienen la finalidad de hacernos pensar. House, al igual que Holmes, además de ser adicto, está afectado por el don y defecto de la curiosidad extrema. Detrás de este genio aparentemente engreído e inadaptado hay un espíritu dispuesto a hacer lo que sea para llegar a la verdad. En él la mentira no es defecto porque asume que existe y la usa como herramienta de manera consciente.



--Todos mienten --dice é, pero lo interesante ahora es saber porqué. Quitemos de esta reflexión a los casos extremos de mentirosos patológicos y a los criminales. Vamos con las personas "normales" y aceptemos la premisa de "todos mienten" para descubrir el porqué y lo que proyecta de nosotros.



¿Qué nos mueve a mentir? Muchos motivos: para protegernos a nosotros mismos, para proteger a otros, para lograr lo que queremos, porque no nos gusta lo que somos, porque lo que somos nos gusta pero puede no gustar a los demás, para evitar que nos abandonen, para lograr que nos quieran, porque tenemos miedo, para ocultar nuestras debilidades o para poder ser fieles a nosotros mismos sin que otros nos lo impidan.

La otra pregunta sería el porqué aceptamos las mentiras de otros. El asunto parece más complejo, pero acaba siendo parecido: para protegernos a nosotros mismos, para evitar que nos abandonen, para evitar herir a quienes queremos, para contribuir al autoengaño de otros, porque es a veces más fácil aceptar una mentira que enfrentar la verdad, porque no sabemos cuál es la verdad y en su lugar tomamos las mentiras como un sustituto, o porque estamos perdidos de nosotros mismos, porque la verdad nos obligaría a tomar decisiones para las que aún no estamos listos, porque tenemos miedo, porque reconocemos en los motivos de otros nuestros propios motivos de mentir. ¿Mentimos, nos mienten y aceptamos las mentiras casi por las mismas razones? ¿Por qué razones mentirías y por cuáles aceptas que te mientan?

Compartir

Sobre el autor

Verónica Mastretta

Verónica Mastretta. Ambientalista, escritora. Encabeza desde 1986 la asociación civil Puebla Verde y promueve con la OSC Dale la Cara al Atoyac la regeneración de la Cuenca Alta del Río Atoyac en Puebla y Tlaxcala.