Tríada/Diana Hernández Juárez, periodista y académica Destacado

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Voces en los días del coronavirus

Diana Hernández Juárez, periodista y académica



El alivio que tú y yo sentiremos en el instante que precede

a la muerte, cuando la suerte nos desate de la triste

costumbre de ser alguien y del peso del universo. JLB



Tres crisis terribles enfrentamos: Coronavirus, económica y delincuencia. Las tres nos persiguen y atemorizan a todas y a todos. Amenazan con dañarnos, quitarnos lo que tenemos y a las personas que amamos, incluso pueden matarnos.

Nos han obligado a aislarnos, a desconfiar, a tener miedo de salir, miedo a tener contacto con la gente. Las calles están vacías, las escuelas sin vida, fábricas y centros comerciales también se ven desiertos. Sólo los mercados, tortillerías y pequeñas tiendas parecen seguir trabajando normalmente.



He tenido pesadillas, despierto cansada y con dolor de cabeza. Trato de reponerme. Me mantengo ocupada todo el día. He limpiado y ordenado cosas y libros, como nunca lo había hecho. Leo y escribo mucho. Estoy avanzando en mi tesis doctoral. Eso sí que me anima.

Pero las noticias y la información desalentadora de México y el mundo golpean mis sentidos. Siento un dolor entre el estómago y el pecho, creo que se llama miedo, y me preocupo por mí y por todos. Por mi hijo que se quedó sin trabajo, que es doctor y que ahora puede fácilmente encontrar empleo, pero poniendo en riesgo su vida. Por mis demás familiares que al empezar esta crisis fueron despedidos arbitrariamente sin ninguna liquidación. Por mis hermanos y hermana que han tenido que cerrar sus negocios y viven en incertidumbre. Por mi madre y su condición vulnerable de salud. Por mis nietos y las alergias que sufren, tan peligrosas en este entorno, por mis estudiantes sin clases frente a un futuro tan incierto, y esto se multiplica con las personas que desde lejos me rodean, amigas, vecinos, conocidas. En todos los ojos veo angustia, tratan de sonreír, pero dibujan sólo una mueca.

La crisis económica nos ataca desde hace tiempo, pero al lado de la crisis sanitaria, se agudiza y multiplica. Muchísimas personas se han quedado sin trabajo, muchas más han sido enviadas a cuarentena, pero sin salario. La recesión económica ya empezó, pero vendrá peor. Algunas empresas han anunciado sus cierres definitivos y no darán ninguna opción a sus trabajadores.

Y el tercer elemento de esta tríada mortal: la delincuencia, que no ha dado tregua con la emergencia sanitaria, sino al contrario, amenaza con aumentar junto con la disminución de recursos de la clase trabajadora.

Hace unos meses sufrí un intento de asalto: a las 3 de la madrugada un grupo de doce hombres armados trató de entrar a mi casa, me despertó la balacera abajo de mi ventana. Aún ahora no entiendo ni porqué el ataque de un grupo tan numeroso, ni cómo fue que nos salvamos. Durante varios días o semanas no pude dormir bien, me despertaba sobresaltada en la madrugada, con la sensación de que alguien había entrado. Ahora esa incertidumbre ha regresado, escucho ruidos, despierto, reviso las cámaras de seguridad y trato de volver a dormir, pero sin descansar bien.
¿A cuántos nos matará el Coronavirus?
¿A cuántos nos acabará el desempleo, la falta de dinero y el hambre?
¿A Cuántos nos eliminará la delincuencia?
Tiempos difíciles y oscuros.
Empero, estamos obligadas a levantarnos cada día, a seguir intentando trabajar desde casa, a tratar de ayudar a los demás y a sonreír, aunque estemos llorando.

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Sobre el autor

Diana Hernández Juárez

Diana Hernández Juárez es periodista de profesión. Actualmente es académica de la Facultad de Filosofía y Letras en la BUAP.