¿Será que solo así aprenderemos?/Blas Cernicchiaro, empresario Destacado

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Voces en los días del coronavirus

Blas Cernicciharo, empresario



¿Esta pandemia será una llamada de atención de la naturaleza…? A eso me podría resignar, pero que tal si fue provocada por desalmados titanes que buscan solamente desajustes económicos en los mercados mundiales para mantener su hegemonía como seres superiores y dueños del mundo. Suena como a personajes con super poderes maléficos salidos de un comic, pero siempre ha existido esa tendencia a lo largo de nuestra historia y del equilibrio universal. El bien y el mal, la luz y la oscuridad, el fuerte y el débil. Y los grandes dominadores territoriales de la historia como el imperio romano y en la actualidad el imperio yanqui y los chinos en la lucha por el poderío económico dominando a los pueblos más desprotegidos.

Gran mal hace algunas religiones cuando nos han inculcado la creencia de que fuimos hechos a imagen y semejanza de dios, ¡y que nos lo vamos creyendo! Peor aún, algunos no solo piensan que somos semejantes a una deidad, sino que auténticamente somos el centro del universo y nos da derecho a apropiarnos pedazos de tierra y hacer y deshacer a nuestro antojo, depredando, destruyendo, contaminando y acabando todo lo que encontramos a nuestro paso. Muy lejos de considerarnos los reyes del universo, somos la especie animal más absurda e irracional, y si a eso le agregamos que somos demasiados, es predecible que el planeta ya está hasta la madre del daño que le hemos ocasionado.



Este desajuste en la naturaleza comienza desde que nuestros ancestros, los grandes descubridores, conquistadores y viajeros comerciantes, que transportaban de un continente a otro mercancías, especias, plantas, esclavos, y con esto un desequilibrio endémico que provoca desproveer de resistencia a los seres vivos de defensas contra otros climas y otras latitudes que las hace más vulnerables a variaciones genéticas y enfermedades. En la actualidad, esto se complica, porque en aras de una globalización meramente comercial que busca no precisamente un beneficio social y humanitario, sino el empoderamiento económico de unos cuantos provocado por el consumo estúpido y deslumbrante de una gran mayoría engañada por trucos mercadológicos y publicitarios.

En este exceso de información y desinformación que estamos viviendo producto del exacerbado uso de redes sociales y medios de comunicación será difícil encontrar la respuesta del origen del virus, y nos concretaremos para tener en cuenta las características científicas de él sin conocer realmente su origen y alcance. Lo que sí es un hecho, es el alto grado de contagio y la velocidad de su propagación también provocada por excesos, en este caso solo falta ver la cantidad de líneas aéreas y la saturación de vuelos por todo el globo terráqueo, y con todo esto, la dificultad para su confinamiento y control.



Todos estamos muy preocupados, algunos asustados por el tema de salud, enfermedad y muerte, y otros por el impacto económico que alterará el consumo y confort que nos ha brindado el “desarrollo”.

¿Será que solo así aprenderemos? ¿Regresaremos a reducir nuestra huella de carbono? Los valores más conscientes y profundos? O pasarán unos cuantos meses y regresaremos a lo mismo hasta la desaparición de la especie humana.

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