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De la pelotera al paraíso: la masa de Andrés Manuel

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El retrato de un mediodía en la vida de las personas, la de los miles que el sábado se enredan en la pelotera de López Obrador: ir a un mitin, rifársela para darle la mano al iluminado, apachurrarse en la masa, imaginar por un momento que la ilusión es colectiva, que tu ánimo de futuro es el mismo de todos los que contigo se aprietan contra la valla. La política, antes que cualquier otra cosa, es pelotera, la nación se identifica en ella; en el apretujón por tocar a un tlatoani está nuestra más rancia civilización.

O por la bola, cuando la pelotera se transforma en una guerra civil.

Pero hoy he venido a ver al iluminado, al caudillo, al tlatoani, al hombre que encabeza entre todas las opciones la más cercana a cualquier posibilidad de cambio de régimen. No nada más de partido. ¿Será así? En esas palabras está el presente y adivinado futuro de Andrés Manuel López Obrador: la transformación de México. Pero vengo también a buscar esta mañana a quienes se atropellan por tocarlo y que creen que en él está comprometido un mejor futuro. Aunque las escenas sean así, de vértigo, desdibujadas, difusas, como la que resulta de mirar lo que ocurre en un país sometido por la turbulencia del despeñadero en el que se encuentra.



Escribo entonces una crónica de un evento que tal vez sea el banderazo de salida para la elección del 2018 en Puebla, un golpe de mano sobre la mesa que Andrés Manuel López Obrador ha tendido mucho antes de que sus enemigos decidan a quién pondrán de rival para detener a este tabasqueño irreductible. ¿Esta masa del sábado en la plaza de La Compañía llamada de la Democracia por los Carolinos no muy obcecados por ella puede ser un reflejo de una organización electoral que redunde en votos contados y sumados a MORENA? ¿Este aparato que dispuesto el templete en esta esquina histórica de las mejores refriegas de nuestra política moderna es ya un partido con bases y cuadros capaces de ganar una elección? ¿O todavía este aluvión por el caudillo es el viejo retrato de la izquierda mexicana que gana las calles y los mítines pero es incapaz de romper el cerco del 40 por ciento de los votos?



Así propuse en Facebook el arranque de la jornada:



En busca de los ánimos colectivos he llegado a media mañana al mitin de López Obrador. El país en busca de mejores senderos. ¿Será la tercera es la vencida del veterano en estas lides sexenales? Qué trayectoria larga para decir al final que la izquierda no ha logrado conformar una verdadera alianza entre todas sus corrientes y ha sido incapaz de encontrar un sendero colectivo progresista y democrático. Llego a un mitin en el que aparecerán personajes varios, y particularmente los elegidos del templete. El propio Fernando Manzanilla, cuñado de Moreno Valle, pero desligado políticamente de él desde hace más de tres años, rondará por aquí y ganará encabezados de prensa; ni qué decir de Manuel Bartlett o José Juan Espinosa, mudanzas viejas y jóvenes de una cultura priista que no fácilmente se raspa de la piel a la hora de cambiar de casilla partidista. O el agrónomo y prominente capitalista regiomontano Alfonso Romo, un hombre que en el 2006 acusaba a Andrés Manuel de ser un peligro para México y hoy es, sin duda, una carta principalísima en la apertura del entorno empresarial ya no solo del caudillo sino del propio partido MORENA. La gente cambia, dicen unos. Existe el perdón, afirma el colmilludo Peje.

“Que no lagarto”, dirá en un ratito.

Abajo, más allá del sillerío para los morenas elegidos, están los que busco. Hombres y mujeres metidos, ilusiones de por medio, en la pelotera.

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Camino hacia el rincón del hotel Colonial en esquina con la plaza.

Teódulo Contle es un ladrillero cholulteca, de San Cosme Tezintla. La pregunta es directa: ¿por qué apoya a AMLO?

“Es un hombre honrado –me dice sin dudarlo--. Y aquí no hay acarreados, la gente viene de corazón, como decimos en el pueblo. Es la última esperanza que tenemos. Mire, mi abuelo era del PRI. Mi papá, y nosotros con él, votamos con el PAN contra el caqique Filemón Pérez Cáceres, y eso hace muchos años. Después vimos que con ese partido tampoco. Entonces vino Cárdenas, y luego este hombre, desde entonces he votado por el.”

A su lado, con una manta que lo identifica como de Atlixco, un hombre con sombrero campesino pero profesionista por la UNAM. Francisco Sevilla Ramos es cirujano dentista. La pregunta es la misma:

“Porque es más patriota que los otros. Tiene amor por el pueblo, ¿y sin eso, qué es un político? Él ve la realidad que padece la gente. Los otros han vendido todo, el petróleo, el agua, ¿qué es lo que queda? ¿Para qué sirvió tanta muerte? Mire ese edificio –y los dos volteamos hacia el Carolino--, universidad pública, eso es lo que se necesita. Por eso estamos aquí, no vengo solo, todos estos que mira en esta esquina venimos de colonias de Atlixco. Todos por ahí estamos con Andrés Manuel. Y somos un titipuchal.”

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Antes de la pelotera están algunos de los que han venido al mitin con sus motivaciones precisas. Las busco en la explanada frente al Carolino que poco a poco se llena.

Francisco Vélez Pliego, académico de la BUAP, director de su Instituto de Ciencias y Humanidades, firmará en un rato en el templeto lo que será el pretexto de este mitin (el “Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Puebla y el Renacimiento de México”). ¿Tiene sentido este llamado de AMLO con personajes como Manuel Bartlett a la cabeza?, le pregunto.

“Todo esto hay que entenderlo desde la idea de lograr un gran frente nacional que derive en la construcción de una nueva constitución, y tiene que formar parte de una gran discusión sobre las alternativas que tiene el país para enfrentar sus problemas, con la discusión de los temas claves…”

Ella también es académica. También del Instituto. Y está desencantada: “Yo discrepo, y lo hago con esta pregunta: ¿por qué muchos que lo apoyaron en el 2006 y en el 2012 ya no están con él ahora? Lo que creo es que no basta con un nuevo partido, la pregunta es por el proyecto, ¿cuál es? El país se deshace, él hablaba de las mafias, ahora habla de alianzas, ¿pero a toda costa?

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Los señores de Canoa vienen decididos: llevarán hasta el templete el adorno y el mariachi, Que no, les dicen los que por la organización del mitin de MORENA cierran el paso en el callejón. Pero especifiquen de dónde vienen. Pues qué no ve la lona… la lona, dónde quedó la lona... Que de Canoa, pero entiendan que ya no hay lugar, todos los lugares del frente ya están ocupados… Qué sí, si claro se ve que cabemos... Pues no, todos quieren pasar, ¿por qué van a pasar ustedes si ya está todo ocupado?... Que sí, te digo, porque no hay razón de que no pasemos… Pues qué no. Ah, pues entonces has de llegar un día por Canoa con todo y el señor, y entonces vas a ver que nos vamos a acordar de ti. Ah, es una amenaza… Pues ya te dije…

Por ahí sigue la conversación, que de pronto toma el carácter musical, pues el mariachi se avienta con la paloma… Tóquenle, tóquenle…

Al final pasará el adorno. El marichi quedará atrás. La vida en Canoa sigue.

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El grupo espera a la entrada del Hotel Colonial. Se identifican como unos de los miles de defraudados en Puebla por empresas que ofertaron réditos inauditos en los que cayeron, entre ellos el sonado nombre Tiro Moranchel. Es la Alianza Única de Defraudados del Estado de Puebla, A.C. Y son 22 mil familias poblanas. Y son 32 empresas denunciadas. Y 2,500 millones de pesos que en tiros cortos se llevaron el patrimonio de estas personas. Todo ocurrió hace siete años y medio. A la vista de las autoridades que sin empacho alguno lo permitieron. Sigma, Inverbien, Caja del Valle de Cristo, Amber Capital, son algunos de los nombres que alcanzo a apuntar en la libreta. Y los Tiro Moranchel, y un tal Miguel Ángel González, los que al menos han parado en la cárcel. Una tragedia brutal que la prensa ha olvidado.

El señor Sánchez los encabeza. Han ido hace dos días a la ciudad de México para entregar una carta al Congreso. Ahora quieren que MORENA encabece la comisión que "tome las riendas de este fraude", me dice.

"La justicia no es expedita, la justicia no se ejerce como debiera ser..."

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A unos metros de la esquina espera Judith, y bien plantada pues sabe que por aquí pasará en unos minutos AMLO. Ella tiene un negocio de venta de comida, así lo describe. Aunque todavía no se vislumbra ninguna pelotera, así que tiene tiempo para platicar conmigo:

“Quiero que por fin le dan chance, que lo dejen esta vez –me dice--. Él es el cambio verdadero. Es nuestra única opción, de PRI y PAN ya tuvimos suficiente. Nunca voté por ellos… o a lo mejor sí, cuando era muy mensa. Pero eso nunca más.”

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El ingeniero Luis A. Martínez ha venido al mitin para escribir una crónica que hoy publicaremos en Mundo Nuestro. Todavía no lo sabe ahora, así que mi pregunta no lo desconcierta:

“Bueno, uno tiene sus querencias. Y yo estoy aquí para entender este movimiento, lo que Andrés Manuel representa, porque no dejo de ver que esto gira en torno a su persona, pero lo importante es el movimiento. Lo que veo en esta mañana es que la convocatoria es más plural. Con los problemas que eso acarrea, por ejemplo con José Juan Espinosa, ¿va a estar en el templete? ¿Qué papel va a jugar en adelante con MORENA en Puebla?

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Leticia Ramos es vendedora de frutas en la frontera de San Andrés y San Pedro en Cholula. Y se las ha arreglado para arrancar con AMLO la ruta hacia el templete desde el portón de La Casa del Mendrugo. Rápido le explica al creador de MORENA la bronca que tienen los tianguistas de la organización Lázaro Cárdenas: el ayuntamiento los quiere desalojar de sus puestos que tienen los domingos.

Aunque ya estamos en medio de la pelotera, Andrés Manuel tiene la paciencia para llamar a uno de su equipo:

“Por favor –le dice--, llévala hasta el pie del templete, para que ahí la pueda atender José Juan Espinosa, dígale al presidente municipal que se la mando yo.”

Y allá va ella rumbo al templete donde la encontraré más tarde. Allá estará José Juan, por cierto el más abucheado por los Morenistas a la hora de la firma del acuerdo. Eso no le importará mucho a Leticia.

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Jorge Fuentes es de Huauchinango. Lo entrevisto a la hora en que un grupo roquero empieza a dar de tamborazos. Apenas entiendo lo que me dice, pero me salva que lo tomo en video y lo subo en vivo en facebook. Viene de una larga tradición de izquierda en esa ciudad, hijo como es de Fu de la Fu, como se reconoce a Fernando Fuentes de la Fuente, tal vez el más reconocido político de izquierda en aquella ciudad serrana.

Su discurso es mucho más el del militante que está trepado en la carrera de partido hacia la elección del 2018:

“Estoy emocionado –me dice--, MORENA vive un amplio crecimiento en todo el país. Hay una nueva realidad que reivindica lo que hemos sostenido desde siempre, que el neoliberalismo como estructura de poder se está derrumbando, y el punto climático es Trump. Por eso la oligarquía en México se está dando cuenta de que haberle hecho caso a los neoliberales los está llevando al fracaso, y por eso están buscando nuevas formas para la acción de Estado, el nacionalismo, la diversificación de los mercados y la producción como un elemento sustancial para sacar adelante al país… El bienestar social tiene que ser la herramienta para enfrentar la inseguridad…”

Y de la emoción pasa al triunfalismo: “Vamos a ganar la elección en el estado de México”, alcanza a decirme…

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Abraham Quiroz no está en el templete. Ni siquiera está en el sillerío que los organizadores han dispuesto frente al templete del lado de La Compañía. Lo veo a mi lado cuando paso con López Obrador en la pelotera por el pasillo. Un hombre calvo lo detiene para que le firme un libro, y eso permite dos cosas: que una mujer le plante un beso al caudillo y que el ex candidato a la gubernatura del estado de Puebla por Morena el año pasado alcance a tocarle el hombro.

“Me da mucho gusto verte”, le dice Andrés Manuel. Sus manos se estrechan un momento. Y nada más. Abraham Quiroz no subirá al templete a firmar con los otros elegidos el mentado Acuerdo Político. Ahí estarán las firmas de Bartlett, José Juan Espinosa y muchos etcéteras, pero no el candidato que apenas el año pasado peleo por su partido la gubernatura en una muy desigual contienda.

¿Por qué le han hecho esto?

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Jorge Nobel está al pie del templete. Es escritor. Me lo prueba con su tarjeta que lo presenta también como promotor de la Gira Nacional del Librotón, con una frase explicativa: El LIBRO: analgésico para la AGRIDULCE VIDA DEL SER HUMANO-DIVINO. Y su Face: JORGE NOBEL LLIBROTON Salvaje del cerro.

Ahí está, entusiasta el primero. Y con un atado de libros que despliega para que yo los vea. Señala el de Mediocridad Espiritual: es para la promoción de humanismo y la fe. Y uno que incluso viene firmado por el autor: La esencia de un Príncipe Bantú, escrito por un embajador de Camerún. De paso, también, y para que se lo firme Andrés Manuel, el muy reciente 2018, la salida.

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Saúl Huerta también tiene tarjeta de presentación. Es presidente de Valor y Fuerza, A.C., una agrupación ya afiliada a MORENA con vecinos de las 17 juntas auxiliares. Es un abogado que no rehúye de hablar del pasado: votaba por el PRI, pero nunca ha sido militante de partido ni ha ocupado un cargo público. Y a una pregunta simple, ¿qué busca Valor y Fuerza?, da respuesta en tres trazos su programa político: cabildos ciudadanos para las juntas auxiliares; una contraloría municipal no controlada por el alcalde, y sí formada por universitarios e independiente de gobierno y partidos; y servicios básicos hasta para el último rincón de la ciudad.

Saúl y su animado grupo se encontrarán después en Analco.

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Antes del discurso de López Obrador se ha vivido la democracia de los gritos y chiflidos reprobatorios e inquisidores a la hora de que los elegidos pasen a firmar ante el respetable público el Acuerdo Político: quiere puesto, chapulines, ese viene crudo, firmas y te vas, oportunista, no al oportunismo. José Juan Espinosa y Fernando Manzanilla son pasados a cuchillo. Bartlett, entre mentadas, la libra. Yo le dedico unos minutos al texto que han dispuesto para su firma en dos o tres mesas en la explanada.

Subrayo algunas líneas:

“Se trata de un cambio de régimen y de hacer de la honestidad una forma de vida y gobierno.”

“Es una convocatoria abierta a mujeres y hombres, pobres y ricos, religiosos o libre pensadores…”

“Nuestros adversarios están en las cúpulas del poder económico y político y en las burocracias corruptas…”

“Son muy pocos los que oprimen a muchos… Abajo no tenemos diferencias con nadie.”

Y luego, los movimientos de la varita mágica:

“Nuestra propuesta se resume en gobernar con rectitud, desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con honestidad y destinar lo que se ahorre para financiar el desarrollo del país.”

Fotografía de Daniel Rivero Romo.

Así que cuando escucho a Andrés Manuel estoy prevenido. Empezará por el tema de la transformación en México. “Eso es lo importante, no se trata de quítate tú para ponerme yo”, dice. Da un repaso de historia: la independencia, la reforma, la revolución, esas son tres, y su movimiento, ahora, encabeza la cuarta transformación. Luego viene el para qué todo esto: “Unirnos para sacar a México de la pobreza, el atraso, la marginación.” Y de la diversidad y pluralidad que nos identifica saca una frase que vale buena parte del discurso.

“Los indígenas, ellos son la verdad más íntima de México.”

Pero pasa de ladito por ese tema. Se va al suyo, para el que tiene la varita mágica: la corrupción de los políticos, la verdad más pública de México diré yo.

Y da una cifra: los políticos en el poder se roban el diez por ciento del presupuesto anual, es decir, 500 mil millones de pesos.

De la mecánica tan simple que propone para solucionar este asunto se agarran todos sus enemigos: para acabar con la corrupción bastarán la disciplina fiscal, sin más impuestos y sin endeudamiento. Y por supuesto, sacar del poder a los corruptos.

Quedo un poco aturdido. ¿Así de simple será? Y mientras se me van frases de impacto que apunto en la libreta: apoyaremos al campo, pondremos precios de garantía para los productores del campo, tenemos que regresar al campo. Y será un derecho el del estudio y el trabajo para los jóvenes, crearemos inmediatamente 300 mil becas para los jóvenes, y elevaremos al doble la actual pensión para los adultos mayores, y bajaremos a la mitad el sueldo del presidente, y Los Pinos se convertirán en un centro para la cultura y las artes, y venderemos toda la flota de aviones y helicópteros propiedad de los gobiernos, y vamos a defender contra Trump a los migrantes y les diremos que no están solos…

Pero yo sigo en el interrogante: ¿así de simple será?

Otra frase desentraña su lógica: Si el presidente es honesto, tendrán que serlo los gobernadores.

Porque el problema está arriba, ha dicho antes. Así que la enmienda vendrá en cascada. Está equivocado Peña Nieto, dice, el problema no es que la corrupción esté en la entraña de la cultura nacional. No señor, el pueblo no es corrupto, la corrupción viene de arriba para abajo.

Por lo pronto la masa lo cree. Ha escuchado la última plegaria de Andrés Manuel. Pide al final que no perdamos la fe, que no perdamos la esperanza. La gente lo despide hacia la siguiente pelotera.

"¡Es un honor estar con obrador... es uno honor estar con Obrador...!"

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Salgo aturdido. Ya son muchos años los míos viendo estas peloteras. Sé que no hay varitas mágicas. Pero cuánto hacen falta.

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Sobre el autor

Sergio Mastretta

Periodista con 39 años de experiencia en prensa escrita y radio, director de Mundo Nuestro...