Imprimir esta página

Enrique Cárdenas: Para entender el secuestro de la vida pública por los partidos en México

Compartir

Mundo Nuestro. El miércoles 16 de mayo pasado el Tribunal Federal Electoral falló en contra de Enrique Cárdenas Sánchez por lo que no estará en las boletas como candidato independiente al gobierno del estado el próximo julio.

Esta decisión confirma el despotismo que prevalece en Puebla bajo el nombre de Rafael Moreno Valle. Un fallo que priva a la sociedad poblana de la posibilidad de una alternativa de gobierno construida desde la acción civil y que termina por sumir en la vergüenza a los poderes legislativo y judicial poblanos, sometidos a una figura de un autócrata que recuerda los viles tiempos del autoritarismo avilacamachista. Triste memoria para Puebla.

Este texto de Enrique Cárdenas Sánchez --leído la tarde del miércoles en Profética--, permite, sin embargo, comprender la importancia que ha tenido el movimiento SUMAMOS en la construcción de un discurso político alternativo, fundado en una ética ciudadana que vislumbra la posibilidad de un país distinto, democrático y justo. Esa es la verdadera victoria moral del Doctor Cárdenas.



El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió finalmente su fallo por el que rechazó mi candidatura independiente a la gubernatura de Puebla. Ha sido un proceso muy difícil y lleno de obstáculos. Agradezco profundamente el apoyo decidido de muchísimas personas. Desde mi registro ante el IEE en diciembre pasado, durante la búsqueda del apoyo ciudadano y la obtención de firmas, y a lo largo de los procesos judiciales para llegar a la boleta y hasta el día de hoy, su apoyo ha sido extraordinario. Fueron decenas, cientos y hasta miles de amigos, colegas y personas que no conozco, quienes mostraron de muchas formas su deseo y compromiso por apoyar un cambio profundo, de esencia ciudadana y apartada de los partidos políticos. Les quiero agradecer muy sentidamente todo su esfuerzo. Sin ellos, por más que mi esposa y yo hubiéramos estado convencidos de emprender esta travesía, no hubiéramos llegado ni a la primera parada. Muchas, muchas gracias.

Nuestra lucha



Esta ha sido una lucha por la democracia en nuestro país, tan maltrecha y tan lastimada en Puebla, con un horizonte que apenas se alcanza a ver entre nubes y tormentas. Ha sido una lucha democrática para recuperar el poder para los ciudadanos, para acercar el interés genuinamente público a los miembros de la sociedad.

Esta vida pública ha sido secuestrada por los partidos políticos en México, y en el caso de Puebla por Rafael Moreno Valle y su camarilla que han cooptado a todas las entidades públicas, voluntades empresariales y hasta personas que en otro momento pudieron haber actuado de buena fe.

A pesar del avasallamiento del que son presa el Instituto Electoral del Estado y el Tribunal Electoral del Estado, que son supuestamente autónomos, se ganaron diversos recursos judiciales en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Con esos fallos se abren oportunidades para que otros ciudadanos tengan menos obstáculos para lograr una candidatura independiente. Logramos la inaplicación de varias fracciones de la Ley Electoral del Estado, que limita la dispersión territorial de los apoyos, el porcentaje mínimo de firmas a obtener, y el plazo requeridos. Todos lo hicimos con total limpieza, apegados a la ley y sin caer en la tentación de obtener firmas apócrifas con el fin de llegar a la boleta.



Si bien estas sentencias no obligan al Congreso a modificar la ley, ahora ya se conocen los criterios del Tribunal para que otras impugnaciones se puedan ganar. Sirven de antecedentes no solamente para Puebla, sino para todo el país.

Respetamos el fallo del TEPJF, aunque evidentemente no estamos de acuerdo con el sentido de su resolución, especialmente por despreciar a las más de 24 mil personas que dieron su firma. Seguimos considerando que la razón nos asiste pues sí logramos un gran apoyo ciudadano para respaldar nuestra pretensión de ser votados. Es la naturaleza de la ley poblana, absurdamente restrictiva, y los legisladores que la aprobaron, quienes nos han impedido llegar a la boleta.

Sin otra opción, sin posibilidad para la transformación efectiva

Con esta resolución negativa del Tribunal Electoral, los poblanos nos hemos quedado sin una opción ciudadana al gobierno estatal. Todos los candidatos son de partido y hay suficiente evidencia para mostrar que la mayoría de ellos están coludidos entre sí. Por este fallo, en Puebla no podremos presentar una opción claramente distinta a las otras; nuestra propuesta está mucho más cerca de los intereses de la gente, no está contaminada. Los partidos y los políticos ganan… los ciudadanos perdemos.

Una candidatura ciudadana, sin partido, estaría dispuesta a establecer todos los instrumentos para combatir la corrupción, que hasta este momento los políticos se han negado sistemáticamente a hacerlo, tanto en Puebla como a nivel federal. Tendríamos como prioridad y guía de gobierno que los objetivos y la política pública sean consistentes para colocar el bienestar de la gente en el centro de la acción pública, y no supeditados eternamente a los intereses personales o político-partidistas.

Sería en los hechos y no sólo en las palabras.

Las propuestas

Hasta ahora no he tenido oportunidad de mencionar las propuestas que traemos en nuestro movimiento por respeto a la ley que nos lo impedía. Quisiera compartirles a lo que aspiramos, cómo imaginamos que podría ser Puebla, con la conciencia que existen los medios para lograrlo, o al menos avanzar sensiblemente en dirección correcta.

Imaginamos Puebla, como el lugar donde las posibilidades de sus habitantes sean las mismas para todos, desde el nacimiento hasta la muerte. Que el contexto socioeconómico, geográfico, o la situación de la familia, no condicionen el desarrollo futuro de cada quien. Las personas deben tener la misma oportunidad, a lo largo de su vida, para salir adelante. Así se logra mayor bienestar de las personas y sus familias, una sociedad incluyente, en donde el mérito y el esfuerzo sean los factores cruciales para que todos podamos avanzar, y se logre mayor prosperidad. En suma se trata de impulsar la movilidad social.

Para ello se requiere un sistema de protección social universal, con acceso efectivo a la salud y la nutrición de todos en todos los rincones del estado, con acceso a una educación de calidad, con aseguramiento y pensión básicas que mitigue las diferencias y provea un piso mínimo a todos los poblanos. Este sistema debe ser financiado con impuestos generales.

Imaginamos a Puebla como un lugar seguro, donde una vez más mujeres y hombres, jóvenes y niños, podamos caminar por las calles, a cualquier hora, sin ningún temor. En donde sea posible transitar por ciudades y por el campo sin sentirse amenazados por el crimen. Un lugar seguro cuyos productos transiten, desde los centros de producción hasta los centros de distribución sin ser atracados en el camino.

Una sociedad que se siente segura tiene un mayor nivel de libertad y de bienestar. No podemos acostumbrarnos a los niveles de inseguridad que existen, donde debemos tomar innumerables precauciones para evitar ser víctimas del crimen, y especialmente las mujeres, tanto en lo personal como en nuestro patrimonio.

La inseguridad va de la mano de la corrupción y la impunidad. Es indispensable echar a andar cabalmente el Sistema Estatal Anticorrupción para atacar de frente estos problemas, lo cual implica asegurar que cada una de sus partes funcione adecuadamente: la Fiscalía Anticorrupción, la Auditoría Superior del Estado, la Secretaría de la Contraloría, la Comisión de Acceso a la Información Pública, el Consejo de la Judicatura, el Tribunal de Justicia Administrativa y el Comité de Participación Ciudadana.

Para enfrentar la inseguridad y la impunidad, es necesario transformar el sistema de seguridad y procuración de justicia de modo que haya una carrera policial respetada, con remuneración y prestaciones adecuadas, sistemas de supervisión y rendición de cuentas al interior de las corporaciones, con capacitación e incentivos adecuados. También ampliar el número de agencias del Ministerio Público, capacitar a sus agentes y modernizar sus instalaciones. Y en ese mismo rubro, el Sistema de Impartición de Justicia debe ser mucho más efectivo, con un número mayor de jueces y personal especializado para hacer los procesos más expeditos, cuya carrera dependa del mérito y la calidad de sus sentencias, y no de relaciones personales o familiares, donde la corrupción se castigue conforme a la Ley. Si no atacamos estos tres elementos, corrupción, transformación institucional e impunidad, se logrará poco.

Imaginamos a Puebla como un estado donde las decisiones de interés público siempre se tomen pensando en el bienestar de las personas, de las familias y las comunidades, tanto de hoy como de la siguiente generación.

Donde las decisiones que afecten a comunidades particulares sean tomadas por los propios habitantes, en coordinación con el gobierno, y donde haya co-participación en los trabajos a realizar, tanto del gobierno como de las propias comunidades y colonias.

Los poblanos y su bienestar deben ser el centro de toda decisión. Así se facilita la toma de decisiones y se pueden diseñar mejores políticas públicas que además sean consistentes entre sí. Debemos siempre pensar y tomar en consideración las repercusiones de cualquier decisión en el bienestar de las siguientes generaciones, y no sólo en lo que ocurrirá en el corto plazo.

En este proceso, la conectividad de todos los poblanos, hasta en los lugares más apartados, es un requisito esencial para igualar oportunidades. El aislamiento físico debe combatirse con conectividad física a través de caminos y carreteras, y conectividad digital. Existe la tecnología barata para asegurar el acceso a internet y telefonía celular en comunidades muy remotas de manera económica.

Imaginamos una sociedad poblana en la que no se considera a los impuestos como imposiciones a nuestra voluntad, sino como contribuciones a un fin común. Con honestidad y eficacia de quienes manejan los recursos públicos, y cuando su destino refleja las necesidades y prioridades de la gente, los impuestos se transforman, como por arte de magia, en contribuciones voluntarias. Dejan de ser impuestos y se recupera la confianza. Esto genera mayor cohesión social.

Así, la transparencia en el gasto, el cuidado escrupuloso de los recursos y el castigo ejemplar a quienes medran con el presupuesto o lo desvían para otros fines, son indispensables para recuperar la confianza de los ciudadanos en el actuar público. El camino ideal es una política exhaustiva de gobierno abierto, donde la gente pueda conocer y usar la información pública para desarrollar proyectos, medir resultados y escrutinar las acciones del gobierno. Transparencia y rendición de cuentas efectiva.

Imaginamos a Puebla como un espacio en donde el respeto a los derechos de todos sea una constante. Empezamos por el respeto a los derechos humanos, a los derechos de propiedad de las comunidades y pueblos, y a la propiedad privada. También debe ser un espacio donde el respeto a las diferencias sea la norma. Imaginamos a Puebla tolerante y respetuosa de las diferencias de sus habitantes. Somos un estado con una gran heterogeneidad. Conviven una sociedad moderna y urbana, con comunidades originarias en el campo. Para convivir en armonía debe cumplirse la ley, respetando los derechos de todos, y así lograr una Puebla unida en medio de la diversidad de sus pobladores.

Imaginamos a Puebla como un estado en que se respeta la naturaleza, los ríos, bosques y campos, la calidad de nuestro aire y nuestros valores culturales; con una voluntad férrea para rescatar ríos, suelos y bosques que han sido abusados por personas, empresas y la negligencia de los gobiernos. Un estado en que se respeta nuestro patrimonio material y cultural, que no es nuestro sino apenas lo tenemos en resguardo. Debemos preservarlo y acrecentarlo para quienes vienen después de nosotros. Existe la tecnología y los recursos para lograrlo.

Imaginamos a Puebla como un espacio en donde las tradiciones milenarias con que contamos conviven con el desarrollo científico y tecnológico que abre oportunidades de crecimiento y bienestar. Una sociedad del siglo XXI debe estar inmersa en la innovación, debe conocer las tendencias mundiales y a la vez atesorar sus tradiciones, arte y cultura. La productividad depende de muchos factores, pero uno indispensable es el uso inteligente de los recursos humanos, materiales y ambientales. Una alta productividad permite, además, elevar las retribuciones al trabajo y, bajo ciertas condiciones, disminuir la desigualdad socioeconómica.

Imaginamos a Puebla como un estado donde se impulsa el crecimiento económico, el empleo y la formalidad. Un estado en donde aumenta fuertemente el empleo formal, bien remunerado, mediante la reducción de las cuotas patronales y de los impuestos a la nómina que encarecen la contratación formal. Así se elevan salarios, aumenta la competitividad de las empresas y la innovación. Nadie que trabaje, en ningún sector, debe ser pobre. Para financiar este programa y contrarrestar la reducción de los ingresos públicos que éste implica, se generará mayor recaudación fiscal al consumo vía IVA a alimentos procesados para mantener la solvencia económica necesaria.

Para atraer mayor inversión será necesario mantener el estado de derecho, la seguridad y la lucha permanente contra la corrupción y la impunidad. Y a través de la inversión pública y esquemas de participación privada se deberá impulsar el desarrollo regional, especialmente de aquellas zonas atrasadas y hasta ahora abandonadas del estado. No es posible tolerar las diferencias regionales que se han ahondado y que mantienen en el atraso a cientos de miles de poblanos.

Imaginamos a Puebla como un estado en donde los políticos son gestores genuinos de la sociedad. En donde el servicio público es verdaderamente el más honroso de los servicios. En donde el servicio público es exactamente eso: un servicio a las personas, a las comunidades grandes y pequeñas. Eso quiere decir que el poder público debe estar enfocado al bienestar de todos y no a los intereses y ambiciones personales de los políticos.

Para ello se requiere un servicio profesional de carrera, bien estructurado y eficaz, que brinde seguridad, estabilidad y calidad del servicio público. Se requiere que quienes forman el equipo de administración pública sean capaces, eficientes y profesionales. Esto es especialmente relevante en áreas sensibles del gobierno, como pueden ser las policías, los Ministerios Públicos, la hacienda pública, la Fiscalía General, los miembros del Poder Legislativo, el sistema de impartición de justicia, los órganos constitucionales autónomos, entre otros.

Imaginamos a Puebla con instituciones del Estado cerca de todas las comunidades que se encuentran en nuestro territorio. Instituciones que le ahorren tiempo a los ciudadanos para llevar a cabo los trámites administrativos que requieran utilizando de manera eficiente los distintos recursos tecnológicos a nuestro alcance.

Que las personas no tengan que viajar varias horas de camino y hacer filas para conseguir un papel oficial. Debemos devolver a las juntas auxiliares el Registro Civil. Ahorrar tiempo a las personas en su relación con el Estado inhibe las prácticas corruptas de los malos servidores públicos.

Imaginamos a Puebla como el estado donde todos quisiéramos vivir. Debe ser tan atractivo que nadie desee emigrar por la inseguridad o ante la falta de oportunidades. Ni un migrante más. Puebla no sólo debe retener a sus ciudadanos, sino también debe ser foco de atracción de talento, recursos y bienestar.

Imaginamos a Puebla como un estado donde se respetan las instituciones y los derechos de todos, donde hay efectiva división de poderes y vivimos valores democráticos, con transparencia y rendición de cuentas. Un estado en el que existe prosperidad generalizada, sin polarización social. Para ello se requiere un acuerdo social en el que logremos un consenso de todos, sin importar su origen étnico, socioeconómico o político.

Este acuerdo debe compartir dos principios esenciales, que deben estar basados en la honestidad: Equidad en el acceso a las oportunidades a lo largo del ciclo de vida de todos los poblanos, e igualdad ante la ley. Un verdadero Estado de Derecho en donde los ciudadanos sean quienes decidan y labren su propio destino. Así, Puebla se colocaría a la vanguardia del desarrollo integral de las 32 entidades federativas en el país, y sería inspiración para una transformación nacional.

Así, al plantearnos el diseño de políticas públicas y la forma y ética de gobierno, la toma de decisiones se vuelve sencilla. Con esta vara se debería medir toda política pública que se emprendiera. Hoy, es muy fácil darse cuenta que muchas de las políticas públicas que se han emprendido, y los gastos que se han realizado, NO CUMPLEN con poner a la gente en el centro de la acción pública, ha existido enorme corrupción, desvío de recursos, contratos diversos que van en contra de los intereses del estado, independientemente de cuestiones ideológicas. La razón es sencilla. Obedece a intereses personales y de sus camarillas y no al interés de los ciudadanos, de las personas que todos los días sueñan construir un mejor futuro para sus familias.

Lo logrado

Hemos llegado al final de este proceso de búsqueda de una candidatura independiente a la gubernatura del estado de Puebla. A pesar de no haber llegado, logramos mucho:

  • Tenemos candidaturas ciudadanas para competir por la presidencia municipal en varios municipios del estado.
  • Hemos abierto brecha en la ley electoral para que otros ciudadanos compitan con éxito en el próximo proceso electoral de 2021.
  • Hemos contribuido a despertar una mayor conciencia ciudadana sobre lo público. Muchos más de las 24, 327 personas que nos dieron su firma desean un cambio real en pro de los ciudadanos.
  • Hemos sembrado esperanza entre muchos que buscan otra opción, no partidista, para el gobierno estatal.

En línea con estos logros, en poco tiempo entregaremos una iniciativa de reforma a la Ley Electoral del Estado para que algunos diputados la promuevan como propia. Será una iniciativa que reflejará el amplio respaldo social por candidaturas sin partido, que transformen en ley los derechos que hoy hemos tenido que pelear en los tribunales y genere mayor certidumbre jurídica. Naturalmente, continuaremos como lo hemos hecho desde hace años nuestra lucha contra la corrupción.

Alguien se tenía que lanzar, me lancé yo con el apoyo de mi esposa y mi familia. Hicimos todo nuestro esfuerzo y junto con nosotros muchas más personas se comprometieron con la causa, de manera desinteresada, sin más fin que la búsqueda de una mejor calidad de vida para quienes habitamos y convivimos en esta maravillosa entidad de la República Méxicana.

Lamentablemente no se logró obtener la candidatura. No existe hoy para el gobierno de Puebla una opción no partidista, que piense realmente en la gente y su prosperidad, en la vida democrática, en la justicia y en la armonía social. En este sentido, las propuestas y promesas de todos los candidatos de partidos políticos a la gubernatura suenan huecas. No tienen credibilidad alguna.

Ahí esta lo que hemos logrado todos nosotros. Como conjunto de ciudadanos convencidos de que no podemos seguir igual. No podemos seguir así de alienados del poder público. Ahora vendrán otras personas, muchas más, que seguiremos este camino y, así lo esperamos, se intentará de nuevo.

Muchas gracias

Enrique Cárdenas Sánchez

Compartir

Sobre el autor

Enrique Cárdenas Sánchez

Enrique Cárdenas Sánchez (Ciudad de México, 1954), académico con Doctorado en Yale, es uno de los economistas más destacados de México. Rector de la UDLA entre 1985 y 2001, ha sido profesor invitado en El Colegio de México, el ITAM, el CIDE, la UIA y en las universidades de Brown, Texas Christian y Oxford (Saint Antony’s College). He publicado artículos y libros en México y el extranjero sobre estos mismos temas; es parte del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 3 desde 1996. Fue director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) desde el 2005 y hasta agosto de 2017. A la fecha participa en el movimiento ciudadano SUMAMOS con el que busca la candidatura independiente al gobierno del estado de Puebla.