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Septiembre es el mes de la patria, lo sabe Puebla, y lo saben también todas sus pantallas. A través de ellas, y en un mes como este, solo podrían esperarse fotos de gente con sombreros de charro, frases sobre un supuesto orgullo nacional, y uno que otro meme del presidente Enrique Peña Nieto al dar el grito con su familia en el zócalo de la ciudad de México. Septiembre del 2017 sería como todos los años, el mes de la patria, pero nadie se hubiera imaginado porqué.

Existen espacios creados para reinventarnos, en los que lejos de ser personas, somos usuarios. Aparecen rostros que exhiben sus propias ficciones, como quijotes con un pie en la realidad y el otro en una pelea contra molinos. Ahí dentro, todos somos héroes, todos alzamos la voz y defendemos nuestras causas. Somos también, jueces de las hazañas ajenas, y existe un timeline donde todas estas han quedado registradas.

Jueves 7 de septiembre 2017

Recibimos nuestra primera sacudida, pero a nadie se le ocurrió que ésta podría ser una advertencia. Y lo cierto es que fuimos muchos los que quedamos en evidencia de nuestra torpeza y poca preparación para emergencias.



Eran las 23:49 y acostada sola en un sillón escuché a mi hermana preguntar desde la habitación contigua “¿está temblando?”. Traté de quedarme quieta por unos segundos para sentirlo, quizás habría que pausar la televisión para cerciorarme, (sea cual sea la lógica de hacerlo) “sí, creo que sí, hay que salir”. Al bajar las escaleras mis pasos eran lentos como si de algún modo inconsciente existiera una intriga por experimentar aquello que ocurría y corroborarlo, (como si fuera necesario) “sí, sí está temblando”.

Una vez fuera de mi casa, y antes de cruzar palabra con mis vecinos, miré a mi pantalla, y ahí estaban más de diez mensajes esperándome. La preocupación no duró mucho, no más de dos personas preguntaron en los grupos “¿están bien?”, y en respuesta se desencadenó una saturación de testimonios; todos querían contar dónde estaban y qué sintieron. Recibí también muchos memes sobre el miedo que todos experimentamos; imágenes de bolillos “pal susto” sobre todo, y como siempre, burlas al presidente. Y entre tantas publicaciones bromistas, unas cuantas capturas de pantalla sobre sitios web que informaban acerca de los hechos: Epicentro a 133 kilómetros de Pijijiapan Chiapas a una profundidas de 45.9 Kilómetros.

Los días posteriores, fueron similares a aquel jueves. El humor sobre el temblor se alternaba con noticias sobre las zonas afectadas. 102 personas fallecieron, y hubo alrededor de mil heridos. Comenzaron a aparecer también, mensajes ecologistas, era el grado de conciencia que todos preferían tomar, y el más cómodo, por cierto. “La tierra nos está habla, dejemos de comprar plástico” fue el modo en que mucha gente pretendía tomar acción. Otros, (los menos) se involucraban al mandar despensas a los damnificados en Chiapas y Oaxaca.

15 de septiembre 2017



Los grupos de Whatsapp solo hablaban del festejo que habría en la noche. Yo deslizaba el dedo y pasaba con desinterés los mensajes referentes a las fiestas patrias, ya que por cuestiones de salud no me iba a ser posible asistir a ningún evento. De pronto hubo un mensaje que llamó mi atención, la imagen del rostro que había circulado en redes sociales toda la semana, insertada junto al titular de una nota y reenviado por algún familiar que escribió “ya la encontraron muerta, por favor cuídense mucho”.

Se intercambiaron unas cuantas preguntas y respuestas sobre el asunto. “La mató su conductor de Cabify el jueves pasado después de haberla recogido en Cholula”, “encontraron su ropa en Tlaxcala”. Tan solo unos cuantos cometarios, porque de pronto fue preciso olvidar el tema para gritar “¡Viva México!”. No me atrevo a afirmar que de no haber permanecido en casa me hubiera resistido a posponer mi preocupación; sin embargo, dada la acomodación de los hechos, pasé la noche más amarga, detestaba a todos los que celebraban mientras leía noticias y redes sociales.

“Hoy el grito es de rabia” fue el título de un largo enunciado que hizo un usuario. “Me pregunto si las mujeres son conscientes de que no somos incluidas cuando se grita ¡Viva México!” fueron mis palabras.



El fin de semana pasó entre líneas de gente indignada por la impunidad. Para muchos la situación era como si se tratara de un asesino en serie que mataba mujeres, y no un suceso que se sumaba a los cientos de casos detonantes de una sociedad donde una mujer sola representa una presa fácil; sociedad por la que nadie quería tomar responsabilidad y todos propiciábamos.

Se expresaba la angustia de madres y padres por la idea de que Mara pudo haber sido una hija suya. Dicha angustia era similar a la que sentíamos tantas mujeres estudiantes que salíamos a los mismos bares que ella, y usábamos los mismos servicios. A todas nos atravesaba la frase “pude haber sido yo”; al mismo tiempo no podía dejar de preguntarme “¿por qué he esperado hasta ahora para alarmarme?”

Lunes 18 de septiembre 2017

En distintos estados hombres y mujeres salimos a marchar por el asesinato de Mara Castilla. El recorrido llegó hasta el zócalo de la ciudad, partimos del campus de la UPAEP, universidad en que ella estudiaba y cuya mesa directiva de la licenciatura en ciencias políticas había convocado a la gente.

La mayoría de los asistentes iban vestidos de blanco, y la primera mitad del camino fue silencioso. Había quienes alzaban cartulinas, unas con la imagen del rostro de Mara, y otras con los rostros de distintas mujeres desaparecidas. “¡Vivas las queremos!” comenzaron a gritar todos cuando finalizaba el recorrido. La voz era una sola, no había individuos ni usuarios, todos eran parte del mismo cuerpo herido y furioso. Tardé en poder alzar la voz, aunque irónicamente mi “grito” era de rabia en redes sociales.

19 de septiembre 2017

Tras salir del salón de clases a la 12:50 me dirigía al estacionamiento de la Universidad Iberoamericana. Por los pasillos me encontré a dos amistades con las que permanecí un rato mientras conversaba. Los adoquines comenzaron a moverse y se escuchó un crujido en las ventanas de los dos edificios entre los que caminábamos. Se congeló el tiempo y se congelaron mis piernas fijas en una superficie que se movía y ya no parecía tan segura. La gente que corría y todo lo que pasaba a mi alrededor se desplazaba de manera borrosa. En cuanto logré reaccionar y correr, me ancló la mano de mi amiga cuya parálisis duró más que la mía. Nos indicaron a todos que fuéramos a las canchas de futbol de la universidad. Ahí esperamos una hora sentados en grupos, y confirmábamos en nuestros celulares que nos encontrábamos bien.

El tráfico era excesivo de regreso a mi casa. Los semáforos no funcionaban, por lo que unos cuantos hombres voluntariamente permanecieron ahí para controlar el tránsito. Recibí una llamada de mi mamá diciéndome que no tomara la vía Atlixcayotl, pues en el embotellamiento de vehículos había gente que asaltaba coches.

Una vez en mi casa, vi cada uno de los videos con los que las redes sociales se saturaron. Sentí escalofríos al ver edificios derrumbarse en la ciudad de México. Tras hablar con cada uno de mis familiares que viven en la capital, apagué mi teléfono. Al encenderlo unas horas después, encontré en mis grupos de Whatsapp gente que saldría los días siguientes a dejar despensas en comunidades de Atlixco.

Transcurrió la semana, las clases se suspendieron y donde quiera que fuera en la ciudad se encontraban centros de acopio. Las manos que hacían una cadena para pasar cajas se sentían otra vez como parte de un mismo cuerpo. Los primeros días hizo falta organizar a tanta gente que quería ayudar a limpiar escombros; pero para el viernes de la misma semana, había más de una base de datos creada por estudiantes para que toda la gente interesada en ayudar supiera las zonas a las que nadie había llegado, y los objetos y alimentos que hacían falta.

No faltaron quienes por momentos caíamos en un estado pesimista al ver tantas publicaciones románticas de banderas mexicanas en los escombros, y largos textos que hablaban de México como el país más solidario. Sin embargo, fue innegable lo que se vio en esos días. Las redes sociales ya no parecían ficciones, pues se quedaban cortas con lo que veíamos al despegar los ojos de las pantallas.

Domingo 1 de octubre 2017

Batallaba con mi tarea de textos literarios: escribir texto breve que inicie con la frase “En un lugar de la Mancha”.

En un lugar de La Mancha

Andan los usuarios, los quijotes a medias.

Y son los ojos lectores quienes validan su existencia.

Hay tantas causas en común,

como egos que las fragmentan.

Un espacio intangible,

Un estanque de ideales.

Un lugar que pidió a gritos una sacudida,

que hizo enfurecer al ladrón de cúpulas y techos,

ladrón de vendas en los ojos.

Y la voz vanidosa se sintió libre,

solo al escucharse entre otras miles.

Y la unión destructiva se sintió diminuta,

solo al pararse junto a los que se levantan.

Un lugar que ojalá viva con memoria.

Es el 14 de junio del 2006, son las 4 de la mañana y me levanta Mariana. “Levántate, levántate rápido, la PFP está aquí. Nos están lanzando gases lacrimógenos”. Me levanté lo más rápido que pude y corrimos asustadas, pero juntas. “¿Sabes dónde está Chema? Nadie lo ha visto”. No Mariana, pero ahorita llega, siempre sabe dónde estamos.

Me separo de ella, miro a los lados y me sofoco con el gas pimienta. Mi piel se estremece y la veo ahí, en el piso más frío y sucio que su rostro ha rozado, la cantera se pinta de rojo. Estoy viendo cómo su mirada se apaga, cuando alguien me toma del brazo y escucho cada vez más lejos “Ya cayó, ya cayo, Ulises ya cayó”

Mi brazo se duerme por la fuerza con la que me toman. Sin dejar de ver a Mariana comienzo a correr, el dolor es cada vez más insoportable, enojada, me volteo para ponerle cara al sujeto que me está lastimando. Primero observo la sangre que escurre por su brazo, manchando así su playera blanca; siento su mirada y lo veo a los ojos. Nunca había visto un cuerpo que sostuviera una mirada sin alma, es Chema.



Antes de alejarnos de la Alameda, pensé que sería yo la más afectada por la muerte de Mariana, nunca pasó por mi cabeza la persona que le enseñó a tener voz, a luchar por lo que la identifica, a tener coraje.

Gracias a Chema conocí a mi amiga de lucha, ellos me ayudaron a crear un hogar en ese viejo hotel ubicado en el centro de la ciudad, comúnmente conocido como Nido de ratas, denominado así por la ciudadanía que no comprende nuestros ideales.

Sin duda alguna, eran mi familia.

Quería hablarle, darle a entender que no estaba solo, que a mí también me quitaron una parte esencial, que no volveré a ser la misma, pero mis labios simplemente no se movían. Mi voz se había esfumado con el ultimo aliento de Mariana. ¿Y quién soy yo para hablarle de dolor, si él había perdido a su hermana de sangre?



Me niego a pensar que su cuerpo yace sin vida. Me volteo y el miedo emana de lo más profundo de mi cuerpo al ver cómo nuestras banderas son quebradas por hombres, que, sin duda alguna, tienen muerte escrito en la frente. Hombres que, sin escuchar nuestras demandas, agreden y violan nuestros derechos.

Me paro en seco y veo cómo Mariana es tomada por los tobillos y llevada hacia la esquina. La toman como si fuera una muñeca de trapo, sin temor a dejar una huella de sangre a su paso. Recupero la voz que sentía perdida y grito con todas las fuerzas con las que nunca había podido hacerlo, “Mátennos a todos, pero nuestra lucha seguirá viva”.



“Beatriz, arriba, en el segundo piso. Entra rápido, no se queden así carajo”.

Ramón otro compañero del magisterio, me hace señas desde el segundo piso de la facultad de leyes de la UABJO para resguardarnos ahí. Entramos y lo primero que veo son personas heridas, llorando y el coraje que brota de los ojos de cada maestro.

Me siento en un pupitre y Ramón exclama: “Compañeros, cállense, Radio Plantón está diciendo algo importante”. La voz de temblorosa de Fernando Lobo, colaborador de Radio Plantón, invade la facultad de leyes de la UABJO. “Son las 5 de la mañana y seguimos conectados. Compañeros que se encuentran en el plantón, resistan. En estos momentos en está entrando la PFD y…” La transmisión se corta y el ruido de afuera me cala los huesos, pero mi coraje es más intenso. Me paro decidida a salir y siento nuevamente ese dolor punzante en el brazo. Otra vez es Chema. Nos miramos fijamente y me desmorono. Me toma entra sus brazos y el llanto gobierna mi cuerpo.

Ya es medio día, hemos logrado alejar a la policía del Zócalo capitalino. Para el anochecer, no sólo somos maestros, se han unido estudiantes, obreros, campesinos y amas de casa.

Hoy es 16 de junio, dos días después del intento de desalojo, dos días después de perder una parte de mi alma, Mariana. Camino rodeada de personas que parecen no tener miedo. Somos más de miles de personas marchando. Siente nuestros pasos Ulises, siente el retumbar de nuestra voz, siente al pueblo.

Las horas del día pasan cada vez más rápido. Estoy con Chema tomando café, es un momento tranquilo, veo el humo que brota del café. Una voz ronca pero dulce interrumpe mis pensamientos. “Buenas noches”. Todos respondimos amablemente. Ambos hombres comenzaron a hablar en una lengua indígena. Se ríen un poco, se nos quedan viendo y sonríe. Uno de ellos dice: “Perdonen, es costumbre hablar en zapoteco”. Chema les sonríe amablemente comentando: “No se preocupe, entendemos”. Terminamos nuestro café y comenzamos a recoger nuestras cosas para retirarnos. Chema se aleja un poco del anafre, acercándose a la señora que está batiendo el chocolate atole.

“Gracias por todo Gloria, salúdame a Ismael”. “Claro que sí Chema. No había tenido el tiempo para decírtelo, si necesitas un cafecito o hablar de lo que está pasando, estoy aquí. Tu bien sabes que quería a Mariana como la hija que nunca pude tener”. Con la voz más frágil Chema dice “Gracias, me tengo que ir”. “Adiós negrito, cuídate”. Yo hago cómo que no escucho nada y nos perdemos en el plantón.

“Jóvenes”, la misma voz ronca se acerca a nosotros. “Les molestaría responderme una pregunta, mi compadre quiere saber, pero le da pena preguntar”.

Chema un tanto sorprendido. “No hay problema, pregunte”. Tartamudeando un poco. “¿Cuántos les pagan a ustedes por estar en el plantón? Porque sé que lo que nos dan a nosotros es bastante, pero nos preguntamos si varía por la edad, el pueblo o las razones por las que están aquí”.

Me voltee bruscamente con un gesto incómodo, al ver la cara de Chema él no expresa ningún gesto de sorpresa. Me mira fijamente y con un tono de voz fuerte. “Yo lo resuelvo, ahorita te alcanzo Bety”.

Camino sin saber mi destino, tropiezo con tiendas de campaña, zapatos y mi cabeza rosando mecates hasta que encuentro nuevamente a Chema.

Desvía la mirada y comienza a caminar junto a mí, sin decir nada. Como si nada hubiese pasado. Veo a los ancianos bajo los faroles del zócalo de la ciudad platicando en una lengua indígena; junto se encuentra un grupo de señoras recargando sus pies cansados sobre sus guaraches, enrolladas con sus rebozos de lana, tejiendo unas servilletas para las tortillas. Enfrente de ellos están unos niños haciendo carteles con frases como: “Mi educación no satisface mi hambre. Los recursos son pocos y mi pobreza es mucha. Fuera URO, Los recursos son para el pueblo. Hablo una lengua indígena pero mi boca grita educación”, mientras sus padres toman una cerveza y le dan sorbos a unas botellas pequeñas que parecen ser mezcal.

Confundo todo y entro en conflicto, ¿Por qué no había visto todo esto antes? Me armo de valor y le pregunto a Chema: “¿Te pagan por estar aquí? Me aparta del pasillo principal y nos metemos a la calle Guerrero. “Mira Mariana, sé que esto te sorprende. Al principio, me pasó lo mismo, pero ya estando aquí, uno se da cuenta de todo lo que se hace para formar un sindicato con el poder que tiene el nuestro”.

“No me contestaste, ¿Sabías que nos pagan pos estar aquí?”

“Claro que sí Beatriz, hace unos meses se lo dije a Mariana y pensé que te lo había dicho. Al parecer no”.

“Mariana lo sabía y aun así seguía diciendo que era nuestra lucha, me siento traicionada” Comienzo a caminar sin mirar atrás.

Llego a la explanada de Santo Domingo y me siento en el suelo. Ya no sé lo que estoy haciendo, ni por qué lo hago. Ya no sé a quién defendo, ni cómo lo hago. Ya no estoy segura de nada.

Muy cerca un niño habla con su mamá.

“Mamá, ¿Por qué no voy a la escuela? Ya no quiero estar aquí”. Su madre lo ve un poco confundido y le dice: “No sé por qué lo hacen, solo sé que le están dando a tu papá un poco de dinero. Y vaya que nos está ayudando. Tú sólo repite lo que escuches en las marchas y no te separes de mí”.

Este es mi punto de quiebre.

Decidida, regreso y enfrento a Chema. “No sé qué hago aquí, pero necesito que me ayudes a descubrir qué está pasando”.

Me interrumpe y grotescamente me dice: “Para Beatriz, es muy fácil, eres o no eres. No hay más. Quédate o vete”.

Decidí quedarme, pero ver todo lo que conlleva este movimiento. Violencia y cada vez más sangre. He visto morir a uno de mis alumnos. Sus padres culpan al gobierno. Yo culpo a las personas que no defienden sus prioridades y se dejan envolver por el gobierno.

Lo peor es que soy una de ellas y es ahí donde comienza mi miedo. Mi miedo a dejar de ser la persona buena que defiende a mis humildes estudiantes, miedo a ser el monstruo contra el que me enfrento día a día., sentir ese miedo que te cala los huesos, ese miedo que te quita el aliento, ese miedo que hoy siento.

El 2006 es sólo un recuerdo. Uno que no sólo me asustó a mí. Asusto a todo un Estado. El 2006 nunca se olvida.

25 de septiembre de 2018. Miguel, un ex seminarista, actual estudiante de astronomía, sube un video a la página de Facebook de “En Busca de la Paz y el Bien”, “EPYB” asociación civil que él mismo fundó, cuyas oficinas se encuentran en el municipio de San Martín Texmelucan. En el video pide apoyo para una familia de escasos recursos del pueblo de San Baltazar Temaxcalac, cuyo hijo menor recibe un costoso tratamiento de hemodiálisis. Este niño, conocido como Manuelito, acaba de cumplir 12 años. El apoyo que Miguel pide a la comunidad consiste en donar dulces para que la madre de familia ponga un puestecillo que le dé sustento. En este mismo video invita a los espectadores a asistir a una fiesta de cumpleaños que le celebrarían el siete de octubre.

No hay texto alternativo automático disponible.

En Busca de la Paz y el Bien A.C



A finales de septiembre y principios de octubre, la página publica fotografías y mensajes de agradecimiento a quienes donan dulces, ropa y regalos para la esperada fiesta de Manuelito, entre estos, una piñata circular roja.

6 de octubre de 2018. 7:10 pm. Llego con retraso a las oficinas de la asociación civil sudoroso y jadeante. Me recibe Hani, una chica de preparatoria que es integrante de la A.C. desde febrero. Me conduce a un comedor/sala, arriba, en donde me encuentro con mi conexión más cercana con EPYB, Laura, de unos dieciocho años cuyos padres también llevan tiempo siendo voluntarios.

Tomo asiento junto con otros chicos que me pasan parte de un mazo impreso de dominó con la particularidad de tener la ilustración de una mano junto a cada grupo de puntitos, las manos hacen la seña respectiva del número junto al que están. Es un mazo hecho especialmente para un curso de lenguaje de señas que dan a quien lo necesite y cuyo costo es voluntario. Junto a mí, una de las maestras, sordomuda, dirige y corrige las señas. Intento decir mi nombre a señas para presentarme, a lo que esta señorita hace un ademán simulando tener alas, las alas de un Ángel, para corroborar si me di a entender. Asiento, y veo, con tristeza, que a sus espaldas, en un rincón, descansa una piñata circular roja…

7:50 pm. El municipio ya no duerme tan temprano como lo hacía la primera mitad del año, el ejército ronda las calles a menudo y da la ilusión de seguridad a la población. A pesar de ello, han habido más de tres balaceras en los últimos dos meses, en zonas pobladas y con escuelas cerca. Está oscureciendo y Miguel se apresura a coordinar los grupos para transportarnos a San Baltazar, pueblo al que se puede llegar a través de la carretera Vicente Guerrero o cruzando San Lucas Atoyatenco, cerca de la zona tianguista. El mismo San Baltazar colinda con Moyotzingo, ambos pueblos son conocidos desde hace décadas por ser un punto de concentración de la mayoría de los asaltantes que operan en todo el municipio (Aunque, en su mayoría, sus habitantes son civiles comunes y corrientes).



Una señorita de unos veinticinco años llega y se presenta con Miguel. Viene acompañada de su novio. Ella se había enterado de todo el asunto por medio de las redes sociales desde el 25 de septiembre. Había mandado a hacer un pastel para el día de mañana, 7 de octubre, y ha tenido que cancelarlo. Laura y yo somos asignados a la camioneta pick up de la pareja. Apenas y quepo en el asiento trasero, tengo que ir encorvado durante el viaje. Pasamos por debajo de un puente que marca el fin de la ciudad; en la pared tiene un mural en el que se aprecia una madre indígena que carga a su hijo y sostiene un ramo de rosas rojas; sus manos que forman el símbolo femenino; un par de puños con cuerdas rotas en las muñecas y otro par en posición de recibir. Alrededor de la escena la pared está tapizada del escudo feminista.

Nos orillamos en la carretera, frente a la acera en la que descansan las viejas vías del tren. Esperamos al grupo, pero al cabo de quince minutos caemos en cuenta de que se han adelantado por el otro camino, el de San Lucas. Proseguimos y terminamos atravesando otro puente por debajo, el que marca el principio de San Baltazar.

Nos detenemos, estamos en una calle totalmente baldía, una camioneta pick up, una camioneta tipo familiar, y un vocho. Se averió el vocho. Miguel sale de su escarabajo y vienen a su memoria las cuatro veces que lo ha mandado a reparar en el año.



--¿No tienen unas pinzas, chicos? --nos pregunta.

No, nadie trae pinzas, no contábamos con que el vocho verde de Miguel iba a detenerse a medio kilómetro del destino. A pesar de todo, Miguel mantiene una sonrisa y una actitud admirable, le sentó bien la gracia de Dios. Al no encontrar forma de hacer que el viejo carro arrancara, y por presión de la hora, Miguel lo amarra a la camioneta familiar y continuamos el viaje.

Llegamos, el ex seminarista baja su guitarra y su amigo, su violín.

--¡Ya cambia tu carro, hermano! —le digo

--Es un cablecito nomás, allá en la casa lo amarro… — me responde.

Caminamos sobre una calle de tierra, Laura lleva en sus manos un coche de juguete con un moño encima; a lo lejos se ve nuestro punto de llegada: una fachada pintada de rosa, con el portón abierto, con unas láminas a modo de sombra. De las láminas cuelga un enorme moño blanco. Un pequeño casto había hecho el amor con una mujer blanca, más blanca que la nieve fría. No sé porqué esa frase se me viene encima.

Entramos con sigilo. Hay tertulia en el patio, que es la mayor parte de esa casita. Nos cubre una lona amarilla. Al otro extremo del patio, la mayoría de los presentes está detrás de una mesa larga con pan de dulce y jarras de té limón y café. A nosotros viene la madre de Manuelito, cada uno la saluda y la abraza:

--Buenas noches... Lo siento mucho.

Ella entra en una habitación rectangular rosa cuya puerta da al patio. Laura y Miguel la siguen. Alrededor están sentados los acompañantes del féretro blanco que descansa sobre una base de cobre, en el centro. Miguel se acerca a ver el rostro de Manuelito, toca el féretro y comienza a orar. Laura pone el carro de juguete sobre este, a la altura de los pies del niño. En el suelo, a los pies de Manuel, muchas veladoras juntas, algunas más consumidas que otras, iluminan la habitación. Cada una es la vida de quien la ofrenda, algunas más cercanas a su final que otras, dando compañía al pequeño que parte de este mundo.

Tras una cortina roja, en una habitación colindante, el fuerte llanto de un bebé, y al mismo tiempo, los intentos de una muchacha por calmarle. El pequeño no se serena, y llora aún más lastimosamente, gritando como si nadie le oyera.

Miguel y el violinista afinan sus instrumentos, y comienzan a tocar el réquiem mexicano, Entre tus brazos. Luego comienza a hablar.

—Hermanos, estamos aquí reunidos para despedir a un amigo —dice, antes de comenzar a rezar el rosario, en el que participan todos. Después de cada misterio, toca una canción, que purga las setas de amor y dolor en el corazón de los presentes.

En el cuarto misterio toca una canción que se olvida un poco de la iglesia y va directo al lugar donde esté quien que se ha ido. “Quiero abrazarte un momento, y decirte una vez más cuanto te quiero…”. La mujer que vela el cuerpo de su hijo cubre sus ojos, llora… y el cielo la imita.

Los presentes en el patio se resguardan bajo la lona. Una lámpara que descansa en una esquina y se moja con la lluvia y el vapor que se refleja en la luz, y forma figuras extrañas. Un autobús vacío de transporte de personal de alguna empresa pasa junto a la casa.

Ya son las 9:20 pm. Una noche sin luna cubre el pueblo. El rosario termina. Miguel y su compañero violinista tocan “Las mañanitas” para Manuel. Un aplauso y una porra para el chico, que cumplió los 12 años. Nuestros respetos y nuestro cariño.

Uno de los integrantes de la asociación le entrega con cordialidad una cantidad de dinero que han recaudado durante el día. Con dichas donaciones y un diálogo con el ayuntamiento, le han dado facilidad para comprar un lugar en el que los restos de Manuel tengan un lecho.

Se hace la repartición de pan dulce, café y té limón. Salgo a ver la calle, que es realmente un callejón amplio sin salida. Sigue lloviendo. Sale un hombre mayor, de unos setenta y cinco años, da las buenas noches, se monta en su bicicleta y se marcha. Lo mismo hace una familia, seguida de otras dos y más personas de la comunidad de San Baltazar, que habían venido a acompañar el hogar de luto.

Las conversaciones cálidas se hacen presentes, todos nos resguardamos del frío acercándonos los unos a los otros. Las asociaciones civiles, impulsadas por motivos de fe, de amor, o de responsabilidad social, hacen esto y más, fundadas por la comunidad para la comunidad.

Es momento de estar juntos, en una tierra rodeada por la soledad.

El campeonato mundial de League of Legends da inicio el 1° de octubre de este año.

La sede es Corea del Sur, considerada la mejor región en el rendimiento del videojuego en el mundo, y la eficacia en su servidor facilita todo. Un total de 24 equipos, de cinco jugadores profesionales cada uno, en la lucha por la Copa del Invocador. Hasta el 3 de noviembre se conocerá al equipo victorioso del Worlds 2018, quienes alzarán la copa ante su afición.

Este videojuego es de 5 vs 5 en tiempo real de forma online por computadora. La duración de cada partida va de los 25 a los 40 minutos aproximadamente. Para cada partida debes seleccionar un campeón con el que desees jugar, existen más de 150 campeones disponibles para escoger y competir. Es un juego de estrategia en el que tienes que cumplir objetivos para obtener beneficios ante el equipo enemigo y destruir su nexo (base). Con este último objetivo concluye la partida y se determina al ganador. Al finalizar, una nueva ventana aparece con la información de las estadísticas del rendimiento general de la partida, en el que puedes observar tus fortalezas o debilidades que te llevaron a la victoria o a la derrota.



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Publicidad del Worlds 2018, en Corea.

El 2 de octubre, sale a la luz una convocatoria para un torneo en el día de la comunidad, el 10 de octubre; los jugadores solo podrán ser estudiantes de la IBERO Puebla. Mis compañeros de equipo y yo nos interesamos de inmediato, pero a falta un integrante en nuestras filas que está de intercambio durante este semestre, buscamos un buen reemplazo para la ocasión. El equipo, conformado por estudiantes de diferentes carreras (comunicación, ingeniería automotriz, diseño de animación e interacción digital, derecho e ingeniería civil) finalmente está completo, gracias a la suma del estudiante de leyes.

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Consejos para ser un buen Jungla...

Con las energías del Worlds 2018 mezcladas con las propias por el torneo en la uni, pasamos muchas horas de entrenamiento con ganas de demostrar lo mejor el 10 de octubre. Desconocemos cuantos equipos están inscritos, por lo tanto, ignoramos sus posiciones, es decir, sin son superior (top), jungla (jg), medio (mid), adc o soporte(sup), los dos últimos conforman el carril inferior (bot). Con esto como base, repartimos las posiciones conforme nuestro modo de juego, dependiendo de nuestras aptitudes, habilidades y experiencias en cada línea del mapa. Hay campeones especializados en cada una de las posiciones; van desde tiradores, su daño físico se ejecuta a distancia; magos, quienes con su poder de habilidad intentarán darle a los objetivos enemigos; tanques, los que resisten mucho daño cuando se compran armadura y resistencia mágica, para contrarrestar daño físico y poder de habilidad respectivamente; luchadores, capaces de entrar a una lucha grupal y recuperar vida rápidamente; asesinos, con movimientos ágiles se mueven entre los enemigos, su daño es explosivo; y soportes, poniéndote un escudo o dándote vida en el momento más necesitado.



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Invertir tiempo en un videojuego no es de las mejores cosas vistas en la sociedad. Mediante estereotipos, encapsulan a este modo de entretenimiento como algo negativo; pérdida de tiempo, aumento de la violencia o agresividad en una persona, distorsión de la realidad, pérdida de interés en otras actividades, etc. Pero lo que yo he aprendido con los videojuegos ha sido a crear comunidad. Un gusto en común genera vínculos con otras personas, y cuando se vuelven más cercanos, son más fuertes y estables. Mi comunidad comparte un grupo de whatsapp para permanecer en contacto y poder jugar al mismo tiempo cuando nuestros tiempos libres se cruzan y existe la oportunidad. League of Legends cuenta con llamada de voz en su servidor, que puedes activar o desactivar cuando generas el grupo antes de iniciar una partida, facilitando la comunicación de equipo.

La expansión del juego es tal, que la final en vivo del campeonato del 2017 tuvo más de 75 millones de espectadores a nivel mundial, público formado por los diferentes servidores existentes: Europa del este (EUW), Europa del norte y este (EUNE), Latinoamérica norte (LAN), Latinoamérica Sur (LAS), Norteamérica (NA), China y Taiwan (TW), Corea (KR), Brasil (BR), Oceanía (OCE), y Turquía (TRQ). A partir de la siguiente temporada, Latinoamérica norte y sur se fusionarán creando el servidor LA.

El 3 de octubre, tomamos la decisión de tener un couch para dirigirnos en la preparación del torneo, y no será hasta el otro día cuando se lleve a cabo el entrenamiento oficial como equipo. El couch fue seleccionado por ser un jugador que conocemos con buenas técnicas de bloqueo y conocimiento de composición en equipos, así como sus cinco años de experiencia en el juego con sus cambios durante cada temporada. La consciencia ante las debilidades es el primer paso que aprender, la inexperiencia es notoria cuando un equipo en su totalidad lleva poco tiempo jugando a la par. Muchas partidas ganadas, y muchas otras perdidas, solo tratando de mejorar en cada movimiento entre las teclas y el repiqueteo del mouse preciso.

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El campeonato mundial se realiza por primera vez en 2011, obteniendo el título de ganador un equipo de la región europea de nombre Fnatic (FNC). Esta fue la única ocasión que un grupo europeo logra alzar la copa del Invocador llevándose 50,000 dólares como recompensa. Al siguiente año, equipos chinos y coreanos se integran como equipos competitivos, manteniéndose constantes en la victoria. SKT Telecom T1 (SKT T1) está en la cima con 3 copas, seguido de Samsung Galaxy (SMG) con 2; ambos equipos son de origen coreano. La única victoria de la alineación china fue representada por Taipei Assasins, a quienes no se ha visto en cuartos de final del Worlds desde entonces.

En SKT T1 se encuentra el mejor jugador a nivel mundial conocido como Faker, con 22 años sus padres administran sus ingresos y le dan un sueldo mensual. Para su mala fortuna el equipo no logró entrar al campeonato más importante de este año. Este equipo pertenece a una televisora coreana SK Telecom, contando con gran audiencia en China, Corea y Asia en general.

Como videos publicitarios en el Worlds 2015, la serie documental Legends Rising mantiene atentos a los fanáticos con el tráiler que presenta a los jugadores más importantes hasta ese momento, destacando la historia y trayectoria durante su dedicación profesional al videojuego. Para League of Legends, existen leyendas desde que tienen 17 años, como sucede con deportistas profesionales en la actualidad. Cuenta con 2 temporadas, introduciendo a jugadores que representan diferentes regiones y nacionalidades.

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Desde el 4 de octubre y durante el fin de semana, tenemos entrenamiento guiado por el couch. La base es práctica de campeones en cada una de nuestras líneas, y posibles composiciones con los diferentes campeones que comparten la grieta del invocador. Lo que conforma a un grupo como buenos trabajando en equipo es su comunicación durante el tiempo de partida, conforma una parte crucial en el juego temprano, medio y tardío. Tu movimiento en el mapa y el seguimiento del mismo determina tu información del equipo enemigo, por lo tanto, indica como debes movilizarte y obtener mayores recompensas.

Una habitación, dos escritorios y cinco computadoras portátiles son testigos del esfuerzo que requiere trabajar en equipo para cumplir una meta. El objetivo es no rendirse y seguir en el camino de la grieta hasta la victoria. Nos acompañan litros de café y cigarros durante varias horas, hasta en el descanso, mientras vemos partidas del mundial que está en vigor.

Entrenamos sin cesar y sin dejar de echar ojo al League of Legends en Corea del Sur.

Día de la Comunidad 2018 en la Ibero Puebla.

El 6 de octubre se realiza la inscripción de forma individual del equipo Ibero Sin Manos (ISM) para el torneo interno de la universidad. Ese mismo día, juega el equipo de Latinoamérica en la competencia mundial de nombre Infinity (INF), quienes lograron su entrada a los Play-Ins de la competencia derrocando a los ganadores invictos Rainbow 7 (R7) de la región LAN. A pesar de su inexperiencia, teniendo 4 de 5 jugadores que no han participado en ninguna competencia a nivel internacional, logran llegar lejos por su desempeño contra el equipo chino Edward Gaming (EDG) por su técnica pulida en batallas grupales en el mapa. Sin embargo, quedan fuera en la segunda ronda clasificatoria para la fase de grupos a manos del equipo europeo G2 Esports (G2), rompiendo las ilusiones de fanáticos latinos por la oportunidad que se presentaba ante nuestros ojos. Infinity, siendo el último equipo que llega a Corea delimitando su tiempo de entrenamiento en el servidor coreano, destaca por jugadas que permiten el primer Pentakill del mundial. El Pentakill se anuncia cuando un jugador con ayuda de su equipo elimina a todo el equipo oponente logrando un exterminio y poder llegar a la base enemiga para destruirla.

Hasta el 8 de octubre los organizadores del torneo dan a conocer los equipos participantes para el día de la comunidad. Seis equipos que están dispuestos a darlo todo en la grieta del Invocador. Un conjunto de 30 jóvenes de 18 a 24 años compite por primera vez en un duelo organizado por su universidad, en la ciudad de Puebla. Los equipos inscritos son Gansitos, Viajax, Masacuata Gaming, Cuack Ibero Sin Manos y Team Yordle. En la tabla se enfrentan en primer lugar Gansitos vs Viajax, seguido de Masacuata Gaming y Cuack. El ganador del primer enfrentamiento se emparejará con Team Yordle, y el del segundo se enfrentará contra Ibero Sin Manos, mi equipo.

El 10 de octubre nos presentamos en el salón 008 a las 12:00 hrs. al inicio del torneo, mientras juegan otros competidores en overwatch y super smash bros. Los competidores están reunidos, al igual que espectadores de diferentes carreras que esperan sea un encuentro digno para el primer torneo interno que se realiza. Con regularidad aparecen personas que se asoman al salón para observar la energía de la audiencia, aunque no entiendan que hacemos reunidas ahí más de 50 personas viendo un enfrentamiento online.

A las 4 de la tarde da inicio la única partida que podríamos jugar durante el torneo exprés, con una derrota quedamos fuera, estando a tan solo un paso de la final. Todos listos en cada computadora con los auriculares puestos para ejercer una correcta comunicación durante la partida. La fase de bloqueo y selección está a manos del couch, quien ha estudiado las posiciones de los demás jugadores inscritos para estar conscientes de sus fortalezas y aprovecharnos de sus debilidades en el enfrentamiento. Masacuata Gaming arrasa con su oponente Cuack y después acabará con nosotros. Concedemos la derrota, entre risas vemos a nuestros campeones morir en la grieta, impresionados del juego en equipo que muestra el opositor. Este grupo se mantiene invicto y gana el primer torneo de la comunidad.

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Fnatic estaá entre los finalistas del Worlds 2018

A la par, continua el Worlds 2018. Ofrece sorpresas, pues quedan fuera los equipos coreanos más fuertes; dos equipos europeos, un norteamericano y un chino se enfrenten en semifinales. Con esta apertura en el campeonato mundial, donde la diversidad de regiones tiene lugar, permite alcanzar la victoria entre equipos que no se consideraban como favoritos para ganar. Esto genera mayor competencia, y deja un claro mensaje ante los que se han llevado cinco copas en los ocho años del Worlds.

Este sábado se define la final del campeonato, no tardamos en organizar un encuentro del equipo para ver la transmisión en vivo del acontecimiento que esperamos año con año y ver a los mejores equipos enfrentarse. Ver la copa alzarse llena de euforia nuestros corazones ante el tiempo que se ha dedicado a esta actividad durante varios años desde el lanzamiento del juego.

Mundo Nuestro. Presentamos esta crónica del académico de la Ibero Puebla, Germán Báez Monterrubio, quien formó parte del taller de periodismo narrativo llevado a cabo por Mundo Nuestro dentro de la materia de Periodismo que imparte la Maestra Ana Lidya flores en la carrera de Comunicación en esa institución. La crónica ha sido publicada también como parte de los testimonios presentados por esta revista digital en torno a la violencia ocurrida en la pasada elección del 1 de julio en Puebla.



Domingo 1 de julio del 2018. A las 9 de la mañana salgo de casa, la luz del sol brilla diferente, combina con un aire de cambio que se respira en el ambiente. Circulo por diferentes avenidas de la ciudad y a golpe de vista detecto un movimiento inusual, distinto al resto de elecciones que he vivido en los últimos años.

Largas filas desbordan las calles y las casillas que recorro a mi paso. Llego a mi destino, por azares de la vida una primera parada me obliga a visitar la casilla instalada en el Instituto Oriente. Al llegar, largas filas de adultos mayores, principalmente, se arremolinan para emitir su voto, y la edad no es impedimento para soportar el sol, que para esas horas ya pega a plomo.

Tras una hora en aquel lugar, salgo con un dejo de confianza en que por fin después de mucho tiempo este país puede conseguir una reestructuración de fondo y no solo de forma. De regreso a casa, busco qué comprar para desayunar y lo primero que veo es un triciclo con tamales, me detengo para darme cuenta de que la masa se ha agotado. Sigo mi camino y me topo con dos puestos más y la historia es la misma, no es sino hasta el cuarto ambulante que logro mi cometido de comprar algo que comer. Reflexiono y pienso que esas largas filas hambrientas de cambio, saciaron un poco dicho síntoma con tamales y atole.



Antes de llegar a casa veo mi reloj y pienso, animoso, que es mejor emitir mi voto a buena hora, pues ya son casi las once de la mañana, de lo contrario, más tarde, las colas de votantes serán interminables. Al llegar a la casilla de la sección 1012, ubicada en el distrito 9, específicamente en la Ex hacienda Rancho Colorado, me percato que la fila no es tan larga, pero si fluida.



Mientras espero mi turno para encerrarme conmigo mismo y estudiar cada una de las seis boletas que debo tachar (presidencia, gobernador, presidente municipal, senadores, así como diputados locales y federales), veo a más de una docena de personas con playeras que llevan bordados los logos de los diferentes institutos políticos. Al verlos ahí, mi certidumbre se confirma y avanzó con paso firme rumbo al cambio que quiero para mi país.

Tras retacar las urnas, regreso para recibir el sello dactilar, ese que confirma que una persona ha cumplido con su deber cívico, al tiempo que pienso que me hubiera gustado que Diego (mi hijo de casi cinco años) me acompañara a vivir este momento histórico para un México tan descompuesto, y que sirva de precedente para que el en el futuro, el sufrague por lo que crea y quiera. No pudo ser así, porque este fin de semana lo pasó con su madre, así que ya será para otro momento.

Al salir de mi casilla, el sol azota con mayor fuerza, pero nada ni nadie puede robarme esa sonrisa “transformadora”, esa que te dice que estos ocho años de opulencia, nepotismo, obras faraónicas, de derroche de dinero, de deuda pública (36 mil millones de pesos en PPS), de fideicomisos apócrifos, de huachicoleros, de violencia, de feminicidios –más de 500 mujeres en este tiempo-- se pueden terminar.

Al llegar a casa, me siento a desayunar, y mientras hago un zapping exhaustivo entre un canal y otro, trato de conocer la opinión y tendencia de los “líderes de opinión”; veo en Las Estrellas a López Dóriga, paso a Azteca para conocer la opinión de Alatorre y complemento mi idea con Aristegui y Solórzano. Con sus respectivas fobias y filias el mensaje es el mismo, el ambiente en el país es homogéneo, todos salen buscando nuevos caminos de democracia, curitas para la pobreza, la desigualdad, las desapariciones y el desempleo.

Noticias como estas van disipando la idea de un fraude anunciado y las suposiciones hechas con antelación que presagiaban una presunta estafa del partido en el poder, el PRI, para continuar hundiendo al país, pero sobre todo para tapar el cochinero en que nos ha metido Peña Nieto. O bien de la posible declinación de José Antonio Meade a favor de Ricardo Anaya, con tal de no dejar que Andrés Manuel López Obrador por fin llegue para alcanzar la llamada “cuarta transformación”.

Como siempre ocurre, para esas horas del día (la una de la tarde), los medios editados en el centro del país hacen caso omiso a la realidad de los estados. Ante ello me vuelco a los medios locales y el silencio de Javier López Díaz, Carlos Martín Huerta, Juan Carlos Valerio, Iván Mercado, Enrique Montero Ponce y otros más me hacen pensar que el destino de la familia Moreno Valle-Alonso Hidalgo no parece muy halagador. Cosa contraria a lo que se lee y escucha a través de Alejandro Mondragón, Rodolfo Ruiz, Sergio Mastretta e incluso Fernando Canales, personajes que en sus medios y redes sociales informan que las encuestas de salida estaban cargadas del efecto AMLO, de un voto en cascada que marcaba como favoritos y vencedores a la alianza Juntos Haremos Historia.

Pero ese mismo silencio de los noticieros más mediáticos en el Estado empiezan a enrarecer el ambiente. Son las 3 de la tarde y las redes sociales se comienzan a desbordar con tuits y publicaciones en dos sentidos. El primero de ellos dice que el PAN va abajo y que MORENA está arrasando, que el voto en cascada se está cumpliendo. Por otra parte, las alertas comienzan a encenderse, las redes se llenan con señalamientos de reporteros y ciudadanos que denuncian que ya hay violencia en la capital, que son varias las casillas que a punta de pistola han sido robadas.

En primera instancia suena a rumor, pero las noticias de ciudadanos hartos del morenovallismo alzan la voz y las consignas afloran. Lo primero que cruza por mi cabeza es que los rumores de los cuartos llenos de billetes por parte de operadores del PAN no son tan irreales, que la compra de centrales de taxis para la movilización de mapaches electorales no es tan descabellada, que el pago de cinco mil pesos por taxista no solo era un murmullo. En verdad Martha Erika y el PAN quieren todo y no lo dejarán escapar tan fácilmente.

Para distraer mi mente de tanta información y con la finalidad de no dejar que mi mamá se vaya caminando a sufragar decido que una buena opción para medir el pulso informativo es visitar nuevamente las calles y las casillas, y saber qué tanto las noticias pueden ser veraces y que tanto no. Al llegar a la calle cerrada de terracería en donde se ubica la casilla, veo que hay poca actividad, que los carros no son muchos, pero llama mi atención que, en sentido contrario al mío, un auto versa blanco del año –recién salido de agencia-- sin placas, ni permiso, se acerca sospechosamente; al entrecruzar caminos también intercambiamos miradas, y al hacerlo me percato que dentro del vehículo van cinco sujetos con cara de malandros, y que son ellos los que me miran con cara de pocos amigos.

Al virarme para estacionarme, observo que el vehículo se queda parado en doble fila enfrente del acceso principal del lugar, descienden tres de los cinco sujetos y de reojo veo que uno de ellos, moreno, calvo y obeso, se ajusta el pantalón por la cintura. Nuevamente cambiamos miradas, hago una pausa para decirle a mi mamá que no se baje del coche, que se espere porque algo no me gusta de esas personas, al ver que los observo el carro avanza y ellos detrás de este caminando, como emprendiendo una huida. Al ver su paso, supongo que mi sospecha era infundada, tras esto le digo a mi madre que bajemos. Caminamos unos cuatro metros para llegar a la entrada y cruzamos un pasillo de unos cinco metros más para llegar al salón en donde las mesas, las sillas y las urnas. Dispuestas para esta fiesta democrática. Dejo en la puerta a mi madre y me quedo afuera para esperarla, pues adentro ya no puedo estar. Me quedo en el Lobby, en lo que volteo me doy cuenta de que los tres sujetos están de regreso e ingresan por la puerta principal, ingresan con paso firme en primer lugar el gordo de camisa amarilla, junto con un joven de estatura media y otro más de complexión media y de unos 180 centímetros de altura.

Pese a mis sospechas, me quedo en la puerta y veo como el tipo gordo calvo y el alto con chamarra de piel negra se quedan custodiando la puerta, mientras que el más chaparro y joven, con gorra y gafas se “mete a votar”. En ese momento, me percato que mi celular lo había dejado en el auto, no podía llamar, textear, ni nada. Justo cuando pienso en escabullirme al auto, en ese mismo instante veo como el gordo lleva sus manos debajo de su playera, percudida, y veo que toma un revolver, a decir por mi poco conocimiento en armas, me parece calibre 38 mm.

Todo es cuestión de segundos, milésimas de segundo quizá, pero la película pasa tan rápido que sólo alcanzo a ver cómo, al sacar la pistola, un joven de 27 años, por mucho, delgado y no muy alto, se avienta sin pensar a tratar de detener el ataque y mete su cabeza por debajo del hombro, en la axila para ser exactos, con lo cual consigue que el malandro no tenga control del arma, justo ahí corro por el teléfono y al salir de ahí oigo el primer disparo. En medio de los gritos y con la prisa por tratar de abrir el auto se escucha una segunda detonación. Es ahí cuando los vecinos de un fraccionamiento contiguo a la casilla salen para tratar de hacer algo y lo que hacen es llamar al 911. Justo cuando voy de regreso, veo salir corriendo a los sujetos para subirse al coche que se había echado de reversa para esperarlos y salir huyendo.

Al entrar al lugar, lo primero que veo en el piso es una casilla tirada, una gorra, un pedazo de gafas negras y señoras en crisis por el hecho sucedido. Pero más allá, por sus hijas de seis y ocho años que por acompañarlas vivieron tan traumático momento. Así como a mi madre sentada en una barda pequeña haciendo una llamada y soltar una bocanada de alivio al verme entrar; pregunto cómo está y la noto tranquila. La inmediatez de los dispositivos móviles, hacen que todos comiencen a llamar a familiares, policías y conocidos para pedir ayuda. Por su parte, los representantes de casilla llaman nerviosos al INE en Puebla. Son momentos de incertidumbre, y diría Vicente Fox de “sospechosismo”, ya han pasado más de 20 minutos y no llega un maldito policía. La sospecha crece, no es posible que a escasos 150 metros o menos haya un sector de la policía y la misma Secretaría de Seguridad y Tránsito Municipal y no pueda haber alguien que llegue para saber o perseguir a los delincuentes.

Son minutos de angustia, y lo único que oigo es al representante del INE decir “que se cierren las puertas”, pese a que la gente seguía llegando y tener a 20 ciudadanos esperando afuera, la indicación fue “la casilla será cancelada y cerrada por condiciones de inseguridad”. Me acerco a él y le digo que no puede hacer eso, que hay gente queriendo votar y que la casilla tendría que abrirse en un espacio alterno o ahí mismo, pero que ellos no podían quedarse sin emitir su voto, que la elección no podía pararse por un acto como ese. A esto la respuesta fue nula o imperceptible pues solo sacudió los hombros.

Tras lo sucedido, lo primero que viene a mi cabeza es llamar a amigos de medios de comunicación para denunciar lo sucedido, sin embargo mi queja simplemente se queda en buzones de voz pues ninguno tomo la llamada. Una segunda idea viene a mi cabeza, ésta vez creo tendrá mayor eco, para ello escribo un tuit arrobando a López Díaz, Valerio y Carlos Martín… desgraciadamente la respuesta es la misma “no hay”, ni siquiera un retuit. Todo este accionar me hace pensar mal, es decir, confirmo que cada uno de los actos de violencia y provocación estaba decidido y acordado. Al cabo de los minutos, muchos por cierto, finalmente llega la policía, un par de elementos, que al entrar preguntan sobre la situación y no hacen ni dicen más. Lo único que alcanzan a balbucear es que se quedarán a cuidar la casilla. Como si los maleantes fueran tan torpes para regresar a la escena del crimen después del delito. En fin, tras esos minutos de espera para poder salir, busco más información en redes para conocer más de lo que pasa en la ciudad y en el estado, pero nada… el silencio mediático es sepulcral.

Por fin, después de ser testigos y opinar que la votación debe seguir, las autoridades electorales y representantes de partidos políticos levantan la urna tirada, que los maleantes no alcanzaron a sustraer, y deciden retomar las actividades propias de la jornada.

Sin embargo, con ese precedente el regreso a casa fue extraño, mi mamá y yo llevábamos a cuestas un sentimiento de dolor, coraje, frustración e impotencia, todos revueltos haciendo un coctel con un gran tinte de pesimismo que nos llevó a preguntarnos ¿hace cuánto esto no pasaba en Puebla? Y a confirmar que nuestras sospechas de que Moreno Valle no dejaría tan fácilmente el poder no eran tan erradas, que esto en efecto era la crónica de un fraude anunciado, la escena más burda de una obra que siempre tuvimos delante de nosotros y que no quisimos ver.

Solo como morbo y para no dejar pasar por alto lo sucedido a partir de esa hora me dediqué a estar atento de los radares informativos de cada hora, de los reportes de las estaciones con noticieros locales, los cuales siempre emiten alguna opinión o van dando resultados parciales y me impresionó que ninguno habló de los actos de violencia, del robo de urnas, de la forma tan vil en la que hicieron ver que “no pasaba nada”, es más algunos ni asomaron la cabeza, simplemente continuaron con su barra de música. “Qué difícil es saber lo vulnerables que estamos los ciudadanos ante estos actos, y no solo tiene que ver con la violencia electoral, sino con la impunidad con la que cualquier persona puede lastimar a otra sin que haya consecuencias”.

Finalmente, como cada domingo nos reunimos en familia para comentar las aventuras de la semana, esta vez la charla político-electoral no fue la excepción, contamos lo sucedido horas antes y el sentimiento unánime fue el mismo, “se quieren robar la elección”. No es posible que las muestras sean tan evidentes y no haya nadie capaz de denunciar. Así, reunidos todos nos dieron las 8 de la noche, vimos salir victorioso a López Obrador, unos a favor otros en contra conversamos de lo que venía para el país, pero lo que más nos ansiaba conocer era el resultado de Puebla, nos dieron las 22:00 horas y la incertidumbre era la misma, cada uno partió a sus respectivos hogares con un dejo de desesperanza, en donde vilmente habían mancillado la voluntad de los poblanos.

¿Qué viene ahora, que nos depara el futuro?, no lo sabemos, queda claro que nuestro futuro está en manos de unos cuantos, en la voluntad política de cada uno de los poderes que ha sido subyugado al mandato de una persona, qué esperar cuando el Instituto Electoral está tomado por un grupo que obedece al mismo dueño al que obedece el Congreso del Estado, a un político lleno de soberbia y hambriento de poder que busca perpetuarse. ¿Revelarnos? ¿Someternos?... Esto no se trata de partidos, se trata de ciudadanos que estamos hartos y que queremos que las cosas en el estado y en el país cambien, personas hartas de la normalización de la violencia, la inseguridad y la prepotencia de grupos facticos que nos pisotean por poder.

Mundo Nuestro. La Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales (ARPA) de la BUAP invita a la Cuarta Subasta de obra de arte. Es el trabajo de más de cincuenta estudiantes de las licenciaturas de Artes Plásticas, Arte Digital, Cinematografía y Mercadotecnia y Medios Digitales en las disciplinas de dibujo, (digital y tradicional), grabado, pintura, escultura y fotografía e ilustración.

La subasta de 56 trabajos se realizará el lunes 10 de diciembre en el CCU, pero puedes visitarla en la galería de ARPA, Fernando Ramírez Osorio, en el edificio Sur 1 del mismo Complejo. Dicha facultad de artes celebra la graduación de su primera generación de estudiantes. Y nos invita a este evento para apoyar la producción de obra de su alumnado, y con ello, la producción artística en la Ciudad de Puebla, un lugar donde el arte poco a poco va ganando terreno en la vida pública.

La acuarela de la portadilla lleva por nombre Azul-celeste rizadas de espuma #4tasubastaarpa, y la autora es Maria Fernanda Illescas Mariñelarena.



Aquí puedes ver una galeria de fotos a la #4taSubastaArpa

Conoce las esculturas que se subastarán este 10 de diciembre en el Centro de Seminarios del Complejo Cultural Universitario durante la #4taSubastaArpa. ¡Ven y disfruta de este evento único! Tu apoyo es primordial para la comunidad de alumnos que participan.



La #4taSubastaArpa concentra 54 obras de arte divididas en 5 lotes, cuya autoría es de alumnos de la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales BUAP. Te presentamos el primer lote para que conozcas las dimensiones, técnica y precio de salida que tendrán. Con la adquisición de una de estas obras apoyas la formación de nuevos artistas. ¡Ven, elige, compra!

Mundo Nuestro. La Ibero Puebla y organizaciones civiles invitan a la reflexión crítica sobre la realidad de la violencia contra las mujeres en Puebla. Así lo hacen:

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En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría y el Comité de acciones contra la violencia de género y los feminicidios de la IBERO Puebla, realizaremos la Jornada #VivasNosQueremos.

Mundo Nuestro.Todo el miércoles 7 sus cuerpos reposaron en los féretros blancos en el patio de su casa en la colonia Aquiles Serdán. Les acompañaron las compañeras de Ivonne en la universidad. La desolación en los rostros de estas jóvenes ante el crimen que se llevo la vida de su amiga. Ivonne y Saúl Flores Rey murieron asesinados en un asalto al negocio en el que laboraban en la ciudad de Puebla. Ivonne era estudiante en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Buap. En este desplegado la institución demanda de las autoridades el esclarecimiento del crimen y la aplicación de la ley. La muerte de estos dos jóvenes expresa a cabalidad el grado extremo de la degradación social en Puebla y la urgencia de la transformación radical de los procesos de procuración de justicia en nuestro estado.

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