1 de julio del 2018 en Puebla: Universidad, ciudad y conocimiento Destacado

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En la explanada del Complejo Cultural Universitario la realidad de una universidad de masas.

En el día a día los interrogantes sobre la universidad pública y la posibilidad de lograr una institución comprometida con la realidad cotidiana de las familias a las que sirve.



Su involucramiento en los monumentales problemas que sufren millones de personas en el centro del estado de Puebla, en el entorno que llamamos zona metropolitanae la ciudad de Puebla.

Los resultados de la elección del 1 de julio han modificado la perspectiva de la relación histórica entre la universidad pública y el gobierno de la ciudad de Puebla. Por ahora, y sobre todo por la incertidumbre en torno a la posible anulación de la elección de gobernador, no es posible realizar una lectura sobre el devenir de las instituciones en el estado de Puebla y sus consecuencias para procesos fundamentales como los que conciernen al papel de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en el desarrollo de la sociedad poblana. Pero es un hecho que la llegada de un gobierno distinto a los grupos de poder asociados al PRI y al PAN plantea un horizonte alternativo que tal vez permita establecer nuevos derroteros en el destino de la ciudad. Derroteros que se funden en la capacidad existente en los muchos recursos para el conocimiento construidos a lo largo del tiempo en la universidad pública y otras instituciones de educación superior que por ahora no han contado mayormente en el establecimiento de proyectos colectivos de desarrollo social, ambiental, económico y cultural. Mucho dependerá del proyecto que el partido Morena proponga para la ciudad. Pero mucho también dependerá del propio papel que los universitarios quieran jugar.

Universidad y ciudad, gobierno y conocimiento: la posibilidad abierta para construir un mejor espacio de vida para el valle de Puebla. ¿Cómo lograrlo?

Los grupos de poder económico y político se han negado durante décadas a darle el lugar estratégico a la universidad pública como punta de lanza de una sociedad democrática. Pero en buena medida tampoco los universitarios se han decidido a tomarlo.

En ese marco incierto contemplo la reunión de esta semana entre el rector Alfonso Esparza Ortiz y la presidenta municipal electa Claudia Rivera Vivanco. Los problemas metropolitanos son de una profundidad que obligan a cuestionar a los actores involucrados –el Rector Esparza y su proyecto de universidad pública, de un lado, y el variopinto grupo que acompaña a la señora Rivera, indescifrable hasta este momento para mí— sobre la comprensión que tienen de ellos. Debemos exigir entonces a la universidad y al nuevo gobierno municipal enfrentar como propósito fundamental la construcción de una verdadera dinámica estratégica de análisis, diagnóstico y generación de alternativas para el corto, mediano y largo plazo en la vida de la ciudad de Puebla.



No basta la foto. Ni las declaraciones elementales dadas a conocer en la prensa.

“Los equipos –dicen los boletines-- acordaron colaborar en proyectos en materia de educación, emprendimiento, divulgación científica, movilidad, alfabetización, cultura y el combate al rezago social.”

“La presidenta electa municipal de Puebla –dice la nota de e-consulta-- presentó a la institución universitaria su plan de trabajo Ciudad Incluyente que busca revertir la desigualdad social y busca generar inclusión en la ciudad de Puebla.”



Esas intenciones no son distintas de las que seguramente en coyunturas de cambio de gobierno anteriores se establecieron. Pero a la vista está que en la definición de políticas públicas en los últimos años las instituciones poblanas de educación superior, y la BUAP como la principal entre ellas, no han permeado, y las consecuencias las sufrimos todos.

Claudia Rivera ha propuesto como slogan de su proyecto de gobierno el de #ciudadincluyente, con cuatro ejes fundamentales: seguridad ciudadana, cero tolerancia a la corrupción, recuperación del agua y movilidad sustentable.

Extraigo de ellos el tercero: recuperación del agua. En entrevista con e-consulta en los días previos a la elección Claudia llegó a decir que va a derogar la concesión con la que Moreno Valle privatizó el servicio en la ciudad. ¿Tiene idea de lo que esto significa? ¿Es consciente de la dimensión del problema que se le viene encima? A dos meses de que tome posesión ella y su equipo no han hecho público que conozcan los términos en los que se concesionó por Moreno Valle el servicio de agua en la ciudad, la magnitud de los conflictos que están ahí contenidos, por ejemplo y por señalar uno, el del saneamiento.

Pero lo propio podemos decir para la universidad. ¿Cuánto es lo que tienen que decir y pueden aportar sus institutos de investigación vinculados con la realidad socio-ambiental en la zona metropolitana? ¿Pueden mantenerse al margen de la discusión colectiva para el establecimiento de verdaderas políticas públicas estratégicas para la viabilidad de la vida en el valle de Puebla?

No. No bastan las fotos y las declaraciones.

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Sobre el autor

Sergio Mastretta

Periodista con 39 años de experiencia en prensa escrita y radio, director de Mundo Nuestro...