Investigador de la BUAP obtiene el Premio Nacional de Química “Andrés Manuel del Río”
Jesús Sandoval Ramírez, es un académico de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP, y en días pasados fue reconocido por su probada calidad de su práctica científica. Con más de tres décadas como investigador de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la BUAP, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Química “Andrés Manuel del Río”, edición 2018, en el área de investigación, que otorga anualmente la Sociedad Química de México. Así lo da a conocer la universidad en su portal electrónico:
"Con este premio se reconoce la contribución de los profesionales para elevar la calidad y el prestigio de dicha área del conocimiento. En este sentido, Sandoval Ramírez, nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, centra su labor científica en la síntesis y modificación de productos naturales biológicamente activos y la mejora de los factores que impactan en una reacción, como reactivos, temperatura, tiempo y presión. En este campo, los integrantes del Cuerpo Académico 149 de la Institución, del cual es parte el científico galardonado, han trabajado, por ejemplo, en la extracción del barbasco para obtener diosgenina y la transformación de esta para producir pseudodiosgenina. Esta materia prima puede ser empleada para generar hormonas sexuales femeninas y masculinas."
Y así reseñan algunos de los campos de trabajo de este químico poblano:
En el mercado hay más de 30 patentes para generar pseudosapogeninas; sin embargo, en México y en el mundo se obtenían en condiciones drásticas de temperatura y presión, con un rendimiento mediano y en ocasiones con el uso de reactivos caros. “Nosotros mejoramos esa transformación a temperatura ambiente, empleando reactivos baratos, en un tiempo máximo de 5 minutos y con un rendimiento alto, más del 90 por ciento”, destacó el investigador.
Actualmente, Jesús Sandoval Ramírez, doctor en Química por la Universidad de Paris XI, donde desarrolló su tesis bajo la dirección de Sir Derek H. R. Barton, Premio Nobel de Química en 1969, trabaja dos proyectos de importancia social: crear promotores de crecimiento vegetal y obtener compuestos con actividad anticancerígena. Ambas investigaciones surgen de la misma estructura química: la diosgenina.
Los resultados de ambos proyectos ha concluido en la solicitud de nueve patentes, la publicación de 79 artículos indizados y una veintena de artículos en memorias. Además de incidir en la formación de 70 estudiantes de licenciatura, 19 de maestría y nueve de doctorado.
Es de destacar que el jurado se integró con representantes de la Secretaría de Educación Pública, Consejo Consultivo de Ciencias, Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, Academia Mexicana de Ciencias, Sociedad Química de México y de las universidades de Sonora y de Guadalajara, así como las autónomas de Nuevo León y de Querétaro.
En pro del bienestar de la población
En la búsqueda de nuevos tratamientos contra el cáncer, Jesús Sandoval Ramírez realiza la síntesis y evaluación de nuevos agentes anticancerígenos selectivos. Con su equipo de trabajo, se dio a la tarea de transformar diosgenina en análogos del OSW-1, compuesto natural altamente citotóxico.
Al lograr obtener un esteroide 22-oxocolestánico e introducir otros grupos funcionales, se obtuvieron nuevos análogos del OSW-1, con excelentes rendimientos. De esta manera, este grupo de investigadores fue pionero en producir análogos de la aglicona del OSW-1 y con ellos se emprendió su aplicación como agentes anticancerígenos.
Por la trascendencia de esta investigación, esta formó parte de los 293 proyectos aprobados de la Convocatoria para Atender Problemas Nacionales 2016, del Conacyt, el único de la BUAP.
Otra de sus investigaciones es el diseño de una nueva familia de compuestos colestánicos, que como los brasinoesteroides -hormonas vegetales de tipo esteroidal- son capaces de estimular el crecimiento vegetal para generar mayor biomasa y producción, en beneficio de los potenciales agricultores.
Se trata de una nueva familia de compuestos promotores del crecimiento vegetal, la cual no modifica la constitución genética de la planta, como sucede con los transgénicos a los cuales se introduce un gen externo. Estos compuestos sintetizados han mostrado un gran efecto benéfico en una diversidad de plantas. Por ejemplo, incrementan el rendimiento de las cosechas: 30 por ciento en granos de maíz y hasta 300 por ciento en plantas de forraje, como la alfalfa.