Si no nos mata el coronavirus, lo hará el hambre/Tonatiuh SarabiaSarabia, integrante de la organización popular 28 de Octubre Destacado

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Voces en los días del coronavirus

Tonatiuh Sarabia, integrante de la organización popular 28 de Octubre



A todo se acostumbra uno menos a no comer.

Refrán popular.

Al momento de escribir estas líneas nos encontramos en la fase 2 de la contingencia sanitaria provocada por el COVID-19 y se ha declarado la emergencia sanitaria, en la que entre sus lineamientos establece el funcionamiento de los mercados populares como una de las actividades esenciales dentro de dicha medida de seguridad sanitaria. Así que arranco este texto por la invitación a apoyar y reforzar el comercio local, los mercados siguen abiertos y necesitan vender sus productos, para que la cadena económica desde campo, mercados, consumidores se pueda fortalecer en nuestro estado.



Entrevista a Doña Inés, vendedora de dulces.



Doña Ines, de 71 años, nos cuenta como vive de la venta de dulces y refrescos; las ventas han bajado para ella, y teme que les suspendan sus áreas de trabajo porque no tienen otro lado de donde comer. Se han tomado las medidas necesarias, nos aseguramos de que todo esté limpio para decirle al cliente que pase a comprar.

Un mismo coronavirus, distintas reacciones

Como es de esperarse, en gran parte de la población, por no decir que en toda, existe temor y una gran intranquilidad. Las razones son diversas: las autoridades no saben si podrán contener la curva de crecimiento y seguramente porque saben a la perfección que las camas en los hospitales no alcanzarán, de por sí ya están desbordados, y un ejemplo es el IMSS de la Margarita, donde los enfermos comunes, desde que se cerró el hospital de San Alejandro a consecuencia del terremoto de septiembre de 2017, tienen que atenderse en los pasillos, consecuencia del desmantelamiento de las instituciones de salud pública para favorecer a la privada.

El sector empresarial, que aunque ellos se ven grandes, son pequeños comparados con las transnacionales que los han desplazado y los ocupan como ariete cuando las políticas públicas no les convienen, por ejemplo el caso de Constelation Brands en Mexicali; temen al SAT y demás pagos que por ley están obligados a hacer, a devengar los salarios a sus trabajadores conforme a la Ley Federal del Trabajo, pero sobre todo a no sobrevivir a esta tremenda crisis económica, que según la mayoría de economistas, apenas comienza.

Los trabajadores, ellos con sus sueldos míseros, solo se resignan; el miedo a perder su empleo ha sido, es y será permanente, pues sin en él no tendrán el sustento en casa, y sólo les quedara cualquiera de tres caminos: el comercio popular, mal llamado informal; el desempleo o conseguir uno nuevo, muy probablemente en condiciones más deplorables, y la delincuencia en cualquiera de sus modalidades.

En nuestra ciudad poco a poco se van delineando más marcadamente las diferencias de los espacios de vivienda de las distintas clases sociales, pues encontramos que tanto en los fraccionamientos más exclusivos, los de los verdaderos ricos, como en las colonias y fraccionamientos de clase media, el miedo es por el contagio y el peligro de muerte que este le acompaña, y aunque tienen la posibilidad de guardar “adecuadamente” la cuarentena, la mayoría se ve en la necesidad de hacer home office, es decir, están sometidos a una “nueva” modalidad de trabajo/¿explotación laboral?, pues sus patrones se ahorran los gastos de internet, energía eléctrica, desgaste de los equipos de cómputo, etc. pues dichos servicios los obtienen de las casas de sus trabajadores, y ni qué decir r del tiempo vital que estos últimos pudieran pasar al lado de sus familias, pero no lo hacen por estar trabajando desde casa.

Sin embargo en las colonias populares, las condiciones de vida siempre han sido pobres, con poca esperanza y si mucha resistencia y lucha. Día a día la vida se asume con determinación y tesón para aferrarse a ella, ahí lo que el coronavirus genera es una tensa calma, pues si la gente para de trabajar se muere de hambre; colonias compuestas de obreros, comerciantes populares (informales), madres solteras, profesionistas mal pagados o en desempleo, que en su mayoría viven hacinados; en muchas casas viven no una, si no dos o tres familias, es común encontrar que en la casas de Barranca Honda, colonia bautizada como ciudad perdida, vivan los abuelos, con los padres y los hijos que ya tienen a la esposa y estos con sus hijos, casas que por cierto, se encuentran en obra negra, algunas todavía con techo de lámina, presas de la codicia capitalista, pues una empresa les ha despojado de sus pozos de agua y ahora no tienen con que lavarse las manos durante la contingencia sanitaria.

La 28 de Octubre y la contingencia

Entrevista a Doña Trini, 63 años vendedora de verduras, de las más aguerridas

Doña Trini es una vendedora de 69 años, dice ¡que sigan viniendo las clientas!; ella vende verdura en el mercado desde la década de los 80%, hoy resiente las bajas ventas y se pregunta ¿entonces nosotros de que vamos a vivir?, desmiente que la UPVA “28 de octubre” organice saqueos…son puras “pendejadas”; aclara que las ventas bajaron desde antes del coronavirus.

En medio de esas colonias populares se encuentran los mercados municipales y de apoyo. Nosotros nos centraremos en los de apoyo, que es en los que tiene presencia la Unión Popular de Vendedores y Ambulantes “28 de octubre”, y en específico en el mítico y ya histórico Mercado Miguel Hidalgo y Costilla, capital política de la UPVA “28 DE OCTUBRE”, y que según un estudio del ayuntamiento en 2015, justo en los tiempos en que Moreno Valle persiguió e intentó destruir a esta organización, arrojó el resultado de que este era el mercado popular más grande e importante de Puebla, solo superado por la Central de Abastos, claro el primero tiene ventas al menudeo y el segundo se supone que deberían ser al mayoreo, aunque las autoridades mediante corruptelas, han permitido que también vendan al menudeo generando una competencia desleal, pero de ello hablaremos en otra ocasión.

Es importante mencionar que al inicio de la pandemia en México, muchos fuimos escépticos, más por ignorantes que por otra cosa, Sin embargo, como siempre ocurre, la realidad nos aterrizó, y fue ahí cuando tuvimos que hacer uso del quehacer organizativo que desde hace 46 años es costumbre de los 28´s. En tan solo unos días, nos informamos sobre cómo prevenir y reducir el riesgo de contacto en los lugares públicos como los mercados, plazas y tianguis, mucha información proveniente de la OMS la comparamos con la delineada por la Secretaria de Salud Federal y al final nos decantamos por seguir a esta última autoridad sanitaria. Comprendimos la importancia que tiene conocer a la población que se aglutina en un mismo territorio, para conocer fortalezas, pero sobre todo debilidades y actuar en consecuencia.

Víctor Hugo, vendedor de fruta de temporada

Victor Hugo no es el gigante francés, pero si una gran persona que se hace cargo de mantener a sus padres y su esposa e hijo; es vendedor de frutas de temporada, sus ventas han bajado un 60% ó 70%, hace énfasis en la limpieza personal y de su área de trabajo como método para atraer a sus clientes. También hace un llamado para que la gente acuda a comprar sus víveres con ellos, y advierte sobre las noticias falsas y hace un llamado a no caer en ellas.

Como siempre, el acoso contra la 28 de Octubre

Fue hasta que el regidor Edson Cortés declaró que estaban “analizando” cerrar los mercados municipales que nos dimos cuenta de que esta lucha sería doble, en un primer lugar contra este virus mortal y en segundo lugar, contra la incompetencia de funcionarios públicos al atender y solucionar los problemas de la ciudad. Después de superar tan lamentables declaraciones por parte de un regidor, pues este solo centro en el cierre de mercados populares y no en el de los supermercados de capital transnacional y gran capital mexicano; nos enfrentamos a una campaña de descrédito basada en el rumor: un audio vía whats app decía que “habría saqueos” organizados por la 28 de Octubre, la cual consideramos tenía el objeto de acrecentar el pánico social, además de involucrarnos en temas de seguridad pública, en medio de una crisis intergubernamental en esa rama.

Pese a ello, los locatarios y vendedores ambulantes, se pudieron organizar para implementar las siguientes medidas: comprar alcohol gel base a 70% para regalar a sus clientes, realizar una campaña sobre el covid-19, sus implicaciones, riesgos y maneras de prevenirlo; lavaron, desinfectaron y fumigaron los mercados, se hicieron los lineamientos generales para los usuarios, vendedores y clientes, se colocaron mantas y cartulinas con la información y recomendaciones hasta ahora emitidas, en fin, se aplicaron todas las recomendaciones de la Secretaria de Salud. Esto fue de suma importancia, pues los mercados al ser parte del pueblo no están exentos de sus enfermedades y hay muchos comerciantes que se encuentran catalogados como población en riesgo, por ello era de suma imperante ganarle al tiempo y prevenir para reducir los riesgos de contagio y, así es como se continúa trabajando al día de hoy, en los mercados en donde la 28 de octubre tiene presencia.

El mercado en el día a día de la emergencia

Entrevista a vendedora ambulante de ropa interior

Doña Concepción es una vendedora ambulante de 64 años, ella vende todos los días ropa interior, el cual va empujando por todos los pasillos del enorme mercado Hidalgo, a ella la venta le bajo un 80% y esta en contra de que se use la pandemia del COVID-19 como pretexto para cerrar los mercados populares y así favorecer a las cadenas de supermercados.

Entrevista a Anastasia, vendedora de quesos, crema y abarrotes

En esta entrevista, Anastasia, quien tiene una creería en el Mercado Hidalgo de la Ciudad de Puebla, nos cuenta como la crisis económica y el covid-19 han bajado sus ventas y se ponen en riesgo los trabajos de ella y su familia, ademas de las personas del campo que les venden la lecha para la elaboración de los quesos que ellos venden.

Ahora pasemos, a conocer cómo se vive la emergencia sanitaria derivada del covid-19. Cuando camino en los pasillos, entre las frutas, verduras, ropa o flores, la pregunta recurrente es ¿se va a cerrar el mercado? A lo que los mismos compañeros se contestan ¡no, no nos vamos a dejar que lo cierren, lo defenderemos! Pudiera parecer una actitud necia, sorda e intransigente, sin embargo al defender el mercado, defienden su fuente de trabajo, fuente que les permite llevar el pan y sustento a sus familias y hogares, la mayoría no tiene seguridad social, la mayoría no tiene otra forma de vivir, no tiene cuentas bancarias ni ahorros, no pueden hacer home office, mucho meno pueden dejar de trabajar; sus manos duras, ásperas y llenas de callos, dan cuenta de que el dejar de trabajar tan solo un día es un lujo que no se pueden dar, pues como se ha hecho costumbre entre nosotros, hay un chiste que dice así: “Lamentablemente tenemos la mala costumbre pequeño burguesa de comer todos los días, tres veces al día”.

Consideramos que estos padecimientos, que hoy son acentuados por el COVID-19, son generados por el sistema capitalista, pues la pobreza y pobreza extrema a la que está sometida la población son consecuencia de la necesidad de los grandes capitales de generar cada vez más grandes y rápidas ganancias, mediante el aprovechamiento de la mano de obra barata, pero sobre todo por el permiso con el que cuentan para saquear recursos naturales y contaminar las aguas, suelos y aire de los países atrasados como el nuestro.

Para no seguir aburriendo al estimado lector y sacar provecho a la tecnología dejaremos unos videos y un audio de algunas entrevistas que tomamos en distintas fechas, para que conozcan de viva voz, como se vive un mercado popular en los tiempos del coronavirus COVID-19.

Entrevista a Ana María Reyes, vendedora de chicharrón y manteca

Entrevista a Juan Carlos, vendedor de verduras

Entrevista vendedora de tortillas, ella decidió no dar su nombre

Entrevista a Julián, vendedor de arreglos florales

Don Julian nos pone en conocimiento de que las ventas de arreglos florales que él y otros compañeros venden han bajado un 80%; el COVID-19 ha afectado bastante en sus ventas al grado de que varios locales están cerrados porque no salen los gastos. En los mercados los clientes van por víveres, los arreglos florales quedaron en segundo término pues los salones de fiestas cerraron y los templos religiosos no dejan que la gente entre, por lo cual no se arreglan con flores. Piden que esto pase, ojalá en unos 15 o 20 días, para ver como salen en adelante. El desempleo les va impactar bastante. Él cree que la gente sí esta respondiendo para víveres, sin embargo para las flores ni siquiera preguntan; en su caso las entregas a domicilio no están funcionando. Pide a la gente que vaya a hacer sus compras en el Mercado Hidalgo, pues tienen todo lo necesario para prevenir el contagio de covid-19, lo cual ha sido financiado por ellos mismos, sin recibir ayuda gubernamental.

Entrevista a vendedor de ropa

Estamos en el área de venta de ropa en el Mercado Hidalgo. El vendedor nos explica como es que ha bajado la venta hasta en un 80%, porque la gente acude sólo a comprar la canasta básica. invita a las personas a salir a comprar a los mercados y cuenta sobre la inviabilidad de guardar la cuarentena durante esta pandemia del COVID-19.

Entrevista a vendedora ambulante de ropa interior

Doña Concepción es una vendedora ambulante de 64 años, ella vende todos los días ropa interior, el cual va empujando por todos los pasillos del enorme mercado Hidalgo, a ella la venta le bajo un 80% y esta en contra de que se use la pandemia del COVID-19 como pretexto para cerrar los mercados populares y así favorecer a las cadenas de supermercados.

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