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Dios no se ha caído de su trono /José Pérez del Razo, empresario, poblano residente en Birmingham, Estado de Washington Destacado

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Voces en los días del coronavirus

José Pérez del Razo, empresario, poblano residente en Birmingham, Estado de Washington



En EE.UU. hay un dicho, ‘not in my backyard’ (no el jardín de mi casa). Esto representa la actitud de que mientras no me afecte a mí en lo personal, todo está bien. Mientras los EE.UU. no se vean afectados no es una crisis mundial. A continuación es un relato de como percibí los titulares en las noticas y una conclusión muy personal.

Las primeras noticias empezaron a girar alrededor de las fábricas de Apple cerrando la producción en China de los iPhone y el impacto en la producción de los nuevos modelos y en el valor las acciones de Apple.

Al poco tiempo se empezó a enfocarse en la negligencia del gobierno chino en el manejo de la pandemia.





Cuando en febrero empezaron a brotar los primeros casos en Seattle, se pensaba que el sistema de salud y protección social del estado serían capaces de parar estos brotes aislados.

Finalmente la realidad no se pudo negar más, y lo que un momento se pensó era imposible, se ve ahora como una realidad inevitable, y consecuentemente la bolsa de valores sostuvo fuertes pérdidas debido a la incertidumbre.

La crisis que otros países estaban pasando había llegado a EE.UU. La ciudad de NY entra en crisis, los hospitales han alcanzado su límite y el ritmo de trabajo para los empleados de la salud no es sostenible.

El gobierno de EE.UU. emite programas económicos de más de 2 trillones de dólares y medidas de emergencia son emitidas para producir materiales médicos de todo tipo.

Pero la realidad que el virus ya está en el “jardín de mi casa” es una realidad para todos los que vivimos en EE UU los que nos ha llevado a muchas tipos de preguntas, y respuestas.

Desde la pelota política que se tiran unos políticos a otros, hasta respuestas individuales muy generosas donde individuos se pone a hacer mascaras en sus máquinas de coser.

Donde terminará esta crisis nadie lo sabe, pero una cosa es cierta; por más que pensamos que tenemos las cosas bajo control, la realidad es que no es así. Hay fuerzas y factores que van mucho más allá que nos deja desconcertados y nos lleva a hacer las misma preguntas que el hombre se ha hecho desde que tuvo uso de razón; ¿de dónde venimos?, ¿para qué estoy aquí? ¿A dónde voy?

Ojalá que estos tiempos de reposo obligado les permita tomar un momento para reflexionar sobre estas preguntas, porque nuestra propia sobrevivencia depende de estas respuestas. Estas nos darán la fibra moral, espiritual y emocional para enfrentar la incertidumbre que se nos presenta.

Para mí el problema ya está en mi casa, mi hijo que es médico tuvo la infección y la superó; mi otro hijo que es piloto anoche realizó su último vuelo; mi hija que trabaja en un centro de salud en NY me dice que solo es cuestión de tiempo, y mi otra hija que junto con su esposo están preocupados por pequeño negocio que empezaron has un año.

¿Qué pasará? no lo sé, pero como dice mi esposa, Dios aún no se ha caído de su trono, y esto no lo agarró de sorpresa ni lo va a tumbar. Mi confianza esta puesta en El, sé que no me ha de defraudará.

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