Imprimir esta página

Burbujas epistemológicas y cámaras de resonancia, o cómo una sociedad puede autosabotearse ante el covid19/Alicia Mastretta Yanes, bióloga Destacado

Compartir

Voces en los días del coronavirus

Alicia Mastretta Yanes, bióloga



Es estos días de cuarentana he estado pensando mucho en las burbujas epistemológicas y las cámaras de resonancia. México es el perfecto ejemplo, y esa será, si seguimos así, la causa de que nuestro país sea terriblemente golpeado por la epidemia del covid19.

Una persona está en una “burbuja epistemológica” cuando sólo esta expuesta a las opiniones y noticias de gente que piensa de determinada manera. Esto evidentemente influye cómo pensamos y nuestra percepción de la realidad. Las redes sociales ayudan bastante a que nos metamos en burbujas, porque seguimos a gente que coincide con nuestra forma de pensar, e incluso bloqueamos a quienes no. Además, los algoritmos de facebook, twitter, youtube y hasta la búsqueda más cotidiana en google, favorecen resultados conforme a nuestras preferencias. Así, nuestro cerebro está continuamente sobrealimentado con información que nos confirma lo que nos gusta oír.





Ahora vamos a las cámaras de resonancia, o de eco pues. En ellas, podemos estar expuestas a información externa, que difiere de nuestra forma de pensar. Pero las fuentes de dicha información, sean una persona o una institución, han sido sistemática y tajantemente desacreditadas. Es decir, tacharemos a la información externa de falsa y difícilmente evidencia de lo contrario nos hará cambiar de opinión. Esto siempre ha existido en la historia de la humanidad. Los cultos de cierta forma son una cámara de resonancia. Otros ejemplos incluyen a quienes niegan el cambio climático. Pero también cosas mucha más cotidianas como posturas radicalmente opuestas entorno a las vacunas, o a la efectividad de tales o cuales formas de alimentación. Y por supuesto la política.

En las cámaras de resonancia de nuevo las redes sociales juegan un papel interesante: estamos expuestos a muchísima más información (o des-información) que podemos difundir masivamente a la velocidad de nuestros dedos en la pantalla de celular. Aquí, observo yo, entra otro fenómeno al juego. Las cámaras de resonancia pueden construirse porque a alguien le interesa que así sea. Pero las cámaras de resonancia también pueden crearse –y amplificarse- “sin querer”. Sin que nadie jale los hilos, o más bien, si todxs jalamos los hilos inconscientemente.

Me explico: en las redes sociales tendemos a difundir aquello con lo que estamos drásticamente a favor, y a descalificar agresivamente aquello con lo que estamos drásticamente en contra, pero no comentamos ni compartimos lo “intermedio”. Por eso, creo yo, varios medios de comunicación y personas en general buscan publicar notas con titulares que nos hagan aplaudir o por el contrario gritar ¡qué barbaridad!, dependiendo en qué lado de la disputa estemos. Porque esas notas/tuits/videos son los que se viralizan.

Querer que se haga viral algo, ya sea porque de eso depende tu presupuesto si eres un medio de comunicación, o simplemente porque tienes la tan común adicción a los likes, hace que sea muy sencillo citar a medias, sacar de contexto o exagerar lo que dijo un político. La mayoría de tus seguidores no vamos a revisar el video original. Y quien sí lo haga, y salga a decirnos que lo mal citaron, o no le haremos caso, o no le daremos importancia. Compartimos tu nota/post/tuit porque sabemos que ese político es capaz de decir eso. Qué importa si esta vez lo mal citaron, en esta otra ocasión sí dijo tal cosa peor, nos decimos. Nos gustó leer evidencia que descalifica a quien de a por sí ya descalificamos, porque confirma que tenemos razón. Y tener razón se siente bien.

A quien ya hemos descalificado, consiente o inconscientemente, no le vamos a escuchar, no vamos a dar click en el video para enterarnos qué dijo en los otros 40 minutos de conferencia sobre el covid19. Y si, por fin, dijo algo sensato: vamos instintivamente a buscar cómo descalificarle también. No importa que la noticia sea de una semana atrás, y su comportamiento hoy sea distinto. No le creemos, no le queremos, punto.

“No señalar cuando un político se equivoca lleva a dictaduras y cultos a la personalidad” estás pensando. Y sí. No digo que dejemos de señalar errores. En un momento normal te diría que no hay que dejar que se les vaya una, que no pueden andar por el mundo diciendo tanta sandez cuando tienen un país en sus manos.

El problema es que no estamos en un momento normal. Estamos ante una emergencia donde la vida de mucha gente está en riesgo y la economía también. Cada tuit, cada video de whats que reenviamos a nuestros contactos tiene un papel en cómo avance o no la pandemia. Porque cada cosa que compartimos influye en qué información reciben, y creen, quienes están dentro de nuestras burbujas y nuestras cámaras, así sean miles de seguidores o solo nuestra familia. Es un poder enorme ese que tenemos. Y ya saben que conlleva un gran poder.

¿Queremos con ese poder dejar en claro que AMLO no entiende la magnitud del problema? ¿Qué fue un error elegirle? ¿Ayudar a que baje su popularidad y las elecciones siguientes sean otra historia? Es válido. Pero tiene un costo.

Conozco de primera mano gente que no ha visto ni una de las conferencias diarias de las 7 pm de la Secretaría de Salud, dirigidas principalmente por López-Gatell y equipo. Que no sabe que puedes solicitar al IMSS tu incapacidad tan solo diciendo que tienes los síntomas por un cuestionario por internet. Que el Gobierno de la CDMX repartirá kits médicos a domicilio para personas contagiadas con covid19. Que no conoce las decisiones con las que México trata de balancear una pandemia del calibre del covid19 en un país con tanta pobreza como México.

Podemos no estar de acuerdo en esas decisiones. Podemos discutirlas. Pero no podemos decir que no existen. Es querer no enterarse. ¿Por qué alguien querría no enterarse? Pregunto. Y me responden: “no creo nada de lo que diga ese señor”, “no veo para qué escucharlos, todo lo que digan es una estupidez”, “ Lopez-Gatell es un charlatán”, “nada de lo que venga de ese gobierno podrá ayudarnos”, “están ocultado la verdad, ya hay muchos más muertos”. Esto es alarmante, porque una sociedad dividida, desinformada y que no confía ni tantito en las autoridades es un caldo de cultivo para que prosperen el covid19, el pánico, el desorden público, los saqueos y la crisis económica.

México tiene todo para que auto-saboteemos nuestra reacción al covid19 por andar enfrascándonos en discutir desde cámaras de resonancia opuestas. Un presidente soberbio, provocador y qué no mide las repercusiones de “pequeñas” acciones suyas. Una prensa ávida de viralizar, y en algunos casos hasta diría que de plano incompetente. Una sociedad auto-complacida en confirmar sus preferencias políticas por encima de su propio futuro.

El gobierno mismo ha fomentado estas cámaras de resonancia. Sí. La prensa también. Tú y yo también. Pero en estos momentos de emergencia, lo garantizo, el único beneficiado es el covid19.

No sé si podamos romper la división donde nos hemos metido. Pero creo que sí podemos hacer una tregua. Dejar de difundir masivamente lo que no ayuda a enfrentar el covid19 y enfocarnos en lo que sí. Después volvámonos a recriminarnos todo, si quieren, pero ahorita difundamos lo que sí importa, lo que sí construye. Leamos artículos objetivos que expresen, sin desacreditaciones, opiniones técnicas que difieren con las del gobierno. Y escuchemos, aunque no nos guste quien lo diga. Si el gobierno comete errores, que los ha cometido y seguirá cometiendo, se los señalamos. Pero asumiéndonos parte del mismo equipo.

Yo he firmado esa tregua antes. No voté por Felipe Calderón. Estuve en desacuerdo con la mayoría de sus decisiones, fui a más de una manifestación en su contra. Pero de él aprendí la importancia del estornudo de etiqueta. Durante el H1N1 escuché lo que él y su equipo tenían que decir. Sus buenas y malas decisiones. Frente al covid19 he decidido hacer la misma tregua con el gobierno de AMLO.

Página de la secretaría de salud sobre el coronavirus https://coronavirus.gob.mx/

#QuédateEnCasa

Compartir

Sobre el autor

Alicia Mastretta