Poder y Política
Mundo Nuestro. Este martes 22 de noviembre le fue ratificada la formal prisión a Francisco Castillo Montemayor, Secretario de Medio Ambiente del gobierno de Mario Marín. El procedimiento judicial, el contexto que lo explica y los antecedentes de lo que ha sido la política ambiental del Rafael Moreno Valle por supuesto que obligan a pensar que el encarcelamiento de Castillo Montemayor no sólo es injustificado y vil, es una violación de sus derechos humanos y expone con toda claridad lo que para este gobierno han significado la ley y la justicia.
Y lo decimos desde la perspectiva que nos da el conocimiento de la larga trayectoria como funcionario público en el estado de Puebla de Francisco Castillo Montemayor, desde la década de los ochenta, para decirlo claro, cuando llegara a Puebla como delegado federal a iniciar la construcción de la estructura institucional que hoy, a pesar de lo realizado por el actual gobierno con su política de desmantelamiento y desaparición de la Secretaría del Medio Ambiente, se representa en la ley ambiental.
Asumimos plenamente lo planteado este mismo día en un desplegado publicado en la prensa por un conjunto de ciudadanos y organizaciones civiles, y que en este espacio reproducimos.
Libertad para Francisco Castillo Montemayor.
Mundo Nuestro. La república de Morena, o la tercera es la vencida. El domingo 20 Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena, presentó su Proyecto de Nación para el 2018. El movimiento en sí mismo es interesante, pues una vez más se adelanta a los partidos rivales en los tiempos, y plantea lo que a todas luces sus opositores priistas y panistas no tienen: una propuesta alternativa al derrotero catastrófico en el que el país se encuentra.
A continuación algunos de los puntos más relevantes tomados de la revista digital Animal Político. Añadimos nosotros los dos primeros. Al final, el discurso íntegro del dirigente de Morena:
Se rescatará al campo por su importancia social, ambiental y cultural, y se logrará la autosuficiencia alimentaria.
Se apoyará a los productores nacionales con subsidios y créditos para alcanzar la soberanía alimentaria y dejar de comprar en el extranjero lo que consumimos... Con ello se arraigará a la gente en sus comunidades y se generarán empleos rurales que ayuden a contener la migración
Vamos a preservar la gran diversidad biológica y cultural de México.
Impulsaremos prácticas agroecológicas que aumenten la productividad sin dañar a la naturaleza. No se permitirá la introducción y el uso de semillas transgénicas. Cuidaremos nuestra reserva de recursos bióticos. Se respetarán y apoyarán las prácticas económicas autogestivas tradicionales e innovadoras habituales entre indígenas y campesinos.
Se sembrarán un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en el sur-sureste del país, tanto para efectos de restauración ecológica como para generar empleos.Aumentar el salario mínimo, para fomentar el consumo y el mercado interno, además de mejorar los sueldos de trabajadores al servicio del Estado a partir de 2019.
“Estos aumentos incluirán a maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados y otros servidores públicos. Adicionalmente, es factible agregar al salario de los trabajadores del gobierno federal, cuando menos otros tres puntos, si prestaciones, como vales de fin de año, de alimentación, vestuario y otras se entregan en dinero y no en especie”, indicó López Obrador.
Adiós al proyecto del nuevo aeropuerto de la CDMX:
“Se construirán dos pistas nuevas en el aeropuerto militar de Santa Lucía para resolver el problema de la saturación del aeropuerto de la Ciudad de México, haciendo a un lado el actual proyecto que, además de costosísimo y opaco, es de dudosa viabilidad técnica”
Escuela y empleo garantizados para 2 millones 600 mil jóvenes:
“El programa nuestro se llamará “Jóvenes Construyendo el Futuro”: se irá casa por casa inscribiendo a los jóvenes para incorporarlos al trabajo y al estudio. En poco tiempo, se atenderá a 2 millones 600 mil muchachas y muchachos”, detalla el plan.
Con un proyecto educativo emergente López Obrador plantea dar la oportunidad de seguir estudiando a cerca de 300 mil jóvenes que han sido rechazados de universidades públicas.
A otro grupo, de 2 millones 300 mil jóvenes, se le inscribiría en un programa de empleo como aprendices en empresas pequeñas, medianas o grandes, tanto del sector público como del privado.
“El ingreso para el joven será equivalente a 1.5 salarios mínimos. La erogación por este concepto será de 94 mil 695 millones anuales. En general, garantizar el estudio y el trabajo a todos los jóvenes, significaría una inversión, que no gasto, de 103 mil millones de pesos”, se detalla en el plan de acción.
No serán obligatorios los exámenes de admisión
“Ningún joven será rechazado al ingresar en escuelas preparatorias y universidades públicas, es decir, habrá 100% de inscripción”.
Además, López Obrador propone que todos los estudiantes de nivel medio superior cuenten con una beca mensual equivalente a medio salario mínimo.
Aumentar el doble la pensión de adultos mayores:
“Se otorgarán cuando menos mil 100 pesos mensuales como en la Ciudad de México y será para todos, incluidos los jubilados y pensionados del ISSSTE y del IMSS”.
Revocación de mandato y adiós al fuero
“El presidente de la República se someterá al principio de la revocación del mandato. Al cumplirse dos años, se hará una consulta para que la gente decida si continúa o no en su cargo”, indica el plan.
“Se eliminarán los fueros al presidente y a los altos funcionarios públicos. Se propondrá una reforma al Artículo 108 de la Constitución para poder juzgar por corrupción al presidente en funciones”, agrega.
Recorte al salario presidencial
“El próximo presidente ganará la mitad de lo que percibe el actual y no gozará de ninguna otra prestación o canonjía; no viajará en aviones ni helicópteros privados, sino en aviones de línea comercial y por carretera”.
Cambio en la estrategia contra la violencia:
“El eje fundamental en esta materia será la mejoría de las condiciones de vida y de trabajo. Habrá coordinación entre las corporaciones policiacas, perseverancia, inteligencia, pleno respeto a la legalidad y a los derechos humanos, se evitará el contubernio entre autoridades y delincuentes”.
Dar preferencia a los pobres y que los frutos del trabajo de los mexicanos se distribuyan con justicia.
“Todos tendremos que ceñirnos a la nueva legalidad y a reglas claras; se podrá hacer negocios, pero no habrá influyentismo, corrupción ni impunidad; el presupuesto será realmente público… nunca más se permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión, la inseguridad y la miseria de millones de mexicanos”, se lee en su plan.
Revertir las reformas estructurales aprobadas durante el gobierno de Peña Nieto (laboral, educativa, energética)… si lo quiere la gente.
“No benefician al pueblo, sino que lo perjudican. Sin embargo, no responderemos a una imposición con otra imposición. Por ello, se consultará a la gente si las reformas se mantienen o se cancelan”, indicó.
Hacer un cambio “sustancial” en la relación bilateral con EU:
“Debemos convencer a las autoridades del país vecino de que, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y más humano, aplicar una política de cooperación para el desarrollo, que dar prioridad, como sucede actualmente, a la cooperación policiaca y militar”, se lee en el documento.
“Crear empleos en México es la alternativa. Los problemas de índole económico y social no se resuelven con medidas coercitivas. No es con asistencia castrense, labores de inteligencia, envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y la violencia en nuestro país. Tampoco se detendrá el flujo migratorio con muros, redadas, deportaciones o medidas de militarización de la frontera”, agregó López Obrador.
A favor de la diversidad:
“El nuevo gobierno garantizará el derecho a disentir a la libre manifestación de las ideas y seremos siempre respetuosos de las creencias religiosas. Estamos a favor del diálogo, de la tolerancia, de la diversidad y del respeto a los derechos humanos
Discurso íntegro pronunciado por López Orador el domingo 20 de noviembre:
Fotografía tomada de Noticias Énfasis.
Amigas, amigos:
Es realmente una buena noticia que exista el Movimiento Regeneración Nacional, MORENA. Fue un acierto la decisión de seguir luchando con perseverancia para lograr la transformación del país. Gracias a ello, en estos momentos aciagos, difíciles, se cuenta con una organización social ciudadana y política que se ha venido convirtiendo en la gran esperanza.
La fuerza principal de MORENA radica en su autoridad moral. Es el único partido independiente de la mafia del poder y, por esa sencilla razón, es el instrumento más confiable y eficaz para enfrentar el principal problema de México: la corrupción política.
MORENA convoca a todos los mexicanos, mujeres y hombres, pobres y ricos, pobladores del campo y de la ciudad, religiosos o libres pensadores, a construir un acuerdo nacional para hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno.
Aun cuando antes de la elección de 2018 se presentará el nuevo proyecto alternativo de nación, que será elaborado con la participación de especialistas, adelanto que la propuesta se resume en gobernar con rectitud, desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con austeridad y destinar todo lo que se ahorre, a financiar el desarrollo del país.
Con esta nueva forma de hacer política se logrará el bienestar material y el bienestar del alma para la felicidad de todos.
La prosperidad del pueblo y el renacimiento de México se conseguirá, como decía el General Francisco J. Múgica, “de la simple moralidad y de algunas pequeñas reformas”.
En líneas generales explicamos y proponemos lo siguiente:
1. No se logrará ningún cambio si los Poderes de la Unión y las instituciones públicas continúan al servicio de unos cuantos. Reitero mi idea esencial de que el Estado se encuentra secuestrado por una minoría y que esta es la causa principal del desastre nacional. En nuestro país existe una República aparente, simulada, falsa. Hay poderes constitucionales, pero, en los hechos, están confiscados por un grupo. Por eso lo primero que debemos hacer es recuperar democráticamente al Estado y convertirlo en el promotor del desarrollo político, económico y social del país.
2. Vuelvo a decirlo: no todo el que tiene dinero es malvado, no estamos en contra de quienes con tenacidad y empeño invierten, generan empleos, obtienen ganancias lícitas y se comprometen con el desarrollo de México. Estamos en contra de aquellos que amasan grandes fortunas de la noche a la mañana, apoyados en la ilegalidad, el influyentismo y a la sombra del poder público. Estamos en contra de la riqueza mal habida, de la corrupción que ha dado al traste con todo y es la causa principal de la desigualdad social y económica.
3. El nuevo gobierno democrático garantizará las libertades y cada quien podrá dedicarse a la actividad que más le satisfaga y convenga. Pero, obviamente, todos tendremos que ceñirnos a la nueva legalidad y a reglas claras; se podrá hacer negocios, pero no habrá influyentismo, corrupción ni impunidad; el presupuesto será realmente público; se dará preferencia a los pobres; se cuidarán los recursos naturales; la riqueza de la nación y los frutos del trabajo de los mexicanos se distribuirán con justicia; y nunca más se permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión, la inseguridad y la miseria de millones de mexicanos.
4. En lo específico, expongo la postura que mantendremos en cuanto a las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, fiscal, energética, entre otras). De entrada, confieso que soy partidario de revertirlas. Tengo suficientes razones para sostener que no benefician al pueblo, sino que lo perjudican. Sin embargo, no responderemos a una imposición con otra imposición. Por ello, se consultará a la gente si las reformas se mantienen o se cancelan y se respetará la decisión de la mayoría.
5. Expreso, de igual manera, nuestra determinación de mantener una postura mesurada en política exterior, sin asumir posiciones protagónicas. La política exterior que proponemos se sustentará en la aplicación de una buena política interior, en la seriedad, en la cautela diplomática, en el apego a los principios de autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la igualdad jurídica de los estados, la cooperación internacional para el desarrollo, la lucha por la paz, la defensa de los derechos humanos y la conservación del medio ambiente.
De manera concreta, nos comprometemos a brindar atención especial a la frontera sur, con miras a evitar el mal trato a los migrantes centroamericanos y garantizar el respeto de sus derechos humanos.
Asimismo, mantendremos relaciones de amistad y cooperación con los países de América Latina y el Caribe. A México le conviene acercarse aún más, y no sólo en lo económico, a naciones de África, Europa, Asia y Oceanía. Esta relación plural con los pueblos y gobiernos del mundo nos ofrecerá la posibilidad de diversificar nuestra política exterior, tanto en el comercio, como en la búsqueda de un orden internacional, más equitativo y justo, construido entre todos y en el que la globalización no sea sinónimo de hegemonía.
6. Fincaremos la relación con el gobierno de Estados Unidos en el respeto y el beneficio mutuo. Por razones obvias, debemos aplicar una política de buena vecindad. En los últimos tiempos, la cooperación se ha enfocado más a temas de seguridad, sin atender las causas que han originado los problemas de violencia y la creciente migración de mexicanos a Estados Unidos.
Por eso consideramos que es el momento de proponer un cambio sustancial en la relación bilateral. Debemos convencer a las autoridades del país vecino de que, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y más humano, aplicar una política de cooperación para el desarrollo, que dar prioridad, como sucede actualmente, a la cooperación policiaca y militar. Crear empleos en México es la alternativa.
Los problemas de índole económico y social no se resuelven con medidas coercitivas. No es con asistencia castrense, labores de inteligencia, envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y la violencia en nuestro país. Tampoco se detendrá el flujo migratorio con muros, redadas, deportaciones o medidas de militarización de la frontera. Los mexicanos que van a ganarse la vida a Estados Unidos lo hacen por necesidad, no por gusto. Lo arriesgan todo para tener un trabajo y mitigar su hambre y su pobreza. El ganarse la vida es uno de los principales derechos humanos. En cualquier circunstancia, aquí o allá, nuestro movimiento protegerá a nuestros paisanos migrantes.
7. Habrá un auténtico Estado de Derecho. Será realidad la autonomía e independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Impulsaremos un nuevo federalismo para definir con claridad las reglas de convivencia y cooperación entre el gobierno federal, los gobiernos estatales y el gobierno de la Ciudad de México.
8. El nuevo gobierno garantizará el derecho a disentir a la libre manifestación de las ideas y seremos siempre respetuosos de las creencias religiosas. Estamos a favor del diálogo, de la tolerancia, de la diversidad y del respeto a los derechos humanos.
9. Se establecerá una auténtica democracia. Nunca más una imposición; se dejará de usar el dinero del erario para comprar votos y lealtades; la propaganda gubernamental en medios de información no será tendenciosa ni demagógica; se acabarán las trampas y el fraude: las autoridades electorales tendrán absoluta independencia para proceder con estricto apego a la Constitución y a las leyes. En suma, nada ni nadie estará por encima de la voluntad soberana del pueblo.
10. Ante la crisis de México, la honestidad es nuestra tabla de salvación. Vamos a convertir esta virtud en forma de vida y de gobierno. Nuestra propuesta es acabar con la corrupción, no solo reducirla, sino erradicarla por completo. De esta forma, no habría necesidad de aumentar impuestos ni de seguir endeudando al país que, dicho sea de paso, está más empeñado que nunca y ni siquiera se sabe. Cuando Felipe Calderón fue impuesto, la deuda pública era de 1.7 billones y la aumentó a 5.2 billones, más del 200 por ciento; Peña la elevó a 9.2 billones; tan solo para pagar intereses el año próximo se destinarán 600 mil millones de pesos del presupuesto público.
11. Expreso en forma categórica que cuando triunfe nuestro movimiento no habrá impunidad. Se eliminarán los fueros al Presidente y a los altos funcionarios públicos. Se propondrá una reforma al Artículo 108 de la Constitución para poder juzgar por corrupción al presidente en funciones. El ejemplo de honestidad se dará desde el gobierno y habrá un sistema eficaz anticorrupción con participación ciudadana.
Asimismo, los delitos de esta índole serán considerados graves y sancionados por el Poder Judicial.
12. El Presidente de la República se someterá al principio de la revocación del mandato. Al cumplirse dos años, se hará una consulta para que la gente decida si continúa o no en su cargo. El pueblo es soberano: así como otorga un mandato, puede retirarlo. El pueblo pone y el pueblo quita.
13. Junto al combate a la corrupción aplicaremos una política de austeridad republicana; al pueblo le costará menos mantener al gobierno; es decir, se reducirá el gasto corriente. Bajarán los sueldos de los altos funcionarios públicos. Se cancelarán las pensiones millonarias a los expresidentes, no habrá servicio médico privado ni cajas de ahorro especial, se venderá toda la flotilla gubernamental de aviones y helicópteros del gobierno. En pocas palabras, se terminarán los privilegios.
14. El próximo presidente ganará la mitad de lo que percibe el actual y no gozará de ninguna otra prestación o canonjía; no viajará en aviones ni helicópteros privados, sino en aviones de línea comercial y por carretera. El Estado Mayor dejará de formar parte de la Presidencia y se incorporará por completo a la Secretaria de la Defensa Nacional.
15. Se mantendrán equilibrios macroeconómicos, se respetará la autonomía del Banco de México y se promoverá la inversión privada nacional y extranjera. Nuestra propuesta consiste en aplicar una política de cero endeudamiento y baja inflación, aparejada a una estrategia de crecimiento para promover la creación de empleos y el bienestar. El desarrollo no sólo depende de una eficaz política monetaria, de control de la inflación y de disciplina fiscal, también es indispensable el crecimiento económico para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la gente.
16. Estoy convencido de que así como abolir la corrupción significará toda una revolución social pacífica, la austeridad republicana se convertirá en ejemplo de rectitud, moralidad y en la principal fuente para financiar el desarrollo. Según nuestros cálculos, podremos ahorrar, por el combate a la corrupción y el plan de austeridad, alrededor de 500 mil millones de pesos.
17. La convergencia de la inversión pública y privada se llevará a cabo, fundamentalmente, a partir de estrategias de desarrollo regional. Desde hace mucho tiempo están bien estudiadas y definidas las distintas regiones del país y, con un enfoque de desarrollo sustentable, se van a elaborar programas integrados para aprovechar los recursos naturales, la tecnología y la inversión pública y privada, siempre con la participación activa y concertada del sector social y de los agentes económicos de las propias regiones.
Aquí menciono que será prioritario para el nuevo gobierno el desarrollo del sureste del país, que padece desde hace siglos la paradoja de ser la región con más riquezas naturales (petróleo, gas, agua, biodiversidad, patrimonio cultural, potencial turístico), pero su población vive en la pobreza por una inadecuada distribución del ingreso nacional.
18. En el terreno de lo programático, actuaremos con el mayor realismo político. Nada de ocurrencias o engaños; habrá claridad de propósitos, estrategias bien definidas, prioridades y metas de corto, mediano y largo plazo. Un gobierno debe convocar a la esperanza, pero sin caer en falsas promesas, porque perdería autoridad moral y terminaría enredado en su propia demagogia.
19. Se rescatará al campo por su importancia social, ambiental y cultural, y se logrará la autosuficiencia alimentaria. Se apoyará a los productores nacionales con subsidios y créditos para alcanzar la soberanía alimentaria y dejar de comprar en el extranjero lo que consumimos.
Con ello se arraigará a la gente en sus comunidades y se generarán empleos rurales que ayuden a contener la migración. Además, no olvidemos que en el campo no solo se producen alimentos y existen recursos ambientales indispensables, sino que también se desarrolla una forma de vida sana, con valores morales y espirituales. Regresar al campo significa fortalecer una identidad cultural de la más alta calidad humana.
20. Vamos a preservar la gran diversidad biológica y cultural de México. Impulsaremos prácticas agroecológicas que aumenten la productividad sin dañar a la naturaleza. No se permitirá la introducción y el uso de semillas transgénicas. Cuidaremos nuestra reserva de recursos bióticos. Se respetarán y apoyarán las prácticas económicas autogestivas tradicionales e innovadoras habituales entre indígenas y campesinos.
21. Se sembrarán un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en el sur-sureste del país, tanto para efectos de restauración ecológica como para generar empleos.
22. Fomentaremos la actividad pesquera para mejorar las condiciones de vida de las comunidades costeras y ribereñas del país, y de esa forma pondremos al alcance de la población proteínas de buena calidad a bajos precios.
23. El sector energético será la palanca del desarrollo nacional. Se construirán refinerías, se impulsará la extracción de gas y se fortalecerá la industria eléctrica, todo ello para dejar de comprar gasolinas y otros combustibles en el extranjero, crear empleos y reducir los costos de insumos en beneficio de las empresas del país.
24. Reiteramos nuestro compromiso de bajar el precio de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica en beneficio de consumidores, transportistas y pequeños y medianos empresarios.
25. Operarán a toda su capacidad las hidroeléctricas y otras plantas de la Comisión Federal de Electricidad para reducir la compra a precios elevadísimos de energía eléctrica a empresas extranjeras que reciben, por influyentismo y corrupción, un subsidio de más de 20 mil millones de pesos anuales del presupuesto público.
26. Se frenará la degradación del territorio. Ningún proyecto económico, productivo, comercial o turístico se hará a costa de afectar el medio ambiente; es decir, se evitará la contaminación del suelo, del agua y del aire y se protegerá la flora y la fauna.
27. Impulsaremos la investigación científica y tecnológica. Se auspiciará el desarrollo de las ingenierías mexicanas como mecanismo de independencia, en particular en todo lo relacionado con el sector energético y en la investigación de fuentes de energía alternativas renovables y limpias.
28. Se fomentará la industria de la construcción, aplicando un amplio programa para dotar al país de la infraestructura, las obras y servicios que son indispensables para lograr, al mismo tiempo, la reactivación rápida de la economía y la generación de empleos.
29. Se modernizará la red actual de carreteras y se construirán nuevos caminos con uso intensivo de mano de obra. Se dará prioridad a la pavimentación con concreto de 362 caminos de terracería que comunican a las cabeceras municipales en Guerrero, Veracruz, Puebla y Oaxaca. Con ello se logrará un triple propósito: hacer estas indispensables obras públicas, crear muchos empleos y reactivar la economía en comunidades, pueblos, municipios y regiones pobres y marginadas.
30. Aplicaremos un amplio programa de mejoramiento, ampliación y construcción de vivienda, con la meta de realizar un millón de acciones al año y generar 500 mil empleos.
31. Se construirán dos pistas nuevas en el aeropuerto militar de Santa Lucía para resolver el problema de la saturación del aeropuerto de la Ciudad de México, haciendo a un lado el actual proyecto que, además de costosísimo y opaco, es de dudosa viabilidad técnica.
32. Se creará un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec. Este proyecto implica aprovechar la ubicación estratégica de esta franja del territorio nacional para unir al Pacífico con el Atlántico y, con ello, facilitar el transporte de mercancías entre los países de Asia y la costa este de los Estados Unidos. Se trata de un corredor de 300 kilómetros, donde se construirá una línea ferroviaria para el transporte de contenedores, se ampliará la carretera existente, se rehabilitarán los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, se aprovechará el petróleo, el gas, el agua, el viento y la electricidad de la región, y se instalarán plantas para ensamblar piezas y fabricar artículos manufactureros. Toda esa franja del Istmo se convertirá en zona libre o franca.
33. Como es obvio, este proyecto se llevará a cabo sin menoscabo de nuestra soberanía, y se promoverá con la participación del sector público, privado y social. En este caso, como en cualquier otro proyecto, se tendrán en cuenta los impactos ambientales y no se pasará por encima de los derechos de los pobladores y de los propietarios de las tierras, por el contrario, serán tomados en cuenta, consultados e incorporados como parte sustantiva del proyecto. En particular, los dueños de las tierras que formarán parte de este corredor serán invitados a participar como accionistas de la empresa que se constituya con este propósito. La construcción de estas obras y las fábricas que se instalen, generarán un importante número de empleos y se evitará, con ello, que los jóvenes de la región sigan emigrando hacia el norte en busca de trabajo.
34. Habrá trenes de pasajeros de gran velocidad de la Ciudad de México hacia la frontera con Estados Unidos, así como el tren turístico cultural de la ruta maya Cancún-Tulum-Calakmul-Palenque.
35. Se aplicará una política de Estado para promover el desarrollo de la pequeña y mediana empresa. Estas tendrán energéticos y créditos baratos; se les protegerá ante precios exagerados de insumos, impuestos altos y burocratismo. No olvidemos que las pequeñas y las medianas empresas, industriales, agropecuarias, de servicios y comercio, generan 90 por ciento de los empleos existentes.
36. Se fomentará el turismo. México posee espléndidas zonas arqueológicas, importantes ciudades coloniales, playas, flora y fauna de excepción. Los servicios turísticos tienen un alto efecto multiplicador sobre el empleo y el ingreso de los trabajadores.
37. También se establecerá una zona libre o franca a lo largo de la frontera con Estados Unidos. Entre otras medidas, se reducirá el IVA, el Impuesto Sobre la Renta y las aduanas se trasladarán 20 kilómetros tierra adentro de la línea divisoria.
38. Se mejorará el salario por principio de justicia y para fomentar el consumo y el mercado interno. Considero que es económica, social y moralmente imprescindible aumentar el devaluado salario mínimo y estoy seguro que lograremos el consenso entre la representación obrera y empresarial del país. Pero, convencimiento y negociación aparte, sostengo que es posible, desde ahora, hacer el compromiso de que a principios del 2019 mejorarán los sueldos de los trabajadores al servicio del Estado. Estos aumentos incluirán a maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados y otros servidores públicos. Adicionalmente, es factible agregar al salario de los trabajadores del gobierno federal, cuando menos otros tres puntos, si prestaciones, como vales de fin de año, de alimentación, vestuario y otras se entregan en dinero y no en especie.
39. Los jóvenes tendrán garantizado el derecho al estudio y al trabajo. Desde la elección pasada insistí mucho sobre la necesidad de evitar el abandono de los jóvenes. Un distintivo del periodo neoliberal o neoporfirista ha sido, precisamente, la marginación y el ninguneo de la juventud. La falta de derechos efectivos para las nuevas generaciones ha producido frustración, odios y resentimientos que atizan la violencia que padecemos.
Se trata de hacer algo parecido a lo que hizo el presidente Roosevelt, de Estados Unidos, quien durante la Gran Depresión creó las condiciones para hacer realidad el derecho al empleo para todos. El programa nuestro se llamará “Jóvenes Construyendo el Futuro”: se irá casa por casa inscribiendo a los jóvenes para incorporarlos al trabajo y al estudio.
En poco tiempo, se atenderá a 2 millones 600 mil muchachas y muchachos que actualmente no pueden ejercer sus derechos, que han sido excluidos y a los que se les ha cancelado el futuro.
Son tres los objetivos generales de este programa: integrar a los jóvenes en las actividades laborales o académicas para dotarlos de herramientas en la búsqueda de una vida mejor; alejarlos del desempleo y del camino de las conductas antisociales; y acelerar la preparación de una gran reserva de jóvenes para las actividades productivas en previsión de un mayor crecimiento económico en el futuro próximo.
Del total de jóvenes que podrán participar en el programa se propone la formación de dos grupos: por un lado, se contempla a los cerca de 300 mil jóvenes, que han sido rechazados de las universidades públicas y que aún pueden estudiar si se pone en práctica un proyecto educativo emergente; el otro grupo corresponde a dos millones 300 mil jóvenes que han buscado empleo sin encontrarlo y que serán ocupados en actividades, al mismo tiempo, formativas y productivas.
En el primer grupo hablamos de 300 mil estudiantes, con un apoyo o beca de 2 mil 290 pesos mensuales, o 27 mil 500 pesos anuales por alumno. El presupuesto sería de 8 mil 250 millones de pesos, con aplicación en toda la República.
Al segundo grupo se le ofrecerá puestos de trabajo, esos, 2 millones 300 mil jóvenes de todo el país serán empadronados con el objeto de determinar su ubicación en el programa de empleo como aprendices en empresas pequeñas, medianas o grandes, tanto del sector público como del privado. El ingreso para el joven será equivalente a 1.5 salarios mínimos. La erogación por este concepto será de 94 mil 695 millones anuales. En general, garantizar el estudio y el trabajo a todos los jóvenes, significaría una inversión, que no gasto, de 103 mil millones de pesos.
Son muchos los efectos económicos y sociales positivos que generará esta propuesta. En términos generales disminuirá el desempleo y aumentará la matrícula en educación. Con mayor capacitación para el trabajo se incrementará tanto la producción como la productividad, desarrollándose un ambiente favorable para la actividad económica futura. Al tener estos jóvenes una ocupación (en el trabajo o en la escuela), se les alejará de actividades antisociales, se fortalecerá el tejido social, el sentido de pertenencia a la comunidad, y los valores de cooperación, respeto y responsabilidad.
40. Habrá cobertura universal en telecomunicaciones. Es un hecho que por el predominio de intereses personales y de grupos, el país no ha podido avanzar en materia de telecomunicaciones. Por ejemplo, internet, símbolo de la modernidad en el mundo actual, en México no solo es caro y lento, sino limitado, tiene poca y mala cobertura. Es común ver a personas del campo y de la ciudad subiéndose a las lomas o colocándose en sitios específicos para buscar la ansiada señal. Para enfrentar semejante atraso, el Estado debe intervenir con determinación, porque está de por medio el progreso nacional. Comunicar es estratégico para el desarrollo. En consecuencia, nos comprometemos a conectar al país con internet de banda ancha y a utilizar, con ese propósito, la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad. Las redes eléctricas servirán para llevar la fibra óptica hasta el más apartado rincón del país, hasta la comunidad más alejada.
Este servicio permitirá apoyar la educación, la salud, el arte, la cultura, y, al mismo tiempo, el acceso a internet, en todo el país nos ayudará a garantizar el derecho de los mexicanos a estar informados. Habrá señal inalámbrica gratuita en carreteras, plazas, escuelas, hospitales e instalaciones públicas.
41. Se establecerá el Estado de Bienestar. La pensión a los adultos mayores aumentará al doble en todo el país; se otorgarán cuando menos mil 100 pesos mensuales como en la Ciudad de México y será para todos, incluidos los jubilados y pensionados del ISSSTE y del IMSS. De igual manera recibirán este apoyo todas las personas con discapacidad. Se combatirá el hambre y se garantizará el derecho del pueblo a la alimentación.
42. Se atenderá a todos, se respetará a todos, pero se dará preferencia a los pobres y a los desposeídos. Se empezará a pagar la deuda histórica que el país tiene con sus comunidades y pueblos indígenas. Los primeros serán los olvidados, los débiles y los humillados.
43. Se llevará a cabo una auténtica revolución educativa orientada a mejorar la calidad de la enseñanza y a garantizar que nadie, por falta de espacios, maestros, o de recursos económicos se quede sin estudio. Emprenderemos un amplio programa de alimentación en las escuelas, (además de salones de clases, las aulas serán comedores); habrá becas y se hará entrega gratuita de útiles y uniformes escolares.
44. Todos los estudiantes de nivel medio superior contarán con una beca mensual equivalente a medio salario mínimo.
45. Ningún joven será rechazado al ingresar en escuelas preparatorias y universidades públicas, es decir, habrá 100% de inscripción. Dejarán de ser obligatorios los exámenes de admisión que sólo han servido para justificar la política neoliberal privatizadora que excluye a los jóvenes pobres y que ha convertido a la educación en un privilegio, cuando es un entrañable derecho.
46. Una sociedad como la nuestra, hundida en la tristeza y sometida al temor constante de la violencia y la inseguridad, debe realizar un inmenso esfuerzo para recuperar los valores y principios que dieron sentido a la formación de nuestra Nación y que se hallan plasmados en las obras que constituyen nuestro patrimonio histórico y cultural, así como en el potencial creador de miles de hombres y mujeres dedicados al arte y la cultura en nuestras comunidades, pueblos y ciudades.
Cuidaremos el patrimonio cultural de México. Estimularemos la creación artística desde la educación básica y apoyaremos a músicos, artesanos, escritores, pintores, , escultores, cineastas y a quienes se dediquen a la creación y a la promoción artística y cultural.
47. Se garantizará el derecho a la atención médica y a los medicamentos gratuitos. Si bien, el 3 de febrero de 1983, se estableció en la Constitución el derecho a la salud, han pasado más de tres décadas y todavía la mitad de la población no tiene acceso a la seguridad social.
Resulta paradójico que, a partir del reconocimiento oficial al derecho a la salud, los recursos públicos dedicados a este rubro han disminuido en términos reales de manera sistemática; es decir, lo que se concedió en la ley se eliminó en el presupuesto. Una de las manifestaciones más dolorosas del abandono y de la desigualdad social es la falta de equidad en el acceso a los servicios de salud. En las zonas rurales de estados como Chiapas, Guerrero o Oaxaca la mortalidad entre niños pequeños llega a ser hasta cuatro veces mayor que en Nuevo León o la Ciudad de México.
Cambiaremos esta amarga realidad. Dejará de ser letra muerta lo establecido en la Constitución. Se convertirá en realidad el derecho a la salud y serán gratuitos los medicamentos y los servicios en consultorios, clínicas y hospitales públicos, desde el primer nivel de atención hasta la medicina especializada.
48. Fomentaremos la práctica del deporte, tanto en su vertiente de esparcimiento y salud, como en la de alto rendimiento. Se construirán unidades deportivas y no se permitirá el cambio de uso de suelo de los actuales campos de béisbol, fútbol o cualquier otro espacio destinado a la práctica del deporte.
49. Cambiará por completo la estrategia para atender el problema de la inseguridad y la violencia. El eje fundamental en esta materia será la mejoría de las condiciones de vida y de trabajo. Habrá coordinación entre las corporaciones policiacas, perseverancia, inteligencia, pleno respeto a la legalidad y a los derechos humanos, se evitará el contubernio entre autoridades y delincuentes.
50. Por último, reitero: la decadencia que padecemos se ha producido, tanto por la falta de oportunidades de empleo, estudio y otros satisfactores básicos, como por la pérdida de valores culturales, morales y espirituales. Por eso nuestra propuesta para lograr el renacimiento de México tiene el propósito de hacer realidad el progreso con justicia y, al mismo tiempo, auspiciar una manera de vivir sustentada en el amor a la familia, al prójimo, a la naturaleza, a la patria y a la humanidad.
Amigas y amigos:
Contamos con ideas claras, con un proyecto para la transformación de México, con hombres y mujeres de convicciones, honestos y comprometidos con el cambio verdadero, pero no debemos descuidar el trabajo de organización territorial. Estamos enfrentando a una mafia de poder, cuyos integrantes, como es público y notorio, no quieren dejar de robar, no tienen llenadera y solo los venceremos si contamos con el respaldo y el apoyo activo de una amplia mayoría.
Por ello, la gran tarea es culminar, cuanto antes, la creación de los comités de protagonistas del cambio verdadero. Son 68 mil secciones electorales en el país y la meta es tener 68 mil comités de MORENA; cuando menos uno por cada sección.
Felicito a los enlaces distritales y a todos los dirigentes que trabajan todos los días en la integración de los comités. Sin duda se trata de la labor más importante y fecunda en nuestro quehacer político.
Aprovecho para recordar que cada comité integrado debe aplicarse en la distribución, casa por casa, del periódico Regeneración. Ante el silencio y la manipulación, informar es transformar.
Los comités también deben ser la base para el trabajo, en su momento, de promoción y defensa del voto. Dar a los comités toda la atención significa poder enfrentar, desde abajo y con la gente, la estrategia perversa de la compra del voto.
El año próximo habrá elecciones de gobernador, presidentes municipales y diputados locales en Nayarit, Coahuila, Veracruz y el Estado de México.
Ya estamos preparándonos con apego a las leyes electorales, sin realizar actos anticipados de campaña, pero conscientes de que en estas elecciones se escribirá el prólogo del gran viraje que lograremos para el bien de la patria y la felicidad del pueblo en el 2018.
Amigas y amigos:
Hay que convocar a todas y todos los mexicanos a derrotar pacíficamente a la mafia del poder. Debemos abrir las puertas a mujeres y hombres de buena voluntad para luchar juntos. MORENA es patrimonio de todos los mexicanos.
Es el momento de la unidad. Llamemos a incorporarse a la tarea de la transformación nacional no solo a nuestros simpatizantes y a los ciudadanos independientes sino también a los militantes de otros partidos.
Nuestros adversarios están en las cúpulas del poder económico y político y en las burocracias corruptas de los partidos. Abajo, no tenemos diferencias con nadie; el problema está arriba. En realidad son muy pocos los que oprimen a muchos. En la base y en las clases medias hay un profundo deseo de liberación, de hacer realidad la justicia y de establecer una auténtica democracia.
Estoy consciente de mi responsabilidad y haré todo lo que pueda para ayudar a que juntos, como lo hemos venido haciendo, logremos el renacimiento de México. Es un timbre de orgullo pertenecer a MORENA. Es una dicha enorme formar parte de este movimiento para construir, aquí, en la tierra, el reino de la justicia y de la fraternidad.
Muchas gracias.
Azcapotzalco, Ciudad de México, 20 de noviembre de 2016.
Si Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos para el 2017, si a Bob Dylan le otorgaron el Premio Nobel de Literatura y Javier Duarte pudo dejar a Veracruz en la ruina, ante la vista de tantos que ahora se ostentan ofensivamente ciegos, entonces ya todo es posible en el mundo; también en este nuestro México, mágico, surrealista que le ha dejado redondos los ojos a quienes los tienen rasgados.
Estamos tan expuestos a la mirada compasivamente ambiciosa de los más ricos, que quizá por eso los japoneses no sólo se han apropiado de nuestra fauna marina del norte, sino que ahora pretenden ponerle precio a la Baja California peninsular. Así de enanos y disminuidos nos vemos desde afuera de nuestras fronteras.
La consternación, el miedo al futuro y la parálisis que ha afectado a los mexicanos en los últimos tiempos, me impulsó a asistir a la conferencia de Margarita Zavala; más por curiosidad que por convencimiento, porque ni me gusta la política, ni confío en ella. Le tengo más miedo que a una patrulla de policía circulando por el frente de mi casa un domingo por la tarde. Pero igual que al resto de mis compatriotas, me preocupa el futuro de mi país; y por eso, esa tarde del 12 de noviembre llegué temprano al recinto donde se llevaría a cabo -lo que en mi hartazgo- creí sería una rigoleteada y refrita perorata política, con mucho ruido y poco contenido.
La protagonista una mujer. La invitación electrónica que recibí lanzó un gancho que me atrapó: “Yo con México”. La imagen de un rebozo formando una gran “eme” se me clavó en la mirada. Y como un flechazo de luz, también en el corazón. De un golpe se conectaron mis raíces zapotecas y mixtecas con la fuerza de las madres mexicanas que amamantan a sus hijos, bien sujetos a la seguridad de un rebozo de hilo tejido en un telar de cintura.
Solo por eso me puse en camino, con la esperanza de que quizá mi propio género tuviera algo diferente que aportar, algún contenido que dejara algo más que una reseña en la prensa y unas cuantas fotos para rellenar los espacios del diario local, en donde algo se tiene que decir para favorecer o machacar a alguien; sin que los lectores de a pie podamos entender las laberínticas razones para hacerlo de un modo o de otro.
Desde mi llegada, antes de las cinco de la tarde, pude ver a una gran cantidad de mujeres que entraban al recinto, un salón de buen tamaño con dos grandes bloques de sillas enfundadas en fantasmas de tela blanca. A la entrada se agolpaban en las mesas de registro más mujeres, parejas y hasta algunas familias con sus hijos. Entraban de a pocos hombres que no parecían de la ciudad, por los sombreros de palma que portaban, unos cuantos que venían de poblados cercanos.
En minutos el lugar estaba lleno, se sentía gran entusiasmo y algarabía en el entorno. Al son de la música tradicional mexicana que tocaba una orquesta grabada y del Huapango de Moncayo -que como siempre- me erizó la piel, se plasmaban sobre grandes pantallas en lo alto de la sala, muchas imágenes rotativas de Margarita en sus diversas actividades sociales, culturales, educativas y políticas a lo largo de la República Mexicana.
El testimonio de una joven de 19 años acerca de lo que sueña para su México, me hizo pensar en mis propios hijos, en lo que ellos sueñan para su vida, pero que no lo han encontrado en su país, y por eso hoy viven en otro.
Luego, las palabras contundentes de un hombre de cincuenta y cuatro años con cuatro hijas y una nieta, me resultó profundamente revelador, habló de la fuerza del género femenino del que ha sido testigo en su propia familia y pensé:
¬Somos muchas las mujeres que creemos en el talento y el poder transformador que tenemos.
Esa tarde de noviembre levantó la voz una mujer valiente, con experiencia política, madre, emprendedora y creyente en un México diferente. Su plática fue cercana, motivadora, convincente. La sentí inesperadamente auténtica, con ganas de trabajar y comprometerse.
Propositiva y afectuosa. Un rebozo azul celeste adornaba su cuello y colgaba hasta su regazo rebasando su cintura. Con los pies bien plantados en el suelo se movía con seguridad frente a la audiencia, sabedora de que el cambio se empieza así, sembrando el diminuto germen de la esperanza en un pequeño, pero nutrido grupo de poblanos que creemos en que un cambio real se puede dar, sólo si no perdemos de vista el valor y la radicalidad de la congruencia. Si dejamos de arrebatar a los pequeños lo que no son capaces de defender por sí mismos; porque nadie les ha enseñado cómo. Si en verdad trabajamos y nos comprometemos con el bien común.
Habló de la educación que necesitamos, de la lucha contra la corrupción, de tantas y tan variadas necesidades sociales que se han dicho con los labios y el corazón tan sucios, que no solo han dejado de creerse, han dejado de oírse. Sólo una cosa hizo que mi atención recobrara renovada fuerza. Eso que me obligó a levantar la cabeza y aguzar el oído fue escucharla decir:
¬ ¡Lo que más necesitamos en México es una Reforma de la ética!¬ Mis pupilas se dilataron y no pude contener un grito que brotó desde lo profundo de mi incredulidad:
¬ ¡Eso! ¡Eso es lo que necesitamos para volver a creer! Pero estamos hartos de promesas, de juegos políticos, de engaños y atole con el dedo. ¡Ya no más de eso!
A México le hace falta un cambio de mirada, la mirada clara y objetiva de una mujer con empuje, convencida de lo que propone, con un profundo amor a México que brota por cada poro de su piel.
Cuando terminó su participación, y mientras se escuchaba de fondo una canción popular muy azul, una gran cantidad de personas hicieron fila para hablar con Margarita, tomarse fotos y mostrarle su apoyo. Me quedé mirando esa escena, ese movimiento decidido de personas sedientas, en su mayoría mujeres de todas las edades, que seguramente sentían lo mismo que yo.
¬”Este amor es azul como el mar azul”¬ seguía diciendo la canción a voz en cuello, incansablemente.
Igual de azules que nuestros extensos litorales en el Pacífico, el Golfo y el Caribe ¬pensé¬ Enormes océanos de oportunidades si nuestro amor al país fuera así de azul.
Salí de ahí con el corazón contento, sintiendo por fin un viso de esperanza. Sin embargo, a la mañana siguiente cuando leí la prensa, no pude menos que sentir asco. Los reporteros mintieron, hablaron de un evento fallido y desairado que yo no presencié. ¿Quién le pagó a esa gente -que un día se comprometió a comunicar la verdad- para decir que un evento tan bien organizado y animado fue lo contrario? ¡Tampoco en la prensa se puede creer!
Hay un gran lobo hambriento e insaciable que no desea se le cierre el corral de las gallinas. No obstante, en lo más profundo de mi mexicanidad, deseo que logremos detener el abuso a los más débiles, el manoseo irrespetuoso y abusivo del poder, el robo descarado de recursos sin pensar en los que no tienen ni lo que la dignidad humana clama desde la garganta caliente de la Tierra.
Es nuestro compromiso comenzar a formar desde ahora, pequeñas células que poco a poco conformen una gran red elástica y envolvente que nadie pueda detener, para que la Reforma de la ética, propuesta por la mujer que porta el rebozo de la madre amarrado a la cintura, pueda llegar a ser el estandarte que sigan los que en verdad quieran comprometerse con un México diferente, para que un día nuestros talentos mexicanos dejen de irse a otro lado y regresen los que se han ido. Sueño en que los hechos los convenzan de que este es un país donde vale la pena vivir y trabajar.
Ingenuo, difícil, imposible o soñador. Todo esto puede ser esta propuesta que suscite hilaridad para tantos, pero soy una convencida de que la falta de esperanza es el único veneno letal con el poder de matarnos. Sólo el compromiso personal puede mantenernos en pie y avanzando, con la certeza de que ni el mal, ni el dolor, ni la muerte tienen la última palabra, sino sólo Aquel que conoce los corazones sin tapujos; y que desde la libertad otorgada, nos permite vivir lo que con tesón podemos construir. Si nos atrevemos.
El plan de los primeros 100 días de gobierno de Trump tiene 27 puntos. De ellos, 13 son de política interna y 14 tienen implicaciones internacionales. De los 14 con implicaciones internacionales, 10 afectan a México, y al menos tres le están expresamente dirigidos.
Apenas pueden exagerarse los efectos públicos, policiacos y económicos que esos tres elementos del programa de Trump pueden tener sobre México.
El primero, de enorme poder simbólico, es el de levantar un muro en la frontera. Se trata de un muro que por su mayor parte ya existe, pero que, en el horizonte del programa de gobierno de Trunp, adquiere los tintes de una declaración de guerra en el vecindario, una discriminación antimexicana, latente siempre en la política migratoria estadounidenses, pero ahora explícita y central en el discurso de su presidente.
El segundo, la persecución anunciada y la deportación de “dos, quizá tres” millones de residentes ilegales que han cometido algún delito. La deportación de “dos, quizá tres” millones, significará en los hechos la asechanza policiaca, la incertidumbre y el miedo, en todo el universo de migrantes ilegales revisable.
La vida cotidiana de esos once millones será un infierno de sigilo, donde la cautela lindará con la clandestinidad y la vigilancia con el abuso.
El tercero, es la amenaza puesta sobre la revisión del acuerdo de libre comercio de América del Norte. A nadie se le escapan las dificultades de cortar de un tajo el nudo gordiano de intereses regionales construido por el Nata.
El riesgo para México no es que Trump pueda desaparecerlo, sino que lo trabe, lo llene de las irresoluciones de una negociación larga, y detenga o disminuya su crecimiento.
También es posible que Trump “sólo” introduzca en el acuerdo su noción favorita de un arancel de 35% en productos de empresas estadounidenses radicadas en México. Sería decretar la muerte lenta del acuerdo. Supondría, por ejemplo, una caída de hasta el 41% de la producción automotriz de México. (Reforma 15/11/2016).
El grito de guerra vecinal, la persecución de mexicanos deportables y el asalto al Nafta, dañarán severamente a México y destruirán las coordenadas de la relación que hemos tenido las dos últimas décadas con nuestro vecino.
Día con día
El 22 de octubre pasado Donald Trump dio lectura a lo que llamó su “contrato” con los electores: el plan de sus primeros 100 días de gobierno.
No he visto en la prensa mexicana gran cosa sobre este documento. Me permito resumirlo porque dibuja con precisión lo que podemos esperar de este gobierno.
El “contrato” tiene cuatro partes. La primera, lista 6 medidas para “limpiar a Washington de corrupción”: 1. Una enmienda constitucional para limitar la reelección en el Congreso. 2. Congelar las contrataciones de personal del gobierno. 3. Eliminar dos regulaciones federales existentes por cada regulación nueva. 4, Prohibir por cinco años que ex funcionarios de la Casa Blanca y el Congreso se vuelvan lobbystas. 5. Prohibirles que hagan lobby para gobiernos extranjeros. 6. Prohibir que lobbyistas extranjeros recojan fondos para elecciones en Estados Unidos.
La segunda parte del “contrato” habla de 7 acciones para “proteger a los trabajadores”: 1. “Renegociar Nafta o retirarse del trato”. 2. Retirarse del Transpacific Partnership. 3. Dar a China trato de manipulador de divisas 4. Corregir los acuerdos de comercio internacional lesivos para los trabajadores estadounidenses, 5. Levantar las restricciones de explotación de las reservas energéticas, incluyendo el “carbón limpio” 6. Suspender trabas de obras de infraestructura como el Keystone Pipeline, que cruzaría de Alberta, Canadá al Golfo de México. 7. Usar los billones de dólares que Estados Unidos aporta a los programas de cambio climático de la ONU, para atender el problema del agua y la infraestructura ambiental del país.
La tercera parte del “contrato” de Trump, promete 5 acciones para “restaurar la seguridad y el estado de derecho constitucional”: 1. Cancelar todas las órdenes ejecutivas de Obama. 2. Llenar el sitio dejado por Scalia en la Suprema Corte. 3. Cortar todos los fondos federales a las Ciudades Santuario, que protegen migrantes. 4. Expulsar del país a los “más de 2 millones de inmigrantes criminales y cancelar visas a países que no quieran recibirlos de regreso” 5. Suspender la inmigración de países proclives al terrorismo.
Todas estas son acciones que el presidente puede emprender por sí mismo. Mañana, las que espera que el Congreso apruebe en los primeros cien días de su gobierno.
(ilustración tomada de The Moderate Voice
Vida y Milagros
En una entrevista que Trump diera a la revista People Magazine en 1998, dijo lo siguiente: "Si yo fuera a competir lo haría por el partido republicano. Son el grupo más tonto de votantes del país. Se creen todo lo que dice FOX NEWS. Podría yo decir toda clase de mentiras y me las creerían. Y les aseguro que obtendría yo magníficos resultados". En el año 2000, en el programa de Los Simpson dedicaron un ácido capítulo en el que Trump era electo presidente de Estados Unidos. Las profecías de ambos se hicieron realidad.
En marzo de este año el presidente Obama dio sus argumentos de porqué él pensaba que Trump no ganaría. En ese discurso habló sobre las realidades que le hacían pensar que ese escenario no era muy probable, pues pensaba que la gente se daría cuenta de lo complicado y sofisticado que es gobernar a un país tan complejo, desigual y poderoso como lo es Estados Unidos. Tan lo es, que después de que un candidato gana la elección, la primera reunión formal que tiene es con los altos mandos de la CIA. Ahí, con toda puntualidad ponen sobre la mesa del presidente electo los problemas, amenazas y desafíos más urgentes que el país enfrenta.
Ese primer encuentro con la plana mayor de la CIA es un baño de realidad. Obama relató cómo esta primera lección fue acompañada por el sudor frío que le recorrió la espalda al dimensionar el tamaño de su responsabilidad.
Es interesante releer lo que Obama dijo en marzo:
"Sigo creyendo que Donald Trump no será presidente. La razón por la que creo esto es que tengo fe en la sensatez del pueblo americano y en que sabrán diferenciar a la hora de la verdad. Confío en que saben y reconocen que ser presidente es un trabajo serio, no un show de invitados a un programa de entrevistas ligeras, no es la diversión de un reality show, no es mercadotecnia, es algo duro y muy difícil y la gente lo sabe; mucha gente cuenta con el presidente para hacerlo bien; no es cuestión de hacer o decir lo que te hace parecer simpático, audaz y popular en las cabeceras de los periódicos o en los noticieros; tengo confianza en que la gente sabe que muchas veces tienes que hacer cosas que no son populares , pero sí las correctas. Significa defender a personas que son vulnerables y que no tienen a quien los represente porque no tienen poder político alguno. Ser presidente significa tomar muchas decisiones impopulares, que a muchos no les gustarán, pero que son las que darán mejores resultados para la mayoría.
“Ser presidente requiere estar preparado para trabajar con líderes de todo el mundo, de modo que se refleje la importancia y seriedad del cargo; requiere que conozcas a esos líderes y sus distintas realidades, los hechos que los preocupan, sus historias; esperan que conozcas sus nombres como ellos conocen el tuyo y que sepas dónde están sus países en el mapa. No esperan que te regodees y centres en tu propio país, ellos tienen sus propios problemas, igual que nosotros, y como líderes debemos tener el nivel de conocimientos que se requiere para resolver problemas juntos.
“Al principio la gente participa y sigue a las elecciones primarias, y trata las noticias sobre ellas como si fueran entretenimiento superficial; pero conforme va avanzando la carrera, la realidad debe imponerse en las personas; y es en esas personas en las que también tengo fe. Fe en que entiendan que el presidente está en una posición en la que hay mucha presión, frente a decisiones complejas que pueden mandar a la guerra a muchachos de solo 20 años. Una posición que requiere tomar las medidas adecuadas para que el sistema financiero no se colapse. Una posición en que debes saber que a veces no solo somos responsables de nuestro país sino de otros países en problemas serios, que están a punto de desmoronarse y nos miran para que hagamos algo. Creo que el pueblo americano es inteligente, y que por eso, tomarán una decisión inteligente al final."
Obama habló del pueblo americano como un todo, y resultó que no es así.
En votos directos, la mayoría tomó la decisión que Obama esperaba, pues la diferencia entre Trump y Hillary fue de casi un millón de votos a favor de ella, pero allá los votos cuentan distinto. Sobre ese conteo obsoleto las esperanzas de Obama se estrellaron; afortunadamente un partido serio no se da a robado ante unas reglas reconocidas y aceptadas. La otra realidad es que Hillary obtuvo seis millones de votos menos que los obtenidos por Obama en su última elección y que Trump ganó con menos votos que los que obtuvo Mitt Romney contra Obama en 2012, 60 millones 900 mil votos, contra los 59 millones 500 mil votos que obtuvo Trump el martes. Con todo y el enorme ruido mediático alrededor de la elección, la cierto es que hubo menos votantes y que se alejaron de las urnas particularmente los jóvenes de entre 18 y 35 años. Pareciera que el desencanto hacia los partidos es un síndrome que va creciendo en muchos países del mundo. Se rechaza el modelo partidista sin que exista una alternativa que permita renovar los gobiernos sin llegar a las manos o a la parálisis, como sucedió este año en España. El disgusto ante el sistema abre los espacios para las promesas vanas, la superficialidad y la venta de imágenes sin fondo ni formación de muchos actores que llegan a la escena política de manera improvisada. Así es como acaban ganando personas que no tienen el rigor ni el conocimiento para gobernar sus países. En la hora de la verdad que mencionaba Obama, los votantes se partieron casi exactamente en dos.
La primera lección ha llegado para Trump ahora que se ha sentado con los directivos de la CIA a escuchar verdades que seguramente desconoce. Si algo hay que reconocer en Hillary es que en su discurso después de la derrota llamó a la unidad y ofreció colaborar desde la fuerza ahora no representada cabalmente de los millones de votos que su partido obtuvo. Unidad dentro la variedad. Diferencia sutil que esperamos que Trump entienda. El discurso de Trump festejando su triunfo también fue moderado, aunque él y su conducta impredecible en materia política son territorio ignoto que le deparan a su país y al mundo muchísimas sorpresas; una muy desagradable es que el Ku Kux Klan, a quien Trump no ha descalificado, ya tiene programado un desfile de la victoria republicana para principios de Diciembre.
Trump llega con mayoría en las cámaras y podrá tener mayoría en la Suprema Corte de Justicia, algo que Obama ni en sueños tuvo. Sin embargo existen otros contrapesos poderosos, como los gobiernos y congresos de los estados, que ahí sí son verdaderamente independientes de sus gobernadores y del presidente del país; estará el contrapeso de las corporaciones multinacionales, el peso del rechazo de los más jóvenes de Estados Unidos que se ha manifestado en todo el país de diferentes maneras, el valor jurídico y la palabra empeñada de una nación que ha firmado tratados en muchos temas y que no se pueden desconocer con un simple NO del nuevo presidente; estarán también las fuertes y diversas realidades internas de su país ; estarán los enormes grupos étnicos a los que agredió en su campaña y que serán una poderosa y activa oposición. Contarán y mucho los grupos que se sumaron a las reivindicaciones más ambiciosas y progresistas del programa que Obama encabezó y que obtuvieron más votos directos que el presidente electo. Nada de eso dejará de existir ni podrá desaparecer con discursos agresivos o ingeniosos. La propia realidad mundial será también su contrapeso, esa que le habrá mostrado la CIA en un enorme mapa digital en su primera lección de realidades difíciles y amargas.
Por lo pronto tendrá que apurarse a estudiar y comprender no solo el mapa del mundo, los nombres de gobernantes y naciones que hoy desconoce, sino también el mapa de las diferentes realidades de su propio país. Supo mover, entender y convocar a la mitad de los votantes. Ahora tendrá mucho que conocer y que aceptar de la otra mitad. Mucho que aprender para un hombre formado en la farándula, el reventón y los negocios depredadores. Mucho que aprender para el rey del entretenimiento superficial. Ojalá resulte, contra todo pronóstico, un buen estudiante.
Por Víctor Hugo Michel
Director Editorial El Financiero Televisión.
*Este texto fue publicado originalmente en la columna Hotel Abismo, fue tomado de la revista Nexos
Nueva York, Nueva York.
—Si entiendes qué vamos a levantar el muro, ¿verdad? Estoy cansado de que los mexicanos indocumentados me roben el empleo. No es justo para gente como yo que nació aquí —me dijo el adolescente. Era un chaval henchido de soberbia, convencido de saberlo todo sobre México y —en especial— con ganas de pelea. Se le veía inflado por la euforia, con la confianza de sentirse acuerpado por un centenar de sus compañeros.
¿Y por qué no? Contra todo pronóstico, él y los suyos, la tribu de los desencantados y los conspiracionistas, acababan de adueñarse del mundo.
La madrugada del 9 de noviembre, a las afueras del Hilton Midtown de Manhattan, flotaba en el aire una sensación de carnaval siniestro. La victoria de Donald Trump daba rienda suelta a los extremistas.
—Lo sabes, ¿no? ¿No lo sabes periodista? Es tu trabajo saber. ¡Putos medios manipuladores! —escupió, antes de dejarme y sumarse a un grupo de correligionarios que agitaba banderas y gritaba ruidosamente de cara al tráfico nocturno de la sexta avenida: “¡USA! ¡USA!”. No tenían mucho en común, más allá del triunfo del magnate inmobiliario. Rechazados de todo tipo, misfits que por años han sido tratados como basura por fuerzas más allá de su comprensión, convergían por decenas para celebrar en esta esquina de Nueva York su venganza. Le habían ganado al sistema.
Entre los más coloridos estaban Doug y Donna, una autodescrita “pareja temerosa de dios” de Nueva Jersey que había hecho el viaje en camión desde Trenton para presenciar este momento histórico. Ambos iban vestidos con trajes un tanto ridículos, cubiertos por las barras y las estrellas de pies a cabeza. Donna se sentía la estatua de la libertad. Doug padecía un leve retraso mental.
—Ya verás cómo el presidente Trump le muestra la religión a tu presidente— me dijo Donna. —Dos presidentes religiosos le harán bien a nuestros países—.
Ilustración: Patricio Betteo
Día con día
Apenas puedo imaginar las consecuencias de la presidencia de Donald Trump. No veo frente a nosotros sino una sacudida catastrófica de todos los supuestos en que se finca la democracia americana y su relación con el mundo.
Para México, el riesgo es inminente y directo, pues ha sido una pieza capital en las amenazas de Trump.
Pero México será solo un episodio en la oleada global de incertidumbre y desconfianza. El efecto en los mercados es ya impresionantemente negativo en la noche misma de la elección. Su efecto en las redes del poder mundial no puede imaginarse con exactitud, pero puede anticiparse como del más alto riesgo.
Las consecuencias para la sociedad estadunidense son también graves. La elección le ha dado el poder a un personaje que desborda con sus posiciones extremas todos los supuestos de la pluralidad democrática de su país.
No es el presidente un poco más conservador o un poco más liberal que producen previsiblemente las contiendas democráticas. Es un extremo desviante de la cultura política estadunidense, que ha pasado de un golpe al centro del poder.
La elección de ayer presentaba de por sí el trasfondo de una sociedad dividida, polarizada. Parecíamos estar en el trance de que la sociedad tradicional blanca estadunidense dejara el mando político de la nación a la sociedad plurirracial y pluricultural que ha criado en su seno durante las últimas décadas.
La contienda era también entre el polo globalizado y liberal de la sociedad blanca y su polo conservador, provinciano y poco educado, lesionado en su nivel de vida y en sus expectativas de futuro por el libre comercio y la globalización.
Era la contienda de los estadunidenses que encabezaban el camino hacia la modernidad y los estadunidenses que se habían quedado atrás de ella.
La contienda histórica y la contienda electoral se han resuelto en lo que podría ser el primer paso de una tragedia norteamericana, si no de una tragedia global.
La nación dividida que nos mostraban las encuestas decidió elegir para que la gobierne, en este momento capital de su historia, al más amenazante sus personajes: un demagogo xenófobo, sin la menor experiencia de gobierno, y con la más inquietante colección de soluciones discriminatorias de que tenga memoria la democracia moderna.