El gobierno más corrupto en la historia de México

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(Ilustración de portadilla: Abel Quezada en Excelsior)

En la percepción de los mexicanos la corrupción en el país ha crecido. En 2015 México ocupaba el lugar 95 en el índice mundial elaborado por Transparencia Internacional (TI) y en 2016 ocupa el sitio 123, de 176 países considerados. Se desploman 28 posiciones.



“La falta de contrapesos reales entre los poderes, el número y la gravedad de los casos de corrupción expuestos a la opinión pública y los niveles de impunidad, fueron determinantes en esta nueva evaluación del país”, según Transparencia Mexicana (TM) filial de la primera.



Todos los años TI publica el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC). Registra la sensación de la gente y no necesariamente la realidad de un país, pero la experiencia demuestra que existe una relación clara entre realidad y percepción.

En versión de TM las reformas en materia de corrupción y la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que todavía no opera, no lograron reducir el impacto que causa en la gente los continuos casos de corrupción que conoce y afectan a las instituciones públicas.



La percepción no va a cambiar, incluso se puede hacer más negativa de no darse la transformación institucional y acciones sistemáticas y contundentes, para desmantelar las redes de corrupción que golpean a las instituciones públicas, según TM.

De los 35 países que integran la OCDE, Dinamarca y Nueva Zelanda son los países vistos como menos corruptos. Chile, ocupa la posición 21. De los socios de México en el TLCAN, Canadá tiene la posición ocho y Estados Unidos la 16. Nuestro país ocupa la última.

TI y TM en este informe, para combatir la corrupción, hacen al Estado mexicano estas recomendaciones:

Ver la corrupción y la impunidad como una excepción y no como una regla. Las redes de corrupción de empresas y funcionarios públicos deben ser investigadas, perseguidas y desmanteladas.

Crear una Fiscalía General de la República autónoma, independiente y capaz, para asegurar que la lucha anticorrupción no dependa de la política y los políticos.

Que el Congreso Federal y los Congresos Locales actúen como un real contrapeso del Poder Ejecutivo.

Acelerar la creación de Sistemas Locales Anticorrupción. Hay 19 estados que todavía no lo han hecho.

Garantizar la apertura gubernamental, la integridad y la apropiada fiscalización del erario público.

Elemento central que explica el ánimo social de enojo y desaprobación de la política, los partidos y los políticos está relacionada de manera directa con la percepción de que en estos años ha crecido la corrupción en el gobierno federal y en los estados y municipios. Sea cierta o no, en todos los sectores sociales, gana camino la idea de que éste es el gobierno más corrupto en la historia del país.

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Sobre el autor

Rubén Aguilar Valenzuela

Rubén Aguilar, comunicador y politólogo, un tiempo jesuita, ha sido impulsor de de una veintena de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMFI), FunSalud y consejero del Instituto Nacional de Nutrición Dr. Salvador Zubirán. Fue consejero de empresas como Grupo Carso, Grupo Alfa y Cinépolis.Licenciado en Filosofía (1969-1972), y un tiempo participó como vocero del gobierno de Vicente Fox. Es Maestro en Sociología (1975-1978), y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana (1985-1987).