Del cacique de Loreto, su trenecito y el parque

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Textos de Günter Petrak en Mundo Nuestro:

Historia del virrey trastornado, de cómo se vio envuelto en tenebrosos avatares y cómo se desenvolvió…

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CUERPOS/Eros desarmado

CUERPOS/Eros desarmado

Del cacique de Loreto, su trenecito y el parque...

Abordo el asunto del tren turístico de Moreno Valle, las obras del parque “de las siete culturas” y ahora el “Parque Soria” en Cholula, pues hay quien aún no entiende lo que está en juego; creen que las obras “se ven bonitas” y se han comprado la idea de que el turismo siempre trae beneficios económicas.



De entrada debemos entender que la “cultura” distingue a las comunidades, les permite “construirse” una vida en común, con sus lazos y sus formas de producción, pero también con sus tradiciones, usos, costumbres y creencias. Eso las dota de identidad y las arraiga en un territorio. Cuando ese espacio que habitan se transforma por la voluntad de un sátrapa como el actual gobernador de Puebla (quien por lo demás sólo busca “lucirse” para cumplir su obsesión de ser presidente y de paso lucrar económicamente con las obras que ordena construir), su identidad se ve amenazada. Y eso es particularmente grave en Cholula, el pueblo habitado más antiguo de toda América, donde los espacios (el territorio) han adquirido un carácter simbólico (sagrado).

Los argumentos (falacias) vertidos por los promotores del modelo son básicamente los siguientes: “la globalización nos obliga a estar al día con el desarrollo del mundo”, “no podemos ir en contra de la modernidad”, “el turismo traerá una derrama económica importante para el municipio”… Sí, pero, ¿quiénes son ellos para decidir qué es “progreso”?, ¿quién garantiza que la derrama económica es para todo el pueblo y no para unos cuántos vivales políticos y capitalistas?; de hecho, en la práctica, al ser más lucrativa la venta de bienes y servicios a los turistas, los comerciantes comienzan a utilizar el dólar como medida de cambio y van excluyendo cada vez más a los locales; a su vez, los productores locales (digamos, los artesanos) comienzan a producir lo que el nuevo mercado demanda (algo así como ha sucedido en Huaquechula con las ofrendas, cada vez más ostentosas y grotescas – una vez vi una con peluches de Disney y botellas de cocacola--), los espacios comerciales se encarecen y gradualmente se apropian de ellos gente que viene de fuera…



El modelo neoliberal de “desarrollo” se caracteriza por colocar el capital por encima de cualquier otro valor humano y lo que está pasando en Cholula es una muestra de ello. El “diseño” del parque “de las siete culturas”, y ahora el Soria; la expropiación de tierras de labor (cultivo de flores) y del hospital psiquiátrico para convertirlo en hotel-museo; la “puntada” de abrir la ruta de un tren turístico desde la ciudad de Puebla (en lugar de una ruta económica de servicio regular), todas esas acciones se han hecho desde un escritorio con fines de lucro, político y económico, y se han impuesto por las malas mediante la amenaza, la represión, el encarcelamiento de activistas y las órdenes de aprehensión a los habitantes que ejercieron su derecho a la protesta pacífica y a la libertad de expresarse, esa que Moreno Valle dice que le están conculcando al impedirle abusar de su puesto para promoverse como candidato a la Presidencia.

Pero lo peor es que al hacerlo así dañan la identidad cultural de un pueblo originario, pues toda intervención en un espacio público lleva implícita la re significación de aquel espacio, como bien lo saben los semiólogos y los antropólogos. No es de extrañar por eso que la gente que tuvo acceso a la presentación pública del proyecto de parque (después de haberlo exigido reiteradamente) en el ayuntamiento de San Andrés Cholula, en 2014, haya respondido con profunda molestia, según podemos constatarlo en el documental “Luz bajo la tierra. La destrucción de Cholula”, de Juan Manuel Ramírez (https://www.youtube.com/watch?v=HpgAXnH7mCY).

Por eso también resulta ridículo el lema del ayuntamiento de San Andrés: “Modernidad con identidad”. ¿Cuál modernidad y cuál identidad?, ¿la impuesta por políticos codiciosos y corruptos? Al ver lo que están haciendo en los terrenos expropiados (“comprados”, dice el arrastrado de Leoncio Paisano, presidente municipal) no puedo menos que sentir indignación: ¿dónde está la "identidad" cholulteca en los miles de metros cuadrados de cemento que han impuesto y en los pocos jardines estandarizados que a poco de terminarlos se llenan de maleza?

La lucha en Cholula, en la que participo desde hace más de dos años, es para preservar valores humanos más importantes que el capital: la identidad cultural, el espíritu de comunidad y el patrimonio tangible (arqueológico) y no tangible (tradiciones, religiosas, usos y costumbres) que no pueden y no deben convertirse en mercancía.

Frente al cerrito de Los remedios y la pirámide “hechiza”, junto a donde pasaba la vía del tren hace algunas décadas, hay una placa de cemento que dice: La remodelación de la Plaza Soria se da en beneficio de los turistas y residentes de San Pedro Cholula. Junio 2010. Seis años después, por capricho del gobernador, el parque Soria está siendo re-remodelado.

Como en todas las obras de Moreno Valle, caracterizadas por un inaudito derroche de dinero y nula transparencia, ni los residentes (ni los turistas) conocen los detalles del proyecto ni los supuestos beneficios que darán tantas toneladas de cemento vertidas sobre patrimonio cultural.

¿Qué vendrá ahora? No soy adivino, pero lo que avizoro quedará escrito para revisarlo en unos meses:

En enero, el Señor de los Cerros, cacique de Loreto y, tal vez, su compadre y socio Peña Nieto vendrán a Cholula en su trenecito de juguete, los acompañará un séquito de lamesuelas, incluidos periodistas vendidos y directivos del INAH cómplices, el servil alcalde de San Andrés, Leoncio Paisano y el oportunista alcalde de San Pedro, José Juan Espinosa.

Con la soberbia que lo caracteriza, RMV se llenará la boca mostrando al mundo cómo él solito transformó a Puebla, quizá hablará de los millones que “se invirtieron” en tan magna obra que quedará para la posteridad. Seguramente omitirá hablar de los perseguidos y encarcelados, de la represión y la violación de los derechos humanos que cometió para lograr (afortunadamente a medias, por la resistencia del pueblo) su visión de Cholula. Si acaso, se atreverá a decir que los que se opusieron fueron unos cuantos y que el tiempo los puso en su lugar. Después partirá, tal vez en su helicóptero Augusta, a planear la transformación de México, desde una nueva oficina en Los Pinos 2018. Mientras tanto, los servicios y bienes en Cholula subirán de precio, pues los comerciantes que enfocarán su atención en los turistas, comenzarán a utilizar el dólar como unidad de medida. Los pequeños comerciantes locales serán desplazados por empresarios con mayor poder económico. Los caciques cholultecas de siempre, con apellidos conocidos, varios de ellos ex funcionarios o políticos de todos los colores verán florecer sus negocios. Tal vez lleguen más franquicias. El alcalde de San Andrés intentará agregar más cemento a los terrenos expropiados, para construir estacionamientos y tal vez hasta ceda a la tentación de seguir colocando casetas para comercios sobre las placas de cemento que ocupan actualmente los terrenos donde hace dos años se cultivaban flores. La mayoría de los cholultecas doblará las manos y se conformará. Yo, y tal vez unos cuantos soñadores más, seguiremos luchando por esta tierra sagrada y en contra de los políticos corruptos y abusivos.

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Sobre el autor

Günter Petrak

Nació en Puebla, en 1958. Narrador y poeta, y además, académico, ha publicado artículos y ensayos  en revistas nacionales e internacionales y tiene tres libros de cuentos (El mar azul de sus ondulaciones, Para leer la tarde, Los hombres de maíz y otras historias), una novela (Ciudad de otros) y un libro de texto sobre Redacción que ha vendido más de ocho mil ejemplares. En el 2015 publicó la antología de cuentos Eros desarmado. Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes 1998 y ha obtenido reconocimientos en varios concursos de cuento a nivel nacional. También aparece en diversas antologías del género [1].