"¡Ya basta!"/El grito de un sacerdote jesuita contra la violencia criminal del Estado en Chihuahua

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Mundo Nuestro. Javier Ávila A. S. J., es Presidente de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, A. C.

Son más de cuarenta años de mi caminar en Tarahumara con períodos de paz, épocas de tranquilidad, convivencias pacíficas, situaciones difíciles, sequías, hambre, injusticias, amenazas y persecuciones. Pero debo decir que es la primera vez que atravesamos una crisis de impunidad, violencia, y que a muchos nos hace pensar que URGEN cambios profundos en el Estado. Los gobiernos y sus decisiones nada favorables para el pueblo pobre, para los indígenas, han venido orillando a la sociedad a situaciones intolerables e insoportables que nos hacen gritar ¡YA BASTA!



Memoria de Marisela Escobedo.



Protesta de madres chihuahuenses en la ciudad de México.


Es necesario gritar para que se nos escuche, para que se preste atención al “clamor del pueblo”. La verdad se disfraza de bondad, la mentira se maneja como lo ordinario en los discursos políticos y los candidatos presumen su cercanía al pueblo abrazando a gente pobre para tomarse una fotografía, fotografía que queda en el álbum de los recuerdos, porque no vuelven a permitir ni siquiera que se les acerquen cuando están en Palacio de Gobierno.
Las policías construyen delincuentes, detienen a su antojo a personas inocentes, justifican sus ineptitudes y arbitrariedades “cargando” a los afectados, construyen circunstancias a su antojo, mienten con desfachatez y descaro, e inventan delincuentes en cuanto una persona reclama o se les enfrenta para defender sus derechos.
Parece que la consigna de los mandos superiores no es perseguir el delito sino construir delincuentes e inventar culpables.
“Ya se perdió la vergüenza y la discreción para hacer lo ilícito”, recientemente lo dijimos los miembros de la Diócesis de Tarahumara a propósito de la quema criminal que padeció el bosque en el Municipio de Bocoyna.

Incendio intencional en el bosque de Bocoyna. Foto de zocalo.com.mx


El sufrimiento y la frustración de la sociedad es cada vez mayor, sus gritos se escuchan con más frecuencia, las quejas se reciben a diario en esta Comisión de Derechos Humanos, y ya no podemos tolerar que se repitan los mismos patrones ni que se siga deteriorando nuestro Estado de Chihuahua con tanta rapidez. Urge una renovación en serio y a fondo.
Desde los centros de poder, todo se tiene en cuenta antes que el sufrimiento de las víctimas. Se funciona como si no hubiera dolientes ni perdedores, y se tiene que escuchar un grito de indignación absoluta: el sufrimiento de los inocentes ha de ser tomado en serio; no puede ser aceptado socialmente como algo normal pues es inaceptable para Dios.


No contentos con esas situaciones, aparecen ahora los tiempos de la mentira y la promesa, de la represión y el control si no vas con “el candidato”. Ya no se puede ejercer la libertad de expresión porque aparecen las represalias.
Hago la precisión de que no tengo ninguna opción partidista por mi carácter sacerdotal y porque NO creo en ningún partido; los respeto, pero no creo en ellos, creo en las personas. Pero esto no es razón para callar una realidad que ofende.
Recientemente de un Centro de Salud parte del personal que ahí labora acudió a la visita del candidato del partido en el poder, abandonando su trabajo, y cuando otra persona de ese Centro tuvo el valor de señalarlo le llegó “de arriba” su cambio a otro municipio sin mayores explicaciones.

Protestas de maestros en Chihuahua.


Lamentablemente los maestros vienen sufriendo las mismas represalias si no aplauden y apoyan al candidato tricolor, al candidato oficial.
Ex militantes de otro partido han confesado abiertamente las “consignas” y las órdenes que recibían durante las votaciones para hacer cualquier tipo de marrullerías a favor de un candidato y así lograr su triunfo (y las cosas no cambian…). Desde el propio gobierno siguen cancelando la democracia.
¿Hasta cuándo vamos a seguir bajando la cabeza y soportando tanta suciedad y podredumbre? El reclamo es para mí, es para ti y para nosotros que navegamos en este enorme océano de incredulidades, corruptelas, desvergüenzas, imposiciones y mentiras.
¡Ya basta! De verdad ¡YA BASTA!

Javier Ávila, S.J.

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Sobre el autor

Javier Ávila Aguirre, SJ

Javier Avila Aguirre, sacerdote jesuita con más de cuarenta años de trabajo pastoral en la Sierra Tarahumara, es Presidente de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, A. C., organización que ha mantenido una lucha permanente contra la violencia en Chihuahua.