Yo no sé si este juego es pecado, si tiene castigo…

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Yo no sé si este juego es pecado, si tiene castigo…

Verónica Mastretta



Hace mucho que compro en el mismo puesto de frutas y verduras porque la familia que lo maneja es trabajadora, dedicada y muy profesional. Su puesto siempre ha estado impecable y consiguen extravagancias como vainilla de a verdad, yerbas para guisos raros, frijoles, alubias, lentejas y otras semillas siempre recién cultivadas. A veces tienen ramitos de flores como para la mesa y su puesto es una fiesta. La cabeza de dicho negocio fue durante años una señora incansable y simpática acompañada por sus hijas a las que he ido viendo crecer. Ella ha sido muy buena mamá y sus hijas salieron también muy chambeadoras. Ella no para y hoy divide su tiempo entre su casa, sus nietos y el trabajo. Una de sus hijas es ahora la responsable del negocio y nos hemos hecho buenas amigas. Nos divertimos conversando cuando voy a su puesto. Ella es muy responsable y observo como poco a poco los papeles entre mamá e hija se invierten y la hija sin darse cuenta empieza a tratar a su mamá como si fuera una niña libre y guerrista a la que hay que vigilar.

El viernes acababan de pasar por el mercado unos jóvenes haciendo promoción de un candidato, así que nos pusimos a platicar de las campañas políticas y me dijo:

--Oiga Lic , fíjese que ahora sí estoy bien enojada con mi mamá.



--¿Y eso porqué?

--Pues porque ya agarró esto de las campañas a relajo...



--No te entiendo, ¿en qué sentido las agarró a relajo?

--Pues fíjese usted que como ahora tiene ya más tiempo libre, le ha dado por andar en los mítines..

-- Y eso a ti porqué te enoja, qué más te da, ella es mitotera y animada de por sí...

--Pues si. Lic, pero fíjese, en enero aceptó un rotoplás azul de los que anduvo regalando el gobierno del estado en una visita que hicieron a la colonia, que porque estaba bien padre para mi hermana que está haciéndose su casa. En el reparto pues les echaron el rollo de la lealtad al buen gobierno; directo no pidieron el voto, pero bueno, se entiende que piden la lealtad, ¿no?

--¿Y luego?

--Pues ahora, ya en un mitin de campaña de los que les dicen "los turquesas" les regalaron sombrillas, gorras y bolsas azul agüita. Ahí sí ya asistió el candidato y sí les pidieron el voto, que ahora es de los mismos, de los azules también, ¿no? Bueno, pues de ahí se llevó regalos y yo digo, ¿no se compromete ya la lealtad?

-Bueno, lo del rotoplás no sé en qué términos los entregaron, pero desde luego no tiene porque entregar su lealtad a cambio de algo que viene pagado por dinero público; de los mítines, pues ella anda oyendo, si les regalan cosas es asunto de los que los regalan ¿no? Tanto así como a que ya por eso quedó amarrada a votar por alguien por unas sombrillas, pues no.

--Pues sí, le entiendo a usted su punto de vista, pero ahora esta semana que pasó fue a dos reuniones de mujeres de esas que organizan en casas, como cadenas, y como la invitaron amigas pues fue, y ahí ya le dieron dos despensas los del PRI. Ya de por sí traía sombrillas verde, blanco y coloradas, más las azules y blancas que les dieron en otro mitin; y ahí en lo de las casas también les piden la lealtad pero para la señora Alcalá. Usted nos conoce Lic, aquí no le hacemos trampa ni con la báscula, ni con lo que le vendemos, por eso usted ha seguido viniendo acá... ¿Usted no cree que eso sí ya está mal de mi mamá? Y no le he contado la última...

--¿Cuál fue la última?

--Pues que ayer llegó con un cilindro de gas de 25 litros que andan repartiendo los de la campaña del Gali, ya el mero mero candidato del PAN. Y ahí también se compromete la lealtad. Porque esos regalos se dan en público. Cómo yo le digo a mi mamá: ¿a ver mamá, ahora qué va a hacer usted, si ya se comprometió con dos diferentes?, ¿a ver, por quién va usted a votar ahora? Y me sale con que a lo mejor por la independiente que porque es una señora de su edad. Con esa ni ha ido a mitin. En la colonia todo se sabe... ¿Usted no cree Lic que eso le va a traer consecuencias a ella? Yo le atribuyo todo esto a que ya anda más de ociosa, que mejor debería de regresarse más tiempo al puesto, pero pues ella anda feliz con sus amigas en el relajo de los mítines. Dice que hay música y que se ríen, ni le importa regresar toda asoleada. Ya se hizo grupito y hacen bola. Y fíjese, ella nunca fue de esto de andar en mítines ni le gusta la política, ni aquí en el mercado la hicieron alinearse con ningún grupo, siempre su libertad primero, y ahora ya se comprometió, ya fue a las casas y todo, y encima me sale con que no sabe por quién votar. Como yo le digo, entonces ya no andes agarrando cosas. De todos modos las gorras no se las pone, ni le gustan. Las bolsas de mandado ya tiene muchas. ¿que eso no se castiga ni nada?, porque para mí que eso no está bien... ¿no le parece que ya es agarrar lo del voto a relajo? ¿Usted como qué consejo le daría?

--Mira, habla muy bien de ti lo que dices de la lealtad, pero si tu mamá que ha sido una persona seria toda su vida ahora toma las cosas a relajo, será porque parece que a relajo ya lo agarraron todo los partidos. Déjala que se ría, no la regañes, no hay que regañar a las mamás, que haga lo que quiera, si le parece un juego, por algo será. ¿Y qué puedo aconsejarte yo? A estas alturas, consejos políticos ya no le doy a nadie, porque ya no entiendo nada.

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Sobre el autor

Verónica Mastretta

Verónica Mastretta. Ambientalista, escritora. Encabeza desde 1986 la asociación civil Puebla Verde y promueve con la OSC Dale la Cara al Atoyac la regeneración de la Cuenca Alta del Río Atoyac en Puebla y Tlaxcala.