Reportaje de Laurie Garret: Cómo Trump y Xi contribuyeron a la expansión de la pandemia de Covid-19

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El largo ensayo, detallado y puntual, de esta periodista con formación médica en infectología y epidemiología y premiada con el Polk, Peabody y Pulitzer por sus reportajes y libros sobre pandemias y políticas de salud publica, se difundió el 2 de abril en The New Republic. Para acceder al artículo completo ver:

https://newrepublic.com/article/157118/trump-xi-jinping-america-china-blame-coronavirus-pandemic



La imagen de portadilla fue tomada de la propia carátula del reportaje en New Republic. Grim reaper, para decirlo a la mexicana, la parca.

A continuación ofrezco un resumen y una traducción:

(Primera parte)



La culpa es de los otros

“…Después de dos meses rehusándose a enfrentar las verdaderas proporciones de esta pandemia…a principios de marzo el presidente Donald Trump…sin evidencia sólida, enfatizó que EEUU llevaba a cabo un esfuerzo exitoso por contener el virus…con una agresiva política cerrando las fronteras…Trump anunció el 11 de marzo que EEUU suspendía toda entrada de viajeros de Europa donde el coronavirus se había propagada a ritmos alarmantes.



…Recurriendo al tema de la seguridad en la frontera- la principal y demagógica propuesta de su campaña presidencial de 2016- Trump ignoraba…una obvia verdad en la pandemia de coronavirus: las fronteras nacionales no impiden nunca a un virus en busca de un organismo huésped”.

Buscando apaciguar el pánico en el mercado de valores “y a pesar de una inyección de dos trillones de dólares desde la Reserva Federal, los mercados en Nueva York tuvieron… pérdidas de casi 13% sus valores” para el 16 de marzo.

Desde entonces, explica Garret, Trump y sus asociados se dedican culpar a otros de esta crisis y “…sus principales seguidores difunden que el covid19 es un engaño inventado por la prensa liberal” promoviendo a su vez que la culpa de la pandemia la tiene China con otros poderes asiáticos…” replicando, en todos sus aspectos principales, la manera como el liderazgo del partido comunista en China había mal afrontado su propia reacción al brote de coronavirus en y alrededor de la ciudad de Wuhan. Trump como Xi Jinping, de igual manera, buscaron censurar noticias sobre el verdadero peligro de los brotes pandémicos en sus países y sobre los alcances de sus respectivas zonas infectadas solo para minimizar el daño político a sus gobiernos…esta sordera politizada ante precauciones científicas elementales disminuirían la adopción, en las fases tempranas y criticas de la pandemia, de una cooperación social y una temprana cuarentena” que hubiera asistido en “aplanar la curva de infección de los nuevos casos diagnosticados como coronavirus y con ello contener su expansión y potencial letalidad”.

Garret en su ensayo procede a detallar como se propagó el virus en territorio norteamericano, burlando incluso el cierre de fronteras. “…arribó a suelo norteamericano por medio de un viajero no identificado desde China central a mediados de enero…cuando científicos chinos ya habían logrado identificar este misterioso y novel virus…que el gobierno chino insistía se originó en el mercado de animales vivos de Wuhan… y reportaba oficialmente que 41 personas” estaban contagiadas resultando solo en “una fatalidad”. En 17 de enero, mientras China informaba a la OMS “que no había evidencia clara de contagio entre humanos de este novel coronavirus identificado en Wuhan” un hombre joven de alrededor de treinta años viajó desde Wuhan al aeropuerto de Seattle-Tacoma y de allí se dirigió a su hogar en el condado de Snohomish, Washington. “El 19 de enero recibió el diagnostico de probable neumonía Wuhan…” mientras el “Centro de Control y Prevención de Enfermedades del gobierno de EEUU de donde Trump previamente había despedido a casi todo el equipo médico preparado para pandemias” contratados durante el gobierno de Obama “no contaba con pruebas para determinar si efectivamente este paciente estaba infectado”. Cuando se le preguntó por este paciente a Trump en el Foro Económico Mundial contestó “Lo tenemos todo bajo control. Es solo una persona que venía de China. Lo tenemos bajo control. Todo va a estar bien”.

Mientras tanto en China, lo explica con detalle Garret, la información oficial empezaba a ser cuestionada y para el 22 de enero había ya 444 casos de esta extraña neumonía y 17 muertos aceptados oficialmente. Para el 26 de Enero China ya tenía bajo cuarentena a 50 millones de personas y con ese mismo protocolo de asilamiento pronto extendió la orden a más de 100 millones de personas mientras que en EEUU, donde todo estaba bajo control en palabras de Trump, el virus de propagaba a cuatro otros estados. La estrategia de control en EEUU consistió básicamente en filtros llevados a cabo en tres aeropuertos y por personal del Homeland Security y unos 100 miembros del CDC (Centro de Control de Enfermedades) que medían la temperatura de viajeros y observaban si tenían problemas respiratorios. El gobierno de Trump, lo explica Garret no puso atención a esta nueva neumonía con alto grado letalidad, sino que estaba ocupado en la crisis de gobernabilidad y procedimiento de “impeachment “ o juicio político al cual estaba siendo sometido Trump por el Congreso y “por semanas el meollo de la respuesta al brote de corona virus de parte de la administración de Trump consistió en algo así como elevar el puente elevadizo sobre el foso de agua que rodeaba a su castillo”. A sabiendas, explica Garret que esa política equivocada no había funcionado en 2014 cuando Thomas Eric Duncan viajó desde Monrovia, Liberia a Dallas Texas para visitar a parientes y recibió unos días después su diagnostico de infección por ébola. Además de que “el virus covid2 ya estaba presente en EEUU antes que el Departamento de Estado extendiera las restricciones de viajes y hubieran iniciado los filtros en los aeropuertos”. Mientras tanto China censuraba las noticias de lo que estaba sucediendo realmente en Wuhan y en otras partes de su territorio.

“…la pandemia de 2020, en su esencia, es la historia de dos profundamente fallidos líderes mundiales, Xi Jinping y Donald Trump, que por tiempo demasiado prolongado minimizaron el peligro del coronavirus… y sin colaboración y trasparencia mutua se dedicaron solo a encubrir y culparse sobre la expansión de la pandemia. China incluso reprimió y castigó a miembros de la comunidad científica que contribuyeron a dar a conocer la complejidad del contagio por covid mientras que Trump en vez de ordenar pruebas de laboratorio, elaborar planes para el control infeccioso en hospitales, crear cadenas de abastecimiento de material médico e implementar una gobernanza sobre un estado de emergencia, asegurando presupuestos y coordinando con autoridades de salud en los estados, insistía todavía a finales de enero que “lo tenemos bajo control” y que él personalmente tenía “una gran relación con Xi que me asegura que en China la epidemia está bajo control”.

(Segunda y última parte)

La saga del tour del virus

Reportaje de Laurie Garret sobre como Trump y Xi contribuyeron a la expansión de la pandemia de covid

La saga del tour del virus, como le llama Garret,

https://newrepublic.com/article/157118/trump-xi-jinping-america-china-blame-coronavirus-pandemic

por China y EEUU es una historia de horror. En China resultó también en una historia del terror autoritario del Estado que Garret en este ensayo documenta con nombres, fechas y hechos. Mientras que en EEUU pareciera más bien que se desplegó un escenario donde unos bufones actuaban en una comedia en la que el actor principal, Trump, dirigía la farsa. Trump no desistió sino endureció sus políticas de cerrar fronteras , por ejemplo, incluso cuando el Centro de Control de Enfermedades (CDC) reconoció que “en las primeras tres semanas de los filtros en aeropuertos solo un pasajero potencialmente exhibió síntomas de covid entre 46,016 examinados” y que “para mediados de marzo…EEUU se acercaba al numero de contagiados en Italia”.

Garret explica que “ es improbable que el mundo llegue a saber alguna vez quien fue el paciente cero en el brote de Wuhan e incluso cual fue el animal en el contagio a un humano de este virus letal. Análisis genéticos de cepas de coronavirus que se encuentran en murciélagos, y otros animales, pero también en personas ofrecen algunas pistas. Primero, el virus que ya estaba circulando entre la población humana en Wuhan a principios de diciembre 2019 es 96% idéntico con el virus que se encuentra en murciélagos de futas. Es sin lugar a duda un antiguo virus que habita en algunas especies de murciélagos, pero sin producirles aparentemente ningún daño. De alguna manera desconocida- posiblemente dentro del mercado de animales vivos de Wuhan- la orina de un murciélago o la saliva pasó a otro animal enjaulado, infectado a ese animal. La evidencia genética apunta, pero no comprueba, que pudo haber sido un pangolín…uno de los mamíferos más traficados en el mundo…codiciados por los que practican la medicina tradicional en China que le atribuyen poderes de curación para la artritis y otras enfermedades. Al margen del génesis original del contagio del virus hacia los humanos hoy sabemos que hubo casos de una misteriosa neumonía ya presente en Wuhan por lo menos en el 8 de diciembre de 2019 y quizás antes, en noviembre, incluso octubre… documentos filtrados del gobierno dan testimonio de muestras de pacientes con neumonía en Wuhan que datan de noviembre 17, 2019…la transmisión de un virus en murciélagos a una especie intermedia, hasta una persona ocurrió con rapidez y recientemente. El análisis total de la genética viral muestra que fue una ocurrencia natural, eso quiere decir ( a pesar de teorías conspiratorias xenofóbicas propagadas por medios de comunicación derecha…) que el virus humano no fue creado en un laboratorio. Un estudio en China siguiere que los murciélagos portadores del virus vinieron de Zhoushan, en la provincia de Zhejiang, una isla en un archipiélago que es un destino turístico popular en China.

Todas las epidemias comienzan con un caso singular. Y la clave para detener un brote esta en reconocer que algo nuevo y peligroso se expande antes de que ese primer caso se vuelva 20, o 50 o 100. En Wuhan el punto crucial de infección a una transmisión mayor del virus apunta que ocurrió en un periodo de seis semanas, desde el principio de diciembre 2019 al 15 de enero de 2020. Durante ese tiempo, el número de infectados y su concentración dentro de una área compacta en Wuhan pudo volver incontrolable el brote… mentiras y encubrimientos de las autoridades chinas…bloquearon investigaciones apropiadas…que hubieran resultado en una respuesta más agresiva.”

Garret analiza en su ensayo los pasos a seguir para contener esta pandemia y se centran en desarrollar una vacuna porque “el virus covid 19 simplemente no va a desaparecer” y menos si el sector afluente del mundo “manufactura vacunas que son accesibles solo a los ciudadanos asegurados de las 30 naciones más ricas del planeta. Si se logra una vacuna “hay que afrontar el problema moral y las presiones económicas para lograr un equilibrio entre las necesidades globales y las ganancias de las compañías manufactureras”…y “lo que colectivamente implica” que será “la necesidad de ejecutar uno de los más grandes programas de inmunización masiva en la historia humana... la ultima vez que tal empresa gigantesca se intentó fue cuando en 1966 EEUU y la Unión Soviética conjuntamente llevaron a cabo la erradicación de la viruela…y éramos 3 billones menos de humanos en el planeta…”

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Sobre el autor

Anamaría Ashwell

Anamaria Ashwell es Maestra en Antropología. Fue maestra fundadora, coautora de su primer plan de estudios y primera coordinadora de la escuela de Antropología de la BUAP (1980-1982); fue investigadora del Instituto de Ciencias desde 1978-2000. Ha participado en la edición de revistas como Espacios y Crítica. Libros, artículos y traducciones varias ha sido publicados en México y el extranjero. Sus ensayos más recientes se han publicado en la revista Elementos BUAP. Es colaboradora habitual de La Jornada de Oriente y de esta revista digital Mundo Nuestro.