Una crítica razonada de la Cuarta Transformación/Héctor Aguilar Camín

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Día con día

La Cuarta Transformación: hojas de ruta



Los proyectos anunciados hasta ahora por el presidente electo López Obrador son las hojas de ruta de la anunciada Cuarta Transformación, los primeros planos del edificio.

Lo comprometido hasta ahora incluye:

Ahorro de 500 mil millones en el presupuesto para subsidiar a adultos mayores, a jóvenes que no estudian ni trabajan, para construir una refinería, reconfigurar seis y arrancar el canal transítsmico. Reversión de la reforma educativa poniendo en su centro la seguridad laboral del magisterio. Reversión de la reforma energética revisando las licitaciones hechas hasta ahora y espaciando las futuras. Descentralización del gobierno federal enviando al interior de la República todas las secretarías, menos Hacienda, Defensa, Marina y PGR. Nombramiento de un solo delegado en los estados que representará al gobierno federal en todos los ramos: de las finanzas a la seguridad. Reducir los homicidios en un 30 o 50 por ciento en tres años y llevar los indicadores de inseguridad a los niveles de los países de la OCDE en el curso del sexenio. Institucionalizar una amnistía para delitos menores y entrar a un esquema de justicia transicional para los mayores, llevando como punto de partida la opinión de las víctimas. Sustituir al Estado Mayor por una ayudantía responsable de la seguridad del presidente. Sembrar un millón de hectáreas en la selva húmeda tropical del sureste, combinando maderas preciosas y huertos, para generar en la región 400 mil empleos permanentes. Construir un ferrocarril de mil 500 kilómetros que una las ciudades y los sitios arqueológicos fundamentales de la península de Yucatán. Crear una zona libre de 20 kilómetros en la frontera norte, reduciendo el IVA y el impuesto sobre la renta de la zona, así como el precio de los combustibles para igualarlos con los del otro lado de la línea. Establecer un sistema de precios de garantía para productos agrícolas y una red de distribución que fusione Liconsa y Diconsa en un solo Sistema Alimentario Mexicano. Duplicar la matrícula de jóvenes inscritos en universidades (2.5 millones).

Otros que se me escapan.



La primera pregunta es ¿cuánto cuesta todo esto y si el gobierno electo puede pagarlo sosteniendo sus premisas de no endeudarse y de no incurrir en déficit público? Creo que no.



Costos preliminares de la Cuarta Transformación

Es difícil medir en dinero el tamaño de los compromisos hechos hasta ahora por el gobierno de la Cuarta Transformación.

Cifras de inversión y de ingresos se traslapan, el Presidente electo suma en cada discurso nuevos compromisos, que implican nuevos gastos, pero la cifra de los ingresos se mantiene fundamentalmente igual:

Todo vendrá de los mismos 500 mil millones ahorrados en el presupuesto federal, mediante la austeridad burocrática, la anticorrupción y el descuento de ingresos para los gobiernos estatales.

Pedí a un editor de Nexos, ducho en cuestiones financieras y en el seguimiento de los ascendentes compromisos del nuevo gobierno, que hiciera un cruce de promesas contra ingresos requeridos para cumplirlas.

Su informe preliminar, muy aproximado pues no hay cifras precisas, es que el total de compromisos de gasto del nuevo gobierno no es el de los 500 mil millones originales, sino de 1 billón 197 mil millones. Dos veces y media más.

Cada declaración del presidente electo dispara la cuenta. Solo por vía de ejemplo cito algunas de las cosas añadidas en los días que corren.

La descentralización del gobierno federal podría costar, a lo largo del sexenio, 127 mil millones de pesos: 12 mil millones por año.

La condonación de pagos que el Presidente electo hizo a un grupo de resistentes a pagar las tarifas de la Comisión Federal de Electricidad, podría costar 43 mil millones de pesos a la compañía.

Las becas de 10 mil pesos anuales a jóvenes que están en el nivel medio superior para que puedan seguir estudiando y entren a las universidades podrían costar 35 mil millones al año.

La construcción del Tren Maya en el Sureste puede costar 150 mil millones.

La Cuarta Transformación está desbordada en promesas de inversión y corta en dinero para cumplir.

El nuevo gobierno quiere gastar mucho y tiene poco. La contradicción solo puede resolverse de dos modos: o el nuevo gobierno baja promesas o sube sus ingresos.

No hay cómo hacer esto último sin incurrir en déficit o endeudarse, las dos cosas que el nuevo gobierno ha prometido no hacer.

Impericias de la Cuarta Transformación

No hay una propuesta importante del gobierno de la Cuarta Transformación que no haya recibido una crítica de los conocedores del tema.

Pocos creen que haya 500 mil millones susceptibles de ahorro en el presupuesto. O que tenga sentido hacer una refinería en Dos Bocas, Tabasco. Incluso que sea rentable o viable el Canal Transístmico.

Característico del nuevo gobierno es oír poco o nada a los expertos. La nota de estos días es que someterán a consulta popular el menos popularmente conocido de los asuntos: si se debe o no continuar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Es como poner a votar a los pacientes si están de acuerdo o no con algún fármaco que no han probado.

La verdad, no hay nada inteligente que un ciudadano común pueda decir sobre prácticamente nada que implique un conocimiento especializado. Salvo que sea su especialidad.

La consulta popular sobre el aeropuerto es un despropósito y una manipulación. También una irresponsabilidad política frente a decisiones que la autoridad tiene que tomar, se equivoque o no, con ayuda de los que saben y con la seriedad de quienes tienen legitimidad para decidir.

Una de las fortalezas de la Cuarta Transformación es la popularidad de su gobernante y sus proyectos. Una debilidad de sus proyectos es el frecuente desacuerdo de los expertos respecto de su pertinencia o su viabilidad.

Popularidad no es conocimiento.

Si el maestro de aritmética te dice en la clase que tus sumas están mal, deberías creer en el maestro de aritmética, aunque no sea un maestro popular en la escuela.

Pondré en los días que siguen dos ejemplos de propuestas de la Cuarta Transformación que no resisten la primera inspección de los expertos: la propuesta de seguridad y la siembra de un millón de hectáreas en la selva del sureste.

No es que los expertos tengan siempre la razón. Es que en los planos de los edificios de la Cuarta Transformación hay tantas cosas improbables, inviables o imposibles de lograr, según los expertos, que valdría la pena volver a pensar cada cosa para ajustarla a la realidad.

Violencia: lo posible, lo imposible, lo imprudente

Los compromisos del responsable de seguridad del gobierno electo, Alfonso Durazo, cambiaron muy pronto.

En declaraciones a Azucena Uresti, en MILENIO, y luego a El País, Durazo dijo que en tres años se reducirían los homicidios a tasas parecidas a las de los países de la OCDE.

Es decir, que habría una baja de 23 homicidios por cada 100 mil habitantes a 4 homicidios por cada 100 mil. Una reducción de 85 por ciento en tres años.

Alejandro Hope, experto en la materia, comentó en su columna de El universal que lograr esa meta era algo “tan probable como la existencia de los aluxes”. Cero.

A la semana siguiente Durazo corrigió su meta en un tuit que decía: “Textualmente: la estrategia de seguridad tendrá como meta reducir entre 30 y 50% los homicidios en los primeros tres años del gobierno de AMLO, y que en 6 años otros indicadores de violencia se ubiquen en niveles similares a los de los países con los que compartimos espacio multilateral”.

Una reducción de 30 por ciento de los homicidios, respondió Hope, no suena tan descabellada pues ya sucedió una vez, entre 2011 y 2014, antes de que la matachina subiera de nuevo.

La reducción de 50 por ciento, en cambio, sería más difícil. “Significaría”, escribió Hope, “tener aproximadamente 17 mil 500 homicidios en 2021, equivalentes a una tasa de homicidios de 13 por cada 100 mil habitantes. De 1931 a la fecha no ha habido una disminución de esa magnitud en un periodo tan corto” (https://bit.ly/2MzLwHp).

Hope cuestiona que sea una buena idea para el gobierno federal medir su éxito en seguridad con las cifras de homicidios.

Por una razón: el homicidio es un delito del fuero común, es responsabilidad de los gobiernos estatales, no del federal.

Concluye Hope: “Una administración federal que usa los homicidios como indicador principal de desempeño se vuelve rehén de las circunstancias. Y si no me creen, pregúntenlo a Miguel Ángel Osorio Chong. Entre 2013 y 2015 no se cansó de presumir la reducción de asesinatos. Hasta que la curva cambió de tendencia y cada homicidio adicional le empezó a pesar como una losa”. (Ibid.)

El proyecto de seguridad de la Cuarta Transformación no tiene todavía precisión ni realismo.

El millón de hectáreas lacandonas en la Cuarta Transformación

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Quizá ninguno de los proyectos del nuevo gobierno ha topado con la opinión de una experta de tan alta calidad como Julia Carabias, quien comentó críticamente el plan de sembrar un millón de hectáreas de maderas y frutales en la selva lacandona.

Carabias ha dedicado buena parte de su vida de investigadora a combatir la destrucción de esa selva y ve en el proyecto un riesgo

de repetir errores y seguir atentando contra el ecosistema, la selva, que produce 30 por ciento del agua dulce del país, para al final no producir los 400 mil empleos permanentes prometidos, sino una nueva generación de empleos temporales que, una vez destruida la selva, solo podrán conservarse con subsidios.

Esto es lo que ha sucedido una y otra vez en la inmensa reserva, dice Carabias. Porque no ha faltado en ella la inversión, todo lo contrario.

Lo que ha faltado son proyectos sustentables que combinen la convivencia inteligente de las comunidades con la selva, la preservación de la selva misma, y la creación de empleos suficientes para una población pequeña, pero que crece al 7 por ciento.

Afectar un millón de hectáreas de buena selva para siembras, el sureste podría dar paso a la misma historia de depredación del ecosistema y empobrecimiento de las comunidades.

Sembrar el millón de hectáreas en las partes donde la selva ya está dañada sería invertir en suelos estragados, donde los frutales sufrirán y requerirán probablemente del uso intensivo de agroquímicos, los cuales, a su vez, contaminarán la verdadera única riqueza de la selva, como reserva ecológica, que es la selva misma.

Concluye Carabias: “Me preocupa también que la cantidad de empleos no parecería estar pensado para la población local. Si se están planteando 400 mil empleos, es que se traería gente a la zona y eso sí sería un enorme error”. La entrevista completa en https://bit.ly/2w7vWbE.

En la zona viven hoy solo algo más de 300 mil personas.

Repito lo dicho: no es que los expertos tengan siempre la razón. Es que en los planos de los edificios de la Cuarta Transformación hay tantas cosas improbables, inviables o imposibles de lograr, según los expertos, que valdría la pena volver a pensar cada cosa para ajustarla a la realidad.

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Sobre el autor

Héctor Aguilar Camín

Héctor Aguilar Camín (Chetumal, 1946) novelista e historiador, es director de la revista Nexos.