A propósito del debate del pasado domingo 20 de mayo comparto estas reflexiones:
El éxito de la buena conducción de un debate es que nadie se acuerde de quién lo moderó.
Los moderadores deben facilitar la discusión y hacer que salga a la luz las posiciones de los que debaten.
Deben, con habilidad y sin ningún tipo de agresión, evidenciar qué tal o cuál candidato no responde o evade las preguntas.
Son también quienes propician el intercambio entre quienes debaten.
Esas son sus tareas centrales y las deben realizar de tal forma que nunca sean los protagonistas del debate.
El debate no es el espacio para que los moderadores muestren sus conocimientos y lo que saben de los temas que se discuten.
Y tampoco es el espacio para que digan lo que piensan sobre los temas que se debaten.
Hay un error en el diseño del formato del debate si los moderadores son los protagonistas.
Los moderadores equivocan su tarea si en el debate se ponen a entrevistar a quienes debaten.
En el debate los moderadores son solo animadores de la discusión y el intercambio entre quienes debaten.
Respeto el trabajo periodístico que realizan Yuriria Sierra y León Krauze.
Pienso que el pasado domingo equivocaron su papel.
Twitter: @RubenAguilar