Candidatos y banqueros de paseo por Acapulco

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Vida y milagros

*Usura: Provecho o beneficio excesivo que se obtiene de una cosa. Interés excesivo de un préstamo y ganancia desmedida que obtiene el prestamista.



Los tres candidatos que tienen probabilidades de ganar la elección de julio se presentaron ante los banqueros en la convención de Acapulco la semana pasada. Ninguno de los tres se salió de su discurso conocido y ninguno de los tres habló de la revolución bancaria pública y privada que nuestro país requeriría. Todos abordaron a su manera los temas obligados de educación, crecimiento económico, inseguridad, estado de derecho, corrupción y muchos temas más, pero en la convención de los banqueros le dieron un cómodo rodeo al tema del papel de la banca en el México de hoy.

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Ricardo Anaya arrancó preguntándose cuáles son los pendientes del país y en dónde nos falta avanzar. Se enfocó en la fiscalía general independiente y la lucha anticorrupción y habló mucho acerca del reto de los cambios tecnológicos y la disrupción de nuevas tecnologías que están transformando por completo al mundo, sobre todo el mercado del empleo. Habló de tecnologías que han sustituido a otras, como fue el caso de los coches remplazando a las carretas de caballos o Netflix reemplazando a principios del siglo XXI a Blockbuster, el cual acabó por quebrar. Habló del combate a la pobreza y a la desigualdad, pero no dijo cómo utilizar a la banca para lograr esos cambios. No habló de lo que debería ser una banca tan innovadora como lo fueron el coche o Netflix en su momento. Kenia -dijo- logró bancarizar al 100% de la población por medio de una aplicación telefónica, pero omitió hablar de algo importantísimo: si usó a Kenia como ejemplo, hubiera sido fundamental saber qué intereses cobran y qué reglas del juego tienen los bancos en ese país. Hizo énfasis en que México tiene que modernizarse, habló de competitividad, pero la ecuación de la banca y el freno que hoy imponen sus prácticas al desarrollo del país no fue analizado por él. Tampoco tuvo una mirada crítica hacia los abusos de los bancos y la débil rectoría del estado sobre dicho sector.



Cuando tocó el turno a Andrés Manuel, dijo que asistía para informarles de su propuesta, que centralmente es la transformación de la vida pública en nuestro país, acabando con la corrupción, impunidad y privilegios. Para él, ahí está la clave de su propuesta. Austeridad pública, no aumentar impuestos, no aumentar el costo de la gasolina, y no endeudar al país. Habló de moralizar la vida pública, pero no habló de moralizar y volver eficiente y justo el funcionamiento del sistema financiero mexicano. Yo pensé que en una convención de banqueros hablaría de sus propuestas para modernizar la manera en que los bancos se relacionan con sus usuarios. Se enfocó en el actuar del estado mexicano y habló de mover la economía al liberar fondos para el crecimiento evitando el robo del 20% del presupuesto nacional, que según sus cálculos hoy ocurre, pero de nuevo, con respecto al modus operandi de la banca en México, también le dio la vuelta al asunto. ¿Por qué no tocar el tema si los bancos internacionales que operan en México ganan aquí muchísimo más que en sus países sede? Andrés Manuel habló de bajar el costo del gobierno a la sociedad, pero no habló de bajar los costos financieros de la banca privada a sus usuarios sobre explotados. Prefirió no entrar en camisa de once varas ante los señores del dinero.



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A mí me gustaría saber si alguno de los candidatos trae en la mira a nuestra anquilosada banca mexicana y si las abusivas reglas impuestas a sus usuarios pueden ser acotadas y reguladas con mayor rigor. Andrés Manuel habló del estado de derecho y de algunas reformas que propondrá a partir de su tercer año de gobierno, entre ellas la modificación al artículo 108 constitucional para que permita juzgar al presidente cuando cometa actos de corrupción. Prometió pocas reformas. Está bien si no reforman la banca, los usuarios nos conformamos con que la regulen de acuerdo a las leyes vigentes. En México está prohibida la usura, y muchos de los bancos e instituciones de crédito son casas de usura. ¿Cómo explican tasas de interés en créditos para vivienda del 12 % cuando la inflación es del 4%? ¿Por qué permiten hasta 60% de interés en tarjetas de crédito, tan usadas para financiar a pequeños negocios que no son sujetos de crédito?

Escuché todo el discurso de Andrés Manuel, y al igual que Anaya y Meade, tampoco mencionó a la banca eficiente y justa que nos urgiría en México como motor de la transformación del país. El discurso específico de Andrés Manuel hacia la banca fue más bien tranquilizador. Cito su mensaje textual a los banqueros

"Les digo que no vamos a afectar a la banca en nada. Que tengan confianza, sé que se requiere de una banca fuerte en el país, lo que les proponemos es eso, mi propuesta específica es que se amplíe el servicio bancario en el país. México tiene 2500 municipios y hay 1000 municipios donde no hay servicios bancarios, y se necesitan. En su momento vamos a presentar un proyecto para el desarrollo integral de zonas marginadas con población pobre que habita en el país, de la posibilidad de otorgar créditos en labor conjunta en la que entre el gobierno como garantía de los créditos populares, porque en México si hay cultura de pago."

¿Con intereses razonables y justos? No lo mencionó. ¿Y el papel de la banca de fomento? Tampoco. Me pareció interesante que traiga en el radar del número de municipios que carecen de servicios bancarios. En esos lugares florecen los usureros informales que cobran aún más que los bancos.

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Por último, Meade y su discurso con respecto a los bancos fue el que daría un gerente tratando de abrir nuevas cuentas. Habló de un estado de derecho que dé certidumbre a todo, pero ignoró que las instituciones financieras se pasan por las armas la Ley de títulos y operaciones de Crédito. Se supone que la banca debiera ser un gran motor para el desarrollo del país, multiplicadores del dinero y el apoyo de los micro y medianos empresarios que tantos empleos generan para que logren consolidar sus proyectos. Qué nos diga en dónde y con qué condiciones le prestan a un empresario que tiene una buena idea. A los banqueros les va bien en México, a sus usuarios les va de regular a mal. Les pagan lo mínimo por tener su dinero en los bancos y les cobran muchísimo por acceder a un crédito o prestar sus servicios. Los bancos están muy cómodos prestándole mucho dinero al gobierno y poco a los ciudadanos. Eso lo sabe bien Meade, quien fuera dos veces secretario de hacienda.

Meade se veía como en casa en la convención de banqueros y habló como un perico y con soltura de todos los temas que le preguntaron. Se explayó en los temas económicos y datos estadísticos de lo que somos y tenemos. Habló de aprovechar todos esos bienes para mejorar y crecer, recitó como niño aplicado todos los acuerdos internacionales que hoy nos fortalecen y en particular habló de la importancia de las instituciones, pero pequeño detalle, no habló del papel estratégico de las instituciones bancarias en el desarrollo de México. Eso sí, habló de la necesidad de bancarizar a la mayoría de los mexicanos. Habla de bancarizar al país pero de nuevo, sin tocar el modus operandi de la banca. Está probado que la gente que menos recursos tiene es la que acaba pagando los intereses más caros. Pase usted por una ventanilla de Elektra a pegarse un susto.

No tenemos una banca que preste a los emprendedores con buenos proyectos, proyectos que en el mismo banco en otro país si recibiría financiamiento. Cobran intereses que en sus países de origen jamás les permitirían cobrar. Los bancos te cobran por guardarte tu dinero, te cobran por sacarlo de un cajero, cobran 900 pesos si un cheque no tiene fondos, no te pagan un cheque si el número escrito les parece dudoso aunque la letra diga claramente la cantidad a pagarse, y a esa debieran atenerse según lo marca la ley. No te pagan un cheque de una cantidad arriba de 50 mil pesos si telefónicamente no contactan a la persona que lo expidió. No pagan cheques al portador arriba de 5 mil pesos, te cobran por no tener el saldo que ellos deciden que debes de tener. Un depósito de un banco a otro te lo jinetean 24 horas cuando lo electrónico ya debiera ser inmediato. Todo de acuerdo a reglamentos que se inventan o a peticiones de la Secretaría de Hacienda, de la que se han vuelto cobradores y supervisores, y que contravienen muchas veces lo publicado en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito del 27 de agosto de 1932 y reformada por última vez en 2014.

El tema del sistema bancario mexicano merece ser abordado con audacia y sensatez por los candidatos a la presidencia de la república, pero también por los candidatos a diputados.En la Convención de banqueros celebrada en Acapulco, ninguno de los candidatos le entró al tema con la claridad y urgencia que el deficiente sistema financiero de nuestro país requiere. Y los banqueros, felices.

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Sobre el autor

Verónica Mastretta

Verónica Mastretta. Ambientalista, escritora. Encabeza desde 1986 la asociación civil Puebla Verde y promueve con la OSC Dale la Cara al Atoyac la regeneración de la Cuenca Alta del Río Atoyac en Puebla y Tlaxcala.