Medio Ambiente

Canto de la Selva

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Mundo Nuestro. Este es el llamado de auxilio que campesinos de La Galaxia, en Marquez de Comillas, a la orilla del río Lacantún hacen a todos los mexicanos. Hoy afrontan la destrucción provocada por las crecientes que en el mes de noviembre provocaron la inundación de las instalaciones del proyecto Canto de la Selva. Desde aquí llamamos a la solidaridad de los mexicanos para rescatar este ánimo campesino que lucha por la sobrevivencia de la selva.



https://www.facebook.com/cantodelaselvamx/

A todos nuestros seguidores:
Queremos pedirles apoyo para la reconstrucción de nuestro espacio después de una grave inundación en el mes de noviembre. Estamos buscando poder recibirlos lo antes posible, pero para esto necesitamos recursos para reponer, reparar y adquirir los que se perdió.
Si estás interesando en visitarnos esta es la mejor manera de reservar por el momento. Entra a nuestra campaña aquí: https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva y reserva tu hospedaje por medio de una donación que nos permitirá reconstruir nuestro sitio y apoyar al resto de la comunidad en esta tragedia. Si no pensabas visitarnos, también nos puedes apoyar desde 100 pesos, cualquier aportación ayuda a que sigamos cantando en la selva.

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¡Reconstruyamos Canto de la Selva!

Mundo Nuestro. La siguiente crónica, publicada originalmente en nuestra revista en el año 2015, da cuenta del esfuerzo que campesinos de La Galaxia, en Marquez de Comillas, a la orilla del río Lacantún llevan adelante desde hace más de siete años. Ahora afrontan la destrucción provocada por las crecientes que en el mes de noviembre provocaron la inundación de las instalaciones del proyecto Canto de la Selva. Desde aquí llamamos a la solidaridad de los mexicanos para rescatar este ánimo campesino que lucha por la sobrevivencia de la selva.

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El viernes 13 de junio, el mismo día en que un buen número de ONG’s ambientalistas en la ciudad de México firmó un desplegado en el que entre otras cosas acusan a Natura Mexicana de operar como hoteles eco-turísticos las estaciones de Chajul y Tzendales --sin aportar ningún elemento de prueba--, encuentro a Obed a la entrada de Canto de la Selva, uno de los dos únicos hoteles en toda la región de Montes Azules --el otro es el Centro Eco-turístico Guacamayas, también en la ribera del Lacantún, pero 17 kilómetros río abajo--. Obed dejó todo por Canto de la Selva, el proyecto eco-turístico que el ejido de La Galaxia desarrolla en uno de los más grandes meandros que forma el Lacantún, en su carrera hacia el Usumacinta, 90 kilómetros río arriba. No siembra, no tiene ganado. Y se le ve feliz. Apenas la última semana de mayo pasaron unos turistas gringos que dejaron 1,500 pesos diarios cada uno. Luego vinieron las tormentas que golpearon Chiapas y el río dejo su marca en la vega. Esta tarde hay asueto. El calor es terrible y los moscos atenazan. Veo volar un moscón y pienso en los colmoyotes.



En la foto satelital el meandro que guarda 155 hectáreas de selva en el que se esconde el hotel es una pera con su base de2.5 kilómetros metido de lleno casi tres en la reserva de Montes Azules. Los ejidatarios tumbaron en un primer arranque la mitad del arbolado en el meandro, hasta que hace un par de años metieron lo que quedaba en el programa de Pago por Servicios Ambientales. Y desarrollaron con la ayuda de las biólogas de Natura Mexicana el proyecto hotelero. La brecha por la que llegas da una buena idea de lo ocurrido en la selva: a mano izquierda, los maizales rodean tres ceibas enormes, unos cohetes con penachos a punto de despegue, y antes los potreros y la palma africana y en el camino los peones guatemaltecos que regresan al pueblo; a mano derecha un paredón verde asomado al baldío de los agricultores se interroga si tendrá éxito el experimento hotelero. De repente, la brecha se introduce en la selva y en un instante no puedes creer que las hachas derribaran tanta belleza.



Meandro en el río Lacantún.



Selva y deforestación en el meandro de Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Son seis o siete búngalos ocultos entre el follaje. Estás en uno y no ves a los otros. Buena madera y excelente gusto arquitectónico. Las habitaciones dejan libre la vista de la selva que queda a la mano de tres metros, con estructura de mosquitero y terraza de por medio. Arriba el dosel no deja ver el cielo; al frente el follaje oculta lo que pase más allá de veinte metros. Imagino la noche y el canto de la selva.





El río Lacantún desde el hotel Canto de la Selva/Foto de Sergio Mastretta.

Obed nos lleva al río, por un sendero abierto que rodea una enorme ceiba. El cuello se tuerce, pero de inmediato la vista está en el suelo, pues este campesino expulsado de niño junto con sus padres por la devastación de la tierra en su pueblo Rizo de Oro, allá por la presa de La Angostura, platica de una nauyaca dormida al pie de un amargoso apenas hace unos días. El sendero no te lleva en más de cincuenta metros a la palapa colgada en la ribera, que en esta orilla ve pasar el agua seis metros abajo. La inundación de hace dos semanas cubrió el sendero y pasó debajo de los búngalos. La palapa montada en concreto resistió sin problemas.

Obed señala un cocodrilo en el playón en la otra orilla. Buena suerte del guía y del turista que le pregunta cómo fue que talaron la mitad de esta isla.



“Y eso que todos vimos lo que pasó sucedió en Rizo de Oro, cómo nos acabamos toda esas selvas. No quedó nada. Y para allá íbamos aquí con la decisión fatal del gobierno de permitir en los noventa el aprovechamiento forestal, eso provocó la tala que ha visto en Galaxia. La confrontación ha sido fuerte entre los ejidatarios, unos por talar y otros por conservar. Al final dijimos, cada quien su parte, cada quien decide. Nosotros salvamos esto para el Canto de la Selva.”



Ceiba gigante en Canto de la Selva

Acahual

Acahual le llaman en los pueblos de la selva a los campos que por un tiempo se abandonan a la fuerza del agua y al milagro de las semillas voladoras. El viernes 15 de junio en Playón de Gloria atravieso un potrero cercano al río Lacantún con José Luis Méndez, un campesino que decidió hace cinco años devolver a la naturaleza un potrero de cinco hectáreas dedicado por más de diez a la ganadería. No es fácil creer lo que se ve: el hombre distingue uno por uno los árboles que le señalo: ceiba, canchán, guayacán, pomela, palo buscado, laurel negro, árbol de pozol, fierrillo, comida de loro, plumillo, amargoso, guapaque, chalom, chalóm de montaña, lagarto, zapote de agua, quina, ramón, maculis… Todos entre tres y diez metros de altura. En cinco años una pequeña selva. Es un esfuerzo personal, el de un hombre que decidió apostar por la selva. José Luis dejó un potrero de tres hectáreas como vía de escape en caso de su propósito fracase.



En el acahual/ Foto de Sergio Mastretta.

Lucía Ruiz y Paula Meli son dos jóvenes biólogas que en Natura Mexicana dedicaron tres años a la investigación de los procesos de conservación y restauración de las selva tropical en espacios perturbados por la acción humana: Herramientas legales para la conservación y restauración de la vegetación ribereña: un estudio de caso en la Selva Lacandona, es la de Lucía,quien estudió 57 kilómetros de la ribera del río Lacantún del lado de Marqués de Comillas y encontró que sólo un 25 % corresponden a acahuales maduros y vegetación primaria con una franja mayos a los diez metros de anchura; el cambio en el uso del suelo, el no reconocimiento de la propiedad federal en las riberas por los ejidatarios y un marco jurídico impracticable han provocado esta intensa perturbación. Restauración de los ecosistemas ribereños y sus servicios ecosistémicos: meta-análisis global y un estudio de caso en Chiapas, México, es la tesis de Paula, un estudio sobre la recuperación de servicios ribereños que prueba que un esfuerzo de restauración activa puede generar resultados sustanciales en el corto plazo. Ambos estudios subrayan la importancia de contar con un marco legal eficaz y eficiente.



Ribera en el río Chajul deforestada para la siembra de palma africana/Foto de Sergio Mastretta.

El programa de Pago por Servicios Ambientales no contempla el respaldo de esfuerzos como el del campesino José Luis. Si contara con él, y se pudieran aplicar las recomendaciones de especialistas como Lucía y Paula, es decir, dinero y tecnología, le iría mejor y serían muchísimos los campesinos que seguirían su ejemplo. Por ahora, los acahuales están expuestos siempre a la lógica del hambre que aprieta a las familias campesinas, y siempre estará ahí la oportunidad de recibir el apoyo de la SAGARPA, mucho más eficiente y experimentada que la CONAFOR en aquello de “bajar recursos federales” para el desarrollo de la ganadería.

El sábado 15 me muestran otro acahual. Está en la embocadura de los ríos Jabalí (Santo Domingo) y Jataté, donde en estricta medida arranca el Lacantún, al sureste de la reserva de Montes Azules, unos kilómetros debajo de la laguna de Miramar. Tiene diez años que dejaron esa ribera a la acción recuperadora de la naturaleza. La fronda alcanza los veinte metros. ¿Será que la Lacandona no está definitivamente perdida?



Ribera en el Jataté recuperada por la selva/Foto de Sergio Mastretta.

Por el Jataté bajaron miles de trozas en aquellos años de la bonanza porfiriana para los madereros de Tabasco. Hasta Tenosique, cuatrocientos kilómetros río abajo, como un rastro de hormigas rojas entre los pedregales, flotaban drenando la sangre de la montaña.

Para cualquiera que no sepa, lo que se mira es selva. Luego me recuerdan que varios de los árboles que lucen su figura al sol de mediodía pueden alcanzar tranquilamente los cuarenta metros de altura. Cincuenta años no son tanto tiempo. Observo los remolinos furiosos que elaboran en su encuentro los dos cauces enfrentados. Mientras, los hombres que me acompañan narran una escena policiaca de la picaresca de este pueblo llamado Democracia, con la historia de un malandrín que terminó refugiado en el islote de selva virgen que forman los dos ríos. Yo divago y asumo que la biodiversidad de la vida remontará sin contratiempos el caudaloso río de la insensatez humana, y que para entonces, ninguno de los que ahora nos maravillamos con el espectáculo de la crecida de los ríos de junio estaremos para contarlo.

Viaje al fin de la selva

Mundo Nuestro. La siguiente crónica, publicada originalmente en nuestra revista en el año 2015, da cuenta del esfuerzo que campesinos de La Galaxia, en Marquez de Comillas, a la orilla del río Lacantún llevan adelante desde hace más de siete años. Ahora afrontan la destrucción provocada por las crecientes que en el mes de noviembre provocaron la inundación de las instalaciones del proyecto Canto de la Selva. Desde aquí llamamos a la solidaridad de los mexicanos para rescatar este ánimo campesino que lucha por la sobrevivencia de la selva.

DONACIÓN https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva



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Reconstruyamos Canto de la Selva

El rey jaguar prefiere #Cantodelaselva para descansar / ¡Reconstruyamos Canto de la Selva!

Lo que puede ser tiene un origen. Este es un resumen científico hecho por Natura Mexicana del valor biológico de la Selva Lacandona:

“En la Lacandona se encuentra una de las selvas húmedas más altas (con árboles emergentes hasta de 60 m. de altura) de México, la vegetación en esta región es peculiar debido a su origen fisiográfico y a la morfología de los suelos. Ahí convergen especies de origen neártico y neotropical (Toledo y Carrillo, 1992) y sólo aquí pueden encontrarse animales y plantas de origen amazónico (Esteban Martínez. com. pers.) Además, el macizo de vegetación posee el 43% de la flora de Chiapas y el 19% de la flora de nuestro país, compuesta por 22,800 especies (Rzedowski 1991). Mantiene poblaciones silvestres de árboles maderables y otras plantas con importancia económica, como el cedro, la caoba, la palma camedor, la vainilla y el cacao. Aunado a esto es el único hábitat de la Lacandonia schismatica, una especie que ha revolucionado el entendimiento de la biología vegetal en el mundo (Martínez y Ramos, 1989).



“La Selva Lacandona alberga la mayor riqueza de mamíferos de México, se han registrado 113 especies de este grupo y algunas como el tlacuache cuatro ojos y el armadillo cola desnuda solamente se encuentran en esta región del país (Medellín, 1994). Algo similar sucede con otros grupos, el 30% de las aves del país habitan en la Lacandona, siendo este el único lugar de México donde se tienen registros de una población viable de guacamaya roja (Natura y Ecosistemas Mexicanos, 2013). Además, se conocen 54 especies de insectos que tienen afinidad con Centroamérica y la cuenca amazónica, cuyo límite de distribución en el continente es el río Lacantún, la parte más sureña de la región Lacandona (De la Maza y De la Maza, 1987). Se han identificado 800 especies de mariposas diurnas que representan el 44% de la biodiversidad del grupo en México, algunas de ellas son endémicas del género Agrias, Bolboneura y Perrhybris (De la Maza y De la Maza, 1982, 1985, 1989 y 1993).”



Mono aullador/Foto de Natura Mexicana.

ES difícil ver el futuro que tiene el acuerdo institucional que derivó en el proyecto “Desarrollo Rural Sustentable en Corredores Biológicos del Estado de Chiapas”. Por ahora el hecho es que el Estado mexicano ha invertido en los últimos cuatro años 595 millones de pesos en 166 mil hectáreas chiapanecas con el Pago de Servicios Ambientales (PSA), un programa que paga a los campesinos por la conservación de sus selvas.



Son muchos los organismos de la sociedad involucrados. Las secretarías SAGARPA y SEMARNAT, con organismos como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO); organizaciones civiles como Natura Mexicana, que en alianza con la UNAM y otras instituciones académicas desarrolla el más sólido proyecto piloto de conservación de selvas campesinas en los ejidos de Marqués de Comillas, o la Asociación Cultural Na Bolom, que realiza estudios de dinámica de uso de suelo, o la cooperativa AMBIO, que desarrolla experiencias en monitoreo comunitario y comercialización de créditos de carbono, o el del Colegio de la Frontera SUR (ECOSUR) y el Centro GEO, que realizan el desarrollo de un sistema de Medición Reporte y Verificación de las emisiones de carbono forestal.

Y la investigación científica involucrada en la restauración de los ecosistemas.

Estos son los testimonios de la selva posible. La del bienestar de las comunidades campesinas fundado en la conservación ambiental.

Lepidópteros diurnos y mariposas

Sí, la Selva Lacandona es el centro de más alta diversidad biológica en el trópico de Norte y Mesoamérica, pero ¿qué significa que en el 0.2% del territorio nacional se concentre un importante porcentaje de las especies presentes en el país?

Javier De la Maza se hizo esta reflexión hace mucho tiempo, antes incluso de que se decretaran las 331 mil hectáreas de la Reserva de la Biósfera de Montes Azules: Tal vez en 1979, cuando junto con un grupo de biólogos probados y estudiantes jóvenes de la UNAM aterrizó en la pista de Chajul, hoy convertida en una avenida de camellón como tantas otras en estas comunidades que por mucho tiempo no tuvieron otra vía de comunicación con el exterior. Como no fuera el río y el día entero para llegar a la terracería y el camión que tras ocho horas insufribles te dejaría en Palenque, al otro lado de la selva y de regreso al mundo.

Lo veo ahí, en el comedor de Estación Chajul, retratado en una lancha en el Lacantún, con los ojos sorprendidos como los llevas cuando miras por primera vez las ceibas que sobresalen como reinas inalcanzables en la maraña verde amarrada a la corriente. Pero los suyos son ojos científicos que miran, detectan, describen, analizan, cuestionan y publican. 800 especies de mariposas se han identificado en 35 años de estudiar la selva en el río Lacantún, el 44% de la biodiversidad del grupo en México, y las endémicas del género Agrias, Bolboneura y Perrhybris por delante.



Taller de producción artística en el mariposario de Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Pero lo veo también en los ojos de Caralampio, el campesino que en el ejido de Playón de la Gloria encabeza el mariposario establecido en una vega del río Lacantún, una explotación sustentable que le permite a esa comunidad ejidal elaborar con las alas multicolores de las mariposas una de las más hermosas artesanías que brotan de manos mexicanas. Caralampio nombra a su manera alguna de las mariposas que De la Maza estudia y bautiza con sufridos latinazgos: esa es un cabrito. Y luego se sigue en retahíla: julias, amarillas, cuadradas, tigras, monarcas, lichas, zopilotes o patitos, tronaderas (parece que aplaudieran), calenturas, caritas, naylas, seis soles, diablitos, lupitas, tigras verdes, globitos, chamitas, papilios…



Caralampio, en el mariposario de Playón de Gloria. Foto de Sergio Mastretta.

Javier habla como biólogo, y así describe estas selvas húmedas: sus árboles emergentes alcanzan los 60 metros de altura, y la vegetación es peculiar por la morfología del suelo y su fisiografía; aquí convergen especies de origen neártico y neotropical lo que explica que sólo aquí encuentres animales y plantas amazónicas; y que en este macizo se guarde el 43% de la flora chiapaneca y una de cada cinco especies que existen en México. Los cedros y las caobas que en miles de trozos y por el río se llevaron desde las monterías los madereros tabasqueños y españoles hasta los talleres ebanistas ingleses y americanos entre 1870 y 1949. O una planta como la Lacandonia schismatica, y el debate en el que se revoluciona el entendimiento de la biología vegetal y por el que desgarran sus vestiduras los biólogos: ¿su flor rompe con todo lo conocido o es meramente una inflorescencia? http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/especies_priori/fichas/pdf/Lacandonia.pdf

O los mamíferos, dice Javier, no hay otro lugar como éste en México: 113 especies, y sólo aquí el tlacuache cuatro ojos y el armadillo cola desnuda. Y las aves, una de cada tres de las que vuelan en el país, y sólo aquí se sostiene la viabilidad de las guacamayas rojas. Y los insectos, con 54 especies afines con la cuenca amazónica.

Y desde ese mundo de zumbidos y aleteos Javier mira al río. Estamos en la cuenca media del río Usumacinta, y llueve tanto como para producir uno de cada tres litros de agua dulce de México. Y aquí el agua lleva tanto nutriente que da para alimentar a las pesquerías del golfo, además de 56 especies de peces en el propio río, 22 de ellas exclusivas de la región. Por eso Javier mira estas selvas con ojos entrenados para entender lo que representan para mantener los ecosistemas, su capacidad para regular el clima, para capturar carbono, para producir y conservar el agua y los suelos, para reducir los daños por inundaciones, para desarrollar los ciclos biogeoquímicos en los que se soportan las cadenas alimenticias terrestres y acuáticas. Es lo que ya no sólo los funcionarios y los biólogos, también cada vez más los campesinos, reconocen como “servicios ambientales”.

No es fácil para un científico como Javier De la Maza asimilar el paso del tiempo sin que la sociedad mexicana comprenda el riesgo enorme de que se pierdan el último territorio de selva húmeda en México.

Canto de la selva

El viernes 13 de junio, el mismo día en que un buen número de ONG’s ambientalistas en la ciudad de México firmó un desplegado en el que entre otras cosas acusan a Natura Mexicana de operar como hoteles eco-turísticos las estaciones de Chajul y Tzendales --sin aportar ningún elemento de prueba--, encuentro a Obed a la entrada de Canto de la Selva, uno de los dos únicos hoteles en toda la región de Montes Azules --el otro es el Centro Eco-turístico Guacamayas, también en la ribera del Lacantún, pero 17 kilómetros río abajo--. Obed dejó todo por Canto de la Selva, el proyecto eco-turístico que el ejido de La Galaxia desarrolla en uno de los más grandes meandros que forma el Lacantún, en su carrera hacia el Usumacinta, 90 kilómetros río arriba. No siembra, no tiene ganado. Y se le ve feliz. Apenas la última semana de mayo pasaron unos turistas gringos que dejaron 1,500 pesos diarios cada uno. Luego vinieron las tormentas que golpearon Chiapas y el río dejo su marca en la vega. Esta tarde hay asueto. El calor es terrible y los moscos atenazan. Veo volar un moscón y pienso en los colmoyotes.



En la foto satelital el meandro que guarda 155 hectáreas de selva en el que se esconde el hotel es una pera con su base de2.5 kilómetros metido de lleno casi tres en la reserva de Montes Azules. Los ejidatarios tumbaron en un primer arranque la mitad del arbolado en el meandro, hasta que hace un par de años metieron lo que quedaba en el programa de Pago por Servicios Ambientales. Y desarrollaron con la ayuda de las biólogas de Natura Mexicana el proyecto hotelero. La brecha por la que llegas da una buena idea de lo ocurrido en la selva: a mano izquierda, los maizales rodean tres ceibas enormes, unos cohetes con penachos a punto de despegue, y antes los potreros y la palma africana y en el camino los peones guatemaltecos que regresan al pueblo; a mano derecha un paredón verde asomado al baldío de los agricultores se interroga si tendrá éxito el experimento hotelero. De repente, la brecha se introduce en la selva y en un instante no puedes creer que las hachas derribaran tanta belleza.



Meandro en el río Lacantún.



Selva y deforestación en el meandro de Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Son seis o siete búngalos ocultos entre el follaje. Estás en uno y no ves a los otros. Buena madera y excelente gusto arquitectónico. Las habitaciones dejan libre la vista de la selva que queda a la mano de tres metros, con estructura de mosquitero y terraza de por medio. Arriba el dosel no deja ver el cielo; al frente el follaje oculta lo que pase más allá de veinte metros. Imagino la noche y el canto de la selva.



El río Lacantún desde el hotel Canto de la Selva/Foto de Sergio Mastretta.

Obed nos lleva al río, por un sendero abierto que rodea una enorme ceiba. El cuello se tuerce, pero de inmediato la vista está en el suelo, pues este campesino expulsado de niño junto con sus padres por la devastación de la tierra en su pueblo Rizo de Oro, allá por la presa de La Angostura, platica de una nauyaca dormida al pie de un amargoso apenas hace unos días. El sendero no te lleva en más de cincuenta metros a la palapa colgada en la ribera, que en esta orilla ve pasar el agua seis metros abajo. La inundación de hace dos semanas cubrió el sendero y pasó debajo de los búngalos. La palapa montada en concreto resistió sin problemas.

Obed señala un cocodrilo en el playón en la otra orilla. Buena suerte del guía y del turista que le pregunta cómo fue que talaron la mitad de esta isla.

“Y eso que todos vimos lo que pasó sucedió en Rizo de Oro, cómo nos acabamos toda esas selvas. No quedó nada. Y para allá íbamos aquí con la decisión fatal del gobierno de permitir en los noventa el aprovechamiento forestal, eso provocó la tala que ha visto en Galaxia. La confrontación ha sido fuerte entre los ejidatarios, unos por talar y otros por conservar. Al final dijimos, cada quien su parte, cada quien decide. Nosotros salvamos esto para el Canto de la Selva.”



Ceiba gigante en Canto de la Selva

Acahual

Acahual le llaman en los pueblos de la selva a los campos que por un tiempo se abandonan a la fuerza del agua y al milagro de las semillas voladoras. El viernes 15 de junio en Playón de Gloria atravieso un potrero cercano al río Lacantún con José Luis Méndez, un campesino que decidió hace cinco años devolver a la naturaleza un potrero de cinco hectáreas dedicado por más de diez a la ganadería. No es fácil creer lo que se ve: el hombre distingue uno por uno los árboles que le señalo: ceiba, canchán, guayacán, pomela, palo buscado, laurel negro, árbol de pozol, fierrillo, comida de loro, plumillo, amargoso, guapaque, chalom, chalóm de montaña, lagarto, zapote de agua, quina, ramón, maculis… Todos entre tres y diez metros de altura. En cinco años una pequeña selva. Es un esfuerzo personal, el de un hombre que decidió apostar por la selva. José Luis dejó un potrero de tres hectáreas como vía de escape en caso de su propósito fracase.



En el acahual/ Foto de Sergio Mastretta.

Lucía Ruiz y Paula Meli son dos jóvenes biólogas que en Natura Mexicana dedicaron tres años a la investigación de los procesos de conservación y restauración de las selva tropical en espacios perturbados por la acción humana: Herramientas legales para la conservación y restauración de la vegetación ribereña: un estudio de caso en la Selva Lacandona, es la de Lucía,quien estudió 57 kilómetros de la ribera del río Lacantún del lado de Marqués de Comillas y encontró que sólo un 25 % corresponden a acahuales maduros y vegetación primaria con una franja mayos a los diez metros de anchura; el cambio en el uso del suelo, el no reconocimiento de la propiedad federal en las riberas por los ejidatarios y un marco jurídico impracticable han provocado esta intensa perturbación. Restauración de los ecosistemas ribereños y sus servicios ecosistémicos: meta-análisis global y un estudio de caso en Chiapas, México, es la tesis de Paula, un estudio sobre la recuperación de servicios ribereños que prueba que un esfuerzo de restauración activa puede generar resultados sustanciales en el corto plazo. Ambos estudios subrayan la importancia de contar con un marco legal eficaz y eficiente.



Ribera en el río Chajul deforestada para la siembra de palma africana/Foto de Sergio Mastretta.

El programa de Pago por Servicios Ambientales no contempla el respaldo de esfuerzos como el del campesino José Luis. Si contara con él, y se pudieran aplicar las recomendaciones de especialistas como Lucía y Paula, es decir, dinero y tecnología, le iría mejor y serían muchísimos los campesinos que seguirían su ejemplo. Por ahora, los acahuales están expuestos siempre a la lógica del hambre que aprieta a las familias campesinas, y siempre estará ahí la oportunidad de recibir el apoyo de la SAGARPA, mucho más eficiente y experimentada que la CONAFOR en aquello de “bajar recursos federales” para el desarrollo de la ganadería.

El sábado 15 me muestran otro acahual. Está en la embocadura de los ríos Jabalí (Santo Domingo) y Jataté, donde en estricta medida arranca el Lacantún, al sureste de la reserva de Montes Azules, unos kilómetros debajo de la laguna de Miramar. Tiene diez años que dejaron esa ribera a la acción recuperadora de la naturaleza. La fronda alcanza los veinte metros. ¿Será que la Lacandona no está definitivamente perdida?



Ribera en el Jataté recuperada por la selva/Foto de Sergio Mastretta.

Por el Jataté bajaron miles de trozas en aquellos años de la bonanza porfiriana para los madereros de Tabasco. Hasta Tenosique, cuatrocientos kilómetros río abajo, como un rastro de hormigas rojas entre los pedregales, flotaban drenando la sangre de la montaña.

Para cualquiera que no sepa, lo que se mira es selva. Luego me recuerdan que varios de los árboles que lucen su figura al sol de mediodía pueden alcanzar tranquilamente los cuarenta metros de altura. Cincuenta años no son tanto tiempo. Observo los remolinos furiosos que elaboran en su encuentro los dos cauces enfrentados. Mientras, los hombres que me acompañan narran una escena policiaca de la picaresca de este pueblo llamado Democracia, con la historia de un malandrín que terminó refugiado en el islote de selva virgen que forman los dos ríos. Yo divago y asumo que la biodiversidad de la vida remontará sin contratiempos el caudaloso río de la insensatez humana, y que para entonces, ninguno de los que ahora nos maravillamos con el espectáculo de la crecida de los ríos de junio estaremos para contarlo.

La selva de don Rubén

Don Rubén tiene 77 años y es uno de los fundadores de Playón de la Gloria, a principios de los setenta. Tiene gripa pero anda con el torso desnudo a la mitad de su selva. “Yo supe de la vida, es mi primera memoria que tengo, cuando a los seis años encontré muerto a mi padre allá arriba, en la Trinitaria. Llevábamos en burro al mercado la cosecha de chiles, dos días nos hicimos desde La Gloria. Dijo que no iba a tomar, pero lo hizo. Ese día que amaneció no lo vimos ahí donde nos dormimos. Estaba tirado cercas, y ahí junto estaba el piedrón con el que le reventaron la cabeza. Entonces supe de la vida.”



La selva de don Rubén en Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Su historia es larga, pero la mitad de ella ha transcurrido aquí en Playón de la Gloria. En su terreno que pega con el río está el mariposario en el que Caralampio nombra por su apariencia a las mariposas. Las nietas de don Rubén construyen los platos con las floridas alas de las mariposas. Ahora el viejo y yo caminamos por la orilla arbolada hasta encontrar la ribera que su vecino ha destroncado sin clemencia. Va nombrando los arbolones que nos asombran y en algunos describe sus cualidades. Del ramón se come la semilla, primero se dora y se hace como atole o café, y da una resina, pero su madera no sirve para tabla; el palo de elote es bueno pa leña y la semilla también se dora y se come, tiene sabor a elote; la semilla de la piña se la comen los monos saraguatos, que por lo menos cada quince días se dan una vuelta por la huerta; del frijolillo sacas tablas y viguetas para corrales; el coyte es vomitivo si se muele la hoja y te tomas su jugo; el sonsapote o cabeza de mico es bueno pa la disentería y con su madera sacas buenas tablas; el gambudo quién sabe pa qué sea; y ese matapalo se está comiendo un café; y este amargoso que bien mide 40 metros da una fruta que no se aprovecha, parecida a la del plumillo aquel, pero sí se aprovecha la madera, y mira, aquí está su semilla, es una plumilla que el aire carga y por allá lleva; esta mata baja es café, y se la comen los changos; y mira este palo de chicuy, y aquella quina, para bajar las calenturas del paludismo, haces un cocimiento de cáscaras y les ayudas a las mujeres en la menstruación.



Don Rubén, en Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

No para. Descubrió una ceiba, que ya reconozco fácilmente por el tronco espinudo; esta mide unos treinta metros, es joven, me dice; y su semilla (a don Rubén le encantan las semillas) es mata segura, mira son estas volutas como de algodón, no pesan, igual que las de la vivurina o la pimienta, es mata segura le digo, el aigre las lleva hasta Guatemala. Su madera es suave, cómo cuesta cortarla con la motosierra, se embota, se hace taco, mejor déjalas. Y va a la memoria don Rubén: cuando construían los tepescos, las tarimas que armaban para alcanzar el tronco sobre los tres o cuatro metros de los contrafuertes, pero en Playón de la Gloria era pura bejucalera, no había muchos árboles grandes, no era montaña alta. Y regresa a sus árboles en la ribera: el frijolillo, su fruta se la comen los tucanes y los loros, claro, también las ardillas… Y el bari, el chalum, el mamey.

Ah, para la gripa, un cocimiento de sauco y cebollas.

Al final, identifica una caoba. Me dice su nombre científico: Swetania macrophylla. Si alguna vez existieron, ya no las encontraron en Playón de Gloria.

La selva posible/Memoria campesina

Giovanni Martínez, campesino de Flor de Marqués: Cuando mis papás llegaron la selva era mucho más grande que ahorita. Yo nací aquí y me enseñaron a cuidar la selva y me empezaron a hablar sobre los beneficios que traía. Tons ya pues de chiquito yo fui viendo y pues también fui empezando a valorar la selva. Mi abuelito fue quien le empezó a decir a ellos. Mis abuelitos son de la Frontera Comalapa y a ellos él los trajo para acá y entonces pues él nos empezaba a decir y hasta la fecha nos dice que la selva nos ayuda porque si la talas se va a acabar el mundo, fácilmente se acaba. ¿Por qué? Porque la selva es la que nos ayuda a respirar.

Baltasar Lombera, campesino de Boca de Chajul: Hay cosas buenas que se pueden hacer y que son muy rescatables, aprender de lo que nos pasó es excelente, lamentarnos no conduce a nada. Aquí en Chajul se benefició al sembrar en la tierra, se dejó de ser nómadas en la agricultura, la gente siembra el mismo terreno desde hace buenos años, entonces eso fue positivo. Yo he sembrado maíz, frijol, tengo un ciclo al pie de la letra. Mi papá destronconó hace 25 años, desde entonces se ha cultivado. No invento ni quiero volverme mago, cosecho frijol, siembro maíz, porque en esta época no nos sirve sembrar frijol, llueve mucho, no sirve, entonces siembro maíz. Ai quedó, vuelvo a rastrear, vuelvo a sembrar frijol. Y así. Ciclo-ciclo. Sacó el maíz y el frijol del gasto. Tiene cinco años que lo llevo así, pegado a la letra. A veces pierdo todo, llega el río y me tumba, nada queda. Duele, te deja sin comer, bailando en un pie. Pero sigo así, ciclo a ciclo. Almaceno el gasto, y lo llevo a la letra. Empecé con seis toneladas en un terreno de dos hectáreas, el año pasado saqué nueve.

Juan Marroquín, campesino de La Galaxia: Se va a acabar la selva. Nosotros como familia Marroquín, con algunos de los Pérez, somos dueños de 1,300 hectáreas. Yo comencé a hablar de la importancia de la selva desde los ochenta. Primero a nivel regional, luego a nivel ejido. Por eso se dio la autorización de dio el permiso para aprovechar las 2,047 hectáreas. Dije, si en una hectárea puedo tener dos vacas, ¿cuántos árboles puedo aprovechar en un año por hectárea? ¿Cuánto me rinde la madera? Por eso promoví el aprovechamiento forestal sostenible, la idea fue aprovechar cien hectáreas, y así regresar a los veinte años a donde iniciamos. No lo logramos por varios factores: nuestra madera no tenía mercado en el 99, luego aunque teníamos permiso para veinte años el gobierno nos exige que actualices tu proyecto, tu plan de manejo, y tienes que pagar a otro ingeniero para que haga el estudio, y lo que más nos molestó es que cuando sacabas madera preciosa te detenía desde el barrendero hasta el oficial más grande, todos querían dinero. Gran problema: si queremos dedicarnos a la silvicultura, a un plan de manejo ordenado, sustentable, no te dejan. Decía un funcionario: ‘si vienes derecho, te torcemos, y si vienes torcido, te enderezamos.”. El dinero es como el aceite, afloja el tornillo más oxidado. Nos detuvieron un camión, ordenó el oficial bajar la madera a un lado del camino, ahí se quedó, luego quemaron para sembrar milpa y se quemó todo.

Domingo Martínez, campesino de Flor de Marqués: Debería de haber más conciencia en las ciudades, porque si nosotros no nos pusiéramos en ese plan, entonces el gobierno nos dio las tierras, son de nosotros, le ponemos motosierra a toda la selva y se acabó. Pues también la gente de allá afuera está sufriendo, sufre más por el agua, las inundaciones, todo, también en eso debe de poner de su parte la gente de afuera, nosotros nos ponemos a proteger la selva pero también queremos comer, queremos vestir a nuestra familia, tenemos hijos, tenemos esposa y así como está de caro todo mil pesos no es nada. Por eso la gente dice que si pusieran más a lo que es el pago entonces con gusto.

Nicolás López, campesino de Democracia: Todos los ejidatarios nos reunimos en Amatitlán en la oficina de silvicultores en Amatitlán. El gobierno está apoyando un poquito, pero con eso estamos conservando la selva, ya estamos viendo el calentamiento global, nos damos cuenta, por eso estamos conformes. Sí quisiéramos que aumentara la tarifa por el pago de servicios ambientales, porqué con eso no podemos salir adelante, tenemos mucha necesidad.

Floridalma Pérez, campesina de Cuarto Pueblo, Guatemala: Ah, el padre Guillermo Woods, él decía que las tierras había que cuidarlas mucho porque era el patrimonio de los hijos; y que había que cuidar la selva porque pues era como la vida de nosotros porque si tumbábamos todo, todo, todo, y acabábamos con la selva si no cuidábamos lo que es la naturaleza, entonces iba a haber mucha sequía y que se iba a acabar todo, y los que íbamos a sufrir éramos nosotros. La gente estaba de acuerdo porque por eso él organizaba a la gente, estaba organizado como para proteger todo.

Giovanni Martínez, campesino de Flor de Marqués: Cuando mis papás llegaron la selva era mucho más grande que ahorita. Yo nací aquí y me enseñaron a cuidar la selva y me empezaron a hablar sobre los beneficios que traía. Tons ya pues de chiquito yo fui viendo y pues también fui empezando a valorar la selva. Mi abuelito fue quien le empezó a decir a ellos. Mis abuelitos son de la Frontera Comalapa y a ellos él los trajo para acá y entonces pues él nos empezaba a decir y hasta la fecha nos dice que la selva nos ayuda porque si la talas se va a acabar el mundo, fácilmente se acaba. ¿Por qué? Porque la selva es la que nos ayuda a respirar.

Arminda Hernández, campesina de Playón de la Gloria: Queremos que siga la Reserva, pues. Se está tratando de conservar queremos que tenga éxito el proyecto con Natura. ¿Qué va a pasar si invaden la Reserva? Este río Lacantún se va a acabar, se va a hacer chico, si ya lo arroyos se están secando, cuánta agua se nos va a ir. Ahorita no lo vemos, pero se va a acabar, vamos a caer en lo peor. En Playón hay gente que sí quiere el programa, pero hay gente que no. Cada año se va acabando todo. Sacamos maíz pero barato, de estar atenidos al pago por servicio ambiental no sé qué vamos a hacer. Si fuera más alto el pago tal vez mejoraría. He oído muchos comentarios de que no alcanza, así que muchos están de acuerdo y muchos no.

Nicolás López, campesino de Democracia: Nosotros los padres estamos aquí para enseñarles a los hijos lo importante de la conservación y desde pequeños como van a trabajar y hacer más productivo el campo, ya no tumbar más montaña, es la meta, para que siembren café y cacao que está permitido sembrar como parte de la conservación. En las hectáreas tenemos café y cacao para vender, y sí da, cuando pega bien. Ahorita entró la plaga, ya no dio el café, ahora hay que cortarlo, cambiar la estrategia, buscar otro que resista.

Juan Marroquín, campesino de La Galaxia: Al ver que el aprovechamiento maderable no dio efecto, por lo barato, porque dan los permisos para el tiempo de aguas, no en secas, en enero, febrero. Meten la máquina en junio, se meten profundo, y cuando regresa, viene tumbando todo el sotobosque, todos los renuevos los destruye. Barato y con destrucción del sotobosque, ese proyecto nos dejó más pobres de lo que estábamos. Nos daban 15 mil pesos al año por 50 metros cúbicos. Entonces yo propuse diferente, ya estaban los pagos por servicios ambientales. Algo no hacíamos bien, pues no pasaban en Conafor, hasta que vino Natura Mexicana, con Javier de la Maza y l maestra Julia Carabias, en el 2008. Pero nos dieron más 392 pesos por hectáreas. Luego salió otro programita y ya nos dieron 800 pesos. Algunos querían seguir con el aprovechamiento, pero cuando vieron que ya pagaron, le entraron, ahora tenemos cerca de 1,500 hectáreas en pagos. Es poco todavía lo que pagan por hectárea. Se tiene que pagar mejor. Eso es lo que decimos aquí en Galaxia.

Giovanni Martínez, campesino de Flor de Marqués: Se vive del campo, pero como para decir que me voy a comprar un carro de mis cosechas tal vez sí lo voy a hacer pero me va a costar. Tenemos una camionetita, la compramos del apoyo que nos dan de pago por servicios ambientales, entonces de ahí yo tengo catorce hectáreas metidas en la conservación y él tiene veinte entonces las unimos y platicamos y ya desde hace mucho nos hacía falta una camioneta para el trabajo, para cargar la leña, el maíz, el frijol cuando sale. Y ya pues hubo una oportunidad de comprar la camioneta y pues ya la compramos de ese dinero, de ahí salió.

Nicolás López, campesino de Democracia: Nosotros vamos mucho al monte a vigilar porqué yo soy el técnico de las comunidades y monitoreo los animales como pescados y aves, nos dieron un libro, así reconozco los animales que se ven son el loro, las guacamayas las había antes, no porqué se fueron, pero pavas sí, y loco faisán, monos como el saraguato y el araña, el ocelote, el puma, el jaguar. Me he encontrado con un jaguar cuatro veces en los últimos cinco años. Antes venían a la comunidad y se comían los pollos y puercos, pero como trajeron perros ya no se acercan. Y si te ven, se van, tienen miedo. Antes se metían, entraban en los corrales, comían puercos.

Giovanni Martínez, campesino de flor de Marqués: La esperanza que yo tengo es que el campamento Tamandúa jale y yo con mi papá y mi familia sabemos, y yo sé, yo lo siento que sí va a funcionar y que sí tenemos la esperanza de que sí jale y de que ahí vamos a sobrevivir nosotros. Somos 19 ejidatarios, todos con selva, no importa donde la tengas nomás que esté conservándola. Además del pago de servicios ambientales.

Nicolás López, campesino de Democracia: Pues yo creo que la selva vale mucho, y nosotros que la cuidamos pues no estamos pidiendo que nos den mucho dinero pero que nos den ora sí lo necesario para sobrevivir. Si no quieren que la gente la tale pues yo creo que deberían de pensar eso que la selva nos ayuda y no sólo a nosotros acá sino al mundo entero, yo creo que deberían de pensar eso y que nosotros también queremos vestir y comer, deben de echar más billetito para acá. Se lo hemos dicho a los que vienen, a los que vienen a veces a visitarnos se los he dicho porque la selva no es nuestra sino es de todos y deberíamos de cuidarla entre todos.

Vida y milagros

La vida secreta de las plantas

Hace muchos años leí un libro fascinante, La vida secreta de las plantas (1). Mi relación con el reino vegetal cambió por completo después de leerlo. Lo recordé hoy al recibir un artículo de Anatxu Zabalbeascoa en el que hace una breve reseña de una de las conferencias del botánico Francis Hallé, “La vida de los árboles" (2). No lo he leído aún, pero el artículo explica muy bien porqué Hallé encontró su propósito de vida no solo en difundir la importancia y valor estratégico de los árboles, sino en sembrar el mayor número posible de ellos durante su vida; para él son herramientas de futuro arraigados en el pasado. El centro de su atención pasó de sí mismo hacia la importancia de sembrar árboles, esos seres humildes dentro de su majestad, silenciosos, autosuficientes; seres que nos sobrevivirán sin depredar, dejando una huella ambiental a su favor. En la reseña hay un dato: el 90% de la biomasa, es decir, el peso acumulado de todo lo que está vivo en el planeta, está compuesto de árboles. Y cita otro dato: hay un árbol vivo en Tasmania que tiene 43 mil años. Las secuoyas de California tienen 5 mil años. Aquí en México el árbol del Tule de Oaxaca tiene 2 mil. Por eso afirma que los árboles han ido más lejos en su dirección que nosotros en la nuestra. Los árboles se alimentan de CO2, por eso Hallé piensa que son el más poderoso salvoconducto frente al cambio climático.

La vida secreta de las plantas



El artículo cita también un pequeño libro, “El hombre que plantaba árboles" (3), una novela que empieza con el siguiente párrafo: " Para que un personaje manifieste sus más excepcionales cualidades hay que tener la fortuna de observar su actuación a lo largo de muchos años. Si dicha actuación está desprovista de todo egoísmo, si obedece a una generosidad sin par, no abriga afán de recompensa, y por añadidura ha dejado una huella patente en la faz de la tierra, no cabe error alguno, estamos ante un personaje inolvidable"- y el personaje de la novela lo es: un pastor que después de la destrucción de la guerra, siembra miles de árboles a lo largo de su existencia para devolverle vida a la tierra y acabar con la desolación que ha dejado a su paso la destrucción de los árboles; en sembrar árboles encuentra la mejor manera de ocuparse del porvenir. Él cree en el milagro y la certeza de que esa vida estará ahí quizá cientos de años después de que él se haya ido. El libro es en sí una semilla.

Cortometraje | El hombre que plantaba árboles

Cada día la humanidad depreda por tala directa unos dos millones de árboles. Busquen los tres escritos que menciono, son pequeños, pero están llenos de sabiduría. Muy útiles para ubicar a nuestra crecida humanidad en la dimensión correcta. Muy buenos para motivarnos a plantar todos los árboles posibles.

Les dejo un pequeño párrafo de La vida secreta de las plantas, para que se animen a leerlo:



"Las plantas son seres vivos maravillosos. Son la únicas criaturas que, en medio del silencio, producen su propio alimento, y sin duda, constituyen la mayor fuente de riqueza de nuestro planeta: incluso el carbón y el petróleo fueron vida vegetal en el pasado. Los estudios y experimentos sobre la comunicación de las plantas indican que todos los seres vivos- el ser humano, las plantas, la tierra, otros planetas, las estrellas- todo se relaciona íntimamente entre sí. Lo que le ocurre a uno afecta a los demás."



¿Alguna vez han visto una planta silvestre a la que se conoce como "vergonzosa"? Es solo una pequeña mata verde oscura. Aguanta mucho tiempo sin agua, y en época de lluvia echa unas flores blancas en forma de bolita. Al tocar las hojas, estas se mueven y se cierran de manera inmediata, de tal manera que un animal herbívoro puede confundirlas con el movimiento de un grillo. Los herbívoros no comen insectos. La planta se defiende con movimiento. Una planta parece saber que un animal no come insectos. A mí me pareció fascinante entenderlo. Me parece también aterrador que los humanos nos sintamos superiores a toda esta sutileza, a toda esta conspiración altruista de la naturaleza para conservar lo esencial.

Peter Tompkins y Christopher Bird, La vida secreta de las plantas, 1973

Francis Hallé, conferencia, La vida de los árboles, 2011

Jean Giono, El hombre que plantaba árboles, 1953

Mundo Nuestro / Investigación especial

Inmobiliarias rematan la Sierra Norte de Puebla



Empresas como Inmobihogar, Inverplús, Bienes Raíces Vaal y Vidcrea violan en la Sierra Norte de Puebla la Ley de Fraccionamientos y Acciones Urbanísticas del estado para vender extensas zonas de tierra rural como desarrollos inmobiliarios de tipo urbano, pero disfrazados como campestres. Respaldados en permisos irregulares aprobados por funcionarios municipales ofrecen lotes y construcciones, pese a la creciente inconformidad de los habitantes que al ver en riesgo su forma de vida y a pesar de ser amenazados en sus personas y sus familias se organizan contra el boom inmobiliario. Esta es la historia de un negocio millonario en zonas prohibidas.

Israel Velázquez G./ Mundo Nuestro

Zacatlán, en venta



Zacatlán, Pue. Viajar de Chignahuapan a Zacatlán genera la sensación de que todo este último municipio está en venta no sólo como marca turística sino cada metro cuadrado de tierra: cuando se va en automóvil lo primero que se encuentra en el paisaje urbano es un anuncio de “Últimos lotes de fraccionamiento cerrándose en La Estrella”. Ahí inicia el bombardeo.

En el trayecto, hasta llegar a Las Lajas, hay lo mismo anuncios que fraccionamientos a los costados de la carretera Federal 119 e incluso en la entrada a Camotepec, frente a la zona turística del Valle de Piedras Encimadas. En el libramiento se encuentra uno de los últimos fraccionamientos, y hay uno más a 45 minutos de la carretera federal.



Zacatlán es famoso por su antiguo Conjunto Conventual Franciscano, su centenaria tradición relojera, sus paisajes, su niebla y la espectacular barranca de Los Jilgueros. Esa belleza natural se extiende en 105 localidades que ahora son vistas como un botín vendible por las empresas de bienes raíces.

Lo mismo da si se sale en autobús: un enorme anuncio de Vaal Bienes Raíces ocupa una pared completa de la terminal a donde arriban unidades de la Línea Atah, la única que cubre la ruta Puebla-Apizaco-Zacatlán. En bardas y postes hay decenas de pendones con anuncios promocionales de venta de terrenos, la mayoría son de Inmobihogar, Inverplús, Vidcrea y Vaal Bienes Raíces.

Esta última ofrece predios desde 200 hasta mil 500 metros cuadrados y facilidades de pago que van desde un enganche de 20 mil pesos por 200 metros cuadrados hasta la aceptación de automóviles y camionetas a cuenta; por ejemplo, en Maquixtla ofrece terrenos de 1 mil 500 metros cuadrados con servicios disponibles, acceso a transporte público, zona poblada con iglesias y escuelas cercanas.

En Atexca la oferta es de terrenos comerciales a la orilla de la carretera, a 15 minutos de Zacatlán y la promesa de posesión inmediata. El costo es de 150 mil pesos pagaderos a 1 o 2 años con un enganche desde 5 mil pesos. Tanto en Atexca como en Aquixtla y El Vivero Vaal Bienes Raíces ofrece servicios disponibles, cuando son totalmente irregulares.

Vidcrea que se describe a sí misma como un “negocio dedicado a los servicios inmobiliarios, compra-venta, renta de terrenos rústicos, lotes, casas habitación, locales comerciales, bodegas y naves, ofrece en Facebook lo mismo predios que casas que se pueden apartar hasta con 20 por ciento del costo total; y aunque tiene enlace a una página web, hasta el 8 de noviembre pasado no estaba disponible.

En la página Lamudi ofrece Vidcrea en 139 mil pesos lotes de 144 metros cuadrados en Cuautilulco; de 200 metros cuadrados, pero en 85 mil pesos, en La Ladera, Atzingo; y en 395 mil pesos lotes campestres de mil metros cuadrados en la zona boscosa de la carretera Zacatlán-Huauchinango.

Cuando comenzaron las quejas contra Vidcrea surgió con más fuerza Vaal Bienes Raíces, y aunque ambas tienen oficinas físicas distintas en Zacatlán, en algunos casos ofrecen los mismos predios.

Inverplús vende terrenos en una barranca que comenzaron a tapar con escombro que medio aplanaron y ahí siguen tirando escombro saliendo de Zacatlán por el Lienzo Charro; esta inmobiliaria es administrada por Luis Roberto Lastiri Quirós, hermano de Juan Carlos Lastiri Quirós un priista originario de la Sierra Norte de Puebla que perteneció al grupo compacto de Rosario Robles Berlanga, detenida por La Estafa Maestra, un esquema que se usó en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto para desviar más de 5 mil millones de pesos del erario.

En 2015 a este mismo político, nombrado a finales de octubre pasado como líder de la CNOP, se le atribuyó la compra en San Andrés Cholula de 44 propiedades en los clústeres inmobiliarios Parque Santiago y Parque Santo Domingo, valuados en total en 56 millones de pesos, y localizados en los exclusivos fraccionamientos La Vista Country Club y Lomas de Angelópolis.

La propia Inverplús se describe como empresa: “hemos empezado desde el punto de vista comercial por atraer nuevas inversiones, es el caso de grupo Wal Mart de México, que se interesó y planteó la posibilidad de construir una nueva tienda en el corazón de Zacatlán, situación que es una realidad y que nos pone como una empresa seria, honorable y confiable.”

La sensación de que todo Zacatlán está en venta aumenta cuando en las calles se ven camionetas que con un parlante promocionan a Vaal Bienes Raíces y cuando en negocios de Plaza Los Corrales —ubicada en la calle Agustín Balderas—, como Danju’s, pastelería y cafetería por un lado de la carta se lee lo que se puede consumir y por otro una promoción de Inmobihogar que vende “enormes lotes campestres a 200 metros de la carretera federal, con un costo de 150 pesos el metro cuadrado y facilidades de pago”.

Zacatlán al asalto de los desarrolladores inmobiliarios

Inmobihogar indica en Facebook que tiene tres desarrollos, pero en su página web sólo promocionan La Cima y de los otros dos, El Pinar y Dos Cerritos, no hay información; en Facebook sí ofrecen lotes en Dos Cerritos, lo mismo que Inmobiliaria Sierra Mágica.

Recientemente apareció en el escenario un nuevo jugador en la compra-venta de terrenos: Chavi, de la que hay anuncios en la zona de la terminal de autobuses de Zacatlán y en la entrada a la ranchería de Ayotla.

Todas, Inmobihogar, Inverplús, Vidcrea, Vaal Bienes Raíces y Chavi incumplen la normativa de fraccionamientos con la complicidad de funcionarios del gobierno municipal que encabeza el alcalde Luis Márquez Lecona, notarios públicos y el Registro Público de la Propiedad.

Un ejemplo: en octubre pasado durante una visita de personal del Instituto Nacional del Suelo Sustentable (INSUS) a Ayotla Rubén González Encinas se presentó como funcionario municipal de Zacatlán, a pesar de que fue cesado en septiembre pasado para evitar nepotismo, ya que es hermano de la regidora de Seguridad Pública y Vialidad, Yazmín González Encinas.

Rubén González Encinas, el funcionario inmobiliario

A decir de los asistentes al recorrido, González Encinas dijo al personal del INSUS que el Eco Desarrollo Campestre La Cima o Ayotla Campestre es totalmente irregular, porque “mis inspectores ya revisaron y no tienen permisos”, pero uno de los lugareños le respondió que “no es irregular, porque usted les dio el permiso. Y todos se quedaron sorprendidos.”

González Encinas, aseguran, fungió en ese recorrido como director de Desarrollo Urbano y Servicios Municipales, cuando de acuerdo con el directorio del municipio ese cargo lo ostenta Ángel Daniel Cabrera Rebolledo.

El encubrimiento del presidente municipal de Zacatlán Luis Márquez Lecona a las actividades inmobiliarias quedó al descubierto cuando un juez le ordenó entregar copia certificada del permiso que otorgó su administración para “lotificar un predio rústico ubicado en la calle principal sin número de la ranchería de Ayotla”.

El permiso lo firmó el propio González Encinas el 15 de julio de 2020. Este mismo exfuncionario autorizó el cambio de uso de suelo de rústico a habitacional, pero lo condicionó a que “no se autoriza la escrituración, venta de lotes y obras de construcción de cualquier tipo hasta no cumplir con lo especificado en el permiso de fraccionamiento.”

Las suspicacias aumentan cuando posibles compradores afirman que hasta tres inmobiliarias ofrecen los mismos terrenos del Eco-Desarrollo Campestre La Cima o Ayotla Campestre, que es vendido por Sierra Mágica, Inmobihogar y Vaal Bienes Raíces.

Uno de los interesados en comprar en Ayotla, quien pidió que se reservara su identidad, afirmó que al consultar en Facebook la transparencia de la página de Inmobiliaria Sierra Mágica se dio cuenta de que el 12 de abril de 2017 se creó con el nombre de Inmobihogar, ese mismo día se cambió a Inmobihogar Servicios Inmobiliarios, el 3 de octubre de 2018 a Inmobiliaria Sierra Mágica: Servicios Inmobiliarios y el 19 de octubre de 2018 a Inmobiliaria Sierra Mágica.

Con tantos cambios de nombre no tuvo la seguridad de saber con qué empresa iba a negociar y desistió de invertir su dinero.

Ayotla, la resistencia

“Defender el patrimonio no tiene precio”, afirma Benito Estrada Paivia, uno de los habitantes que resultarían más afectados por la construcción del Eco Desarrollo Campestre La Cima o Ayotla Campestre en la ranchería Ayotla.

Esta comunidad se localiza hacia el norte del municipio de Zacatlán de las Manzanas, en automóvil a 2 horas y 33 minutos de la ciudad de Puebla, y a 2 horas con 29 minutos de la Ciudad de México, siguiendo el camino a Tuxpan, Veracruz, o hacia Pachuca, Hidalgo.

Una vez que se llega al Pueblo Mágico de Zacatlán hay que tomar la calle Mariano Escobedo y seguir hasta donde se convierte en la carretera federal 119 Huauchinango-Zacatlán; tras unos 11 minutos se gira a la izquierda en la salida hacia Ayotla; a alrededor de 1.7 kilómetros se gira levemente a la derecha y luego a la izquierda hasta entrar a la calle principal de Ayotla.

Dependiendo de las condiciones climáticas el recorrido se hace en no menos de 30 minutos, una parte en terracería, y no en los 10 o 15 con los que Inmobihogar promueve el Eco Desarrollo en la parte alta de la ranchería.

Se trata de una zona de suelo agrícola y forestal, borreguera, y que no pocas veces ha sido objeto del deseo de inversionistas y especuladores de la tierra debido a que los precios son más económicos que en zonas urbanas, pero esta vez, cuenta Benito en entrevista, vienen más agresivos: han metido maquinaria pesada para deshierbar, para trazar las calles del Eco-Desarrollo y han marcado con mojoneras de concreto los límites del predio y de cada uno de los lotes.

El problema, agrega, es que ofrecen lotes de 900 metros cuadrados que son pequeños en una zona rural porque están pensados para un esquema urbano; además incumplen con la reglamentación municipal para hacer fraccionamientos, porque tendría que haber servicios básicos, como drenaje, agua potable, y suministro eléctrico.

Y sí, la sola venta de 110 lotes a 130 mil pesos se traduce en 14 millones 300 mil pesos. Aparte Inmobihogar ofrece construir eco-cabañas en alrededor de 500 mil pesos cada una. Si hablamos de 110 cabañas en ese precio se tienen 55 millones que sumados a los 14 millones de la venta de lotes significa en números redondos un negocio de 69 millones 300 mil pesos.

Una parte de los habitantes de esta comunidad se provee del agua de un manantial registrado ante la Conagua; se localiza en el rancho Almeya y tiene capacidad para abastecer a 150 familias, pero ya se encuentra rebasado porque suministra a 180 y el agua definitivamente escasearía si se agregan las 110 viviendas del Eco Desarrollo.

“Si nos quitan ese terreno matan a nuestro pueblo, son gente sin escrúpulos, ya nos dejaron patente que les vale madre, que si pueden pasan sobre nosotros con tal de hacer fortuna”, dice el juez de paz José Estrada Pérez.

Otra fuente de abastecimiento es un manantial que está en Cruz Colorada, a varios kilómetros de distancia de Ayotla, pero está destinada a otra parte de la comunidad. Algunas partes bajas de la ranchería pueden conservar más la humedad, pero los que están en la cima de la loma tienen problemas; este año, por ejemplo, las milpas no dieron nada a quienes sembraron.

Con este panorama, agrega Benito, “¿de dónde van a sacar municipio o inmobiliaria el agua para las 110 viviendas que pretende construir Inmobihogar? Además, otra cosa, tampoco hay energía eléctrica, ¿y de cuando acá va a lograr el ayuntamiento que la Comisión Federal de Electricidad amplíe el tendido de red eléctrica?”.

En la ranchería existen varios proyectos de fraccionamiento que no van con el uso de suelo y “quienes estamos aquí no los vemos factibles (…) que se venga a vivir quien quiera, pero con un proyecto de factibilidad, de lo contrario lo único que van a ocasionar es un problema gravísimo”, afirma.

El dilema no es sólo para los habitantes de Ayotla, también afecta a los clientes de los lotes porque con sus 900 metros cuadrados compran también un problema: nada garantiza que van a contar con los servicios básicos que promete Inmobihogar, y “una vez que la inmobiliaria cobre dejará un problema gravísimo”.

Los inconformes han pedido al ayuntamiento que muestre los permisos y los estudios de impacto ambiental, así como el de factibilidad y que demuestre dónde están las instalaciones de drenaje, agua y luz sin las cuales no pudieron entregar los permisos de lotificación, pero hasta ahora les han dado largas.

Desde hace más de un año habitantes de Ayotla y su juez de paz —persona que se encarga de instruir asuntos civiles y penales de poca gravedad en donde no hay un juez de primera instancia— han buscado ayuda, pero la respuesta de las autoridades municipales ha sido poca; incluso “los hemos obligado a visitarnos y sólo de palabra nos ha dicho que el Eco Desarrollo no es viable, pero la realidad siguen las obras de lotificación, siguen trazando calles con nombre, y las campañas comerciales para atraer a posibles compradores.”

Creemos, agrega Benito Estrada, que el presidente municipal y la Dirección de Desarrollo Urbano juegan a alargar las cosas hasta el último minuto de la administración del alcalde José Luis Márquez Lecona, por lo que se recurrió a un juez de Puebla para que obligue a entregar la información.

Ángel Rodríguez Hernández, ingeniero en Recursos Naturales y consultor privado, afirma que aunque el comprador se dirija a la empresa inmobiliaria quien vende es una persona física: “la transacción es de persona física a persona física y, por ejemplo, eso ocasiona que en la escrituración no aparezca Vidcrea sino el nombre del gerente o el responsable que se llama Mauro Cano Cortés.”

“Pensamos, agrega Benito Estrada, tenemos la tesis de que las empresas de bienes raíces están solapadas por las autoridades municipales, o ¿por qué se niegan a mostrar los permisos y estudios de impacto ambiental que les hemos pedido?, porque lo han permitido sin consultar a nadie.”

Es un asunto delicado, porque hay muchos intereses, es mucho dinero, señala. Él llegó a Ayotla hace 25 años, cuando compró un terreno de labor y con su familia comenzó a reforestarlo, a construir su actual vivienda y su granja.

En general, afirma, “tenemos una vida armoniosa, y aunque yo no vivo del campo, comparto productos y trabajo con la gente de la comunidad, y queremos preservar la vida de la ranchería, la vida rural.”

Además, la aprobación de desarrollos como el de Ayotla contraviene el punto 6 del proyecto de Plan Municipal de Desarrollo, en el que se establece el compromiso de “asegurar un crecimiento urbano amigable con el medio ambiente mediante la verificación para que la planeación urbana sea sustentable y amigable con el medio ambiente; se fortalezca la cultura de movilidad urbana que genere un menor impacto ambiental, y se regule el uso del suelo urbano y rural para el aprovechamiento sustentable.”

Hasta ahora, dice, todo indica que el municipio ha entregado permisos de forma irregular, porque no hay servicios; además, la inmobiliaria lo sabe, y tan lo sabe que a los posibles compradores les promete que habrá agua por captación de lluvia, y otra parte Inmobihogar dice que la surtirá mediante pipas; para el drenaje garantizan que habrá biodigestores; y en cuanto a la energía eléctrica afirman que ya tienen un contrato con la CFE.

También, aseguran dos clientes que estuvieron interesados en comprar uno de los lotes, muestran los folletos de las cabañas y una copia de la primer parte de la escritura en la que aparecen los nombres de los propietarios del predio, que son José Antonio y Juan Carlos González Esnaurrizar, criadores de toro de lidia en ranchos de Tlaxcala y Zacatlán de las Manzanas.

Sociedad y complicidades

Inmobihogar se asoció con José Antonio y Juan Carlos González Esnaurrizar para vender en Ayotla 132 mil 050 metros cuadrados en 110 lotes; 92 de ellos de 30 por 30 metros cuadrados y contaron con la complicidad de la Notaría número 2 de Zacatlán, de la cual es titular Jaime Viruez Vargas, uno de los notarios beneficiados por el exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas con el Programa de Escrituración a Bajo Costo.

La escritura original del predio destinado a La Cima indica que no hay agua potable y pese a ello, con la complicidad de Rafael Álvarez Barrera, registrador público de la Propiedad de la Circunscripción Territorial de Zacatlán, Viruez Vargas pretende escriturar un primer lote de 900 metros cuadrados que se desprende del “inmueble identificado como terreno de labor innominado, actualmente predio rústico...”.

A los compradores la oferta les resulta atractiva: en preventa se ofrecen los primeros 20 lotes con 10 mil pesos de enganche, 18 mensualidades sin intereses y 10 por ciento de descuento sobre el total de 120 mil pesos.

Además de carecer de agua potable, de lo cual se da cuenta en una constancia expedida el 12 de noviembre por José Valeriano León, presidente del Comité de Agua Potable de Ayotla, quienes compren estos lotes no tendrán acceso a red de energía eléctrica, ni de drenaje, servicios básicos sin los cuales no se pueden vender predios para vivienda, según lo que señala la Ley de Fraccionamientos y Acciones Urbanísticas del Estado de Puebla.

Existe también una Constancia de No Servicios expedida el 12 de marzo de 2020 por el Sosapaz (Sistema Operador de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio Zacatlán) en la cual se indica que el terreno “no cuenta con los servicios de agua y drenaje”.

En el documento el Sosapaz señala que para realizar divisiones o fraccionar el predio se deberá tramitar la factibilidad de los servicios de agua, drenaje sanitario, y saneamiento “que otorga este organismo operador, construir la infraestructura de agua y drenaje que le corresponda y presentar el cambio de uso de suelo municipal, obtener los permisos de lotificación y estar dentro de las áreas establecidas para crecimiento urbano del Programa Municipal de Desarrollo Urbano Sustentable del Municipio de Zacatlán.”

A pesar de todas estas irregularidades, el 15 de julio pasado la Dirección de Desarrollo Urbano, a cargo de Jesús González Encinas, otorgó permiso para lotificar. En el oficio 036/2020 se indica que “tomando en consideración las características de lotificación el predio pasará a ser un Fraccionamiento Habitacional Campestre La Cima, ya que el proyecto cumple con las disposiciones de la Ley de Fraccionamientos y Acciones Urbanísticas del Estado Libre y Soberano de Puebla” y “con lo dispuesto con el Esquema de Desarrollo Sustentable de Zacatlán.”

Inmobihogar, con el aval del municipio, sigue su venta de lotes y promete energía fotovoltaica y reciclaje de agua de lluvia aun cuando, a decir de los habitantes de Zacatlán, cada vez llueve menos en este municipio serrano, por lo que consideran imposible que la recolección de aguas pluviales alcance para abastecer a 110 viviendas.

Otra de las irregularidades es que en el prototipo 1 Inmobihogar ofrece una cabaña de 18M X 5M, con sala, cocina-comedor, dos terrazas exteriores, dos habitaciones, energía fotovoltaica, reciclar agua de lluvia, estructura de acero y madera, pero no ofrece ni baño ni red de drenaje.

Cabañas de La Cima / Immobihogar

Ayotla no es la única ranchería donde esta empresa tiene puesto su interés, aunque sí donde ha encontrado mayor resistencia de los pobladores: sin contar con los permisos correspondientes en abril de 2019 ofreció terrenos en un fraccionamiento campestre ubicado en la entrada de la comunidad.

La Dirección de Desarrollo Urbano señala, en respuesta a una solicitud de información, que el 3 de abril de ese año realizó una inspección e hizo una notificación a la empresa para que se regularice y se le oriente “para realizar los trámites correspondientes y poder realizar su proyecto de manera legal”.

Ayotla tiene su antecedente en un 14 de noviembre de 2017, cuando Víctor Rafael Garrido Ponce, entonces director de Desarrollo Urbano, Servicios Públicos y Medio Ambiente de Zacatlán autorizó el cambio de uso de suelo en 121 mil 241.15 metros cuadrados ubicados sobre la federal Zacatlán-Huauchinango, Barrio de Maquixtla.

El cambio de uso de suelo pasó de rústico a campestre para la lotificación de El Cielo en respuesta a una petición de Mauro Cano Cortés, de la inmobiliaria Vidcrea; en este caso, como después hizo Rubén González Encinas, se condicionó el cambio a que “no se autoriza la escrituración, venta de lotes y obras de construcción de cualquier tipo hasta no cumplir con lo especificado en el permiso de fraccionamiento.”

Limbo legal

La flexibilidad de la administración local es reflejo de la carencia de un Programa Municipal de Desarrollo Urbano que sólo existe como anteproyecto, y de la falta de coincidencia entre las distintas áreas de la administración.

En la página 112 el anteproyecto de Programa Municipal de Desarrollo Urbano señala que “la carencia de instrumentos normativos que regulen de forma puntual las áreas de expansión ha generado la proliferación de asentamientos que el Ayuntamiento caracteriza como irregulares (…) carecen de algunos permisos o infraestructura puesto que la dotación de los servicios resulta inadecuada, o improcedente para el ayuntamiento. En la actualidad, con datos de la Dirección de Desarrollo Urbano municipal, existen más de 200 fraccionamientos en este limbo normativo.”

La cifra y su estatus no coincide con la información que en enero de 2019 dio José Rubén González Encinas, titular de la Dirección de Desarrollo Urbano y Servicios Públicos, en respuesta a la solicitud de información CTAZ/049/2018: “se cuenta con 206 fraccionamientos con permisos, mismos que se pueden revisar en esta dirección”.

Solicitud de Información.

Los vacíos son aprovechados por empresas ante funcionarios que han sido permisivos desde 2018; en ese año, de acuerdo con información disponible en la plataforma digital ecosmap, comenzaron a aumentar los desarrollos inmobiliarios en Zacatlán, y proyectos que fueron detenidos por el Sistema de Agua Municipal ya tienen permisos ambientales o ya no los requieren porque el ayuntamiento tolera la venta de lotes con autorizaciones que dieron administraciones anteriores y que carecen de validez porque incumplieron anexos de factibilidad de agua, drenaje e impacto ambiental.

En respuesta a la solicitud de información 00056713 la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial del gobierno del estado informó que sólo cuatro fraccionamientos tienen autorización de impacto ambiental estatal en Zacatlán: Desarrollo en Condominio Mixto Bosques de Zacatlán; Fraccionamiento Habitacional Bosques de Zacatlán, ampliación; Fraccionamiento Habitacional La Tamaulipeca; y Fraccionamiento Jardines de Zacatlán.

Lo que observamos, señala Ángel Rodríguez Hernández, es que aquí en Zacatlán “los desarrolladores obtienen de una administración municipal permisos para fraccionamiento y cambio de uso de suelo por un monto de dinero que no hemos podido determinar ni si se ingresa a la tesorería municipal o al Sistema Operador de Agua, pero (los funcionarios) para protegerse, condicionan las autorizaciones a que en 30 días naturales se cumpla con puntos como la factibilidad de agua, la factibilidad de drenaje y la autorización en materia de impacto ambiental estatal.”

Este condicionamiento para los permisos de lotificación y cambios de uso del suelo, no está contemplado en ninguna ley, sino que los otorgan de forma discrecional y por su propia iniciativa los funcionarios municipales.

En algunos casos para que los permisos tengan validez se permite que en 30 días naturales se presente la documentación que ampara la factibilidad de agua potable y descargas residuales autorizada por SOSAPAZ “y/o comité de agua potable de la comunidad”.

Esto último va contra la normatividad ya que el comité de agua no cuenta con personalidad jurídica ni técnica para otorgar factibilidades de agua potable para fraccionamientos, mucho menos para dar factibilidades de drenaje y alcantarillado, ya que estos servicios no los dan ni siquiera a la propia comunidad ya establecida, señala Rodríguez Hernández.

Aunque también se refiere que en el caso de los fraccionamientos se deben anexar las autorizaciones de impacto ambiental estatal y la autorización de impacto ambiental federal en el caso de cambio de uso de suelo forestal, el trámite se omite con la complicidad del ayuntamiento, del registrador público de la propiedad y notarios que dan fe.

Hoy día, los fraccionadores van ante un notario y se hace todo el trámite de inscripción al Registro Público de la Propiedad, violando tanto la Ley de Fraccionamientos como la Ley de Protección al Ambiente Natural. Y cuando el fraccionador lleva al comprador ante notario y, luego, cuando se hace el trámite ante el Registro Público, se incumple el artículo 33 de la Ley del Registro Público de la Propiedad del estado de Puebla. Así lo denuncian en carta que vecinos inconformes con el boom inmobiliario le dirigieron en agosto pasado a José Alfonso Iracheta Carroll, director General del Instituto Nacional del Suelo Sustentable (INSUS).

“Como no hay un Programa de Desarrollo Urbano no deberían dar permisos de fraccionamiento (…) el permiso es como la sustancia de un fraccionamiento porque en él se determina qué se puede y qué no se puede hacer,” asegura Ángel Rodríguez Hernández.

El programa que estaba vigente databa del año 1997 del siglo pasado, pero nunca fue válido porque nadie lo inscribió en el Registro Público de la Propiedad ni se publicó en el Diario oficial del estado, agrega.

Si un ciudadano pregunta en el ayuntamiento por permisos de los fraccionamientos, la respuesta es “sí, tenemos 206 fraccionamientos con permisos en orden”, pero a las autoridades estatales y federales les informan que no cuentan con permisos, que son irregulares; sin embargo, no se ha realizado ningún procedimiento para clausurarlos.

Señala que aunque el municipio informaba al gobierno federal que había irregularidades, las empresas siguen sus procesos y vendiendo lotes.

“El ayuntamiento no sólo no tiene intenciones de detener este fraude sino que existe todo un esquema en el que notarios, registrador público y el municipio se benefician al permitir que se den estos atropellos a la legalidad, por eso niegan acceso a las autorizaciones municipales diciendo que no cuentan con registros documentales de autorizaciones emitidas en otras administraciones, y en el Registro Público nos ponen muchas trabas para obtener una copia”, agrega.

Del soborno a la intimidación y la amenaza

Una camioneta blanca se estaciona a 30 metros de donde el juez de paz entrega despensas y se da un espacio para hablar de las amenazas e intentos de soborno del grupo inmobiliario que puso sus ambiciones en Ayotla.

Adentro de la camioneta Nissan un hombre se mantiene atento, como un halcón que avisa a los socios de las inmobiliarias quién llega, quién sale, quién se reúne con quién, quién visita a quién en este pueblo de 536 habitantes, enclavado en la Sierra Norte de Puebla.

Esta vez al halcón lo ocupa una charla que se da antes de las 9 de la mañana del 20 de octubre de 2020 en la calle principal de Ayotla, a unos pasos de la oficina de José Estrada Pérez, el juez de paz, un hombre recio y franco que durante 20 años recorrió más de media República como camionero.

Halcón

El boom de venta de terrenos se dio en los últimos años. De acuerdo con información oficial hasta la administración municipal 2014-2018, de Marcos Flores Morales, se tenían en Zacatlán 150 fraccionamientos autorizados y el año pasado, ya con Luis Márquez Lecona al frente del municipio, la cifra había aumentado a 206 fraccionamientos.

Aquí en Ayotla los pobladores viven dispuestos a defender la que ha sido su tierra por generaciones: la asociación de los ganaderos José Antonio y Juan Carlos González Esnaurrizar con Inmobihogar, cuyo director comercial es Amaury Núñez Santos, pretende vender una superficie de 132 mil 050 metros cuadrados.

El predio, de acuerdo con la escritura pública de la que el 18 de febrero pasado dio fe María Elena Macías Pérez, titular de la Notaría número 2 del distrito de Hidalgo, Tlaxcala, fue heredado por el ya fallecido ganadero de origen español José González Dorantes a sus dos hijos, aunque nombró como albacea a José Antonio.

Ahí, en esas hectáreas, la sociedad pretende que vivan 110 familias que se agregarían a los 536 habitantes registrados por el INEGI en Ayotla, a pesar de que durante la escrituración los propietarios exhibieron Constancia de No Servicios de Agua, tramitada el 12 de noviembre de 2019 ante el presidente del Comité de Agua Potable de la comunidad de Ayotla; en ella se indica que no cuenta con el servicio de agua potable.

En esas 15 hectáreas se filtra de manera natural el agua que luego sale al manantial y alimenta a una parte del pueblo. José Estrada Pérez está decidido a no dejar que Inmobihogar se salga con la suya, y sabe que tiene la ley de su lado, aunque no a las autoridades. El señor de los toros José Antonio González Esnaurrizar, dice, no necesita más dinero porque tiene un rancho en Zacatlán y El Grullo en Tlaxco, Tlaxcala.

Ambas partes, empresarios y municipio, dicen a la gente de Ayotla que todo es legal en el fraccionamiento, “pero ya vimos que son puras patrañas (…) hasta un niño chiquito va a preguntar ‘¿dónde está el agua, el drenaje, la luz?’ Hay vecinos que llevan medio siglo esperando una ampliación para la luz, y éstos quieren hacer todo luego, luego.”

La oposición y la constante petición de información al municipio para saber qué está pasando con el eco-desarrollo generó que a Estrada Pérez intentara sobornarlo Amaury Núñez Santos, director comercial de Inmobihogar: “Me dijo ‘para que jales conmigo te voy a dar 50 mil ahorita cabrón, ahí está el portafolio’. Yo le respondí que conmigo no batalle, que me puede ofrecer 200 mil o hasta 300 mil pesos, pero no hay una buena razón para que hagas esto más que el enriquecimiento ilícito: comprar en lo mínimo y vender en lo máximo.”

Después lo buscó hasta su casa Juan Carlos González Esnaurrizar: esa vez pararon un auto de frente y a otro le dan la vuelta y lo atravesaron, como diciéndome “no tienes para dónde hacerte, tienes que jalar.”

Este ya vino “en otro plan, molesto y dice que es propiedad privada, que tenemos que hacernos a un lado, que no debemos meternos con él, que de la manera que sea lo van a hacer”.

González Esnaurrizar, acompañado de otras tres personas, una de ellas nunca sacó las manos de la sudadera. Llegó gritándole al hijo de 15 años del juez de paz que él es el dueño, que se asoció con la empresa. “Dijo que si no se hace de una manera, la van a hacer de otra y que por nosotros no van a parar, que con nosotros y sin nosotros lo van a hacer”.

El juez de paz remata: “yo prefiero vivir de pie que morir arrodillado. Ellos vienen a intimidarnos hasta el pueblo, ya llegaron hasta mi casa, y eso prueba que vienen sobre de quien se atraviese, pero yo les dije que para eso necesitan tumbarme, porque yo definitivamente no me vendo, no me vendo, y no lo van a lograr; por ese lado no.”

Y mientras las autoridades municipales se niegan a dar una versión oficial de lo que pasa con las inmobiliarias, un juez federal está conociendo ya de un amparo contra la ilegal lotificación de La Cima y los vecinos inconformes se organizaron y mantienen una estrategia legal definida.

El halcón de la camioneta Nissan estuvo estacionado hasta que terminó la entrevista con el juez de paz, y siguió por varios metros a la unidad en la que nos retiramos de Ayotla.

Vida y milagros

Infografía: Estados Unidos, el único país que no forma parte del Acuerdo de París | Statista

77 días para regresar a los Acuerdos de París



El lunes pasado, la víspera de la elección presidencial, Estados Unidos abandonó de manera formal el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 21) firmado el 22 de abril de 2016 por 197 países, un conjunto de acciones y compromisos de las partes firmantes para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero en el planeta. Ese mismo día, Joe Biden escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter: " Hoy, oficialmente, la Administración de Trump abandonó el Acuerdo de París. En exactamente 77 días, la Administración de Biden se unirá nuevamente a ellos". Me llamó la atención su seguridad y contundencia.

El martes por la noche el mundo quedó en suspenso ante lo que parecía un resultado electoral impredecible en las elecciones. Biden nunca perdió la calma ni modificó su discurso de que ganaría. Y una de las primeras afirmaciones que hizo cuando se confirmó su triunfo fue que retomaría los compromisos con el medio ambiente. La ignorancia injustificable de Trump con respecto al tema a lo largo de cuatro años fue de una necedad y arrogancia sorprendentes. Se dio el lujo de decir que él se guiaba en esos temas por sus "instintos" y no por la ciencia. Hay quienes afirman que su rechazo e irresponsabilidad con respecto a las políticas ambientales fueron una de las causas por las que perdió muchos de los votos que despilfarró alegremente en su borrachera de poder. Probó mil veces que la improvisación en política, además de peligrosa, no se sostiene mucho tiempo. La sufrida y callada disciplina que forma a un estadista, el conocimiento del andamiaje gubernamental y el oficio para abordarlo, tantas cosas que se aprenden con paciencia, tiempo y humildad, son fundamentales para gobernar un país de manera exitosa. Un país no se maneja como un casino ni una carpa de espectáculos. Él pensó que sí. Ahora, un hombre al que él considera un aburrido y alguien de quien podía burlarse, y una mujer con la que no saldría ni a la esquina, le han arrebatado la presidencia. Qué bueno.

El reto de Biden es tan grande y complejo que me hizo dudar de su afirmación con respecto al regreso inmediato a los acuerdos de París, pues el panorama es complicadísimo si no logra ganar en enero de 2021 las dos senadurías que se irán a segunda vuelta en Georgia. La nueva administración no tiene mayoría en la Suprema Corte de Justicia, tiene una apretada mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado está por verse. No solo enfrentará un congreso dividido, sino también un país fracturado. Y ahí es donde el buen oficio político y un equipo sólido, del que los improvisados como Trump suelen carecer, resultará muy útil. Un amigo que es un brillante experto en estos temas, amablemente me sacó de dudas cuando le pregunté si no se habría pasado de optimista Biden con su twitt del lunes pasado. Resulta que no. Obama logró pasar la agenda ambiental sin la aprobación del Senado, pues en sus dos mandatos no tuvo mayoría para sacar acuerdos internacionales de ese tipo. Lo hizo con el poder de las órdenes ejecutivas que tienen los presidentes de Estados Unidos; Biden era entonces su vicepresidente y acompañó la construcción de esas órdenes ejecutivas, que de alguna manera son vinculantes, ya que los países se lo auto imponen y traen consigo muchas obligaciones sustentadas en los acuerdos del presidente. Joe Biden ha dedicado su vida a las instituciones y a las relaciones gubernamentales. Esas son las herramientas y habilidades de las que dependerá para reconstruir no solo su país, sino las relaciones con el resto del mundo, hoy absolutamente descuidadas por la administración de Trump. Hay países en los que no hay embajadores desde hace meses.

The Green New Deal, explained - Vox



El dilema para los demócratas conservadores.

En cuanto a las instituciones ambientales, la Agencia para el Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) ha sido lentamente debilitada y desmantelada en estos cuatro años. Por otro lado, al poder judicial llegaron más de 200 jueces colocados por su grupo. Todo eso será una resistencia poderosa que complicará la implementación de una sólida agenda ambiental; seguramente los litigios serán recurrentes y difíciles. Recuperar el tiempo perdido y rearmar a la EPA será una tarea compleja pero posible. Será apasionante ver qué papel jugará México en esta nueva etapa. México no ha abandonado formalmente el Acuerdo de París, pero sí lo hecho de facto. La apuesta mexicana a las energías generados por el carbón y el petróleo a partir de 2018 se fortaleció bajo la mirada complaciente de la administración de Trump, y aunque los acuerdos del TMEC nos obligan también a una serie de medidas para la protección del medio ambiente, hasta ahora no ha habido una sola acción seria de la administración Trump para obligarnos a cumplirlas. Los inspectores gringos que México aceptó en el TMEC seguramente jugarán un papel muy activo a partir de enero. La reducción gigantesca del presupuesto federal ya ha afectado seriamente la operatividad de SEMARNAT, CONAGUA Y PROFEPA, el paraguas completo del sector ambiental federal. La coercitividad de las leyes que debemos cumplir en materia ambiental depende de su eficacia.

Me pregunto una cosa: ¿La agenda ambiental entre ambos países se modificará también en 77 días? ¿Cuándo y cómo se moverán las primeras piezas del tablero? Habrá que ver quién prevalece en este enfrentamiento de técnicos contra rudos. Y mientras, veremos si Trump se va a su casa solito, o lo tienen que sacar en vilo de la Casa Blanca, como nos lo muestran las geniales parodias y videos de Alec Baldwin, que solo por eso, se lleva el premio al mejor actor de estos últimos cuatro años.



Mundo Nuestro. El comunicado de los pueblos totonacos y la organización Tiyat Tlali forma parte de una ya larga dinámica de rechazo a las hidroeléctricas en la Sierra Norte. La denuncia de las presiones que la empresa Deselec1-Comexhidro a las autoridades para la aprobación del proyecto para la empresa Wall Mart es un proceso que vive ya más de una década. Presentamos este reportaje publicado en Mundo Nuestro en el año 2012, que da una idea de la trama que se teje en las cañadas de los ríos Ajajalpan, Zempoala-Ateno y Apulco.


Ahuacatlán, Pue. 13 de diciembre de 2012. Dos manifestaciones de impacto ambiental rechazadas, una más en proceso de resolución, una cuarta no presentada y una quinta aprobada y con un proyecto ya en operación. Así podemos resumir la situación que prevalece en la región centro oriente de la Sierra Norte de Puebla con los proyectos hidroeléctricos que distintas empresas quieren llevar adelante en los ríos Ajajalpan, Zempoala-Ateno y afluentes del Apulco.




Y con el trasiego de oficios y resoluciones en torno a las manifestaciones de impacto ambiental (MIA) entre funcionarios federales que las autorizan o rechazan, exfuncionarios y consultores ambientales que las elaboran y justifican en innumerables leyes, normas y reglamentos, y resolutivos de trámites que se publican o no en línea según al ánimo que ronde en los escritorios de la SEMARNAT.


Ello para enmarcar un conflicto como el que se vive en la comunidad Ignacio Zaragoza, el en municipio de Olintla, por el que la semana pasada, a la entrada de la población, los pobladores cerraron el paso de la maquinaria con la que Grupo México, el tercer productor de cobre más grande del mundo, pretende abrir el camino al río Ajajalpan, cuatrocientos metros abajo.


Un pueblo, una corporación, un río.


Ignacio Zaragoza, una comunidad totonaca enclavada en una loma que se asoma a uno de los pocos ríos que guardan el bosque mesófilo sobreviviente en México, con no más de quinientos habitantes.


Una corporación con ventas de 8,033 millones de dólares en el último año, propietaria de la mina de cobre Cananea y de la empresa Ferromex, con cerca de 10 mil kilómetros de vías férreas y el control de los ocho puertos más importantes en el Golfo y el Pacífico y conexiones con cinco puntos fronterizos con Estados Unidos.




Y el Ajajalpan, de los ríos serranos el más empeñado en no salir a la costa, en ir y venir y darle la vuelta y romper contra los montes, como una Xochinauyaque, una nauyaca real que serpentea entre las piedras en busca de lagartijas, escurriéndose en tropel, revolviéndose sonriente entre el batir de las bandas de loros, atenta en su encierro de pueblos originarios que la endiosan desde tiempos milenarios.


Es una contienda la que se vive en la Sierra: el monte rural, el del maíz y los cafetales de la sobrevivencia humana que han batido a machetazos la selva antigua, y que ve venir el aluvión brutal de las corporaciones y sus finanzas aplicadas en proyectos industriales. Es una contienda que se documenta en el enredo burocrático de las leyes ambientales amarradas en oficios rigurosamente técnicos y legales que jamás leerán los campesinos.


Y en los que se juega el futuro de su tierra.



Documentemos los dos rechazos:

La SEMARNAT, desde el 6 de julio del 2012 y con oficio S.G.P.A./D.G.I.R.A/5265 negó al Grupo México, del empresario Germán Larrea, la autorización para el proyecto “Central Hidroeléctrica Xochimilpa” “por no ajustarse a lo dispuesto en los artículos 13, fracciones II, III, IV, V, VI y VII de su REIA, así como a lo establecido por el primer y segundo párrafos del artículo 30 de la LGEEPA, de conformidad con lo expuesto en los considerandos del 6 al 12 del presente oficio resolutivo”. (http://app1.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/pue/resolutivos/2012/21PU2012E0009.pdf).


Lo mismo le ocurrió al “Proyecto Hidroeléctrico San Antonio”, ubicado en los límites de los municipios de Xochitlán, Zapotitlán, Atlequizayán, Zoquiapan y Nauzontla, todos colindantes del río Zempoala. La empresa INGDESHIDRO Eléctrica, S.A. de C.V. recibió oficio S.G.P.A/D.G.R.I.A/D.G./8699, de fecha 29 de octubre del 2012, la negativa de autorización con motivos similares y fundados en términos de ley.

(http://app1.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/pue/resolutivos/2012/21PU2012E0018.pdf)


La primera negativa ocurrió hace cinco meses. Se han llevado a cabo por lo menos tres foros informativos en Ahuacatlán y Zapotitlán organizados por grupos civiles en contra de los proyectos hidroeléctricos, particularmente el del Grupo México en Xochimilpa-Xochicuautla. Ni los periodistas interesados, ni los activistas ambientales involucrados nos dimos por enterados de los dos rechazos. Las dos resoluciones dejan en claro que no se presentaron solicitudes de consulta pública por ningún ciudadano o grupo organizado, a pesar de que los resúmenes de las MIA se publicaron en el Sol de Puebla (el 2 de mayo del 2012 para “Central Hidroeléctrica Xochimilpa” y el 16 de agosto del 2012 para el “Proyecto San Antonio”).


O que muy poca gente lee El Sol de Puebla.


Como sea, el gobierno federal paró ambas iniciativas industriales, en lo que puede considerarse como dos rounds a favor de los ríos serranos en lo que será una larga disputa. Como la de las mineras.


Una tercera iniciativa, de la empresa DESELEC 1, S. de R.L. de C.V., con el “Proyecto Hidroeléctrico Puebla 1”, en el mismo río Ajajalpan, presento su MIA el 20 de julio del 2011 y obtuvo resolutivo el 11 de octubre de ese año. No se conocen los términos del resolutivo, pues no aparecen publicados en el portal de trámites de SEMARNAT. Esta empresa al parecer está ligada a la compañia Comexhidro, creada en tiempos del presidente Fox. El embalse tendrá una capacidad de 900 mil metros cúbicos, con un túnel de conducción de 4.5 km y una casa de máquinas para producir 30 Megawatts. “El proyecto --dice la MIA-- se encuentra ubicado sobre el río Ajajalpan, en el Estado de Puebla. Está inmerso en la Región Económica denominada Huauchinango o Sierra Nororiental. Así mismo, pertenece a la cuenca Río Tecolutla de la Región Hidrológica Tuxpan-Nautla.” Pero no dice nada más, no identifica coordenadas ni pueblos de referencia en el mapa. Mucho menos informa algo sobre el grupo que respalda a esta compañía. A lo que llega es a identificar el nombre del consultor, el biólogo Martín José de la Cruz Quijano Poumián, quien elaboró la MIA, y sin aportar ningún dato sobre sus antecedentes como profesional de estudios de impacto ambiental. Pero mucho se documenta en internet: Quijano Poumián es representante legal de la empresa QV Gestión Ambiental, S.C., por lo menos hasta junio del 2012, pero todavía en el mes de agosto del 2005 era director de área de la Dirección General de Impacto de Riesgo Ambiental de la SEMARNAT. La misma a la que él ahora presenta sus MIA. Él autorizó a la empresa ICA en oficio número SGPA/DGIRA.DELG.-1997/05, de fecha 7 de agosto de 2005, la MIA-R para la explotación del cerro Necaxaltépetl, que era un área de protección de recursos naturales, "Zona protectora forestal vedada cuenca hidrográfica del río Necaxa", según lo detalla el oficio número DGPC/0313/07,de fecha 15 de febrero del 2007 dirigido por Miguel Ángel Martínez Pérez, director General de Protección Civil del Estado de Puebla a Javier López Zavala, Secretario de Gobernación en tiempos de Mario Marín. (http://sil.gobernacion.gob.mx/Archivos/Documentos/2007/04/asun_2335096_20070419_1177003883.pdf). Como consultor, el biólogo Quijano Poumian presentó y después vió cómo la SEMARNAT autorizó en forma condicionada en el año 2009 la MIA para el “Proyecto Hidroeléctrico Veracruz”, presentado por la empresa Electricidad del Golfo, S, de R.L de C.V., según oficio S.G.P.A./DGIRA.DG.6125.09, de fecha 9 de octubre de ese año. (http://app1.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/ver/resolutivos/2009/30VE2009E0027.pdf).


Una idea de la situación que se vive hoy en la región de Zongolica se encuentra en el reportaje publicado en el portal del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (mapder), “Hidroeléctrica destruiría Sierra de Zongolica” (http://www.mapder.lunasexta.org/?p=585).


Ni más ni menos. Un exfuncionario público federal, precisamente en el área que otorga las autorizaciones de impacto ambiental, trabaja ahora como consultor de empresas particulares en la elaboración de los estudios que por ley tienen que presentarse ante las autoridades ambientales.


El sistema de trámites en línea de SEMARNAT no presenta el resolutivo que ya se entregó a la empresa “promovente”. Sin embargo, este proyecto ha sido presentado dos veces a la DGIRA, según puede comprobarse al seguir estas ligas en ese portal, pero de ninguna se conoce el resolutivo.

(http://tramites.semarnat.gob.mx/index.php/consulta-tu-tramite, con oficio 21PU2011E0013, http://app1.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/pue/estudios/2011/21PU2011E0018.pdf y

http://app1.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/pue/estudios/2011/21PU2011E0013.pdf

Un grupo civil hizo una solicitud de información sobre este proyecto ante la Secretaría de Energía a través de INFOMEX con número de folio 0001800043712, y obtuvo como respuesta que “no se encontró información o expediente alguno relacionado con la empresa Deselec 1, S. de R.L. de C.V.”.

http://www.energia.gob.mx/webSener/res/pot/resolucion_130_sol_43712.pdf

Sin embargo, este proyecto no ha dejado de operar en su etapa de investigación y reconocimiento de campo, con relaciones bien logradas con el gobierno municipal de Tlapacoya, según quedó asentado en la crónica escrita por este reportero el 6 de septiembre pasado y publicada en e-consulta.com (http://www.e-consulta.com/2012/index.php/2012-06-13-18-40-00/ecologia/item/se-consolida-red-de-organizaciones-sociales-en-defensa-de-la-sierra-norte).

Ahí se consigna también el avance que para el gobierno estatal tenía el proyecto de Grupo México en Xochimilpa, ya que en oficio firmado el 25 de octubre del 2011 por el Secretario de Economía del gobierno estatal, Pablo Rodríguez Regordoza, y dirigido al Ayuntamiento de Ahuacatlán (SECOTRADE/O.S./361/2011), el funcionario presentó el proyecto denominado PH Laxaxalpan/Xochimilpa, y afirmó que la empresa México Generadora de Energía “ha cumplido con los requisitos solicitados y ha presentado la propuesta más factible”. (http://www.youtube.com/watch?v=RTdTzwF58mY&noredirect=1)

Un cuarto proyecto es el que ha motivado el conflicto en Olintla. De él, sin embargo, no hay registro alguno. No hay rastro de MIA alguno, además del Bulldoser parado a la entrada de Ignacio Zaragoza y del conflicto entre esta comunidad y el presidente municipal de Olintla.

El quinto proyecto opera ya. Fue autorizado desde el 2008 con el nombre “Ampliación del Proyecto Hidroeléctrico Atexcaco”, en los municipios de Teziutlán y Hueyapan, con presa derivadora sobre el río María de la Torre y túnel de conducción de 2.57 Km hacia la presa Acateno 1, ya en operación. (http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/pue/estudios/2008/21PU2008E0001.pdf, con folio 21PU2008E0001)

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No es sencillo alumbrar este complejo proceso que en la última década se ha desarrollado en la Sierra. Entre los proyectos mineros y los hidrológicos corre una línea común: la desinformación. Y con ella la especulación, la incertidumbre y el riego de conflicto social. Y todo ello con un común denominador: la ausencia de una política de Estado para la Sierra Norte fundada en una visión estratégica del desarrollo social y ambiental asumida de manera democrática por la sociedad poblana.


Pero pareciera que si hay tal política: la del desarrollo económico a partir de proyectos industriales impulsados por los gobiernos federal y estatal, asumidos o cuestionados por los gobiernos municipales, y que encuentran un significativo rechazo por las comunidades en las quieren asentarse. Los municipios de Tetela, Zautla, Ixtacamaxtitlán, Ahuacatlán, Zapotitlán, Xochitlán, Huitzilan, San Felipe Teopantlán, Tlapacoya, Galeana, Olintla, Jopala, con centenares de comunidades perdidas en las cañadas de los ríos Apulco, Ajajalpan y Zempoala han visto venir los proyectos sin otros recursos que los de sus organizaciones civiles, en confrontación o el alianza con sus gobiernos municipales, han expresado de muy diversas formas su rechazo a estos llamados megaproyectos --“proyectos de muerte”, les llaman también--, y han planteado la necesidad urgente de discutir en forma inteligente los retos que enfrenta la Sierra de Puebla.


Y todo pasa por la información.


Veamos el proceso de uno de los tres proyectos hidrológicos para la generación de energía eléctrica sobre la cuenca del rio Ajajalpan:


La Central Hidroeléctrica Xochimilpa, presentado por la empresa Generadora de Energía Xochimilpa, S. de R.L. de C.V., subsidiaria del Grupo México, con la categoría de “Pequeña Hidroeléctrica (PH) de Autoconsumo”, de 23.07 Megawatts, “en la subcuenca del río Laxaxalpan, entre las poblaciones de Xochicuautla (Ahuacatlán) y San Cristóbal Xochimilpa (Zacatlán). Con un área de embalse de 8,375 m, una altura de cortina de 23 metros, un camino-canal de conducción de 84,434.9 m2 y una tubería de conducción de 1000 m2. Presentó su manifestación de impacto ambiental el 26 de abril del 2012. Así justificó su proyecto: Grupo México ocupa el tercer lugar entre los principales productores de cobre en el mundo, y por lo tanto es uno de los principales consumidores de energía eléctrica en el país, así que “es de su interés reducir el costo de la energía que consume”. Quiere entonces, producir energía, entregarla al Sistema Eléctrico Nacional y posteriormente deducir su precio de la facturación de CFE.


Y su propósito lo cumplen con la “existencia en la cuenca hidrológica del río Laxaxalpan de un importante potencial de generación de energía eléctrica que en la actualidad no es aprovechada”.


Y tras una detallada presentación de un diagnóstico de la vegetación, la fauna, la realidad socioeconómica y el medio físico --que en este reportaje presentamos en diagramas--, asi concluyen para resaltar las bondades del proyecto hidráulico:


“Tal y como se describe en los diagramas anteriores, el escenario actual del SAR presenta una situación de estancamiento ambiental y socioeconómico, debido a que, sin la implementación del proyecto, no se cuenta con un horizonte de cambio y desarrollo en el corto y mediano plazos.


Algunos de los factores más importantes que mantienen cautivas las detonantes del desarrollo ambiental y social son: las condiciones de la economía agrícola señaladas, la falta de recursos de inversión externa, los caminos deficientes, la inexistencia de cadenas productivas directas (lo cual genera el intermediarismo), y el cultivo de temporal y rústico de maíz cafetales y huertas; a ello habría que añadir el previsible aumento de residuos domésticos sólidos, los cuales son quemados, y los residuos líquidos que se depositan en letrinas o directamente hacia el río, así como el peligro latente de procesos de erosión que pueden verse incrementados por la precipitación o el viento y los constantes deslaves en el área.” (ver Resumen Ejecutivo MIA en http://app1.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/pue/resumenes/2012/21PU2012E0009.pdf)

Así de fácil. Y para arreglar este panorama de pobreza y depredación social y ambiental está la iniciativa privada.


Pero su manifestación de impacto ambiental (MIA) --un muy elaborado documento de más de 400 páginas--, fue rechazada por la SEMARNAT el 6 de julio del 2012 en oficio S.G.P.A./D.G.I.R.A/5265 dirigido al Ing. Federico Schroeder Contreras.


Leo entre un denso conjunto de considerandos técnicos y legales la conclusión de uno de ellos: “Por los argumentos antes expuestos, esta DGIRA determina que la información contenida en el capítulo IV de la MIA-R carece de objetividad, sustento y evidencia técnica y científica, y por lo tanto contraviene lo dispuesto en los artículos 30, primer párrafo, de la LGEEPA, 13, FRACCIÓN iv Y 44 de su REIA”.


No es de fácil lectura el oficio de negativa a la autorización, y mucho menos lo es la propia MIA. Algo han traído estos proyectos industriales para las montañas. Como nunca se han estudiado sus bosques, sus suelos, sus aguas. Doy un ejemplo de la argumentación de los técnicos federales: En el considerando 6 del oficio de rechazo leo que la “promovente” ha manifestado que requiere la remoción total de más de 50 hectáreas de “Vegetación secundaria de tipo mesófilo de montaña de Aile (Alnus spp.), vegetación secundaria de Encino-Pino (Quercus spp. Y Pinus spp.), Comunidad riparia de haya (Platanus mexicana) y Cafetal”, pero que nada dice de la afectación que se provocará con el embalse de 8,375 m2. Según la DGIRA, la empresa “no presentó una diferenciación clara con respecto a la superficie requerida para cada una de la infraestructura necesaria para el proyecto en comparación con la vegetación (por tipo) que se verá afectada”. Y que omitió presentar las coordenadas geográficas de las poligonales y trayectorias de la infraestructura requerida. En ese considerando les dicen que no cumplen con los requerimientos señalados en los artículos 30, primer párrafo y 35, primer párrafo de la LGEEPA.


Y así. La empresa señaló que el proyecto se encuentra inmerso en la Región Hidrológica Prioritaria No. 76, Río Tecolutla, y en la Región Terrestre Prioritaria No. 102, Bosques Mesófilos de la Sierra Madre Oriental. Sin embargo, para la SEMARNAT, la MIA omitió señalar la importancia que revisten dichos sitios en relación a la biodiversidad presente en la zona. Y no estableció que el proyecto se traslapa con otros Sitios Prioritarios Terrestres SPT-6042, SPT-5998 y SPT-6130, ni las afectaciones que puede provocar en el área natural protegida “Cuenca Hidrológica del Río Necaxa”, que se encuentra a 14 kilómetros del sitio del proyecto. En este considerando la SEMARNAT concluye en que la “promovente no realizó un análisis de la importancia ecológica de las citadas áreas, ya que éstas son relevantes por su riqueza de especies y presencia de organismos endémicos, identificándose una alta diversidad, sin que la promovente realizara un análisis de la importancia que revisten estas regiones, así como sus condiciones ambientales actuales en relación con el grado de deterioro y/o conservación de los ecosistemas presentes en los mismos”.


Difícil sintaxis la de la SEMARNAT. Biólogos y abogados a cargo de la defensa técnica y legal de los ríos. Rechazo que es también un recuento de los faltantes que las empresas pueden solventar en una próxima intentona de asalto industrial a las cañadas serranas, y que seguramente aparecerán en los próximos meses en nuevas y más rigurosas MIA.


Por lo pronto, no hay noticia del Grupo México. Sólo el avance de sus Bulldosers.

Tiyat Tlali

Puebla, a 27 de octubre de 2020.



A los pueblos en resistencia contra los proyectos de muerte,

A las autoridades federales y estatales.

A los medios de información,

Al pueblo de México



El 12 de enero de 2020 el Ayuntamiento Municipal de Ahuacatlán, en acatamiento a la voluntad del pueblo, hizo pública la revocación de las licencias de construcción y cambio de uso de suelo para el proyecto hidroeléctrico Puebla 1 por haber sido otorgadas ilegalmente, por lo cual, la empresa Deselec 1-Comexhidro, socia de Walmart, no tiene autorización para construir en el municipio de Ahuacatlán. En el mes de Marzo la empresa interpuso una demanda en contra de las autoridades municipales intentando presionar para que desistan de su decisión.

Los pueblos nahua y totonaco de la Sierra Norte reconocemos y apoyamos la buena actuación de las autoridades municipales de Ahuacatlán, que en lugar de venderse como hacen tantos, actuaron conforme a derecho ante nuestra exigencia de cumplir con su obligación de garantizar y proteger nuestros derechos al territorio, al agua, al medio ambiente sano y a nuestra autonomía.

Por varios años hemos enfrentado la violencia y abusos de la empresa Deselec 1, y de instituciones federales, apropiación de terrenos con engaños, autorización de permisos sin informar ni consultar a los pueblos o simulando consultas, división comunitaria para generar confrontación y debilitar la resistencia. Ahora van contra las autoridades que están con el pueblo buscando generar más violencia imponiendo su proyecto de muerte por la vía judicial.



El Consejo Regional Totonaco y el Consejo Tiyat Tlali reafirmamos nuestra decisión de seguir protegiendo a la Madre Tierra, a la Madre Agua y el futuro de nuestros pueblos en la Sierra Norte de Puebla. Estamos en espera de sentencias judiciales que en caso de reconocer nuestros derechos como pueblos indígenas disminuirán el clima de tensión que la empresa ha generado. En el caso contrario, las consecuencias por la violencia y confrontación que se podrían generar en la Sierra Norte podrían ser desastrosas. No queremos que nos violenten, no queremos confrontación, no queremos proyectos de muerte que sólo enriquecerán más a las empresas Walmart, Suburbia, Vips. Exigimos que la empresa se retire definitivamente, que nos deje en paz y que el gobierno federal respete nuestros derechos.

Saludamos y nos unimos a la voz de nuestros hermanos que realizaron la Jornada Nacional de Movilización en Defensa de la Madre Tierra y contra la guerra al Ejército Zapatista de Liberación Nacional; a todos los pueblos que defienden sus territorios a lo largo del país, ante la imposición de empresas y gobiernos. Exigimos se ponga fin a la agresión hacia todos nosotros, verdad y justicia para las y los defensores desaparecidos y asesinados. Alto al despojo y destrucción de nuestros territorios, de nuestra Madre Tierra.

No a la hidroeléctrica para Walmart en la Sierra Norte de Puebla.

SI A LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS

Defensores y defensoras del río Ajajalpan

Consejo Regional Totonaco en defensa del territorio.

Consejo Tiyat Tlali en defensa del territorio y la vida en la Sierra Norte de Puebla.

Contacto: 2225488060, consejoregionaltotonaco@disroot.org