Una petición para oídos que parecen sordos

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Vida y milagros

Integrantes del H. Congreso de la Unión:



Dale la Cara al Atoyac es una organización de la sociedad civil cuyo propósito es impulsar la regeneración de la cuenca del Alto Balsas haciéndola relevante, vertebrando voluntades, detonando acciones colectivas y vigilando la actuación de las autoridades responsables de su conservación. Creemos en la necesidad de pensar globalmente y de actuar localmente. El trabajar en nuestra cuenca nos ha enseñado muchas cosas, entre otras que también es indispensable generar una actitud de participación comunitaria permanente, pues existen los derechos pero a la par debemos asumir nuestras obligaciones cívicas y sociales. Queremos convertir nuestro trabajo en la cuenca Atoyac Xochiac en un modelo de gestión a seguir en otras cuencas del país que también están fuertemente afectadas por la contaminación de las aguas de los ríos y por la destrucción de los bosques y selvas, las generadoras del agua de la que todos dependemos.

Hemos llevado a cabo monitoreos en diferentes puntos de la cuenca; en todos la contaminación es altísima y rebasa los niveles permitidos por la NOM 001 en materia de agua y de la declaratoria especifica del Atoyac Xochiac.

En el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018, que ustedes señores diputados deben de conocer muy bien, el tema del agua fue declarado como un tema de seguridad nacional. A pesar del enorme déficit presupuestal en que el país ha caído, dicho déficit no es atribuible al dinero destinado a priorizar la gestión integral del agua. Los presupuestos aprobados por la cámara de diputados federal y las cámaras de diputados estatales, no corresponden ni responden a la urgencia que el tema merece, no sólo porque los datos duros demuestran que así es, sino porque ustedes mismos los reconocieron en el Plan Nacional de Desarrollo mencionado.

En estos días ustedes estarán aprobando el presupuesto que se ejercerá en 2017. Entendemos que el país no puede vivir de prestado, como lo señaló recientemente el Secretario de Hacienda José Antonio Meade, pero sabemos también en base a lo que hemos visto en nuestra cuenca, que mucho menos podremos vivir sin agua. Por eso estamos abordando la necesidad de estructurar con mucha inteligencia y con visión estratégica la forma en que se harán los recortes, pues un recorte inadecuado en materia de gestión hídrica puede acabar saliendo mucho más caro que el ahorro mismo. El no invertir lo indispensable en la gestión del agua genera de manera inmediata altísimos costos en salud, pérdidas en la agricultura, elevación enorme de la obtención de agua potable para ciudades y comunidades que se mueren de sed y daños sociales muy difíciles de controlar.

Hemos visto con preocupación los recortes feroces propuestos para todo el sector ambiental, en particular en CONAFOR y en CONAGUA. CONAFOR es la única instancia que apoya estratégicamente una parte fundamental de la gestión hídrica: la regeneración de bosques y selvas deterioradas por una frontera agrícola depredadora e inviable. También el recorte a la parte de inspección y vigilancia de CONAGUA dejará en extrema vulnerabilidad la aplicación de las normas que rigen el uso y los aprovechamientos del agua en el país. No entendemos estos recortes, pues nuestro país ha firmado con entusiasmo y ha comprometido su nombre en los acuerdos para combatir el cambio climático a nivel mundial. De nada sirve firmar acuerdos si desde los presupuestos federales no se destinan los mínimos recursos para intentar dar la batalla para la conservación de los ecosistemas de los que dependemos para vivir. Ciudades como Puebla, Guadalajara, Monterrey y la ciudad de México, por decir algunas, están ya bajo un estrés hídrico casi insostenible.



¿De qué sirve declarar el derecho humano al agua si desde el presupuesto federal correctamente armonizado con los estados no se fortalecen las instancias que necesariamente deben actuar para que al agua no se contamine y las fábricas de agua sigan vivas?

Es muy desalentador leer que a los partidos políticos, que cada vez son más y cada vez más parecidos entre sí, no se les recortará ni un peso de sus abusivas prerrogativas, mismas que no se conceden en el mundo en ningún país democrático.

Encontramos también otro gasto absurdo y sin control: los enormes gastos en la llamada " comunicación social", la publicidad y propaganda que ejercen los gobiernos locales, gobernadores y presidentes municipales , así como el gasto que el gobierno federal ejerce para aparecer permanentemente en los medios , como si desempeñar sus obligaciones fuera un mérito que debe celebrarse y recordarse hasta la saciedad cada día. Lo hacen todos los gobernadores sin excepción alguna. La comunicación social solo tiene sentido cuando se trata de dar información útil y necesaria a la sociedad. Cuando sólo se ejerce, como suele ser, para alimentar la hoguera de las vanidades y los sueños locos de los gobernantes, ese gasto es un despropósito total. En un estado de tamaño medio, el gasto debe rondar los mil quinientos millones de pesos al año, siempre muy por debajo del gasto destinado al ordenamiento y sustentabilidad del territorio.



¿Quién de los diputados, aparte de los independientes, se atreverá a proponer e impulsar un corte drástico a estos dos rubros: prerrogativas y propaganda?

De la manera más enfática solicitamos a los responsables de construir y aprobar el presupuesto 2017 honrar los acuerdos que como país tenemos con respecto al agua como tema de seguridad nacional y con los compromiso firmados este año en París en la Cumbre de Cambio Climático.

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Sobre el autor

Verónica Mastretta

Verónica Mastretta. Ambientalista, escritora. Encabeza desde 1986 la asociación civil Puebla Verde y promueve con la OSC Dale la Cara al Atoyac la regeneración de la Cuenca Alta del Río Atoyac en Puebla y Tlaxcala.