Nuestros ancestros totonacos dicen que el agua tiene dueños, en nuestra lengua se llaman xmalananín chuchut. Ellos, junto con el viento y los truenos, así como el espíritu de las personas que se asustaron en el agua trabajan para hacer llover a lo largo y ancho de la tierra para que los cultivos puedan crecer de manera abundante.
A medio día, los dueños del agua se reúnen para platicar sobre su trabajo, sobre las actividades que habrán de realizar en los próximos días, por eso no es bueno acercarse a esa hora porque uno puede interrumpirlos y entonces pueden molestarse y capturarnos. Nuestras abuelas nos advierten:
--No vayas al agua a medio día, porque a esa hora están los malananín, los dueños del agua, si quieres ir ve temprano.
La sabiduría totonaca dice que nosotros no tenemos permitido interrumpir su conversación. A esa hora, los dueños del agua planean junto con el viento y los truenos los trabajos que van a realizar, nunca pueden estar quietos.
En la reunión convocada por los dueños del agua están también los que fueron llevados por el agua, es decir, los que no mostraron respeto y su espíritu fue detenido porque se acercaron a medio día. Los dueños también platican con esas personas y les dan a conocer la forma en que serán castigadas por haberles faltado el respeto. Generalmente el castigo consiste en trabajar para ellos.
Cuando los dueños del agua realizan su trabajo los espíritus de esas personas que se asustaron cerca del agua e interrumpieron la conversación, son llevados junto con el viento y con los truenos a diversos rincones del cielo para hacer llover. Pero como ellos no están acostumbrados a volar ni andar dando vueltas en lo alto como si fueran pájaros al poco rato se sienten mal y se marean.
Por eso cuando se nubla esas personas les duele todo el cuerpo, les da sueño y tienen nauseas, pero es porque andan allá en el cielo junto con los dueños del agua y el viento trabajando, por eso sudan, sienten como si no estuvieran en vida y hasta se quedan dormidos.
Pero no tienen permitido quedarse dormidos porque es la hora en que están trabajando junto con los dueños del agua, hasta que ellos se les olvide que alguna vez fueron interrumpidos y de esta manera ocasionado su enojo.