La novela es un viaje que no tiene fin

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Paulina Mastretta y las aventuras de una audaz narradora

Paulina Mastretta Yanes. Las aventuras de La Audaz Navegante/México, Ítaca, 2016.



"Mar eterno”

Digamos que no tiene comienzo el mar

empieza donde lo hallas por vez primera

y te sale al encuentro por todas partes.

José Emilio Pacheco



La escritura es siempre una aventura. No sabes a dónde te va a llevar cuando inicias, cuántos mares de emociones atraviesas, cuántos asuntos contenidos se quedan en la punta de la pluma. Increíble la cantidad de adrenalina que es capaz de producirse en tu cuerpo cuando estás casi poniendo el punto final. Hay que imaginar al escritor en esta peripecia. Cambiando de atuendo. Definiendo una identidad que permanece secreta hasta que la palabra entra en contacto con el papel.



A paulina la conocí escribiendo de piratas, de mujeres piratas, interesada por la piratería como hecho, como fenómeno, como un territorio para la fantasía. La foto de la tercera de forros la pone frente a nosotros: una pirata sonriente, pícara más bien, que nos mira profundo y de frente. La piratería es un tema que se lleva tu imaginación a la aventura. Cuantas fichas recuperes, al momento de configurar la narración siempre hay un episodio que deja en pausa la racionalidad de los datos. Cualquier embarcación es movida de manera violenta por un temporal que parece no tener fin. A bordo, un grupo de hombres amarrado a los tablones, el capitán que pretende controlar la dirección y luego la calma chicha, el silencio que dicen en el mar es lapidario, que duelen los oídos ante la ausencia de sonido, te duele el alma. Reconstruyes las rutas, las intenciones, las biografías, la vestimenta, la importancia de la piratería en la construcción del capitalismo, los avances tecnológicos reflejados en las embarcaciones, con los datos históricos. La literatura reconstruye las emociones, la soledad del viajero, la violencia de los hedores de un viaje que toma meses y años, y en el que las enfermedades, la falta de alimento, la monotonía, el miedo, lleva a los hombres a una condición miserable, en un espacio que no concibe lo privado.

Junto a imágenes de sobrevivencia y desesperación y dolor, y otras tantas amenas y alegres, paulina reconstruye las emociones de una aventura marítima entre piratas y navegantes emanados de una “odisea”, de manera audaz. Una aventura de jóvenes amigos que se encuentran con seres fantásticos liberados de otros libros, de sus lecturas, y con ellos mismos al contacto con el terror y la desaparición en la luz. La Aventura De La Audaz Navegante, nombre de la embarcación escrito en letras de oro; audaz que es intrépida, valerosa, arrojada, decidida, osada, arriesgada, animosa, determinada.

La lectura es siempre una aventura. Hay libros que desde que tu mirada reposa sobre la primera línea, ya no puede desprenderse del texto, se hace una, se queda pegada, se introduce en la historia, toma el papel de él o los protagonistas, asume sus andares como propios, sus necesidades se hacen tuyas. Hay libros que se vuelven entrañables compañeros de tus cambios personales, porque gracias a ellos cambias, te reinventas. Hay aventuras que se vuelven tuyas, necesidades propias, una vida que dura hasta la última página y luego te cambia. Paulina dibuja un viaje que va del encuentro al desencuentro, de la certeza a la incertidumbre, del juego adolescente a la madurez, de la calma al naufragio. Hay una búsqueda y una negación. Una reacción a la posibilidad de encontrarse, como lo es la búsqueda de la identidad personal, un viaje que no tiene fin. La novela de Paulina Mastretta Yanes es un viaje de reinvenciones constantes.

La literatura fantástica, yo diría de aventuras, ha sido un género poco explorado por los escritores del México reciente. Yo colocaría con felicidad este libro en este género, si eso fuera necesario. Historiadores y escritores recuerdan que su pasión por la literatura y por la historia se inció leyendo libros como los de Salgari. Necesitamos de estas letras emocionantes que nos devuelvan el juego a lo que hacemos, la pasión por la letra. Como historiadora yo diría igual que necesitamos de la literatura de aventuras para destacar la fantasía en lo que hacemos, que es reconstruir eventos que ya pasaron y que sólo quedan en fragmentos de memoria que hilvanamos.

Celebro la frescura de las aventuras de La Audaz Navegante. Una combinación genuina llama la atención en la historia contada por paulina: ¿es un viaje pirata que recorre el itinerario de Ulises? Hay esa atmósfera de un viaje de regreso al encuentro, una vuelta a Ítaca. Los nombres de sus personajes tienen el sabor de las mitologías, del sureste mexicano a la india a las islas británicas (Lyia, Shinta, Zeikan, Gira, Grik, Trowan, Maya) me gusta pensar que son códigos de la escritora con sus personas favoritas de carne y hueso, que al leer la novela rieron con las anécdotas reales plasmadas en ella. Hay otros, personajes fantásticos que recuerdan las sagas literarias traducidas en fílmicas que han permeado la vida de toda una generación, van tejiendo esta historia con el periplo de un viaje que no termina en calma sino con el “preludio de la tormenta”, el adiós de Leyia y el desasosiego del lector ante su desaparición…

Como apertura y entre las páginas del libro se asoma una fantasmal sirena azul, que carga una bandera con una rosa azul, debajo del mar, entre los corales, la portada a esta aventura y cuya cabellera asemeja un mar de media calma en la página 279, bajo la luna, un mar interno de media calma. Gracias Paulina porque me quedo plena de imágenes y, sin duda, deseosa de más aventuras.

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Sobre el autor

Gabriela Pulido Llano

La historiadora Gabriela Pulido LLano es¿ investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del INAH.