Totaro y Kazuma Nishikawa: El legado de los pescadores japoneses en Baja California - Parte 1

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Los hermanos Totaro y Kazuma Nishikawa formaron parte de una importante oleada de pescadores japoneses que se instalaron en Ensenada a principios de la década de 1930. Veinte años antes, sin embargo, ya habían llegado los primeros pescadores a Baja California, cuando el gobierno de Porfirio Díaz le otorgó a Aurelio Sandoval concesiones de pesca que Masaharu Kondo, un ingeniero pesquero, aprovecharía posteriormente pues se percató de la gran riqueza que guardaban los mares bajacalifornianos.

Mapa de la gran zona pesquera de California y sus puertos.

La pesca en la península gozaría de un gran auge de 1930 hasta el inicio de la guerra mundial gracias a las concesiones e inversiones que diversos empresarios emprendieron para producir y empacar gran variedad de productos marinos. Uno de ellos fue el japonés Shin Shibata, quien radicaba y tenía su empresa en Los Ángeles, California. Otros dos fueron los mexicanos: Luis Salazar,quien fundó la Compañía Industrial de Ensenada, y el general Abelardo Rodríguez, un singular empresario y político que fue presidente interino de México de 1932 a 1934.



El general Rodríguez, desde antes de su periodo como presidente, aprovechó su posición política para enriquecerse y hacer negocios de todo tipo. En relación a la pesca, adquirió la Empacadora de Bahía Tortugas después de que sus instalaciones misteriosamente se quemaron. Esta compañía la había constituido Masaharu Kondo en Bahía Tortugas para recibir los productos que los pescadores japoneses llevaban en abundancia.

Los pescadores japoneses formaron parte fundamental de esa expansión debido a la preparación y gran experiencia con la que contaban en esa actividad. Además, una parte de estos pescadores eran buzos que se habían especializado en la captura de abulón, proceso que en México no se conocía. Por estas razones, se constituyeron enormes comunidades de japoneses no sólo en México, sino en Estados Unidos, en los puertos de San Diego y Los Ángeles; así como en Canadá.

Totaro y Kazuma pertenecían a este grupo de buzos que reclutó Shibata en Japón. Los hermanos crecieron en el pueblo pesquero de Sagara, al sur de la prefectura de Shizuoka. Ambos aprendieron el oficio de su padre y su abuelo. Totaro nació en 1901, era el primogénito de la familia Nishikawa, que además de la pesca, se dedicaba al cultivo del arroz, al de hojas de té y a la extracción de sal marina. Kazuma fue el hijo menor de los Nishikawa, nació en 1918, por lo que entre Totaro y él existía una diferencia de 17 años de edad y seis hermanos de por medio.

Totaro vio en la propuesta de trabajo de Shibata una gran oportunidad para mejorar la situación económica familiar. Sin embargo, cuando decidió viajar a México, su estancia estaba pensada como temporal, debido a que desde 1922 había constituido su propia familia al lado de su esposa Mura, con quien ya había procreado tres hijos: Masayuki, Katsuko y Shosaku. En el año de 1931, Totaro se enroló en la empresa Shin Shibata & Company, cuya sede se localizaba en Wilmington, California, frente a Terminal Island, una isla construida artificialmente en Los Ángeles donde vivían centenas de pescadores de diversas nacionalidades.



El pontón o barco velero donde vivían los buzos en altamar (colección familia Nishikawa)

La compañía de Shibata estaba relacionada con los intereses del general Abelardo Rodríguez. El general Rodríguez supo aprovechar muy bien las actividades de Shibata y la pericia de los buzos japoneses, pues su compañía se dedicó a comprarles el abulón que colectaban en grandes cantidades, para posteriormente procesarlo y exportarlo a Estados Unidos y a países asiáticos.

La actividad pesquera de los inmigrantes japoneses se dividía en dos grandes grupos. El de pescadores encargados de la pesca de atún, sardina y bonito, entre otras especies; y el grupo de buzos de captura de abulón. Estos grupos tenían su temporada de pesca en tiempos distintos; la temporada de buceo para la captura de abulón se llegaba a extender desde abril hasta diciembre.1



Totaro llegó en barco a Estados Unidos a principios de 1931, y posteriormente ingresó a México por Tijuana en el mes de marzo de ese año. En un principio los buzos y pescadores de Shibata no tenían una residencia permanente en Estados Unidos ni en México, ya que vivían durante unos cuantos meses en las oficinas de Shibata en Long Beach, y la mayor parte del año en campamentos pesqueros que establecían en las costas bajacalifornianas, entre Ensenada y Bahía Magdalena, incluyendo la Isla de Cedros y puntos intermedios.2

Totaro Nishikawa y el grupo de buzos sentados en un barco. Arriba, de izquierda a derecha : Oono, Nishikawa y Sugimoto. Abajo: Takahashi, Sakurai, Sawabe y Suzuki. Los buzos portan su ropa de trabajo: sweter, pantalón y calcetines de lana tejidos por ellos mismos. Takahashi lleva un gorro de lana usado para bucear y mediante el cual se amortiguaban los golpes que ellos daban a la válvula para expulsar el aire desde la escafandra (colección familia Nishikawa)

Después de cinco años de estancia en México, Totaro volvió a Japón en 1936 para ver a su esposa y a sus tres hijos. La estancia en Japón sólo sería temporal, pues en ese mismo año regresó a Ensenada. Durante su visita, Totaro invitó a su hermano menor, que ya había cumplido 18 años de edad, a ingresar al grupo de buzos, pues consideró que existía un gran futuro para Kazuma en la compañía de Shibata, debido a la creciente actividad de la captura del abulón. Totaro estaba tan optimista de su futuro en México que probablemente ya planeaba solicitar su naturalización como ciudadano mexicano, hecho que realizó a finales del año siguiente.

Kazuma Nishikawa, a la derecha, en un campamento pesquero (colección familia Nishikawa)

La oportunidad para Kazuma llegó en la primavera de 1937. Contra la voluntad de sus padres, viajó a México mediante el sistema yobiyose,que permitía que japoneses ingresaran al país sin problema mediante el llamado de un familiar o un amigo que se hiciera cargo de los gastos del invitado. Kazuma y Nadao Sugimoto, otro joven de 20 años de edad que procedía de Shizuoka, ingresaron a Tijuana en el mes de mayo e inmediatamente se integrarían al equipo de buzos expertos con el que trabajarían a partir de ese entonces, y que estaba conformado por Soichi Sakurai, Iwashi Suzuki y Ginzo Nagai.

Para la captura de abulón los equipos de buzos contaban con tres embarcaciones. Una de ellas era el pontón, un yate-velero donde comían y descansaban los siete u ocho tripulantes a lo largo de todo un viaje en altamar que podía prolongarse hasta un mes. Otra embarcación era un pangón, en el que se transportaba el abulón recolectado en enormes tanques de agua que se salaban para mantener limpio el molusco. La tercera embarcación era otro pangón de madera, en el que el grupo de buzos se desplazaban para su labor diaria de captura de abulón.

Cada equipo de buzos se conformaba por cuatro personas. Uno de ellos se sumergía durante dos o tres horas para la recolección del molusco; despegaba las conchas de las rocas y las introducía en una bolsa de malla donde las guardaba antes de salir a la superficie. El cabo de vida era el compañero que sujetaba la cuerda por la que se comunicaba el buzo cuando estaba sumergido, de manera que al tirar de la cuerda podía avisar si necesitaba ascender. El jabero era quien se encargaba de subir las jabas o bolsas hechas de malla de cuerda, que el buzo llenaba con producto; el jabero se encargaba también de desconchar el abulón. Finalmente el bombero, quien era el encargado de bombear el oxígeno al buzo mediante una larga manguera durante toda la jornada de sumergimiento. Al final de la temporada, el abulón se enviaba a la empresa Pesquera del Pacífico en El Sauzal, propiedad del general Rodríguez, donde se limpiaba y se cocía antes de ser empacado para exportarlo.

Nadao Sugimoto durante un descanso en un pangón portando parte de la escafandra. Al lado, su jaba donde recolecta abulón, mangueras y conchas de abulón (colección familia Nishikawa)

Para el año de 1939 todo marchaba muy bien para los Nishikawa. Por un lado Kazuma, aunque no hablaba español, se fue adaptando muy rápidamente a su nueva vida, y con ayuda de un diccionario fue comunicándose poco a poco con la comunidad de Ensenada, quien lo conocía como Jorge. Seguramente lo que más fue animando a Kazuma fue el intenso trabajo que debía realizar y su paga en dólares, que le permitió vivir cómodamente en México. Su habilidad para capturar el abulón lo hizo acreedor a un récord, al capturar en un solo día 1,367 kilogramos del molusco.

Por otro lado en abril de 1939, la esposa de Totaro, Mura, llegó a México. La distancia entre ellos había sido difícil, por lo que la pareja decidió que ella viniera a Ensenada. Mura viajó sin sus tres hijos, a bordo del Kamakura Maru desde el puerto de Yokohama. Con ella venía una pareja de inmigrantes que también se dirigían a Ensenada: Michi Saito, pescador quien también había solicitado la nacionalidad mexicana, y su esposa Ai Saito.

Mura Nishikawa y su bebé, sentada a la izquierda, en compañía de esposas de otros pescadores en Ensenada (colección familia Nishikawa)

Para cuando Mura arribó a México, Totaro ya habían elegido Ensenada como base de su residencia para las temporadas de descanso. La casa, ubicada en la avenida Miramar, era el vecindario de muchos de los pescadores. Los Nishikawa habían decidido dejar a sus tres hijos bajo el cuidado de los abuelos paternos, mientras evaluaban cuál sería su residencia definitiva, pues a pesar de que Totaro estaba por recibir la nacionalidad mexicana, tenía ahorrada una cantidad importante de dinero en moneda japonesa en un banco de la ciudad de Los Ángeles, listo para usarse en caso de regresar a Japón. Pero además, a inicios del año de 1940, Mura quedó embarazada, lo que causó un enorme gusto al matrimonio. En septiembre de ese año nació su primera hija mexicana a la que llamarían Sachiko, y en noviembre de 1941 nació su segundo hijo en México de nombre Yukio

A pesar de que los Nishikawa se encontraban muy satisfechos por los logros que habían conseguido con base en muchos sacrificios y trabajo, les mortificaba la situación de sus tres hijos mayores que vivían con sus abuelos en Shizuoka. Pero no sólo eso les inquietaba, los vientos intensos del Pacífico auguraban tormentas de guerra que no tardarían en llegar.

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Notas:

1. Entrevista realizada por Sergio Hernández Galindo a Kazuma Nishikawa, diciembre de 2010, Guadalajara, Jalisco.

2. Entrevista realizada por Kiyoko Nishikawa Aceves a Kazuma Nishikawa, mayo de 1997, San Diego, California.

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Sobre el autor

Sergio Hernández Galindo

Sergio Hernández Galindo es egresado de El Colegio de México, donde se especializó en estudios japoneses. Ha publicado numerosos artículos y libros sobre la emigración japonesa  a México como a Latinoamérica.

Su más reciente libro Los que vinieron de Nagano. Una migración japonesa a México (2015) aborda las historias de los emigrantes provenientes de esa Prefectura antes y después de la guerra. En su reconocido libro La guerra contra los japoneses en México. Kiso Tsuru y Masao Imuro, migrantes vigilados explicó las consecuencias que el enfrentamiento entre Estados Unidos y Japón acarreó para la comunidad japonesa décadas antes del ataque a Pearl Harbor en 1941.

Ha impartido cursos y conferencias sobre este tema en Universidades de Italia, Chile, Perú y Argentina así como en Japón donde fue parte del grupo de especialistas extranjeros en la Prefectura de Kanagawa y fue becario de Fundación Japón, adscrito a la Universidad Nacional de Yokohama. Actualmentees profesor-investigador de la Dirección de Estudios Históricos del  Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.