Una propuesta para el trabajo de los músicos callejeros en Puebla Destacado

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He seguido de cerca y con mucho interés está iniciativa de regularización del arte urbano. Sé que hay muchas personas que se oponen a priori, pero yo tengo otro concepto, tal vez por haber trabajado muchos años en vía pública. Conozco de cerca a muchos de los artistas urbanos del centro porque también es mi lugar de trabajo. He visto surgir en épocas recientes a grupos verdaderamente interesantes que han hecho de la calle su escenario. Había un grupo multidisciplinario muy bueno que en la plaza del Carolino hacían un show de clowns con música en vivo y malabarismo en la plaza de la democracia, grupos de jaraneros que hacían fandangos multitudinarios en el Lennon, un muy buen quinteto o sexteto de saxofones. Se dieron espontáneamente, se dio ese salto de la mendicidad con instrumento al arte urbano. Tal vez el único antecedente es el grupo de invidentes que tocan afuera de Woolworth y que llegaron a ser 6 o 7 tocando además de la guitarra bajo y mandolina bastante bien, por cierto.

Estos grupo animaron a otros artistas y surgieron más malabaristas, de escuela, porque en Puebla incluso hay una universidad de arte circense. Y otros más que decidieron experimentar sonidos diferentes como el klezmer, y todo iba bien hasta que el ayuntamiento no supo cómo manejarlo y vía pública empezó a prohibir que tocaran e incluso amenazaban con quitarles los instrumentos.

Eso fue hace tres años aproximadamente. Yo asesoré a algunos de ellos porque, como te dije, he trabajado en la vía pública algunos años. Pero aparentemente el ayuntamiento entendió que estos jóvenes talentosos son un plus para el turismo y los dejó ser. Surgieron además de los cantores urbanos habituales de blues o de rock urbano con composiciones propias, bemberos y huapangueros venidos de la sierra, artistas que tocan tangos, andino, manouche, jazz, o que cantan ópera. O música de cámara. Violines y cellos. Pero de repente a alguien en el ayuntamiento se le ocurre que quiere "organizarlos" sin contar con su opinión. Es algo que no sorprende en esta administración. Creo que es bueno que los reconozcan, que no los persigan como a delincuentes, que les den un permiso que les dé tranquilidad para trabajar. Pero desapruebo una cuota sacada de la imaginación de no sé quién y que debería ser negociada con los afectados. Porque es cierto que el reglamento de ayuntamiento dice que las actividades lucrativas en vía pública deben ser autorizadas y pagar derechos, pero ha habido administraciones en las que las cuotas han sido simbólicas ($4 por ejemplo en la administración de Paredes) y el "casting", que me suena a censura. Después de todo el casting lo hace el público todos los días...



La calle es un excelente escaparate, pero también es peligrosa, te la comes o te comes... si tocas el alma del público también tocas sus bolsillos. Es un escenario tan digno como cualquier otro pero es el artista el que le da la dignidad como los señores de la sonora "callejera" que ya son parte del paisaje y que no dejan de sorprendernos con sus brillantes trajes en todos los colores.

Video tomado del facebook "Poblando ando"



¿Qué haría yo? Porque es fácil criticar pero no todos dan soluciones...

Primero: Yo establecería puntos donde hubiera afluencia pero que no interrumpieran el paso, porque hay lugares considerados por ayuntamiento en su nueva disposición donde no se paran ni las moscas. Yo dejaría como un corredor natural: el barrio del artista, ahí caben auditivamente dos o tres grupos, Parián sobre la 6, atrás del Carolino, Lennon, plaza de la democracia, Sapos, y en domingo alrededor del Zócalo incluyendo Reforma hasta la 3 que está cerrada y la 5 de mayo. Incluyendo el parque de San Luis y la entrada del Mercado de la Victoria.

Segundo: Hay que considerar que los artistas normalmente no trabajan de continuo ni todo el día (porque el arte es cansado), y que se desplazan. No se quedan en el mismo lugar. Entonces este circuito debe ser rotativo. No todos salen todos los días ni todo el día. Hay "eventuales" incluso que vienen de otras partes y que tienen propuestas interesantes. Yo "vendería" el permiso por día en la oficina de turismo. Tal vez un gafete especial, $10 para solista $20 por grupo. Y ya con eso puedes trabajar tranquilo y pagas tus derechos ahí mismo te dan un mapa de los lugares autorizados y ves donde te acomodas. Repito los artistas se mueven.



Para los artistas que salen todos los días o casi todos pondría una cuota por mes (con descuento obviamente) tal vez de $100 por solista y $200 por grupo. Con derecho a salir cuántas veces quieran, sin restricciones.

Ahí cada quien evaluaría si le conviene la tarifa diaria o la mensual. ¡Y ya! Lo del casting sale sobrando, si no la haces no vas a juntar ni lo del permiso. Así de cruel es la calle.

Ya para finalizar. Un exhorto al público. Sean generosos, con su tiempo y con su dinero, ¡pero sobre todo con sus aplausos! Y pues recalco estoy hablando de artistas. No de personas que tocan cinco notas todo el día.

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Sobre el autor

Lourdes Morán

Lourdes Morán es maestra de Idiomas. A través de Promueve tu Evento Puebla impulsa el trabajo de los músicos en la ciudad de Puebla.