Atl Tlachinolli, Paulatino Movement / La propuesta visual de Paola Suculima Destacado

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Suculima es canto en movimiento. Música y danza en una búsqueda tenaz de las voces antiguas. Reconstruirlas para reconocernos en ellas hoy. Atl Tlachinoli, agua y fuego. En la contradicción el juego de tres mujeres en la brevedad de sus cuerpos ante los milenarios elementos. Pero es el río el que envuelve a la voz. El río es la más rotunda composición del movimiento y el paso del tiempo. Tres mujeres jóvenes son el fuego capaz de sobrevivir la fuerza imbatible del agua. Rasga la tierra el río de todas las eras. Pero ahí están, imbatibles, los cuerpos.

En ello pienso al contemplar la propuesta de música y danza concentrados en este proyecto cinematográfico Art Tlachinolli, producido por Paulatino Movement. La composición musical y artística corre a cargo de Suculima y Pau Marti. El video ha sido seleccionado oficial en el Festival de Video danza Itinerante Agite y Sirva. La producción de Atl-Tachinolli es una colaboración entre Trifasic-Films y Palo-Mah, y lo presentamos ahora para la consideración del público lector de Mundo Nuestro. A la voz y la danza, sus elementos naturales, la artista poblana Suculima ha decidido añadir la intención cinematográfica para impulsar un proyecto artístico único y versátil que vale la pena respaldar.



A Suculima la vi surgir desde su obligado exilio en el 2014, cuando, con otros cholultecas. fue víctima de una acción criminal del Estado en Puebla contra el movimiento de resistencia civil a la imposición de un proyecto del gobierno de Rafael Moreno Valle destructor del patrimonio histórico y cultural contemplado en la Pirámide de Cholula. Reprimidos por la fuerza pública y violentados en sus derechos humanos con actas de aprensión y persecución policiaca, los cholultecas sufrieron la represión y la cárcel. Paola Suculima tuvo que huir del país.

Descubrimos entonces a Paola Suculina, un canto poblano desde el exilio. Escribí en febrero de 2015: “La suya es una voz que extrae el sentimiento desde la raíz, sin otro alivio que ella misma. Y que en el desatino de una persecución política en Puebla se descubre en torrente y profunda. La voz de una mujer que nos obliga a escuchar de otra forma a nuestro país.”

"Canto desde las semillas, desde el vientre, desde el folk, con trazos de jazz, de blues, de son, del corazón" --nos dijo en una conversación en Face.

Con el tiempo, Suculima ha construído una compleja trama de composiciones en las que su voz es instrumento casi único, como en Mariri, alentada siempre por propuestas gráficas que acompañan la salida al aire de su voz:



Pao Suculima de la caracola, le dije alguna vez. Con el timbre del blues, con la mirada infantil. Una jícara. El agua que se vierte. ¿Cuánto de nosotros brota desde su voz? La voz de una artista poblana que tuvo que salir del país perseguida por el gobierno del Estado de Puebla por su participación en la defensa de Cholula. Esa es la tierra de la que Suculima extrae los elementos de su búsqueda. La voz de los pueblos originarios, la que surge de los desiertos en una noche fría y frente a las estrellas. Nace en el canto simple, como el de la madre que arrulla a su pequeño; es un canto hondo, un murmullo, del que poco a poco brota la brisa que impulsa los sonidos y los envuelve en torbellinos breves que se desvanecen en el aire. Por varios años Paola Suculima no pudo volver a México. Pero desde algún lugar en la costa norte de California nos envió su voz. Una voz que ella misma no habría imaginado que encontraría el camino del juglar. Suculima decidió cantar una tarde en el bosque junto al mar. Y decidió escribir su propio voz y construir sus canciones y cantarlas trepada en los árboles.



Mirar desde allá el paisaje nuestro. Y no dejar de reirse un poco de la ensoñación de los poderosos.

Como en este poema:

Somos montaña

La montaña rebanada que te alimenta, la sabía morena panadera, están ahí los muchachitos trajeaditos nerviositos, están ahí los nuestros metidos infiltraditos.

Ya no somos los de abajo, ya pintamos nuestra raya, somos todos los granos y ya tenemos nuestra playa.

¿Qué más quiere señor contador? Ya metimos la factura pa cobrar nuestro valor, ¿qué más quiere señor dictador? Siéntese y escuche el tambor que olvido.

El jaguar de la tierra que te alimenta va ganando terreno de nuestra selva, todos los pesitos que tienes ahí GUARDADITOS combinan perfectamente con tus huevititos.

Ya no somos los de abajo, ya pintamos nuestra raya, somos todos los granos y ya tenemos nuestra playa.

El campo sin pesticida que te alimenta, la danza urbana, ¡eea eea pedalea! Somos los millones que confundes con los pocos, las obsidianas afiladas que lo recuerdan todo, la gente enlazada que me alimenta, el río de la banda en Reforma de protesta.

Ya no somos los de abajo, ya pintamos nuestra raya, permíteme escoltarlo hacia nuestra nueva mera playa.

Si lo que quería era poderme arrimar... Le recuerdo que aquí somos la reina del panal... Si lo que quería era poderme arrimar, le recuerdo que aquí somos la reina del panal.

La voz de Suculima vuelve a llegar entonces con esta nueva propuesta cinematográfica Atl Tlachinolli para descubrir con ella la búsqueda de una composición alternativa.

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Sobre el autor

Sergio Mastretta

Periodista con 39 años de experiencia en prensa escrita y radio, director de Mundo Nuestro...