Los murales de Genaro Sánchez en Xochitlán: rescatar lo extraordinario de la vida diaria en un pueblo originario Destacado

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Reflejar en las paredes del pueblo la riqueza histórico-social de la vida cotidiana de Xochitlán, enraizada en las culturas totonaca y nahua. Ese es el propósito del trabajo del pintor y muralista Genaro Sánchez. Apreciar su propuesta artística con él como guía. Escuchar sus explicaciones. Entender un poco la profundidad de la historia y la cultura de un pueblo en el corazón de la Sierra Norte de Puebla.

Genaro Sánchez creció en Zacapoaxtla, Puebla, pero tiene sus raíces en Xochitlán de Vicente Suárez. De ahí es su familia y ahí vive y trabaja hoy en día. Su objetivo general es poder mostrar los elementos culturales maravillosos de este pueblo originario con el respeto que merecen, sin romantizar la cultura indígena, sin volverla exótica.

“Todo esto tiene una función –dice--, como la música tradicional y las danzas, que generan una identidad común. Entonces lo que trato de hacer está enfocado en la gente para generar alguna reacción en este contexto. Conozco mucha gente que pinta en el sentido de arte folklorista, hecha para el consumo externo, un consumo turístico, un consumo comercial.”

En este sentido su trabajo intenta a revitalizar la identidad comunitaria de Xochitlán y la región de la Sierra Madre Norte.



Esto se refleja en su estilo de trabajo, que es tal vez diferente a la mayoría de los artistas en el sentido que no le gusta venir con ideas predeterminadas para imponerlas a la comunidad.

Así lo explica:

“Solamente, ya una vez pintado, lo puedo interpretar. Lo que más me gusta es cuando la gente que aprecia mi trabajo, cuando alguien me invita a pintar en alguna de las paredes de sus casas.”

Como un objetivo adicional su trabajo intenta bloquear la propaganda política en el espacio público y de esta manera retomarlo. En lugar de sembrar diferencia, su arte espera unir a la gente y cosechar la valoración de una identidad re-evaluada.

Eso es lo que se aprecia en los murales de Genaro Sánchez en Xochitlán.



“La intención que yo tengo es que la gente de aquí se voltee y se vea a sí misma y diga: ‘No manches, lo que yo hago es importante, lo que yo hago tiene valor, lo que yo hago no lo hace otra persona y por eso es valioso.’ Quiero pintar situaciones de la vida de mi sociedad para fortalecer este valor en una manera que una video o fotografía no lo pueden lograr. Por esto utilizo los espacios públicos que son de ellos, que ellos utilizan, que ellos frecuentan, por la que ellos tienen acceso a la imagen.”

Pero la identidad no sólo se expresa en los objetos culturales, se manifiesta también en todo lo que forma parte de lo cotidiano, como el medio ambiente y el paisaje.



El huapango en el tiempo

Mural cerca de la plaza central de Xochitlán sobre las expresiones culturales de la cultura Xochiteco, especialmente la música tradicional.

La idea para hacer este mural nació cuando iba a haber un festival de música tradicional Huasteca en Xochitlán. El diseño original de este mural era un coloquio de retratos de famosos músicos locales, Desafortunadamente no fue posible ejecutarlo por falta de recursos. Esta es una realidad común para los artistas locales, la falta de recursos no les permite desarrollar su obra como quisieran. Sin embargo, Genaro logro pintar y terminar el mural.

Este mural incorpora la tradición de música Huasteca, muy popular en la Sierra Norte; a la izquierda se ve el origen histórico de la música, con sus letras y sus liricas influenciadas por la vida campesina. “Es una referencia a todos esos huapangueros viejos que al mismo tiempo eran campesinos, de la vida diaria surgía esta temática y su lírica.” Ahí se encuentran la flora, fauna, y el paisaje que caracteriza esta región, lo que forma parte de la bio-etnicidad de la gente serrana; a la derecha hay una representación de la música más contemporánea, la que tocan hoy los huapangueros, pero que todavía viene de este origen histórico en el campo. La mujer en el medio también es una referencia a cómo la cultura se adapta a los tiempos. Por lo general, antes solo se veía solamente hombres tocando, pero en los últimos años se han empezado a incursionar la mujer en la música huasteca.

“Para mí, es muy importante incluirla porque habla de esta apertura de género --dice Genaro--. El mural incorpora todo este hecho generacional de los padres e hijos compartiendo este vínculo local, este vínculo de identidad que puede ser expresado por la música. … Son huasteco antes, huasteco después y son huasteco en la actualidad.”

Esta apertura y la cadena generacional podemos interpretarlas como una invitación a compartir y cogenerar esta tradición cultural, lo que al final determina la reproducción social.

La danza del bien contra el mal

Mural sobre las danzas de San Juan en Xochitlán.

Genaro describe este mural como su obra favorita por las memorias asociadas: “La danza da mucho sentido a mi vida, y todo que tenía que ver con la danza me llamaba mucho la atención desde que era niño.”

Poco a poco conocería a personas involucradas en la danza cuando se mudó a Xochitlán, pero cuando le preguntaron si no le gustaría bailar en la danza, no le pudo creer: “Yo estaba integrándome, re-integrándome, y me pregunté que si no sería una broma porque fue como entrar a un mundo secreto, sagrado. La danza combina todos los aspectos comunitarios, algo religioso y místico que no se comparte fácilmente, pero también la realidad de abuso de alcohol, las cuestiones económicas y las controversias políticas, problemas muy cañones.”

Antes de que se juntara con el grupo de danza Genaro tenía que pensar sobre la cuestión de reapropiación cultural: “Porque lo he visto mucho con los textiles y con la música, que las cosas son tomadas y utilizadas pero de una manera descontextualizada, que es un falta de respeto por la comunidad. Como yo veo la cuestión de la danza, que es algo muy significativo para mí, es que no fui a buscarla, ella vino y me buscó a mí. Cuando pienso en esto me siento muy afortunado por tener esta oportunidad.”

Años después de su entrada el grupo de los bailadores uno de ellos le preguntó que si podría pintar algo en la fachada del edificio en donde se juntan. “Me gusta mucho poder mostrar la que es la danza –dice Genaro--, y capturarla en una forma estética, para ensenar su valor, su importancia cultural. De provocar preguntas en la comunidad sobre la danza y su significación.”

Genaro profundiza en el significado de la danza: “Cada danza trae una historia, esta danza por ejemplo es sobre una batalla, una guerra. Aunque hay muchas diferentes interpretaciones, que cambian con las personas que se integran en la danza. De manera simplificada se puede decir que la batalla es entre el bien y el mal.”

Es la historia primigenia del bien contra el mal, repetida para la protección de la comunidad. Mientras que la gente baila el bien supera al mal… Ojala no veamos los días en los que la música se detenga.

El colectivo poblano entiende que hay que pintar sincero

Este mural lo hizo Genaro en cooperación con unos pintores jóvenes de la ciudad Puebla. Cuando este colectivo llegó a Xochitlán empezaron pintar imágenes completamente descontextualizadas, como los caricaturas japonesas.

“A mí, me molestó un poquito –explica Genaro--, aunque me gusta el animé y todo, pero estos sellos no tienen nada que ver con la vida de aquí, la vida cotidiana del pueblo. Entonces lo que les propuse fue colaborar en algo, pero algo apropiado por el contexto local aquí, algo sincero.”

Contra los mega proyectos de muerte

Primer mural pintado por Genaro sobre las consecuencias de los proyectos de muerte

“Cuando empecé a pintar este mural´--cuenta Genaro--, acabé la máscara de jaguar el primer día. Entonces vino el secretario de la cultura y me dijo que le gustó mucho este trabajo y que lo quiera poner en la página del ayuntamiento, le dije que con gusto le podrían poner ahí, pero que tenían que esperar hasta que lo terminara. Nunca lo pusieron, y desde entonces no he visto a este señor.”

Este mural, pintado en 2013, intenta demostrar en una manera muy directa los efectos de la imposición de los infames proyectos de muerte. “Antes que que este mural se pintra aquí, había unos consignas que decían: No a los proyectos de muerte. Pero pensando en la ubicación del pueblo, más que nada aquí en la Sierra Norte de Puebla, en donde hay mucha población Nahuatl y Totonaca se crea problemas de comunicación cuando hablamos de textos. Entonces, creo que esto es un mensaje muy claro.”

El mural se divide en dos etapas. A la izquierda se muestra la etapa previa a la instalación de los proyectos, en donde se encuentran las cosas que reúnen la comunidad: la vida del campo, la música huasteca, la danza, los globos, la flora y fauna, la pirotécnica, y su símbolo preferido, la máscara de jaguar. “Mucha gente me dice que se identifican con la obra y veo que lo explican a sus niños.”

Al centro del mural la transición a la segunda etapa, la que personifica la muerte con la corrupción político-empresarial. A la derecha la etapa de la extracción y con ella un caos total y la destrucción de toda forma de vida comunitaria..

Dice Genaro: “Cuando lo pinté no sabía lo suficiente todavía sobre el grado de modificación social y cultural que implica la llegada de este tipo de proyectos, incluso algunos valores comunitarios. Todas estas actividades extractivas modifican el paisaje, el entorno, el ambiente, anulan los elementos que sostienen a la vida de las comunidades en cuestión de cosmovision. Cuando alguien está acostumbrado a todo lo que ofrece su cultura, es difícil de imaginar y visualizar un cambio tan drástico, aunque es real, ¿no? Cuando lo pinteé, yo dije el día que por fin podemos decir que somos libres de esta amenaza que está constantemente ahí, voy a reconvertir el espacio, pero voy a borrar a este lado [de derecha], y voy a pintar un mural que es en su totalidad como la parte de izquierda. Tristemente, aun han pasado cuatro anos y lo veo complicado – no dijo imposible – pero muy complicado. Pero, la lucha es constante. Sí, la resistencia va a ser constante.”

La cultura histórica xochitleca en peligro de extinción.

Pesadillas del futuro de destrucción.

La máscara de jaguar.

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Sobre el autor

Erik Post

Erik Post (Holanda, 25 años) es estudiante de Posgrado en el Graduate Institute, en Ginebra, Suiza.