1 de Julio en Puebla

1 de Julio en Puebla

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Recordatorio de una infamia: la violencia criminal contra la democracia en Puebla. El 1 de julio del 2018 a los poblanos nos regresaron sin pudor alguno a 1940. Y pareciera ser que los ataques a balazos contra las casillas electorales orquestados por un grupo de poder fáctico no son prueba suficiente para declarar ilegal la elección del 1 de julio. El gobierno del estado de Puebla guardó a sus policias y miró para otro lado. Los institutos electorales quedaron totalmente rebasados. Los funcionarios del IEE y los jueces locales avalaron la elección, para ellos no existió la violencia. Es una tragedia y es intolerable.



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ENTREVISTA A DIANA TORRES RAMÍREZ, REPRESENTANTE DE PARTIDO NUEVA ALIANZA.



CRÓNICA



Violencia electoral en Puebla, la imposición de nuevas monarquías

Germán Báez Monterrubio

Domingo 1 de julio del 2018. A las 9 de la mañana salgo de casa, la luz del sol brilla diferente, combina con un aire de cambio que se respira en el ambiente. Circulo por diferentes avenidas de la ciudad y a golpe de vista detecto un movimiento inusual, distinto al resto de elecciones que he vivido en los últimos años.

Largas filas desbordan las calles y las casillas que recorro a mi paso. Llego a mi destino, por azares de la vida una primera parada me obliga a visitar la casilla instalada en el Instituto Oriente. Al llegar, largas filas de adultos mayores, principalmente, se arremolinan para emitir su voto, y la edad no es impedimento para soportar el sol, que para esas horas ya pega a plomo.

Tras una hora en aquel lugar, salgo con un dejo de confianza en que por fin después de mucho tiempo este país puede conseguir una reestructuración de fondo y no solo de forma. De regreso a casa, busco qué comprar para desayunar y lo primero que veo es un triciclo con tamales, me detengo para darme cuenta de que la masa se ha agotado. Sigo mi camino y me topo con dos puestos más y la historia es la misma, no es sino hasta el cuarto ambulante que logro mi cometido de comprar algo que comer. Reflexiono y pienso que esas largas filas hambrientas de cambio, saciaron un poco dicho síntoma con tamales y atole.

Antes de llegar a casa veo mi reloj y pienso, animoso, que es mejor emitir mi voto a buena hora, pues ya son casi las once de la mañana, de lo contrario, más tarde, las colas de votantes serán interminables. Al llegar a la casilla de la sección 1012, ubicada en el distrito 9, específicamente en la Ex hacienda Rancho Colorado, me percato que la fila no es tan larga, pero si fluida.

Mientras espero mi turno para encerrarme conmigo mismo y estudiar cada una de las seis boletas que debo tachar (presidencia, gobernador, presidente municipal, senadores, así como diputados locales y federales), veo a más de una docena de personas con playeras que llevan bordados los logos de los diferentes institutos políticos. Al verlos ahí, mi certidumbre se confirma y avanzó con paso firme rumbo al cambio que quiero para mi país.

Tras retacar las urnas, regreso para recibir el sello dactilar, ese que confirma que una persona ha cumplido con su deber cívico, al tiempo que pienso que me hubiera gustado que Diego (mi hijo de casi cinco años) me acompañara a vivir este momento histórico para un México tan descompuesto, y que sirva de precedente para que el en el futuro, el sufrague por lo que crea y quiera. No pudo ser así, porque este fin de semana lo pasó con su madre, así que ya será para otro momento.

Al salir de mi casilla, el sol azota con mayor fuerza, pero nada ni nadie puede robarme esa sonrisa “transformadora”, esa que te dice que estos ocho años de opulencia, nepotismo, obras faraónicas, de derroche de dinero, de deuda pública (36 mil millones de pesos en PPS), de fideicomisos apócrifos, de huachicoleros, de violencia, de feminicidios –más de 500 mujeres en este tiempo-- se pueden terminar.

Al llegar a casa, me siento a desayunar, y mientras hago un zapping exhaustivo entre un canal y otro, trato de conocer la opinión y tendencia de los “líderes de opinión”; veo en Las Estrellas a López Dóriga, paso a Azteca para conocer la opinión de Alatorre y complemento mi idea con Aristegui y Solórzano. Con sus respectivas fobias y filias el mensaje es el mismo, el ambiente en el país es homogéneo, todos salen buscando nuevos caminos de democracia, curitas para la pobreza, la desigualdad, las desapariciones y el desempleo.

Noticias como estas van disipando la idea de un fraude anunciado y las suposiciones hechas con antelación que presagiaban una presunta estafa del partido en el poder, el PRI, para continuar hundiendo al país, pero sobre todo para tapar el cochinero en que nos ha metido Peña Nieto. O bien de la posible declinación de José Antonio Meade a favor de Ricardo Anaya, con tal de no dejar que Andrés Manuel López Obrador por fin llegue para alcanzar la llamada “cuarta transformación”.

Como siempre ocurre, para esas horas del día (la una de la tarde), los medios editados en el centro del país hacen caso omiso a la realidad de los estados. Ante ello me vuelco a los medios locales y el silencio de Javier López Díaz, Carlos Martín Huerta, Juan Carlos Valerio, Iván Mercado, Enrique Montero Ponce y otros más me hacen pensar que el destino de la familia Moreno Valle-Alonso Hidalgo no parece muy halagador. Cosa contraria a lo que se lee y escucha a través de Alejandro Mondragón, Rodolfo Ruiz, Sergio Mastretta e incluso Fernando Canales, personajes que en sus medios y redes sociales informan que las encuestas de salida estaban cargadas del efecto AMLO, de un voto en cascada que marcaba como favoritos y vencedores a la alianza Juntos Haremos Historia.

Pero ese mismo silencio de los noticieros más mediáticos en el Estado empiezan a enrarecer el ambiente. Son las 3 de la tarde y las redes sociales se comienzan a desbordar con tuits y publicaciones en dos sentidos. El primero de ellos dice que el PAN va abajo y que MORENA está arrasando, que el voto en cascada se está cumpliendo. Por otra parte, las alertas comienzan a encenderse, las redes se llenan con señalamientos de reporteros y ciudadanos que denuncian que ya hay violencia en la capital, que son varias las casillas que a punta de pistola han sido robadas.

En primera instancia suena a rumor, pero las noticias de ciudadanos hartos del morenovallismo alzan la voz y las consignas afloran. Lo primero que cruza por mi cabeza es que los rumores de los cuartos llenos de billetes por parte de operadores del PAN no son tan irreales, que la compra de centrales de taxis para la movilización de mapaches electorales no es tan descabellada, que el pago de cinco mil pesos por taxista no solo era un murmullo. En verdad Martha Erika y el PAN quieren todo y no lo dejarán escapar tan fácilmente.

Para distraer mi mente de tanta información y con la finalidad de no dejar que mi mamá se vaya caminando a sufragar decido que una buena opción para medir el pulso informativo es visitar nuevamente las calles y las casillas, y saber qué tanto las noticias pueden ser veraces y que tanto no. Al llegar a la calle cerrada de terracería en donde se ubica la casilla, veo que hay poca actividad, que los carros no son muchos, pero llama mi atención que, en sentido contrario al mío, un auto versa blanco del año –recién salido de agencia-- sin placas, ni permiso, se acerca sospechosamente; al entrecruzar caminos también intercambiamos miradas, y al hacerlo me percato que dentro del vehículo van cinco sujetos con cara de malandros, y que son ellos los que me miran con cara de pocos amigos.

Al virarme para estacionarme, observo que el vehículo se queda parado en doble fila enfrente del acceso principal del lugar, descienden tres de los cinco sujetos y de reojo veo que uno de ellos, moreno, calvo y obeso, se ajusta el pantalón por la cintura. Nuevamente cambiamos miradas, hago una pausa para decirle a mi mamá que no se baje del coche, que se espere porque algo no me gusta de esas personas, al ver que los observo el carro avanza y ellos detrás de este caminando, como emprendiendo una huida. Al ver su paso, supongo que mi sospecha era infundada, tras esto le digo a mi madre que bajemos. Caminamos unos cuatro metros para llegar a la entrada y cruzamos un pasillo de unos cinco metros más para llegar al salón en donde las mesas, las sillas y las urnas. Dispuestas para esta fiesta democrática. Dejo en la puerta a mi madre y me quedo afuera para esperarla, pues adentro ya no puedo estar. Me quedo en el Lobby, en lo que volteo me doy cuenta de que los tres sujetos están de regreso e ingresan por la puerta principal, ingresan con paso firme en primer lugar el gordo de camisa amarilla, junto con un joven de estatura media y otro más de complexión media y de unos 180 centímetros de altura.

Pese a mis sospechas, me quedo en la puerta y veo como el tipo gordo calvo y el alto con chamarra de piel negra se quedan custodiando la puerta, mientras que el más chaparro y joven, con gorra y gafas se “mete a votar”. En ese momento, me percato que mi celular lo había dejado en el auto, no podía llamar, textear, ni nada. Justo cuando pienso en escabullirme al auto, en ese mismo instante veo como el gordo lleva sus manos debajo de su playera, percudida, y veo que toma un revolver, a decir por mi poco conocimiento en armas, me parece calibre 38 mm.

Todo es cuestión de segundos, milésimas de segundo quizá, pero la película pasa tan rápido que sólo alcanzo a ver cómo, al sacar la pistola, un joven de 27 años, por mucho, delgado y no muy alto, se avienta sin pensar a tratar de detener el ataque y mete su cabeza por debajo del hombro, en la axila para ser exactos, con lo cual consigue que el malandro no tenga control del arma, justo ahí corro por el teléfono y al salir de ahí oigo el primer disparo. En medio de los gritos y con la prisa por tratar de abrir el auto se escucha una segunda detonación. Es ahí cuando los vecinos de un fraccionamiento contiguo a la casilla salen para tratar de hacer algo y lo que hacen es llamar al 911. Justo cuando voy de regreso, veo salir corriendo a los sujetos para subirse al coche que se había echado de reversa para esperarlos y salir huyendo.

Al entrar al lugar, lo primero que veo en el piso es una casilla tirada, una gorra, un pedazo de gafas negras y señoras en crisis por el hecho sucedido. Pero más allá, por sus hijas de seis y ocho años que por acompañarlas vivieron tan traumático momento. Así como a mi madre sentada en una barda pequeña haciendo una llamada y soltar una bocanada de alivio al verme entrar; pregunto cómo está y la noto tranquila. La inmediatez de los dispositivos móviles, hacen que todos comiencen a llamar a familiares, policías y conocidos para pedir ayuda. Por su parte, los representantes de casilla llaman nerviosos al INE en Puebla. Son momentos de incertidumbre, y diría Vicente Fox de “sospechosismo”, ya han pasado más de 20 minutos y no llega un maldito policía. La sospecha crece, no es posible que a escasos 150 metros o menos haya un sector de la policía y la misma Secretaría de Seguridad y Tránsito Municipal y no pueda haber alguien que llegue para saber o perseguir a los delincuentes.

Son minutos de angustia, y lo único que oigo es al representante del INE decir “que se cierren las puertas”, pese a que la gente seguía llegando y tener a 20 ciudadanos esperando afuera, la indicación fue “la casilla será cancelada y cerrada por condiciones de inseguridad”. Me acerco a él y le digo que no puede hacer eso, que hay gente queriendo votar y que la casilla tendría que abrirse en un espacio alterno o ahí mismo, pero que ellos no podían quedarse sin emitir su voto, que la elección no podía pararse por un acto como ese. A esto la respuesta fue nula o imperceptible pues solo sacudió los hombros.

Tras lo sucedido, lo primero que viene a mi cabeza es llamar a amigos de medios de comunicación para denunciar lo sucedido, sin embargo mi queja simplemente se queda en buzones de voz pues ninguno tomo la llamada. Una segunda idea viene a mi cabeza, ésta vez creo tendrá mayor eco, para ello escribo un tuit arrobando a López Díaz, Valerio y Carlos Martín… desgraciadamente la respuesta es la misma “no hay”, ni siquiera un retuit. Todo este accionar me hace pensar mal, es decir, confirmo que cada uno de los actos de violencia y provocación estaba decidido y acordado. Al cabo de los minutos, muchos por cierto, finalmente llega la policía, un par de elementos, que al entrar preguntan sobre la situación y no hacen ni dicen más. Lo único que alcanzan a balbucear es que se quedarán a cuidar la casilla. Como si los maleantes fueran tan torpes para regresar a la escena del crimen después del delito. En fin, tras esos minutos de espera para poder salir, busco más información en redes para conocer más de lo que pasa en la ciudad y en el estado, pero nada… el silencio mediático es sepulcral.

Por fin, después de ser testigos y opinar que la votación debe seguir, las autoridades electorales y representantes de partidos políticos levantan la urna tirada, que los maleantes no alcanzaron a sustraer, y deciden retomar las actividades propias de la jornada.

Sin embargo, con ese precedente el regreso a casa fue extraño, mi mamá y yo llevábamos a cuestas un sentimiento de dolor, coraje, frustración e impotencia, todos revueltos haciendo un coctel con un gran tinte de pesimismo que nos llevó a preguntarnos ¿hace cuánto esto no pasaba en Puebla? Y a confirmar que nuestras sospechas de que Moreno Valle no dejaría tan fácilmente el poder no eran tan erradas, que esto en efecto era la crónica de un fraude anunciado, la escena más burda de una obra que siempre tuvimos delante de nosotros y que no quisimos ver.

Solo como morbo y para no dejar pasar por alto lo sucedido a partir de esa hora me dediqué a estar atento de los radares informativos de cada hora, de los reportes de las estaciones con noticieros locales, los cuales siempre emiten alguna opinión o van dando resultados parciales y me impresionó que ninguno habló de los actos de violencia, del robo de urnas, de la forma tan vil en la que hicieron ver que “no pasaba nada”, es más algunos ni asomaron la cabeza, simplemente continuaron con su barra de música. “Qué difícil es saber lo vulnerables que estamos los ciudadanos ante estos actos, y no solo tiene que ver con la violencia electoral, sino con la impunidad con la que cualquier persona puede lastimar a otra sin que haya consecuencias”.

Finalmente, como cada domingo nos reunimos en familia para comentar las aventuras de la semana, esta vez la charla político-electoral no fue la excepción, contamos lo sucedido horas antes y el sentimiento unánime fue el mismo, “se quieren robar la elección”. No es posible que las muestras sean tan evidentes y no haya nadie capaz de denunciar. Así, reunidos todos nos dieron las 8 de la noche, vimos salir victorioso a López Obrador, unos a favor otros en contra conversamos de lo que venía para el país, pero lo que más nos ansiaba conocer era el resultado de Puebla, nos dieron las 22:00 horas y la incertidumbre era la misma, cada uno partió a sus respectivos hogares con un dejo de desesperanza, en donde vilmente habían mancillado la voluntad de los poblanos.

¿Qué viene ahora, que nos depara el futuro?, no lo sabemos, queda claro que nuestro futuro está en manos de unos cuantos, en la voluntad política de cada uno de los poderes que ha sido subyugado al mandato de una persona, qué esperar cuando el Instituto Electoral está tomado por un grupo que obedece al mismo dueño al que obedece el Congreso del Estado, a un político lleno de soberbia y hambriento de poder que busca perpetuarse. ¿Revelarnos? ¿Someternos?... Esto no se trata de partidos, se trata de ciudadanos que estamos hartos y que queremos que las cosas en el estado y en el país cambien, personas hartas de la normalización de la violencia, la inseguridad y la prepotencia de grupos facticos que nos pisotean por poder.

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"Cuando yo regreso con unas botellas de agua, en la esquina de la escuela que se ubica en la 53 norte 1404 de la colonia Aquiles Serdán, escuché unas detonaciones. Yo ya había visto una camioneta negra que iba y venía, era último modelo con vidrios polarizados, no era una camioneta cualquiera." Aurora Álvarez Carreto.



VIDEO: POR QUÉ DOY MI TESTIMONIO



TESTIMONIO DE AURORA ÁLVAREZ CARRETO, CAE-INE EN SECCIÓN 981



ENTREVISTA:

AUDIO:

Audio de entrevista en común con Aurora Álvarez Carreto y Sergio Saldaña Ramírez:

Audio: conclusión de entrevista en común con Aurora Álvarez Carreto y Sergio Saldaña Ramírez:

TEXTO:

Este es el testimonio de la señora Aurora Álvarez Carreto, abogada de profesión y madre de familia, funcionaria electoral, capacitador electoral en el Instituto Nacional Electoral, el pasado primero de julio en la sección 981, una de las setenta, con un número de casillas que forman parte del conjunto de setenta casillas que fueron asaltadas de forma violenta, a balazos por bandas organizadas.

SERGIO MASTRETTA: Señora Aurora, muchas gracias, ¿nos puede contar lo que sucedió ese día con una cronología de principio a fin?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Nosotros iniciamos desde las seis de la mañana para ver que se hiciera la apertura de las casillas, llegando ya a las siete de la mañana/siete treinta se inicia con la instalación, y ahí es donde se va conformando en donde los ciudadanos que fueron electos para ser funcionarios de casilla. Ya llegando a un tiempo en donde ya daban las ocho de la mañana no se conformaban, entonces nuestra presidenta da instrucciones para solicitar a los de la fila para que pudieran conformarse las casillas, solicitaron a los funcionarios de casilla que quién quería participar como funcionarios, valga la redundancia.

S: ¿a los que estaban que estaban ya haciendo cola?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Sí, en las filas.

S: ¿las tres casillas tenían esa circunstancia?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: La contigua 1. La básica ya estaba casi conformada, entonces la presidenta por instrucciones como marca la ley, como ya tiene el conocimiento se solicita a los ciudadanos de la fila para que entraran a fungir como funcionarios.

S: Hay una particularidad en este caso, que dos de sus familiares, Aurora fueron nombrados funcionarios en ese momento, porque estaban haciendo cola.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: tres, fueron tres, mi esposo y mis dos hijas. De hecho, ellos tenían una actividad que hacer y fueron a votar temprano y estaban en la fila.

S: tuvieron que aventarse toda la jornada y ser víctimas en una de las casillas. Fueron su esposo y sus hijas.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Una de mis hijas, la otra, que es la más pequeña, ya mayor de edad, le tocó la contigua dos.

S: Ahorita nos cuenta lo que ocurrió allí. A lo largo de la jornada usted como funcionara, como CAE ¿qué funciones cumplió?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Este, bueno, ya yo estuve conformando conjunto con las dos presidentas que estuvieran completas las casillas, bueno, ellas son las que fungen, yo de hecho seguí la instrucción y ellas cumplieron con lo que tenían que hacer. Ya que se conformaron llegó una persona que yo nunca la conocí, bueno, antes no la había visto, que llegó a amenazar a los funcionarios de casilla, que si no iniciaban la votación iban a ser sancionados. Yo en mi tiempo, desde el 2000 he trabajado en el IFE, ahora INE, nunca había escuchado a una persona que llegara a amenazar a los funcionarios de casilla. Se ostentó con una credencial y aparentemente era del INE.

S: ósea, una persona se presenta con una credencial del INE a amenazar a los funcionarios por no abrir a tiempo las casillas.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Sí. De hecho, nosotros en nuestro tiempo de trabajo que tenemos, casi cinco meses para buscar a los funcionarios que fueron insaculados, se hizo eso, pero así sucede a veces, los ciudadanos no llegan, no cumplen. Por eso es por lo que se conforma con la fila, pues aquí mis familiares.

S: usted fue, digamos un incidente que se produjo ¿hubo algún otro esa mañana?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, todo estuvo normal hasta las 15:30 de la tarde, casi 16: 00 de la tarde. Nosotros les damos su desayuno a los funcionarios de casilla, porque les agradecemos porque son de buena fe, y les dan una dieta muy pequeña a ellos para su alimentación. Yo les llevé un desayuno pequeño y luego ya les tocaba la comida.

S: ¿esa es una responsabilidad de ustedes?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, no estamos obligados, simplemente como un agradecimiento porque mucho hacen ellos al dejar sus actividades para ser funcionarios de casilla todo el domingo.

S: la ley marca que se les paga al final del día para su alimentación.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, esa vez fueron $450

S: entonces, en agradecimiento usted les lleva de desayunar y después de desayunar ¿de su bolsa?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, de mi bolsa, les agradecemos porque mucho hacen ellos con llegar a ser funcionarios de casilla.

S: ¿usted es consiente del esfuerzo enorme que supone organizar una elección?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, es mucha responsabilidad. Ahora eso es lo que hacemos, hemos sido capacitadores, asistentes electorales tanto locales como federales, y como esta fue una elección, concurrente pues fue más pesada.

S: ¿a tu cargo estuvo los insaculados para esta sección en las tres casillas, los buscaron en sus casas, unos dijeron que sí, otros dijeron que no, finalmente conformar los equipos en cada casilla y proceder la capacitación a lo largo de varias semanas, algo que no lo vemos los ciudadanos.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Día y noche, a veces hasta a las 12:00 de la noche nos citaban los ciudadanos para poderlos capacitar.

S: es una capacitación personal ¿cuántas personas capacitó usted?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: yo le calculo unas 80 personas, de esas se van depurando hasta que salen los que realmente van a participar.

S: en este caso, para cada casilla son seis.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Son seis. Son tres casillas y son seis ciudadanos como funcionarios de casilla.

S: finalmente 18 ciudadanos, ¿cuántos no se presentaron? ¿por qué? ¿en otras elecciones te ha pasado?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, esto sucede regularmente. Depende también de la zona, porque a mí me han tocado varias zonas, y en esta zona esto se dio, y es la zona más cercana a donde yo vivo, que es mi colonia.

S: ¿tu sentías también un compromiso personal con el vecindario?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: así es, a mí me gusta esto lo que es la materia electoral. Me ha gustado mucho, siempre he participado desde el 2000, ha sido una satisfacción muy grande para mí.

S: me adelanto un poco ¿volverías a participar?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: ya no, esta es la última elección para mí, yo ya no volveré a participar, y si le tocara a alguien de mi familia les diría que no participaran.

S: Quedaste dolida, enojada ¿qué sentimientos?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: coraje, mucho coraje, impotencia, porque no debió de haber sido esto, nunca había sucedido esto y no debió de haber pasado.

S: ¿qué ocurrió a lo largo de las 15:30 de la tarde? Cuéntame

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: yo salí a traer agua para los funcionarios, porque también ya tenían apetito, iba a traerles yo unas cemitas, algo para darles a comer, algo pesado porque sí era largo, muy largo, porque como eran seis urnas, fue una elección concurrente. Cuando yo regreso con unas botellas de agua, en la esquina de la escuela que se ubica en la 53 norte 1404 de la colonia Aquiles Serdán, escuché unas detonaciones. Yo ya había visto una camioneta negra que iba y venía, era último modelo con vidrios polarizados, no era una camioneta cualquiera. Allí en la tienda donde yo compré mis botellas de agua y regreso escuché detonaciones, incluso esa camioneta se estacionó frente a una papelería, pero no alcancé a ver placas porque cuando se escucharon las detonaciones dentro de la escuela se escuchaba que la gente gritaba y salía, cerraban. Yo estaba afuera, no me tocó adentro, si me hubiera tocado quien sabe que hubiera yo hecho.

S: ¿qué hizo entonces?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Quise entrar, corrí, no me dejaron, pero adentro la gente lloraba, los niños salían corriendo, porque había niños, eso fue lo más terrible porque estos sujetos que llegaron a agredir a las personas que estaban dentro de las casillas no se fijaron que había niños, o no les importó. Cuando yo entré y pude cesar a las casillas pregunté ¿qué pasó? ¿qué había sucedido? Y me señalaron a la casilla contigua a uno, y entonces yo entré inmediatamente.

S: ¿ya no estaban estas personas?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, ya habían salido, yo creo que, en el transcurso de las detonaciones, como si tarde minutos, bastantes minutos para poder entrar.

S: Cuando tú llegas ya habían salido, no te tocó ver que se treparan a esa camioneta, era una revoltura. ¿qué podemos decir? ¿Qué había treinta, cuarenta, cincuenta personas ahí corriendo?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Más, como unos ochenta.

S: Es decir, había muchos votantes.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: muchos votantes, porque la elección fue muy fluida, como nunca yo había visto en el tiempo que trabajaba en esto.

S: Vas a la casilla contigua a uno donde están tu esposo y tu hija.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Sí, y los veo: mi hija estaba ensangrentada en la cara, mi esposo estaba ensangrentado en una silla. Yo los vi impactados, porque nunca los he visto yo, en el tiempo en el que he sido abogado y he visto muchas cosas, esto sí me impactó realmente, más siendo mi familia, aún si no hubiera sido mi familia yo los invité a que participaran los ciudadanos, hubiera sentido mucho recargo de conciencia, porque esa algo que no debió haber pasado.

S: ósea, resulta que los ciudadanos agredidos resultan que son tus familiares. Pudo haber sido que no fueran familiares tuyos, verdad.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: y eso también hubiera sido muy terrible, porque iba yo a visitarlos, a convencerlos, y ahora que salga esto.

S: en ese momento de la corredera, en esa casilla contigua que se produce este hecho de violencia ¿qué está pasando en ese momento? Tu marido, tu esposo, querido, está sentado en la silla sangrando junto con tu hija y la gente está con ellos ¿qué más te encuentras?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: uno de los funcionarios que yo capacité en la casilla básica ya estaba atendiendo a mi hija, a Adriana, y también un representante de Morena, ya estaban los dos ahí. Varias gentes entraron a apoyar, pero yo vi que la presidenta y los demás funcionarios estaban en psicosis, porque estaban verdes, engarrotados, no sabían qué hacer. En ese momento intenté hablar a la policía, hablé, pero nada; intenté hablar a la FEPADE, intenté hablar a varias personas que nos auxiliaran, pero de momento no hubo respuesta.

S: ¿te comunicaste con el instituto?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: me comuniqué con mi supervisora.

S: ¿quién es tu supervisora?
AURORA ÁLVAREZ CARRETO: se llama Daniela Tlacuilo Murrieta, es funcionaria y supervisora electoral. Cuando me logro comunicar con ella en ese momento le cuento lo que había sucedido, me dice: sí, ya me enteré por la radio. Por que la radio estaba monitoreando, yo no entiendo cómo es que la radio monitoreaba todo esto, pero la policía no llegó a tiempo cuando nosotros lo solicitamos.

S: los medios están atentos a lo que están ocurriendo, tienen un pitazo, es el trabajo de los medios, pero no responde así la policía.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, no responde. Tardó, tardó tiempo. También mi esposo estuvo llamando a la policía, nos dieron un teléfono para llamar a la FEPADE

S: ¿la FEPADE contestó en algún momento?


AURORA ÁLVAREZ CARRETO: la PGR, fue quien nos recibió respuesta

S: Pero fueron a la PGR, pero eso ya fue después. En ese momento ¿se pudieron comunicar con alguna autoridad?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, solo con mi consejero presidente, me lo pasó mi supervisora y me dijo que iba a hacer todo lo posible para que se pudiera movilizar, y me dijo que iba a hacer todo lo posible para que se pudiera movilizar.

S: el consejero presidente del distrito 9 federal. Bueno, entonces esto está ocurriendo alrededor de las cuatro de la tarde...

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: También en ese momento yo quise ir a ver a la otra casilla contigua dos, estaban atrincherados prácticamente, ya cuando llega una licenciada que fungió como secretaria me contó que quisieron entrar ahí, que ellos pusieron sillas, bancas que empujaron estos sujetos y que querían meterse a robar las urnas también.

S: entonces los de la contigua dos se dan cuenta de que algo está pasando y se atrincheran. ¿lo mismo pasó en la contigua tres?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, nada más es una básica contigua 1 y contigua 2, en la básica no sucedió nada gracias a dos.

S: pero no logran entrar en la contigua 2.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no lo logran porque la licenciada puso sillas, aventaban de todo para poder tapar la puerta. Pero tenían fuerza esos hombres para poderse meter.

S: finalmente cuando tu tocas la puerta de la contigua 2, ¿te abren la puerta ellos?

V salieron y estaban que ya se querían ir, y les dije que si gustan irse pueden irse, y se fueron. Se fue casi la mitad del personal de los que fueron funcionarios de casilla.

S: pero ¿qué pasó entonces en los siguientes minutos? Porque hasta donde entiendo, la elección finalmente se reanudó en la sección.

V Esa fue una de las situaciones que no debieron de haber sucedido, porque cuando un hecho es de sangre, fue un atentado, debió de haber una suspensión definitiva, y sin embargo dieron orden del instituto de que continuara.

S: el INE,

V el instituto 09

S: cuando tu entraste y encuentras a tu marido ¿en qué condiciones encuentras las urnas?

V estaba todo desordenado, estaba la urna vacía, los votos por acá por allá, las boletas, era un caos, ya nadie tomó en cuenta la papelería.

S: ¿las mesas estaban patas pa arriba?

V no patas pa arriba, pero había mucho desorden, había mucha gente adentro, mucha gente que quería ver lo que había sucedido. Mucha gente de los votantes que querían auxiliar.

S: entiendo entonces que las urnas estaban rotas, por lo menos algunas de las urnas...

V estaban regadas las boletas, porque se abrió la urna, como ya después lo comentará mi esposo. Porque en el momento de la acción, todo lo que sucedió después, era un desorden.

S: ¿quién tomó el mando de todo esto? ¿tú, la presidenta de la casilla, quién se hizo cargo?

V de momento la presidenta fue la que empezó, yo de dije que debía de haber una suspensión definitiva, pero no, se suspendió de momento. Después llegó mi supervisora y dijo que por órdenes del consejero presidente se volvería a reanudar la elección. La supervisora Daniela se presentó como a la hora, o a lo mejor hasta más tarde, fue el único funcionario público que se presentó. Llegó la policía, llegó primeros auxilios, lo que es la Cruz Roja, para darles atención a los heridos.

S: el equivalente de tu función ahí por parte del Instituto Estatal Electoral ¿quién es en esa sección? ¿no hay una CAE que represente al instituto electoral.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: yo era la que representaba al Instituto en esa casilla, junto con otra compañera que era la CAE ESPEJO en esa casilla, que se llama Giselle, no recuerdo ahorita los apellidos.

S: ¿ella también es de parte del Instituto Nacional Electoral? ¿en ese momento hay representantes del Instituto Estatal Electoral?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: nada más ella, la capacitadora. Como era una elección concurrente, ella es mi espejo, pero del Instituto Estatal Electoral, local.

S: ¿cómo se comportó ella?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: ella me dijo: ¿sabes qué, Aurora? Primero nuestra vida, yo me voy, vámonos, Aurora, ya deja esto, que lo arreglen ellos. Yo le digo: pero es que no podemos dejar, están aquí los heridos ¿qué voy a hacer?

S: ahora ¿finalmente ella se fue?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: ella se fue, llegó su esposo y se la llevó, ya no supe más de ella. Incluso mi supervisora me comentó que cuando le dijo a una compañera que iba a verme porque tenía problemas, ella le dijo: no, vente para acá, resguárdate, que ellos se las arreglen. Eso me comentó mi supervisora que le dijo la consejera Pilar en el Instituto Nacional Electoral.

S: Ahora, de parte de los representantes del partido ¿qué nos puedes decir? ¿qué actitudes encontraste, por ejemplo, en la casilla encontraste por ejemplo en la casilla contigua a uno? ¿había representantes de partido?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: de momento se solidarizaron con los heridos, y vieron que a lo mejor no era nada grave para ellos, y dijeron: queremos que inicie la votación. Yo les dije: no se puede iniciar la votación porque hubo hechos de sangre. Aquí, como lo marca la ley, es un incidente que no va a iniciar la votación, esperemos que venga gente del Instituto, porque tiene que haber una comisión, que nunca se presentaron, hay un secretario, que es el licenciado BRINDIS, que es el consejero secretario que tenía que haber llegado, a presentarse a levantar un acta circunstanciada, para que diera por ser los hechos por parte del Instituto, pero no se presentó.

S: quién apareció es nada más la supervisora Daniela con la instrucción de reanudar la elección...

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Yo le dije no la puedes reanudar hasta que venga yo con la policía federal, porque este es una elección federal y tiene que tomar nota el fiscal federal. De hecho, ella dice: bueno, voy a esperar a ver qué instrucciones. Le digo: espérame tantito por favor, y dice: bueno. Pero de hecho cuando yo ya iba saliendo y ya se fueron mis familiares porque no se fueron con las ambulancias, llegaron a llevárselos al hospital, a mi hija y a mi esposo. Nos fuimos a la PGR y le dije: espérame tantito tengo que regresar con la policía, porque tienen que venir los peritos a hacer una cadena de custodia, como tendría que haberse hecho.

S: entonces, ¿tus familiares heridos fueron auxiliados por tus propios familiares y tú te quedaste en la sección?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Sí, yo me quedé hasta que llegara mi supervisora a calmar. Pero, a mí ya me querían voltear los del partido de Morena, porque querían que iniciara la votación, aunque yo les decía que no es posible ahorita. Esto ya le corresponde a la ley, tomar cartas en este asunto, porque no puede quedar impune.

S: y el representante de Morena en particular se puso así de agresivo.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, me quería golpear. Y unas señoras también se pusieron necias, terriblemente necios. Yo dije, si quieren golpearme pues bueno, yo con tanta gente no podía defenderme. Yo les dije, soy una autoridad y a mí me tienen que respetar.

S: ¿alguien te defendió?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: Sí, los papás de una de mis presidentes dijeron: cálmese, tiene que respetar a la señora porque ella es la que organiza las elecciones. De no haber sido por ellos yo no sé qué hubiera pasado. Fue terrible.

S: Tú alrededor de las seis de la tarde estás con tus familiares...

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: no, fue mucho antes, como a las cinco de la tarde, se me hizo eterno, aunque los tiempos transcurrieron rápido, después cuando llegó mi supervisora ya los calmó, para eso ya se habían ido mis familiares. Daniela los calmó, porque era una autoridad que había llegado del Instituto, dijo: espérense tantito. Yo le dejé cargo de lo que estaba en las casillas y mi esposo y yo nos fuimos a la PGR, mi hija se fue al Hospital Puebla. Después de eso yo me fui a la PGR, estuve en monitoreo con mi supervisora para decirle: me ordenaron abrir la votación, nada más estoy esperando a un notario.

S: ¿y se presentó ese notario?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: se presentó ese notario y dando un testimonio que estaba en condiciones idóneas de iniciar la votación. Pero yo le dije a Daniela: no la inicies. Me respondió: es que ya dieron la orden y el presiente me dijo que la iniciara. Le dije: pero es que eso no puede ser, tienes que dejar tal y como están las cosas porque tiene que llegar los peritos. Yo ya había hablado con el fiscal, en lo que se juntaba en personal para llegar a las casillas, mi esposo se quedó con el médico letrista en lo que tomaba la fe de lesiones para mandar al hospital, cuando yo llegué con los peritos para llegar a las casillas ya había iniciado la votación.

S: tuvieron que haber levantado las papeletas que estaban en el suelo, la urna, recuperaron me imagino la papelería y con la mitad de los funcionarios, porque me dices que muchos de ellos ya se habían ido.

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, la votación inició con tres en cada casilla. Tres funcionarios nada más.

S: ¿a las seis de la tarde se cerró?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: sí, fue rapidísimo.

S: ¿tu ya no regresaste a la sección?

AURORA ÁLVAREZ CARRETO: ya no regresé, ósea, eso fue lo que a mí me comentaron. Pero bueno, en el momento en el que yo llegué con los peritos ya había iniciado la votación.

S: Este es el relato de lo ocurrido hasta el final del día en el que en esta sección 981, luego de haber reanudado la votación cierra finalmente el proceso de votación en las tres casillas. En la contigua uno se produjo el hecho de violencia y también se recuperó la votación. Supongo que serán de los votos que ahorita se están recontando en lo que corresponde a elección.

Mundo Nuestro.

VIDEO PUBLICADO EN FACEBOOK, REALIZADO POR PERIÓDICO CENTRAL LA TARDE DE LOS HECHOS EN LA SECCIÓN 981, EL 1 DE JULIO DEL 2018:



VIDEO PUBLICADO EN FACEBOOK, REALIZADO POR TRIBUNA NOTICIAS LA TARDE DE LOS HECHOS EN LA SECCIÓN 981, EL 1 DE JULIO DEL 2018:





Registro gráfico de la Sección tras el asalto:

Foto de Adriana González, Sol de Puebla.

Funcionario de casilla Contigua 1 Sergio Saldaña Ramírez, herido por esquirlas de bala. Fotograma de Tribuna Noticias, 1 de julio del 2018.

REGISTRO FOTOGRÁFICO DE LAS HERIDAS AL FUNCIONARIO DE LA CASILLA CONTIGUA 1, SERGIO SALDAÑA EN EL HOSPITAL.

REGISTRO FOTOGRÁFICO DE LAS HERIDAS DE SERGIO SALDAÑA RAMÍREZ. FECHA: 15 DE SEPTIEMBRE.

Mundo Nuestro.



Mundo Nuestro

VIDEO TESTIGO EN PERIÓDICO CENTRAL





Fotograma que presenta a ciudadano con boleta electoral que se encontró tirada en la calle tras el ataque armado a la sección



Noticia en periódico Central

VIDEO FUNCIONARIA ELECTORAL CON EL ANUNCIO DE QUE VOTANTES NO PODRÁN VOTAR TRAS ATAQUE A SECCIÓN 1408

CARÁTULAS DE SECCIÓN 1408 EN PREP INE, PREP IEE Y CÓMPUTO DISTRITAL IEE

Mundo Nuestro.

TESTIMONIO EN VIDEO PERIÓDICO CENTRAL



NOTICIA EN PERIÓDICO CENTRAL



CARÁTULAS DEL CÓMPUTO EN PREP INE, PREP-IEE Y CÓMPUTO EN DISTRITO IEE



Mundo Nuestro. La sentencia del tribunal estatal no nos la llevaron a domicilio. Para elaborar el escrito con el que interpusimos juicio contra ella tuvimos que recurrir a su publicación en línea en el portal del propio juzgado. Por la tarde del jueves 11, acompañado por el abogado Alberto Peralta y por Gabriel Hijojosa, fui a las oficinas de los propios jueces que declararon improcedente el recurso de inconformidad presentado el 11 de julio pasado. Ahí me entregaron el escrito con la sentencia y las arreboladas firmas de los jueces. Ahí interpuse el juicio de amparo contra ella. Los llamados magistrados, como lo marca el procedimiento, enviarán mi escrito ante el Tribunal Federal Electoral en la ciudad de México.

Aquí el video en el que el abogado Alberto Peralta explica a los reporteros presentes los fundamentos de nuestro alegato ante la justicia federal.



Y aquí, como testimonio de esta búsqueda de mi voto violentado el 1 de julio, el el escrito con el que interpusimos juicio contra la improcedencia de nuestro reclamo "por carecer de interés jurídico", según sentenciaron los jueces poblanos.





Mundo Nuestro. Hace tres meses, el 11 de julio, acudí a las instalaciones del Instituto Estatal Electoral a interponer mi recurso de inconformidad por lo sucedido el día de la elección en la Sección 1187, en la colonia San José Mayorazgo, asaltada a balazos por una banda armada que destruyó las casillas. Ayer 11 de octubre, en las instalaciones del Tribunal Electoral del Estado de Puebla, recibí de manos del abogado Alberto Peralta, la sentencia que con fecha 10 de octubre lo declaró improcedente por "no tener interés jurídico el quejoso".

No encontré mi voto entonces con la justicia local.

Aquí mi queja presentada a los jueces contra los organizadores de la elección:



Aquí la sentencia de Fernando Chevalier Ruanova, Ricardo Adrián Rodríguez Perdomo y Jesús Gerardo Saravia Rivera, los llamados jueces.