Una marcha contra el fraude, un festejo de triunfo: recuento del 1 de julio una semana después Destacado

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Domingo 8 de julio a las 5.15 de la tarde. Justo una semana después de que a esta hora un comando de hampones asalta a balazos la casilla 1187 en San José Mayorazgo, mi casilla, la que no contará para la votación del día 1 porque ha sido declarada anulada por la autoridad electoral. No pudo ser capturada. No pudo ser contabilizada. Los 18 funcionarios de las tres casillas ahí plantadas sobrevivieron por fortuna la balacera. No sobrevivieron lo votos de los ciudadanos que ahí, como dice la ley, “ejercimos nuestro voto”.

Tampoco serán contadas casillas como la 1534 en Xilotzingo o la 0077 en el distrito 2 de Huauchinango, la 1410 del distrito 6 de la ciudad de Puebla, la 0822 de Huejotzingo, las casillas 1061, 1369, 1035, 1072 y 1078 en el distrito 9, y las casillas 1206, 1187,1197, 1534, 1537 del distrito 12, y las casillas 2175, 2176, 2177, 2179 y 2180 del distrito 13, y la 1887 del distrito 15. Ninguna de ellas. Todas con la reseña de robo de urnas, balaceras y heridos. 70 casillas identificadas por el INE. Ninguna de ellas identificada por el IEE.

De ese domingo 1 de julio estamos hablando. Y ese es el que tengo en mente una semana después. Este domingo 8 de julio dos masas se han movilizado. Una, se llama a sí misma ciudadana y procura deslindarse de Morena, aunque reconozco entre los marchistas a muchos de los militantes que han construido este movimiento en Puebla. La otra, la de un aparato aceitado y con gran fuerza económica para montar un espectáculo para celebrar el triunfo del panismo morenovallista.

Es una jornada de sentimientos encontrados. Una ciudadanía se manifiesta en la calle de Reforma hacia el zócalo de la ciudad de Puebla en una marcha contra el fraude electoral. Morena se ha desistido desde el jueves, a todas luces por consigna que les imponen desde la ciudad de México y que el partido explica por el miedo a ser víctimas de violencia infiltrada. Difícil saberlo. Dicen, sin embargo, que llevarán la elección a los tribunales. Más le vale a ese movimiento cumplirle a su feligresía, me digo, muy dada a identificar arreglos cupulares y muy decidida a pelear por una elección limpia y plantar su raya frente a los advenedizos políticos priistas que se han quedado con varias de las candidaturas en disputa.



Otra masa llena el coliseo que llaman Acrópolis a un lado del estadio Cuauhtemoc, todos posesionados de la playera en que los han enfundado los organizadores par el festejo de Martha Érika Alonso que llega muy airosa con su constancia de mayoría otorgada a mediodía por un Instituto Estatal Electoral al que el gobierno estatal le ha blindado con granaderos el Boulevard Atlixco. Han llenado a reventar la acrópolis, por lo que centenares de personas se quedan en la explanada, a pesar de que lucen en sus muñecas cintillos naranjas que les darían acceso al recinto. La Santanera entretiene a los presentes venidos desde distintos sitios, como San Juan Amecac al sur del volcán Popocatépetl o el muy cercano territorio huachicol de Cuautlanciingo.

He seguido esta jornada dominguera de los sentimientos encontrados en este domingo 8 de julio con un serie de videos registrados en facebooK.

Por la mañana, la marcha contra el fraude, recupero dos. El primero da una idea de los minutos previos y ofrece una conversación con el funcionario del ayuntamiento teniente coronel José Ventura Rodríguez Verdín, un viejo conocido de la seguridad pública en los gobiernos priistas y panistas de los últimos treinta años:



El segundo, da una idea del contingente que logró reunir en la avenida Reforma esta llamada marcha ciudadana contra el fraude:



A medio día el festejo de Martha Érika, también en dos momentos. El primero rescata una conversación con un campesino de San Juan Amecac (a partir del munutoo 7 del video), un pueblo al sur del volcán Popócatépetl, aguerrido y zapatista, que, por lo que escucho, partió su voto entre López Obrador para la presidencia y Martha Érika para la gubernatura.

El segundo presenta una parte sustancial del discurso de Martha Érika Alonzo y el remate de este cronista a su salida del evento:

¿En dónde estamos plantados entonces? Mirar los hechos, señalar los interrogantes será la obligación periodística. Mucho por analizar y contar de estos tiempos igual gratos que amargos de lo que llamamos democracia en Puebla. Adelanto una perspectiva en este video elaborado ya por la tarde del domingo, a la espera de que los procesos legales se cumplan con rigor. Que los jueces federales conozcan en su momento del caso Puebla en la elección nacional del 1 de julio. Y con pruebas en la mano hagan justicia.

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Sobre el autor

Sergio Mastretta

Periodista con 39 años de experiencia en prensa escrita y radio, director de Mundo Nuestro...