Domingo, 11 Octubre 2020 00:00

Louise Glück, tres poemas

Mundo Nuestro

De la poeta estadounidense Louise Gluck, galadronada con el Nobel de Literatura 2020, presentamos fragmentos de su poesía.

Tres poemas de Louise Glück, la Nobel de Literatura

Puesta de Sol



En el mismo instante en que se pone el sol,
un granjero quema hojas secas.

No es nada, este fuego.
Es cosa pequeña, controlada,
como una familia gobernada por un dictador.

Aun así, cuando arde, el granjero desaparece;
es invisible desde el camino.

Comparados con el sol, aquí todos los fuegos
son breves, cosa de aficionados;
se acaban cuando se consumen las hojas.
Entonces reaparece el granjero, rastrillando cenizas.

Pero la muerte es real.



Como si el sol hubiera terminado lo que vino a hacer,
hubiera hecho crecer el campo y entonces
hubiera inspirado la quema de la tierra.

Así que ahora puede ponerse.

(del libro ‘Una vida de pueblo’)



El iris salvaje

Al final del sufrimiento

me esperaba una puerta.

Escúchame bien: lo que llamas muerte
lo recuerdo.

Allá arriba, ruidos, ramas de un pino vacilante.
Y luego nada. El débil sol
temblando sobre la seca superficie.

Terrible sobrevivir
como conciencia,
sepultada en tierra oscura.

Luego todo se acaba: aquello que temías,
ser un alma y no poder hablar,
termina abruptamente. La tierra rígida
se inclina un poco, y lo que tomé por aves
se hunde como flechas en bajos arbustos.

Tú que no recuerdas
el paso de otro mundo, te digo
podría volver a hablar: lo que vuelve
del olvido vuelve
para encontrar una voz:

del centro de mi vida brotó
un fresco manantial, sombras azules
y profundas en celeste aguamarina.

(Del libro ‘El iris salvaje’)

Amante de las flores

En nuestra familia, todos aman las flores.
Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas:
sin flores, sólo herméticas fincas de hierba
con placas de granito en el centro:
las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras
llena de mugre algunas veces…
Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.

Pero en mi hermana, la cosa es distinta:
una obsesión. Los domingos se sienta en el porche de mi madre
a leer catálogos. Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo.
Cada primavera, espera las flores.
Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende
que es mi madre quien paga; después de todo,
es su jardín y cada flor
es para mi padre. Ambas ven
la casa como su auténtica tumba.

No todo prospera en Long Island.
El verano es, a veces, muy caluroso,
y a veces, un aguacero echa por tierra las flores.
Así murieron las amapolas, en un día tan sólo,
eran tan frágiles…

(del libro ‘Ararat’)

Revista Sin Permiso

Este artículo apareció originalmente en 2009 en American Poet, la revista bianual de la Academy of American Poets.

Louise Glück, poeta neoyorquina de reconocida trayectoria literaria, profesora del Williams College de Massachusetts y de la Universidad de Yale, ha recibido en 2020 el Premio Nobel de Literatura.
Dana Levin, poeta y profesora de Escritura Creativa en la Universidad Maryville de San Luis, Misuri, ha recibido importantes premios y becas por sus libros de poesía.

Dana Levin: Quería empezar preguntándote por tu libro, A Village Life [Una vida de pueblo] (Farrar, Straus and Giroux, 2009). El tiempo se percibe espacial en el libro, como si todas las variadas voces del libro estuvieran hablando, y sucediendo todos los acontecimientos, en un momento temporal simultáneo.



Louise Glück: Hay algo tan extraño en esos poemas que he sido incapaz de ponerles un dedo encima. No se trata, desde luego, de una cualidad a voluntad o deliberada, sino que tiene que ver con esa simultaneidad. Y me sorprende que el libro tenga algo en común con "Landscape", un poema de Averno, en el que los estadios de una vida se representan por medio de secciones individuales, pero los elementos narrativos e incluso el punto de vista se mueven de sección a sección, y sin embargo lo que se representa es el conjunto de una vida. Se me ocurrió que A Village Life implica ese horrible axioma de que, al final de tu vida, el conjunto de tu vida afluye hacia atrás. Eso es lo que se me antoja que es el libro: el conjunto de una vida, pero no progresiva, no narrativa: simultánea. Y no hay drama concomitante en la idea de morir. Va más allá del drama de la pérdida del mundo; es sólo una larga exhalación.

DL: ¿Qué te enseñó estéticamente el libro?

LG: Creo que no lo sabré siquiera hasta que intente hacer algo distinto. Me acuerdo de haber hablado con Richard Siken después de Averno. No estaba escribiendo, y estaba empezando a inquietarme por ello. Paso por periodos —periodos largos— sin escribir. Y a veces ese no es el centro de mi inquietud. No es que no tenga ansiedad, es que mi ansiedad está en alguna otra parte; luego, de golpe, me quedo preocupada por mi silencio y con bastante pánico. Estaba entrando en ese periodo y dijo Richard: 'Tu próximo libro tiene que ser completamente distinto, algo así como jugar en el barro'. Y esa fue exactamente mi sensación, que había hecho todo lo que podía en el momento con poemas que operaban en un eje vertical de transcendencia y aflicción. Y este nuevo manuscrito tenía que ser más panorámico, de algún modo, e informal, con una especie de superficie que no fuera hermosa. De modo que me enseñó a escribir una superficie no hermosa. Vaya triunfo [risa sardónica].

Sólo el ser capaz de escribir un poema más largo, creo, fue interesante…Me produjo un tremendo placer escribir esos poemas. Me encantaba estar en ese mundo. Y llegar hasta allí casi sin esfuerzo. Bueno, durante un periodo corto. Ya sabes, ahora no puedo ir …

DL: Nunca se puede volver a Brigadoon.



LG: ¡No, nunca! No puedo volver a ninguno de estos lugares, a ninguno de ellos. Nunca releo mi obra anterior, así que no sé siquiera qué pensar de ella.

DL: Cada uno de tus libros presenta una voz reconociblemente tuya, y sin embargo se pueden rastrear también cambios formales diferenciados de una recopilación a otra. ¿Han sido un propósito consciente esos cambios de enfoque?

LG: Creo que el único propósito consciente es el de querer sorprenderse. La medida en que sueno a mí misma parece una especie de maldición.



DL: [risas] Eso me recuerda a[l actor] Wallace Shawn cuando decía, 'Creo que hay algo imbécil en el yo, en que todos los días tengas que levantarte y ser la misma persona'.

LG: ¡Sí! Esa es la limitación. Me alegro de que pueda parecer también una virtud.

DL: Sé que te tomas la enseñanza como una cosa muy seria y que durante más de una década has sido defensora pública de la obra de escritores que empezaban. ¿Cómo afectan a tu vida la labor de mentor y la enseñanza?

LG: Ay, cómo empezar. Se asume que esto es un acto de generosidad por mi parte: enseñar y editar. No puedo argumentar enérgicamente otra cosa. No creo que nadie haga algo que le lleve tanto tiempo, fuera de la Iglesia Católica, sin un motivo de interés propio. Lo que hago con los escritores jóvenes lo hago porque es alimento para mí. Y a veces les digo a los ganadores de estos concursos que soy Drácula y me estoy bebiendo su sangre.

Siento de modo bastante apasionado que en la medida en que seguido viva, si es que lo he seguido, como escritora y en que he cambiado como escritora, eso le debe mucho a la intensidad con la que me he sumergido en la obra, a veces muy ajena, de gente más joven que yo, gente que crea sonidos que no he oído. Eso es lo que tengo que conocer.

Prácticamente todos los escritores jóvenes por cuyo trabajo me he apasionado me han enseñado algo. De ti he aprendido una forma de hacer que un poema siga en marcha. Versos largos. No se trata de que escribiera algo que suene a ti, pero desde luego andaba intentándolo. Cuando leí el trabajo de Peter Streckfus y caí completamente hechizada por su obra, me encontré escribiendo un poema que pensaba que le había robado. Y me sentí alarmada y leí cuidadosamente el libro entero que ganó el [premio de] Yale ese año, así como el manuscrito, y no pude encontrar lo que yo había escrito en su obra, pero sentí que tenía que llamarle y disculparme.

DL: ¿Cómo se lo tomó él?

LG: La actitud de Peter hacia lo que yo considero que es robo es muy distinta. Lo que dijo es: 'Ah, creo que esto es maravilloso. Eso es lo que hacen los escritores. Estamos en un diálogo'. Y yo le dije: 'Peter, no lo entiendes: ¡he robado!' Pero, ya sabes, no lo había hecho en ningún sentido literal. Las palabras eran mías. Pero sabía de dónde venía el impulso, el estímulo. Y luego traté de hacer cosas con eso que de hecho no había visto en la obra de Peter, de manera que sentía que era mío.

DL: ¿Esperaste o te imaginaste alguna vez el gran número de lectores y el actual éxito del que goza tu obra? Cuándo echas la vista atrás a tu carrera a la trayectoria de tu carrera pública, ¿qué piensas o qué sientes?

LG: No tengo percepción de tener muchos lectores ni mucho éxito.

DL: Yo puedo dar testimonio: es algo que está ahí.

LG: Cuando voy a una lectura, cuando hago una lectura…en primer lugar, estás de pie en la parte de delante de la sala, y ves los asientos vacíos. Y ves sólo los asientos vacíos. Se debe a que te ha criado una madre que te decía: '¿Por qué sólo 98? ¿Por qué no los 100?'

DL: ¡Yo también tenía una madre así!

LG: Sí, lo sé. De manera que ves los asientos vacíos, y la gente que se marcha durante la lectura, y ves que se van y piensas: no son sencillamente más que representaciones más francas del sentimiento de la sala entera. Que todo el mundo se quiere ir, pero sólo unos cuantos atrevidos se van. Y así es cómo se siente una. ¿Y éxito? He tenido casi las mismas reseñas terribles, condescendientes o las que te condenan con una desmayada alabanza: 'Bueno, si les gusta este tipo de cosa, aquí tienen más de ello'.

De manera que no tengo sensación de éxito. Cuando me dicen que tengo gran número de lectores, pienso, 'Ah, bien, va a resultar que soy [Henry Wadsworth] Longfellow': alguien fácil de entender, que es fácil que te guste, el tipo de experiencia diluida accesible para muchos. Y yo no quiero ser Longfellow. Lo siento, Henry, pero no. En la medida en que asimilo el éxito, pienso, ay, es un fallo de la obra.

DL: ¿Como que si supieran más no te leerían en absoluto?

LG: Cuando sepan más, no me leerán nada en absoluto.

DL: Bueno tengo ahora mismo un estudiante al que le gusta hablar de la cuota de inscripción [para participar en un premio]; ya sabes, ¿cuánto cuesta participar con este poema? Y hace poco me dijo: 'La cuota de participación de un poema de Louise Glück es como de un dólar, pero una vez te metes, el territorio es complejo'. Y es verdad: no es difícil entrar en tus poemas, pero enseguida demuestran ser muy complicados psicológicamente y complicados formalmente, en particular en cómo funcionan juntos los poemas para crear un conjunto mayor. Mi estudiante pretendía seguir la pista de todo el corpus de tu obra, pero parece que no deja de leer Ararat. Está ahí perdido, aunque no pagó más que un dólar para entrar. Voy a tener que recuperarle para que podamos seguir adelante.

LG: Bueno, eso estaría bien si fuera cierto. Espero que sea verdad.

DL: Última pregunta. Estamos viviendo en tiempos extraordinarios y lo sé por mí misma, que lidio a menudo con esto: ¿qué significa estar personal y psicoanalíticamente orientada en la página en un momento en que están pasando tantas cosas en la cultura, socio-políticamente, medioambientalmente. Muchos de mis estudiantes hacen un esfuerzo mental por ver cómo encaja la experiencia personal en la expresión pública y viceversa, en las cuestiones del público y de la oportunidad y la importación cultural. ¿Tienes algo pensado sobre esto?

LG: No creo que contestes necesariamente estas cuestiones lidiando conscientemente con ellas. Creo que pesan sobre ti, y que las soluciones se resuelven hasta cierto punto inconscientemente. Se manifiestan esas soluciones parciales en tu trabajo. Yo nunca pienso en el público. Odio esa palabra. Pienso en un lector. Creo que mis poemas buscan un lector, y que los completa el lector. Pero es el lector singular, y que esa persona exista de forma múltiple o no no establece ninguna diferencia espiritual, aunque tenga una repercusión práctica. Lo que me importa es la sutileza y profundidad de la respuesta del lector y si estas se demuestran duraderas. La idea de ampliar el público de la poesía me parece ridícula.

Creo que el poema es una comunicación entre una boca y un oído, no una boca y un oído reales sino una mente que envía un mensaje y una mente que lo recibe. Para mí, la experiencia auditiva de un poema se transmite visualmente. Lo oigo con los ojos y me disgusta leer en alto y (salvo en muy raras ocasiones) que me lean. El poema se convierte, cuando se lee en alto, en una forma mucho más sencilla, secuencial: la malla se convierte en una vía de dirección única. En cualquier caso, el conocimiento, o la esperanza de que el lector existe, es un gran consuelo.

Louise Glück, poeta neoyorquina de reconocida trayectoria literaria, profesora del Williams College de Massachusetts y de la Universidad de Yale, ha recibido en 2020 el Premio Nobel de Literatura.
Dana Levin, poeta y profesora de Escritura Creativa en la Universidad Maryville de San Luis, Misuri, ha recibido importantes premios y becas por sus libros de poesía.

Fuente: poet.org, The Academy of American Poets, 8 de octubre de 2020

Traducción:Lucas Antón

Mundo Nuestro

La relación entre la moral y la política es uno de los muchos aspectos de la cuestión moral, hoy más viva que nunca. Un problema que se expande conforme la acción humana entra en campos hasta ahora reservados a los mecanismos de la naturaleza, moralmente indiferente. Entre las cuestiones morales, la relación entre moral y política es una de las más tradicionales junto con la de la relación entre moral y vida privada, sobre todo en el terreno de la vida sexual, o entre moral y derecho, y entre moral y arte. El debate filosófico actual toca la relación entre moral y ciencia, ya se trate de la física o de la biología, entre moral y desarrollo técnico, entre moral y economía o, como también se dice, el mundo de los negocios. Norberto Bobbio

Izquierda y derecha en México. En el menor de los casos, la disputa por un proyecto nacional. En el peor, el rumbo perdido de un país en el que la confrontación adquiere día a día el rostro del vituperio que ya no mira adversarios sino enemigos a los que hay que arrojar del camino.

Valgan estos textos que presenta la revista Nexos para alumbrar una discusión que nos pide a todos la cordura que reclama la precaria democracia mexicana.



(Ilustración de Fabricio Vanden Broeck, tomada de Nexos)

Política y moral

Norberto Bobbio

"Hegel dijo alguna vez que la historia la historia era un “inmenso matadero”. Se observa con razón que el precepto “no matarás” rige dentro del grupo, pero no fuera de él, o sea en las relaciones entre los grupos. Con esta explicación el precepto que prohibe matar se vuelve puramente instrumental, pierde el carácter de imperativo categórico. Vale dentro del grupo porque asegura la paz entre sus miembros, una paz necesaria para la sobrevivencia del conjunto, no para lo que esté fuera de él, porque el conjunto sobrevive sólo si logra defenderse del ataque de los demás que le son hostiles: forma parte de la estrategia de defensa la autorización, pero ¿qué digo?, la obligación, de asesinar al enemigo."



Gilberto Lozano, el hombre que grita

Nicolás Medina Mora Pérez

"Para bien o para mal, Lozano se ha convertido en una de las figuras de oposición más visibles de nuestro momento. Esto nos obliga a intentar entenderlo. Aunque Lozano insiste en que su organización no es ni de izquierda ni de derecha, uno no puede pasar mucho tiempo en la órbita del FRENA sin concluir que el movimiento representa la encarnación contemporánea —o tal vez posmoderna— de una de las ideologías más enraizadas de México: el conservadurismo del Norte y del Bajío."



Izquierda y derecha en el México de hoy

Soledad Loaeza

"Sin embargo, el referente central de la oposición izquierda-derecha ya no era el estado de la Revolución mexicana, sino la democracia pluralista, los derechos ciudadanos y el freno al poder presidencial. Hoy, la división izquierda-derecha nace de la poderosa fractura que opone a quienes defienden el hiperpresidencialismo en construcción, que es la esencia del proyecto de Andrés Manuel López Obrador, y quienes se aferran a los principios del equilibrio de poderes y a las instituciones que fueron diseñadas para acotar el poder presidencial."

La izquierda, la derecha, la democracia

Michelangelo Bovero

"El concepto de izquierda, bien entendido, no sólo no coincide con los de socialismo y comunismo (etcétera) y no se agota en los mismos, sino que se ubica en plano distinto porque no expresa una identidad política sustancial, un ideal determinado, un modelo de sociedad, un proyecto de convivencia y un programa para ejecutarlo, que estén fundados en una ideología determinada, en una visión del mundo, en una constelación de valores, sino que indica un lugar del espacio político, o sea, una posición. El que afirma “soy de izquierda” no responde a la pregunta “¿quién eres?”, “¿cuál es tu identidad política?”, sino a la interrogante “¿en dónde estás respecto a otros, cuál es tu ubicación?”."

Las izquierdas y la moral: Un debate del más acá

Mario Arriagada Cuadriello

"La izquierda lopezobradorista ha traído de vuelta la moral a la vida pública, sin al parecer preguntarse si no son justamente los valores tradicionales —AMLO les llama las “reservas morales” de los mexicanos— los que han permitido sin mayor resistencia la desigualdad e injusticia de hoy. Si va a insistir en el tema, López Obrador debería aprovechar la oportunidad que él mismo ha creado y mejorarla. Predicar que la solución es una “república del amor” más cristiana y más honesta o, simplemente, invitar a practicar más seguido lo que ya hacemos, de la forma en que ya lo hacemos, es seguirles el juego a los conservadores de la liga de la decencia. Si López Obrador de veras quiere ubicar qué cosas son moralmente indeseables en nuestra sociedad y transformarlas, debe comenzar por imaginar alternativas morales posibles y, así, enfrentar los valores que siguen justificando el statu quo."

Poco tiempo antes de su lamentable fallecimiento en marzo de 2020, Alejandro Nadal, con la colaboración de Francisco Aguayo y Marcos Chávez, preparó un ambicioso trabajo de análisis y reflexión para la Comi­ sión Económica para América Latina y el Caribe (cepal) llamado Pensar fuera de la caja. La economía mexicana y sus posibles alternativas,1 el cual constituye un proyecto de largo aliento de reflexión y crítica de fondo del estilo de desarrollo practicado en México en las últimas décadas, y abre un debate no sólo sobre políticas, sino además sobre los fundamentos conceptuales en que éstas se sustentan y justifican. Es un llamado a un debate teórico de fondo.

Como ha sido habitual en muchos de los trabajos de Alejandro Nadal, esta obra vincula el estudio de la coyuntura con la develación de la estructura, el corto con el largo plazo y la evidencia empírica con el entramado conceptual. Por eso nos entrega un libro original, rico en información, denso en reflexio­ nes y que, visto en perspectiva, plantea la urgencia de un renacimiento del debate en la disciplina económica que, como él mismo dice, escape del confi­ namiento del pensamiento único y supere la marginación que en el ámbito de la academia y los espacios de decisión sobre política económica han sufrido sistemáticamente los enfoques alternativos que genéricamente pue­ den agruparse bajo la denominación de economía heterodoxa.

En sus propias palabras:

En los últimos cuatro decenios la evolución de la teoría económica dominante se ha caracterizado por un creciente dogmatismo y el rechazo al pluralismo inte­ lectual. Por eso, hoy más que nunca, si se quiere avanzar en la vía de un cambio es indispensable acompañar el debate sobre las estrategias de desarrollo con una crítica certera de la teoría dominante [p. 17].



El trabajo se agrupa en seis apartados que pueden resumirse en 1) el legado del neoliberalismo en México; 2) la importancia de la teoría económica; 3) consideraciones sobre el banco central y la política monetaria; 4) la crea­ ción monetaria; 5) la política fiscal y el papel del Estado, y 6) la política comercial y el proyecto de industrialización, además de un sustancioso capítulo de conclusiones.

El punto de partida para el análisis de lo que el autor denomina los sal­ dos del neoliberalismo es la categoría de régimen de acumulación (pers­ pectiva teórica común de varias corrientes heterodoxas), y no sólo como una variante de política económica. La distinción es crucial, ya que, como lo señala Nadal, las reformas en lo que hemos conocido como el régimen neoli­ beral no se reducen al ámbito de la economía, sino que abarcan a los sistemas judicial, educativo, de salud pública, y energético, así como, en general, el papel del Estado en la sociedad (p. 27).

Tres han sido, según Nadal, los ámbitos principales donde estas reformas representaron transformaciones estructurales que permiten hablar de un cambio en el régimen de acumulación: la redefinición del pacto social capi­tal­-trabajo­-Estado; la ampliación y la redefinición de los espacios de acumu­ lación privada, y la refuncionalización del papel del Estado en la estrategia de desarrollo (pp. 27­28).

Desde un enfoque de régimen de acumulación se asume, nos dice el autor, que las economías capitalistas son formaciones sociales históricamente determinadas, marcadas por la inestabilidad y proclives a las crisis como consecuencia de sus contradicciones internas. Y señala que las dos contra­ dicciones principales intrínsecas a estas economías son el conflicto de clase y la competencia intercapitalista (p. 28).

Según Nadal, la reforma neoliberal no pudo dar cumplimiento a sus principales promesas de acelerar el crecimiento, abatir la desigualdad y la pobreza y lograr un proceso de convergencia creciente con la economía estadunidense. Por el contrario, lo que tenemos es una condición en la que las relaciones macroeconómicas fundamentales, tanto externas como inter­ nas, se mantienen en estado de desequilibrio crónico o, en el mejor de los casos —concede—, en equilibrios precarios.



Sin embargo, llama la atención el autor sobre la falta de profundidad en la crítica a estos resultados. A lo largo del texto insiste una y otra vez en que, sin un debate sobre la teoría misma, sus postulados y sus resultados, la dis­ cusión sobre la política económica y los efectos a los que ha llevado se limita a una crítica superficial.

Ello se expresa, por ejemplo, en que en muchos de los casos el análisis de los (pobres) resultados no asume que el marco teórico que los justifica es, a su vez, incapaz de explicar los motivos de éstos, lo cual conduce a falsas conclusiones que ponen el énfasis en los problemas de implementación, velocidad, trayectoria o secuencia de las reformas, y no en su contenido mismo. Por ello, para entender sus limitaciones y las razones de sus resulta­ dos, es indispensable pensar fuera de la caja.

Como el propio Nadal lo señala en sus conclusiones:



La conclusión principal a la que conduce este documento no es solamente que el balance de tres décadas de neoliberalismo ha sido negativo, sino que esto era un resultado previsible. Este régimen de acumulación no sólo acentúa las asime­ trías y los desequilibrios sino también intensifica la asfixia de las fuentes inter­ nas de crecimiento y cambio cualitativo. De este modo, la economía mexicana está atrapada en una trayectoria de baja productividad y desigualdad creciente, cuyos efectos perniciosos se acumularán en el tiempo hasta hacerla insostenible [p. 209].

Buena parte del documento se destina a un análisis minucioso y un debate vigoroso con los fundamentos de la teoría neoclásica y, en particular, con los supuestos de la teoría del equilibrio general. Diversos asuntos relevantes se abordan de manera crítica, como la neutralidad de la moneda; la autocorrección y la autorregulación de los mercados; la teoría de las expectativas racionales y el supuesto del agente representativo; la crítica al modelo is­lm como distorsión a las contribuciones fundamentales de Keynes, entre otros.

El autor se lamenta de la falta de profundidad en los debates sobre la disciplina económica y lo atribuye a que en términos generales el desarrollo de la teoría de equilibrio general se ha llevado a cabo en un mundo académico cerrado y sin oportunidades adecuadas para escu­ char voces disidentes. En ese mundo cerrado se promovió una visión engañosa que fomentaba la idea falsa de que existía una teoría sólida sobre la eficiencia del mercado en la asignación de recursos. La teoría neoclásica del mercado fracasó en su intento por demostrar que las fuerzas de mercado conducen a asignaciones óptimas (de equilibrio general competitivo). En general, esto no se enseña en las universidades y eso explica una buena parte de la ignorancia sobre este aspecto de la teoría de equilibrio general [p. 67].

Incluso es particularmente duro cuando, siguiendo a Lakatos, advierte que es un hecho que los principales ejes de la agenda de investigación sobre la teoría del mercado general llegaron hace décadas a un callejón sin salida y hoy se han convertido en un programa, así le denomina, de investigación degenerativa.

Deberían de ser objeto de investigaciones y desarrollos futuros varias de las conclusiones a las que Nadal llega respecto de los saldos del régimen neoliberal de acumulación en México. Destaco algunas de ellas:

  1. La contrapartida del superávit primario es un costo social muy ele­ vado (p. 21).

  2. El tipo de integración al sistema económico internacional ha refor­ zado un perfil de especialización productiva que no sólo no garantiza la estabilidad externa, sino que además confina al país a una trayecto­ ria de bajo crecimiento y baja productividad (p. 47).

  3. El carácter dependiente del sistema económico respecto del sistema financiero internacional ha derivado en un déficit estructural en la cuenta corriente. Este rasgo, invisible desde el enfoque monetario de la balanza de pagos, implica una subordinación de las metas de desarro­ llo y crecimiento a las reglas del financiamiento internacional (p. 49).

  4. En México el déficit comercial crónico contribuye, junto con el dé­ ficit creciente de servicios factoriales, al deterioro, también crónico y cíclico, de la cuenta corriente.

  5. Se han concentrado las exportaciones en pocos productos, mientras hay una creciente diversificación de las importaciones.

  6. A partir de la reforma energética el país transitó rápidamente de la petrolización extractivista a la inseguridad energética.

  7. El nuevo tipo de inserción internacional tiene problemas en términos dinámicos, dado que enfrenta límites parecidos a los de la especializa­ ción primaria.

  8. La inversión extranjera ha tendido a dirigirse en forma dominante a actividades de baja productividad, bajos salarios y débil esfuerzo inno­ vador, lo que ha reforzado el patrón de especialización regresivo.

  9. La reestructuración productiva generada por el modelo económico actual ha producido una inserción desventajosa y regresiva en la eco­ nomía global, la cual ha encerrado a la economía mexicana en una trayectoria de bajo dinamismo económico (pp. 50­57).

Expresado de manera sintética: “Una política trazada alrededor de los únicos objetivos de controlar la inflación, desregular mercados y restringir al máximo la acción del Estado no ha desembocado ni en la estabilidad macroeconómica, ni en la creación de empleos y en el aumento del bienestar de la población” (p. 17).

Nadal es partidario de un cambio de fondo en el régimen de acumulación y la política económica, ya que asume que sin tal transformación el riesgo de la persistencia de las inercias y de las consecuencias de dicho modelo es muy grande. Por ello no se limita en la contundencia de su diagnóstico:

La naturaleza contradictoria del régimen (de acumulación) actual, junto con sus resultados en la realidad, indican que, de no modificarse la arquitectura de la política económica y las estructuras básicas del régimen de acumulación, no será posible comenzar a revertir el deterioro de la ocupación, los salarios y los niveles de pobreza. Por el contrario, la economía mexicana seguirá siendo escenario de un deterioro constante de los principales indicadores de bienestar. Tampoco será posible desplegar una estrategia dirigida al desarrollo y absorción de capacida­ des dinámicas necesaria para romper el actual patrón de especialización interna­ cional regresivo. Finalmente, de prevalecer los rasgos centrales de ese régimen, será muy difícil desarrollar estrategias de desarrollo sostenible para enfrentar de forma eficaz el acelerado proceso de deterioro ambiental [p. 59].

En este marco Nadal plantea un dilema central para los debates actuales y los futuros desarrollos teóricos: necesitamos fundamentalmente teoría macro­ económica o, más bien, una nueva teoría del desarrollo. Como es lógico, se decanta por esta segunda alternativa y, además, en la tradición del estructura­lismo latinoamericano, plantea la necesidad de construir marcos conceptua­ les y aparatos interpretativos que partan de las peculiaridades de las formaciones económico sociales de la región y no de la importación acrítica y descontextualizada de posiciones teóricas surgidas en un intento de expli­ car realidades y desafíos distintos. Todo ello, sin pretender caer en ningún tipo de “excepcionalismo”, pero sí reconociendo las especificidades de la región y la necesidad de buscar soluciones adecuadas para nuestros proble­ mas concretos.

Como decía anteriormente, Pensar fuera de la caja es un trabajo que no sólo analiza la coyuntura y devela la estructura, sino que también se adentra en discusiones teóricas de gran calado, y, probablemente, más allá de la riqueza de contenidos respecto del legado del neoliberalismo en México y la concep­ tualización del régimen de acumulación, la mayor contribución del texto se refiere a su posición respecto de diversos asuntos teóricos de gran relevancia. En el texto Nadal aborda, entre otras, la teoría del dinero endógeno, la crí­ tica —puede decirse que despiadada— a la idea de neutralidad de la moneda, el cuestionamiento a los supuestos tradicionales de la política monetaria, la aproximación crítica a las políticas de metas de inflación, la problematiza­ ción de la autonomía de la banca central y la conclusión, en la lógica de Minsky, de la inestabilidad fundamental de los mercados financieros y de cómo la estabilidad de precios no significa estabilidad financiera, mientras que, por el contrario, la primera puede alimentar a la segunda. También es de la mayor importancia la crítica al enfoque tradicional de concebir la inflación como un fenómeno monetario y, en contraposición, la necesidad de incluir la dimensión distributiva y del conflicto distributivo como elemento indis­pensable para comprenderla.

El resumen que he intentado presentar en el párrafo anterior de una agenda de investigación y reflexión teórica tan rica seguramente no le hace justicia a su alcance y profundidad, y es más una invitación a su lectura directa que una síntesis suficiente. Sin embargo, es importante subrayar algunas de las conclu­ siones y las propuestas de este apartado que pueden tener implicaciones de fondo para la comprensión de la dinámica real de las economías capitalistas y de las mejores alternativas de política frente a ellas.

Frente a la sabiduría convencional, el autor plantea tres ideas potentes: la banca central no tiene control de la oferta monetaria, ya que ésta se genera esencialmente en la banca privada mediante el otorgamiento de créditos, esto es, son los créditos los que crean los depósitos y no al revés (p. 83); la inver­sión es la que determina el ahorro y no a la inversa (p. 82), siguiendo la lógica de las corrientes poskeynesianas, y, como se destacó arriba, paradójicamente un periodo de estabilidad puede fomentar la expansión exuberante de los mercados de crédito y eso conducir posteriormente a la inestabilidad (p. 99). Todo ello crea las condiciones para una fuerte prociclicidad en el funcio­ namiento del sistema bancario y crediticio que recuerda la célebre cita de Mark Twain según la cual un banquero es una persona que nos presta un paraguas cuando hay sol y nos exige su devolución cuando llueve.

Pero la pregunta fundamental que se plantea Nadal es qué tipo de polí­ ticas se requieren frente al hecho de que la banca central sólo emite dinero de alto poder (alrededor de 5% de la masa monetaria según él mismo) y la oferta monetaria en esencia es producida prácticamente de la nada sólo bajo la estimación de la capacidad de pago del deudor y del riesgo de incumpli­ miento del deudor por la banca privada. Por ello se cuestiona:

¿Puede la política monetaria convertirse en instrumento de la política macroeconómica para el desarrollo sin que el banco central tenga control sobre la oferta monetaria? Y una pregunta relacionada con la anterior: ¿son suficientes los requerimientos sobre reservas, coeficientes de capi­talización, relaciones entre ingresos y préstamos como instrumento regulatorio? [p. 105].

También en su texto Nadal convoca a un debate sobre el diseño institu­ cional y la función de la banca central y, en particular, del Banco de México, ya que pondera que la autonomía permite que no se abuse de recurrir al endeudamiento para el financiamiento de déficits fiscales excesivos, pero también señala que el modelo de autonomía vigente coloca al banco cen­ tral lejos de la supervisión política y en una esfera cercana a la autorregu­ lación. A partir de lo anterior, considera que en un Estado democrático con buen funcionamiento institucional y equilibrio de los poderes la autonomía debería estar más acotada, y en ese contexto el control y la supervisión del instituto monetario deberían ejecutarse por institucio­ nes democráticas (p. 90).

Asimismo, advierte que otro efecto de la autonomía es que aparta al gobierno de su propia banca, y postula que se vuelve a colocar a los gobier­nos en una posición desventajosa, ya que quedan a merced de los mercados de capitales, como cualquier otro agente económico (p. 90).

Por ello, afirma que uno de los pendientes en la construcción de una polí­ tica de desarrollo es rediscutir el papel de la banca central y, por ende: “Es necesario abrir un debate objetivo sobre el papel del Banco de México en la economía y su relación con una estrategia de desarrollo sostenible” (p. 91). Es extraordinariamente difícil resumir en una reseña la gran cantidad de ideas, propuestas y provocaciones (en el mejor sentido de la palabra) de un texto rico, profundo, abarcador y denso como Pensar fuera de la caja. Lo aquí señalado intenta ser únicamente una muestra representativa de sus con­ tenidos fundamentales y, sobre todo, como lo he mencionado, una invita­ ción a leerlo y discutirlo en un ambiente de debate que coloque los temas centrales, que haga visibles los elefantes en el cuarto, que fomente la plura­ lidad de enfoques y que permita nuevos desarrollos conceptuales y cons­ truir los mejores insumos para un cambio en el estilo y el sentido del desarrollo. Ése puede ser el mejor reconocimiento y homenaje a un hombre riguroso, comprometido y generoso como fue siempre Alejandro Nadal.

Nota:

1 El trabajo es de acceso libre y se puede obtener en la siguiente dirección electrónica: https://repositorio.cepal.org/handle/11362/45550

El pasado sábado 3 de octubre miles de personas llevaron a cabo una marcha al zócalo de la Ciudad de México. Su intención consintió en reunir más de cien mil asistentes para forzar la renuncia del presidente de la república. Aunque naturalmente se desató una guerra de cifras, los testimonios de la prensa mexicana dan cuenta de una reunión mucho más pequeña. Fue, no obstante, más numerosa que en otras ocasiones y decidieron ocupar buena parte de la plaza con casas de campaña, lo que da a entender que seguirán con sus protestas.

El lenguaje de sus líderes y simpatizantes se han caracterizado por ser “irracional, vulgar y violento” como señaló Mario Luis Fuentes en un editorial. La expresión más elaborada acusa a AMLO de “comunista” pero su discurso se compone más bien de insultos e imploraciones a la Virgen de Guadalupe. Su insistencia en que el primer mandatario debe renunciar de inmediato no ha generado mucha aceptación en el amplio abanico opositor que incluye partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y escritores e intelectuales que saben que este llamado suena a golpismo y que resulta completamente inviable.

De esta manera, el plantón del llamado FRENAA puede resultar incluso funcional al gobierno pues le da la oportunidad de presumir su talante democrático. El presidente ha prometido no reprimir a los manifestantes y respetar su protesta. Hasta aquí todo parecería ser un brote extremista de ciudadanos inconformes que con el tiempo se irá diluyendo. Sin embargo, el problema puede radicar en que el verdadero propósito de los organizadores sea montar una provocación que pueda derivar en choques con otros grupos civiles. El zócalo es un espacio al que recurren una gran cantidad de contingentes que se manifiestan por diversas causas casi todos los días. Ha habido expresiones muy violentas que e incluso han atentado contra el palacio nacional lanzando bombas molotov y tratando de incendiar las puertas de ese inmueble histórico. De esta manera, no importaría mucho el número real de ocupantes de las casas de campaña. Bastaría una confrontación entre unas docenas de personas por ambos lados para generar un conflicto de consecuencias imprevisibles.

Los partidos de oposición y sus voceros, que se manifiestan en la prensa o en las redes sociales saben que no pueden mostrar una adhesión abierta a FRENAA. Su ambición consiste, como han dicho muchas veces, en formar una coalición muy amplia que les permita ganar la cámara de diputados en las elecciones del próximo año. Intentar derribar a López Obrador con movilizaciones callejeras utilizando un lenguaje tan primitivo, seguramente les restaría votos. Por su parte, los simpatizantes de la 4T saben que pueden organizar una o varias marchas, mucho más grandes, y superar ampliamente a las de la ultraderecha.



Y, sin embargo, el gobierno no debería subestimar la situación. La pandemia y sus efectos han generado desempleo y empobrecimiento de las capas sociales más vulnerables, un escenario que no está siendo respondido correctamente. Tal cosa se demuestra claramente en el proyecto de presupuesto para el próximo año y en un conjunto de medidas, como la liquidación de los fideicomisos. Decisiones que no ayudan a una recuperación económica más vigorosa y con menores costos sociales. La insistencia en una estrategia conservadora que propone reducir el gasto y no admite ni mayor endeudamiento ni aumentar los recursos fiscales ha decepcionado a sectores progresistas: grupos sindicales, de productores agrícolas y de servicios, y organizaciones diversas de la sociedad civil.

Por otro lado, el partido que llevó al triunfo al presidente y a conquistar la mayoría en las Cámaras de Senadores y Diputados, vive una crisis que no es seguro que pueda resolverse en los próximos días con el nombramiento de los principales dirigentes de MORENA. No sería extraño que el conflicto interno se prolongara un tiempo más, debido a las decisiones del Tribunal y al nivel de confrontación interna.

Además, hay varios focos de protesta social, legítima y verdadera, que sienten que no han encontrado las respuestas que se esperaría de un gobierno progresista. Tal ha sido el caso de agrupaciones del movimiento feminista, pero también de otros grupos sociales que se han manifestado por la defensa del medio ambiente y del territorio de los pueblos y comunidades, como en Morelos, Chihuahua y otras localidades del sureste mexicano. Asimismo, habría que incluir la huelga de NOTIMEX que inexplicablemente se ha prolongado por la conducta de la directora de esta agencia de noticias. Algunas secciones de la CNTE han reanudado algunas movilizaciones de protesta.

La principal queja de la oposición partidista se ha basado en lo que han llamado el autoritarismo del presidente y una excesiva concentración de poder. El discurso del primer mandatario parecería darles la razón: reitera a cada momento que cualquier crítica es neoliberal, conservadora o expresión de quienes buscan mantener sus privilegios a costa de la corrupción. Con ello, da a entender que no le interesa el diálogo con todos y que es insensible a cualquier rectificación. Irrita, además, a sectores de la sociedad que lo apoyaron y que esperaban otro tipo de políticas, particularmente en el ámbito económico y social, y que han sugerido la necesidad de modificar algunas líneas de gobierno. Se pierde de vista la diferencia entre quienes reclaman la reparación de injusticias y aspiran a profundizar el cambio, y aquellos que desean la continuidad del estatus quo de los regímenes del PRI y el PAN.



De esta manera un diagnóstico alternativo y la elaboración de propuestas para una mayor justicia social son simplemente condenadas. Se supone que un gobierno progresista se basa no sólo en sus políticas públicas sino también en su capacidad de diálogo, sobre todo con los más castigados por décadas de injusticia, y en su disposición para establecer alianzas con los movimientos sociales. Por ejemplo, en lo que toca a los desaparecidos de Ayotzinapa, el gobierno ha entablado una relación que, aunque con pocos resultados, ha sido apreciada por los familiares de los normalistas desaparecidos. No ha sido así en otros casos. Y, sobre todo, no ha habido ninguna intención para entablar un pacto o acuerdo de largo plazo como el que se ha buscado con los sectores empresariales más poderosos.

La movilización de la ultraderecha no representa un peligro inminente para las instituciones políticas ni para la continuidad del gobierno, pero fomenta un clima que dificulta aún más la interlocución con sectores sociales inconformes y fortalece la figura y el endurecimiento del discurso presidencial.

Y, sin embargo, cabe esperar todavía que la 4T reconozca que este enturbiamiento es un factor de tensión que puede crecer y llevar a confrontaciones indeseadas. Podría entonces aprovechar el radicalismo de la derecha para acercarse a los sectores progresistas, aceptar las críticas y establecer un nuevo trato que haga posible la construcción de nuevos proyectos de cambio. En esta vía, MORENA podría jugar un papel destacado. No sería la primera vez en la historia de México y América Latina que los partidos y gobiernos que se han propuesto romper con un pasado oprobioso, rectifican y cambian sus estrategias. El movimiento que llevó a AMLO a la presidencia viene de una larga historia de lucha. La sensibilidad forjada en esos años debería servir ahora para entender que el poder no radica sólo en los puestos públicos sino, principalmente, en el apoyo y la participación activa de los ciudadanos. Las dificultades actuales, muchas de ellas derivadas de la pandemia y de viejas injusticias, pueden llevar a una creciente incapacidad gubernamental para dar respuesta los reclamos legítimos de la población y, a final de cuentas, a la prolongación de un estado de cosas que ya se ha visto que resulta intolerable.



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Una frase en los anuncios del tercer informe del rector Alfonso Esparza:

“En Puebla las instituciones se encuentran bajo el capricho de una sola persona”.

Antes ha dicho que harán lo necesario para recuperar Lobos BUAP, pero que lo harán ante las instancias federales. De ahí la frase de arriba. Y la dimensión política que el conflicto supone y la escala que ha adquirido en el ámbito nacional.

Cuánto de lo que no se dice en la política poblana puede aparecer de repente en un spot.



Pero lo que no se dice bien por ninguno de los actores es que el enfrentamiento entre las instituciones públicas Gobierno del Estado de Puebla y Benemérita Universidad Autónoma de Puebla es mucho más profundo de lo que se acepta. No me admira la frase del rector, pues alude a un hecho que identifica el carácter fundamental del Estado en la sociedad poblana: el sometimiento de los poderes legislativo y judicial a la voluntad e intereses del ejecutivo. Con mayor o menor visualización en la opinión pública según la personalidad del gobernador en turno --casos extremos lo fueron Manuel Bartlett y Rafael Moreno Valle--, pero esa es la realidad. Esa es la condición que explica el carácter autoritario de los gobiernos en Puebla a todo lo largo de la historia moderna de nuestra entidad. Y la historia se continúa con Luis Miguel Barbosa.

Y en paralelo, el sometimiento al poder ejecutivo abarca la relación que el gobernador en turno establece con la más importante de las instituciones públicas más allá de la estructura gubernamental, la universidad pública, igual por el peso específico de su operación económica que por la fuerza moral e intelectual de la comunidad académica universitaria en el establecimiento del derrotero social y cultural del proyecto educativo del Estado democrático en el que queremos vivir y que, lamentablemente, no tenemos. Los gobernadores en Puebla no quieren una universidad como herramienta de conocimiento y crítica para la transformación de la sociedad, la razón fundamental de su ser. Sin embargo, la universidad pública en Puebla lleva mucho tiempo ya sin asumir su capacidad como colectivo inteligente y crítico frente al Estado autoritario. Y eso incluye a los rectorados de los últimos treinta años.

Un señalamiento como el realizado por Alfonso Esparza no se había visto en décadas. Sin duda, rompe con lo expuesto desde los rectorados de los primos Dóger, cuando la universidad recuperó el camino de alejanía y sometimiento con el gobierno estatal. Pero si no me sorprende la frase del rector, sí me obliga a plantar un interrogante que se necesita responder frente a la crisis social y política que la pandemia y la catástrofe económica nos imponen: ¿porque no hemos visto en esta coyuntura un verdadero debate público sobre el papel que debe y tiene que cumplir la universidad pública en la construcción colectiva de una respuesta del Estado de Puebla ante la crisis, ni una iniciativa del gobierno para involucrarla? Y el interrogante creo que debe extenderse al ámbito estructural de la relación entre el gobierno y la universidad pública que debería ser estratégico desde la perspectiva de la viabilidad histórica de la sociedad poblana.

Muchos académicos de la BUAP, en la historia reciente, han ido más allá de los spots. Tan sólo mirar a las propuestas de científicos e investigadores de la BUAP en muchos ámbitos, por ejemplo, las realizadas por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades en torno a la recuperación no sólo arquitectónica sino social del centro histórico de Puebla, y el papel que jugaron en contra de la imposición de proyectos del gobierno de Moreno Valle en el 2013 –el Teleférico, el viaducto Zaragoza y la Rueda de la Fortuna-- en la zona de monumentos patrimonio de la humanidad, junto con la postura crítica de quien fuera secretario de Cultura del actual gobierno, el antropólogo universitario Julio Glockner, por el posible traslado de la misma rueda al barrio de el Alto, conflicto que derivó en su renuncia hace apenas unas semanas; o el proyecto para la instalación de la empresa AUDI en San José Chiapa en el 2012, realizado por el propio instituto y rechazado por el gobierno de Rafael Moreno Valle por su cuestionamiento al sentido de la obra misma. Y podríamos añadir la movilización en febrero y marzo de este año de los estudiantes contra la violencia y que derivó en un importante paro estudiantil contra la violencia de género en el seno de la propia universidad. Ninguno de esos procesos ha derivado en una discusión inteligente y pública que derive en políticas públicas de desarrollo asumidas democráticamente por la sociedad.

Es un hecho que el gobierno de Puebla no se soporta en la inteligencia de su comunidad académica. Ni de la BUAP ni del conjunto de las instituciones de educación superior en el estado. Pero tampoco la universidad pública ha hecho valer su papel político como generador de inteligencia y conocimiento en la construcción de políticas públicas que no estén sustentadas en el autoritarismo y la imposición.



La pregunta entonces: ¿cómo ir más allá de los spots para construir una mucho mejor relación entre la universidad y el Estado?

Del Fogón a la boca

'Mole de Santo’'primera parte

Así se le llamaban al Mole Poblano en mi familia, y en muchas familias de la ciudad: lo preparaba mi bisabuela en Junio, para el día del Santo de mi padre y para la festividad de ‘Todos Santos’ el día 2 de noviembre: por ello en Octubre, se dedicaban muchas mañanas a la compra del avío que se necesitaría para prepararlo. Uno de los ingredientes que más curiosidad me despertaba en aquella mi niñez de los sesentas del siglo pasado, era la semilla de cilantro: unas minúsculas esferitas casi perfectas de color paja, muy sencillas de aspecto, pero de gran impacto en el sabor final del Mole. Mi bisabuela las compraba en las tiendas que vendían chiles secos y especias, cercanas a la entrada del Mercado de La Victoria, por la 3 norte.

Póngame cincuenta gramos de semillas de culantro’ – le ordenaba al dependiente de la tienda ‘y revise que no vayan a estar enmohecidas, las quiero bien secas’. El muchacho las pesaba cuidadosamente y me las entregaba en un curioso envoltorio de papel de estraza, que paraba en el fondo de la canasta de compras. Ya en casa, las semillas pasaban por la rigurosa revisión de la bisabuela, que lentes de aumento de vidrio verde puestos, retiraba cuanta basurita se había colado en las semillas. Acto seguido, venía el tostado de las mismas, en un inmenso comal de barro, que había traído de su última visita a San Miguel Tenextatiloyan y que colgaba celosamente en una esquina de la cocina, a salvo de nuestras travesuras.



Casi cincuenta años después, descubrí que las humildes esferitas estriadas de semillas de cilantro o culantro, también llamadas Coriander o Coriandro, habían llegado como valioso cargamento en el tornaviaje de la Nao de China o Galeón de Manila a Acapulco desde Corea – de ahí su nombre - a Puebla, camino a Sevilla. Al encontrarlo en los mercados de la ciudad, nuestras ávidas cocineras pronto incorporaron estas semillas como uno de tantos ingredientes al Mulli que localmente se hacía, imprimiéndole un particular sabor. La receta de mi familia del Mole de Santo las incluye, así como todas las recetas tradicionales antiguas que he consultado; sin embargo, por alguna extraña razón, éstas ya no forman parte de las recetas de las pastas de mole que actualmente se venden, que simplifican la labor en la cocina, pero que también limitan la variedad de moles en nuestra ciudad, otrora conocida por su extraordinaria riqueza de guisos.

¡Charlemos más de Gastronomía Poblana y ‘’a darle, que es Mole de Olla’’!

#tipdeldia: las semillas de cilantro se pueden aún comprar en algunas tiendas especializadas de especias y chiles del centro de la Ciudad de Puebla; sólo hay que asegurarse sean de calidad alimenticia y no para usarse como semilla de campo, pues éstas vienen protegidas con insecticidas y fungicidas, que son tóxicos para consumo humano.

Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad

En Puebla están muriendo, por Covid-19 en forma directa e indirecta, por lo menos 2.65 veces más que los fallecimientos registrados oficialmente. Tomados los datos hasta junio solamente, esta relación es 3.8 veces más personas que las que nos revela el Gobierno del Estado de Puebla. El análisis realizado por esta organización concluye que en abril, mayo, junio y julio de este año murieron 8,904 personas más que durante los mismos meses de años anteriores. Por meses, el resultado es todavía más grave: en abril hay 6 veces más muertes por Covid que las que presentan las cifras oficiales, para mayo 3.9 y para junio 3.8 veces más. El dato de julio parece incompleto o subestimado pues los fallecimientos por Covid exceden a los fallecimientos totales, lo cual nunca había ocurrido.



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Vida y milagros

La recomendación No.10/2017 y una agenda posible para el agua

El lunes de la semana pasada las autoridades federales del sector ambiental, SEMARNAT y CONAGUA, y de riesgos sanitarios, COFEPRIS, firmaron finalmente un convenio de coordinación con los gobernadores de Puebla y Tlaxcala con el objetivo de empezar a cumplir con la recomendación que la CNDH emitiera el 22 de marzo de 2017 con respecto a las omisiones en el cumplimiento de la normatividad en materia de agua y salud. Dicha recomendación deriva de la queja interpuesta por el Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C., aliado con un equipo de científicos de la UNAM, que con una tenacidad y rigor admirables documentaron durante diez años los daños a la salud a muchos de los habitantes que viven cerca de las aguas contaminadas de los ríos Atoyac y Zahuapan. Ese mismo mes, en marzo de 2017, 30 ciudadanos coordinados por la organización civil Dala la Cara al Atoyac interpusimos un amparo indirecto contra la misma omisión de las autoridades en todo lo relacionado a la administración del agua en la cuenca del alto Balsas, Atoyac Xochiac. Tres años después el juicio continúa pues es lento el camino que hay que recorrer en México para obtener justicia. En esos tres años hemos tenido que aportar pruebas, peritajes, información, todo útil para comprender las complejidades del problema.



Antes se han firmado otros convenios entre los actores mencionados, uno durante la administración de Mario Marín y otro en 2011, a principios de la administración de Moreno Valle. No se logró mayor cosa que construir obras que no fueron parte de una planeación estratégica y que en muchos casos resultaron imposibles de mantener. En esos años la contaminación de la cuenca ha seguido creciendo a pasos agigantados y peligrosos.

¿Qué veo distinto en la firma de este nuevo acuerdo? Me parece novedoso que se haya planteado una coordinación desde las oficinas centrales y dos enlaces claros en cada uno de los estados y que se haya señalado como primera prioridad el formular el Programa Hídrico Regional de la región IV del Balsas de manera inmediata; el comité directivo ha decidido contactar a los actores relevantes en el tema, desde los investigadores y especialistas del sector público de los tres niveles de gobierno hasta universidades y colectivos que durante muchos años se han enfocado a entender el rompecabezas de la gestión del agua y el ordenamiento del territorio en un espacio de alta complejidad y presión social.

Hace dos años, como Dale la Cara al Atoyac presentamos una agenda del agua a los candidatos que contendieron para gobernar el estado. Aunque la Ley de Aguas Nacionales no les da mayores atribuciones en inspección y vigilancia a los gobiernos estatales, sí les asigna el rol fundamental de coordinar a la federación con los municipios: les otorga la voluntad política y el liderazgo para que las cosas sucedan. La agenda Integral para la Gestión Hídrica y Ordenamiento Territorial que presentamos entonces priorizaba antes que nada la planeación y el trazo de una estrategia antes de emprender acciones y gastos sin rumbo. Uno de los planteamientos ya se ha logrado en la actual administración, que fue la restitución de la Secretaría de Sustentabilidad y ordenamiento del territorio. Falta fortalecerla con la integración del CEAS y el Instituto Estatal de Planeación alineado a disponibilidad Hídrica. Falta que los gobiernos estatales ayuden a los municipios a fortalecer sus reglamentos y herramientas jurídicas para controlar lo que sucede en sus territorios. Desde los estados se llevará la coordinación de los acuerdos firmados y la construcción de otros acuerdos específicos.

La agenda completa que propusimos a todos los actores en la elección de 2018 aún está por cumplirse en su mayoría. Dicha agenda está disponible en nuestra página de wwe.dalelacara.org

Esperamos que, con la reciente firma de coordinación, la recomendación de la CNDH y la agenda que propusimos en 2018 finalmente avance.



Puebla contra la Corrupción y la Impunidad

La contaminación en la Cuenca Alta del Atoyac



Mapa de la contaminación de los ríos de México / Sistema Nacional de Información del Agua

Los registros se encuentran en línea en el Sistema Nacional de Información del Agua, y los presentamos como punto de partida de una conversación sobre la desgracia de una río perfectamente diagnosticado y que obliga a apuntar ya no sólo al diagnóstico sino a los causantes.

Se destacan en estas gráficas los parámetros rebasados en excesos que los técnicos miden sin empacho. Demanda bioquímica y química de oxígeno y presencia de coliformes fecales. Esta serie gráfica forma parte de la presentación de la investigación que Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad realiza sobre los contaminadores del río Atoyac en su Cuenca Alta.



Texmelucan / Arroyo La Presa



Zahuapan / Barranca Sambrano

Lara Grajales

Barranca Honda

Atoyac La Carmelita

Atoyac Sur / Arroyo Atenco

Alseseca / Barranca San Antonio / Aguas arriba Parque Industrial Resurrección

Alseseca / Barranca Mixcatlatl

Alseseca / Antes de colector a PTAR Alseseca

Atoyac / Barranca del Águila / después de empresa Bachoco

REPORTES

La cuenca del Balsas, la segunda más fuertemente contaminada de México

DBO5

DBQO


COLIFORMES FECALES

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