Sábado, 05 Diciembre 2020 00:00

¡Reconstruyamos Canto de la Selva!

Canto de la Selva

DONACIÓN

https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva

Mundo Nuestro. Este es el llamado de auxilio que campesinos de La Galaxia, en Marquez de Comillas, a la orilla del río Lacantún hacen a todos los mexicanos. Hoy afrontan la destrucción provocada por las crecientes que en el mes de noviembre provocaron la inundación de las instalaciones del proyecto Canto de la Selva. Desde aquí llamamos a la solidaridad de los mexicanos para rescatar este ánimo campesino que lucha por la sobrevivencia de la selva.



https://www.facebook.com/cantodelaselvamx/

A todos nuestros seguidores:
Queremos pedirles apoyo para la reconstrucción de nuestro espacio después de una grave inundación en el mes de noviembre. Estamos buscando poder recibirlos lo antes posible, pero para esto necesitamos recursos para reponer, reparar y adquirir los que se perdió.
Si estás interesando en visitarnos esta es la mejor manera de reservar por el momento. Entra a nuestra campaña aquí: https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva y reserva tu hospedaje por medio de una donación que nos permitirá reconstruir nuestro sitio y apoyar al resto de la comunidad en esta tragedia. Si no pensabas visitarnos, también nos puedes apoyar desde 100 pesos, cualquier aportación ayuda a que sigamos cantando en la selva.

DONACIÓN



https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva

¡Reconstruyamos Canto de la Selva!

Mundo Nuestro. La siguiente crónica, publicada originalmente en nuestra revista en el año 2015, da cuenta del esfuerzo que campesinos de La Galaxia, en Marquez de Comillas, a la orilla del río Lacantún llevan adelante desde hace más de siete años. Ahora afrontan la destrucción provocada por las crecientes que en el mes de noviembre provocaron la inundación de las instalaciones del proyecto Canto de la Selva. Desde aquí llamamos a la solidaridad de los mexicanos para rescatar este ánimo campesino que lucha por la sobrevivencia de la selva.

DONACIÓN

https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva



El viernes 13 de junio, el mismo día en que un buen número de ONG’s ambientalistas en la ciudad de México firmó un desplegado en el que entre otras cosas acusan a Natura Mexicana de operar como hoteles eco-turísticos las estaciones de Chajul y Tzendales --sin aportar ningún elemento de prueba--, encuentro a Obed a la entrada de Canto de la Selva, uno de los dos únicos hoteles en toda la región de Montes Azules --el otro es el Centro Eco-turístico Guacamayas, también en la ribera del Lacantún, pero 17 kilómetros río abajo--. Obed dejó todo por Canto de la Selva, el proyecto eco-turístico que el ejido de La Galaxia desarrolla en uno de los más grandes meandros que forma el Lacantún, en su carrera hacia el Usumacinta, 90 kilómetros río arriba. No siembra, no tiene ganado. Y se le ve feliz. Apenas la última semana de mayo pasaron unos turistas gringos que dejaron 1,500 pesos diarios cada uno. Luego vinieron las tormentas que golpearon Chiapas y el río dejo su marca en la vega. Esta tarde hay asueto. El calor es terrible y los moscos atenazan. Veo volar un moscón y pienso en los colmoyotes.



En la foto satelital el meandro que guarda 155 hectáreas de selva en el que se esconde el hotel es una pera con su base de2.5 kilómetros metido de lleno casi tres en la reserva de Montes Azules. Los ejidatarios tumbaron en un primer arranque la mitad del arbolado en el meandro, hasta que hace un par de años metieron lo que quedaba en el programa de Pago por Servicios Ambientales. Y desarrollaron con la ayuda de las biólogas de Natura Mexicana el proyecto hotelero. La brecha por la que llegas da una buena idea de lo ocurrido en la selva: a mano izquierda, los maizales rodean tres ceibas enormes, unos cohetes con penachos a punto de despegue, y antes los potreros y la palma africana y en el camino los peones guatemaltecos que regresan al pueblo; a mano derecha un paredón verde asomado al baldío de los agricultores se interroga si tendrá éxito el experimento hotelero. De repente, la brecha se introduce en la selva y en un instante no puedes creer que las hachas derribaran tanta belleza.



Meandro en el río Lacantún.



Selva y deforestación en el meandro de Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Son seis o siete búngalos ocultos entre el follaje. Estás en uno y no ves a los otros. Buena madera y excelente gusto arquitectónico. Las habitaciones dejan libre la vista de la selva que queda a la mano de tres metros, con estructura de mosquitero y terraza de por medio. Arriba el dosel no deja ver el cielo; al frente el follaje oculta lo que pase más allá de veinte metros. Imagino la noche y el canto de la selva.





El río Lacantún desde el hotel Canto de la Selva/Foto de Sergio Mastretta.

Obed nos lleva al río, por un sendero abierto que rodea una enorme ceiba. El cuello se tuerce, pero de inmediato la vista está en el suelo, pues este campesino expulsado de niño junto con sus padres por la devastación de la tierra en su pueblo Rizo de Oro, allá por la presa de La Angostura, platica de una nauyaca dormida al pie de un amargoso apenas hace unos días. El sendero no te lleva en más de cincuenta metros a la palapa colgada en la ribera, que en esta orilla ve pasar el agua seis metros abajo. La inundación de hace dos semanas cubrió el sendero y pasó debajo de los búngalos. La palapa montada en concreto resistió sin problemas.

Obed señala un cocodrilo en el playón en la otra orilla. Buena suerte del guía y del turista que le pregunta cómo fue que talaron la mitad de esta isla.



“Y eso que todos vimos lo que pasó sucedió en Rizo de Oro, cómo nos acabamos toda esas selvas. No quedó nada. Y para allá íbamos aquí con la decisión fatal del gobierno de permitir en los noventa el aprovechamiento forestal, eso provocó la tala que ha visto en Galaxia. La confrontación ha sido fuerte entre los ejidatarios, unos por talar y otros por conservar. Al final dijimos, cada quien su parte, cada quien decide. Nosotros salvamos esto para el Canto de la Selva.”



Ceiba gigante en Canto de la Selva

Acahual

Acahual le llaman en los pueblos de la selva a los campos que por un tiempo se abandonan a la fuerza del agua y al milagro de las semillas voladoras. El viernes 15 de junio en Playón de Gloria atravieso un potrero cercano al río Lacantún con José Luis Méndez, un campesino que decidió hace cinco años devolver a la naturaleza un potrero de cinco hectáreas dedicado por más de diez a la ganadería. No es fácil creer lo que se ve: el hombre distingue uno por uno los árboles que le señalo: ceiba, canchán, guayacán, pomela, palo buscado, laurel negro, árbol de pozol, fierrillo, comida de loro, plumillo, amargoso, guapaque, chalom, chalóm de montaña, lagarto, zapote de agua, quina, ramón, maculis… Todos entre tres y diez metros de altura. En cinco años una pequeña selva. Es un esfuerzo personal, el de un hombre que decidió apostar por la selva. José Luis dejó un potrero de tres hectáreas como vía de escape en caso de su propósito fracase.



En el acahual/ Foto de Sergio Mastretta.

Lucía Ruiz y Paula Meli son dos jóvenes biólogas que en Natura Mexicana dedicaron tres años a la investigación de los procesos de conservación y restauración de las selva tropical en espacios perturbados por la acción humana: Herramientas legales para la conservación y restauración de la vegetación ribereña: un estudio de caso en la Selva Lacandona, es la de Lucía,quien estudió 57 kilómetros de la ribera del río Lacantún del lado de Marqués de Comillas y encontró que sólo un 25 % corresponden a acahuales maduros y vegetación primaria con una franja mayos a los diez metros de anchura; el cambio en el uso del suelo, el no reconocimiento de la propiedad federal en las riberas por los ejidatarios y un marco jurídico impracticable han provocado esta intensa perturbación. Restauración de los ecosistemas ribereños y sus servicios ecosistémicos: meta-análisis global y un estudio de caso en Chiapas, México, es la tesis de Paula, un estudio sobre la recuperación de servicios ribereños que prueba que un esfuerzo de restauración activa puede generar resultados sustanciales en el corto plazo. Ambos estudios subrayan la importancia de contar con un marco legal eficaz y eficiente.



Ribera en el río Chajul deforestada para la siembra de palma africana/Foto de Sergio Mastretta.

El programa de Pago por Servicios Ambientales no contempla el respaldo de esfuerzos como el del campesino José Luis. Si contara con él, y se pudieran aplicar las recomendaciones de especialistas como Lucía y Paula, es decir, dinero y tecnología, le iría mejor y serían muchísimos los campesinos que seguirían su ejemplo. Por ahora, los acahuales están expuestos siempre a la lógica del hambre que aprieta a las familias campesinas, y siempre estará ahí la oportunidad de recibir el apoyo de la SAGARPA, mucho más eficiente y experimentada que la CONAFOR en aquello de “bajar recursos federales” para el desarrollo de la ganadería.

El sábado 15 me muestran otro acahual. Está en la embocadura de los ríos Jabalí (Santo Domingo) y Jataté, donde en estricta medida arranca el Lacantún, al sureste de la reserva de Montes Azules, unos kilómetros debajo de la laguna de Miramar. Tiene diez años que dejaron esa ribera a la acción recuperadora de la naturaleza. La fronda alcanza los veinte metros. ¿Será que la Lacandona no está definitivamente perdida?



Ribera en el Jataté recuperada por la selva/Foto de Sergio Mastretta.

Por el Jataté bajaron miles de trozas en aquellos años de la bonanza porfiriana para los madereros de Tabasco. Hasta Tenosique, cuatrocientos kilómetros río abajo, como un rastro de hormigas rojas entre los pedregales, flotaban drenando la sangre de la montaña.

Para cualquiera que no sepa, lo que se mira es selva. Luego me recuerdan que varios de los árboles que lucen su figura al sol de mediodía pueden alcanzar tranquilamente los cuarenta metros de altura. Cincuenta años no son tanto tiempo. Observo los remolinos furiosos que elaboran en su encuentro los dos cauces enfrentados. Mientras, los hombres que me acompañan narran una escena policiaca de la picaresca de este pueblo llamado Democracia, con la historia de un malandrín que terminó refugiado en el islote de selva virgen que forman los dos ríos. Yo divago y asumo que la biodiversidad de la vida remontará sin contratiempos el caudaloso río de la insensatez humana, y que para entonces, ninguno de los que ahora nos maravillamos con el espectáculo de la crecida de los ríos de junio estaremos para contarlo.

Viaje al fin de la selva

Mundo Nuestro. La siguiente crónica, publicada originalmente en nuestra revista en el año 2015, da cuenta del esfuerzo que campesinos de La Galaxia, en Marquez de Comillas, a la orilla del río Lacantún llevan adelante desde hace más de siete años. Ahora afrontan la destrucción provocada por las crecientes que en el mes de noviembre provocaron la inundación de las instalaciones del proyecto Canto de la Selva. Desde aquí llamamos a la solidaridad de los mexicanos para rescatar este ánimo campesino que lucha por la sobrevivencia de la selva.

DONACIÓN https://donadora.org/campanas/cantemos-juntos-selva



RELACIONADAS:

Reconstruyamos Canto de la Selva

El rey jaguar prefiere #Cantodelaselva para descansar / ¡Reconstruyamos Canto de la Selva!

Lo que puede ser tiene un origen. Este es un resumen científico hecho por Natura Mexicana del valor biológico de la Selva Lacandona:

“En la Lacandona se encuentra una de las selvas húmedas más altas (con árboles emergentes hasta de 60 m. de altura) de México, la vegetación en esta región es peculiar debido a su origen fisiográfico y a la morfología de los suelos. Ahí convergen especies de origen neártico y neotropical (Toledo y Carrillo, 1992) y sólo aquí pueden encontrarse animales y plantas de origen amazónico (Esteban Martínez. com. pers.) Además, el macizo de vegetación posee el 43% de la flora de Chiapas y el 19% de la flora de nuestro país, compuesta por 22,800 especies (Rzedowski 1991). Mantiene poblaciones silvestres de árboles maderables y otras plantas con importancia económica, como el cedro, la caoba, la palma camedor, la vainilla y el cacao. Aunado a esto es el único hábitat de la Lacandonia schismatica, una especie que ha revolucionado el entendimiento de la biología vegetal en el mundo (Martínez y Ramos, 1989).



“La Selva Lacandona alberga la mayor riqueza de mamíferos de México, se han registrado 113 especies de este grupo y algunas como el tlacuache cuatro ojos y el armadillo cola desnuda solamente se encuentran en esta región del país (Medellín, 1994). Algo similar sucede con otros grupos, el 30% de las aves del país habitan en la Lacandona, siendo este el único lugar de México donde se tienen registros de una población viable de guacamaya roja (Natura y Ecosistemas Mexicanos, 2013). Además, se conocen 54 especies de insectos que tienen afinidad con Centroamérica y la cuenca amazónica, cuyo límite de distribución en el continente es el río Lacantún, la parte más sureña de la región Lacandona (De la Maza y De la Maza, 1987). Se han identificado 800 especies de mariposas diurnas que representan el 44% de la biodiversidad del grupo en México, algunas de ellas son endémicas del género Agrias, Bolboneura y Perrhybris (De la Maza y De la Maza, 1982, 1985, 1989 y 1993).”



Mono aullador/Foto de Natura Mexicana.

ES difícil ver el futuro que tiene el acuerdo institucional que derivó en el proyecto “Desarrollo Rural Sustentable en Corredores Biológicos del Estado de Chiapas”. Por ahora el hecho es que el Estado mexicano ha invertido en los últimos cuatro años 595 millones de pesos en 166 mil hectáreas chiapanecas con el Pago de Servicios Ambientales (PSA), un programa que paga a los campesinos por la conservación de sus selvas.



Son muchos los organismos de la sociedad involucrados. Las secretarías SAGARPA y SEMARNAT, con organismos como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO); organizaciones civiles como Natura Mexicana, que en alianza con la UNAM y otras instituciones académicas desarrolla el más sólido proyecto piloto de conservación de selvas campesinas en los ejidos de Marqués de Comillas, o la Asociación Cultural Na Bolom, que realiza estudios de dinámica de uso de suelo, o la cooperativa AMBIO, que desarrolla experiencias en monitoreo comunitario y comercialización de créditos de carbono, o el del Colegio de la Frontera SUR (ECOSUR) y el Centro GEO, que realizan el desarrollo de un sistema de Medición Reporte y Verificación de las emisiones de carbono forestal.

Y la investigación científica involucrada en la restauración de los ecosistemas.

Estos son los testimonios de la selva posible. La del bienestar de las comunidades campesinas fundado en la conservación ambiental.

Lepidópteros diurnos y mariposas

Sí, la Selva Lacandona es el centro de más alta diversidad biológica en el trópico de Norte y Mesoamérica, pero ¿qué significa que en el 0.2% del territorio nacional se concentre un importante porcentaje de las especies presentes en el país?

Javier De la Maza se hizo esta reflexión hace mucho tiempo, antes incluso de que se decretaran las 331 mil hectáreas de la Reserva de la Biósfera de Montes Azules: Tal vez en 1979, cuando junto con un grupo de biólogos probados y estudiantes jóvenes de la UNAM aterrizó en la pista de Chajul, hoy convertida en una avenida de camellón como tantas otras en estas comunidades que por mucho tiempo no tuvieron otra vía de comunicación con el exterior. Como no fuera el río y el día entero para llegar a la terracería y el camión que tras ocho horas insufribles te dejaría en Palenque, al otro lado de la selva y de regreso al mundo.

Lo veo ahí, en el comedor de Estación Chajul, retratado en una lancha en el Lacantún, con los ojos sorprendidos como los llevas cuando miras por primera vez las ceibas que sobresalen como reinas inalcanzables en la maraña verde amarrada a la corriente. Pero los suyos son ojos científicos que miran, detectan, describen, analizan, cuestionan y publican. 800 especies de mariposas se han identificado en 35 años de estudiar la selva en el río Lacantún, el 44% de la biodiversidad del grupo en México, y las endémicas del género Agrias, Bolboneura y Perrhybris por delante.



Taller de producción artística en el mariposario de Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Pero lo veo también en los ojos de Caralampio, el campesino que en el ejido de Playón de la Gloria encabeza el mariposario establecido en una vega del río Lacantún, una explotación sustentable que le permite a esa comunidad ejidal elaborar con las alas multicolores de las mariposas una de las más hermosas artesanías que brotan de manos mexicanas. Caralampio nombra a su manera alguna de las mariposas que De la Maza estudia y bautiza con sufridos latinazgos: esa es un cabrito. Y luego se sigue en retahíla: julias, amarillas, cuadradas, tigras, monarcas, lichas, zopilotes o patitos, tronaderas (parece que aplaudieran), calenturas, caritas, naylas, seis soles, diablitos, lupitas, tigras verdes, globitos, chamitas, papilios…



Caralampio, en el mariposario de Playón de Gloria. Foto de Sergio Mastretta.

Javier habla como biólogo, y así describe estas selvas húmedas: sus árboles emergentes alcanzan los 60 metros de altura, y la vegetación es peculiar por la morfología del suelo y su fisiografía; aquí convergen especies de origen neártico y neotropical lo que explica que sólo aquí encuentres animales y plantas amazónicas; y que en este macizo se guarde el 43% de la flora chiapaneca y una de cada cinco especies que existen en México. Los cedros y las caobas que en miles de trozos y por el río se llevaron desde las monterías los madereros tabasqueños y españoles hasta los talleres ebanistas ingleses y americanos entre 1870 y 1949. O una planta como la Lacandonia schismatica, y el debate en el que se revoluciona el entendimiento de la biología vegetal y por el que desgarran sus vestiduras los biólogos: ¿su flor rompe con todo lo conocido o es meramente una inflorescencia? http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/especies_priori/fichas/pdf/Lacandonia.pdf

O los mamíferos, dice Javier, no hay otro lugar como éste en México: 113 especies, y sólo aquí el tlacuache cuatro ojos y el armadillo cola desnuda. Y las aves, una de cada tres de las que vuelan en el país, y sólo aquí se sostiene la viabilidad de las guacamayas rojas. Y los insectos, con 54 especies afines con la cuenca amazónica.

Y desde ese mundo de zumbidos y aleteos Javier mira al río. Estamos en la cuenca media del río Usumacinta, y llueve tanto como para producir uno de cada tres litros de agua dulce de México. Y aquí el agua lleva tanto nutriente que da para alimentar a las pesquerías del golfo, además de 56 especies de peces en el propio río, 22 de ellas exclusivas de la región. Por eso Javier mira estas selvas con ojos entrenados para entender lo que representan para mantener los ecosistemas, su capacidad para regular el clima, para capturar carbono, para producir y conservar el agua y los suelos, para reducir los daños por inundaciones, para desarrollar los ciclos biogeoquímicos en los que se soportan las cadenas alimenticias terrestres y acuáticas. Es lo que ya no sólo los funcionarios y los biólogos, también cada vez más los campesinos, reconocen como “servicios ambientales”.

No es fácil para un científico como Javier De la Maza asimilar el paso del tiempo sin que la sociedad mexicana comprenda el riesgo enorme de que se pierdan el último territorio de selva húmeda en México.

Canto de la selva

El viernes 13 de junio, el mismo día en que un buen número de ONG’s ambientalistas en la ciudad de México firmó un desplegado en el que entre otras cosas acusan a Natura Mexicana de operar como hoteles eco-turísticos las estaciones de Chajul y Tzendales --sin aportar ningún elemento de prueba--, encuentro a Obed a la entrada de Canto de la Selva, uno de los dos únicos hoteles en toda la región de Montes Azules --el otro es el Centro Eco-turístico Guacamayas, también en la ribera del Lacantún, pero 17 kilómetros río abajo--. Obed dejó todo por Canto de la Selva, el proyecto eco-turístico que el ejido de La Galaxia desarrolla en uno de los más grandes meandros que forma el Lacantún, en su carrera hacia el Usumacinta, 90 kilómetros río arriba. No siembra, no tiene ganado. Y se le ve feliz. Apenas la última semana de mayo pasaron unos turistas gringos que dejaron 1,500 pesos diarios cada uno. Luego vinieron las tormentas que golpearon Chiapas y el río dejo su marca en la vega. Esta tarde hay asueto. El calor es terrible y los moscos atenazan. Veo volar un moscón y pienso en los colmoyotes.



En la foto satelital el meandro que guarda 155 hectáreas de selva en el que se esconde el hotel es una pera con su base de2.5 kilómetros metido de lleno casi tres en la reserva de Montes Azules. Los ejidatarios tumbaron en un primer arranque la mitad del arbolado en el meandro, hasta que hace un par de años metieron lo que quedaba en el programa de Pago por Servicios Ambientales. Y desarrollaron con la ayuda de las biólogas de Natura Mexicana el proyecto hotelero. La brecha por la que llegas da una buena idea de lo ocurrido en la selva: a mano izquierda, los maizales rodean tres ceibas enormes, unos cohetes con penachos a punto de despegue, y antes los potreros y la palma africana y en el camino los peones guatemaltecos que regresan al pueblo; a mano derecha un paredón verde asomado al baldío de los agricultores se interroga si tendrá éxito el experimento hotelero. De repente, la brecha se introduce en la selva y en un instante no puedes creer que las hachas derribaran tanta belleza.



Meandro en el río Lacantún.



Selva y deforestación en el meandro de Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Son seis o siete búngalos ocultos entre el follaje. Estás en uno y no ves a los otros. Buena madera y excelente gusto arquitectónico. Las habitaciones dejan libre la vista de la selva que queda a la mano de tres metros, con estructura de mosquitero y terraza de por medio. Arriba el dosel no deja ver el cielo; al frente el follaje oculta lo que pase más allá de veinte metros. Imagino la noche y el canto de la selva.



El río Lacantún desde el hotel Canto de la Selva/Foto de Sergio Mastretta.

Obed nos lleva al río, por un sendero abierto que rodea una enorme ceiba. El cuello se tuerce, pero de inmediato la vista está en el suelo, pues este campesino expulsado de niño junto con sus padres por la devastación de la tierra en su pueblo Rizo de Oro, allá por la presa de La Angostura, platica de una nauyaca dormida al pie de un amargoso apenas hace unos días. El sendero no te lleva en más de cincuenta metros a la palapa colgada en la ribera, que en esta orilla ve pasar el agua seis metros abajo. La inundación de hace dos semanas cubrió el sendero y pasó debajo de los búngalos. La palapa montada en concreto resistió sin problemas.

Obed señala un cocodrilo en el playón en la otra orilla. Buena suerte del guía y del turista que le pregunta cómo fue que talaron la mitad de esta isla.

“Y eso que todos vimos lo que pasó sucedió en Rizo de Oro, cómo nos acabamos toda esas selvas. No quedó nada. Y para allá íbamos aquí con la decisión fatal del gobierno de permitir en los noventa el aprovechamiento forestal, eso provocó la tala que ha visto en Galaxia. La confrontación ha sido fuerte entre los ejidatarios, unos por talar y otros por conservar. Al final dijimos, cada quien su parte, cada quien decide. Nosotros salvamos esto para el Canto de la Selva.”



Ceiba gigante en Canto de la Selva

Acahual

Acahual le llaman en los pueblos de la selva a los campos que por un tiempo se abandonan a la fuerza del agua y al milagro de las semillas voladoras. El viernes 15 de junio en Playón de Gloria atravieso un potrero cercano al río Lacantún con José Luis Méndez, un campesino que decidió hace cinco años devolver a la naturaleza un potrero de cinco hectáreas dedicado por más de diez a la ganadería. No es fácil creer lo que se ve: el hombre distingue uno por uno los árboles que le señalo: ceiba, canchán, guayacán, pomela, palo buscado, laurel negro, árbol de pozol, fierrillo, comida de loro, plumillo, amargoso, guapaque, chalom, chalóm de montaña, lagarto, zapote de agua, quina, ramón, maculis… Todos entre tres y diez metros de altura. En cinco años una pequeña selva. Es un esfuerzo personal, el de un hombre que decidió apostar por la selva. José Luis dejó un potrero de tres hectáreas como vía de escape en caso de su propósito fracase.



En el acahual/ Foto de Sergio Mastretta.

Lucía Ruiz y Paula Meli son dos jóvenes biólogas que en Natura Mexicana dedicaron tres años a la investigación de los procesos de conservación y restauración de las selva tropical en espacios perturbados por la acción humana: Herramientas legales para la conservación y restauración de la vegetación ribereña: un estudio de caso en la Selva Lacandona, es la de Lucía,quien estudió 57 kilómetros de la ribera del río Lacantún del lado de Marqués de Comillas y encontró que sólo un 25 % corresponden a acahuales maduros y vegetación primaria con una franja mayos a los diez metros de anchura; el cambio en el uso del suelo, el no reconocimiento de la propiedad federal en las riberas por los ejidatarios y un marco jurídico impracticable han provocado esta intensa perturbación. Restauración de los ecosistemas ribereños y sus servicios ecosistémicos: meta-análisis global y un estudio de caso en Chiapas, México, es la tesis de Paula, un estudio sobre la recuperación de servicios ribereños que prueba que un esfuerzo de restauración activa puede generar resultados sustanciales en el corto plazo. Ambos estudios subrayan la importancia de contar con un marco legal eficaz y eficiente.



Ribera en el río Chajul deforestada para la siembra de palma africana/Foto de Sergio Mastretta.

El programa de Pago por Servicios Ambientales no contempla el respaldo de esfuerzos como el del campesino José Luis. Si contara con él, y se pudieran aplicar las recomendaciones de especialistas como Lucía y Paula, es decir, dinero y tecnología, le iría mejor y serían muchísimos los campesinos que seguirían su ejemplo. Por ahora, los acahuales están expuestos siempre a la lógica del hambre que aprieta a las familias campesinas, y siempre estará ahí la oportunidad de recibir el apoyo de la SAGARPA, mucho más eficiente y experimentada que la CONAFOR en aquello de “bajar recursos federales” para el desarrollo de la ganadería.

El sábado 15 me muestran otro acahual. Está en la embocadura de los ríos Jabalí (Santo Domingo) y Jataté, donde en estricta medida arranca el Lacantún, al sureste de la reserva de Montes Azules, unos kilómetros debajo de la laguna de Miramar. Tiene diez años que dejaron esa ribera a la acción recuperadora de la naturaleza. La fronda alcanza los veinte metros. ¿Será que la Lacandona no está definitivamente perdida?



Ribera en el Jataté recuperada por la selva/Foto de Sergio Mastretta.

Por el Jataté bajaron miles de trozas en aquellos años de la bonanza porfiriana para los madereros de Tabasco. Hasta Tenosique, cuatrocientos kilómetros río abajo, como un rastro de hormigas rojas entre los pedregales, flotaban drenando la sangre de la montaña.

Para cualquiera que no sepa, lo que se mira es selva. Luego me recuerdan que varios de los árboles que lucen su figura al sol de mediodía pueden alcanzar tranquilamente los cuarenta metros de altura. Cincuenta años no son tanto tiempo. Observo los remolinos furiosos que elaboran en su encuentro los dos cauces enfrentados. Mientras, los hombres que me acompañan narran una escena policiaca de la picaresca de este pueblo llamado Democracia, con la historia de un malandrín que terminó refugiado en el islote de selva virgen que forman los dos ríos. Yo divago y asumo que la biodiversidad de la vida remontará sin contratiempos el caudaloso río de la insensatez humana, y que para entonces, ninguno de los que ahora nos maravillamos con el espectáculo de la crecida de los ríos de junio estaremos para contarlo.

La selva de don Rubén

Don Rubén tiene 77 años y es uno de los fundadores de Playón de la Gloria, a principios de los setenta. Tiene gripa pero anda con el torso desnudo a la mitad de su selva. “Yo supe de la vida, es mi primera memoria que tengo, cuando a los seis años encontré muerto a mi padre allá arriba, en la Trinitaria. Llevábamos en burro al mercado la cosecha de chiles, dos días nos hicimos desde La Gloria. Dijo que no iba a tomar, pero lo hizo. Ese día que amaneció no lo vimos ahí donde nos dormimos. Estaba tirado cercas, y ahí junto estaba el piedrón con el que le reventaron la cabeza. Entonces supe de la vida.”



La selva de don Rubén en Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

Su historia es larga, pero la mitad de ella ha transcurrido aquí en Playón de la Gloria. En su terreno que pega con el río está el mariposario en el que Caralampio nombra por su apariencia a las mariposas. Las nietas de don Rubén construyen los platos con las floridas alas de las mariposas. Ahora el viejo y yo caminamos por la orilla arbolada hasta encontrar la ribera que su vecino ha destroncado sin clemencia. Va nombrando los arbolones que nos asombran y en algunos describe sus cualidades. Del ramón se come la semilla, primero se dora y se hace como atole o café, y da una resina, pero su madera no sirve para tabla; el palo de elote es bueno pa leña y la semilla también se dora y se come, tiene sabor a elote; la semilla de la piña se la comen los monos saraguatos, que por lo menos cada quince días se dan una vuelta por la huerta; del frijolillo sacas tablas y viguetas para corrales; el coyte es vomitivo si se muele la hoja y te tomas su jugo; el sonsapote o cabeza de mico es bueno pa la disentería y con su madera sacas buenas tablas; el gambudo quién sabe pa qué sea; y ese matapalo se está comiendo un café; y este amargoso que bien mide 40 metros da una fruta que no se aprovecha, parecida a la del plumillo aquel, pero sí se aprovecha la madera, y mira, aquí está su semilla, es una plumilla que el aire carga y por allá lleva; esta mata baja es café, y se la comen los changos; y mira este palo de chicuy, y aquella quina, para bajar las calenturas del paludismo, haces un cocimiento de cáscaras y les ayudas a las mujeres en la menstruación.



Don Rubén, en Playón de Gloria/Foto de Sergio Mastretta.

No para. Descubrió una ceiba, que ya reconozco fácilmente por el tronco espinudo; esta mide unos treinta metros, es joven, me dice; y su semilla (a don Rubén le encantan las semillas) es mata segura, mira son estas volutas como de algodón, no pesan, igual que las de la vivurina o la pimienta, es mata segura le digo, el aigre las lleva hasta Guatemala. Su madera es suave, cómo cuesta cortarla con la motosierra, se embota, se hace taco, mejor déjalas. Y va a la memoria don Rubén: cuando construían los tepescos, las tarimas que armaban para alcanzar el tronco sobre los tres o cuatro metros de los contrafuertes, pero en Playón de la Gloria era pura bejucalera, no había muchos árboles grandes, no era montaña alta. Y regresa a sus árboles en la ribera: el frijolillo, su fruta se la comen los tucanes y los loros, claro, también las ardillas… Y el bari, el chalum, el mamey.

Ah, para la gripa, un cocimiento de sauco y cebollas.

Al final, identifica una caoba. Me dice su nombre científico: Swetania macrophylla. Si alguna vez existieron, ya no las encontraron en Playón de Gloria.

La selva posible/Memoria campesina

Giovanni Martínez, campesino de Flor de Marqués: Cuando mis papás llegaron la selva era mucho más grande que ahorita. Yo nací aquí y me enseñaron a cuidar la selva y me empezaron a hablar sobre los beneficios que traía. Tons ya pues de chiquito yo fui viendo y pues también fui empezando a valorar la selva. Mi abuelito fue quien le empezó a decir a ellos. Mis abuelitos son de la Frontera Comalapa y a ellos él los trajo para acá y entonces pues él nos empezaba a decir y hasta la fecha nos dice que la selva nos ayuda porque si la talas se va a acabar el mundo, fácilmente se acaba. ¿Por qué? Porque la selva es la que nos ayuda a respirar.

Baltasar Lombera, campesino de Boca de Chajul: Hay cosas buenas que se pueden hacer y que son muy rescatables, aprender de lo que nos pasó es excelente, lamentarnos no conduce a nada. Aquí en Chajul se benefició al sembrar en la tierra, se dejó de ser nómadas en la agricultura, la gente siembra el mismo terreno desde hace buenos años, entonces eso fue positivo. Yo he sembrado maíz, frijol, tengo un ciclo al pie de la letra. Mi papá destronconó hace 25 años, desde entonces se ha cultivado. No invento ni quiero volverme mago, cosecho frijol, siembro maíz, porque en esta época no nos sirve sembrar frijol, llueve mucho, no sirve, entonces siembro maíz. Ai quedó, vuelvo a rastrear, vuelvo a sembrar frijol. Y así. Ciclo-ciclo. Sacó el maíz y el frijol del gasto. Tiene cinco años que lo llevo así, pegado a la letra. A veces pierdo todo, llega el río y me tumba, nada queda. Duele, te deja sin comer, bailando en un pie. Pero sigo así, ciclo a ciclo. Almaceno el gasto, y lo llevo a la letra. Empecé con seis toneladas en un terreno de dos hectáreas, el año pasado saqué nueve.

Juan Marroquín, campesino de La Galaxia: Se va a acabar la selva. Nosotros como familia Marroquín, con algunos de los Pérez, somos dueños de 1,300 hectáreas. Yo comencé a hablar de la importancia de la selva desde los ochenta. Primero a nivel regional, luego a nivel ejido. Por eso se dio la autorización de dio el permiso para aprovechar las 2,047 hectáreas. Dije, si en una hectárea puedo tener dos vacas, ¿cuántos árboles puedo aprovechar en un año por hectárea? ¿Cuánto me rinde la madera? Por eso promoví el aprovechamiento forestal sostenible, la idea fue aprovechar cien hectáreas, y así regresar a los veinte años a donde iniciamos. No lo logramos por varios factores: nuestra madera no tenía mercado en el 99, luego aunque teníamos permiso para veinte años el gobierno nos exige que actualices tu proyecto, tu plan de manejo, y tienes que pagar a otro ingeniero para que haga el estudio, y lo que más nos molestó es que cuando sacabas madera preciosa te detenía desde el barrendero hasta el oficial más grande, todos querían dinero. Gran problema: si queremos dedicarnos a la silvicultura, a un plan de manejo ordenado, sustentable, no te dejan. Decía un funcionario: ‘si vienes derecho, te torcemos, y si vienes torcido, te enderezamos.”. El dinero es como el aceite, afloja el tornillo más oxidado. Nos detuvieron un camión, ordenó el oficial bajar la madera a un lado del camino, ahí se quedó, luego quemaron para sembrar milpa y se quemó todo.

Domingo Martínez, campesino de Flor de Marqués: Debería de haber más conciencia en las ciudades, porque si nosotros no nos pusiéramos en ese plan, entonces el gobierno nos dio las tierras, son de nosotros, le ponemos motosierra a toda la selva y se acabó. Pues también la gente de allá afuera está sufriendo, sufre más por el agua, las inundaciones, todo, también en eso debe de poner de su parte la gente de afuera, nosotros nos ponemos a proteger la selva pero también queremos comer, queremos vestir a nuestra familia, tenemos hijos, tenemos esposa y así como está de caro todo mil pesos no es nada. Por eso la gente dice que si pusieran más a lo que es el pago entonces con gusto.

Nicolás López, campesino de Democracia: Todos los ejidatarios nos reunimos en Amatitlán en la oficina de silvicultores en Amatitlán. El gobierno está apoyando un poquito, pero con eso estamos conservando la selva, ya estamos viendo el calentamiento global, nos damos cuenta, por eso estamos conformes. Sí quisiéramos que aumentara la tarifa por el pago de servicios ambientales, porqué con eso no podemos salir adelante, tenemos mucha necesidad.

Floridalma Pérez, campesina de Cuarto Pueblo, Guatemala: Ah, el padre Guillermo Woods, él decía que las tierras había que cuidarlas mucho porque era el patrimonio de los hijos; y que había que cuidar la selva porque pues era como la vida de nosotros porque si tumbábamos todo, todo, todo, y acabábamos con la selva si no cuidábamos lo que es la naturaleza, entonces iba a haber mucha sequía y que se iba a acabar todo, y los que íbamos a sufrir éramos nosotros. La gente estaba de acuerdo porque por eso él organizaba a la gente, estaba organizado como para proteger todo.

Giovanni Martínez, campesino de Flor de Marqués: Cuando mis papás llegaron la selva era mucho más grande que ahorita. Yo nací aquí y me enseñaron a cuidar la selva y me empezaron a hablar sobre los beneficios que traía. Tons ya pues de chiquito yo fui viendo y pues también fui empezando a valorar la selva. Mi abuelito fue quien le empezó a decir a ellos. Mis abuelitos son de la Frontera Comalapa y a ellos él los trajo para acá y entonces pues él nos empezaba a decir y hasta la fecha nos dice que la selva nos ayuda porque si la talas se va a acabar el mundo, fácilmente se acaba. ¿Por qué? Porque la selva es la que nos ayuda a respirar.

Arminda Hernández, campesina de Playón de la Gloria: Queremos que siga la Reserva, pues. Se está tratando de conservar queremos que tenga éxito el proyecto con Natura. ¿Qué va a pasar si invaden la Reserva? Este río Lacantún se va a acabar, se va a hacer chico, si ya lo arroyos se están secando, cuánta agua se nos va a ir. Ahorita no lo vemos, pero se va a acabar, vamos a caer en lo peor. En Playón hay gente que sí quiere el programa, pero hay gente que no. Cada año se va acabando todo. Sacamos maíz pero barato, de estar atenidos al pago por servicio ambiental no sé qué vamos a hacer. Si fuera más alto el pago tal vez mejoraría. He oído muchos comentarios de que no alcanza, así que muchos están de acuerdo y muchos no.

Nicolás López, campesino de Democracia: Nosotros los padres estamos aquí para enseñarles a los hijos lo importante de la conservación y desde pequeños como van a trabajar y hacer más productivo el campo, ya no tumbar más montaña, es la meta, para que siembren café y cacao que está permitido sembrar como parte de la conservación. En las hectáreas tenemos café y cacao para vender, y sí da, cuando pega bien. Ahorita entró la plaga, ya no dio el café, ahora hay que cortarlo, cambiar la estrategia, buscar otro que resista.

Juan Marroquín, campesino de La Galaxia: Al ver que el aprovechamiento maderable no dio efecto, por lo barato, porque dan los permisos para el tiempo de aguas, no en secas, en enero, febrero. Meten la máquina en junio, se meten profundo, y cuando regresa, viene tumbando todo el sotobosque, todos los renuevos los destruye. Barato y con destrucción del sotobosque, ese proyecto nos dejó más pobres de lo que estábamos. Nos daban 15 mil pesos al año por 50 metros cúbicos. Entonces yo propuse diferente, ya estaban los pagos por servicios ambientales. Algo no hacíamos bien, pues no pasaban en Conafor, hasta que vino Natura Mexicana, con Javier de la Maza y l maestra Julia Carabias, en el 2008. Pero nos dieron más 392 pesos por hectáreas. Luego salió otro programita y ya nos dieron 800 pesos. Algunos querían seguir con el aprovechamiento, pero cuando vieron que ya pagaron, le entraron, ahora tenemos cerca de 1,500 hectáreas en pagos. Es poco todavía lo que pagan por hectárea. Se tiene que pagar mejor. Eso es lo que decimos aquí en Galaxia.

Giovanni Martínez, campesino de Flor de Marqués: Se vive del campo, pero como para decir que me voy a comprar un carro de mis cosechas tal vez sí lo voy a hacer pero me va a costar. Tenemos una camionetita, la compramos del apoyo que nos dan de pago por servicios ambientales, entonces de ahí yo tengo catorce hectáreas metidas en la conservación y él tiene veinte entonces las unimos y platicamos y ya desde hace mucho nos hacía falta una camioneta para el trabajo, para cargar la leña, el maíz, el frijol cuando sale. Y ya pues hubo una oportunidad de comprar la camioneta y pues ya la compramos de ese dinero, de ahí salió.

Nicolás López, campesino de Democracia: Nosotros vamos mucho al monte a vigilar porqué yo soy el técnico de las comunidades y monitoreo los animales como pescados y aves, nos dieron un libro, así reconozco los animales que se ven son el loro, las guacamayas las había antes, no porqué se fueron, pero pavas sí, y loco faisán, monos como el saraguato y el araña, el ocelote, el puma, el jaguar. Me he encontrado con un jaguar cuatro veces en los últimos cinco años. Antes venían a la comunidad y se comían los pollos y puercos, pero como trajeron perros ya no se acercan. Y si te ven, se van, tienen miedo. Antes se metían, entraban en los corrales, comían puercos.

Giovanni Martínez, campesino de flor de Marqués: La esperanza que yo tengo es que el campamento Tamandúa jale y yo con mi papá y mi familia sabemos, y yo sé, yo lo siento que sí va a funcionar y que sí tenemos la esperanza de que sí jale y de que ahí vamos a sobrevivir nosotros. Somos 19 ejidatarios, todos con selva, no importa donde la tengas nomás que esté conservándola. Además del pago de servicios ambientales.

Nicolás López, campesino de Democracia: Pues yo creo que la selva vale mucho, y nosotros que la cuidamos pues no estamos pidiendo que nos den mucho dinero pero que nos den ora sí lo necesario para sobrevivir. Si no quieren que la gente la tale pues yo creo que deberían de pensar eso que la selva nos ayuda y no sólo a nosotros acá sino al mundo entero, yo creo que deberían de pensar eso y que nosotros también queremos vestir y comer, deben de echar más billetito para acá. Se lo hemos dicho a los que vienen, a los que vienen a veces a visitarnos se los he dicho porque la selva no es nuestra sino es de todos y deberíamos de cuidarla entre todos.

BUAP / Cónica Universitaria

Exilios y migrantes políticos en la BUAP: entrevista a Carlos Figueroa Ibarra

Por Oriol Malló (Coordinador de contenidos digitales de la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura (VEDC) de la BUAP. Y que por favor enlace a Crónica Universitaria)

Carlos Figueroa Ibarra

Carlos Figueroa Ibarra, sociólogo de extensa carrera, doctor honoris causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala e investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” (ICSyH) es actor y testigo de los exilios latinoamericanos en la BUAP:

Víctima él mismo de la brutal represión contra intelectuales, trabajadores y campesinos vinculados a la izquierda guatemalteca, Figueroa se instaló en la ciudad de Puebla en 1980 y desde entonces la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla es su espacio de docencia, reflexión y anális.



Carlos Figuera durante el discurso de aceptación del doctorado honoris causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala (12 de febrero del 2019) / Imagen: cortesía de ArK. Armando Mazariegos (Facebook)

Tanto en la esfera académica y política, como en su faceta más ítnima, pues sus padres y muchos de sus amigos fueron asesinados en su natal Guatemala, este reconocido académico ha vivido los efectos de la diáspora, centroamericana en su caso, y esta es la primera vez que, con motivo de este repositorio digital sobre la presencia y el legado de los exilios latinoamericanos en la BUAP, expone para Crónica Universitaria la memoria histórica de esta población de "migrantes políticos" cuyo papel en la comunidad universitaria fue tan destacado.

Para precisar nombres, fechas y circunstancia, sl entrevistado contó con la ayuda de Célida Godina, Laura Díaz, José Luis Carrillo, Francisco Vélez Pliego, Martha Palomino, Rodolfo Martínez, Fabio Rodríguez Korn, Luis Méndez Bognanni y Jorge Andrade Roca.



"México es la patria que también amo, de cuya épica histórica me enamoré y me siento orgulloso": Carlos Figueroa Ibarra

Tu familia se exilió a México tras el golpe contra Arbenz en 1954 y regresó a Guatemala en 1958, mientras que tú regresas a estudiar sociología en la UNAM el año 1970. ¿Eras consciente entonces que la represión, la guerra sucia y el exilio podrían convertirse en una fatalidad pocos años después?

Absolutamente sí. Muy tempranamente en mi vida fui consciente de que crecía en el seno de una familia que no era normal en la Guatemala regida por una feroz dictadura militar. Mi primera infancia transcurrió en la ciudad de México, porque mi padre Carlos Alberto Figueroa Castro había tenido que huir de Guatemala cuando el gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán fue derrocado en 1954.



Regresamos a Guatemala del exilio en México en 1958. Yo tenía 6 años de edad. A partir de entonces mi vida empezó a tener un giro del cual fui plenamente consciente hasta tiempo después. Cuando cumplí 7-8 años mi padre me empezó a advertir sobre cuidados que debería tener con respecto a lo que oía y veía en mi casa. Cuando y hasta donde podía entrar a ella a mis pequeños amigos.

La familia Figuera en su primer exilio mexicano (1967) tras el golpe contra el presidente Arbenz

La familia Figuera en su primer exilio mexicano (1957) tras el golpe contra el presidente Arbenz / Imagen: cortesía de Carlos Figueroa ( Facebook personal)

Mis padres trataron de darnos a nosotros una vida normal, con una cotidianidad tranquila, pero en realidad nuestra familia no era normal. Mi padre era un activo militante comunista en un país en el cual mataban comunistas. Conocí a no pocas personas que llegaban a mi casa y después los veía asesinados en las páginas de los periódicos.

A veces llegaban militantes a esconderse en mi casa. Mi familia celebraba cumpleaños, festividades religiosas (mi madre era católica no devota), fuimos bautizados, hicimos la primera comunión, celebrábamos navidades con gran alegría. Pero la muerte siempre nos rondó como nos lo recordaban los cateos a mi casa por parte de ejército y policías. Cuando en 1970 salí de Guatemala (a los 17 años) para ir a estudiar a la UNAM, era perfectamente consciente del peligro en que vivíamos. Y sabía que en cualquier momento la dictadura nos podía arrasar.

¿Cómo se fue forjando tu propia identidad guatemalteco-mexicana? En otras palabras, ¿puede que el flujo histórico constante de exiliados centroamericanos hacia México en varias décadas del siglo XX haya creado una identidad transnacional compartida?

Después de vivir 51 años de mis 68 en México, me siento guatemalteco-mexicano o mexicano-guatemalteco. Soy hombre de dos patrias, la que me vio nacer y la que le salvó la vida a mi padre en 1954 y a mí en 1980. Guatemala es el amor entrañable asociado a mi infancia, adolescencia, a mi resistencia clandestina como militante comunista y también a mi labor de investigación académica como sociólogo.

México es la patria que también amo, de cuya épica histórica me enamoré y me siento orgulloso. Y, congruente con ese sentimiento, hace 17 años después de naturalizarme mexicano, decidí involucrarme en la lucha política y social por hacer de mi otra patria un lugar mejor.

El recurso del miedo Libro de Carlos Figueroa Ibarra

Un ensayo sobre el terrorismo de Estado en Guatemala / Imagen: cortesía de fygeditores.com

Fue una experiencia magnífica haber sido parte del ciclo de lucha que culminó en 2018. México es el lugar en donde he vivido ininterrumpidamente las últimas cuatro décadas y en donde pienso vivir el resto de mis días. Aquí nacieron mis hijos Alejandro, Camila y Sebastián y aquí viven las madres de los tres.

Habiendo nacido en Guatemala, mi identidad mexicana es muy fuerte. Y lo mismo pasó con los exiliados guatemaltecos que habiendo llegado en 1954 se quedaron en México y nombro solamente a algunos: Luis Cardoza y Aragón, Tito Monterroso (“Y cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí”), Alaíde Foppa, Alfonso Solórzano, Carlos Illescas, Rina Lazo, Carlos Navarrete, Otto Raúl González.

O bien Ernesto Capuano del Vechio, quien desde 1954 ayudó en la Secretaría de Gobernación a miles de latinoamericanos a resolver su situación migratoria sin cobrar un solo centavo. Alguna vez Tito Monterroso dijo en tono jocoso que si lo exiliaran de México se sentiría “doblemente exiliado”. Me sentí plenamente identificado con eses sentimiento. Rina Lazo, junto a su esposo Arturo García Bustos, formó parte del grupo de Los Fridos, discípulos de Frida Kahlo. Imagínate si no se sentía mexicana.

Dicho de otra forma, ¿la proximidad geográfica y cultural, los lazos familiares incluso, entre Guatemala y México dieron un tono distinto al exilio guatemalteco, comparado con la diáspora suramericana de los setenta?

Esa proximidad de la que tú hablas debe haber influido poderosamente. Recuerdo muy bien cómo mis compañeros de licenciatura en la UNAM me llamaban en broma “el chiapaneco”. Años después, como desterrado comprobé la sabiduría de aquella broma. Durante mis 12 años de destierro (mi exilio concluyó en 1992 cuando pude regresar a Guatemala sin temor de ser asesinado) a menudo viajé por la zona fronteriza del sur por mi actividad política con respecto a Guatemala.

Recuerdo cómo me gustaba estar en San Cristóbal de las Casas por su parecido con el altiplano occidental guatemalteco, por su comida. Además, en algunas zonas de Chiapas la gente habla con el “vos” guatemalteco. En medio de sus diferencias, México y Guatemala tienen muchas similitudes.

En 1980 fueron asesinados tus padres, Carlos Alberto Figueroa Castro y Edna Albertina Ibarra Escobedo, psicólogos, militantes del Partido Guatemalteco del Trabajo y docentes de la Universidad de San Carlos. ¿Qué circunstancias históricas explican este acto de terror en el contexto de la guerra sucia que se dio contra intelectuales y militantes de la izquierda guatemalteca en aquellos años y qué decisiones y reflexiones surgieron en tu caso a partir de aquel evento traumático?

Mi padre fue militante del Partido Guatemalteco del Trabajo desde 1951 y lo continuó siendo hasta el viernes 6 de junio de 1980, cuando junto a mi madre fue asesinado. Mi madre nunca fue militante del PGT, fue colaboradora de la resistencia en los años sesenta del siglo XX y después solamente fue acompañante solidaria de mi padre. Pero el Ejército Secreto Anticomunista, el membrete detrás del cual las fuerzas armadas guatemaltecas encubrían sus asesinatos y desapariciones forzadas, reivindicó el asesinato de ambos acusándolos de comunistas.

Sitio de memoria y reconocimiento a las víctimas de la Universidad de San Carlos de Guatemala

Sitio de memoria y reconocimiento a las víctimas de la Universidad de San Carlos de Guatemala que sufrieron graves violaciones a los derechos humanos durante el Conflicto Armado Interno / Imagen: cortesía de Carlos Figueroa Ibarra.

La muerte de mis padres ocurrió en el contexto del baño de sangre en el cual la dictadura militar guatemalteca sometió a la Universidad de San Carlos de Guatemala. A partir de 1978 y hasta la década de los ochentas más de 400 universitarios -docentes, estudiantes y trabajadores – fueron asesinados o desaparecidos. Recientemente fue inaugurado un memorial en el campus central de la USAC y se registran allí 843 universitarios asesinados a partir del aciago año de 1954.

Mis padres fueron asesinados en el contexto de la primera fase de la tercera ola de terror observada en Guatemala entre 1954 y 1996. Esa primera fase estuvo constituida por el ejercicio del terror selectivo. A fines de 1981 y particularmente a partir de marzo de 1982 con la llegada de Ríos Montt al poder, comenzaría la segunda fase, la del terror masivo, la de las masacres rurales. Se buscaba frenar el ascenso insurgente que se enlazaba con el triunfo de la revolución sandinista en la Nicaragua de 1979 y con el crecimiento extraordinario del FMLN en El Salvador.

En lo que a mí se refiere, el haber sido sobreviviente del terrorismo de estado guatemalteco, el ver caer asesinados a mis padres y a mis amigo/as y compañero/as, cambió mis preocupaciones académicas. Había yo comenzado mi trabajo sociológico investigando en el área de la sociología rural, pero la tragedia de Guatemala me obligó científica y existencialmente a buscar una explicación a lo sucedido. Desde entonces mi área de investigación es la sociología de la violencia y la sociología política.

" La UAP era un espacio de resistencia ante el oscurantismo de la derecha poblana": Carlos Figueroa Ibarra

Tras escapar de Guatemala, ¿cómo y de qué forma te vinculaste con la Universidad Autónoma de Puebla?

Fue a través de un amigo y compañero de estudios en el posgrado de sociología de la UNAM, Lucio Oliver, que pude llegar a México con alguna esperanza de trabajo. Esto sucedió el viernes 13 de junio de 1980, ocho días después del asesinato de mis padres. Al día siguiente, 14 de junio, me enteré en casa de unos exiliados guatemaltecos en Cuernavaca, Elsa y Sergio Licardie, que mis hermanos y mi sobrino se había refugiado en la Embajada de Bélgica porque sus vidas también corrían peligro.

En esas circunstancias fue una bendición que a través de Lucio Oliver y luego Roger Bartra (se lo he agradecido personalmente) me pusiera en contacto con Daniel Cazés quien junto a Marcela Lagarde, Javier Mena, Ana María Ashwell, Julio Glockner y Adrián Gimate-Welsh había fundado el Colegio de Antropología Social en la entonces Universidad Autónoma de Puebla. Eran los tiempos del Rector Luis Rivera Terrazas y del Secretario General Alfonso Vélez Pliego.

Nunca se apagará mi gratitud a ellos dos y a Jaime Kravzov, entonces director del ICUAP, por la enorme solidaridad que recibimos los exiliados que llegamos a la BUAP. En mi caso nunca olvidaré y siempre tendré gratitud por la solidaridad y humanismo con que me recibieron Daniel Cazés y Marcela Lagarde.

El 4 de agosto de 1980 ingresé formalmente a la BUAP. En el momento en que contesto esta entrevista, acabo de salir de la ceremonia de reconocimiento de antigüedad a trabajadores académicos y administrativos encabezada por el Rector Dr. Alfonso Esparza. He cumplido 40 años de servicio a mi universidad, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

¿Cómo describirías el ambiente intelectual y político que encontraste en la UAP en la transición entre el mandato de Luís Rivera Terrazas y Alfonso Vélez Pliego?

En 1980 la UAP era todavía una universidad en ebullición. Desde 1961, cuando empezó el movimiento de reforma universitaria, nuestra universidad paulatinamente había ido adquiriendo un perfil contestatario y militante. Lo que no implicaba el olvido por el desarrollo académico como lo muestran las semillas sembradas por el propio Ing. Luis Rivera Terrazas y el Químico Sergio Flores Suárez, ambos militantes comunistas pero al mismo tiempo esforzados académicos.

La narrativa neoliberal ha querido imponer una memoria de la UAP hegemonizada por el Partido Comunista Mexicano como una casa de estudios sobrepolitizada y sometida a un caos. Nada de esto es cierto. Estoy profundamente convencido de que es verdad lo que le escuché alguna vez Alfonso Vélez Pliego: buena parte del desenvolvimiento académico de la BUAP sería inexplicable sin todo lo que se hizo en aquellos años para salir del anquilosamiento y hasta oscurantismo que se vivía en el estado y la propia universidad.

Adolfo Sánchez Vázquez, el rector Vélez Pliego y Daniel Cazes en un acto académico de la UAP

Adolfo Sánchez Vázquez, el rector Vélez Pliego y Daniel Cazés en el Paraninfo del Edificio Carolino durante un acto académico de la UAP / Imagen: Archivo Histórico Universitario

La UAP era un espacio de resistencia ante el oscurantismo de la derecha en la ciudad (“Cristo sí, comunismo no”) y el autoritarismo del PRI-Gobierno. El ejercicio de la autonomía frente al autoritarismo de diferentes gobernadores de la entidad cumplió un papel relevante no solo en términos de lucha democrática, sino también de desenvolvimiento académico. Cuando yo ingresé a la UAP, esa etapa estaba concluyendo y con ello la hegemonía del PCM en la universidad. También el ciclo de la universidad crítica, democrática y popular.

La apertura política que vivía el país, abría otros cauces para la resistencia contra el PRI-Gobierno y Alfonso Vélez Pliego lo comprendió. El problema fue que después vendría el largo período de neoliberalización de la universidad, imputable no solamente a la voluntad política de los rectores a partir de José Doger, sino justo es decirlo, al clima prevaleciente a nivel mundial y nacional. Ese derrotero nunca lo aceptó Alfonso.

¿Qué representó el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades para los exiliados latinoamericanos?

En realidad el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” fue la continuidad de espacios en los cuales habíamos anidado los exiliados que desde el cono sur y Centroamérica habíamos llegado en los años setenta y ochenta. EL ICSyH-AVP se constituyó en 1991 con académicos que proveníamos del ICUAP, de la Escuela de Filosofía y Letras y de la Facultad de Derecho. Deben haber llegado académicos provenientes de otras unidades académicos, esto no lo recuerdo muy bien.

Sí recuerdo que los fundadores del Instituto fuimos convocados en 1991 por el propio Alfonso Vélez Pliego quien de manera visionaria emprendió la tarea de construir un espacio de investigación para las ciencias sociales y humanidades. Entre ellos estábamos algunos exiliados centroamericanos y argentinos.

¿Te implicaste en la constitución del Frente de Solidaridad Latinoamericano (Fresola)? En caso afirmativo,¿cuál fue la relevancia y el trabajo de estas redes de apoyo mutuo entre exiliados de varios países?

El Frente de Solidaridad Latinoamericano había sido iniciado a principios de 1980 por algunos exiliados argentinos que se encontraban en Puebla. A quien recuerdo como un gran impulsor del mismo es al compañero argentino Alejandro Manchón. También lo impulsaron Rafael Pagán (Puerto Rico) y Susana Rappo (Argentina), Se encontraban algunos bolivianos como el pintor Espinoza, su compañera y su hija Cantuta. También Jessie Fontús de Haití, así como un periodista argentino, el Negro Coria, y un joven costarricense estudiante de medicina del cual sólo recuerdo su nombre de pila: Oscar.

Luis Méndez Bognanni, José El Goldo Ríos y José Carlos El Pelao Bayona, Juan Reardón y Alicia Grapko (después activistas socialistas en Estados Unidos). También alguien de quien recuerdo solamente que se le llamaba la Negrita (después diputada y senadora) todos de Argentina.

Posteriormente se agregaron exiliados guatemaltecos vinculados a la UAP como Francisco Villagrán Muñoz y Alfonso Batres Valladares y yo mismo. Recuerdo haber visto en actividades a compañeros chilenos como Jaime Estay Reino y posteriormente a académicos de gran valía y militantes comunistas como Ruth y Bjorn Holmgren.

Desgraciadamente necesitaría de la ayuda de algunos otros participantes de esos esfuerzos para recordar los nombres de otros compañeros que también participaron y cuyo rostro tengo en la memoria. El FRESOLA fue algo que surgió al calor del estallido revolucionario centroamericano comenzado con el triunfo de la revolución sandinista en 1979. Después con el ascenso insurgente en Guatemala y El Salvador. Agitó el FRESOLA la solidaridad con las luchas revolucionarias en América Latina y la denuncia de los crímenes de las dictaduras militares.

Estos hechos le daban continuidad a las luchas insurgentes y a la denuncia de su represión por parte de las dictaduras del Cono Sur. Después de la gran insurrección del FMLN en EL Salvador en noviembre de 1989, Cantuta Espinoza y otros compañeros quisieron reactivar el FRESOLA, pero no hubo éxito.

"Los exiliados pusimos nuestra experiencia al servicio de las reformas curriculares": Carlos Figueroa Ibarra

¿Qué nombres destacarías en el conjunto de académicos guatemaltecos exiliados en Puebla y cuál fue tu papel, o el de otros académicos, en el apoyo a otros compañeros que escapaban del terror en Guatemala?

El primer exiliado guatemalteco y más ilustre de todos que se vinculó a la UAP fue el gran historiador Severo Martínez Peláez, quien arribó a Puebla a mediados de 1979. Había salido al exilio en enero de ese año porque su vida estaba en peligro. Severo se encontró en Puebla con la familia de Manuel Andrade Roca, un dirigente universitario y del PGT quien había sido asesinado el 14 de febrero de ese año. Los Andrade Roca son en realidad poblanos también pues son fruto de la unión matrimonial de Don Agustín Andrade con la guatemalteca Betzaida Roca.

Severo Martínez Peláez

Severo Martínez Peláez en sus últimos años / Imagen: cortesía de FLACSO Guatemala (flacso.edu.gt)

Don Agustín era un ex diputado del PRI y figura vinculada al avilacamachismo desde la década de los cuarenta del siglo XX. Por ello, los Andrade Roca vivieron en Puebla en su infancia y adolescencia. Entre ellos Manolo Andrade Roca, quien incluso fue compañero de Alfonso Vélez Pliego cuando ambos estudiaban la primaria en el Instituto Humboldt. Manolo, nacido en Puebla, decidió irse a Guatemala cuando era un adolescente y allí se unió al movimiento revolucionario hasta que fue asesinado. Su hermano Jorge, un músico de gran valía, es maestro en la Escuela de Música de la BUAP.

En el segundo semestre de 1980 y primer semestre de 1981, llegamos otros exiliados más. Entre ellos Alfonso Batres Valladares, Lorena Carrillo, Ernesto Godoy, Samuel de León, Francisco Villagrán Muñoz, Emilia de Villagrán, Eugenio Aragón (quien sumó este exilio a otro de larga duración en Chile), Carlos Alberto Castañeda, Manuel Urrutia, Mario Torres (después ministro de Educación en Guatemala), Herbert Morales, Felipe “Tiky” Magaña, Edwin Mejía Palma, Marco Antonio Cortéz, posteriormente Coralia Gutiérrez, Jorge Monterroso, Indiana Torres y Sergio Tischler.

Tiempo después se incorporó a la Facultad de Derecho José Emilio Rolando Ordoñez quien fue un gran especialista en derecho indígena. Menciono solamente a los que tuvieron acogida en la UAP. Buena parte de nosotros éramos militantes y rápidamente organizamos la solidaridad con el movimiento revolucionario guatemalteco y contra la dictadura militar. También para apoyar a compañeros y compañeras que venían huyendo de Guatemala o bien que estaban de paso en el cumplimiento de sus labores revolucionarias.

¿Cómo fue surgiendo un núcleo académico de exiliados guatemaltecos y cuáles fueron sus aportaciones a la UAP?

He empezado a responderte esta pregunta líneas atrás. Los exiliados guatemaltecos nos vinculamos a la docencia y a la investigación en el ICUAP, la Escuela de Filosofía y Letras en el Colegio de Antropología Social y en el de Historia, la Escuela de Administración Pública, la Facultad de Derecho, la Facultad de Medicina, la Facultad de Estomatología y también en ciertos departamentos administrativos.

La UAP fue sumamente generosa con nosotros y con los exilios chileno, argentino, uruguayo, haitiano, guatemalteco, salvadoreño y nicaragüense. Buena parte de los exiliados guatemaltecos fueron activos docentes en sus respectivas unidades académicas. No pocos estudiantes de aquella época, ahora profesionistas universitarios, recordarán la impronta que tuvo en ellos el ejercicio de la docencia de los académicos guatemaltecos que arribaron a Puebla huyendo de la represión.

Al igual que los otros exilios, los académicos guatemaltecos también tuvimos participación en las instancias de gobierno universitario y pusimos nuestra experiencia al servicio de las reformas curriculares y otras actividades vinculadas a la elevación del nivel académico de la universidad. Severo Martínez, autor de una influyente obra La patria del criollo, continuó en la BUAP sus notables dotes docentes y publicó desde el ICUAP una primera versión de Motines de Indios.

Ambos libros son una referencia en la historiografía latinoamericana. Severo y yo, fuimos parte del grupo de académicos que fundó el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. En la actualidad Sergio Tischler y mi persona seguimos activos en la universidad y en el posgrado de sociología del ICSyH-AVP, como también Coralia Gutiérrez en el Posgrado de Historia y Lorena Carrillo en el de Ciencias del Lenguaje.

¿El doctorado honoris causa que te entregó la Universidad de San Carlos de Guatemala en 2019 cierra una herida vital en tu trayectoria?

De los académicos exiliados en Puebla, hemos sido distinguidos con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala, Severo Martínez Peláez y mi persona. La respuesta a tu pregunta casi puedo hacerla en nombre de los dos, porque nuestro caso es parecido. Severo abandonó por última vez el campus de la USAC la tarde del 25 de enero de 1979.

La muerte lo rondaba desde fines de 1978 cuando recibió el aviso de que sería asesinado en 1979 junto a los dos máximos dirigentes socialdemócratas Manuel Colón Argueta y Alberto Fuentes Mohr, el dirigente universitario y comunista Manuel Andrade Roca y el filósofo Rodolfo Ortiz Amiel. Cuando asesinaron a Fuentes Mohr, Severo decidió abandonar el país e irse al exilio. Rodolfo Ortiz Amiel hizo lo mismo. Colom Argueta y Manolo Andrade Roca fueron asesinados poco después. Severo nunca regresó al campus de la USAC, solamente fue al Salón General Mayor “Adolfo Mijangos López” de la antigua Facultad de Derecho en 1993 cuando recibió el Doctorado Honoris Causa. Para entonces Severo ya estaba muy disminuido por su enfermedad, la cual se lo llevó en enero de 1998.

Placa en memoria de Alberto Fuentes Mohr en el cementerio de Quetzaltenango, Guatemala

Placa en memoria de Alberto Fuentes Mohr en el cementerio de Quetzaltenango, Guatemala / Imagen: cortesía de Mapeo de la Memoria

Cuando el Consejo Superior Universitario de la USAC me honró con el Doctorado Honoris Causa y me lo entregó el 12 de octubre de 2019, sentí que me había sucedido lo mismo que a mi querido mentor. Como él, había salido huyendo del país el 20 de abril de 1980, porque la dictadura estaba a punto de asesinarme. De los siete amenazados de muerte por el Ejército Secreto Anticomunista en la lista de la que formé parte, fueron asesinados tres. Como Severo, ese día estaba en el Salón General Mayor de la USAC recibiendo un Doctorado Honoris Causa.

Por su padecimiento, Severo no tuvo plena conciencia del honor que estaba recibiendo. A diferencia de él, yo si la tuve y he sentido que al igual que con él, el honor recibido reivindica a toda la inteligencia asesinada por la dictadura. Nunca se cerrarán las heridas que nos deja el haber sido sobrevivientes de la dictadura, el haber perdido amigo/as, compañero/as y familiares. Puedo decir que la mayor parte de mis amigo/as compañero/as de aquellos días no llegaron a los 30 años. Pero nuestra única venganza ha sido y será, volver a ser felices.

¿Guatemala ha cerrado en falso la larga historia de represión e impunidad que caracterizó su vida política?

En efecto, la metáfora es correcta. Los Acuerdos de Paz de 1996 fueron lo mejor que pudo haber logrado la insurgencia guatemalteca en un contexto de derrota militar y derrota mundial por el derrumbe soviético y el auge neoliberal. Pero en todos los años transcurridos desde entonces, la izquierda nunca tuvo la fuerza suficiente para que esos acuerdos de paz se volvieran realidad plena. El resultado hoy es un Estado fallido o cerca de serlo, cooptado por la voracidad oligárquica-neoliberal, el delito económico organizado (la corrupción) y el crimen organizado.

El conjunto de fuerzas que hegemonizan ese proyecto delincuencial es el denominado Pacto de Corruptos. La violencia ha pasado de su faceta contrainsurgente a una violencia delincuencial (común y organizada) combinada con la que ejercen los grandes capitales vinculados al extractivismo. Hoy el conflicto va más allá del que radica entre derecha e izquierda. También tiene que ver con el que enfrenta a corrupción contra decencia.

"Esa relación de nombres es homenaje a la solidaridad internacionalista de nuestra universidad": Carlos Figuera Ibarra

Visto en perspectiva histórica, ¿cuál es la aportación y el legado de los exilios latinoamericanos, y en especial del guatemalteco, en la historia de la BUAP?

Esta respuesta te la voy a dar pidiendo disculpas de antemano por si omito algún nombre. No me referiré tanto a los guatemaltecos porque ya he hablado de ello antes. Es probable que mis omisiones se deban a que te estoy respondiendo desde el área social humanística de la BUAP.

También hay que decir que no solamente hay que mencionar el aporte que los desterrados del Cono Sur, Centroamérica y el Caribe le dimos a la BUAP, sino también el que nuestra universidad nos dio a nosotros creando condiciones muy buenas para nuestro desarrollo intelectual y superación académica. Exiliados y migrantes nos beneficiamos de los permisos otorgados por nuestra Casa de Estudios para que pudiéramos obtener maestría y doctorados y con los recursos para publicar nuestros resultados de investigación. Muchos de nosotros/as hemos llegado adonde llegamos por el generoso auspicio de la BUAP.

Probablemente el núcleo más importante de exiliados incorporados a la BUAP provenga de Argentina, particularmente de la ciudad de Córdoba. Pero el listado que ofrezco a continuación evidencia que los exiliados o migrantes por causas políticas, provinieron de muchos lugares. Así las cosas, no puedo dejar de mencionar el aporte de los eminentes fisiólogos chilenos Bjorn y Ruth Holmgren al Instituto de Fisiología. El que hicieron el filósofo argentino Óscar del Barco y los historiadores haitianos Benoit Joachin, Michel Hector y Guy Pierre así como la historiadora chilena Nora Gatica Krug al ICUAP. El historiador argentino Juan Carlos Grosso y el guatemalteco Severo Martínez Peláez en el ICUAP y después en el ICSyH-AVP.

Severo también dejó una impronta en los Colegios de Antropología Social e Historia. El aporte al Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de Aída Gambetta y Ana María del Gesso (Argentina) Alba Díaz (Uruguay) y Hugo Duarte (Chile). Al Colegio de Historia el de César Pellegrini (Argentina). Al Colegio de Antropología Social después de permanecer exiliados en Suecia llegaron Abel Madariaga y Hugo Trinchero (después director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires) y Carlos Okada (quien llegó a México después de ser prisionero de la dictadura militar argentina).

Abel Madariaga con su nieto recuperado en 2010

Abel Madariaga, junto a su hijo Francisco (1977-2020), cuya identidad fue recuperada por las Abuelas de la Plaza de Mayo / Imagen: cortesía de abuelas.org.ar

Allí también trabajó la argentina Susana Percaz. A su regreso a Argentina, Abel Madariaga se volvió un activista importante de Abuelas de Plaza de Mayo buscando a su hijo, que fue secuestrdo por los militares que mataron a su esposa. Hay que mencionar la contribución que hicieron en lingüística y semiótica Raúl Dorra, María Isabel Filinich, Luisa Ruiz Moreno y Rodolfo Santander (Argentina). Óscar Correas (Argentina) fue el gran impulsor de la crítica del derecho y fundador de la revista Crítica Jurídica. Ana Maria Magaldi (Argentina) fue durante un buen tiempo la editora de la entonces revista más importante de la BUAP, Crítica. Proveniente de Colombia, se recuerda a Jorge Barahona, quien se desempeñó en la carrera de Ingeniería Civil.

En el ICUAP hay que mencionar a salvadoreños, como el químico Carlos Barahona y a la bióloga especialista en toxicología Anabella Handal (hija del líder histórico del FMLN Schafick Jorge Handal). También al químico Eduardo Campos Reales (hijo de comunista salvadoreño, uno de los fundadores del PGT). Igualmente proveniente de El Salvador, debo mencionar al arquitecto Gonzalo Yanez Díaz, exrector de la Universidad de El Salvador, quien ha hecho aportes al estudio de la arquitectura colonial en Puebla Inolvidable huella dejó en el Colegio de Filosofía la impresionante erudición de Angelo Altieri Megale (Italia).

El Ing. Luis Rivera Terrazas, además de físico y astrónomo impartió docencia sobre historia de la ciencia en las escuelas de Física-Matematicas y Filosofía y Letras. Su vocación lo llevó a tener amistad con el físico matemático, epistemólogo y filósofo de la ciencia alemán Thomas Brody, quien temporalmente se vinculó a nuestra casa de estudios. Varios argentinos deben ser agregados a los ya mencionados: José María Giner y Oscar Terán (Filosofía), Elida Peretti (Psicología), Luis María Mumo Gatti (Antropología) así como Clara Kielak, Carlos Brega, Alberto Sladogna, Judith Pavlov.

No puede omitirse al oncólogo boliviano Moisés Abraham Baptista, fundador del área de oncología del Hospital Universitario de la UAP. EL Dr. Abraham llegó a México en el contexto de su vinculación con la autopsia del cadáver de Ernesto Che Guevara.

El chileno Alejandro Witker (sobreviviente de un campo de concentración pinochetista) fundó el Centro de Estudios Latinoamericanos Salvador Allende (CELASA) una parte de cuyo acervo después se fundió con el del ICSyH-AVP. Otro chileno, antiguo militar, abogado y poeta, José Suárez Donoso, fue profesor en la Facultad de Derecho y fundó la librería Teorema en el centro de la ciudad. Huyendo del golpe de estado en Chile, arribó Clara Ureta Calderón quien llegaría a ser una activa sindicalista con el SUNTUAP. En Ciencias Químicas deben mencionarse a los chilenos Dino Gnieco Hernán y Guillermo Negrón Silva así como al argentino Pedro Alíster.

Otra chilena ilustre que que llegó después del golpe de estado pinichetista fue Colontai Poblet, organizadora del Circulo Infantil Universitario.

En el campo de las matemáticas deben ser recordados Segismundo Maur, Adriana Echeverría y Horacio O’Brien provenientes de Argentina. En la Facultad de Administración desempeñaron o desempeñan docencia los salvadoreños Luis Ernesto Arévalo y Fabio Castillo así como el chileno Fabio Rodríguez Korn. Otro salvadoreño fue Héctor Samur quien organizó un seminario sobre Marx en el Colegio de Filosofía antes de incorporarse a la insurgencia en su país.

En la Facultad de Medicina puede referirse a Jaime Estay (padre), Rodolfo Martínez (Argentina), Eugenio Aragón e Indiana Torres (Guatemala). Indiana es actualmente integrante de la Comisión Institucional para el Seguimiento y Evaluación para la Pandemia por el SARS CoV-2. Además, Eugenio Cornejo (exprisionero en el Estadio Nacional de Chile) y Jenny Fischer (Chile). En la de Economía se debe nombrar a Jaime Estay Reyno (Chile), Susana Rappo (Argentina) y Luc Smart (Haití)

En diversas facultades y en el ICSyH-AVP es necesario mencionar a Gloria Marroni (Brasil), Florencia Correas, Marcelo Gauchat, Silvia Kiskowsky, Miguel Ángel Cuenya, Oswaldo Tamaín (Argentina), Jorge Lora (Perú), Ana María Ashwelll y Carlos Mallorquín (Paraguay), así como a Rosalina Estrada (Nicaragua) En la licenciatura en Danza a Patricia Estay (Chile), en la de Psicología a Isabel Stange (Chile). En las labores de corrección editorial en varias revistas y libros, entre ellas Bajo el Volcán, se desempeñó la argentina Susana Plouganou. Igualmente, Horacio Plouganou trabajó en Extensión y Difusión de la Cultura.

Finalmente, no puedo olvidar a Héctor Bruno Depetris (Argentina), quien además de ser profesor en el Colegio de Historia, fue el jefe de campaña de Luis Ortega Morales en la memorable contienda electoral por la rectoría de 1981. Y también al cordobés Enrique Cárpena, profesor investigador especialista en metodología de la investigación, quien desempeñó funciones similares en la campaña por la reelección rectoral de Alfonso Vélez Pliego en 1984.

En esta larga lista de nombres que he consignado, muy probablemente falten no pocos de aquello/as a las cuales la BUAP dio cobijo. El poder contar con ese alero significó para los nombrados aquí y los que no he mencionado, una oportunidad de rehacer sus vidas. Sea esta relación un homenaje a la solidaridad internacionalista de nuestra universidad.

PUEDES LEER LA ENTREVISTA EN BUAP, Crónica universitaria

Ibero Puebla

Urge acción estatal contra todas las formas de violencia de género

El feminicidio es la expresión más grave de un continuum de violencias. Para prevenirlo, es necesario visibilizar, comprender y erradicar las múltiples agresiones contra la mujer.



  • Puebla es cuarto lugar nacional en mujeres desaparecidas. En México, un total de 486 mujeres han sido asesinadas en la entidad entre 2015 y 2020.



Para contribuir a revitalizar las voces apagadas por la violencia machista día con día, la IBERO Puebla realizó una mesa de diálogo donde la perspectiva de las expertas en feminicidios fue trastocada por los ecos de quienes han vivido la tragedia de primera mano.

La maestra rural Patricia Mora Herrera, asesinada el 10 de noviembre de 2017, era consciente de las múltiples desigualdades e injusticias sociales que existen en el país y el mundo. Esos problemas, latentes en una comunidad donde las personas en edad escolar desertan en búsqueda de mejores oportunidades, la interpelaban día a día.



La docente nunca fue reconocida por la Secretaría de Educación Pública. Aun así, se levantaba a las cinco y media para llegar a trabajar a las ocho, pues se trasladaba desde Totoltepec hasta Zacapoaxtla. Fue asesinada mientras regresaba del trabajo. En México, prolifera una desesperanza que supone morir en vida; la existencia se pierde como un líquido, lamentó su hermano, Jacobo Mora Herrera.

Hace casi un año, Patricia tuvo una justicia retributiva a nivel penal, pero, como reflexionó el escritor, quedan heridas por sanar ante la ausencia de una compensación. De ahí que el escritor destaque la importancia de generar una teoría que esté cercana a las víctimas y sus experiencias: a través de la lucha social se han franqueado los muros de lo académico para dejar un registro de memoria.

Historias como la de Patricia explican por qué instancias internacionales han señalado con preocupación la condición de México con respecto a la violencia de género, tanto por su brutalidad como por su impunidad. Esto ha supuesto que a nuestro país se impongan reglas específicas, como una rendición de cuentas en la materia cada dos años (el resto de los países lo hace cada cuatro).

Ante organismos como la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), el Estado mexicano argumenta que no existen mecanismos para aplicar los protocolos Amber y Alba, lo que refleja la falta de voluntad política para que esto ocurra. Además, la búsqueda de personas no se da con base en los estándares internacionales.

Así lo explicó Patricia Olamendi Torres, integrante de Red Seguridad Justicia y Paz para las Mujeres. Mientras la CEDAW exige que exista un protocolo de investigación crítica en materia de violencia feminicida, nuestro país cuenta con un conjunto de principios elementales que no corresponden a las necesidades reales.

Actualmente, las autoridades han optado por reducir el número de feminicidios a través de la tipificación de los posibles casos como homicidios. Estamos viendo una autoridad omisa que sigue alimentando la impunidad. Por el contrario, recordó la experta, se ha volcado a la represión de las expresiones de protesta y búsqueda de justicia.

De enero a septiembre de este año, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 704 feminicidios a nivel nacional; en Puebla, 40. Con respecto a 2015, hubo un aumento del 70% en la entidad. A partir de las razones de género, las autoridades tendrían que investigar toda muerte violenta de mujeres como feminicidio, lo cual no ocurre.

__________________________________________________________________________________________________

Requerimos que se permita la participación de las víctimas y que la verdad que se dé en los casos sea aquella que se apega a una investigación adecuada y a un respeto por los derechos de las familias: Ana Lorena Delgadillo.

__________________________________________________________________________________________________

A nivel estatal, el año pasado se cometieron 79 probables feminicidios. La pandemia no ha hecho que esto disminuya: enero, febrero y junio son los meses donde más feminicidios se han registrado en 2020. Estas cifras fueron presentadas por Ana Laura Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género, área del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla.

La impunidad obstaculiza el acceso a la justicia: entre 2012 y 2017 hubo 82 procesos por feminicidio en Puebla; solo 15 tuvieron sentencia. Por si fuera poco, de los municipios donde se registraron posibles feminicidios, en 26 de ellos había declaratoria de alerta de género, lo que devela que esta estrategia no ha ayudado a erradicar la violencia feminicida.

Mirar hacia el pasado permite tener una visión clara del camino transitado. En 2003, la ONU realizó un informe sobre los feminicidios en Ciudad Juárez. Si bien ha habido avances en materia de políticas públicas, las prácticas denunciadas en aquel entonces siguen siendo una realidad: falta de perspectiva de género y de recursos, ausencia de coordinación interinstitucional, maltrato hacia las víctimas, y fallas a la tipificación del delito.

Para Ana Lorena Delgadillo de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, no se puede pretender que deje de haber violencia contra la mujer si las instituciones mandan el mensaje de impunidad a través de la falta de investigación adecuada.

Gracias a casos emblemáticos como el de Karla Pontigo se ha permitido instaurar la responsabilidad por cadena de mando, lo que obliga a las fiscalías a realizar un trabajo cabal y efectivo. Por ello, invitó a recuperar los logros que se han tenido y a revisitar los diagnósticos previos para comprender el espacio y tiempo en el que nos encontramos.

En su mensaje de clausura, Rosario Arrambide González, directora del IDHIE, reconoció el dolor por un Estado ausente que, pese a tener conocimiento de la violencia, no ha adoptado medidas para garantizar la seguridad de todas las personas. Recalcó que, frente a tales contextos, surge un deber de diligencia estricta frente a las denuncias de desaparición.

Al mismo tiempo, se observa la resistencia representada por las familias en la búsqueda incansable de justicia y verdad frente a la falta de respuesta institucional, misma que se manifiesta en los movimientos, colectivos, organizaciones y universidades que se unen a estas exigencias.

Los horizontes de esperanza los dan, igualmente, las personas que exigen justicia ante la ausencia de sus seres amados y de miles de personas en todo el país. Que las autoridades no sean ajenas al dolor de las familias y que les permitan llegar al horizonte de esperanza, cerró.

Comunicado del Comité Estatal de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción sobre las afirmaciones de la diputada de MORENA Olga Lucía Romero Garci-Crespo respecto al trabajo del CEPC

3 de diciembre de 2020

La diputada de MORENA Olga Lucía Romero Garci-Crespo, quien preside la Comisión Inspectora de la Auditoría Superior del Estado del Congreso Local, en sesión pública celebrada el miércoles 2 de diciembre, hizo las siguientes afirmaciones:

“En el caso del Comité Estatal de Participación Ciudadana se observan mínimos o nulos resultados y resulta revisable la situación si se estarán cumpliendo los objetivos, si se está justificando el gasto de sus honorarios. De todos los comités de participación ciudadana de toda la República, incluyendo el del Sistema Nacional, los integrantes del de Puebla perciben los honorarios más altos. De todas las autoridades del estado de Puebla, digamos gobernador, presidentes municipales, jueces, magistrados, diputados, titulares de organismos constitucionales autónomos, no hay uno que perciba cerca de los 120 mil pesos mensuales que le cuestan a las y los poblanos. Creo que pocos o nadie conoce sus aportaciones que tienen hacia la sociedad”.



Ante tales calumnias que rayan en la agresión, nosotros, los integrantes del Comité Estatal de Participación Ciudadana (CEPC) queremos responder lo siguiente:

La Ley del Sistema Anticorrupción del Estado de Puebla nos obliga a publicar un Plan de Trabajo y un informe anual de nuestras actividades que se presentan y entregan a los tres poderes estatales. Estos documentos, junto con nuestras minutas de trabajo, pronunciamientos, acciones, honorarios, etcétera, relacionados con nuestras atribuciones legales SON PÚBLICAS y se encuentran a disposición de la ciudadanía en nuestra página cpcpuebla.org.mx, la cual es financiada con nuestros propios recursos. Si la diputada Romero se dio a la tarea de analizar todo ese trabajo que se ha hecho, su afirmación de que nuestros resultados han sido “mínimos o nulos” es una falsedad; y si no hemos logrado más es porque el gobierno del estado que encabeza Luis Miguel Barbosa (que como senador aprobó la Ley Nacional del Sistema Anticorrupción) no ha tenido la voluntad de dialogar (y aclarar lo que se tenga que aclarar) y trabajar con nosotros en el combate a la corrupción. Esto ya lo dijimos y documentamos en nuestro informe de noviembre de 2020.

En cuanto a nuestros honorarios, negamos categóricamente que ganamos 120 mil pesos mensuales y que tenemos los sueldos más altos de toda la administración pública estatal y de todos los CEPC en el país. Esta es una afirmación que no pasa la prueba de la más mínima objetividad acompañada de evidencias. Se trata de una calumnia que en conferencia de prensa del 25 de junio de 2020 hizo pública el gobernador Barbosa y un día después tuvo que desdecirse (ver conferencias de prensa del gobernador de los días 25 y 26 de junio de 2020). El intento de reducir nuestros honorarios de 104 mil pesos (menos impuestos nos quedan alrededor de 70 mil pesos netos) a 30 mil pesos (menos impuestos) a partir de enero de 2020 por parte del Órgano de Gobierno del Sistema Anticorrupción cuya voz cantante fue la anterior secretaria de la Función Pública, Laura Villaseñor (que es a quien deberían llamar a cuentas por el desastre en el que dejó al Sistema Estatal Anticorrupción y por las calumnias que sembró y que hoy la gente desinformada o mal informada repite sin pudor) es un asunto que se está resolviendo en tribunales federales (donde, por cierto, hemos ganado tres suspensiones definitivas).

Por último, quienes afirman conocer poco o nada sobre nuestras aportaciones es porque poco o nada están interesados en el combate a la corrupción y en lo que el Comité de Participación Ciudadana, junto con académicos de distintas universidades y organizaciones de la sociedad civil hemos hecho en la materia durante estos tres últimos años, ya que todo lo que hemos propuesto y realizado está a disposición del público. Sólo hay que utilizar un buscador de internet y encontrarán toda nuestra información.

Debido a que en la misma sesión de la Comisión las y los diputados se negaron en su mayoría a tener un diálogo con nosotros, les invitamos cordialmente a que se informen sobre qué es el Comité Estatal de Participación Ciudadana y cuál es su papel en el Sistema Estatal Anticorrupción. Se darán cuenta que, si en lugar de continuar con un conflicto innecesario, estéril e inútil (originado por una persona que ya ni en Puebla está), y nos sentáramos a dialogar con diputadas y diputados y, sobre todo, con el gobierno del estado, con el fin de trabajar juntos en el combate a la corrupción, hoy tendríamos en Puebla un Sistema Estatal Anticorrupción que sería un referente nacional como lo veníamos siendo hasta antes de 2020.



Atentamente

COMITÉ ESTATAL DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA

María del Carmen Leyva Báthory, comisionada presidenta.



Francisco Javier Mariscal Magdaleno, comisionado.

José Alejandro Guillén Reyes, comisionado.

Eira Zago Castro, comisionada.

Jueves, 03 Diciembre 2020 00:00

Un Estado débil protege poco a la gente

Estado y sociedad

(Ilustración de portadilla: Víctor Solís en revista Nexos)
Un Estado debilucho
Según cifras publicadas recientemente por la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), México tiene un gasto público, destinado a proteger a sus habitantes de las inclemencias del mercado, muy reducido, muy pequeño. De ahí que la desigualdad, la pobreza y los daños causados por catástrofes como la que nos ha azotado todo este año, crezcan cada vez más. Mientras los países analizados por este organismo erogaron un promedio de 20% de su PIB en distintos renglones del gasto social, México apenas destinó el 7.5% (en 2019).
Evidentemente estamos muy lejos de los países ricos como Francia (30%) o Alemania, Italia y Austria que presupuestaron un poco menos. México está incluso por debajo de Colombia (13.1%) Chile (11.4%) y Costa Rica (12.2%) Somos el último de la lista de la OECD. Dentro de este tipo de gasto, México ha realizado una inversión muy pequeña en servicios de salud. El año pasado le destinamos apenas un 2.8% del PIB mientras que Costa Rica, Colombia y Chile erogaron 5.4; 4.8 y 4.5% respectivamente. Para no mencionar a Francia o Alemania que pusieron más del 8%. Además, en las décadas anteriores, este gasto fue mal administrado, según nos han informado las autoridades actuales, lo que da una idea de la poca capacidad de respuesta que hemos observado frente a las enfermedades crónicas y las epidemias. Otro renglón en que México invierte poco es el destinado a beneficios en efectivo para dotar de ingresos a la población en edad de trabajar. Se trata de pagos por enfermedades e incapacidades; apoyos a familias con hijos pequeños; y también aquellas destinadas a políticas activas (promoción del empleo, capacitación, ayudas fiscales) y pasivas (seguro de desempleo). Mientras el promedio de los países de la OCDE gasta un 3.7% en estos renglones, nuestro país apenas le ha destinado un 0.5%. Y es que las políticas neoliberales se afianzaron en México crudamente. Los ajustes al gasto público que tuvieron como objetivos obtener presupuestos nivelados, contener la deuda y no elevar impuestos llevaron a que las partidas previstas para proteger a la gente se mantuvieran en niveles bajos y completamente insuficientes. Se trata de una política que ya lleva tiempo. El gasto social se ha mantenido prácticamente igual en los últimos diez años (7.4% en 2010, 7.2 en 2018 y 7.5 en 2019).
La OCDE advierte que la pandemia del COVID-19 seguramente aumentará este tipo de erogaciones al presentarse un aumento de la demanda de servicios de salud y la necesidad de apoyar a la población, mediante distintas formas, por los daños económicos y los empleos perdidos. Por ejemplo, subsidios de corto plazo a trabajadores desempleados; ayudas a los padres y a sus niños y niñas que no pudieron asistir a las escuelas cerradas por razones sanitarias. Sin embargo, México parece ser otra vez una excepción como lo demuestra el presupuesto andrajoso aprobado por el Congreso para 2021. Comparado con casi todos los países del mundo, el gasto social de éste y el próximo año han observado aumentos raquíticos. Los renglones que componen este tipo de gasto son un reflejo bastante fiel de lo que hace un Estado nacional para proteger a sus ciudadanos de la pobreza, las enfermedades, el rezago educativo, la falta de vivienda, la carencia de empleos bien remunerados. Si estas erogaciones son pequeñas, eso quiere decir que las capacidades estatales son reducidas.
El Consenso de Washington promovió el debilitamiento del Estado, alegando que de esta manera se abriría el horizonte para un crecimiento más rápido pues las empresas no tendrían que pagar más impuestos, la inflación estaría controlada, y no tendría la competencia “desventajosa” de la inversión estatal. Como ya comprobamos en casi todo el mundo, estas recetas no sólo no cumplieron con esta promesa, sino que además condujeron a una desigualdad de ingresos y de riqueza sin precedentes y alentaron la inestabilidad política y social. Desde luego, aún en los países ricos donde el gasto en salud ha sido históricamente alto, la pandemia vino a dejar en claro el costo en vidas humanas que dejaron las políticas neoliberales, ya que en estas naciones también se congelaron las inversiones o se privatizaron los servicios sanitarios. El ogro filantrópico; el Estado obeso; las economías mixtas burocráticas e ineficientes, fueron algunos de los términos que se utilizaron para restarle fuerza a la administración pública en aras de abrir el paso a una mayor libertad a los mercados. Incluso se ha llegado a pensar que un Estado débil equivale a un estado democrático y, por lo contrario, que uno fuerte, con crecientes capacidades para proteger a sus ciudadanos, llevan a las dictaduras, los populismos y otras formas despóticas de gobierno.
Ahora que la pandemia ha mostrado los saldos adversos de los paradigmas neoliberales, sus defensores voltean a ver a otro lado y nos proponen reflexionar sobre la importancia de los contras pesos al poder presidencial para conservar el clima de libertades y los avances democráticos que, según ellos, hemos alcanzado. Olvidan que, en realidad, hemos vivido una pesadilla repleta de episodios de violencia, inseguridad, saqueos y bandidaje que han carcomido las instituciones públicas. No quieren reconocer que hemos transitado hacia un sistema político fácilmente vulnerable, abusado por las mafias, y acorde con una administración pública que ha sido sistemáticamente desmantelada. Y es que un Estado débil es incapaz de promover el respeto a los derechos humanos. O, dicho de otra manera, sólo un régimen con las capacidades necesarias en términos fiscales, administrativos y económicos puede garantizar que estos derechos sean exigibles y se traduzcan en mejores políticas púbicas para combatir las carencias y afectaciones de las personas. Un Estado fuerte puede ser más o menos democrático: o si se prefiere más o menos autoritario. Pero, un Estado flaco, irremediablemente dará lugar a que las minorías poderosas que juegan en el mercado se impongan sobre la mayoría de los ciudadanos. Una administración púbica robusta, sin duda, tendría que ser acompañada por una participación ciudadana exigente, para obligar a una rendición de cuentas y a la corrección de errores y desviaciones.
Por ello, resulta extraño que la 4T piense, por ejemplo, que la corrupción se debe, como dice el dicho a que, en cofre abierto, hasta el más justo peca, cuando en realidad se trata de un sistema de complicidades que se aprovecha de las debilidades estatales para actuar impunemente. También sorprende la insistencia en aplicar una política de austeridad presupuestal cuando se necesita que el Estado responda de la mejor manera posible o, como dice la UNCTAD, con todo lo que sea necesario, para proteger a sus ciudadanos. O que la capacidad de endeudamiento del gobierno federal se entienda como un factor absoluto cuando en realidad depende de los ingresos fiscales, las necesidades presentes y futuras de la sociedad, y de una estrategia encaminada para fortalecer las instituciones públicas. Peor aún resulta pensar que la negativa a emprender una reforma fiscal puede formar parte de un plan destinado a mejorar el nivel de vida de la gente cuando lo que estamos observando es un resultado de un proyecto de adelgazamiento que lleva ya casi cuatro décadas, debido a la presión de los intereses de un estrato de ricos y super ricos que no quiere pagar más contribuciones, lo que ha llevado, entre otras muchas cosas, a tener un sistema de salud enano. En fin, en pleno siglo XXI, retomar el propósito de construir un Estado con mayores recursos fiscales; con una administración diestra y trabajando con un patrón laboral decente; con instituciones saneadas, pero igualmente aptas, humana y materialmente, para atender los reclamos ciudadanos; y con un plan multianual que dirija la inversión privada mediante una creciente inversión pública: en una palabra, levantar un Estado fuerte, debería ser la lección que nos ha dejado esta pandemia. Desafortunadamente, parece que no todos hemos entendido el mensaje de la misma manera.
saulescobar.blogspot.com

Fórmula 1

Cortos del GP De Bahrain 2020

1033º de la Historia de la F1. 5to de la Temporada





Milagro en terrible accidente de Grosjean. Gana Hamilton, lo que no es milagro

Interesante Carrera por lo accidentado de su inicio. Primero GROSJEAN en escalofriante accidente saliendo de la curva 3, en la que se impactó contra la barrera de contención derecha. El choque provocó la explosión y el incendio de su monoplaza. Bandera roja que suspende la competencia por una hora y veintiocho minutos. Al reiniciarse la carrera, comenzando la vuelta 3, de nuevo otro accidente. Esta vez STROLL se enllantó con KVYAT y esto provocó la volcadura del auto rosado. El canadiense salió ileso.



En las Prácticas Libres del viernes dominio de Mercedes y en la libre del sábado VERSTAPPEN fue el más rápido. En la Calificación de nuevo Mercedes marcando los mejores tiempos y en la Q3 HAMILTON consigue su 98ª Pole Position, imponiendo récord en el Circuito de Bahréin.

Ya el domingo con el cielo obscuro y con una temperatura ambiente de 25ºC y 28ºC en la pista, los autos participantes salen a la vuelta de reconocimiento y posterior acomodo en la parrilla; HAMILTON, BOTTAS, VERSTAPPEN, ALBON, PEREZ, RICCARDO, OCON, GASLY, NORRIS Y KVYAT, en los 10 primeros. Los once primeros con amarillas. Bandera verde en la parte trasera de del emparrillado, comienza el encendido de los semáforos, los cinco rojos, se apagan y comienza la carrera. Muy buena arrancada de HAMILTON, VERSTAPPEN Y PEREZ, mala para BOTTAS y ALBON.

En la parte trasera muy apretados todos y saliendo de la curva tres, inexplicablemente, GROSJEAN mueve su auto a la derecha cerrándole el paso a KVYAT, que toca la llanta trasera derecha del Hass No. 8 y lo desvía hacia la barrera de contención. Fortísimo golpe de frente, a más de 220 Km/Hr, con lo que vence la resistencia de las tres hileras metálicas del guardarriel y que parte en dos el monoplaza. Explosión e incendio de la parte delantera del auto que, increíblemente, queda del otro lado de la barrera con el piloto francés en medio de las llamas. Eternos segundos en los que no se veía a GROSJEAN, quien de repente apareció en medio de las llamas. Afortunadamente el “Medical Car” iba segundos atrás del pelotón así que de inmediato acudieron a ayudar a los auxiliares de pista que ya estaban activando los extinguidores. Ian Roberts, Delegado Médico de la F1, llegó primero y ayudó a GROSJEAN a brincar la barrera. ¡De película!

La buena y la mala suerte de Romain Grossjean / Juan Fuentes
En la vida siempre hay que tener buena suerte en los momentos difíciles, es el caso de Romain, su accidente que salió de las manos del piloto y de los asistentes de pista, y en ese momento hizo trabajar todos los sistemas de seguridad de la F1 y la FIA.
La mala suerte:
Se encontró con Kvyat en la recta donde no hay barreras para mitigar los impactos frontales, la celda de combustible que va justo en la espalda del piloto, derrama el combustible que está en las líneas que van al motor, incendiando el auto de inmediato, el piloto queda sobre el banco de baterías que nunca se deben exponer al fuego, el resultado es un impacto de frente contra las barreras a 220 km/h y se generan más de 50 gravedades de fuerza hacia el frente, el extinguidor automático del auto queda en la parte de atrás que se desprende. La F1 Nunca había visto algo así.
La buena suerte:
Las condiciones más importantes a favor de Romain.
1) El piloto soportó las 50 fuerzas G del impacto frontal sin desmayarse.
2) El habitáculo quedo intacto y hacia arriba, esto dejó espacio libre para la salida del piloto.
3) Toda la ropa anti-fuego y el casco soportaron los más de 20 segundos que Romain estuvo en la bola de fuego.
Las muchas cosas que ayudaron a que Romain saliera por su propio pie del incidente están ligadas a las medidas de seguridad de la FIA y la F1, yo destaco como número uno, el Hans Devise, impide que el piloto se rompa el cuello en un choque de frente, también el cinturón de seguridad de 6 puntos que impide el estallamiento de órganos y la increíble resistencia del chasis que forma una cápsula de vida, evitando fracturas, el Halo que esta vez sí funcionó ayudando a abrir el hueco en el riel por donde pasó la cápsula.
Puntos de mejora:
Las asistencias en pista y el auto médico, fueron muy oportunas, pero poco efectivas ante la bola de fuego que rodeó a Romain, creo que tuvo mucha suerte de poder salir por su propio pie y salvar su vida. Una vez fuera del auto, el tratamiento fue muy poco adecuado, lo sentaron en la parte trasera del auto medico sin revisar el estado físico del piloto, que para mi gusto era crítico. Recorrieron una parte de la pista hasta darse cuenta de que el traslado debería ser en ambulancia con oxígeno y valorando su estado de salud por la inhalación del humo.
Una vez en Pits, debieron llevarlo de inmediato al helicóptero y al centro médico. Después de inhalar los gases de la gasolina, las baterías, el aceite y el refrigerante, todo esto a altas temperaturas, el tema no era para atenderse en una enfermería por sus quemaduras en manos y pies, lo muy peligroso eran las posibles quemaduras en vías respiratorias, inhalar fuego, eso no es trivial.
La buena suerte y el instinto de supervivencia fueron suficientes para que Romein esté recuperándose de su accidente.

Largo periodo de espera para reanudar la carrera. Michael Masi, Director de la Carrera va al sitio del accidente a supervisar la reparación de la protección. A las 9:24 horas se anuncia que en once minutos se reinicia la carrera. Transcurrido ese tiempo los pilotos salen y se acomodan en las posiciones que tenían antes de la detención; HAMILTON, VERSTAPPEN. PEREZ, BOTTA, ALBON, RICCARDO, NORRIS, OCON, GASLY Y VETTEL, los diez primeros. Se apagan los rojos por segunda ocasión y se reinicia la carrera en la Vuelta 3. De nuevo excelente arrancada de HAMILTON, muy buena la de VERSTAPPEN en la parte sucia y nada mala la de PEREZ que pelea con el holandés por la segunda posición.

No termina la Vuelta 3 y en la Curva 8 KVYAT se excede en entusiasmo al llegar al vértice de la curva, enllanta al Racing Point No. 18 y este se levanta del asfalto girando sobre su eje y cae con las de hule hacia arriba. Safety Car de nuevo en acción hasta la Vuelta 9.

Vuelta 15. Se abre la ventana para cambio de neumáticos y empieza el peregrinar por los pits hasta la Vuelta 26. La carrera entra en un impasse con pocos cambios en los diez primeros lugares y se vuelve un duelo de estrategias de los equipos con los neumáticos. En la Vuelta 40 la mayoría de los autos ya habían hecho tres paradas en pits (Contando la de la primera vuelta) y VERSTAPPEN y BOTTAS acumulaban ya cuatro cambios de neumáticos.

Pocos duelos interesantes y muy aislados. Los tres que encabezaban la competencia hacen su carrera en solitario. HAMILTON no persigue a nadie y atrás mantiene a buena distancia a VERSTAPPEN, quien también tiene controlado a PEREZ en el tercero. El mexicano tiene a distancia prudente al cuarto que es ALBON y no se ve como pueda haber cambios en las cinco primeras posiciones. Los seguidores de PEREZ ya lo ven en el podio por segunda vez consecutiva, afianzándose en el 4º lugar del Campeonato de Pilotos y su equipo en el 3º de Constructores.

Checo Pérez abandona el GP de Bahréin tras incendiarse su monoplaza, El  Siglo de Torreón

Vuelta 54. A solo tres vueltas del final de la carrera, la unidad de potencia del Racing Point No. 11 dice basta y deja tirado al de Guadalajara, abandona y termina su racha de obtener puntos en todos los Grandes Premios que, hasta ese momento, había corrido en la temporada. Ni hablar, son fierros y estos no tienen palabra, aunque sean de apellido Mercedes. Una pena y gran desilusión del Piloto, del Equipo y de su fanaticada.

Entra el Safety Car y se mantiene adentro de la pista hasta el final de la carrera, en la que el ya Campeón 2020 obtiene su 95ª victoria en F1 y VERSTAPPEN cruza la meta en segundo con la Vuelta Rápida de la Carrera en sus manos. Atrás el piloto Tailandés de Red Bull feliz con la herencia del 3er lugar.

-Gana HAMILTON sin problema y consigue su 11º triunfo en la temporada. y Mercedes acumulando victorias, la 115 en la F1

-VERSTAPPEN no para en demostrar que es el segundo mejor piloto de la Categoría y RBR el segundo en constructores.

-Carrerón de PEREZ, que se convirtió en tristeza y lamento por perder el podio faltando tres vueltas para el final de la carrera. Costoso incidente que lo hizo perder el 4º lugar en el Campeonato de Pilotos y su equipo, con los dos abandonos de sus autos, cede a McLaren el 3º en Constructores.

-Buena carrera de los dos McLaren, sin hacer mucho ruido recuperaron el 3º lugar en Constructores. Buena temporada para los de Woking.

-Ferrari volvió a las andadas. Un solo punto en esta carrera después de los 27 puntos que obtuvo en Turquía hace quince días.

-GROSJEAN Piloto del día como premio de consolación por lo que vivió en esta carrera. El verdadero premio fue que saliera casi ileso de ese espectacular accidente, esto gracias a su ángel guardián que lo protegió, cuyo nombre es HALO.

CARRERA

57 vueltas en 2h 59m 47.515s (102.865 Km/h)

Vueltas en cabeza: HAMILTON: 56, VER: 1

Vuelta Rápida: VERSTAPPEN Vuelta 48, 1’32’’014 (211.742)

Safety Car: 2 (De la 1 a la 8 y de la 55 a la 57)

PRÓXIMO

F1 - GP Sakhir 2020: Horarios y dónde ver el Gran Premio de Sakhir de  Fórmula 1 | Marca.com

6 de Diciembre del 2020

GRAN PREMIO DE SAKHIR 2020

FORMULA 1 ROLEX SAKHIR GRAND PRIX 2020

Circuito: Sakhir - Bahrain International Circuit-Outer Track

87 vueltas

Longitud: 3.543 Kms

Distancia: 307.995 Kms

Récord de Vuelta: Null (1er GP del Circuito)

Hasta la próxima Autopista

Del fogón a la boca

Procesos y técnicas de la Cocina Poblana: la curada del comal y de la olla

Hay buen sol, fíjate bien, vamos a curar la olla y el comal que me acaban de comprar’ me indicó la bisabuela al tiempo que me ordenaba: ‘de la lavandería trae la pastilla de jabón’ y claro, la cara de sorpresa que puse, le causó risa: ‘No, no están enfermas, se tienen que curar antes de que se usen en la cocina. Mira este comal me lo compró tu papá en San Francisco Acatepec, la olla me la trajo de San Miguel Tenextatiloyan, en la Sierra, camino a Teziutlán’ Con mucha habilidad tomó la bisabuela la pastilla de jabón blanco y empezó a frotar el fondo sin esmalte de la olla, al tiempo que el áspero barro cambiaba de apariencia y se tornaba brillante y liso; prosiguió hasta conseguir que toda la superficie redonda estuviera cubierta. Una vez terminada la cura la olla la colocó boca abajo, a que los rayos del sol invernal de Puebla le cayeran con toda intensidad.

Mira ahora el comal lo vamos a curar de otra manera, para que aprendas. Fíjate bien, para que en tu casa lo hagas cada vez que compres una olla, una cazuela o un jarro: siempre debes curarlos antes de usar.’ Tomó un puño de cal, que guardaba siempre en un cuñete de cartón con tapa, y lo puso en un traste con poca agua y preparó a mano una masilla muy blanca, con la cual embadurnó todo el fondo del comal de barro; al terminar la operación, el comal quedó como pintado y ella corrió a lavarse las manos con abundante agua, pues la cal produce quemaduras si se deja mucho tiempo sobre la piel. Igualmente, el comal ya curado, lo puso boca abajo, al sol. ‘Mañana ya podemos usar el comal con toda confianza y ponerlo directamente al fuego; la olla la llenaremos de agua y la pondremos a hervir. Una vez que se consuma la mitad del líquido, la vaciamos y también ya la podemos usar con toda confianza. Se curan, para evitar se rompan la primera vez que se usan’.



Se curan, para evitar se rompan: la acción de la cal o del jabón es cerrar el poro natural del barro cocido, que no se ha protegido con greta o barniz. Si no se hace esta ‘cura’ es posible que la humedad penetre al barro, generando vapor con el calor del fuego y nuestros preciados utensilios de cocina se romperán. Hay otra técnica aplicada en zonas rurales de nuestro Estado, donde las cazuelas y las ollas son curadas con el nejayote – el líquido sobrante de la nixtamalización y muy rico en cal - lográndose el mismo efecto. Nejayote proviene de la voz náhuatl nex-ayotl, compuesta a su vez de dos: nextli – cal o ceniza, ayotl, caldo o jugo.

Después de aprender a curar con la bisabuela los utensilios de barro, fue que caí en cuenta que todos tenían los fondos exteriores de color blanquecino que, con las sucesivas quemas al fogón, se tornaban amarillentas. Pero eso sí: no se rompían sobre el fuego.

¡Charlemos más de Gastronomía Poblana y ‘’a darle, que es Mole de Olla’’!

#tipdeldia: Las prácticas culinarias de la Cocina Tradicional Poblana tuvieron razones tecnológicas para implementarse y fueron perfeccionadas por las cocineras a través de generaciones y transmitidas oralmente hasta nuestros días. Comprenderlas y estudiarlas desde la Ciencia de los Alimentos es fascinante.

Puebla a 30 de noviembre del 2020



BUAP. proceso de admisión 2020-2021

A partir del primero de diciembre y hasta el día 7, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) aplicará de manera presencial examen de admisión a 23 mil aspirantes para más de 26 licenciaturas. Por la pandemia de Covid-19, la prueba se realizará en tres turnos y tendrá dos sedes: el Complejo Cultural Universitario (ubicado en Cúmulo de Virgo 34, Reserva Territorial Atlixcáyotl) y Ciudad Universitaria (que se localiza Avenida San Claudio s/n, Cd Universitaria, La Hacienda).

Aún está pendiente la fecha para Tehuacán, aunque se prevé que sea a final de la próxima semana; para este campus solo son alumnos de la Facultad de Medicina.

Los aspirantes que deberán de realizar su examen corresponden a las carreras: Arte Digital, Medicina, Cinematografía, Fisioterapia, Biomedicina, Nutrición Clínica, Artes Plásticas, Enfermería, Gastronomía, Estomatología, Profesional Asociado en Imagenología, Ingeniería en Sistemas Automotrices, Ingeniería en Mecatrónica. También harán examen los aspirantes a Químico Fármaco Biólogo, Ingeniería Química, Derecho, Ciencia Forense, Arquitectura, Psicología, Ingeniería Civil, Administración de Empresas, Relaciones Internacionales, Comunicación, Cultura Física, Comercio Internacional, e Ingeniería Industrial.



María Elena Ruiz Velazco, titular de la Dirección de Administración Escolar de la BUAP, explicó que los aspirantes que harán su examen cumplieron con los cursos previos y el 80 por ciento de asistencia a las clases en línea. Aclaró que únicamente este lunes van a atender el caso de jóvenes que tuvieron fallas en el ingreso al sistema. El reporte se puede hacer desde la página oficial y la cuenta de Facebook de admisión BUAP. Los resultados de los alumnos que aprobaron las materias se darán a conocer el 4 de enero y también las instrucciones de las materias asignadas.

Las recomendaciones

El examen tiene una duración de 3 horas y se proporcionarán gel, toallas y productos sanitizantes para los jóvenes, además de los docentes que vigilarán el desarrollo de la evaluación.

A través de las redes sociales la BUAP emitió los siguientes lineamientos:

No ingresar con teléfono móvil, calculadora, bolsa, mochila, materiales de apoyo, cámara fotográfica, botella de agua, alimentos e instrumentos prohibidos.



Sólo podrán ingresar un lápiz para realizar anotaciones.

En caso de ser sorprendido utilizando dispositivos electrónicos o realizar una falta grave, tu examen será cancelado.

Consumir alimentos antes de ingresar, no habrá acceso durante la aplicación.



Página 7 de 175