Revista Sin Permiso. La importancia del resultado de las elecciones británicas es tal, que hemos querido recoger en este dossier las opiniones de los diferentes sectores de la izquierda británica, que deben ser material de reflexión para el conjunto de las izquierdas europeas. SP
Una primera reacción tras las elecciones británicas
Michael Roberts
¡Brexit ya! fue el lema de campaña del actual gobierno conservador del primer ministro Boris Johnson. Y fue el mensaje que ganó para los conservadores a un número suficiente de votantes laboristas que votaron abandonar la UE en 2016 s. Un tercio de los votantes laboristas en las elecciones de 2017 querían abandonar la UE, principalmente de la región central y norte de Inglaterra, y en las pequeñas ciudades y comunidades que tienen pocos inmigrantes. Han aceptado la afirmación de que sus peores condiciones de vida y servicios públicos se deben a la UE, la inmigración y la "élite" de Londres y el sur de Inglaterra.
Sin falsos consuelos
Richard Seymour
Esta es nuestra derrota, y tenemos que hacerla nuestra. Como si tuviéramos opción. Y sabemos lo que esto significa. El recuento de las víctimas de la austeridad y el ambiente hostil se multiplicarán. Una sociedad ya bastante horrible va a ser más brutal aún. Y es difícil que ello no alimente el racismo y el odio a los extranjeros en una competencia étnica de suma cero.
El voto laborista se ha reducido a poco más que el total de Ed Miliband, pero, gracias a la barrida en el norte y los efectos distorsionadores del sistema mayoritario, ha conseguido menos escaños que Michael Foot. Hay muchos falsos consuelos si queremos. Un poco más de 10 millones de votos es aproximadamente lo que Tony Blair obtuvo en 2001, y más de lo que consiguió en 2005. A pesar de todos los ataques a Corbyn, obtuvimos más votos que Miliband. Muchos de los escaños los perdimos por márgenes muy pequeños y se pueden recuperar. Los desertores centristas se han ido. Jo Swinson se ha ido. Ganamos Putney y mantuvimos muchas circunscripciones marginales. Habríamos ganado más si no hubiera sido por la perdida de votos de los Lib Dems y los Verdes. Y quedan siempre "las calles".
Tras el resultado electoral desastroso: defender los logros del corbynismo
Andy Stowe
A nivel emocional, es como si hubiera muerto alguien de la familia.
La victoria tory fue, por encima de todo, el triunfo de un proyecto reaccionario de la derecha extrema que se ha estado incubando en el partido conservador durante muchos años. Se las arreglaron para persuadir a muchos votantes laboristas que la afirmación del nacionalismo inglés es más importante que hacer innecesarios los bancos de alimentos, acabar con la falta de vivienda o asegurarse de que las personas no se mueren en las listas de espera de los hospitales.
Solo quienes no hayan querido escuchar el mono eslogan de Johnson "Brexit ya" pueden creer lo contrario.
Gary Younge
Esto lo cambia todo. Las cuartas elecciones generales en cuatro años han roto el bloqueo parlamentario con un efecto demoledor. Ha sido una goleada. El voto laborista se ha derrumbado finalmente en sus bastones tradicionales. Los lazos demográficos, geográficos y sociales que mantenían unida su coalición se han desatado. Está todavía por ver que puedan recomponerse de nuevo. Gran Bretaña ha elegido el gobierno más a la derecha desde hace decenios, otorgando al líder con menos principios del que haya memoria una mayoría tan masiva que podríamos tardar una década en deshacernos de él. La noche pasada fue mala. Lo peor está por llegar.
¿Antisemitismo en el Partido Laborista?
Leoardo Clausi
La cuestión lleva arrastrándose desde hace al menos tres años, desde que Jeremy Corbyn tomó inesperadamente las riendas del Partido en medio de una general consternación, iniciando una revolución copernicana de la teoría y la praxis, tan radical como para ser percibida como avanzada de una profunda transformación antropológica. Hablamos por supuesto de la cuestión del antisemitismo en el Partido Laborista: tan innegable como fácil de manipular de modo tóxico.
Los episodios de denuncia pública —con deserciones de diputados laboristas, cartas abiertas de intelectuales, incontables acusaciones en los medios de comunicación y en las redes sociales — son verdaderamente innumerables, un goteo regular tan inexorable como la cercanía de la jornada electoral en el Reino Unido, el 12 de diciembre.