Acción civil

Mundo Nuestro. La pandemia nos mantiene con los ojos inciertos. La ciudad se nos oculta en el encierro. Salimos a la calle buscando los tapabocas que alejan el riesgo que pueden cargar los otros. Buscamos en el aire toda posibilidad de riesgo, y perdemos así el instante. Dejamos de mirar a los ojos. No nos vemos. No nos escuchamos.

¿Qué hacer para recuperarnos de este exilio impuesto?

Recuperar la ciudad que nos acoge, mirarla desde los ojos de nuestros ancestros. En las palabras con las que nombraron sus rincones. Imaginar a los niños que fueron.

Recuperar la ciudad entonces en el detalle del mural en una esquina del Barrio de los Sapos. Recordar que venimos de lejos.



Para comprender el proyecto cultural que recupera la historia del Barrio de los Sapos

Arte Popular: el mural que contará la evolución del Barrio de los Sapos





Para comprender el proyecto cultural que recupera la historia del Barrio de los Sapos

Arte Popular: el mural que contará la evolución del Barrio de los Sapos

Recuperar el barrio. Ese es el intento que respalda el grupo Emprendedores del Barrio de los Sapos, y una idea de ello la encontramos en el parque que custodia La Casa del Mendrugo. Es la esquina de la 5 Oriente con la 4 Sur. Hace tiempo que la casona del siglo XVI que llenaba el espacio ha desaparecido. Muy pocos recuerdan ya que durante algún tiempo ahí existió una gasolinera. Finalmente el parquecito es uno de los que existen en el centro histórico producto de los mínimos momentos de lucidez que de cuando en cuando aflora en la autoridad en turno en la historia moderna de nuestra ciudad.

Revista Sin Permiso

Las últimas palabras deGeorge Floyd
George Floyd / El hombre de 46 años al que el pasado lunes, 25 de mayo, un agente de policía de Minneapolis (Minesota)

Estas son las últimas palabras de George Floyd, el hombre de 46 años al que el pasado lunes, 25 de mayo, un agente de policía de Minneapolis (Minesota) sujetó en el suelo durante siete minutos con la rodilla contra el cuello hasta que se ahogó:



que es mi cara hombre

no he hecho nada grave hombre

por favor

por favor



por favor no puedo respirar

por favor hombre

por favor que alguien



por favor hombre

no puedo respirar

no puedo respirar

por favor

(inaudible)

hombre no puedo respirar mi cara

levántese solo

no puedo respirar

por favor (inaudible)

no puedo respirar mierda

quiero

no me puedo mover

mamá

mamá

no puedo

mi rodilla

mis huevos

estoy acabado

estoy acabado

tengo claustrofobia

me duele el estómago

me duele el cuello

me duele todo

un poco de agua o algo

por favor

por favor

no puedo respirar agente

no me mate

me van a matar hombre

vamos hombre

no puedo respirar

no puedo respirar

me van a matar

me van a matar

no puedo respirar

no puedo respirar

por favor señor

por favor

por favor

por favor no puedo respirar

Traducción para SP: Lucas Antón

Avaaz.org, 30 de mayo de 2020

La revuelta es el idioma de los ignorados

Arwa Mahdawi / Escritora y publicitaria radicada en Nueva York, es columnista del diario británico The Guardian.

Cuando estás oprimido, no hay forma aceptable alguna de luchar contra la opresión. Te motejan de “antipatriótico” por poner pacíficamente una rodilla en tierra para protestar contra la brutalidad policial. Te vilipendian por recurrir al boicot como instrumento no violento de resistencia. Os tachan de “MATONES” cuando, después del asesinato de otro hombre más, negro y desarmado, a manos de la policía, protestas en la calle.

El repugnante video en el que se ve cómo a George Floyd lo mata un agente de policía blanco de Minneapolis, tras los asesinatos de Ahmaud Arbery en Georgia y Breonna Taylor en Kentucky, ha provocado manifestaciones por toda Norteaméricas. En Minneapolis algunas de las protestas han acabado en violencia: hay edificios (entre ellos una comisaría de policía) a los que se ha prendido fuego y se ha saqueado una tienda de Target. Donald Trump reaccionó prometiendo sangrientas represalias, tuiteando: “Cuando empieza el saqueo, empiezan los tiros”. Otros han reaccionado retorciéndose las manos. Se han oído muchos gritos de que “¡la violencia nunca es la respuesta!” y “¡los disturbios son contraproducentes!”

Pero si la agitación violenta no es la respuesta, ¿cuál es entonces? ¿Cómo hacemos para acabar en Norteamérica con la brutalidad policía y el racismo del sistema? ¿Tendrían los manifestantes que irse a casa y escribir cartas en tono severo a su representante en el Congreso? Deberían emular a Madonna y colgar videos de sus niños bailando como forma de protesta? ¿Deberían hincar pacíficamente una rodilla en tierra? ¿Deberían los norteamericanos votar simplemente para sacar a Trump y meter en cambio a Joe Biden? Ya saben, ese tipo cuya ley de 1994 sobre delitos contribuyó de modo señalado al encarcelamiento masivo en Norteamérica? ¿Tendría la gente que esperar pacientemente un cambio gradual?

“La revuelta es el idioma de los ignorados”, afirmó Martin Luther King Jr. en una alocución de 1967 que hoy reverbera a través de las redes sociales por razones evidentes. “¿Y qué es lo que Norteamérica no consigue oír? No ha logrado oír que (…) no se han cumplido las promesas de libertad y de justicia. Y no ha logrado oír que amplios segmentos de la sociedad blanca están más preocupados por la tranquilidad y el estatus que por la justicia, la igualdad y la humanidad”.

Esa alocución se pronunció hace 53 años y Norteamérica sigue sin escuchar. La incómoda verdad es que, a veces, la violencia es la única respuesta que queda. Nos gusta fingir que es de otro modo, que es la razón por la cual a a menuda se higieniza convenientemente a los movimientos sociales. Al movimiento sufragista, por ejemplo, se le honra como “no violento”. No lo fue: pasó pasó por una fase muy militante. “Si los hombres usan explosivos y bombas para sus propios fines, lo llaman guerra”, esribió la sufragista británica Christabel Pankhurst en 1913, “y el lanzamiento de una bomba que destruye a otra gente se describe como una acción gloriosa y heroica. ¿Por qué tendría que renunciar una mujer al uso de las mismas armas que un hombre?”

No me malentiendan, no estoy glorificando la violencia…que es lo que está haciendo el presidente de los Estados Unidos. Y no estoy, desde luego, llamando a la violencia. Estoy sencillamente diciendo qué debemos interrogarnos sobre a qué llamamos “violencia” y a que llamamos “política”. Mucha de la gente que chilla “la violencia no es la respuesta” a propósito de los disturbios de Minneapolis es la misma gente que apoya de todo corazón las inacabables guerras de Norteamérica. Muchas de las personas que condenan a los saqueadores son los mismas que veneran a los multimillonarios. Saquea un televisor y eres un peligroso criminal; saquea un país y eres un capitalista emprendedor.

Norteamérica no tiene problema alguno con los disturbios o el saqueo mientras se a la gente “correcta” la que los lleva a cabo. Y todos estamos obligados a pagar por esta visión del mundo. El contribuyente norteamericano ha pagado una media 8.000 dólares per cápita y más de dos billones en total sólo por la guerra de Irak, de acuerdo con un informe del proyecto Costes de la Guerra de la Universidad de Brown, lo cual suscita la pregunta: si la violencia nunca es la respuesta, ¿por qué entonces gasta Norteamérica tanto dinero en ella?

Traducción para SP: Lucas Antón

the Guardian, 30 de mayo 2020

Plaga de asesinatos de policías racistas: Ahmaud Arbery, George Floyd y la pandemia del COVID-19

Jeff Mackler

Ahmaud Arbery, de 25 años, fue asesinado cuando corría a sangre fría por tres racistas blancos el 23 de febrero en Georgia. Los abogados de la familia de Arbery, encabezados por Benjamin Crump, creen que su asesinato fue premeditado.

La policía local, que llegó a la escena poco después del asesinato, aceptó el testimonio de los asesinos. Fueron considerados "testigos", no sospechosos. Uno, un ex policía e investigador policial, Gregory McMichael, que había trabajado bajo la jurisdicción de los primeros dos fiscales de distrito asignados al caso, fue puesto en libertad de inmediato junto con su hijo, Travis. Los fiscales concluyeron que el asesinato de Arbery estaba plenamente justificado según las leyes de Georgia. Bajo presión unos dos meses después, cuando surgieron pruebas de lo contrario, se retiraron de las deliberaciones adicionales sobre el caso.
Ahmaud Arbery: "corría a pesar de ser negro"

Arbery, un destacado jugador de fútbol americano en el instituto, según el New York Times, estaba corriendo en la pequeña ciudad predominantemente blanca de clase media de Satilla Shores en el sur de Georgia, a poca distancia de su casa al otro lado de la autopista, en una zona de mayoría negra pobre. En ese día fatal del 23 de febrero, se detuvo en una obra abierta y entró en una casa parcialmente construida. Según el propietario, que había instalado una cámara de vigilancia en el interior, probablemente entró para beber un poco de agua. No robo nada. El propietario había informado previamente a la policía que varias personas habían sido grabadas antes de manera similar dentro de la casa, incluidos varios blancos. En ningún caso cogieron o dañaron nada.

En este caso, sin embargo, inmediatamente después de que Aubrey saliera y continuara corriendo, después de unos minutos dentro, le salieron al paso el hijo de Gregory McMichael, Travis, armado con una escopeta y acompañado por su padre con su pistola Magnum .357. Se pusieron a perseguir a Arbery en su camioneta, seguidos de un tercer hombre blanco, William "Roddie" Bryan, quien grabó en video la "persecución" y el posterior asesinato en su teléfono celular. Bryan siguió a los McMichaels en su propio auto. Arbery, que huía, recibió tres disparos mientras intentaba sortear a Travis McMichael, cuyo automóvil le había bloqueado el camino. Los asesinos declararon a la policía que reclamaban el derecho de "arresto ciudadano" y de "autodefensa".

El video que grabó el asesinato de Arbery no fue hecho público por la policía y el fiscal de distrito hasta unos dos meses después. La primera fiscal, Jackie Johnson, se retiró del caso porque el ex policía e inspector Gregory McMichael había trabajado en su oficina. El segundo fiscal, George E. Barnhill, finalmente hizo lo mismo después de que la madre de Arbery, Wanda Cooper, se enterase de que el hijo de Barnhill trabajaba en la oficina del Fiscal de Distrito de Brunswick, que anteriormente había empleado a Gregory McMichael.
Funcionarios de Georgia preparan su encubrimiento

Pero tanto Johnson como Barnhill habían aceptado la historia de los asesinos antes de apartarse del caso. Ambos habían visto el video y lo mantuvieron oculto. Antes de retirarse del caso, Barnhill le escribió a la policía que no creía que hubiera evidencias de un crimen, afirmando que los McMichaels portaban legalmente sus armas según las leyes de Georgia. También afirmó que debido a que Arbery era "sospechoso de robo", los perseguidores, que tenían una "causa de primera mano probablemente sólida", estaban en su derecho de perseguirlo según la ley de arresto ciudadano del estado. Barnhill declaró que existía un video del Sr. Arbery "robando una casa inmediatamente antes de la persecución y la confrontación". La declaración de Barnhill fue cuestionada por el dueño de la casa, quien había informado a la policía que no hubo robo, que "no cogió nada". En la carta a la policía, Barnhill citó un segundo video del tiroteo filmado por un tercer perseguidor, identificado más tarde como William Bryan. Barnhill dijo que este video, que no se ha hecho público, muestra al Sr. Arbery atacando a Travis McMichael después de que él y su padre lo alcanzaran en su camioneta.

La familia Arbery se defiende

Entrevistado en el programa "Democracy Now!" De Amy Goodman, el relato del abogado de la familia de Arbery, Benjamin Crump, es sorprendente. Crump insistió:
"Bueno, como la familia de Ahmaud Arbery y mis colegas han mantenido desde el principio, creemos que William" Roddie "Bryan era parte de esta pandilla organizada que intentaba, basándose en un plan premeditado, confrontar y capturar a Ahmaud Arbery mientras hacia deporte por esa comunidad ese día. Y el mensaje de texto que fue enviado por el oficial de policía Robert Rash al dueño de la casa, diciendo: 'Si lo ve de nuevo, no llame a la policía. Llame a Gregory McMichael. Es un ex policía ', por lo que creemos que se trataba de una mafia organizada que planeaba enfrentarse con Ahmaud. Por lo tanto, es totalmente justificado que Bryan fuera arrestado y acusado”.

Los comentarios de Crump tuvieron lugar solo después de que el video del teléfono celular de Bryan fuera filtrado a los medios por los abogados de McMichael, quienes creían que justificaba a sus clientes. El mencionado mensaje de texto enviado al propietario de la casa en construcción por el oficial de policía Robert Rash, con instrucciones de no contactar a la policía sino a Gregory McMichael, fue esencial en la acusación del abogado Crump de que el asesinato de Arbery fue premeditado. He ahí a los McMichaels, armados, preparados y lanzados a una persecución inmediata, mientras Arbery desarmado corría, como acostumbraba, desde el lugar abierto de la obra, mientras el obediente Gregory McMichael llamaba a la policía desde la parte trasera de su camioneta para informar de su persecución. La policía llegó en menos de un minuto.

Crump resumió de manera concisa las demandas de la familia Arbery de la siguiente manera: “Queremos que el Departamento de Justicia no solo abra una investigación como crímenes de odio, sino que también analicen posibles violaciones de la ley en virtud de la 14a Enmienda que involucre a todos los que participaron en esta investigación, desde los primeros policías en la escena hasta el primer fiscal de distrito, Jackie Johnson, quien, según se alega, le dijo a la policía que no presentara cargos en el caso; al segundo fiscal de distrito, Barnhill, quien también dijo, como Jackie Johnson, que tenía un conflicto de intereses, pero que escribió un memorándum diciendo que no creía que hubiera causa probable para arrestar a este dúo asesino de padre e hijo y, en esencia, desequilibró con su dedo la balanza de la justicia a favor de los McMichaels; y al tercer fiscal, que dijo cuando miró el video, todas estas pruebas y las declaraciones que no creía que pudiera arrestarlos, que tenía que llevarlo a un gran jurado; y el Departamento del Sheriff del Condado de Glynn, quien filtró el video de Ahmaud Arbery de hacía tres años, en un intento de calumniarlo, así como Robert Rash, el oficial de policía que envió el mensaje de texto al propietario que alentó y apoyó a esta banda de vigilantes a capturar y enfrentarse con Ahmaud Arbery".

Hasta que se hizo público el video de Bryan, el caso de Arbery se consideraba básicamente cerrado. Se respetó la ley, en todo su omnipotencia racista, así lo proclamaron las autoridades, que lograron filtrar en secreto un informe que indicaba que Arbery había sido condenado previamente por un delito de robo en una tienda. Era negro, en un vecindario blanco, traspasando una casa en construcción, etiquetado como un ladrón que huía de un crimen y perseguido por dos y luego tres transeúntes inocentes, legalmente armados, legalmente persiguiendo a un criminal y legalmente autorizados para disparar en "defensa propia". Todo esto fue considerado “dentro de la ley” por tres fiscales. Pero la verdad es que Arbery fue linchado de acuerdo con los "principios de la justicia del sur", que aplican hoy policías asesinos en todo el país.

La difusión del video por los medios nacionales

Pero nuevamente, los medios nacionales solo se dieron cuenta tras la difusión del video, en el contexto de la actual pandemia de Covid-19. El New York Times pidió a Michael J. Moore, un abogado de Atlanta que fue fiscal en Georgia, que revisara la carta de Barnhill al Departamento de Policía del Condado de Glynn, así como el informe policial inicial. Mientras tanto, The Times compiló un relato detallado minuto a minuto de los sucesos, usando múltiples videos, llamadas de teléfono y mensajes de texto. Moore envió un correo electrónico al Times indicando que la opinión de Barnhill estaba "equivocada" y que los McMichaels parecían ser los agresores y no había justificación para el uso de la fuerza según las leyes de autodefensa de Georgia. "La ley no permite que un grupo de personas forme una banda armada y persiga a una persona desarmada porque creen que posiblemente haya sido el autor de un crimen en el pasado", escribió Moore. La compilación del TheTimes, junto con la difusión de la grabación del teléfono celular de Bryan, revirtió instantáneamente la tendencia a encubrir el linchamiento. La Oficina de Investigación de Georgia (GBI), a pesar de su historial racista, se hizo cargo de la investigación y arrestó a los McMichaels con cargos de asesinato, junto con Bryan, el auto proclamado testigo presencial, que hoy está encarcelado y acusado del mismo asesinato.

La primera fiscal negra del condado de Cobb, Joyette Holmes, ha sido nombrada fiscal principal. Al igual que con los sucesos en Ferguson, Missouri, donde la policía asesinó a un hombre negro inocente, Michael Brown, se espera que el caso discurra de manera más abierta y sosegada a través de una serie de canales legales, de los que se puede esperar que el sistema de "injusticia" criminal racista temporalmente intimidado produzca nuevos argumentos "refinados" e "interpretaciones legales" dirigidos a la liberación o quizás una reivindicación parcial de los tres racistas de la banda linchadora de Georgia.

¡La policía asesina a una persona negra desarmada cada día!

En los Estados Unidos, el racismo hace que los asesinatos de negros desarmados relacionados con la policía sean trágicamente rutinarios. ¡Un estudio parcial de tales asesinatos lanzado hace varios años en el apogeo del movimiento “Black Lives Matters” demuestra que los asesinatos de policías de personas negras desarmadas tienen lugar en promedio uno por día! Digo parcial porque muchos distritos tienen a gala no informar de tales asesinatos. ¿Y cuántos de estos asesinatos terminan en la condena de los policías asesinos? ¡Menos de un puñado! Muy pocos de los miles de asesinos racistas son condenados. Enumeramos solo un puñado de víctimas negras de asesinatos policiales para mantener vivo su recuerdo mientras continuamos cuestionando el racismo inherente en la América capitalista.

Dontre Hamilton, disparado 14 veces por un oficial de policía en un parque de Milwaukee. El agente estaba respondiendo a una llamada de unos empleados de un Starbucks cercano alegando que Hamilton, diagnosticado de esquizofrenia paranoide, estaba perturbando la paz. Los agentes que llegaron primero a la escena determinaron que Hamilton no había cometido ningún delito.

Eric Garner, sometido a una llave de estrangulamiento ilegal por agentes de la policía de Nueva York durante 15 segundos por supuestamente vender cigarrillos sueltos. Garner dijo "No puedo respirar" 11 veces cuando varios agentes lo detuvieron en una acera.

Michael Brown, asesinado a tiros en Ferguson, oficial de policía de Missouri Darren Wilson.
John Crawford , asesinado a tiros por un oficial de policía en un Walmart en Beavercreek, Ohio. Estaba comprando y sosteniendo una pistola BB de juguete.

Ezell Ford, enfermo mental de 25 años, recibió tres disparos, incluido uno en la espalda, por un policía blanco.

Dante Parker, padre de cinco hijos, murió bajo custodia policial después de ser aturdido repetidamente con un Taser en el condado de San Bernardino

Tanisha Anderson, murió después de que policías en Cleveland golpearon su cabeza contra el pavimento mientras la detenían.

Tamir Rice, de 12 años, fue asesinado a tiros por la policía de Cleveland después de que los oficiales confundieron su arma de juguete con un arma real.

Rumain Brisbon, fue asesinado a tiros por un oficial de policía de Phoenix que confundió un frasco de pastillas con un arma.

Akai Gurley, asesinado a tiros por un oficial de policía sentado con su novia en una escalera de emergencia de una vivienda pública de la ciudad de Nueva York con poca luz. El comisionado del Departamento de Policía de Nueva York, Bill Bratton, calificó el tiroteo como un "disparo accidental".

Jerame Reid, asesinado a tiros por agentes de policía en Bridgeton, Nueva Jersey, cuando viajaba como pasajero en un automóvil conducido por su amigo, quien fue detenido por la policía.

Tony Robinson, asesinado por un oficial de policía de Madison, Wisconsin, que respondía a la alerta deque alguien interrumpía el tráfico.

Y el 13 de marzo: Breonna Taylor, trabajadora de autobuses en Louisville, Kentucky, fue asesinada a tiros en su propio apartamento a la una de la mañana. Utilizando una orden de registro para un sospechoso que ya había sido detenido, la policía derribó su puerta y disparó 20 tiros, ocho a Taylor.

Y justo la semana pasada: George Floyd, inmovilizado en el suelo por la rodilla de un policía de Minneapolis en el cuello, Floyd exclamó repetidamente: "No puedo respirar". Murió en un hospital poco después. La policía lleva varias noches arrojando botes de gas lacrimógeno y disparando balas de goma contra miles de manifestantes indignados desde el lugar de su asesinato hasta la tercera comisaría de policía del distrito. Dos días después, miles de manifestantes indignados incendiaron la comisaría tras ser desalojada por la policía. En la vecina St. Paul se incendiaron edificios en toda la ciudad. Y hoy, el gobernador ha desplegado 500 soldados de la Guardia Nacional.

El informe policial original decía que Floyd "parecía estar bajo influencia", había "resistido físicamente a los policias" y estaba "sufriendo angustia mental". El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, después de ver un video de un espectador, dijo: "Todo lo que vi estuvo mal. Fue lamentable. Y fue inaceptable. No hay excusas”. Los cuatro policías involucrados fueron despedidos. No se han formulado cargos de asesinato. ¡No hay arrestos! Solo se puede esperar que la futura investigación anunciada por el FBI encuentre áreas "grises" para quizás, una vez más, exonerar a los policías asesinos.

Un artículo del 28 de mayo del New York Times , titulado "Furia en Minneapolis tras el última muerte policial", comienza señalando que el nombramiento de un jefe de policía negro que una vez se unió a una demanda acusando al departamento de ser "un caldero de comportamientos racistas", no ha podido cambiar la naturaleza racista de la policía. "Las quejas por fuerza excesiva ... se han convertido en algo común, especialmente entre los residentes afroamericanos". El artículo señala que de las muchas quejas de residentes de violencia policial racista y excesiva desde 2012, “solo alrededor del 1 por ciento ... han dado lugar a medidas disciplinarias, según los registros de la ciudad".

Además, el artículo señala los repetidos fracasos para "reformar" la policía, incluida la elección de un alcalde blanco que "cuestiona abiertamente el racismo sistémico" y el nombramiento de un jefe de policía negro "con un enfoque orientado a la comunidad" y que había demandado al departamento por ser "un caldero de comportamientos racistas".

El artículo continúa: "Ha habido algunas reformas policiales conseguidas tras mucho esfuerzo, incluido un cambio en el manual de uso de la fuerza que requiere que los oficiales intervengan cuando ven a sus colegas usando fuerza excesiva". Pero cuando George Floyd yacía en el suelo diciendo una y otra vez "No puedo respirar", mientras que el policía Derek Chauvin le clavaba la rodilla en el cuello, incluso después perder la conciencia, los tres policías que le acompañaban no hicieron nada más que alejar a los espectadores angustiados que lo vieron todo.

No es posible reformar la naturaleza racista de la policía en esta sociedad capitalista. Su trabajo es aterrorizar, dividir y someter a la clase trabajadora, para facilitar la explotación de los trabajadores con los mayores niveles de ganancias posibles. El racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia y el odio a los inmigrantes son ls principales herramientas de esa explotación, junto con muchas otras formas de represión institucionalizadas que la clase dominante promueve y hace cumplir para mantener a los trabajadores divididos.

En todos estos casos citados brevemente antes, las las víctimas de asesinato eran personas negras y desarmadas. Ningún oficial de policía fue acusado o condenado por asesinato.

Y entre ellos Malcolm y Martin, Trayvon y Oscar. Y ahora Mumia y Leonard y muchas otras víctimas de asesinatos y tramas racistas de la policía.

COVID-19 y Ahmaud Arbery

La difusión nacional del asesinato de Ahmaud Arbery, un asesinato racista que de otro modo habría pasado prácticamente desapercibido, ha llegado en un momento especial en la historia de los Estados Unidos. Llenó a los titulares en un momento en que la pandemia del Covid-19, como la epidemia racista que afecta diariamente a la sociedad capitalista de los Estados Unidos, ha tenido su mayor impacto en la América negra. Según todos los estudios, la tasa de mortalidad de la población negra por COVID-19 es cualitativamente mayor en todo el país que la de la población blanca. Los negros han sido sometidos sistemáticamente a políticas discriminatorias racistas que los relegan al sector servicios con los salarios más bajos y a otros trabajos similares sin salida, a las condiciones de vivienda más pobres y a la menor cobertura sanitaria, si tienen alguna.

Alimentado por las afirmaciones incesantemente exageradas de la estabilidad del capitalismo, las bajas tasas de desempleo y la prospera economía, este velo de mentiras se ha levantado repentina e inesperadamente para revelar una sociedad repleta de desigualdades: una sociedad con tasas de desempleo reales en cerca del cincuenta por ciento. Como siempre, los negros sufren una parte desproporcionada de este horror general. Muchos economistas predicen que alrededor del 42 por ciento de los empleos perdidos en los últimos dos meses nunca volverán. Y si los nuevos desempleados, 40 millones solo en las últimas siete semanas, encuentran trabajo, será con mucho peores salarios y beneficios.

Decenas de millones de trabajadores se han dado cuenta de la naturaleza de la bestia capitalista que hoy busca obligar a volver a trabajar a millones de personas a pesar del peligro solo para mantener las ganancias capitalistas.

Este es el contexto en el que el caso de Ahmaud Arbery ha atraído la atención nacional, hasta el punto de que el presentador de CNN, Chris Cuomo, hermano del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que presenta habitualmente los informes sobre la pandemia de COVID-19, ha tenido que abordar el racismo policial en Georgia en relación con el caso de Arbery y ahora de George Floyd. De hecho, los líderes del “establishment" del Partido Demócrata entienden perfectamente que este no es el momento para ignorar los males de la sociedad. Han presionado a su presunto candidato, el racista Joseph Biden, para que asuma una postura más razonable frente a cuestiones sociales vitales, alentando a que al menos rinda homenaje a algunas de las tímidas reformas de Bernie Sanders, y coquetean con la idea de que la “liberal" Elizabeth Warren sea la candidata a vicepresidenta. O incluso una negra, como la liberal Stacey Abrams de Georgia, que ha propuesto su candidatura como vicepresidenta, para ayudar al racista Biden a ganar los votos de las comunidades negras en el repugnante espectáculo en el que se ha convertido la política electoral capitalista.

La disparidad racista de COVID-19, cuando los oprimidos sufren las consecuencias cualitativamente más que la población en general, no es más que otra cara del racismo institucional que permite a la policía racista blanca asesinar impunemente a mujeres, hombres y niños negros desarmados, mientras llena cárceles con millones más para trabajar para las corporaciones del Fortune 500 en el complejo industrial carcelario a cincuenta centavos la hora, cada vez más privatizado y con fines de lucro. Las explosiones de descontento masivo actuales en Minneapolis, St. Paul y, mientras escribo, en Louisville, Kentucky, no son más que las chispas iniciales que pueden provocar un contraataque de la clase trabajadora y abrir un nuevo escenario para este siglo. Las grandes masas de la clase trabajadora que tienen el potencial de poner fin a este sistema degenerado tendrán la última palabra. Nunca nos hemos jugado tanto.

https://www.counterpunch.org/2020/05/29/the-plague-of-racist-cop-murders...

el hombre de 46 años al que el pasado lunes, 25 de mayo, un agente de policía de Minneapolis (Minesota)

Jeff Mackler / Corresponsal de la revista Socialist Action en Minneapolis.

Arwa Mahdawi / escritora y publicitaria radicada en Nueva York, es columnista del diario británico The Guardian.
Fuente:
Varias

Traducción:Enrique García Lucas Antón

Revista Sin Permiso. María Julia Bertomeu es miembro del comité de redacción de Sin Permiso y profesora de la Universidad de Buenos Aires. Salvador Bergel es profesor de la Universidad de Buenos Aires.

María Julia Bertomeu - Salvador Bergel

23/05/2020

El pasado 19 de mayo, la OMS publicó un Proyecto de resolución firmado por varios países –entre los que no se encuentra EEUU, aunque sí China y la Unión Europea-, luego de haber examinado el discurso del Director General (A73/3) sobre el curso actual de la pandemia del Covid-19. No es extraño que no esté incluída la firma de los EEUU en el proyecto, entre otras cosas porque hace unos pocos días un directivo de la farmacéutica Sanofi, empresa líder en fabricación de vacunas, dijo públicamente que “Estados Unidos tendría acceso preferencial a su vacuna contra la Covid-19, por haber contribuído económicamente en la búsqueda”. Finalmente la compañía tuvo que rectificar, luego de que el Presidente Macron –no precisamente un socialista ni mucho menos un tercermundista- organizara una reunión con el Presidente de la empresa y se anunciara que Sanofi “comparte el planteamiento de Francia sobre el acceso universal a la vacuna con el objetivo de hacer que la eventual vacuna sea considerada un bien público mundial”. En este momento la Unión Europea y China, entre otros, parecen compartir tal iniciativa.



Entre el articulado del Proyecto de Resolución de la OMS figura de manera explícita la misma idea. El artículo OP6, en efecto, “reconoce la función de la inmunización extensiva contra el Covid-19 como un bien de salud pública mundial…una vez que se disponga de vacunas seguras, de calidad, eficaces, efectivas, accesibles y asequibles”. (A73/CONF/1.REV.1) Sin duda alguna la profusión de adjetivos no es inocente, dada la confusión que crean algunos líderes mundiales incluso en momentos de crisis de sus sistemas de salud. Por otro lado, y si bien en el articulado del Proyecto de Resolución hay inconsistencias peligrosas, lo cierto es que declarar que una vacuna es un bien de salud pública mundial tiene consecuencias muy interesantes y cuasi revolucionarias para el planeta en su conjunto en tiempos de pandemia, pues entraña desconocer los derechos de propiedad intelectual, privilegiando la salud de todos los seres humanos que pueblan nuestra tierra.

El tema no es nuevo y la propia OMS lo había abordado anteriormente, y muy especialmente por parte de Germán Velasquez, el exdirector de medicamentos de la OMS, quien fue uno de los que comenzó un estudio sobre el impacto de los nuevos medicamentos comerciales sobre la salud y sobre el acceso a ellos, especialmente en relación con los derechos de propiedad intelectual y con el acuerdo sobre los mismos ADPIC (El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) que mantiene la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Velasquez, actual presidente de la Cátedra Farmamundi y Consejero del Centro para la Salud y Desarrollo del “Centro Sur” de Ginebra, hace años que batalla duramente por considerar a los medicamentos esenciales como un bien público mundial, todo lo cual –nos recuerda- genera una serie de consecuencias e interrogantes.

La propia OMS definió a los medicamentos esenciales como aquellos “considerados de la máxima importancia y, por tanto, básicos, indisponibles y necesarios”. Y eso, nos dice Velasquez, plantea varios interrogantes: i) si es posible que un bien público a escala mundial sea patentable o, lo que es lo mismo, que exista un monopolio de algunos en detrimento de millones de personas, ii) si debería estar permitido obstaculizar el acceso durante un período de veinte años al objeto “medicamentos”, iii) de qué manera se debería reorientar a la industria farmacéutica hacia objetivos compatibles con la mejora de la salud y la calidad de vida, y no sólo ligados a la expansión económica y la ganancia.

Es evidente que la industria farmacéutica ejerce una actividad lucrativa en el ámbito de la salud mundial, y que la salud ha sido reconocida como un derecho por distintos organismos y normativas de carácter nacional e internacional. A simple vista, entonces, sería necesario indagar en qué medida la finalidad lucrativa termina anulando al objeto y al derecho que la garantiza, la salud pública mundial. ( Lopez Guzmán, 2007)



Pues bien, la experiencia nos dice que la industria farmacéutica no solo utiliza los privilegios que le brinda la legislación patentaria, sino que abusa de ellos. Las patentes consagran derechos cuyo usufructo es incompatible con la protección de la salud pública, permiten el ejercicio de monopolios que obstruyen el acceso a los productos patentados a grandes masas de la población mundial y se presta a abusos inaceptables. Pareciera que, como bien lo ha dicho Drahos, los EEUU y sus activistas de la propiedad intelectual se han embarcado en un “viaje sin retorno”, que de manera sistemática asigna niveles de protección de la propiedad intelectual cada vez más altos.

Sostener, como lo hacen hoy países y comunidades intrnacionales, que los medicamentos son un “bien público universal” implica consecuencias relevantes en el campo de la salud pública. En primer lugar, excluye la posibilidad de que sean patentados y que los patentadores tengan los privilegios; en segundo supone un derecho de acceso a medicamentos esenciales a todos los países y poblaciones en condiciones igualitarias y en tercero, pone el acento en la protección de la salud pública por encima y más allá de cualquier derecho privado patrimonial.

Recordemos que las patentes de invención en el campo farmacéutico consagran derechos patrimoniales claramente incompatibles con el derecho universal a la salud y en cierta medida tambien a la vida. Por eso es absurdo pretender hacer competir el derecho humano a la salud con los supuestos derechos patrimoniales de protección de creaciones intelectuales.



Hay una articulado del borrador de Declaración de OMS, sin embargo, que resulta incompatible con el artículo OP6, como acostumbra a ocurrir con algunos documentos internacionales. En OP8.2, el documento hace un llamamiento a las organizaciones internacionales y a otras partes interesadas para que: “colaboren a todos los niveles para desarrollar y someter a prueba medios diagnósticos, tratamientos, medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para responder a la Covid-19, asi como para ampliar su producción, en particular mediante los mecanismos existentes para la mancomunación voluntaria y la autorización de licencias de patentes para facilitar el acceso oportuno, equitativo y asequible a tales productos, de forma compatible con las disposiciones de los tratados internacionales, en particular las del Acuerdo sobre los ADPIC y las flexibilidades reconocidas en la Declaración de Doha relativa al Acuerdo sobre ADPIC y la Salud Pública.”

Este artículo de la declaración – nuevamente con una floresta de bonitos adjetivos- es, por cierto, incompatible con lo que hemos dicho antes. Por lo general se intenta encontrar en la Declaración de Doha una base para la protección de la salud pública mundial. Pero no cabe llamarse a engaño pues se trata de un acuerdo impulsado por la BigPharma en el mismo momento en que arrasaba con los derechos de los países en vías de desarrollo que se opinían a aceptar patentes sobre productos farmacéuticos. De tal acuerdo no cabe esperar nada positivo. El acuerdo ADPIC refleja y promueve los intereses de las empresas globales que intentan ampliar su control sobre la propiedad intelectual. Estas empresas se sirvieron del gobierno de los EEUU (con el apoyo de la Unión Europea y de Japón) para cooptar en buena medida el proceso de la Organización Mundial del Comercio y asegurarse que las normas de derecho internacional público se ajusten a sus necesidades particulares.

Ahora que algunos países como China y Francia han declarado públicamente que una eventual vacuna debería ser considerada como un bien público mundial, sería importante que la Resolución definitiva de la OMS disipara contradicciones en su redacción. ¿Será posible, esta vez, que un aire fresco acaricie a los pueblos de la tierra que soportan el azote del Covid-19?

Bibliografia

Sábada, I. (2008): Propiedad intelectual, Madrid, Catarata.

Vasquez, G. (2008): “El acceso a los medicamentos en perspectiva global: retos, respuestas y derechos”, en Seuba, H. (2008) Salud pública y patentes farmacéuticas, Barcelona, Bosch

WHO: La resolución definitiva sobre el Covid-19 puede consultarse aquí.

(El artículo se redactó antes de conocer las enmiendas definitivas al borrador de la Resolución, que no han afectado al tema comentado en relación a la patente de una futura vacuna contra el Covid-19)

Es miembro del comite de redacción de Sin Permiso y profesora de la Universidad de Buenos Aires.
Profesor de la Universidad de Buenos Aires.

Fuente:

www.sinpermiso.info, 19 de mayo 2020
Temática:

Revista Elementos 117

* Este texto fue presentado en el Salón Paraninfo de la BUAP el 29 de mayo de 2019.



El libro de Miguel Gutiérrez es una crónica novelada de uno de los movimientos sociales más importantes del estado de Puebla y, sin duda, el más relevante movimiento universitario, pues con él inició la Universidad Autónoma de Puebla su vocación científica, así como la reflexión y el análisis crítico y bien sustentado de la realidad social. 1961 es un año emblemático porque significa no solo la derrota de un pensamiento detenido en prejuicios teológicos y morales, que mantenían a la universidad distanciada de los avances de la ciencia y de la reflexión filosófica de la época, sino también porque implicó su apertura definitiva a sectores sociales que hasta ese momento no tenían acceso a sus aulas. Problema que hoy vuelven a enfrentar, de manera crónica, las universidades del país. El autor, siendo muy joven, formó parte de esa voluntad colectiva de cambio que aglutinó a cuatro mil estudiantes y a un significativo número de profesores, encabezados por el doctor Julio Glockner Lozada.

El relato de Miguel recrea con buena pluma el ambiente que en la ciudad de Puebla se vivía en la víspera del centenario de la batalla del 5 de mayo, y en ese contexto, la irrupción de lo que llama “el espíritu carolino”, que fue la forma contestataria, decidida y libre que hizo posible una Reforma Universitaria que asumió plenamente los derechos y responsabilidades que otorga el artículo 3º constitucional. Los 77 días que duró el rectorado del doctor Glockner, ejercido sin subsidio federal ni estatal, con la rabiosa oposición del clero, que nunca entendió la naturaleza del movimiento, descalificándolo como “comunista”, pero además con la obtusa intolerancia de una minoría comunista, organizada en “células”, que lo tachaba de burgués y reformista, pero con el respaldo de la inmensa mayoría de la comunidad universitaria y sus familias, con la simpatía de los sectores sociales que supieron comprender los beneficios que una universidad renovada traería a la vida de la ciudad y el estado y, finalmente, con el apoyo de profesores y estudiantes de la UNAM, el Politécnico y de otras universidades, sindicatos y organizaciones sociales del país, con esa fuerza moral y política, se pudo sostener una rectoría que hizo posible la transición a una universidad abierta a las corrientes del pensamiento moderno.

En una típica escena de intolerancia y autoritarismo “revolucionario”, algunos años después, una o varias manos desaparecieron de los archivos de la universidad las actas del consejo que daban cuenta tanto de la importancia que había tenido la participación del doctor Glockner en el proceso de Reforma Universitaria, como de su expulsión años más tarde, montando una farsa construida con mentiras y difamaciones. Quienes presenciaron esa vergonzosa sesión del Consejo Universitario recuerdan el vigoroso humor sarcástico con el que se defendió el acusado.



Las causas de fondo del movimiento de 1961 venían de muy lejos. Por un lado, se remontaban al secular conflicto entre liberales y conservadores que se enfrentaron a lo largo del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, tanto en vehementes discusiones de mayor o menor calidad argumentativa, como en los campos de batalla que comprendieron desde la guerra de Reforma al movimiento cristero. Al iniciar la década de los sesenta del siglo pasado la discusión entre liberales y conservadores se centraba en la defensa del carácter laico de la educación pública, que defendían los primeros, ante la insistencia de los conservadores por mantener la educación religiosa en los colegios particulares, y si fuera posible públicos, como herencia evidente del virreinato.

Este enfrentamiento, que oponía el artículo 3º constitucional al reclamo conservador de que solo la familia, y no el Estado, puede decidir el carácter de la educación de sus hijos, se gestaba en procesos ideológicos de larga duración y albergaba en su interior nuevas modalidades conflictivas surgidas en el contexto de la guerra fría. Entre estas modalidades conflictivas destacaba la simpatía y el respaldo que los estudiantes “progresistas” sentían por la triunfante revolución cubana, que en esos días Fidel Castro vincularía al área de influencia de la URSS, contra las ideas y los intereses económicos de quienes veían en esa revolución un peligro de expansión comunista en México. Este panorama nos presenta un fenómeno realmente interesante, en el que se enfrentan diversos grupos sociales esgrimiendo demandas de carácter político, ético, religioso, cívico, educativo y económico. Estas demandas fueron definiendo perfiles ideológicos que generaron identidades de grupo que perduran hasta nuestros días.

El panorama ideológico de la época estuvo conformado por diversas tradiciones, cada una de las cuales generaba, para autoafirmarse ante sus adversarios, una buena cantidad de prejuicios y convicciones que con frecuencia desembocaban en un agresivo fanatismo. Teniendo como símbolos la cruz del catolicismo, la hoz cruzada con el martillo del comunismo y la escuadra y el compás de la masonería como emblemas contrapuestos, estos sectores se enfrentaron violentamente tanto en el discurso y las exigencias excluyentes como en los golpes y pedradas callejeras. Los emblemas operaban simbólicamente en el imaginario político de la época de manera que en muchas ocasiones lo emocional predominaba sobre lo racional y la violencia se desataba porque se tenía la convicción de que la sola existencia del adversario era una amenaza para la propia existencia. La lógica no era la de la coexistencia competitiva en un ambiente democrático, para nada, más bien se trataba de la eliminación del adversario ya convertido en enemigo inadmisible. Cada uno se pensaba como justiciero y salvador, sea por razones sociológicas, éticas o religiosas, y cada uno creía fervientemente que el enemigo era un elemento absolutamente pernicioso para la vida colectiva que debía ser eliminado, si no físicamente, sí, al menos, política y socialmente. El asunto no es nimio ni se ha borrado del pensamiento ni de los sentimientos de muchos de los protagonistas y sus descendientes ideológicos.



Un cambio fundamental ocurrió en la ciudad de Puebla y en la Universidad durante los meses de abril a julio de 1961, periodo en el que se produjo un giro muy significativo en la política educativa que orientó a la institución por el camino de la educación laica y moderna. El hecho de que el Vaticano haya reconocido la validez de la teoría de la evolución de Darwin hasta el papado de Juan Pablo II, nos debe hacer pensar no solo en que la propia iglesia destruye el sustento de su propia mitología, expuesta en el libro del Génesis, sino en las dificultades que los estudiantes de principios de los años sesenta tenían para expandir sus conocimientos, teniendo como autoridades universitarias a miembros de los sectores clericales más conservadores, que evidentemente veían en la teoría darwiniana una especulación atea concebida en los linderos del infierno.

El arzobispo de Puebla Octaviano Márquez y Toriz, tan aficionado al dinero que la gente lo llamaba “Don Centaviano”, publicó en aquellos años una Carta Pastoral sobre el comunismo en la que decía que el sistema filosófico y político del marxismo destruye la dignidad humana, el orden espiritual y moral, la libertad y toda convivencia civilizada.1 El texto terminaba con un llamamiento:

¡Católicos de Puebla! ¡Hombres libres y ciudadanos honrados! ¿Vamos a claudicar vergonzosamente de las conquistas de la civilización cristiana, para caer en las redes maléficas del comunismo? Quién de vosotros se atrevería a mirar impávido que nuestra patria cayera en poder del extranjero, que en nuestros edificios públicos en vez de ondear la gloriosa enseña tricolor miráramos una bandera extranjera y que hombres exóticos, invasores, se adueñaran de nuestro territorio, de nuestras instituciones, de nuestro gobierno y de todo lo que es nuestro amado México? Estamos sintiendo ya los ataques del enemigo. Ideas disolventes contra la fe, la autoridad, las tradiciones mexicanas, la Patria misma.2

El ignorante fanatismo que encierran estas ideas, evidentemente tuvieron repercusiones en el linchamiento de trabajadores universitarios en San Miguel Canoa algunos años después.

Haber encausado a la UAP por el camino de la educación laica y científica y haber defendido el laicismo como principio de gobierno es uno de los méritos del movimiento de reforma universitaria. Frente a los prejuicios religiosos imperantes en la conservadora ciudad de Puebla de hace 50 años, los universitarios que defendieron el artículo 3º constitucional hicieron valer el espíritu laico indispensable para ensanchar los horizontes del conocimiento. La laicidad consiste simplemente en la independencia y libertad de pensamiento respecto a las afirmaciones o creencias avaladas por una autoridad, es decir, laico es quien piensa libremente frente a los dogmas. Un dogma es aquello que es creído o aceptado comúnmente como irrefutable y constituye el fundamente mismo del pensamiento religioso, de ahí que laico sea quien reivindica para sí el derecho de pensar diversamente sobre cualquier cuestión o problema considerado ortodoxo.3 Esta es la lección que nos dio la generación del 61 y es este el ambiente político y cultural recreado a través de los recuerdos, los testimonios y la invención literaria de Miguel Gutiérrez, en un relato que resultará indispensable para quien quiera comprender aquel momento histórico de la ciudad y de la Universidad Autónoma de Puebla.

Termino citando las palabras del rector de la Reforma Universitaria en el discurso pronunciado en este mismo salón, el 15 de mayo de 1961, cuando el movimiento ya había logrado sus objetivos fundamentales:

Esta Universidad de Puebla abre de hoy en adelante sus puertas para todo estudiante, sin importar su condición económica ni su credo religioso, solo exige una aspiración tenaz en el perfeccionamiento de una vida digna, liberada y culta. Esta universidad no pondrá ningún obstáculo que limite el acceso de las masas a la cultura, no habrá más monopolio de la sabiduría por parte de un grupo de señoritos en detrimento de los demás, pero tampoco permitirá que esa sabiduría se complazca en la soledad y desdeñosa vuelva la espalda a la vida. Al investigador más puro y sobresaliente salido de esta universidad debe llegar también el ruido de las fábricas, para que ese investigador sepa que es también, junto con nosotros, un obrero que está edificando México.

N O T A S

1 Manuel Díaz Cid, Autonomía Universitaria. Génesis de la UPAEP, s/f.

2 Jesús Márquez, Cronología del movimiento estudiantil poblano: abril-octubre de 1961.

3 Michelangelo Bovero, “Cómo ser laico”, Nexos 282, junio-2001.

Revista Elementos. Eli Bartra forma parte del Departamento de Política y Cultura en la UAM-Xochimilco

Las mujeres y el cine del movimiento estudiantil de 1968 en México

Eli Bartra

Las ausencias, como los silencios, a veces son tan elocuentes como las presencias o las palabras. En esta conmemoración de los 50 años de los movimientos del 68 sigue siendo preciso colocarse bien los lentes y buscar a las mujeres porque es difícil verlas. A veces las encontramos y a veces no. ¿Qué nos dicen las ausencias?



Las mujeres, en general, no realizaron cine durante el movimiento estudiantil, son las grandes ausentes de los documentales filmados sobre el movimiento del 68 en México en ese año y los inmediatamente posteriores. ¿Por qué si ahí estaban en la escuela de cine?

Una hipótesis posible es que a las mujeres los conflictos sociales violentos, las conflagraciones, no les interesan. Las fotógrafas de guerra que existen, por ejemplo, tienden a hacer tomas de lo periférico de la lucha armada y menos de la confrontación directa.

A la cineasta mexicana Marcela Fernández Violante se la menciona en algunos textos diciendo que en 1968, siendo estudiante de cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), colaboró en la filmación del documental El grito9 (CUEC, 8 horas de filmación, 16 mm) dirigida por Leobardo López Aretche sobre el movimiento estudiantil en la Ciudad de México y la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

La presencia femenina en la hechura de este documental se encuentra fundamentalmente en el guion de la periodista italiana Oriana Fallaci, quien fue testigo presencial e incluso resultó herida durante la matanza. Al parecer, la participación de la que después fue una realizadora exitosa, Marcela Fernández, cuando se filmaba El grito se limitó a prestar su automóvil Valiant para trasladarse a filmar e incluso se dice que con una cámara escondida en el maletero se filmaron en 16 mm escenas en la universidad tomada por el ejército.1 Lo curioso es que Fernández Violante, justo antes de que iniciara el movimiento, estaba planeando hacer un largometraje en 35 mm en la escuela de cine. O sea, estaba lista para lanzarse a hacer cine y, sin embargo, no filmó nada durante el movimiento.2 Su primer documental fue el corto Frida Kahlo, relativamente poco después en 1971, cuando la pintora aún no había obtenido el reconocimiento que tiene hoy en día. También se supone que fue instrumental en salvar el material de El grito que estaba escondido en la Facultad de Filosofía en la UNAM. En una entrevista ella dice que lo sacó de la ciudad, sin embargo, más adelante afirma que se buscó el material y que lo encontró Guillermo Díaz Palafox. O sea, ella lo escondió, pero otra persona lo encontró. Me parece muy raro.3

El hecho de que ninguno de los documentales y casi ninguna de las ficciones sobre el 68 haya sido realizado por una mujer es, en sí mismo, significativo. Las mujeres participaron como activistas, fueron dirigentes incluso, pero no filmaron y no es una temática que hayan llevado al cine inmediatamente después. De los 200 integrantes del Consejo Nacional de Huelga (CNH) solo había 15 mujeres,4 ahí estaban Roberta “La Tita” Avendaño e Ignacia Rodríguez. Sin embargo, poco a poco van apareciendo. Tenemos el caso de Herlinda Sánchez Laurel, una artista visual que estudiaba en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, quien habló de las mujeres de esa escuela y de su participación en el movimiento con imágenes.5



En la literatura sobre el tema se hace referencia a que las mujeres integraron las brigadas de volanteo (repartir panfletos), boteo (pedir dinero en la calle) y en las brigadas de aseo y preparación de alimentos. ¡Qué raro!

La reconocida escritora Elena Poniatowska tiene el libro La noche de Tlatelolco (1971) que ha sido duramente criticado, y también ella, por parte de uno de los dirigentes del movimiento y miembro del CNH, Luis González de Alba. Lo significativo es que al ser la única mujer que publicó testimonios importantes de los participantes en 1971 sea descalificada porque ella nunca participó en nada. Lo considero un manifiesto de misoginia flagrante.

También es significativo que una de las pocas integrantes del CNH, La Tita, sea caracterizada también por González de Alba como “una verdadera matriarca” (González, 2016, p. 49). ¿En qué consistía su matriarcado, si se puede saber? Seguramente el calificativo es porque se trataba de una mujer fuerte, “aguerrida y mal hablada como pocas”;6 se dice que tomaba el micrófono y hablaba en público.



A título de ejemplo, entre 1975 y 1996 en España las mujeres solo dirigieron documentales en un 8 % y drama en un 63 %. A partir de 1997 y hasta el 2010 se dispara a un 33 % la realización de documentales, y el drama baja a 41 %.7 ¿Qué significa esto? Para México no cuento con esos mismos datos, pero tenemos que las mujeres dirigieron 8 películas en 2007 y 25 en 2014 de un total de 130, o sea, el 32.5 %.

El primer documental sobre el 68 fue Únete pueblo, de Óscar Menéndez (1968, 20 min), pero en la realización no hay ni una mujer.

Sin embargo, el director Óscar Menéndez dijo que la gran película sobre el 2 de octubre del 68 la tiene el gobierno. Servando González Hernández filmó ocho horas de la matanza junto con un equipo profesional, ocho cámaras de 35 mm, con Alex Phillips hijo, Armando Carrillo, Ángel Bilbatúa y otros.8 No se menciona a ninguna mujer. Al parecer, no se sabe dónde está lo filmado.

La película de ficción que se ha considerado la más importante sobre el 68 es Rojo amanecer (1989), dirigida por Jorge Fons. Guion de Xavier Robles y Guadalupe Ortega Vargas. El personaje más cautivador de esta película es, sin duda, una mujer: la madre (María Rojo); sin ser el central es el más significativo, el de más peso y claro que esto resulta en sintonía con el rol fundamental de las mujeres en nuestra sociedad: ser madres.

Ahora bien, me voy a detener en ¿Y si platicamos de agosto?, la ópera prima de Maryse Sistach, con guion de ella misma y edición de José Buil y la propia realizadora, con fotografía de Juan López; José Buil, asistente de dirección; Maggie Rincón Gallardo, producción (1980, 16 mm, 35 min).

Se trata de una discreta, sobria y sensible crónica intimista, bastante naïve y hermosa, con un ritmo agradable, sobre la vida cotidiana de unos adolescentes que despiertan al sexo y a la política. Es sin duda una película histórica pues la acción se desarrolla en el contexto del movimiento de desobediencia civil de 1968 en la Ciudad de México. En ese año una joven se va a vivir a la ciudad de México a casa de unos parientes de clase media mientras estudia la licenciatura. En eso estalla el movimiento estudiantil y se vuelve activista. El primo más joven, en cuya casa va a vivir, se enamora de ella y al mismo tiempo que descubre el amor, toma conciencia de la situación política del país.

Abre la película con una clase de música a adolescentes de secundaria. Inmediatamente se pasa a ver a la familia del joven, conservadora y totalmente patriarcal, se escuchan los noticieros sobre el movimiento en la radio como fondo. Muy pronto se ve la interacción entre dos mujeres estudiantes activistas. En eso cierran la escuela de él porque los revoltosos de la Prepa 9 van a ir; se muestra así el pánico de cierta gente hacia el estudiantado en lucha. Aparecen pintas en los muros, “Fuera: Cueto” (el Jefe policiaco). A lo largo de la película se muestran discusiones entre personas a favor y en contra del movimiento. A modo de leitmotif que politiza la película, se escucha constantemente la radio o la televisión dando noticias sobre el movimiento. Esa es fundamentalmente su presencia, parece que se toca como de soslayo y, sin embargo, es el centro de la película. El jovencito reprueba una materia de química y ella, la prima, lo ayuda a estudiar. Ella lleva la voz cantante en todo, ella sabe más, ella lo abraza primero, ella es la que está involucrada en el movimiento, la que baila.

El “pueblo” aparece en la voz de un obrero que habla a favor del movimiento y, sobre todo, en contra del gobierno. Resulta una solución acertada esta secuencia pues se trata de una puesta en escena, a modo de broma, de una discusión callejera a favor y en contra del movimiento.

La escena de amor es bella, suave, velada, como acostumbra hacer Sistach con escenas escabrosas, por ejemplo, con una violación en otra de sus películas, la multipremiada Perfume de violetas. Aquí en ¿Y si platicamos de agosto? la cámara está inmóvil afuera de una ventana con las cortinas semitransparentes que han sido corridas por ella ya desnuda y se mueven suavemente por el viento.

No queda duda, las mujeres son la voz cantante, estudian, son activistas, las detienen, bailan, toman iniciativas con relación a todo. Queda claramente subrayado un papel activo de las mujeres en el movimiento. Lo cual añade algo nuevo a la historia escrita pues, en ella, los varones son casi los únicos protagonistas del movimiento, son la acción y la voz. Un letrero sobre la manifestación del 27 de agosto marca el punto culminante del movimiento, el pico más alto; no aparece ya ni la toma de Ciudad Universitaria el 18 de septiembre por parte del ejército, ni la matanza del 2 de octubre, o sea, las derrotas, la catástrofe, las muertes. Termina la película el 1º de septiembre con el 4º informe de gobierno. Y ella se va, sigue su camino...

En esta ópera prima ya se aprecia el potencial de una realizadora de primer orden con su fina y sutil visión feminista del mundo.

Evidentemente que las ausencias de las mujeres en el cine mexicano hablan de la discriminación abierta y velada hacia ellas. Historias sobran para documentarla. Las mujeres no tomaron la cámara y salieron a filmar el movimiento estudiantil en 68 porque no pudieron en virtud de los complicados mecanismos del machismo en las calles, en las casas y en las cabezas de todos y todas.

Otra versión insoslayable sobre el cine y el movimiento estudiantil iniciado en el 68, en donde las mujeres tienen una participación importante es Roma, de Alfonso Cuarón (2018). En esta película se narra la historia de Cleo, la trabajadora del hogar del director en su infancia en la colonia Roma del entonces D.F., que reúne nostalgia, amor y preocupación política por los remanentes del 68, en particular el funesto episodio de los Halcones de Luis Echeverría en 1971.

Roma obtuvo una buena recepción de la crítica especializada y los principales premios internacionales: cuatro BAFTAS, dos Globos de Oro y tres Óscar, lo que supuso la reafirmación del cine mexicano y el lanzamiento espectacular de la actriz mixteca Yalitza Aparicio.

Merece esta película, sin embargo, comentarios en profundidad desde otros ángulos, en otro momento.

N O T A S

1 Elsa Muñiz, p. 421.

2 Olga Rodríguez Cruz, 2000, p. 17.

3 Idem p. 21.

4 Elia Baltazar “Las mujeres del 68”.

5 Susana Cato, Proceso, pp.61-64.

6 Ibidem.

7 Zecchi, 2014, p. 246.

8 “Modifica el 68...” Molina Ramírez. “Ignoro dónde está lo que filmé...”

9 Material de El grito realizado por: Juan Mora Catlett y Ramón Rupart.

R E F E R E N C I A S

Baltazar E (2013). Las mujeres del 68. Recuperado de: http://mujeresporlademocracia.blogspot.mx/2013/10/las-mujeres-del-68.html. Consultado 4 mayo, 2018.

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Zecchi B (2014). Desenfocadas. Cineastas españolas y discursos de género, Barcelona, Icaria.

Revista Elementos BUAP / 117

SUMARIO



Mundo Nuestro. Con una muestra de la obra pictórica del artista Ranulfo González como ilustración del conjunto de la revista, Elementos BUAP en su ejemplar 118 comprueba una vez más su calidad editorial.

Aquí el Índice del número Abril-Mayo en circulación:

Revista elementos

Francia García García
Instituto de Fisiología
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Los envenenamientos causados por fauna venenosa representan uno de los mayores retos médicos a vencer; tan solo los casos anuales de envenenamiento por mordedura de serpiente se estiman en 2.5 millones en todo el mundo; de ellos, 85,000 pacientes fallecen y otros 250,000 quedarán con secuelas (marcas por injertos o amputaciones). En cuanto a los accidentes causados por arácnidos, no se tienen estimados epidemiológicos mundiales (Chippaeux y Goyffon, 2008); sin embargo, México supera los 250,000 casos de escorpionismo anuales, además de los más de 3,000 casos de envenenamiento por arañas violinista y viuda negra (Chavéz, 2007; Sánchez-Olivas y cols., 2011). A pesar de las cifras epidemiológicas tan drásticas, en nuestro país se han logrado desarrollar antivenenos altamente eficientes, ubicándose entre los mejor cualificados a nivel mundial. En este artículo se presenta una breve descripción de los venenos (particularmente los de origen animal), la fauna venenosa con importancia médica en México y el panorama actual de la producción de antivenenos en nuestro país.



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