“El cambio es posible, pero requiere una revolución” / Revista Sin Permiso y la COP 25 Destacado

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Revista Sin Permiso

Jean-Pascal van Ypersele

Jean-Pascal Van Ypersele es profesor del Instituto de Tierra y Vida de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, y en 2008 era vicepresidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo de las Naciones Unidas dedicado a la supervisión de cambios ligados al calentamiento global. Galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2007 por su compromiso en la lucha contra el cambio climático, es hoy uno de los más fervientes partidarios de Viernes por el Futuro [Fridays for Future], el movimiento estudiantil que apela a la clase política a actuar con prontitud contra el calentamiento global.



“Hoy en día hemos registrado ya un aumento de temperatura de un grado comparado con el periodo preindustrial, y para reducir los riesgos del calentamiento global, debemos alcanzar un grado cero de emisiones netas en los próximos 30 años”, nos dijo van Ypersele antes de la cumbre del clima en Madrid, la COP25 [entrevistado por Gabriele Annicchiarico para il manifesto].

¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático que están ya presentes en nuestra vida cotidiana?

Los fenómenos naturales extremos, de los cuales vemos un aumento en frecuencia e intensidad, están claramente ligados al cambio climático. Está claro que las olas de calor de los últimos años son más intensas que antes. Sólo con que tomemos el año 2003, podemos estimar el número de muertes debidas al exceso de calor en 70.000 personas únicamente en Europa. La pluviometría se ha vuelto también más intensa y violenta a consecuencia de la mayor evaporación de los océanos y de una mayor concentración de vapor de agua en la atmósfera. Esto viene acompañado de una mayor probabilidad de que ocasione inundaciones y corrimientos de tierras. También es importante destacar el fenómeno de la progresiva desertificación de la cuenca mediterránea. Nos preguntamos asimismo si los incendios que hemos ido viendo en la Península Ibérica en años recientes podrían ser una señal del calentamiento global.

Los fenómenos meteorológicos extremos que hemos visto en Italia en días recientes, ¿se deben también al cambio climático?

Tal como he dicho, el aumento en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones está claramente ligado al calentamiento global. El caso de Venecia es un tanto distinto, y se ve empeorado por el cambio del nivel del mar, que ha subido una media de unos 20 cm. en el último siglo. Esto significa que cuando una tormenta aparece en consonancia con mareas altas, en un contexto general de aumento de nivel del mar, está claro que el fenómeno del “acqua alta” de Venecia está destinado a rebasar marcas anteriores una y otra vez en años venideros.



¿Por qué es tan importante no rebasar ese umbral del 1,5° grados centígrados?

Si se considera un aumento de temperatura de 1,5°grados, se ha calculado que el 14% de la población mundial se vería expuesta a fenómenos extremos ligados al calentamiento global al menos una vez cada cinco años. Si el volumen del calentamiento se incrementa en medio grado más, llegando a un umbral de 2° grados, el porcentaje de gente expuesta a esos fenómenos aumenta hasta un 37%. Cuando se observa la extinción de especies, sobre todo de vertebrados, si el calentamiento se limita a 1,5° grados, el 4% de las especias perdería, como poco, la mitad de su hábitat. Si añadimos medio grado más, el número de especies afectadas aumentaría en un 8%. Entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral se vería severamente afectado por un calentamiento de un 1.5° grados, y esto se extendería a todos ellos con un aumento medio de la temperatura de 2°C.

¿Cómo explica el enfoque negacionista adoptado por algunos jefes de Estado cuando la ciencia dice lo contrario?



Pienso en la película An Inconvenient Truth [Una verdad incómoda, 2006, de Davis Guggenheim, con guión de Al Gore ]. La información de la que hoy disponemos sobre el cambio climático es muy sólida y disfruta de un amplio consenso en el mundo científico, por lo menos entre aquellos que están cualificados para expresar un juicio acerca de ello. Este consenso resulta perturbador para muchos, pues si queremos actuar contra el cambio climático, necesitamos poner en cuestión el uso de combustibles fósiles. El cambio es posible, pero esto precisaría una revolución en muchos campos, empezando con la forma en que producimos y consumimos energía. Si seguimos como de costumbre, vamos directamente de cabeza a un muro.

El movimiento de Viernes por el Futuro [Fridays for Future] ha dado ímpetu y visibilidad al llamamiento hecho por los científicos, y la ciencia ha dado legitimidad a su vez a las protestas de los jóvenes.

Es exactamente eso. A menudo he salido personalmente a las calles de Bruselas a manifestarme junto a los críos, con un cartel que rezaba: “Los jóvenes y el IPCC: más fuertes juntos”. Por supuesto, resulta más difícil permanecer indiferente cuando un joven, inquieto por su futuro, interroga al mundo político acerca de un informe del IPCC, que a menudo se archiva y se olvida.

¿Qué espera de la COP25 en Madrid?

Espero tres cosas. La primera es que tendrían que concluir todas las regulaciones que forman parte del Acuerdo de París (labor en marcha desde la COP21), que distan todavía de haberse completado. Estoy pensando, sobre todo, en las reglas relativas al uso del carbón como combustible fósil, sobre lo cual no hay todavía acuerdo. La segunda es que deberían decidir fijar el máximo del umbral del calentamiento global en 1.5°C. Hoy en día, el Acuerdo de París afirma todavía que debemos limitar el aumento de las temperaturas globales a menos de 2°C. En tercer lugar, ha de establecerse un fondo internacional de transición climática, con una financiación, como mínimo, de 100.000 millones anuales, un proyecto actualmente atascado en sólo 10.000 millones.

Jean-Pascal van Ypersele (1957), doctor en Física por la Universidad Católica de Lovaina, donde enseña Ciencias Ambientales , ha sido asesor de las Naciones Unidas, y formó parte del grupo de científicos que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007.

Traducción: Lucas Antón

il manifesto global, 5 de diciembre de 2019

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