Ciudad

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Mundo Nuestro. La memoria histórica debería empezar por lo inmediato. Por ejemplo, por lo que ocurrió una noche en las calles que rodean el edificio del Mercado de la Victoria. 1973, 28 de Octubre, el nombre que guarda en 41 años la historia de resistencia de los pobres de la ciudad de Puebla. La historia contenida en estos testimonios revela por principio nuestra ignorancia. Una ciudad que no mira para atrás está condenada a sufrir gobiernos insensibles que cometen las mismas acciones criminales. Estos tres testimonios dan cuenta de una sociedad dividida. Y de una ciudad que, cuatro décadas después, comete los mismos errores.

Polo Noyola, antropólogo, ensayista y comunicador, es director del portal La Cultura en Puebla (http://www.laculturaenpuebla.org/). Las fotos que ilustran este texto fueron tomadas del portal de facebook Puebla Antigua (https://www.facebook.com/groups/puebla.antigua/)



A principios del 2014 la UPVA “28 de Octubre” de la ciudad de Puebla hizo un esfuerzo particular por recuperar y preservar un fragmento representativo de su presencia en el movimiento social urbano de la capital del estado, ayudada por un servidor, de lo que resultó un libro testimonial que esperamos que algún día vea la luz y se incorpore formalmente al acervo memorioso de los poblanos. Por ahora quisiera compartir un fragmento relativo a la noche del 28 de octubre de 1973 cuando el presidente municipal Luis Vázquez Lapuente (1972-1975) extendió su orden criminal de “limpiar” unas calles del centro de la ciudad, con un saldo indeterminado de víctimas.

A principios de los años 70 encontramos a la actividad ambulante convenientemente asentada en el centro de la ciudad, alrededor de La Victoria y en la 11 sur, entre la 12 y la 18 poniente, controlada por centrales priístas, líderes freelance y hasta por el Partido Comunista, cuando el activismo social partía sin ninguna ambigüedad de las preparatorias y algunas facultades de la Universidad Autónoma de Puebla. Una ciudad que cumplía una década cruzada por marchas estudiantiles que enfrentaban el autoritarismo disfrazado de religiosidad y de falsa moral; de un Primero de Mayo de 1973 signado por la violencia, el incendio y la muerte del dirigente Alfonso Calderón y otros jóvenes que se encontraban en el edificio Carolino y sus alrededores; un 28 de octubre donde, como veremos en los testimonios de doña Martha, doña Irma y don Rubén, no se midió la fuerza, el aparato represor cruzó las calles del centro destruyendo todo a su paso, triturando, incendiando, desapareciendo.

La noche del 28 de octubre de 1973

“Era un día de fiesta, se presentaba un día de Todos Santos y salíamos a vender, a trabajar allí en las calles, nos acomodaban como podían de a pedacitos de lugares, de un metro, de dos metros, a trabajar ahí; la gente humilde, la gente pobre, la gente necesitada. Entonces nos teníamos que quedar a cuidar nuestros pedacitos de lugares para ganar un sustento y llevarlo a la casa, pero ¿qué se suscita?, que en la noche nos mandan a los granaderos a golpearnos. Metieron maquinaria pesada, había muchos puestecitos, no había muebles ni cosas de valor, lo único de valor que había éramos los vendedores que estábamos ahí durmiendo. Yo estaba en la 3 norte, entre 14 y 3 norte, en ese momento nos tocaba dar un rondín para estar viendo qué pasaba, entonces llegaron con la maquinaria pesada y ahí, sobre el trozo de la 10 poniente, sobre la 3 norte y la 8 poniente, llegaron y aplastaron todo sin ver que ahí había quien estaba durmiendo; aplastaron todos los puestos, después rociaron gasolina y le dieron fuego a todo, le prendieron fuego. Debajo de estos puestos había niños y personas inocentes que fueron aplastados, atropellados y quemados ahí. Yo digo ¿por qué nos trata así el gobierno?, somos gente de trabajo, no somos gente mala, como siempre se nos ha achacado, somos vendedores que trabajamos para comer, para llevar un sostén a la casa. Eso pasó ese día. Era yo una niña de trece años. Si uno está ahí, uno lo vivió, uno lo pasó ahí. Lo que tú vives se te queda en la mente, o sea, no es tan fácil borrar lo que te pasa. Pero yo sí me acuerdo de la masacre que hubo ahí en la 8 poniente y la 3 norte, pues yo siento que estoy consciente de lo que estoy diciendo.” (Mercado Zaragoza)






No salí hasta que terminó

“Esa noche yo estaba a un ladito, porque vendía casi en la esquina de la 14 y me arrinconaba en un puesto que vendía periódicos. Cuando oímos el griterío y todo eso porque ya venían encima de toda la gente. Serían como la una o dos de la mañana. Yo estaba acompañada de tres de mis niños, de los diez que tuve, ya tenía tres niños; fue horrible, había de todo. Nos trataron no como seres humanos, como si fuéramos animales, así fuimos tratados. Yo corrí para la esquina contraria, donde había un zaguancito, que hasta la fecha está la casa, y ahí nos metimos. Ya no salí hasta que terminó. Duró horas. Como a las 4 de la mañana terminó, porque echaron lumbre, echaron gasolina y prendían. Mis hijos lloraban, oíamos gritos, vidrios quebrados. Le damos gracias a Dios que no perdimos a ningún familiar, pero vimos todo. Nos espantaban las lumbres que se veían. A la mañana siguiente era un desastre, dejaron el tiradero, no les importó, dejaron el tiradero, los difuntos estaban en la 8 poniente. Mucha gente que estaba dormida y que no sintió la llegada. Yo me imagino que unos quince muertos, por lo menos.” (Mercado Zaragoza)



Se llevaban a sus muertos

“Una represión brutal, se van sobre los puestos, sobre los vendedores, en camionetas bastante grandes de los inspectores y la policía, que en esa época les llamaban “las julias”; atrás de ellas vienen los granaderos golpeando a los vendedores con palos y demás; atrás de ellos o a los lados los policías judiciales y de los servicios especiales, que era una corporación ilegal, deteniendo a los que no lograban escapar, y golpeándolos; atrás de estos venía el Departamento de Limpia recogiendo escombros, barriendo. Y hasta atrás los bomberos barriendo con agua a fuerte presión, de manera tal que quedó totalmente limpio. Hubo ahí varios compañeros muertos, no se supo de la cantidad, nos llegaron el día después de ese 28 versiones de que había gente que agarraba a sus hijos muertos y se los llevaban; otros que llegaban a tener una camioneta o un coche, ahí se llevaban a sus muertos, en la idea de huir de la represión, porque la memoria histórica en Puebla, en ese aspecto, era en términos de que desaparecía el muerto y a veces la familia también ¿no? Tiene que ver un poco con los antecedentes de Maximino Ávila Camacho. Eso fue lo que ocurrió.” (Mercado Hidalgo)

Mundo Nuestro. Este texto fue originalmente publicado en Mundo Nuestro el 15 de enero de 2015.

“¡Avanzar, avanzar, al gobierno aplastar!”

La consigna proviene de una mujer muy joven, con un vozarrón que avasalla todos los demás gritos.

Es de Verduras, me dice una señora en sus cincuentas, muy orgullosa de la potencia de los pulmones de la muchacha. Y por un instante la imagino en alguno de los pasillos del Mercado Hidalgo ofertando sus jitomates. Sigo su voz decidida y contemplo en ella la historia de una ciudad que por más que expone en puentes, rascacielos y centros comerciales su modernidad a fuerza de espectaculares en inglés looking for de best amenities para la breve punta de la clase media alta, no puede hacer a un lado la lucha de clases.



La escena se ha repetido decenas de veces en los últimos cuarenta años. Muchas de las mujeres que veo entrar al zócalo el martes 13 a mediodía eran niñas cuando Simitrio encabezaba los plantones frente al palacio municipal en los años setenta. Es la 28 de Octubre, la única organización popular independiente de todo partido político que ha sobrevivido a la decisión del Estado de Puebla representado por siete gobernadores de desaparecer todo ánimo opositor ni organización de masas fuera de las siglas del PRI.

Ahí está el 28, como le decían en sus primeros años, en masculino, alertando de su raíz indígena originaria, una vez más, protestando. En femenino, el griterío: las marchantas, las verduleras, las vendedoras de flores, marchan en filas largas que alargan la columna, con un orden añejo, anterior a los recurrentes cambios de pavimentos y luminarias en la Reforma. ¿Qué ciudad es esta que nada más no las entiende? ¿Qué gobernantes tenemos que nada más logran sacarlas a la calle a mentarles la madre?

“¡Esta marcha va a llegar al Distrito Federal!”

Y allá irán el miércoles en caravana, decenas de camiones paralizarán la caseta de Texmelucan, y estarán en Bucareli en plantón a la misma hora que Moreno Valle nos cuente su historia.

“¡Presos políticos libertad!”.



Y allá denunciarán un sistema de justicia que en Puebla en estos últimos ochenta años no es más que un instrumento al servicio del gobernador en turno.

La historia de siempre con los ruidos propios. Y en el principio y en el final, Simitrio, hoy de 56 --tenía 15 en 1973, cuando los granaderos expulsaron una noche a los ambulantes de ese enredo campesino-mercantil que mantenía inundado de puestos el perímetro del Mercado de La Victoria--, detenido a la mala en diciembre, amenazado en enero con encadenarle cuarenta años más a su sentencia que cumpliría este 15 de enero, justo el día que los gobernadores eligieron hace tiempo para mirarse entera y colectivamente a sí mismos en el espejo de la seguridad que da su poder autoritario y soñarse eternos e iluminados.


Foto de Joel Merino.



Ahí estoy en el zócalo, admirado de la resistencia de estas mujeres que se hacen viejas en sus puestos, hechas a los modos inescrutables de sus líderes. Cuarenta años tengo de verlas. Cuarenta años de contar los modos irreparables de los políticos poblanos. El pueblo --ese abigarrado territorio organizado a pesar de todos los esfuerzos por exterminarlo y que resume tianguis y machete, altoparlantes y asambleas en los galerones de un mercado semiconstruído, semidestruido, pero irremediablente vivo-- contra el poder que toma cuerpo cada sexenio y que se reinventa a sí mismo con nombres propios: Moreno Valle, Bautista O’farril, Toxqui, Jiménez Morales, Piña Olaya, Bartlett, Melquiades, Marín, Moreno Valle.

En 1973, el desalojo y el arranque de un combate que duraría más de diez años hasta que Jiménez Morales construye los mercados Hidalgo, Morelos, Zapata, Independencia, Zaragoza, la patria en andadores verduleros, la única gran inversión pública para el aliento de la economía proletaria. La única y la última.

En 1989, con Mariano Piña Olaya, la represión gubernamental que aprovecha los errores y excesos de la organización que encabeza Simitrio (los taxistas golpeadores, las vecindades tomadas, por ejemplo), y encarcela al dirigente con acusaciones armadas exprofeso (narcotráfico, armamento exclusivo del ejército, etc) y le suman más 150 años de sentencia que se reducen a 12 y al paso por penales de alta seguridad, en los mismos penales que no retuvieron al Chapo Guzmán en el 2001.

En 1995, con Mario Marín Secretario de Gobernación de Manuel Bartlett y el asalto granadero al mercado Hidalgo, balaceras de por medio y pedrizas de una masa encabronada contra la cristalería del Palacio Municipal.

En el 2001 la liberación de Simitrio con Melquiades Morales, con el beneficio de libertad preparatoria --y aquí transcribo lo escrito por el abogado Samuel Porras en e-consulta (http://e-consulta.com/opinion/2015-01-14/simitrio-el-derecho-al-revesi) “respecto a la sanción de VEINTICINCO AÑOS CON SEIS MESES de prisión, que le impuso el Juez Quinto de Defensa Social de los de esta Capital, dentro del proceso número 113/89…, concedido por acuerdo del Titular del Ejecutivo del Estado. Desde esa fecha permaneció, en cuanto a su libertad personal, a disposición del poder ejecutivo que le impuso, entre otras obligaciones, la de: 9.- Observar una conducta intachable en forma permanente. Apercibiéndole que en caso de incumplimiento de alguna de estas obligaciones, será motivo suficiente para la revocación de su libertad y su reinternamiento al Centro de Readaptación Social que se designe por la autoridad competente.”

Un cuchillo en el cuello y la prohibición de poner un pie en la ciudad en los siguientes cinco años. Simitrio regreso en el 2006, llevó una vida dirigente tras bamabalinas. Hasta el año pasado, en noviembre, cuando encabezó por primera vez en treinta años una manifestación a este zócalo. El contexto: Chalchihuapan, Cholula, Canoa, y más complejo aún, Ayotzinapa y la rebelión nacional contra Peña Nieto. Tuvo los días contados, hasta el 19 de diciembre, con la decisión de una jueza (aquí una vez más, Samuel Porras):

“Dieciocho de Diciembre del año 2014 dos mil catorce, la Secretaria da cuenta a la Jueza, con el escrito de la Agente del Ministerio Público de la adscripción; a fin de dictar el acuerdo correspondiente. CONSTE”; y, una resolución: “…a 18 dieciocho de diciembre del año 2014 dos mil catorce…se resuelve: “PRIMERO.- Se REVOCA LA LIBERTAD derivada de la quinta fase del tratamiento preliberacional otorgada por el entonces Secretario de Gobernación, por acuerdo del Gobernador del Estado, con fecha 05 cinco de abril del año 2001 dos mil uno. SEGUNDO.- Se libra orden de DETENCIÓN en contra del sentenciado RUBEN SARABIA SÁNCHEZ y/o SIMITRIO ZEMPOASQUELLO ZITLA, para tal efecto gírese oficio al Procurador de Justicia del Estado, para que ordene a quien corresponda de cumplimiento a la presente orden detención, y lograda que sea, lo internen en el Centro de Reinserción Social de esta Ciudad, debiendo informar a esta autoridad de manera inmediata el cumplimiento de dicha orden, a fin de hacerle saber el motivo de la revocación de libertad preliberatoria

Cuarenta años de ver esta historia. Un líder popular independiente en la cárcel. Y no tengo ninguna certeza. Qué Estado tenemos, qué ciudadanía hemos construido.



Foto de Joel Merino.

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Observo dos escenas en este arranque del 2015, y las dos me dan el rostro de este Estado nuestro contradictorio y complejo, pero también elemental y definido.

Lunes 5 de enero en la 11 Sur los equipos de trabajo arremeten de última hora contra las estructuras por terminar en las estaciones del Metrobús; en Cúmulo de Virgo tres cuadrillas de CFE mueven dos postes rezagados en la esquina de la escuela Jalil Gibran; frente al club de golf otra parvada termina de plantar los nuevos semáforos. Los vecinos vemos el trajín y nos preguntamos si algún día alguien tendrá la amabilidad de explicarnos las nuevas mecánicas para entrar y salir de San José Mayorazgo, dar vuelta en Margaritas, encontrar la ruta para ir al centro sin tener que ir a dar hasta la 105 Poniente, si no es que hasta el Periférico. Nada. El gobierno construye con sus contratistas como si no existiéramos los ciudadanos. Y sin embargo, tengo a la vista una acción de gobierno que nada más lleva de retraso veinte años.

Martes 6 de enero en las afueras del CERESO de San Miguel. Es mediodía, el sol calcina como le place en invierno. Es día de visita, así que ahí están las madres esposas hijas hermanas de los reos que se apuran para entrar con sus cargas de alimentos y sus niños de la mano de sus juguetes recién traídos por los Reyes. Un grupo de periodistas observamos a los cinco diputados federales del PRD plantados en la rampa de entrada al penal a la espera de la autorización por el alcaide para su ingreso como observadores de la condición carcelaria de los presos políticos que el gobierno de Rafael Moreno Valle mantiene desde hace varias semanas: los presidentes auxiliares de Chalchihuapan, La Resurrección y Canoa; los campesinos de Chalchihuapan detenidos en un asalto de madrugada por granaderos y judiciales sin orden de aprensión alguna; Rubén Sarabia, Simitrio, y su hijo Atl Tonatiuh, encarcelados a finales de diciembre también luego de una detención abiertamente ilegal --el primero al salir de una reunión-trampa orquestada por un funcionario municipal y el segundo en la ciudad de México, tras una movilización de protesta por la detención de su padre--. Rita Amador ha entrado unos minutos antes a ver a su marido Simitrio. Los diputados perredistas no tienen respuesta para el interrogante sobre el respaldo que su partido ha dado desde el propio proceso electoral que llevó a Moreno Valle a la gubernatura en el 2010. Parece que eso no les preocupa mayormente, casi como si fueran de otro partido y no de uno que cogobierna con el de los panistas. A la entrada de la cárcel pienso en este gobierno que ha optado sin tapujos por la criminalización de la protesta social y en las contradicciones de esta izquierda mexicana que se posesionó de curules y acuerdos de traspatio con la derecha partidaria.

En esas dos escenas está el Estado, me digo, fiel a sí mismo.

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Intento resumir las maneras de este gobierno poblano que perfila el rostro más público de este Estado nuestro, y lo hago sin dejar de ver el Estado que nos propone Moreno Valle, el de “las grandes obras que modernizan a Puebla”, el “las acciones que lo transforman”, y veo el Metrobús, el puente de la 31, la rehabilitación del desastre creado por el presidente Municipal Luis Paredes en el túnel de la Juárez, o la reconstrucción de la caricatura de periférico ecológico en los cruces de la recta a Cholula y la antigua Federal a México. Es el Estado que han perfilado los últimos seis gobernadores y que se resume en las palabras Angelópolis y pluscalía, la ciudad capitalista fundada en la expropiación originaria de la tierra campesina.

- Es un Estado endeudado, con un gobierno constructor de obra pública con empresas privadas y con recursos provenientes en lo fundamental del mecanismo de endeudamiento conocido como Proyectos de Participación Social (PPS), que para septiembre de 2014 significan ya 15,490 millones de pesos (Investigación de Eudixio Morales y Alejandro Chávez Palma, BUAP. Ver La Jornada de Oriente http://tinyurl.com/m8xmckz), para proyectos como el Museo Internacional Barroco (7,280 mdp, a 23 años, La Peninsular Cia. Constructora, de Carlos Hank Ron), el Centro Integral de Servicios (3,800 mdp, a 24 años, Grupo Técnico Constructor), Parque Paseo del Teleférico (190.2 mdp, sin tiempo especificado, a Ay PP Construcciones CEMS), la Plataforma Audi (2,000 mdp, a 25 años, Construcciones y Desarrollos Inmobiliarios Santa Fe), Procuraduría General de Justicia (158 mdp, a 20 años, a Edificaciones y Desarrollo de Ingeniería), Autopista Cuapiaxtla-Cuacnopalan (1,662 mdp, a 30 años, a Edificaciones y Desarrollo de Ingeniería, Osa-Edificadora y Oceanografía), Estrella de Puebla (400 mdp, a 25 años, a Maurer Germán Wheels).

Este esquema de endeudamiento aprobado por el Congreso local en el 2012 se suma a la deuda acumulada por el estado que alcanza los 5,763 millones de pesos, más la deuda municipal (1,004 mdp), la deuda contingente (2,263 mdp), la deuda municipal a fondo perdido (682 mdp) y las deudas con bancos y proveedores (721 mdp), lo cual arroja una deuda total a ese mes de septiembre de 26,023 millones de pesos. Este endeudamiento contrasta con la disminución porcentual del gasto en inversión pública respecto del PIB estatal, pues cayó del 6.3% en el 2011 al 4.2 en el 2013.

A la vista también, la concentración de la inversión pública federal y estatal en la ciudad de Puebla, con las obras del Metrobús, los llamados viaductos en la 21 Poniente y en la recta a Cholula, las pavimentaciones con concreto hidráulico, la conexión del periférico Oriente con la autopista y el propio Segundo Piso en esa vialidad.

- Es un Estado disminuido, con un gobierno que poco a poco desmantela la actividad como proveedor de servicios públicos, con la privatización del sistema de agua potable, y su entrega amañada a una empresa de Hank Rohn, como el ejemplo emblemático de lo que ocurre en México.

- Es un Estado antidemocrático, con un poder ejecutivo que ha logrado controlar las estructuras republicanas que configuran la democracia: los partidos y el Congreso (ejemplo concreto: la desastrosa reforma a la ley orgánica municipal que desaparece las juntas auxiliares); los órganos ciudadanos electorales, transparencia y derechos humanos (basta analizar el proceso por el que se nombra a los responsables de esos organismos, con el caso muy reciente del CAIP); el nivel de gobierno municipal, su soberanía constitucional; y el poder judicial, que en decisiones como las que ha tomado en conflictos sociales como Cholula y Chalchihuapan , Canoa, Resurrección 28 octubre confirma su sometimiento.

- Es un Estado autoritario, con un gobierno que ha criminalizado la protesta social y ha violado abiertamente la ley con detenciones ilegales (inexistencia de órdenes de aprensión, ocultamiento de los detenidos por varias horas antes de ser presentados en un juzgado, acusaciones sin sustento).

- Es el Estado de la planeación antidemocrática y de la imposición de un modelo de desarrollo oligárquico, con un gobierno que en sus proyectos deja de lado a las instituciones de conocimiento (las universidades y sus centros de investigación) y cede su diseño y operación a empresas particulares. Los casos abundan: los proyectos industriales (AUDI) en San José Chiapa; los proyectos mineros e hidroeléctricos en la Sierra Norte; de transporte (metrobús, puentes, segundos pisos) los proyectos turísticos (rueda de la fortuna, teleférico, plaza de las 7 culturas) y culturales (museo barroco). En ningún caso los proyectos y obras se han hecho de conocimiento público para su análisis, discusión y enriquecimiento colectivo.

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Ese Estado tenemos. Y qué ciudadanía hemos construido. ¿La representan las verduleras de la 28 de Octubre. ¿Cómo ha resistido una organización mil veces dividida por la acción de gobierno?

No es fácil entenderlo. Se lo pregunto a Rita Amador.

--¿Cómo estás, Rita? --le pregunto ahí mismo entre el borlote de los discursos incendiarios y las consignas. La pregunta le desconcierta.

--Estoy… No sé cómo estoy. El acoso sobre mi familia, sobre Simi, sobre mis hijos, todo me mueve el tapete.

--¿Te arrepientes de todo esto que has vivido?

--No me arrepiento, tengo ánimos. Yo no soy protagonista, Simitrio ha defendido su ideología, yo lo apoyo como esposa. Peleamos por la gente, por defender sus espacios de trabajo. No, no me arrepiento.

--Por qué crees que volvieron a detener a Simitrio?

--Cuando pasó en diciembre, yo no entendía por qué. Este 15 de enero se terminaba de purgar en libertad la sentencia. Luego entendí que no sólo es el gobierno de Puebla, es el Estado mexicano, el que mantiene en la pobreza a la gente, el que tiene temor de Simitrio por su calidad de líder. Pero Simi no generó esta inestabilidad que vivimos, a pesar de que siempre nos han querido ligar con grupos extremistas. No es así.

--¿Y la detención de su hijo Atl Tonatiuh? --le pregunto en el contexto de la acusación de narcomenudeo en el Mercado Hidalgo.

--Eso lo planteó desde febrero pasado el secretario de Gobernación --responde Rita--, y que el hijo de Simi estaba involucrado. Simi les dijo, investiguen. No es nuevo, y desde hace mucho que les dijimos que es en el Mercado Unión donde se dan esas cosas, ahí no venden básicos ni perecederos, sólo usados, y es ahí donde asaltan. En el 2006 lo clausuró el gobierno, desde siempre se le conoce como el hoyo negro. Ellos, con los enemigos de la 28, lo crearon, y desde entonces lo tienen los corridos como Vélez junto con Carlos Talavera. Lo que pasa es que los dos hijos de Simi, Atl y Xihuel son los que han estado al frente de la organización, ellos están en las comisiones Administrativa y Negociadora. Por eso en diciembre se metieron a su casa y sacaron la acusación de tráfico de drogas.

Es Rita Amador, la segunda esposa de Simitrio. ¿De qué vives?, le pregunto. Tiene dos puestos en el área de rodamiento, uno lo renta y en el otro vende ropa; dice que hoy mismo le renunció la empleada, pues ya no aguantó la presión sobre la familia de Simitrio; además tienen tres locales en el mercado, son de sus hijos, dos están en renta, y en otro, el negocio de Rita, la venta de disfraces.

--Mira a la gente --me dice Rita--, está tranquila, pero está muy enojada. Hubo mucho debate estos días, muchos quieren tomar las casetas, cerrar las carreteras, pero la organización ha madurado, hay una dirección colectiva, hay mucho debate. Lo importante es que Simitrio apareció vivo unas horas después de su detención. Tenemos que hacer un plan de acción, porque ellos, el gobierno, están a la ofensiva.Yo he pensado mucho en lo que sigue, sé que no será fácil que salga de la cárcel, que a lo mejor tendremos que esperar a que salga este gobernador, aunque su grupo se puede quedar hasta el 2018.

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Jueves 15 por la mañana. Termino de escribir antes del informe de Moreno Valle. Hace más de quince años que no asisto a uno de estos eventos iluminados para obra y gracia del poder poblano.

Y no dejo de pensar en esta compleja relación que nos explica: Estado y ciudadanía.



Foto de Joel Merino.

Mundo Nuestro. El autor, escritor, antropólogo y comunicador, tiene entre otras especialidades la del género testimonial. Es autor de los libros Los barrios de Puebla, a través de historias orales. Ayto. Puebla/Ed. ACD. Puebla, 2002; Memorias magisteriales, SEP, Puebla, 2003; “La Raza de la Hebra”, Historia del Telégrafo Morse en México, BUAP, agosto del 2004; 2ª edición, Syscom, 2005 y Cien años de recuerdos poblanos, BUAP, 2010; además de La Munda, novela de ciencia ficción por entregas en La Jornada de Oriente, 1998. Desde el 2013 encabeza en Puebla el portal La Cultura en Puebla)

La palabra ambulante describe a una persona que se mueve de un sitio a otro y que carece de un lugar fijo para su actividad, que en México relacionamos con el comercio. El ambulante es el que vende algo en la calle, aunque la palabra puede referirse, simplemente, al que anda por la vida.

Ambulantes aquí se refiere a un comerciante no establecido que vende sus productos en las calles de la ciudad; su ambulantismo es relativo, pues aunque es un vendedor ambulante en realidad pasa temporadas e incluso años en una ubicación específica, una esquina, un camellón o un rumbo. Ganar o perder ese sitio es esencial para la conservación de su actividad. Y bueno, en el caso concreto de Puebla, su ambulantaje concluyó en numerosos casos cuando se construyeron, a mediados de los ochenta, una decena de mercados diseminados por todos los rumbos de la ciudad y a donde fueron recluidos un número importante de ambulantes. Pero llegaron más.



Durante meses estuve inmerso en la comprensión de esta actividad tan importante en las economías urbanas de todo el mundo y especialmente de países que, como el nuestro, transitan (flotan, navegan) fatigosamente en modelos económicos parchados e inacabados que se manejan sin equidad ni democracia y muy frecuentemente sin inteligencia. Me acerqué a los ambulantes con algunas ideas preconcebidas que ayudaron poco a su comprensión. Trataba de entender si los comerciantes ambulantes ofrecen a los consumidores opciones de venta minorista conveniente y accesible o simplemente nos hacen víctimas de un engañoso intercambio que nos provee de artículos defectuosos, fraudulentos, de procedencia ilícita o de ínfima calidad. Pronto comprendí que estos supuestos en realidad eran prejuicios de los que debía deshacerme lo más pronto posible para penetrar las primeras capas de una actividad comercial muy compleja y amplia, que concentra todas las virtudes y defectos del sistema capitalista que padecemos, que contempla no solo los riesgos a favor y en contra que he mencionado, sino otra cantidad de posibilidades y de productos que transitan por una gama imaginable de calidades y cualidades, de productos chinos de nula calidad hasta productos frescos, saludables y a precios increíbles como es el caso de muchos de los productos de un mercado como el Hidalgo. Estos comerciantes componen la fuerza humana que mueve el comercio popular de una metrópoli que aglutina 18 municipios. Excepto los jóvenes, todos los adultos fueron aquellos vendedores ambulantes que toreaban en las calles de la ciudad en torno al Mercado La Victoria a principios de los años setenta; en los cruceros y banquetas de la 11 sur, entre la 12 y la 18 poniente.

Buscando ayudar a la preservación histórica de esa memoria me acerqué a la UPVA a recoger algunos testimonios sobre el antes y el después de la organización. Lo que encontré fueron mujeres y hombres con capacidades y sabidurías particulares que conocen sus productos con la precisión de un científico, o la psicología humana que les permite comerciar productos imprevistos en cualquier lista de compras; climatólogos, expertos de mercado que llevan a nuestras manos desde fruta fresca hasta cuentos chinos; de inocuas artesanías hasta peligrosos cohetones… chinos también. Comparto con ustedes hoy, “día de la 28”, algunos fragmentos testimoniales sobre el antes y el después de la fatídica noche del 28 de octubre de 1973.

Los claveles de la 11

Pues yo me inicié allá en la 11, allí empezamos a laborar con el negocio que tenemos, que viene siendo el mismo que ahí, negocio de flores; por decir gladiola, nardo, crisantemos, claveles, pura flor, fina pero de manojo. Estuvimos ahí en la 11 como diez años, soy de San Gregorio Atzompa, del lado de Cholula. Yo no cultivo las flores, yo las compro hace casi cincuenta años y ya las vengo a vender aquí. (Antonia García Méndez, Mercado Hidalgo)



Nos cobraban tres pesos

Comencé a vender por ahí caminando con mi carrito, así anduve un tiempo; pasó el tiempo, entonces me vi con los líderes que me andaban empujando para allá y para acá y todo eso. Mejor me vine a vender en un mercadito de la 13 que se llama Santa Anita, allí me puse a vender en una esquinita, en la banquetita, allí me puse a vender. Pero ya después empiezan a haber los brotes de represión en contra de los vendedores de parte del gobierno. Cobraban, el ayuntamiento nos cobraba tres pesos diarios, pero ahí comienza la represión, empieza el revoloteo en contra de los vendedores con el argumento de que ya tenían pensado hacer mercados. En ese tiempo todavía no existía ni el Bulevar Norte ni el bulevar 5 de Mayo, nada, era la pura terracería de allá. La única vialidad que se veía en ese momento era la Diagonal, que antiguamente era puro paso de ferrocarril, en la 10 poniente con la 21 norte. Ahí pasaba un trenecito que le llamaban La Rana, cargaba piedra de allá de cementos hacia acá, al centro, pura piedra para cal y cemento. (Antonio Heras López, Mercado Hidalgo)



La noche del 28 de octubre de 1973

Era un día de fiesta, se presentaba un día de Todos Santos y salíamos a vender, a trabajar allí en las calles, nos acomodaban como podían de a pedacitos de lugares, de un metro, de dos metros, a trabajar ahí; la gente humilde, la gente pobre, la gente necesitada. La noche del 28 de octubre de 1973 llegaron y aplastaron todo sin ver que ahí había quien estaba durmiendo; aplastaron todos los puestos, después rociaron gasolina y le dieron fuego a todo, le prendieron fuego. Debajo de estos puestos había niños y personas inocentes que fueron aplastados, atropellados y quemados ahí. Yo digo ¿por qué nos trata así el gobierno?, somos gente de trabajo, no somos gente mala, como siempre se nos ha achacado, somos vendedores que trabajamos para comer, para llevar un sostén a la casa. Eso pasó ese día. (Martha Ortega, Mercado Zaragoza)

¿Y ahora qué hacemos?

¿Y ahora qué hacemos? Había permiso, no sé cómo se le fue la mano al gobierno municipal, porque fue el gobierno municipal. Entonces yo estaba ahí con toda la gente y había una persona que la hacía de merolico en la 3 norte y 8 poniente, en la mera esquina, ahí tenía su sonidito. Era al que más reconocían porque tenía facilidad de palabra ¿y ahora qué hacemos?, ya no nos dejan vender. Y él dijo que fuéramos al Carolino a ver al ingeniero Terrazas a ver qué nos decía. Fuimos un grupo como de unos veinte, entramos y nos dice, no, yo no les puedo apoyar porque es tanto como decir que el rector de la universidad está apoyando a los ambulantes, lo que sí es que pueden ir a las aulas, que les dé permiso el maestro de interrumpir la clase para invitar a la comunidad. Pues fuimos, le pedíamos permiso al maestro y nos decía, bueno, pues díganles a los estudiantes. Todavía estaba fresco lo del 68. El compañero, que se apellidaba Zavaleta, les dijo, saben qué, nos pasó esto y eso y esto y queremos, solicitamos de ustedes que nos apoyen para retomar la calle y vender. Y nos dijeron que sí, que para cuándo. Para ya. De ahí nos dijeron, no se preocupen, vamos hablar con los demás compañeros y mañana los apoyamos. Al otro día sí, estaba la policía, rápido nos hicimos de palabras y, junto con los estudiantes, ya hicimos bola y entre todos los sacamos. Bueno, ya nos instalamos, ya nos pagamos, y como que nos crecimos. Y bueno, pues gracias a los estudiantes, no nos dejaron, a partir de ahora los vamos a apoyar. (Miguel Alonso Gómez, Mercado Hidalgo)

Venimos a pedir su ayuda

Yo sé de la 28 dos días después del suceso del 28 de octubre de 1973, cuando llegaron unos compañeros a la preparatoria Emiliano Zapata a invitarnos a participar y a entrar en conocimiento de lo que estaba sucediendo en las calles, en la 3 norte; llega un compañero al salón de clases a señalarnos que dos días antes habían sido reprimidos y que posiblemente había desaparecidos o muertos. Es lo que recuerdo. (Raúl Netzahualcóyotzi, activista estudiantil)

Nos empezamos a juntar

Nosotros éramos comerciantes, nos empezamos a juntar o a unir porque empezaron a decir los compañeros en las calles que hay que organizarnos, que el gobierno no nos quiere en las calles. No teníamos organización, se empezó por una organización ahí, a partir de la masacre que hicieron el 28 de octubre, cuando aplastaron a los niños y les rociaron gasolina. De ahí se formó la organización 28 de Octubre. Entonces, con esa organización fuimos trabajando, creciendo, creciendo, y mucha gente se ha afiliado a la 28 de Octubre porque ha prestado ayuda a toda la gente necesitada, toda la clase humilde; no ha venido una sola gente a decir tengo hambre que no se le ayude, aunque sea con cooperaciones que les damos, se les regala un plato de comida, se les regala una fruta, porque es gente que lo necesita. (Martha Ortega, Mercado Zaragoza)

La Unión Popular de Vendedores y Ambulantes, UPVA “28 de Octubre”, origen o estación de tránsito de todos los ambulantes modernos de la ciudad, cuenta actualmente con unos tres mil miembros activos que se desempeñan en una treintena de lugares en la urbe poblana.

Este es un tributo a su lucha.

Vida y milagros
Una persona que compra o tiene un terreno para construir una casa en una zona con uso de suelo habitacional, la construye o adquiere pensando que tendrá como vecinos a otras familias y un orden predecible a futuro. Por lo menos esa básica certidumbre debiera tener quien invierte su patrimonio en lo que es una de los temas cruciales para un ser humano: el sitio en dónde va a vivir. Colonias que tuvieron como acta fundacional el rubro de "fraccionamiento para vivienda" con sus respectivas áreas de donación para equipamiento como mercado, escuelas y parques, al cabo de los años van cayendo en el desorden provocado por la incorrecta aplicación o la ausencia de un PDU (Programa de Desarrollo Urbano) o por los cambios inesperados de uso de suelo que se hacen a dichos programas. Así, el uso de suelo de un parque puede cambiarse a cancha deportiva y de la noche a la mañana los deportistas rebotan un balón en las paredes de las casas. Otro descubre que la casa que recientemente vendió su vecino ha sido convertida en restaurante bar, en donde han instalado bocinas que harán ruido desde las once de la mañana o hasta altas horas de la noche. También puede suceder que en una colonia se decrete corredor de "uso mixto" a una avenida , por lo que una casa puede quedar junto a otra casa que ha sido convertida en preparatoria , sin los accesos viales ni la infraestructura para recibir a 200 o 300 estudiantes. El caos llega a la calle y sus habitantes se tendrán que aguantar.
En muchísimos casos las colonias se fundan sin permisos en zonas de riesgo o sobre ejidos a los que llegan las manchas urbanas. Todo se vende sin preservar los mínimos espacios para uso público. Quienes llegan a vivir ahí obligados por la necesidad, no sabrán nunca a qué atenerse, aún cuando es obligación de los municipios y el estado el generar un ordenamiento previo a una urbanización, algo que quizás nunca llegará.
Vivimos en ciudades y comunidades en las que no existe certidumbre jurídica sobre lo que tenemos o compramos, en las que de la noche a la mañana los usos de suelo son modificados sin que las autoridades estatales y municipales tengan la capacidad para comunicar y consultar con sus ciudadanos los cambios que los afectarán o el orden que debiera regirlos.
En la ciudad de Mexico cada delegación trae su orden o su desorden, y en la mayoría de las ciudades y municipios del país, incluídas las grandes capitales, domina el caos aún cuando cuenten con PDU, pues estos programas, por la forma en que se hacen, suelen quedar sujetos a una enorme discrecionalidad. También sucede que la ciudadanía prefiere irse por la libre y no pedir permisos, sino perdón, apostando a que cuando la autoridad aparezca ellos ya habrán consumado sus cambios y que estos serán irreversibles. Es muy raro que una autoridad decrete el derribo de algo que violenta un PDU. No conozco ningún caso. Normalmente todo se resuelve con multas pero no con el derribo de algo que contravenga un ordenamiento vigente.
Aunque hay municipios que ya tienen ordenamientos desde hace muchos años y aún cuando nada impediría tener un registro catastral cruzado cibernéticamente con el PDU, esa herramienta no es ni accesible ni facil de entender. Este necesario cruce involucraría de manera efectiva a los ciudadanos en el control de lo que sucede en su colonia , barrio o calle.
Saber qué se puede y qué no se puede en un predio es muy complicado. He sabido de casos tan aberrantes como el que alguien compró tres casas pegadas y las pretendió derribar para hacer un centrito comercial dentro de una privada . Los promoventes ya tenían los permisos otorgados, aún cuando faltaba el estudio de vialidad, clave para autorizar un centro comercial en una calle tan angosta. Los vecinos se ampararon y ganaron. Hubo otro caso en que un empresario rentó cuatro casas, las tiró con el permiso de los dueños formando un solo lote y construyó una gasolinera porque en esa específica calle, en una modificación parcial del PDU se había cambiado el uso de suelo de residencial a "corredor de uso mixto". No hubo manera de evitarlo. Otro caso aún peor fue el de una casa habitación en la junta auxiliar Zaragoza en la ciudad de Puebla , convertida primero en "restaurante familiar con venta de alcohol" , usando para eso el espacio del estacionamiento; en unos meses toda la casa había derivado en un burdel que operaba prácticamente todo el día. Los vecinos fueron tenaces y lograron hacer valer sus derechos para invalidar la licencia para que una casa habitación cambiara tan radicalmente de uso de suelo, pero estos casos de éxito cívico son muy raros.
¿Qué es "uso mixto"? Casi todo lo que a alguien se le ocurra, desde un espacio para instalar una antena de radio telefonía, hasta antro, cantina, colegio, unidad de consultorios, estacionamiento, taller, gasolinera, carpintería, talachería, pequeña industria, kinder o los centritos comerciales con gimnasio y el consecuente ruido continuo que todos estos lugares generan. Casi todo uso mixto va acompañado de ruido, o lo que algunos entienden como "música". En las iglesias, que caen dentro del rubro de "uso mixto", los sacerdotes o pastores han caido en la fes costumbre de hacer ruido y dirigir el culto con micrófonos y bocinas hacia la calle, un claro signo de estos tiempos. Y eso que el estado es laico. Ajá.
Los espacios mixtos y los aumentos de densidad se marcan en el programa, pero dejan margen a una gran discrecionalidad. La discrecionalidad suele derivar en desorden. Nada debería dejarse a la discrecionalidad en un Programa de Desarrollo Urbano. Si bien las ciudades no son estáticas y requieren modificaciones, también es cierto que las ciudades se reinventan en los programas de manera periódica, dejando a sus habitantes en plena incertidumbre e indefensión acerca del lugar en el que viven.
Quienes quieren hacer todo bien y en orden, se tardan meses en conseguir permisos para construir algo correcto, sustentable y permitido, ya que no hay un sistema catastral estatal completo, público y sencillo que nos permita acceder a la información necesaria para saber qué se puede y qué no dentro del municipio en que vivimos. Y todo se complica más porque tampoco se sabe con certeza dónde empieza y dónde termina un municipio. De los 217 municipios del estado de Puebla, 215 tienen problemas limítrofes. A ningún gobernador le ha importado priorizar el tema del ordenamiento del territorio y tampoco ha sido un tema central para los partidos y sus diputados. El presupuesto para eso es practicanente nulo.
Puebla Capital tiene problemas de limites con casi todos los 17 ayuntamientos que lo rodean , excepto con San Andrés, resuelto apenas hace tres años. Por años esa enorme franja fue territorio de corsarios inmobiliarios. Los drenajes y descargas de los municipios están conurbados también , generando un desorden espectacular en la gestión del agua.
Sin rectoría estatal y con los cortísimos periodos de los gobiernos municipales, cercados por la inmediatez del día a día, no es posible planear y actuar a largo plazo. El resultado es el caos y el desorden que hoy impera en el territorio del Estado de Puebla. Por desgracia no somos la excepción. La mayoría de nuestro país está así, desordenado, caótico e impredecible.

La entrada en vigor del primer reglamento de “Busking” en Puebla es el tema. Y la voz la de un artista poblano que se hizo a sí mismo en las calles del mundo.

“Busking” es una representación artística en la vía pública a cambio de donativos. Un tema polémico en cualquier ciudad, con voces que se levantan a favor y en contra. Yo decidí entrevistar a Ricardo González, un músico y cantautor poblano que recientemente regresó a la ciudad después de una larga ausencia. Él ha vivido gran parte de su vida en Europa, más específicamente en Bélgica, y por supuesto tuvo la oportunidad de recorrer gran parte de Europa como “busker”. En un momento decidió tomar la mochila y la guitarra y aventurarse al otro lado del mundo, Asia, y por Tailandia de arranque. Con el tiempo llegó a Sudamérica. Toda esa experiencia lo convierte en un especialista en la materia.

Ricardo es certero en su mirada sobre la realidad del artista callejero: conocerse a sí mismo al correr a la deriva por las ciudades del mundo pero siempre con el entendido de que la vida depende de ti, tú creas tus circunstancias. Y decides cuándo partir. Y de un lado a otro ha construido su experiencia como cantautor. Y ha comprendido que la música y el trabajo de los artistas vuelve la vida de todos más amena. Así ha pasado quince años en una experiencia que muy poca gente vive. Y desde ella nos habla a los poblanos metidos en esta mal llevada discusión en torno a la política del gobierno municipal sobre el trabajo de los artistas de la calle. Y sobre cualquier cosa, dice, lo fundamental es empoderar a los artistas.



Esta es la conversación con este personaje sobre la realidad de los artistas callejeros.

--Si alguien puede ilustrarnos acerca del tema del “busking” eres tú, porque gran parte de tu carrera la has hecho precisamente en las calles. ¿Me gustaría saber si existía un plan o todo fue espontaneo en tu carrera?



--Sí existía un plan. El plan era conectar conmigo mismo a un nivel profundo y sin precedentes. Era descubrir cuál era el significado de mi vida, quién era y sobre todo, en quién podía convertirme. Ese era el plan, por otro lado, sabía que para descubrir todo eso, la condición era fluir con la vida, con las circunstancias y desafíos que son inevitables cuando uno emprende un viaje fuera de su zona de confort. Así que decidí rendirme y permitir que el camino y sus enseñanzas se manifestaran a su propio ritmo.

--¿Así nomás...? ¡Órale! ¿Y por dónde empezaste? ¿Se dieron las circunstancias o las buscaste?

--Empecé por tomar la decisión de dejar el país y vivir con lo mínimo, (mientras menos peso cargue, más alto puedo volar, pensé) vendí mucha ropa, muebles y cosas. También dejé a la pareja que tenía y con quién ya vivía. Las circunstancias eran que no había mucho dinero, sin embargo, estoy convencido y sé por experiencia propia que las circunstancias no te definen y que si no estás a gusto con las mismas, sí tienes el poder de generar nuevas. Y fue así que a pesar de contar con pocos ahorros estuve viajando por casi dos años.



--Sí. Eso puede verse en tus fotos. ¿Qué país visitaste primero? ¿Qué tiempo pasaste en él? ¿Cómo sabías que ya era tiempo de moverse a otro lado y hacia dónde?

--Tailandia, ahí pasé ocho meses en total. La elección de dejar un lugar y continuar el viaje siempre era sencilla de tomar. El corazón, mi guía interno, siempre dictaba el momento de partir. Al haber tenido la fortuna de viajar mucho en mi vida, sabía que para mí lo que realmente importaba era la calidad del viaje, la calidad de conexión con un lugar y su gente, y no tanto la duración. Es por ello que en vez de quedarme los tres meses planeados en Asia, me quedé un año y medio. Simplemente porque me sentía en casa y no había necesidad de correr, no había prisa. Si sentía que no podía seguir creciendo en un lugar, era hora de partir. Si sentía que había ya demasiada familiaridad y comodidad, era hora de partir.

--¡Empezaste del otro lado del mundo!

- Pues había vivido en Bélgica desde los 15 años, así que pues ya estaba más cerca de Asia

--¿Y porqué regresar a Puebla? Es una ciudad difícil y hasta cierto punto "cerrada".

--Porque la sangre llama, la tierra y las raíces también. Porque necesitaba saciar una necesidad, la de conexión con lo mío. Porque sentía que había un vacío en mí, que viajar es importante, sin embargo pertenecer es sagrado. Necesitaba volver para cerrar ciclos y comenzar nuevos.

--Si, por algo nace uno donde nace, dicen que uno lo elige...Y el viajar te da otra perspectiva, no sé si más objetiva.

--Si, te ayuda a ver con otros ojos, te hace humilde y te invita a valorar de dónde vienes

--Y puedes sopesar defectos y virtudes… Platícame de tu experiencia con el "Busking", tuviste muchas y en muchos lados diferentes.

--Creo que en varias ciudades de por lo menos ocho países.

- Me interesa tu opinión sobre ese tema porque aquí está la polémica sobre el reglamento al Busking. ¿Tú cómo lo ves desde tu experiencia?

--Para entender mi trabajo pueden ver estos videos grabados en España.

--Ésta fue una de mis mejores experiencias de busking.

--Pues se ve que realmente lo disfrutaban y la gente por lo tanto se conectaba y respondía.

--Sí, fue una tarde inolvidable

--¿Pero qué tal los reglamentos de “busking” en las diferentes ciudades donde estuviste?

--Pues varían. En Bélgica varía de ciudad en ciudad. En Leuven, dónde viví por muchos años, era gratis, aun así había reglas. No podías bloquear la banqueta, no podías usar amplificación, no podías tocar más de una hora en el mismo lugar... En Bruselas también era gratis, sin embargo tenías que presentarte ante el jurado para ver si lo que hacías era de calidad. La zona del centro, (La Grande Place) está llena de turistas y ahí se juntan los buskers, músicos, estatuas vivas.... y pues el nivel es bastante alto. Se quiere proteger eso, que el nivel prevalezca. En España (Barcelona) hay espacios en el metro asignados a músicos y buskers, pero requieres haber hecho audición antes y tener el permiso. Se te otorga un horario, por ejemplo dos horas al día en cierta esquina del metro y una más en otro punto. Y así. Es como una lotería. En otros lugares eso no existe, y sólo hay que dialogar entre músicos y apoyarse compartiendo los spots para que todos tengan oportunidad. Eso pasaba en Edimburgo, Escocia. Nos juntábamos a las 8 de la mañana para armar la lista de artistas del día. A las diez más o menos terminaba el show final. En fin de semana más tarde. Pero había un sorteo. Y sacábamos un número al azar y así compartíamos el spot más bueno del centro. Y si no llegabas a esa hora te tocaba la peor hora o no tocabas simplemente

--Y según tu experiencia, ¿qué sistema funciona mejor?

--Pues… la pregunta del millón. Considero que la mejor sería la que empodera al artista. Pero si siento que la organización es importante. Y pues a pesar de que la expresión artística es esencial para el ser humano, hay gente que, siento yo, no aporta nada al tocar en la calle.

--Si tú estuvieras a cargo de la secretaría de cultura o más precisamente de organizar el “busking” en Puebla, ¿qué harías?

--Creo que es una premisa importante. El busker tiene como misión contribuir a la sociedad, a que la existencia sea más amena. Organizaría una reunión con todos los buskers, pediría la opinión de unos cuantos al respecto. Y también tendría un consejo de capacitación y un equipo creativo para ayudarme a decidir cómo poder permitirles hacer su arte, siempre y cuando sea saludable para el ecosistema (para todas edades) y generar una lista de reglas a aplicar (por ejemplo, el no estar ni tomado ni drogado mientras se está en el escenario callejero, el que el acto sea limpio de groserías o insinuaciones sexuales…)

--Buen punto. ¿Cobrarías?

--Creo que sí. Sin embargo, algo mensual probablemente. Y el consejo de capacitación es para que los buskers también mejoren su acto, que no se queden en la mediocridad y comodidad de lo que ya saben hacer. También para compartirles herramientas para dignificar su profesión.

--¿Y si alguien llega de otra Ciudad y quiere trabajar un fin, por ejemplo?

--No sé si el músico local debería tener prioridad, una parte de mí dice que sí,
pero sé lo que es viajar haciendo esto y que no es fácil, especialmente en un lugar muy turístico. Hay grupos de gente local que lleva tocando en las calles por años y pueden sentirse amenazados por tu presencia. Una vez tocando en el metro de Buenos Aires, me amenazaron: ¨si no dejas el metro, te voy a picar'', y ni era músico, vendía porquerías como encendedores y chácharas, pero sintió que le robaba clientela. Creo que debe haber también una manera de que el artista pasajero devuelva o contribuya a la comunidad de alguna forma. Lo que yo hacía era unir fuerzas con los músicos locales. Una vez en Lisboa toqué al lado de un caricaturista, a él le iba mejor y a mí también. Él era Polaco, jalábamos más gente juntos, llamábamos la atención…

--Una simbiosis… ¿Y has hecho Busking en Puebla?

--No he intentado hacer busking en Puebla, aunque pensé seriamente en hacerlo, de hecho he coucheado a músicos locales para desempeñarse de manera más efectiva al hacerlo en los camiones, por ejemplo. La razón por la cual decidí no hacerlo es porque siento que un desafío personal mucho más grande lo representa el llevar mi música a los escenarios más importantes del país. O sea, tocar en festivales, tener mis propios shows de música propia y tener mi propio público seguidor. Mi ambición ahora es la de crear una vida más estable como músico, a través de la incursión al circuito de artistas independientes del país, que está de gira por la República y promueve su material tocando en vivo. El tocar en la calle fue una fase de aprendizaje intensivo por 15 años que siento que por ahora ha terminado. Si en algún momento sintiera su llamado nuevamente, con mucho gusto me presentaría ante el jurado de la ciudad para ganarme un lugar en las calles de la misma.

--Finalmente, ¿Qué le sugieres a todos los interesados en este tema?

--Creo que es importante el equilibrio. Tener ciertas normas me parece esencial, por el bien del ecosistema. Creo que se tienen que lograr acuerdos entre la ciudad, sus representantes y la comunidad “busker”. Y una vez existan, respetarlos. Ver por el bien del colectivo y trabajar por dignificar la profesión de artista callejero.

--Muchas gracias por compartir tu experiencia creo que nos enriquece como sociedad, ¡y bienvenido de regreso!

Si quieres saber más acerca de Ricardo González visita facebook.com/ricardogonzalezmusic

Mundo Nuestro. Este video realizado por ciudadanos de San Andrés Cholula expresa el rechazo a la política de privatización del agua potable en esta población-



Mundo Nuestro. Un año se ha cumplido del asesinato de Meztli Sarabia. Vale todavía lo que escribimos hace un año.

Qué pena el asesinato de Meztli Sarabia. Y qué coraje.

Me entero de sus muerte por un mensaje de Rubí Soriano que me encuentra en el metro de la ciudad de México. El convoy me deja en el andén y su masa indiferente. Y ahí estoy, incrédulo, sometido por la impotencia que nos deja a todos varados frente a los acontecimientos que nos aturden para disolverse después, como el ruido del tren que se pierde en el tunel. Ya vendrá el siguiente.

Llevo toda la tarde pensando en lo sucedido. Cuatro sicarios arremeten en la oficina del 28, cinco minutos después un video los verá huir por la 64 Poniente hacia el Mercado Unión. Atrás dejan a una muchacha muerta por un disparo en la cabeza. Y la cartulina, y las amenazas contra Simitrio. ¿Por qué esta saña contra esta familia? No bastaron los 12 años de prisión en penales de máxima seguridad para el papá de Meztli. ¿Qué ha motivado todo este odio irrefrenable?



Del fondo del andén llega un nuevo bramido. La vida vuelve indiferente.

Para el recuento diario de la violencia en México la muerte de esta muchacha será simplemente un crimen más. Pero no es así. La organización popular 28 de Octubre está en la historia de la ciudad de Puebla como la única que ha sostenido una postura de independencia frente a los gobiernos y los partidos políticos. Es una historia de 44 años y está metida en el estómago de la ciudad. Una ciudad, y unos gobernantes, que sistemáticamente se ha negado a reconocer el espacio vital de los pobres: la calle, la vecindad, el mercado.

Mucho tendrá que explicar la autoridad estatal y municipal que durante los últimos tres años ha atentado abiertamente contra la familia de Rubén Sarabia. Ahora le han matado a la hija. Cualquiera que haya sido la motivación de los matones, es imposible no mirar atrás para encontrar todos los elementos para pensar en un crímen de Estado.

Aquí quedo yo, periodista, varado en un estación anónima del Metro, viendo la tristeza que consume a mi ciudad al otro lado de los volcanes.